¿Ciudades privadas en China? Autoritarios pero con mente abierta para ciertas cosas

¿Ciudades privadas en China? Un país gobernado por un partido comunista muestra que, en algunos aspectos (no obviamente en permitir opositores, por ejemplo) tienen una mente bastante abierta. Este sería el caso con el desarrollo de “ciudades privadas”, o “free cities”. Esto se comenta en una nota publicada en China Talk: https://chinatalk.substack.com/p/jialong-sichuans-privately-run-city?s=w

Se titula “Jiaolong: Sichuan’s Privately-run City” y comenta: “Algunos gobiernos locales en China están permitiendo que corporaciones privadas desarrollen nuevas ciudades y brinden servicios públicos.”

La clave es la descentralización, que permite a los gobiernos locales experimentar diferentes políticas. Así comienza:

“La rápida urbanización de China desde el comienzo de la era de reforma y apertura se considera, con razón, una de las megatendencias de los siglos XX y XXI. El patrón de urbanización principal de la urbanización impulsada por el gobierno local es cada vez más conocido, aunque en parte debido a los problemas financieros, de incentivos y de desplazamiento que surgen cuando el gobierno local confisca tierras rurales de los agricultores y las desarrolla para uso urbano e industrial.

Los casos menos conocidos involucran un esquema cada vez más común de urbanización impulsada por el sector privado en China. En este caso, los actores del sector privado se hacen cargo de la coordinación y el proceso de desarrollo de la urbanización.

Empresas como China Fortune Land Development (CFLD) están desarrollando ciudades industriales como asociaciones público-privadas (PPP) con los gobiernos locales. CFLD ha desarrollado alrededor de 100 ciudades industriales, principalmente en China, con algunas en el sudeste asiático.”

Pero no es el ya conocido modelo de “participación público-privada” o PPP, sino lo siguiente:

“Además del modelo de APP, también existe un modelo totalmente privatizado en el que el gobierno local firma un contrato de concesión con una empresa privada responsable del desarrollo y operación de la ciudad, incluida la prestación de servicios públicos y la recepción de impuestos.”¿

Douglass North y la relación entre ideas, incentivos, instituciones y luego, resultados

  • Con los alumnos de la materia Historia del Pensamiento Económico I, Económicas, UBA, vemos dos artículos de Douglass North. Primero en su artículo La Nueva Economía Institucional y el cambio que se produce en su propia visión, reflejado en el artículo “Instituciones, Ideología y Desempeño Económico”. Esto plantea una cuestión de causalidad, ¿qué determina a qué? o ¿qué va primero? ¿Son las ideas las que determinan las instituciones que predominan en una sociedad? o ¿son las instituciones las que determinan las ideas que predominan? Por supuesto, la relación va en los dos sentidos, por eso es difícil aislar un efecto sin el otro:

“Las ideologías subyacen las estructuras que poseen los individuos para explicar el mundo que los rodea. Las ideologías contienen un elemento normativo esencial; es decir, explican tanto cómo es el mundo y cómo debiera ser. Mientras que los modelos subjetivos suelen ser una combinación de creencias, dogmas, teorías cuerdas y mitos, usualmente contienen también elementos de una estructura organizada que los hacen mecanismos económicos para recibir e interpretar información.

La ideología no juega un papel en la teoría económica neoclásica. Los modelos racionales asumen que los actores poseen modelos correctos para interpretar el mundo que los rodea o para recibir información que los llevará a revisar y corregir sus modelos incorrectos. Quienes no se adapten fracasarán en los mercados competitivos que caracterizan a las sociedades. Uno de los temas importantes es la información que reciben los individuos acerca de sus modelos subjetivos, lo cual los llevará a ponerlos al día. Si la racionalidad instrumental de la teoría económica fuese correcta, anticiparíamos que las teorías falsas serían descartadas, y en cuanto a que la maximización de la riqueza es una característica del comportamiento humano, podríamos decir que el crecimiento sería característico en toda economía. Con un horizonte lo suficientemente lejano, puede ser que esto sea correcto, pero luego de 10,000 años de historia económica humana seguimos lejos de un crecimiento económico universal. El hecho simple es que no poseemos la información para poner al día nuestras teorías subjetivas y llegar a una sola teoría verídica; consecuentemente, no hay un equilibrio que se obtenga como producto. Al contrario, lo que existen son varios equilibrios que nos llevan en varias direcciones, incluida la estagnación y el decrecimiento de las economías. La ideología importa, pero ¿de dónde vienen los modelos subjetivos de los individuos, y cómo se alteran?

