Clásicos del siglo XIX: dos franceses (Jean Baptiste Say y Frederic Bastiat y un inglés (John Stuart Mill)

Los alumnos de UCEMA, Historia del Pensamiento Económico y Social leen a Jean Baptiste Say (1767-1832), un ‘clásico’ francés quien nunca debe haber sospechado la importancia que adquiriría en la política económica del siglo XX. Tambien a otro clásico que comparte su opinión como John Stuart Mill y a Frederic Bastiat.

Seguramente han conocido la famosa “Ley de Say” presentada como “toda oferta crea su propia demanda”. Desde el punto de vista, digamos, del ‘marketing’, la frase parece absurda; nadie tiene garantizado que simplemente por ofrecer algo exista alguien que esté dispuesto a comprarlo. Pero, ¿es eso lo que dijo Say?, o ¿es eso lo que quiso decir?

La lectura es sobre el capítulo de su libro ‘Tratado de Economía Política’ donde precisamente presenta esta idea:

Jean Baptise Say, A treatise on political economy, capítulo XV «Of the demand of market for products»: http://www.econlib.org/library/Say/sayT15.html#Bk.I,Ch.XV

En castellano: http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/33_10_Say.pdf

“Una persona que dedique su esfuerzo a invertir en objetos de valor que tienen determinada utilidad no puede pretender que otros individuos aprecien y paguen por ese valor, a menos que dispongan de los medios para comprarlo. Ahora bien, ¿en qué consisten estos medios? Son los valores de otros productos que también son fruto de la industria, el capital y la tierra. Esto nos lleva a una conclusión que, a simple vista, puede parecer paradójica: es la producción la que genera la demanda de productos.”

“Si un comerciante dijera: «No quiero recibir otros productos a cambio de mi lana; quiero dinero», sería sencillo convencerlo de que sus clientes no podrían pagarle en dinero si antes no lo hubieran conseguido con la venta de algún bien propio. Un agricultor podrá comprar su lana si tiene una buena cosecha. La cantidad de lana que demande dependerá de la abundancia o escasez de sus cultivos. Si la cosecha se pierde, no podrá comprar nada. Tampoco podrá el comerciante comprar lana ni maíz a menos que se las ingenie para adquirir además lana o algún otro artículo con el cual hacer la compra. El comerciante dice que sólo quiere dinero. Yo digo que en realidad no quiere dinero, sino otros bienes. De hecho, ¿para qué quiere el dinero? ¿No es acaso para comprar materias primas o mercaderías para su comercio, o provisiones para su consumo personal? Por lo tanto, lo que quiere son productos, y no dinero. La moneda de plata que se reciba a cambio de la venta de productos propios, y que se entregue en la compra de los de otras personas, cumplirá más tarde la misma función entre otras partes contratantes, y así sucesivamente. De la misma manera que un vehículo público transporta en forma consecutiva un objeto tras otro. Si no puede encontrar un comprador, ¿diría usted que es solamente por falta de un vehículo donde transportarlo? Porque, en última instancia, la moneda no es más que un agente que se emplea en la transferencia de valores. Su utilidad deriva de transferir a sus manos el valor de los bienes que un cliente suyo haya vendido previamente, con el propósito de comprarle a usted. De la misma manera, la próxima compra que usted realice transferirá a un tercero el valor de los productos que usted anteriormente haya vendido a otros. De esta manera, tanto usted como las demás personas compran los objetos que necesitan o desean con el valor de sus propios productos, transformados en dinero solamente en forma temporaria. De lo contrario, ¿cómo es posible que la cantidad de bienes que hoy se venden y se compran en Francia sea cinco o seis veces superior a la del reinado miserable de Carlos VI? ¿No es evidente que deben haberse producido cinco o seis veces más bienes, y que deben haber servido para comprarse unos a otros?”

Y aquí el párrafo que diera lugar a esa interpretación llamada “Ley de Say”. ¿Parece tan ilógico como alguien (¿quién?) lo quiso presentar?:

“Cuando un producto superabundante no tiene salida, el papel que desempeña la escasez de moneda en la obstrucción de sus ventas en tan ínfimo que los vendedores aceptarían de buen grado recibir el valor en especie para su propio consumo al precio del día: no exigirían dinero ni tendrían necesidad de hacerlo, ya que el único uso que le darían seria transformarlo inmediatamente en artículos para su propio consumo.

