Hayek introduce el libro que fue el origen de la Escuela Austríaca: Principios de Economía Política

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económco II, Escuela Austriaca, de la UBA, vemos a Hayek en la Introducción al libro que diera origen a esta Escuela, Principios, de Carl Menger. Allí comenta algunas de sus contribuciones:

“No pretende esta introducción trazar un cuadro total y coherente de las reflexiones de Menger. Pero hay en su tratado algunos aspectos poco conocidos y algo sorprendentes que merecen una especial mención. Su detallada y seria investigación sobre la relación causal entre las necesidades humanas y los medios que sirven para satisfacerlas lleva, ya en las primeras páginas, a la distinción, hoy muy conocida, entre bienes del primero, del segundo, del tercero y de otros órdenes superiores. Esta división y el concepto, hoy ya también familiar, de los bienes complementarios son —a pesar de una opinión muy difundida que defiende lo contrario— expresión típica de una opinión de la particular atención que la Escuela austríaca ha consagrado siempre a la estructura técnica de la producción. Esta atención, que encuentra su más pura expresión en la “parte pre-teórica del valor”, tan cuidadosamente elaborada, anticipaba ya la discusión de la teoría del valor que aparecería en la obra posterior de Wieser, Theorie der gesellschaftlichen Wirtschaf (1914).

Más notable aún es el papel predominante que juega, desde el principio, el factor del tiempo. Hay una creencia muy difundida de que los primeros representantes de la economía política propendían a pasar por alto este aspecto temporal. Respecto de los fundadores de la exposición matemática de la moderna teoría del equilibrio, tal vez esté justificada esta impresión, pero no lo está respecto de Menger. Para él, la actividad económica es esencialmente una planificación en orden al futuro y su concepción del espacio temporal o, dicho con mayor exactitud, de los diferentes espacios temporales a los que se extiende la previsión humana en orden a la satisfacción de las diferentes necesidades (Ver Capítulo II, nota 2) tiene un acento decididamente moderno.

No es tarea fácil imaginarse hoy que Menger haya sido el primer autor que basó la distinción entre bienes libres y bienes económicos en el concepto de la escasez. Como él mismo dice (Ver Capítulo II, nota 7), todos los autores alemanes que ya habían utilizado estos conceptos con anterioridad —y muy concretamente Harmann— intentaron explicar la diferencia por la presencia o ausencia de costes, en el sentido de esfuerzos, mientras que la literatura inglesa ni siquiera conocía esta expresión. Es un hecho muy característico que en la obra de Menger no figure ni una sola vez la sencilla palabra de “escasez”, aunque fundamentó todo su análisis en esta idea. “Cantidad insuficiente” o “relación económica de las cantidades” son las equivalencias más exactas y aproximadas —aunque ciertamente mucho más pesadas— utilizadas en sus escritos.

Toda su obra se caracteriza por el hecho de que concede mucha mayor importancia a la cuidadosa descripción de un fenómeno que a designarlo con un nombre corto y adecuado. Esta tendencia impide muchas veces que su exposición sea todo lo expresiva que sería de desear, pero le inmunizaba en cambio frente a una cierta unilateralidad y contra el peligro de excesivas simplificaciones, en las que se incurre fácilmente cuando se recurre a fórmulas cortas. El ejemplo clásico de cuanto venimos diciendo se halla en la constatación de que Menger no descubrió ni utilizó (a cuanto yo sé) la expresión de “utilidad límite” introducida por Wieser. Habla siempre de “valor”, añadiendo, para explicar bien su idea, la clara pero pesada fórmula de “la significación que alcanzan para nosotros unos bienes concretos o cantidades de bienes, por el hecho de que tenemos conciencia de que dependemos de su posesión para la satisfacción de nuestras necesidades”. Y describe la magnitud de este valor como igual a la significación de la satisfacción menos importante que puede alcanzarse mediante una cantidad parcial de la cantidad de bienes disponible (Capítulo III, 1 y 2 y nota 8).”