Los modelos subjetivos que las personas utilizan para descifrar el ambiente son en parte una consecuencia del crecimiento y de la transmisión del conocimiento científico, y en parte de la herencia cultural de cada sociedad. En la medida en que la primera forma de conocimiento (científico) determine las decisiones, un enfoque racional e instrumental es la mejor manera de analizar el desempeño económico, pero la gente siempre ha acudido a mitos, tabúes, religiones, y otras formas de herencia cultural para explicar su ambiente. La cultura es más que una mezcla de distintas formas de conocimiento; está cargada de valores y estándares de comportamiento que han evolucionado para resolver problemas de intercambio, ya sea éste social, político o económico. En toda sociedad evoluciona una estructura informal para estructurar la interacción humana. Esta estructura es el “inventario de capital” básico que define la cultura de una sociedad; es decir, que la cultura provee un orden conceptual basado en el idioma para codificar e interpretar la información que los sentidos le presentan al cerebro. Como resultado, la cultura no sólo juega un papel en formar las reglas formales sino también está por debajo de los frenos informales que son parte de las instituciones.

Las construcciones ideológicas que los individuos poseen para explicar su ambiente cambian. Estas construcciones son claramente influenciadas por los cambios fundamentales en los precios relativos, lo cual resulta en una inconsistencia persistente entre los resultados percibidos y los resultados predichos por los modelos subjetivos que poseen los individuos. Pero eso no es todo. Las ideas importan; la combinación de cambios generados en precios relativos filtrada a través de las ideas condicionadas culturalmente es la responsable de que los modelos subjetivos evolucionen.”

China: que cien flores se abran. Ahora sí usaron esta política no para eliminar disidentes sino para descubrir el progreso

Cuando Mao lanzó una política denominada “que cien flores se abran, que florezcan cien ideologías”, en realidad fue una forma de que se auto-revelaran los disidentes para luego limpiarlos. Después, parece que se aplicó en mejor forma:

Una característica de las reformas en China que le ha permitido moverse hacia instituciones de mercado (aunque no las hubo en las instituciones políticas) es haber permitido el ensayo de nuevas ideas a nivel local, y aquellas exitosas se extendieron luego. Esta es una muy buena idea, que permitiría en nuestros países, por ejemplo, probar las bondades de bajos impuestos y regulaciones en una determinada región y mostrar luego su resultado.

Esto es lo que tratan Shaoda Wang y David Y. Yang en un paper titulado “Policy Experimentation in China: The Political Economy of Policy Learning” RESEARCH BRIEFS IN ECONOMIC POLICY NO. 294, publicado por el Cato Institute: https://www.cato.org/research-briefs-economic-policy/policy-experimentation-china-political-economy-policy-learning

Esto comentan:

“Muchos gobiernos se han involucrado explícita o implícitamente en la experimentación de políticas en diversas formas para resolver la incertidumbre política y facilitar el aprendizaje de políticas. La experimentación de políticas sofisticadas ha incluido secuencias de ensayo y error y rigurosos ensayos controlados aleatorios en subregiones de un país. Sin embargo, pocos experimentos de políticas pueden compararse con la experimentación sistemática de políticas en China en términos de amplitud, profundidad y duración. Desde la década de 1980, el gobierno chino ha estado probando sistemáticamente diferentes políticas en todas las regiones y, a menudo, en múltiples iteraciones de una o más políticas antes de decidir si implementar las políticas en toda la nación.

Este proyecto tiene como objetivo describir y comprender la experimentación política de China desde la década de 1980. Muchos académicos han argumentado que la búsqueda de una experimentación política amplia, continua e institucionalizada fue un mecanismo fundamental que condujo al ascenso económico de China en las últimas cuatro décadas. No obstante, sorprendentemente se sabe poco acerca de las características de la experimentación de políticas o cómo la estructura de la experimentación puede afectar el aprendizaje de políticas y los resultados de las políticas.