Esta observación puede extenderse a todos los casos donde exista una oferta de bienes o servicios en el mercado. La mayor demanda estará universalmente en los lugares donde se produzcan más valores, porque en ningún otro lugar se producen los únicos medios de compra, es decir, los valores. La moneda cumple sólo una función temporaria en este doble intercambio. Y cuando por fin se cierra la transacción, siempre se habrá intercambiado un bien por otro.

Vale la pena señalar que desde el instante mismo de su creación el producto abre un mercado para otros por el total de su propio valor. Cuando el productor le da el toque final a su producto, está ansioso por venderlo de inmediato, por miedo a que pierda valor en sus manos. De la misma manera, quiere deshacerse del dinero que recibe a cambio, ya que también el valor del dinero es perecedero. Pero la única manera de deshacerse del dinero es comprando algún otro producto. Por lo tanto, la sola creación de un producto inmediatamente abre una salida para otros.”

Competencia en las telecomunicaciones: impuestos y regulaciones reducen sus beneficios

Competencia en las telecomunicaciones. Al igual que en cualquier otro mercado, la competencia favorece a los consumidores con más opciones de mejores productos y servicios pero las regulaciones pueden restringirla y también sus beneficios. Lo plantea este estudio publicado por el Institute Économique Molinari, presentado con este título “Télécoms et innovation, donner la priorité à la création de richesse plutôt qu’à la redistribution”; y con un comunicado de prensa con un título bien largo que, traducido, dice así: “En lugar de gravar a las empresas digitales para financiar las telecomunicaciones, Europa debería eliminar más de 1.500 millones de euros en impuestos IFER y de producción, permitir fusiones de proveedores diez veces más pequeñas que en EE. UU. y ponerse al día con 10 billones de euros en inversión a largo plazo”: https://www.institutmolinari.org/2023/04/12/telecoms-et-innovation-donner-la-priorite-a-la-creation-de-richesse-plutot-qua-la-redistribution/

“El estudio concluye que el foco debe estar en eliminar los impuestos que penalizan a las redes, adaptar la legislación europea de competencia para permitir fusiones y eliminar los sesgos regulatorios antibursátiles en lugar de buscar imponer cambios en los acuerdos de reparto de beneficios con actores de la industria no sujetos a estos. restricciones europeas.

TRIBUTACIÓN: Eliminar los 1.500 millones de euros en impuestos a la producción, como el impuesto a tanto alzado sobre las empresas de red (IFER), que se imponen además de impuestos sobre los beneficios más elevados que los que pagan otras empresas en Francia y Alemania.

La capacidad de desarrollo del sector de las telecomunicaciones se ve obstaculizada por una onerosa doble imposición. Los impuestos a la producción son el doble que en otros sectores del mercado. Estos se suman a los impuestos de sociedades, que también son anormalmente altos, ocho puntos porcentuales por encima de otros sectores económicos en Francia y Alemania.

En la Unión Europea (UE), los impuestos a la producción netos de subvenciones a las telecomunicaciones fueron de 2600 millones de euros en 2020, lo que representa el 1 % de los ingresos de las telecomunicaciones. Esta proporción es el doble que en la economía de mercado general, donde los impuestos a la producción promedian el 0,5% de los ingresos.”

Un elemento clave para al origen y sostenimiento de la cooperación social: la reciprocidad

Hay un elemento fundamental en la evolución de la sociedad y también en el funcionamiento de los mercados: es necesario cooperar con los demás pero también sancionar a quienes no cooperan. Es decir, actuar con reciprocidad: cooperar con quien coopera y no hacerlo con quien no coopera. Sobre este tema de la reciprocidad, aquí va un artículo publicado en Evolution and Human Behavior: “What is reciprocity? A review and expert-based classification of cooperative transfers”, por Diego Guevara Beltran, Andres Munoz y Athena Aktipis del Department of Psychology, Arizona State University; Jessica D. Ayers Boise State University y Lee Cronk Rutgers University: https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2023.05.003

