¿La desigualdad global está creciendo? Todo lo contrario, el mundo es ahora menos desigual

El mundo es menos desigual… ¿les llama la atención? Pues así es, pese a todos los lamentos por una desigualdad que para algunos estaría creciendo. Pero Chelsea Follett, de editora de Human Progress, del Cato Institute, muestra que lo contrario es lo que sucede, en esta nota: “Surprisingly, the World Is Becoming More Equal”: https://www.cato.org/policy-analysis/global-inequality-well-being-has-decreased-across-many-dimensions

“Leyendo las noticias o escuchando hablar a políticos y expertos, uno podría fácilmente tener la impresión de que la desigualdad global está empeorando. Pero, ¿es cierta la creencia generalizada de que el mundo se está volviendo menos igualitario o es un error? La gran mayoría de las tendencias a largo plazo con respecto a los niveles de vida, que van desde el aumento de la esperanza de vida hasta la disminución de las tasas de pobreza y hambre, muestran una mejora considerable, incluso teniendo en cuenta los recientes reveses relacionados con la pandemia. Puede explorar la evidencia por sí mismo en sitios web como Human​Progress​.org. ¿Esas mejoras han sido ampliamente compartidas o se han acumulado principalmente en una pequeña población mientras gran parte del mundo se queda atrás?

Eso es lo que el economista de la Universidad George Mason Vincent Geloso y yo nos propusimos descubrir. Lo que encontramos es que, si bien la desigualdad global, sin duda, todavía existe, de hecho se está reduciendo.

Nuestro Índice de Desigualdad del Progreso Humano ofrece una nueva forma de medir la desigualdad global. Es más completo que cualquier índice internacional de desigualdad anterior y tiene en cuenta un mayor número de dimensiones. Encontramos que además de una disminución global en la desigualdad de ingresos, también ha habido disminuciones en la desigualdad de la vida útil, la desigualdad nutricional, la desigualdad educativa, la desigualdad en el acceso a Internet y la desigualdad en la libertad política. En todo el mundo, las brechas en estas áreas se están reduciendo.

Lo que es más importante, ha habido una disminución en la desigualdad global general. Ese resultado fue consistente, incluso bajo una variedad de especificaciones que probamos. Los datos muestran que en todas menos dos de las áreas que examinamos, el mundo se ha vuelto más igualitario desde 1990. Los datos no respaldan la narrativa de una creciente desigualdad en todo el mundo.”

El director general de la OMC (organización mercantilista), al menos defiende la globalización

No existe un gobierno mundial, por suerte. En su lugar existen una serie de organizaciones internacionales que bien podrían ser consideradas nidos de burócratas globales con altos sueldos que realizan reuniones en los mejores lugares del planeta, sin generar mayores resultados. Tal vez sea mejor así que no los generen, pero también es cierto que el comercio mundial era un enredo de barreras comerciales y de a poco los países fueron comprendiendo los beneficios del libre comercio y se fueron abriendo, algunos de ellos en forma unilateral, sin necesidad de negociar nada.

También hubo un proceso negociado que llevó a reducción de barreras en las ruedas del GATT, luego de la OMC. Acá el director de ese organismo proclama las bondades de la globalización (menos mal), en la reconocida revista Foreign Affairs. El artículo es “Why the World Still Needs Trade: The Case for Reimagining—Not Abandoning—Globalization”, por Ngozi Okonjo-Iweala, director general de la OMC: https://www.foreignaffairs.com/world/why-world-still-needs-trade

La OMC es una organización mercantilista, donde los países se sientan a negociar qué van a abrir los demás, como si eso fuera lo más importante y no simplemente tener libertad para comerciar. En fin. Acá, al menos resalta las bondades del comercio:

“Durante gran parte de los últimos 75 años, los legisladores de todo el mundo reconocieron el poder de la interdependencia económica. Los países derribaron las barreras comerciales, abriendo sus economías entre sí. En resumen, su récord fue impresionante. Una integración económica más estrecha fue de la mano de una creciente prosperidad mundial, una reducción sin precedentes de la pobreza y un período inusualmente largo de paz entre las grandes potencias. Desde 1990, la proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema se ha reducido en tres cuartas partes. En el centro de este gran salto en el bienestar humano estuvo un aumento de 20 veces en los volúmenes de comercio internacional, lo que ayudó a aumentar los ingresos per cápita en un factor de 27 durante las últimas seis décadas.