Nos enfocamos en dos características de la experimentación de políticas que pueden determinar si proporciona señales informativas y precisas sobre la efectividad general de las políticas. En primer lugar, en la medida en que los efectos de las políticas varían según las localidades, la selección representativa de los sitios de experimentación es fundamental para garantizar un aprendizaje imparcial de los efectos promedio de las políticas. En segundo lugar, en la medida en que los esfuerzos de los actores clave (como los políticos locales) pueden desempeñar un papel importante en la configuración de los resultados de las políticas, los experimentos que inducen esfuerzos excesivos a través de incentivos políticos locales pueden generar señales exageradas de eficacia de las políticas.”

 

 

Alberdi sobre el rumbo que debería seguir la República y que, obviamente, en algún momento desvió

Con los alumnos de la UBA Derecho vemos a Alberdi en su «Sistema Económico y Rentístico». Aquí, en la conclusión, sobre el rumbo que debería tomar la República:

«Figuraos un buque que navega en los mares del cabo de Hornos con la proa al polo de ese hemisferio; esa dirección lo lleva al naufragio. Un día cambia de rumbo y toma el que debe llevarlo a puerto. ¿ Cesan por eso en el momento la lluvia, el granizo, la oscuridad y la tempestad de los sesenta grados de latitud? – No, ciertamente; pero con solo persistir en la nueva dirección, al cabo de algún tiempo cesan el granizo y las tempestades y empiezan los hermosos climas de las regiones templadas. – Pues bien: toda la actual política argentina, todo el sistema de su Constitución general moderna, es de mera dirección y rumbo, no de resultados instantáneos. La nave de nuestra Patria se había internado demasiado en regiones sombrías y remotas, para que baste un solo día a la salvación de sus destinos. – Nuestra organización escrita es un cambio de rumbo, un nuevo derrotero. Nuestra Constitución es la proa al puerto de salvación. Sin embargo, como todavía navegamos en alta mar, a pesar de ella tendremos borrascas, malos tiempos, y todos los percances del que se mueve en cualquier sentido, del que marcha en el mar proceloso de la vida libre. Sólo el que está quieto no corre riesgos, pero es verdad que tampoco avanza nada.

La libertad, viva en el texto escrito y maltratada en el hecho, será por largo tiempo la ley de nuestra condición política en la América antes española. Ni os admiréis de ello, pues no es otra la de nuestra condición religiosa en la mayoría del mundo de la cristiandad. Porque en el hecho violemos a cada instante los preceptos cristianos, porque las luchas de la vida real sean un desmentido de la Religión que nos declara hermanos obligados a querernos como tales, ¿se dirá que no pertenecemos a la Religión de Jesucristo? ¿Quién, en tal caso, tendría derecho de llamarse cristiano? Impresa en el alma la doctrina de nuestra fe, marchamos paso a paso hacia su realización en la conducta. En política como en religión, obrar es más difícil que creer.

La libertad es el dogma, es la fe política de la América del Sud, aunque en los hechos de la vida práctica imperen con frecuencia el despotismo del gobierno (que es la tiranía) o el despotismo del pueblo (que es la revolución). Hace dos mil años que los hombres trabajan en obrar como creen en materia de moral. ¿Será extraño que necesiten largos años para obrar como creen en materia de política, que no es sino la moral externa aplicada al gobierno de los hombres?

Dejad que el pueblo sud-americano ame el ideal en el gobierno, aunque en el hecho soporte el despotismo, que es resultado de su condición atrasada e indigente. Dejad que escriba y sancione la república en los textos; un día vendrá en que la palabra de libertad encarne en los hechos de la vida real, misterio de la religión política de los pueblos comprobado por la historia de su civilización: y aunque ese día, como los límites del tiempo, nunca llegue, es indudable que los pueblos se aproximan a él en su marcha progresiva, y son más felices a medida que se acercan al prometido término, aunque jamás lo alcancen, como el de la felicidad del hombre en la tierra. Por fortuna no es de Sud-América únicamente esta ley, sino del pueblo de todas partes; es ley del hombre así en política como en moral. Su espíritu está cien años adelante de sus actos.