“Después de décadas de investigación sobre el tema de la reciprocidad, todavía no hay consenso sobre el significado del término. En cambio, ha habido una proliferación de términos de reciprocidad con definiciones variadas, algunos de los cuales se superponen de manera que generan confusión para los académicos que estudian la cooperación. En este documento, proporcionamos un resumen de 34 términos de reciprocidad y sus definiciones de una variedad de disciplinas. Luego informamos los resultados de una encuesta de expertos en cooperación que abarcan biología, antropología, economía, sociología y psicología (N = 85) sobre la medida en que consideran que 30 de estas definiciones de reciprocidad son realmente reciprocidad. Los expertos también calificaron hasta qué punto consideraban diecisiete escenarios hipotéticos como ejemplos de reciprocidad. Usamos un análisis factorial exploratorio y encontramos que las respuestas se agruparon en torno a cuatro dimensiones de las transferencias: equilibrada (p. ej., reciprocidad equilibrada), basada en la reputación (p. ej., reciprocidad generalizada), basada en la deuda (p. ej., reciprocidad calculada) e incondicional (p. ej., reciprocidad negativa). reciprocidad). Aunque los investigadores acordaron que el término reciprocidad era útil y necesario, hubo poco acuerdo entre los académicos sobre lo que debería considerarse reciprocidad. Sin embargo, hubo un alto acuerdo en que las transferencias incondicionales, que se caracterizan por la falta de expectativas de reembolso, no deberían considerarse reciprocidad. Proponemos que los estudiosos de la cooperación consideren el uso de estas cuatro dimensiones cuando se refieren a transferencias cooperativas en lugar de usar términos de reciprocidad para facilitar la comunicación entre disciplinas, resolver problemas relacionados con definiciones ambiguas de reciprocidad y brindar una solución a la falta de consenso sobre lo que constituye reciprocidad.”

¿Hay que regular las innovaciones, p.ej. médicas, o que se enfrenten a los riesgos de litigios?

¿Es mejor regular a los innovadores o dejar que se enfrenten a posibles demandas? Lo considera este paper “Regulating the Innovators: Approval Costs and Innovation in Medical Technologies, de Parker Rogers, University of California at San Diego, Economics Department: https://parkerrogers.github.io/Papers/RegulatingtheInnovators_Rogers.pdf

“¿Cómo afecta la regulación de la FDA a la innovación y la concentración del mercado? Examino esta pregunta aprovechando los eventos de desregulación de la FDA que afectaron a ciertos tipos de dispositivos médicos, pero no a otros. Mi análisis de estos datos revela tres hallazgos clave. Primero, los eventos de desregulación aumentaron significativamente la cantidad y la calidad de las nuevas tecnologías en los tipos de dispositivos médicos afectados en relación con los controles. Estos aumentos son particularmente fuertes entre las empresas pequeñas y sin experiencia. En segundo lugar, los siete eventos aumentaron la firmeza y redujeron los precios de los procedimientos médicos que utilizan los tipos de dispositivos médicos afectados. Finalmente, las tasas de lesiones graves y muertes atribuibles a dispositivos defectuosos no aumentaron significativamente después de estos eventos. seguridad en respuesta al aumento del riesgo de litigio.”

¿Con la Inteligencia Artificial podrá el estado planificar la economía? Otra vez, la respuesta es no.

Una y otra vez, con cada avance de la tecnología informática se vuelve a plantear que ahora sí, con esa tecnología, el Estado podrá planificar la economía. Que no tenerla en el pasado es lo que explica su fracaso. Y otra vez se muestra que no es así, ahora con la llegada de la Inteligencia Artificial. Lo plantea este artículo: Davidson, Sinclair, “The Economic Institutions of Artificial Intelligence” (June 14, 2023). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4456471  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4456471

“Este artículo explora el papel de la inteligencia artificial (IA) dentro de las instituciones económicas, centrándose en la racionalidad limitada tal como la entiende Herbert Simon. La inteligencia artificial puede hacer muchas cosas en la economía, como aumentar la productividad, mejorar la innovación, crear nuevos sectores y puestos de trabajo y mejorar el nivel de vida. Una de las formas en que la IA puede alterar la economía es reduciendo el problema de la racionalidad limitada. La IA puede ayudar a superar este problema procesando grandes cantidades de datos, encontrando patrones e información, y haciendo predicciones y recomendaciones. Esta idea plantea la pregunta: ¿puede la IA superar los problemas de planificación? ¿Podría ser que la planificación central sea ahora una opción viable? Este artículo argumenta que la IA no hace que la planificación central sea viable, simplemente porque la IA no puede resolver el problema de la información descrito por Ludwig von Mises y Friedrich Hayek.”