Esta visión económica está ahora bajo ataque y sus logros están en peligro. Una serie de conmociones en el espacio de 15 años, primero la crisis financiera mundial, luego la pandemia de COVID-19 y ahora la guerra en Ucrania, han creado una narrativa alternativa sobre la globalización. Lejos de fortalecer económicamente a los países, según esta nueva línea de pensamiento, la globalización los expone a riesgos excesivos. La interdependencia económica ya no se considera una virtud; se ve como un vicio. El nuevo mantra es que lo que necesitan los países no es interdependencia sino independencia, con la integración limitada en el mejor de los casos a un pequeño círculo de naciones amigas.”

Para que los polacos emigrantes o sus descendientes vean de qué zafaron: ida y vuelta del socialismo

Acá hay muchos inmigrantes polacos, y ahora muchos descendientes de polacos. Si quieren saber de lo que se salvaron, lean esta historia de la economía polaca desde 1939, en el libro que se titula “The Road to Socialism and Back: An Economic History of Poland, 1939-2019”, por Peter J. Boettke, Professor of Economics and Philosophy, George Mason University; Konstantin Zhukov y Matthew D. Mitchell, Senior Fellow in the Centre for Economic Freedom, Fraser Institute: https://www.fraserinstitute.org/studies/road-to-socialism-and-back-an-economic-history-of-poland-1939-2019

“Durante cuatro décadas durante la segunda mitad del siglo XX, Polonia y su gente fueron objeto de un gran experimento socioeconómico. Bajo la atenta mirada de sus amos soviéticos, el Partido de los Trabajadores Unidos de Polonia transformó la economía mixta de esta nación de 35 millones en un estado socialista de planificación centralizada (aunque con un mercado negro irreprimible). Luego, en la última década del siglo XX, bajo el liderazgo del ministro de finanzas polaco Leszek Balcerowicz, la nación se transformó nuevamente en una economía mixta.

En este libro, documentamos los resultados de este experimento. Mostramos que había un gran abismo entre los elevados objetivos de la ideología socialista y las realidades del socialismo tal como las experimentó el pueblo polaco. También mostramos que, si bien la transición de una economía socialista a una mixta no estuvo exenta de dolor, desató el extraordinario poder productivo del pueblo polaco, lo que permitió que su nivel de vida aumentara a más del doble de la tasa de crecimiento que prevaleció durante la era socialista. Las experiencias de los polacos, como las de tantos detrás de la Cortina de Hierro, demuestran el valor de la libertad económica, las consecuencias miserables de su negación y el proceso a menudo doloroso de recuperar las libertades perdidas.

El camino al socialismo y de regreso también nos enseña algo sobre el desarrollo intelectual del pensamiento económico. Como veremos, el debate en torno al cálculo económico en una economía socialista destacó no solo una falla fundamental en la planificación socialista, sino también una característica crítica que permite que los mercados funcionen. Los mercados funcionan porque permiten a quienes toman las decisiones económicas realizar cálculos económicos racionales. Este cálculo depende de la constelación de precios relativos y de la contabilidad de pérdidas y ganancias que surgen de las elecciones libres de los individuos que negocian derechos de propiedad. Nos permite diferenciar los proyectos económicamente viables de los tecnológicamente viables. Sin tal sistema de precios, estos cálculos son imposibles y esta clasificación no ocurre. Los recursos se desperdician sistemáticamente y abundan las ineficiencias en la producción y el intercambio.”

Adam Smith en sus dos obras principales, Teoría de los Sentimientos Morales y Riqueza de las Naciones

Vemos con los alumnos de Ucema a Adam Smith en sus dos textos principales, aunque uno mucho mas conocido que el otro. ¿El Adam Smith del libro “Teoría de los Sentimientos Morales”, parece ser diferente del autor de “La Riqueza de las Naciones”?. Muchos han planteado una contradicción entre la visión que Smith tiene del ser humano en uno y otro texto. ¿De dónde salió este problema? ¿Es realmente así? Ya buscaremos aclarar este dilema.

