Hay ventajas comparativas y ventajas coercitivas, fruto de la corrupción del poder y los privilegios

Hay ventajas comparativas y ventajas coercitivas, cuando son el fruto de la corrupción del poder, la búsqueda de privilegios y los sobornos. Lo plantea Mikayla Novak, del F. A. Hayek Program for Advanced Study in Philosophy, Politics and Economics, Mercatus Center at George Mason University, en un artículo titulado “Coercive advantage publicado en The Review of Austrian Economics: https://link.springer.com/article/10.1007/s11138-023-00622-2

“Este artículo busca explicar la persistencia de sistemas entrelazados de economía política. Lo hace introduciendo el concepto de “ventaja coercitiva”. La ventaja coercitiva se refiere a los beneficios, privilegios y derechos conferidos a ciertos actores que participan en intercambios políticos. Las formas de las ventajas obtenidas son variadas y pueden incluir transferencias financieras, rendimientos de capital, rentas y beneficios no materiales, como el reconocimiento y el prestigio. La heterogeneidad de la ventaja coercitiva se debe a la complejidad emergente de los arreglos políticos, que presentan múltiples oportunidades para el espíritu empresarial político en la búsqueda de alcanzar tales beneficios. Las cuestiones distributivas también pasan a primer plano, con ventajas coercitivas potencialmente reflejadas en la redistribución ascendente que beneficia a una gran cantidad de actores, como representantes de grupos de interés, burócratas y los mismos políticos. Una proposición clave de este artículo es que los arreglos que dan lugar a ventajas coercitivas pueden registrar un amplio apoyo bajo las reglas de decisión política mayoritarias. Las élites que capturan las rentas más lucrativas y otras ventajas atribuidas a la coerción pueden cooptar con éxito a personas que no forman parte de las élites para que registren su apoyo a dicha actividad. Lo hacen proporcionando pagos de transferencia, infraestructura y otros programas, junto con la comunicación de justificaciones retóricas y simbólicas para las prácticas del statu quo. Este artículo considera las implicaciones clave de la noción de ventaja coercitiva para la economía política.”

De la Unión Soviética a Rusia: de corrupción para poder vivir y trabajar a corrupción para obtener privilegios

Relevante para muchos de nuestros países. El paso de la Unión Soviética a Rusia fue una gran derrota del socialismo pero terminó cambiando un régimen opresor por otro que lo es menos, pero corrupto como el anterior, aunque con un sentido distinto. Antes se corropmpía para poder vivir y trabajar, ahora para obtener privilegios. Se comenta en este artículo de esos conocidos profesores de George Mason University y el Mercatus Center: Boettke, Peter J. and Candela, Rosolino and Zhukov, Konstantin, “The Morality of Illicit Markets: ‘Greasing the Wheels’ or ‘Greasing the Palm’?” (January 27, 2023). Journal of Economic Behavior and Organization, Forthcoming, GMU Working Paper in Economics No. 23-17, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4397337  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4397337

“¿Cuándo y por qué los mercados ilícitos se consideran moralmente legítimos? Abordamos esta pregunta en el contexto de la Rusia soviética y postsoviética, donde la legitimidad moral del comercio se ha desvanecido desde el colapso de la Unión Soviética. Lo hacemos analizando la resiliencia y solidez continuas de los mercados ilícitos y su percepción moral en la Rusia soviética y postsoviética, donde los derechos de propiedad privada de facto han permanecido inseguros a pesar de la reforma política y económica de jure. Dada la continuidad de los mercados ilícitos en ambos períodos, argumentamos dos cosas. Primero, lo que ha permanecido constante en la naturaleza moral de los mercados ilícitos en ambos períodos ha sido el impulso empresarial para obtener ganancias del comercio eludiendo y evadiendo un estado depredador. En segundo lugar, dada esta constancia en la forma de intercambio de mercado ilícito, sostenemos que las actitudes morales cambiantes hacia el comercio han resultado de la manifestación cambiante del intercambio de mercado ilícito, en respuesta a la naturaleza depredadora del estado. Tanto en el período soviético como en el postsoviético, el estado ha seguido siendo un medio para crear privilegios de monopolio. Sin embargo, mientras que en el período soviético los mercados ilícitos servían como un medio para “engrasar las ruedas” del comercio, la transición económica en la Rusia postsoviética corrompió la legitimidad moral de una economía de mercado al transformar los mercados ilícitos en un medio para “engrasar las palmas de las manos”. ” de funcionarios del gobierno en nombre de la “privatización”.”

¿Es la corrupción de la justicia la que genera corrupción en la política o al revés?