Empresas y negocios: Distintas estrategias internacionales y casos sobre países y empresas

Con los alumnos de UCEMA en la materia Empresas y Negocios Internacionales vemos algunos casos de empresas y paises y el Cap. 10 de Mason & Dunung sobre las estrategias internacionales, y aquí explican lo que es una estrategia multidoméstica:  

Estrategia multidoméstica  

La estrategia multidoméstica maximiza la capacidad de respuesta local al otorgar autoridad para la toma de decisiones descentralizadoras a las unidades de negocios locales en cada país para que puedan crear productos y servicios optimizados para sus mercados locales. Una estrategia multidoméstica sería apropiada, por ejemplo, donde la tesis del mundo plano de Thomas Friedman no es aplicable. Una estrategia multidoméstica se centra en la competencia dentro de cada país y maximiza la capacidad de respuesta local.  

Asume que los mercados difieren y, por lo tanto, están segmentados por fronteras nacionales. En otras palabras, las necesidades y deseos de los consumidores, las condiciones de la industria (por ejemplo, el número y tipo de competidores), las estructuras políticas y legales y las normas sociales varían según el país.  

Mediante una estrategia multidoméstica, la empresa puede personalizar sus productos para satisfacer las preferencias y necesidades específicas de los clientes locales. Como resultado, la empresa puede competir de manera más efectiva en cada mercado local y aumentar su participación en el mercado local. Sin embargo, la desventaja de una estrategia multidoméstica es que la empresa se enfrenta a más incertidumbre debido a las estrategias adaptadas a los diferentes países.  

Además, debido a que la empresa está siguiendo diferentes estrategias en diferentes ubicaciones, no puede aprovechar las economías de escala que podrían ayudar a reducir los costos para la empresa en general. La estrategia multidoméstica ha sido más utilizada por las empresas multinacionales europeas debido a la variedad de culturas y mercados que se encuentran en Europa.  

Como se mencionó anteriormente, ¡YumBrands tiene un fuerte incentivo para competir internacionalmente con sus conceptos de restaurantes (es decir, KFC, Pizza Hut, Taco Bell, A&W Restaurants y Long John Silver’s). ¡Mmm! persigue una estrategia multidoméstica tratando de localizar tanto como sea posible. La firma no abre restaurantes usando solo el modelo estadounidense. Dondequiera que la empresa tenga ubicaciones, se adapta constantemente a los gustos locales y negocia bien cuando cambian los climas culturales y políticos: “En Japón, por ejemplo, KFC vende tiras crujientes de tempura. En el norte de Inglaterra, KFC hace hincapié en la salsa y las patatas, mientras que en Tailandia ofrece arroz fresco con salsa de soja o chile dulce. En Holanda, la empresa elabora una croqueta de patata y cebolla. En Francia, vende pasteles junto con pollo. Y en China, el pollo se vuelve más picante cuanto más al interior viajas. Cada vez más, si es solo una marca estadounidense sin un atractivo regional, será difícil de comercializar «. [1]  

Reconociendo esta limitación, ¡Yum! introduce sus productos en los mercados extranjeros que se encuentran a la distancia de «sabor» más corta de sus mercados nacionales tradicionales. [2] Por lo tanto, se adhiere a áreas de alta población en las que la cultura estadounidense también tiene cierto atractivo. 