Economía e instituciones: las cuestiones básicas, intercambios, valor, subjetividad, derechos de propiedad y órdenes espontáneos

Con los alumnos de OMMA Madrid, vemos el Capítulo 1 de “El Foro y el Bazar” que introduce, en forma breve, las contribuciones fundamentales de la economía para entender el accionar de las personas en sociedad: individualismo metodológico, subjetividad del valor y órdenes espontáneos. Acá, respecto a este último tema:

Los fenómenos sociales son complejos. Algunos los llaman sistemas, aunque tal vez sea preferible utilizar la palabra orden. Los hay de dos tipos: construidos y espontáneos. Toda sociedad es un orden, ya que, si no lo fuera, la supervivencia sería imposible, pues dependemos de los demás para satisfacer la mayoría de nuestras necesidades. Un orden permite coordinar las acciones de los individuos, cada uno de los cuales persigue intereses propios, y será un orden superior en tanto permita un mayor grado de coordinación de estas acciones.

El orden creado o construido, al que Hayek pone el nombre de taxis (Hayek 2006, p. 60), sería un orden dirigido, como una organización, aunque se debe tener en cuenta que incluso toda organización tienen algún componente de espontaneidad. La empresa creada por un emprendedor puede responder a su diseño inicialmente, pero luego quien la conduce solo en términos generales decide hasta los mínimos aspectos de su conformación. Por otro lado, el orden espontáneo lleva el nombre de cosmos, resultado de la evolución.

Los órdenes construidos son relativamente simples, se limitan a la capacidad de quien los ha creado, son observables a simple vista y persiguen los fines de quien los crea. Los espontáneos, por el contrario, pueden ser mucho más complejos, no se observan fácilmente y tampoco tienen un objetivo en particular, por más que sean útiles. Pensemos en el lenguaje, por ejemplo. Los idiomas que conocemos actualmente son resultado de largos procesos evolutivos, de extrema utilidad para comunicarnos y para coordinar nuestros planes, y al mismo tiempo complejos y sutiles, mucho más que los intentos de idiomas creados como el esperanto. Se van modificando, además, a medida que se utilizan, y a pesar de alguna que otra autoridad que quisiera tener un control mayor, pero termina a la zaga del lenguaje que realmente utiliza la gente. Muchos idiomas no tienen una “academia” —sí el español—, pero de todas formas la evolución de este idioma depende más de las palabras que usa y deja de usar la gente que de las definiciones de la Real Academia de la Lengua. El orden social es extremadamente complejo, porque cada uno de los participantes tiene movimiento propio .

La complejidad de un orden está determinada por la cantidad de elementos que lo componen, las relaciones que estos tienen entre sí, y la regularidad de los mismos. Solamente cuando se trata de pocos elementos, con limitadas relaciones y una alta regularidad, podremos hacer alguna predicción con alguna certeza de que se cumplirá. Cuando los elementos son muchos y la regularidad alta, podremos tener también algún grado de certeza, pero solamente para predecir ciertas tendencias, no un resultado específico. Cuando los elementos son muchos y la regularidad baja, esa capacidad de predicción es prácticamente inexistente. Esas regularidades serán las que estudiaremos aquí.

Los órdenes espontáneos funcionan incluso cuando las reglas que permiten su funcionamiento no son conocidas. El ejemplo más importante de orden espontáneo en economía es la metáfora de Smith sobre la mano invisible, para describir el funcionamiento de los mercados y el sistema de precios. Gran parte de los que participan en los mercados desconocen las conclusiones de la ley de la demanda o la ley de la oferta, de la utilidad marginal, no obstante lo cual participan intensamente en el mercado y mediante el mismo coordinan sus acciones con las de los demás, trátese bien de otros productores o bien de consumidores.

Este gran orden espontáneo que es el mercado desafía con frecuencia la capacidad de comprensión de muchos que presienten alguna “mano visible” dictando los destinos de cierto mercado o de toda una economía. Pero eso no es posible. Sí lo es, sobre todo para el que cuenta con el poder público, distorsionar el funcionamiento del orden espontáneo con normas que traban o impiden su normal desempeño, o lo desvían a un punto distinto de aquel al que los demás hubieran preferido alcanzar.

Hay ciertas normas, resultado de procesos evolutivos, que permiten una mayor y mejor coordinación de las acciones individuales y con las que, por lo tanto, se obtienen mejores resultados en la satisfacción de las necesidades humanas. Permiten acercarse al “equilibrio” como un resultado final en el que todas las acciones han sido coordinadas.