En momento en que se hace intensa la discusión sobre la corrupción en la política y en la justicia, un artículo publicado en la revista Constitutional Political Economy trata el asunto con una hipótesis poco común: que es la corrupción en la justicia la que promueve la corrupción en la política. Discutible, por cierto, pero interesante. El autor es Khalid Sekkat, Centre Emile Bernheim, University of Brussels. El artículo se titula “Have you been served, your honor? Yes, thank you, your excellency: the judiciary and political corruption”: https://doi.org/10.1007/s10602-021-09348-4

“Utilizando una muestra de 56 países (28 ricos y 28 pobres), observada durante el período 2004-2013, nuestro artículo desarrolla un análisis del contagio de la corrupción a nivel interinstitucional. Más precisamente, examina si la corrupción en el sistema de justicia es un factor importante para explicar la expansión de la corrupción en la política. Encontramos un claro efecto causal unidireccional de la corrupción en el sistema de justicia sobre la corrupción en el parlamento. La justicia corrupta baja induce a la política corrupta baja. Los resultados son robustos a varias comprobaciones. Parece que la reducción de la corrupción en la justicia por sí sola provoca una reducción directa de la corrupción en la política. Dado que combatir la corrupción es muy costoso, el resultado destaca el beneficio adicional de dedicar mayores recursos a frenar la corrupción judicial.”

Artículo en Clarín: Corrupción e instituciones

Corrupción e instituciones (clarin.com)

La última edición del índice de Percepción de la Corrupción que elabora Transparencia Internacional no trajo buenas noticias para Argentina. Nuestro país obtuvo una calificación de 38/100, cuatro puntos menos que el año anterior y esto llevó a que cayera 18 posiciones hasta el puesto 96. Estamos junto a Brasil, Indonesia, Lesoto, Serbia y Turquía.

Antes, se solía comentar en tono negativo y se hubiera dicho “estamos más abajo que Kosovo, Etiopía o Tanzania. Lo que tal vez nunca pensamos es que en esos países deben estar diciendo… “estamos cerca de Argentina”. Como si por alguna razón nuestro destino tuviera que ser una mejor posición.

Y es difícil que eso ocurra. Puede ser que temporalmente tengamos algún gobierno menos corrupto y eso nos permita mejorar algunas posiciones: por ejemplo, en 2019 llegamos a tener 45 puntos, en 2015 tuvimos 32. Se ve que ése es nuestro rango. Si queremos mejorar algo más que eso ya no será cuestión solamente de cambiar de gobierno. No hace falta querer compararnos con países que están lejanos, geográfica y culturalmente, hace falta solamente mirar a Uruguay, que tiene 73 puntos y se ubica en el puesto 18; o a Chile, que tiene 67 y está en el puesto 27, pese a ser un país que ha estado convulsionado en los últimos años y espera inaugurar un gobierno claramente diferente al anterior.

Para alcanzar a estos países, no ya a Dinamarca, Finlandia o Nueva Zelanda, hace falta algo más: reformas de tipo institucional. Precisamente, el índice de Transparencia Internacional es uno de los que tomamos en cuenta para la elaboración del índice de Calidad Institucional (ICI), publicado por la Red Liberal de América Latina (Relial) y en nuestro país la Fundación Libertad y Progreso. Y existe una clara correlación entre uno índice y el otro. Los tres primeros países del índice de Transparencia Internacional son también los tres primeros en el ICI y vienen ocupando esas posiciones desde que comenzáramos a publica el índice hace unos 15 años.

Esta correlación no es mera coincidencia. Instituciones significa límites al poder, y estos límites implican controles que reducen la posibilidad de corrupción. Cuando el poder está dividido y hay agencias que son claramente independientes del poder de turno, el control es mayor y la corrupción es menor. Esto se aplica especialmente a la justicia. Aquél que quiera y busque obtener un privilegio se vería obligado a corromper a un buen número de personas en distintas posiciones, quienes se controlan entre sí. Esto lo hace más difícil y costoso.

Por otro lado, el nivel de corrupción tiene que ver también con el grado de regulación de la economía. No estoy hablando del tamaño del Estado, ya que países que están en esos primeros puestos tienen estados grandes en relación a su PIB, sino al exceso regulatorio, que no aparece medido en el PIB. Es éste el que da pie a la corrupción. Ejemplo: si para poner un casino o un bingo simplemente necesito una habilitación como la de un kiosco, hay que registrarse, pagar la tasa correspondiente y listo; pero si para hacerlo hay que cumplir cuarenta regulaciones, cada una de ellas tiene un costo (o un precio que permite saltar esa valla) y es una oportunidad para quien tiene que poner el gancho lo haga valer.