Bueno, parece estar presente ya en el primer párrafo del primer capítulo de la Teoría. Dice así:

“Por más egoísta quiera suponerse al hombre, evidentemente hay algunos elementos de su naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de los otros de tal modo, que la felicidad de éstos le es necesaria, aunque de ello nada obtenga, a no ser el placer de presenciarla. De esta naturaleza es la lástima o compasión, emoción que experimentamos ante la miseria ajena, ya sea cuando la vemos o cuando se nos obliga a imaginarla de modo particularmente vívido. El que con frecuencia el dolor ajeno nos haga padecer, es un hecho demasiado obvio que no requiere comprobación; porque este sentimiento, al igual que todas las demás pasiones de la naturaleza humana, en modo alguno se limita a los virtuosos y humanos, aunque posiblemente sean éstos los que lo experimenten con la más exquisita sensibilidad. El mayor malhechor, el más endurecido transgresor de las leyes de la sociedad, no carece del todo de ese sentimiento.”

AdamSmith

¿No es, acaso, Adam Smith quien nos habla de que las personas persiguen su interés personal, que no esperamos de la bondad del carnicero que éste tenga en su comercio la carne que necesitamos para nuestra comida de hoy? ¿Qué no apelamos a su bondad sino a su interés? Gran parte de la economía parece haberse quedado en estos aportes del autor y profundizado su visión del individuo egoísta denominado “maximizador de utilidad” y, en particular, de utilidad monetaria.

 

Leonard Liggio, poco conocido pero importante para el liberalismo en la segunda mitad del siglo XX

Brad Lips, CEO de Atlas Network, edita un libro en memoria de Leonard Liggio. Tal vez sea un nombre desconocido para muchos que siguen estas ideas pero Liggio fue un importante personaje en el desarrollo de las ideas liberales en la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos y en la promoción de la formación de muchos think tanks en ese país, así como también en la Mont Pelerin Society. El libro se titula Finding new ideas in old ones: https://www.atlasnetwork.org/books/finding-new-ideas-in-old-ones

 

“Leonard Liggio (1933-2014) es recordado como uno de los principales líderes intelectuales y constructores de movimientos que revivió el liberalismo clásico en la segunda mitad del siglo XX.

Durante diez años, Atlas Network ha sostenido una serie de conferencias en nombre de Leonard Liggio, para energizar nuevas audiencias con ideas desafiantes, sorprendentes conocimientos históricos y reflexiones sobre las virtudes que hicieron de Leonard una fuerza silenciosa pero efectiva para el bien del mundo.

Nuevo libro de Vernon Smith, premio Nobel de economía 2002, y una crítica a la teoría neoclásica sobre formación de precios

Vernon Smith, premio Nobel en Economía, junto a Sabiou M. Inoua, ambos en Chapman University, publican un libro sobre la formación de precios en la teoría económica, titulado “Economics of Markets: Neoclassical Theory, Experiments, and Theory of Classical Price Discovery, Palgrave Macmillan; https://link.springer.com/book/10.1007/978-3-031-08428-7#about-this-book

“Este libro establece que la economía neoclásica basada en el cálculo de la utilidad marginal no logró derivar una teoría del descubrimiento de los precios del mercado de consumo consistente con la evidencia experimental del mercado. Dichos mercados involucran artículos de demanda final inherentemente discretos comprados para el consumo y no sujetos a reventa. Los economistas clásicos que siguieron a Adam Smith articularon una rica narrativa de la teoría del descubrimiento de precios consistente con evidencia experimental basada en conceptos operativos de valores discretos de demanda (disposición máxima a pagar) y, simétricamente, costos de oferta (disposición mínima a aceptar). Desarrollamos y ampliamos un modelo matemático de formación clásica de precios de mercado. Los capítulos 1 y 2 describen este tema y el capítulo 3 lo conecta con experimentos. El capítulo 4 se basa en ejemplos experimentales para obtener una descripción general intuitiva de la teoría. Una versión de equilibrio parcial de la teoría constituye el Capítulo 5. El Capítulo 6 amplía este marco a la formación de precios por parte de agentes con restricciones de riqueza en mercados de bienes múltiples. El Capítulo 7 aplica este marco al estudio de los bienes duraderos renegociables y los derechos financieros que están sujetos a fuentes de inestabilidad ausentes en los mercados de bienes de consumo no duraderos.”

