Las ideas de la gente sobre la sociedad, la economía, etc.; y cómo las elites buscan manipularlas

Cada vez aparece como más importante la visión que la gente tiene de lo que está ocurriendo. Esto determina sus acciones y éstas, luego, los resultados, tanto sea económicos, como políticos, u otros. Este campo de las ideas u opiniones ha sido siempre considerado por los economistas, pero ahora está teniendo un auge especial. Por supuesto, esto acerca a la economía a la psicología, ya que la pregunta a responder es: ¿por qué la gente piensa como piensa? … y luego actúa en consecuencia.

Brendan Nyhan publica un artículo en el JOURNAL OF ECONOMIC PERSPECTIVES, VOL. 34, NO. 3, SUMMER 2020, (pp. 220-36), titulado “Facts and Myths about Misperceptions”: https://www.aeaweb.org/articles?id=10.1257/jep.34.3.220

Sus consideraciones:

“Las percepciones erróneas amenazan con distorsionar la opinión de las masas y las políticas públicas sobre temas controvertidos en política, ciencia y salud. ¿Qué explica el predominio y la persistencia de estas creencias falsas y sin fundamento, que parecen ser genuinamente sostenidas por muchas personas? Aunque los límites en los recursos cognitivos y la atención juegan un papel importante, muchas de las percepciones erróneas más destructivas surgen en dominios donde los individuos tienen incentivos débiles para tener creencias precisas y fuertes motivaciones direccionales para respaldar creencias que son consistentes con una identidad grupal como el partidismo. Estas tendencias suelen ser explotadas por élites que con frecuencia crean y amplifican percepciones erróneas para influir en las elecciones y las políticas públicas. Aunque faltan pruebas de las afirmaciones de una era de «posverdad», los cambios en la velocidad con la que viaja la información falsa y la medida en que puede encontrar audiencias receptivas requieren nuevos enfoques para contrarrestar la desinformación. Reducir la propagación y la influencia de afirmaciones falsas requerirá mayores esfuerzos para vacunar a las personas antes de la exposición (por ejemplo, alfabetización mediática), desacreditar afirmaciones falsas que ya son destacadas o generalizadas (por ejemplo, verificación de hechos), reducir la prevalencia de baja -información de calidad (por ejemplo, cambiar los algoritmos de las redes sociales) y desalentar a las élites de promover información falsa (por ejemplo, fortalecer las sanciones reputacionales).”

Ideas e Instituciones: elites o masas

He tratado en posts anteriores distintas teorías sobre el origen de las instituciones, para terminar con una de ella que afirma la importancia de los valores e ideas determinando el destino de una sociedad. Más sobre el asunto:

Continuando con el vínculo entre ideas e instituciones buscaremos, entonces, analizar la relación que pueda existir entre el predominio de ciertas ideas y la existencia de ciertas instituciones. La tarea, sin embargo, es muy difícil ya que, ¿qué significa que ciertas ideas predominan en una sociedad? ¿Debemos tratar de analizar las ideas y valores que predominan en toda la población o solamente en las élites?

Este es uno de los tantos dilemas que se presentan y no es menor. Converse (2006) en un trabajo seminal en la materia señala, precisamente, que los sistemas de convicciones nunca han se han rendido fácilmente al estudio empírico y la cuantificación y han llevado a decir que lo que es importante para estudiar no es medible y lo que es medible no es importante para investigar. La tesis de este autor es que existen claras diferencias en la naturaleza de los sistemas de convicciones entre las elites políticas y las masas. En forma similar a la planteada por Rose y Milton Friedman sugiere una descripción basada en una pirámide que se extiende desde un vértice pequeño hasta una base amplia, con distintos niveles basados en el nivel de conocimientos.