Preguntas sobre la acción humana, la subjetividad del valor y la utilidad marginal (V)

Los alumnos de Microeconomía en Madrid leen partes de “La Acción Humana” de Ludwig von Mises y plantean preguntas al autor que trataré de contestar aunque no lo sea:

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¿Actúa el hombre únicamente guiado por la escasez? ¿Acaso no es posible sustituir un estado de cosas poco satisfactorio por otro más satisfactorio, al margen de que exista escasez o no?

Si no hubiera escasez no tendría que actuar, ya “estaría” en ese otro estado más satisfactorio, o su tránsito sería automático.

¿Sería acertado decir que con el transcurso del tiempo van desapareciendo los bienes libres y que en el futuro todos los bienes serán económicos?

Con algunos puede suceder eso. Por ejemplo, puede comenzar a escasear el aire limpio, y llegar entonces a tener un valor. Pero también pueden surgir otros bienes libres. Por ejemplo, en el lenguaje surgen palabras nuevas que todos usamos gratuitamente.

¿Si el valor depende del sujeto, como se sabe en la práctica cual es el valor que debería tener un bien?

No se sabe. Lo que existirá es un precio, como fruto de las distintas valoraciones individuales.

Otras obras suyas (libros, artículos, conferencias) ¿me ayudarían a entender su punto de vista sobre las materias tratadas en La Acción Humana?

Recomiendo las lecturas sugeridas en el programa, los libros de Menger y Böhm-Bawerk.

De todos los conceptos expuestos ¿cuáles cree que permanecen vigentes a día de hoy?

En general todos ellos, son la base de la economía. El tema es que son tan fundamentales que muchos textos de economía los pasan por alto y comienzan desde la formación de los precios. Pero lo que Mises muestra es que hay cantidad de temas “filosóficos” en el análisis de estos fundamentos. Y cuando no se forma una base bien sólida, luego hay problemas para acertar el camino correcto más adelante.

El mundo evidentemente ha cambiado desde la redacción y publicación de este texto. ¿Hablaría el autor en estos momentos de cosas superfluas, en abundancia?

El mundo ha cambiado pero las leyes económicas son las mismas, en el Imperio Romano y en Corea del Norte.

Según von Mises, el valor de los bienes de primer orden determina el valor de los órdenes de mayor orden, pero ¿es esto realmente así? Es decir, si una autoridad de manera arbitraria fija el valor de un bien eso afecta a todos los otros bienes con los que se relaciona, ¿no? ¿Hay alguna situación que en la que el autor vería adecuada esa arbitrariedad?

El autor no vería adecuada esa arbitrariedad, por supuesto. Es porque valoramos fumar que tiene valor la planta de tabaco. Si mañana dejáramos de fumar y la planta no tuviera otro uso, se convertiría en una maleza. Y las máquinas para cosechar tabaco, si no pueden convertirse para otro cultivo, también perderían su valor. ¿Y el trabajo? El trabajo es un servicio que se utiliza en la producción de todo producto. El trabajo en el tabaco perdería valor, pero no en todos los otros usos del tabaco. El trabajador del tabaco usaría su trabajo, por ejemplo, en la cosecha de otro producto.

¿Por qué cree Ud. que el término praxeología tiene un uso tan restringido?

Porque no “prendió” entre los economistas y en las ciencias sociales.

¿Qué consejo nos daría para surcar el mar de temas tan complejos como: fines, medios, valor, necesidades, intercambio, acciones, bienes, servicios, órdenes, ganancia, pérdida, etc.?

Leer y pensar. Preguntar. Conversar con profesores y otros alumnos. Y volver a leer.

¿Cómo puedo aplicar la Ley de Utilidad Marginal en el día a día? – algunos ejemplos por favor.!

¿Valoraste la clase? ¿Valorarías igual que la repita? ¿Y que la dicte por tercera vez? ¿Cuarta?

Te tomas un café por la mañana. Es una gran satisfacción. ¿Otro? ¿Un tercero?

La utilidad marginal está detrás de todas tus acciones diarias.

Parece que en el artículo toda acción está basada en la utilización de unos medios para la consecución de un objetivo , la aplicación de la lógica al extremo, sin embargo hay muchas decisiones que se toma por intuición, capricho o sin lógica alguna, como responde el autor a tales cuestiones?