Hay ventajas comparativas y ventajas coercitivas, fruto de la corrupción del poder y los privilegios

Hay ventajas comparativas y ventajas coercitivas, cuando son el fruto de la corrupción del poder, la búsqueda de privilegios y los sobornos. Lo plantea Mikayla Novak, del F. A. Hayek Program for Advanced Study in Philosophy, Politics and Economics, Mercatus Center at George Mason University, en un artículo titulado “Coercive advantage publicado en The Review of Austrian Economics: https://link.springer.com/article/10.1007/s11138-023-00622-2

“Este artículo busca explicar la persistencia de sistemas entrelazados de economía política. Lo hace introduciendo el concepto de “ventaja coercitiva”. La ventaja coercitiva se refiere a los beneficios, privilegios y derechos conferidos a ciertos actores que participan en intercambios políticos. Las formas de las ventajas obtenidas son variadas y pueden incluir transferencias financieras, rendimientos de capital, rentas y beneficios no materiales, como el reconocimiento y el prestigio. La heterogeneidad de la ventaja coercitiva se debe a la complejidad emergente de los arreglos políticos, que presentan múltiples oportunidades para el espíritu empresarial político en la búsqueda de alcanzar tales beneficios. Las cuestiones distributivas también pasan a primer plano, con ventajas coercitivas potencialmente reflejadas en la redistribución ascendente que beneficia a una gran cantidad de actores, como representantes de grupos de interés, burócratas y los mismos políticos. Una proposición clave de este artículo es que los arreglos que dan lugar a ventajas coercitivas pueden registrar un amplio apoyo bajo las reglas de decisión política mayoritarias. Las élites que capturan las rentas más lucrativas y otras ventajas atribuidas a la coerción pueden cooptar con éxito a personas que no forman parte de las élites para que registren su apoyo a dicha actividad. Lo hacen proporcionando pagos de transferencia, infraestructura y otros programas, junto con la comunicación de justificaciones retóricas y simbólicas para las prácticas del statu quo. Este artículo considera las implicaciones clave de la noción de ventaja coercitiva para la economía política.”

Mason & Dunung Caps 8 y 9: exportar y el impacto de las cadenas de valor

Con los alumnos de ‘Empresas y Negocios Internacionales’, UCEMA, vemos los capítulos 8 y 9 del libro de Mason & Dunung.

Allí se plantean algunas decisiones básicas para los negocios internacionales, en particular sobre exportar, importar y las cadenas globales de valor.

En cuanto a lo primero tenemos dos alternativas básicas, una aproximación contractual o una «propietaria». Tiene que ver con lo siguiente: en la primera se trata simplemente de una venta a un comprador que se encuentra en otro país, no hay mayor diferencia en la operación que no sea por las barreras y trámites que la hacen diferente de una venta interna. También puede ser que se tenga un agente en el exterior. De nuevo, nada diferente a tener un agente en el interior, salvo las mismas razones antes expresadas. La aproximación «propietaria» involucra ya «derechos de propiedad» e incluye el otorgamiento de licencias para producir, que involucran derechos de propiedad intelectual sobre los bienes producidos, ya sean marcas o patentes; luego pueden ser asociaciones de joint-ventures, la adquisición de una empresa en otro país o la apertura de una subsidiaria directa. Obviamente lo primero es lo más sencillo e involucra menor inversión y compromiso, pero las segundas tienen más control de las operaciones.

Luego está el tema de cómo pueden financiarse esas operaciones, en particular las exportaciones. Porque está claro que si se vende a plazo será más atractivo para el comprador. Esta financiación se puede obtener en el sistema bancario o en el mercado de capitales, pero en países como Argentina, donde esos mercados son muy pequeños e inestables, esto se hace mucho más difícil. Otros países tienen agencias gubernamentales que financian a tasas de interés subsidiadas, y acá se ha hecho algo al respecto pero mejor olvidarse. El gasto público no está como para agregar un peso más de gasto.