¿Qué deberíamos considerar entonces, las convicciones de las elites o las de las masas? En el primero de los casos el sistema de convicciones es más coherente, en el sentido de que podríamos más fácilmente predecir que si un individuo de la elite tiene una cierta convicción, seguramente tendrá otras que normalmente forman un conjunto funcional, mientras que esta coherencia se va debilitando a medida que se baja de la pirámide. Converse (p. 8), menciona este ejemplo: si un legislador se destaca por su insistencia en reducir impuestos y tener un presupuesto balanceado, se puede predecir con cierto grado de éxito que también se opondrá a cierto aumento del gasto público. En el caso del votante común, sin embargo, esto es mucho menos probable. Es más, sería de esperar que apoyara tanto una reducción de impuestos como un aumento del gasto social al mismo tiempo. En su investigación toma en cuentas las opiniones sobre “gasto/ahorro” como indicativas de una visión más amplia “liberal/conservadora” (“liberal” en el sentido usado en Estados Unidos, más cercano a socialdemócrata) y sugiere que un 17% formaría parte del estrato I, con una clara comprensión de la diferencia que captura casi toda su extensión, 37% en los estratos IV y V con un concepto totalmente vago, y un 46% que se divide en dos estratos, el III que presenta mucha incertidumbre y conjeturas en relación a los términos y el II, el que define bien los términos pero en un sentido muy estrecho.

Hofstede

Geert Hofstede

A este problema se le suma la falta de fuentes de datos que permitan un análisis comparativo en cualquiera de esos estratos. Tomemos el caso de las investigaciones realizadas por Gert Hofstede, un sicólogo social pionero en la realización de estudios culturales comparativos. En base a los datos de una investigación realizada originalmente por IBM para entender las diferencias culturales entre los agentes de la empresa en distintos países desarrolló luego un extenso trabajo comparativo que, si bien se basa principalmente en el análisis de los valores de personas como miembros de organizaciones, establece diferencias a nivel nacional. Es decir, el trabajo evalúa las diferencias entre un país y otros, no entre una organización y otras dentro de un mismo país.

Información muy completa, incluso con los resultados por país, aquí: http://geert-hofstede.com/

El universo de las consultas realizadas no se corresponde con las elites que menciona Converse, quien considera principalmente a las elites políticas, pero nos dará una primera vista de las ideas y valores que predominan en algunos estratos medios.

En un primer momento desarrolló cuatro categorías:

  1. Distancia en el poder: se refiere a la aceptación de las jerarquías por parte de aquellos que están abajo, no en la cúspide de ellas. Podríamos interpretarlo como en qué medida se aceptan las opiniones de superiores jerárquicos sin mayor cuestionamiento o en qué medida se siente confianza para diferir con el superior.
  2. Evitar la incertidumbre: es la tolerancia por la incertidumbre y la ambigüedad. Las culturas que buscan minimizar estas situaciones tienen leyes y normas estrictas y la creencia en una verdad absoluta a nivel filosófico y religioso. Los opuestos aceptan la incertidumbre, son más tolerantes de opiniones diferentes, tratan de tener la menor cantidad de reglas posibles, pero cumplirlas.
  3. Individualismo: se refiere a cuánto están los individuos integrados en grupos. Por un lado hay sociedades donde se espera que los individuos se arreglen por sí mismos y con sus familias, mientras que otros se encuentran integrados en grupos muy fuertes y cohesivos, que los protege a cambio de su lealtad.
  4. Masculinidad: los valores masculinos parecen diferir entre sociedades más de lo que difieren los femeninos. Los primeros son aquellos que enfatizan una conducta decisoria y competitiva mientras que los valores femeninos enfatizan la modestia y la bondad. En los países “femeninos” las mujeres y los hombres comparten esos valores de modestia y bondad, mientras que en los “masculinos” hay más diferencia porque los hombres son más decisorios y competitivos.

Luego se agregaron otras dos categorías:

  1. Orientación hacia el largo plazo: Las sociedades orientadas al largo plazo fomenta virtudes pragmáticas como el ahorro, la persistencia, y la adaptación a circunstancias cambiantes. Las orientadas al corto plazo, en cambio, hacia virtudes relacionadas con el presente y el pasado como el orgullo nacional, respeto por la tradición y cumplir ciertas obligaciones sociales.
  2. Indulgencia versus contención: en ciertas sociedades se permite la libre gratificación de ciertos impulsos relacionados con el disfrute de la vida y el entretenimiento y las otras las suprimen y regulan con normas sociales muy estrictas.

Antes de intentar trazar una relación entre estas categorías y distintos niveles de calidad institucional, veremos qué países se encuentren entre unos y otros tipos (Hofstede et al, 2010).

Converse, Philip E. (2006 [1964]) “The nature of belief systems in mass publics”, Critical Review, 18: 1-3, 1-74.

Hofstede, Geert, Gert Jan Hofstede & Michael Minkov (2010); Cultures and Organizations: Software of the Mind, Third Edition; (McGraw-Hill).