Mises no dice que todas nuestras acciones sean “razonadas” y “meditadas”. Como sea que lleguemos a ellas, las realizamos porque por alguna razón (tal vez por intuición o capricho), creemos que es el objetivo a alcanzar.

¿Porque la praxeologia rechaza el estudio de la ciencia?

No rechaza la ciencia como tal sino que se trata de utilizar otras ciencias para comprender las consecuencias de la acción humana. Tal vez la química nos pueda explicar por qué nuestro cerebro elige ciertos fines, pero es la praxeología la que nos explicará las consecuencias de nuestro accionar.

Teniendo en cuenta los resultados de estudios de la acción humana, ¿Podrías establecer unas pautas éticamente correctas de comportamiento?

Voy a arriesgar ciertas conclusiones “éticas” del análisis de la acción humana.

Si las valoraciones son individuales, y subjetivas. No hay un estándar objetivo de valor. Entonces se desprendería de eso una presunción en favor de la libertad, de forma tal que cada persona pueda buscar alcanzar los fines que “subjetivamente” desea alcanzar y no los que los demás queramos imponerle. ¿Y hasta dónde llega esa libertad? En una isla solitaria llega hasta los límites que impone la naturaleza: no puedo volar o saltar de una isla a otra. En una sociedad, además de los límites naturales existen límites sociales: mi libertad tiene que compatibilizarse con las mismas libertades de los demás.

Teniendo en cuenta los resultados de estudios de la acción humana, ¿Son previsibles dichas acciones en el futuro?

Podemos predecir que las personas perseguirán los fines que estimen más valiosos, pero será muy difícil predecir cuáles estos van a ser. Quienes lo hacen mejor…., son los emprendedores, que luego son recompensados con el éxito.

Preguntas sobre la acción humana, la subjetividad del valor y la utilidad marginal (IV)

Los alumnos de Microeconomía en Madrid leen partes de “La Acción Humana” de Ludwig von Mises y plantean preguntas al autor que trataré de contestar aunque no lo sea:

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¿Por qué incide tanto en el concepto de subjetividad?

Porque es un hecho real que no tenemos todos las mismas valoraciones, y que incluso nuestras valoraciones cambian con el tiempo o con el momento. Ahora tengo hambre, y tú estás aburrido. Como algo y el hambre se me va, pero entonces estoy aburrido como tú. Pero tú ahora estás viendo Real Madrid-Barca y tu preocupación ya no es el aburrimiento sino el resultado….

¿Hay fines dentro de fines?

Si los hay, son medios, aunque en otras circunstancias hayan sido fines. Es decir, no hay medios y fines “objetivos”, todo depende de la valoración que les doy en el momento.

¿Qué ocurre cuando los hombres actuamos movidos por el puro altruismo? ¿También valen todos estos planteamientos para las acciones de altruismo? ¿Piensa el autor que el altruismo es también ambición e interés propio? ¿Los planteamientos de Mises quieren decir que el hombre es egoísta por naturaleza?

Correcto. Desde esta perspectiva, el ser humano persigue su interés personal, tanto sea Mises como la Madre Teresa. En este sentido, ambos son “egoístas”, aunque aquí la definición no sirve para el contexto ético. En tal sentido, decimos que la Madre Teresa es altruista porque “su interés personal” es servir a los demás; y un egoísta sería quien sólo busca servirse a sí mismo.

¿Quiere decir todo esto que el hombre vive de forma continua en una permanente insatisfacción?

Porque nuestras necesidades parecen ilimitadas. Tenemos como una vocación de progreso. Obtuvimos algo, pero sabemos que se puede mejorar. Tenemos la vacuna contra la polio. ¿Queremos una vacuna contra el cáncer? Ahora que resolvimos el primer problema nos queda el siguiente, y tal vez esto no acabe nunca. Pero esa vocación es la que explica el progreso de la humanidad.

Normalmente no paramos de actuar hasta el día de nuestra muerte… Esta insatisfacción ¿nos hace infelices por naturaleza? O ¿es precisamente al revés?, ¿es la acción continua y la búsqueda y puesta en marcha de proyectos, con el fin de satisfacer nuestras necesidades, que requieren acción continua es lo que nos hace encontrar un sentido a la vida?