En una elección de tres candidatos, cuando está polarizada, lo peor puede suceder al que se ubica en el centro

Hay investigaciones que se realizan en otros lados, sin ninguna intención de referirse a lo que aquí ocurre y sin embargo, parece hacerlo. Por ejemplo, este paper, titulado “Three candidate election strategy”, por Dorje C. Brody School of Mathematics and Physics, University of Surrey y Tomooki Yuasa Graduate School of Management, Tokyo Metropolitan University: https://arxiv.org/pdf/2305.00693.pdf

“La probabilidad de que un determinado candidato gane una futura elección se calcula en formas cerradas en función de (i) las tasas de apoyo actuales para cada candidato, (ii) el posicionamiento relativo de los candidatos dentro del espectro político, (iii) el tiempo restante para la elección, y (iv) la velocidad a la que se revela información ruidosa al electorado desde ahora hasta el día de la elección, cuando hay tres o más candidatos. que la estrategia óptima para controlar la información puede ser compleja y no trivial, en contraste con una carrera de dos candidatos. Un hallazgo sorprendente es que para que un candidato tome el centro del terreno en una competencia electoral entre un electorado polarizado, ciertas estrategias son fatales en el sentido de que la probabilidad ganadora resultante para ese candidato se desvanece de manera idéntica.”

Desigualdad e injusticia no son sinónimos: el impuesto sobre la herencia debería ser derogado

El impuesto sobre la herencia debería ser derogado. Desigualdad e injusticia no son sinónimos. Es lo que concluye este trabajo de François Facchini (CES – Centre d’économie de la Sorbonne – Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne – CNRS – Centre National de la Recherche Scientifique): “L’impôt sur l’héritage: actualité d’un vieux débat”.2023,pp.121-140. https://hal.science/hal-04096998/document

“El impuesto de sucesiones grava la transmisión de patrimonio en el momento del fallecimiento del contribuyente. Es un impuesto sobre el patrimonio del difunto. La base imponible es igual al valor de los bienes que poseía el contribuyente en el momento de su fallecimiento, menos los legados a un cónyuge exento, las cantidades sujetas a desgravación y exención, las deudas, las contribuciones a organizaciones benéficas, los gastos funerarios y el coste de administración de la herencia. Se trata de un tema de gran actualidad. El objetivo de este artículo es resumir los puntos principales. El primer apartado se centra en el sesgo igualitarista que rodea todos los debates contemporáneos sobre el impuesto de sucesiones. Siguiendo a Robert Nozick (1974), señala que desigualdad e injusticia no son sinónimos, y que la proliferación de estadísticas sobre desigualdad no dice nada sobre la justicia o injusticia de un orden económico. En la tercera sección, presenta la literatura sobre la eficacia de este tipo de impuestos y constata que los impuestos sobre sucesiones tienden a tener un efecto negativo sobre el ahorro y el crecimiento a largo plazo de un país. Si el impuesto de sucesiones no es justo ni eficiente, debería suprimirse, como ocurre en muchos países. Así se cumplirían las expectativas de los ciudadanos en este ámbito.”

Los puntos en común de la escuela de Public Choice, la Economía Constitucional y el Ordoliberalismo

Hay distintas áreas o escuelas en la ciencia económica que se relacionan en buena parte de sus contenidos. Éste podría ser el caso de tres de ellas: Public Choice o el análisis económico de la política, Constitutional Economics y Ordoliberalismo, según este artículo: “Standing on the Shoulders of Giants or Science? – Lessons from Ordoliberalism”, por Lars P. Feld, de University of Freiburg y Walter Eucken Institute y Ekkehard A. Köhler, de la School of Economic Disciplines University of Siegen: https://www.cesifo.org/DocDL/cesifo1_wp10382.pdf

“James Buchanan habría celebrado su cumpleaños número 100 en 2019. Esto sirve como inspiración para mirar el futuro de la elección pública y la cuestión de cuánta normatividad puede soportar la elección pública. En nuestro análisis trazamos paralelismos entre la elección pública y el ordoliberalismo alemán (y su origen en la Escuela de Economía de Friburgo). Argumentamos que la recepción del ordoliberalismo ejemplifica trampas fáciles de comprender que deben tomarse en serio. Anclamos la futura agenda de elección pública en una sólida perspectiva individualista. Al igual que el ordoliberalismo, la elección pública tendrá que aclarar su relación con la economía normativa. Los efectos de las reglas e instituciones y sus propiedades operativas deben analizarse empíricamente a fondo. El papel de las ideas es importante para la base normativa tanto de la elección pública/economía constitucional como del ordoliberalismo, y tiene sus raíces en el individualismo normativo. Proporciona un punto de referencia por el cual las reglas y las instituciones pueden juzgarse como favorables.”

Vernon Smith sobre las dos caras de Adam Smith: ¿qué sómos? ¿Altruistas o egoístas? ¿O ambas?