Finalmente está el tema de las cadenas globales de producción. Si se ofrecen las condiciones adecuadas se pueden atraer inversiones para formar parte de estas cadenas, pero se requiere estabilidad en las reglas de juego. Mucho más allá parece que las propias empresas locales comiencen a pensar en términos de cadenas de valor globales. En estos momentos, apenas pueden manejar las cadenas locales, como para andar pensando en globalizarlas.

En fin, son distintos caminos para salir al mundo, habrá que ver cuál es el más apropiado.

Si como rebaño de ovejas los votantes siguen a sus líderes. ¿Cómo controlar al poder entonces?

Ya que estamos en tiempos electorales vale la pena considerar este libro. Es de Randall G. Holcombe, DeVoe Moore profesor of Economics en Florida State University, fue president de la Public Choice Society y de la Society for the Development of Austrian Economics; titulado “Following their Leaders”: https://www.cambridge.org/core/books/following-their-leaders/42BBC9C91FA3DB0D7B9D244E8C01D952

Así es presentado:

“Los modelos de toma de decisiones democráticas tienden a asumir que los votantes tienen preferencias y que los candidatos ajustan sus plataformas para conformarlas; sin embargo, la dirección de causalidad es más bien la opuesta. Las élites políticas ofrecen plataformas electorales a los votantes y los votantes adoptan esas políticas, siguen a sus líderes. Este libro sostiene que las políticas están diseñadas por la elite y que el electorado tiene poco que decir. Las preferencias sobre políticas públicas en la mayoría de los temas se derivan de sus establecidas preferencias. Holcombe argumenta que debido a que los ciudadanos adoptan políticas ofrecidas por la elite, las instituciones democráticas no son una restricción efectiva al ejercicio de poder político. Este texto explora las instituciones políticas que ayudan a controlar a la elite que ejerce el poder y discute las implicancias que las preferencias políticas tienen sobre las democracias.”

¿Cómo definir al socialismo? Hay muchas definiciones que resultan en prohibir el libre ingreso en los mercados

¿Cómo definir al socialismo? No hay una sola forma de hacerlo, pero este autor plantea hacerlo por lo que el socialismo hace. Se trata de Adam Martin, quien es Political Economy Research Fellow at the Free Market Institute, en un artículo titulado “Socialism Is as Socialism Does”: https://www.econlib.org/library/columns/y2023/martinsocialism.html

“Algunos conceptos en economía política funcionan como una prueba de Rorschach. Cuando alguien los define, a menudo se aprende más sobre ellos que sobre el concepto. La democracia, el fascismo, el capitalismo, el liberalismo, el conservadurismo, el neo-cualquier cosa y el socialismo a menudo significan cosas diferentes para diferentes personas. No pretendo ser excepcional en este sentido. No obstante, en este ensayo quiero ofrecer una definición funcional del socialismo. Esta definición definitivamente refleja mis propios intereses intelectuales. Pero también ilumina algunas características centrales de los sistemas socialistas y cómo operan.

Dado que les digo a mis alumnos que no escriban novelas de misterio cuando presenten un argumento, esta es la definición que propongo: el socialismo es la prohibición de la libre entrada en los mercados. Esta definición es funcional porque se enfoca en lo que hace el socialismo. Muchos definen el socialismo según sus objetivos, motivos o metas. Pero los individuos pueden actuar de manera egoísta o altruista en el contexto de cualquier sistema político o económico. Algunos socialistas prometen abundancia material, mientras que otros exaltan las virtudes del ascetismo. Y los socialistas buscan implementar su sistema ideal a través de una variedad de medios, desde la planificación central autoritaria hasta las comunas anárquicas. Al enfatizar lo que hace el socialismo, espero identificar un hilo común entre estas visiones. Si camina como el socialismo y rompe huevos como el socialismo, es socialismo.

¿Por qué no seguir con la probada y verdadera “propiedad común de los medios de producción”? De ninguna manera rechazo la utilidad de esta definición y considero la mía complementaria a ella. Pero la propiedad puede entenderse en una amplia variedad de formas. ¿Las fábricas soviéticas eran realmente de propiedad común o estaban efectivamente bajo el control de las élites del partido? Y al centrarme en los efectos inmediatos del socialismo, espero proporcionar una herramienta de diagnóstico para varias políticas y arreglos institucionales que de facto operan de manera similar.”