Esto ya es de sicología, pero bien interesante. ¿Qué puedo decir? Veo gente que es feliz produciendo, trabajando, y que eso incluso los mantiene vivos. ¿Necesita Mick Jagger seguir haciendo conciertos por todo el mundo? Otros, tal vez, odian producir y trabajar, pero en todo caso tienen otros fines, otras necesidades: quisieran estar todo el día sentados debajo de una palmera. Pero, en tal caso, tienen que resolver esa necesidad.

¿Por qué no se estudia economía en la universidades desde la óptica de la acción humana y que tendría que cambiar para que así fuera?

Se estudia también la acción humana pero desde una perspectiva diferente. La del individuo maximizador de utilidad, en particular monetaria, con otros modelos que, desde nuestra perspectiva, no son lo suficientemente completos para describir la acción humana y sus consecuencias. Se termina dándole más importancia al modelo matemático en sí que a las acciones de personas con conocimiento limitado.

¿Por qué no ha cuajado el concepto de praxeología?

En fin, los economistas han preferido continuar con “economía” y luego se han desarrollado áreas como el “análisis económico del derecho” (law & economics), el “análisis económico de la política” (public choice) o el “análisis económico de la conducta” (behavioral economics) que, en verdad, serían parte del contenido de la praxeología.

El valor que le damos a un bien ¿no depende también de la escasez del mismo, en vez de nuestra necesidades?

Por supuesto, la ley de utilidad marginal se basa tanto en la utilidad como en la escasez.

¿En todos los casos la utilidad marginal es la que determina el valor de los bienes económicos?

Correcto

¿Cómo puede medir el actor los distintos grados de escasez de los bienes económicos?

A través de los precios. Un precio más alto le indica un mayor grado de escasez.

¿Cuál sería la utilidad marginal del tiempo para el actor?

Cuando Bill Gates decide dejar Microsoft para dedicarse a una fundación que combate la malaria en África está mostrando en acción la utilidad marginal del tiempo. Su tiempo es escaso, y lo que le va quedando vale más, y es una escasez irremediable. Tiene que decidir si se queda y gana unos millones de dólares más o si hace otra cosa que le retribuya más, tiene que “economizar” su tiempo.

¿Por qué afirma que la ley de utilidad marginal no guarda relación con la psicología?

Porque explica la acción humana al margen de porqué la gente persigue ciertos fines y no otros. Es decir, sea la razón que sea por la que perseguimos ciertos fines, lo cierto es que asignaremos medios escasos a los fines más valorados.

¿Cómo es posible que los economistas clásicos no intentarán resolver la paradoja del valor no solo desde el concepto de la utilidad, sino también manejando el concepto de disponibilidad/escasez?

Todos lo intentaron. Los clásicos incluso creyeron que la habían resuelto al explicar el valor por el costo de producción o el trabajo. Pero luego, había cosas que esta teoría no lograba explicar, se hacía evidente la necesidad de otra teoría.

 

Preguntas sobre la acción humana, las valoraciones subjetivas y la utilidad marginal (I)

Los alumnos de Microeconomía en Madrid leen partes de “La Acción Humana” de Ludwig von Mises y plantean preguntas al autor que trataré de contestar aunque no lo sea:

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¿Qué impulsa al hombre a buscar la abundancia, y qué papel juega la escasez en este sentido?

El ser humano busca superar la escasez, que es su condición natural si no actuara. Si buscará la abundancia o no es otra cosa, algunos quieren tener bienes y servicios abundantes, otros prefieren simplemente resolver ciertas necesidades pero sin llegar a la abundancia de bienes y servicios.

¿Es posible que dos medios permitan lograr el mismo fin? En ese caso, ¿tendrían la misma utilidad marginal?

Suele ocurrir que para alcanzar un fin se necesita más de un medio. Pero no necesariamente tendrán la misma utilidad marginal, ya que recordemos que utilidad marginal es utilidad y escasez, y es probable que esos medios no tengan la misma escasez, entonces su valor sería diferente incluso si contribuyen al mismo fin.