Esto significa que, si realmente queremos avanzar en la reducción de la corrupción en el camino de nuestros vecinos, tenemos que cambiar a los gobernantes, por supuesto, garantizar la independencia de la justicia y de agencias como el Banco Central o la Anses, por ejemplo, pero también tenemos que sacarles ese poder de decidir que le da cada una de las regulaciones vigentes, que son muchas. Sin ese poder, no hay que coimear a nadie.

¿La política los hace corruptos o solamente llegan a las política aquellos que ya lo son?

  • ¿La política los hace corruptos o solamente llegan a la política aquellos que ya lo son? 

Brian Klaas es profesor de Política Global en University College de Londres. Publica este libro titulado Corruptible: Who gets Power and How it Changes Us. Nos hace recordar a la famosa frase de Lord Acton “el poder corrompe y el poder absoluto, corrompe absolutamente». ¿O solamente llegan los que ya son corruptos? Esto dice su presentación:  

“¿El poder corrompe o las personas corruptas son atraídas al poder? ¿Son los empresarios que malversan y los policías que matan el resultado de sistemas mal diseñados o simplemente son malas personas? ¿Se hacen o nacen los tiranos? Si de repente te empujaran a una posición de poder, ¿podrías resistir la tentación de llenarte los bolsillos o buscar venganza contra tus enemigos? 

 Para responder a estas preguntas, Corruptible se basa en más de 500 entrevistas con algunos de los principales líderes del mundo, desde los más nobles hasta los más sucios, incluidos presidentes y filántropos, así como rebeldes, cultistas y dictadores. Algunas de las ideas fascinantes incluyen: cómo la apariencia facial determina a quiénes elegimos como líderes, por qué los narcisistas ganan más dinero, por qué algunas personas no quieren poder en absoluto y otras se sienten atraídas por un impulso psicopático, y por qué ser el » beta ”(segundo al mando) puede ser en realidad el lugar óptimo para la salud y el bienestar. 

Corruptible también presenta una gran cantidad de ejemplos contradictorios de la historia y las ciencias sociales: conocerá al peor bioterrorista en la historia de Estados Unidos, irá a las pistas con un instructor de esquí que una vez gobernó Irak y aprenderá por qué la incapacidad de los chimpancés para jugar béisbol es fundamental para el desarrollo de jerarquías humanas. 

Basado en una investigación profunda y sin precedentes de todo el mundo, Corruptible desafiará sus suposiciones más básicas sobre convertirse en un líder y lo que podría sucederle cuando llegue allí. También proporciona una hoja de ruta para evitar las tentaciones clásicas, sugiriendo una serie de reformas que facilitarían a las personas mejores encontrar un camino hacia el poder y asegurando que el poder purifique en lugar de corromper” 

https://www.amazon.com/Corruptible-Who-Gets-Power-Changes-ebook/dp/B08VJNBVP9  

¿Sirve la competencia electoral para disciplinar a los políticos y de esa forma controlar, o reducir, la corrupción?

Interesante paper de Afridi, Farzana (Economics and Planning Unit, Indian Statistical Institute, Delhi and IZA, Bonn) ; Dhillon, Amrita (Department of Political Economy, Kings College, London, and CAGE, University of Warwick.) ; Solan, Eilon (School of Mathematical Sciences, Tel Aviv University), titulado “Exposing corruption: Can electoral competition discipline politicians?”: http://d.repec.org/n?u=RePEc:cge:wacage:311&r=cdm

Resumen:

En los países en desarrollo con instituciones débiles, hay implícitamente una gran dependencia de las elecciones para instaurar normas de rendición de cuentas y reducir la corrupción. En este artículo mostramos que la disciplina electoral puede ser ineficaz para reducir la corrupción cuando la competencia política es demasiado alta o demasiado baja. Primero construimos un modelo teórico de juego simple para captar el efecto de la competencia electoral sobre la corrupción. Mostramos que en equilibrio, la corrupción tiene una relación en forma de «U» con la competencia electoral. Si la elección es segura para el titular (baja competencia) o si es extremadamente frágil (alta competencia) entonces la corrupción es más alta, y para niveles intermedios de competencia, la corrupción es menor. También predicen que cuando hay diferentes tipos de corrupción, entonces los titulares aumentan la corrupción en los componentes que los votantes se preocupan menos independientemente de la competencia. Probamos las predicciones del modelo usando los datos recopilados sobre los hallazgos de la auditoría de las fugas de un programa público grande en aldeas indias que pertenecen al estado de Andhra Pradesh durante 2006-10 y en las elecciones a la cabeza del consejo de pueblo en 2006. Nuestros resultados confirman los resultados teóricos Que la competencia tiene un efecto no lineal sobre la corrupción y que el impacto de la competencia electoral varía en función de si el robo proviene del componente público o privado de la prestación del servicio. En general, nuestros resultados sugieren que la excesiva confianza en las elecciones para disciplinar a los políticos está fuera de lugar.