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, de UCEMA, completamos el análisis de las contribuciones de Adam Smith y los escoceses leyendo un artículo de otro Smith, Vernon, premio Nobel de Economía 2002 por sus aportes para el desarrollo de la economía experimental. El artículo se llama “Las dos caras de Adam Smith”:

Vernon Smith - copia

“No es de la benevolencia del carnicero, del cervecero, o del panadero, de quienes debemos esperar nuestra cena, sino de la preocupación de estos por sus propios intereses… Esta división del trabajo no está originada en ninguna sabiduría humana, que anticipa y procura la opulencia a la que da lugar. Lo está en la necesaria, aunque muy lenta y gradual consecuencia, de una cierta propensión que observamos en su naturaleza, que sin buscar esa utilidad generalizada, lo inclina al trueque e intercambio de una cosa por otra”. La riqueza de las naciones, Adam Smith, 1776

“No importa cuán egoísta se suponga al hombre, es evidente que hay ciertos principios en su naturaleza que lo hacen interesarse en la fortuna de los demás, y transforman la felicidad de aquellos en necesaria para él, aunque no obtenga de eso otro placer más que observarla”. La teoría de los sentimientos morales, Adam Smith, 1759

Para Vernon Smith, como para Coase en un post anterior, no hay contradicción y recurre a la antropología y la sicología evolutiva para concluir:

“Sin embargo, estas dos visiones no son inconsistentes si reconocemos como un rasgo distintivo fundamental de los homínidos su propensión universal al intercambio social. Esta propensión se expresa tanto en el intercambio personal en las transacciones sociales en pequeños grupos, como en el comercio impersonal, por medio de extensos mercados de grandes grupos. De esa manera, podemos decir que Smith tenía solo un axioma de comportamiento: “la propensión al trueque e intercambio de una cosa por otra”, donde los objetos de intercambio los interpretaré de tal manera que incluyan no solo bienes, sino también regalos, asistencia y favores, fundados en la simpatía y preocupación por los demás. Esto es, “en la generosidad, humanidad, amabilidad, compasión, amistad y estima” (Smith, 1759).”

“Como se puede observar en los registros etnográficos y en experimentos de laboratorio, ya sea que se intercambien bienes o favores, en ambos casos se producen ganancias, que son las que los seres humanos buscan incesantemente en todas las transacciones sociales. Así, este axioma de Adam Smith, interpretado de manera que incluya el intercambio de bienes y de favores -cuando éste ocurre en distintos instantes del tiempo-, así como el comercio de bienes -cuando éste es efectuado en un instante preciso del tiempo, ya sea por medio del dinero o por medio del trueque por otros bienes-, es suficiente para caracterizar la mayor parte de los emprendimientos sociales y culturales humanos. Esto explica por qué la naturaleza humana parece inducir a las personas a preocuparse simultáneamente de sí misma y de los demás, y permitiría entender el origen y fundamento último de los derechos de propiedad.”

“El derecho de propiedad es una garantía que permite que ciertos actos sean realizados por personas dentro de los marcos definidos por ese derecho. Nosotros automáticamente pensamos en el Estado como el garante contra represalias cuando los titulares del derecho lo ejercen. Pero los derechos de propiedad preceden a los estados-naciones, porque el intercambio social al interior de tribus sin Estado, y el comercio entre estas tribus precede a la revolución agrícola ocurrida hace solo 10.000 años, un mero pestañeo en la escala de tiempo de la emergencia de los humanos. Tanto el intercambio social como el comercio reconocen implícitamente derechos mutuos para actuar que se traducen en lo que normalmente llamamos “derechos de propiedad”. ¿En qué sentido son estos derechos “naturales”? La respuesta, creo, se encuentra en la universalidad, espontaneidad y valor adaptativo evolucionario de la reciprocidad. La reciprocidad en nuestro actuar, que se observa en la conducta humana (y también prominentemente en la de nuestros parientes cercanos, los chimpancés), es el fundamento de nuestro rasgo distintivo como criaturas de intercambio social, intercambio que hemos extendido para incluir el comercio con personas sin parentesco y también con miembros de otras tribus mucho antes que adoptáramos la agricultura y la ganadería como formas de vida.”