¿Cómo pueden las empresas conocer el valor que los individuos dan a un mismo fin? (ejemplo coste de un coche para cubrir la necesidad de transporte)

No lo conocen. Sólo se manifiesta en la “preferencia revelada”, es decir, cuando el individuo actúa (compra o deja de comprar). Vienen y compran un coche, digamos, a 30.000 euros. Lo único que puedo decir es que valora más el coche que los euros, de otra forma no hubiera comprado, pero no puedo decir si su valoración era tan alta que hubiera estado dispuesto a pagar 35.000 o 40.000. Esto se logra, por ejemplo, en una subasta. Pero seguramente estas empresas no venden sus coches en subastas porque les resultaría muy costoso y los consumidores prefieren una compra directa.

Es un juego de prueba y error: ¿estarán los consumidores dispuestos a pagar este precio $P? ¿Cuántos de ellos encontrarán que su utilidad marginal es superior al precio que deben pagar por ese coche? Esto es algo que se va aprendiendo y las empresas automotrices, por supuesto, ya tienen décadas de conocimiento del comportamiento general de los consumidores.

En la bolsa, por cada persona que compra una acción, otra la vende ¿cómo se entiende esto si ambos individuos buscan (generalmente) el mismo fin, la rentabilidad?

Porque tienen distintas valoraciones subjetivas sobre esa misma acción. El vendedor prefiere el dinero a la acción (tal vez piensa que va a bajar, necesita el dinero para pagar otras cosas, piensa que hay otras acciones o inversiones que serían más rentables, etc.), mientras que el comprador valora más la acción que el dinero (tal vez supone que va a subir, quiere generar un ahorro de largo plazo, no valora tanto otras inversiones, etc.).

El autor dice “Veremos más adelante cómo el valor y el precio de los bienes de órdenes más elevados dependen del valor y el precio de los bienes del orden primero producidos gracias a la inversión de aquellos.”. ¿Qué pasa cuando se compra un coche nuevo (bien de orden primero) y el precio de este depende de los extras que tenga (bienes de orden más elevado)?

Yo diría que como está planteado son todos bienes de orden primero, sólo que distintos bienes: no es lo mismo este coche con aire acondicionado que este mismo coche sin él; y así con los demás extras. Los precios van variando según los consumidores valoren esos extras. En cuanto a los bienes de orden superior, se refiere a que es porque la gente valora tener aire acondicionado en su coche que luego estos equipos tienen valor, y es porque ellos así los valoran que el gas que se usa en el sistema de AA adquiere su valor. Si la temperatura cambiara y no hiciera falta AA, y el gas no tuviera otro uso, perdería todo su valor, ya que no lo encontraríamos útil. O si descubriéramos otra forma de refrigerar que fuera superior.

El autor menciona que en una ciencia cuyo objeto es el hombre, no hay lugar para hablar de nada con vigencia absoluta. ¿No hay ninguna verdad absoluta sobre el hombre?

Se refiere a que las valoraciones de los individuos no son fijas, de la misma forma que no lo son los fines que pretende alcanzar. Sin embargo, el mismo Mises extrae “leyes absolutas” del comportamiento humano a pesar de esos cambios.

El autor dice “la economía estudia la acción como tal, no siendo de su incumbencia los hechos síquicos que provocan esta o aquella actuación”. ¿No sería importante conocer el contexto que ha motivado dichas acciones?

La economía no estudia eso, pero no quiere decir que eso no sea importante o que no interese. Solo que no es parte de esta disciplina. Por eso habla de “praxeología” como una ciencia que abarca toda la acción humana, y como tal, todas las ciencias vinculadas a ella. También la sicología. El contexto es relevante para el que actúa. Claramente lo toma en cuenta para su decisión, es lo que determina la situación de escasez. Pero aquí estamos considerando las leyes de la acción, dado un determinado contexto, particularmente vinculado con la escasez.

¿Por qué afirma que la ley de utilidad marginal no es psicológica? Si la utilidad es la del fin satisfecho de menor valor y esos valores son subjetivos (psicológicos) debe haber una conexión muy fuerte entre esta ley económica y la psicología.

Sí, la hay, pero en economía estudiamos las consecuencias de esa acción, no sus motivaciones. De nuevo, no quiere decir que no sean importantes, pero son parte de otra disciplina. Ahora la “behavioral economics” o “economía de la conducta” trata de analizar eso, es como avanzar hacia las motivaciones sicológicas del actuar. Está muy bien, pero es un área diferente a la de la teoría económica.