Pero todo eso es aplicable a la libertad política más bien que a la libertad económica – objeto de nuestro estudio, la menos exigente, la menos difícil, la más modesta y practicable de las libertades conocidas. La libertad económica esencialmente civil es la libertad de poseer y tener, de trabajar y producir, de adquirir y enajenar, de obligar su voluntad, de disponer de su persona y de sus destinos privados. Accesible, por la Constitución, al extranjero en igual grado que al ciudadano, y asegurada doblemente por tratados internacionales, recibe de esta condición su más fuerte garantía de practicabilidad, y asegura ella misma el porvenir de las otras libertades, tomando a su cargo su educación, su nutrición, su establecimiento y desarrollo graduales, como el de la capacidad siempre ardua de intervenir en la gestión de la vida política o colectiva del Estado.Alberdi

Darwin y las criptomonedas: el dinero, originado en un proceso evolutivo, y la selección natural

Todos los que leyeron el libro de F. A. Hayek, Desnacionalización del dinero y, más aún, el artículo de Carl Menger “El origen del dinero” sabrán muy bien del carácter evolutivo del dinero y habrán encontrado en la competencia de monedas planteada por Hayek mucha relación con el mundo de las criptomonedas hoy. Bernhard K. Meister de MK2 Finance en Viena y Henry C.W. Price del Department of Physics & Centre for Complexity Science, Imperial College London, buscan el vínculo entre lo que ocurre en este reciente mundo y el proceso evolutivo analizado por Darwin, en un artículo, precisamente titulado “Darwin among de Cryptocurrencies”, donde comienzan señalando:

“LAS CRIPTOMONEDAS con Bitcoin a la cabeza han crecido dramáticamente durante la última década. Debido al aislamiento de las finanzas heredadas, como se describe en «Rendimiento: el síndrome de las criptomonedas en Galápagos»[1], el colorido mundo de las criptomonedas ha desarrollado productos novedosos, p. monedas estables, popularizaron otras, p. futuros perpetuos, y creó el campo de las finanzas descentralizadas, donde las transacciones financieras se manejan en gran medida de forma autónoma1 mediante contratos inteligentes. Darwin en “Sobre el origen de las especies”[2] estableció la biología evolutiva basada en la selección natural. La competencia2 por los recursos genera ganadores y perdedores. Los ganadores tienen una «ventaja» y pueblan el mundo. A medida que el entorno evoluciona, en parte a través de la retroalimentación de los propios organismos, las condiciones cambian y la adaptación continua se vuelve necesaria para la supervivencia. De vez en cuando, como en la explosión del Cámbrico, el proceso se acelera. Durante la última década, el mundo ha sido testigo de una aceleración en el desarrollo del dinero, como medio de intercambio, depósito de valor y unidad de cuenta. A diferencia de las mutaciones en el mundo natural, que son aleatorias y no guiadas, los cambios en los protocolos de las criptomonedas están dirigidos y diseñados por actores a menudo racionales para mejorar la aptitud. Existen multitud de proyectos en todo el mundo para encontrar respuestas tecnológicamente adaptadas a la vieja pregunta: ¿Qué es el dinero? Gregory Chaitin ha argumentado que «la naturaleza es programar sin un programador»[3] y, por analogía, se podría afirmar que «las criptofinanzas son el desarrollo de protocolos financieros sin coordinación central».”

http://d.repec.org/n?u=RePEc:arx:papers:2202.10340&r=

Artículo en La Nación: quince años de análisis de la calidad institucional; principales conclusiones

Calidad institucional: algunas moralejas para la Argentina – LA NACION

Calidad institucional: algunas moralejas para la Argentina

 

Siguiendo a Demsetz y los derechos de propiedad: no siempre la evolución institucional es positiva

Con los alumnos vemos el interesante artículo de Harold Demsetz, Hacia una teoría económica de los derechos de propiedad. No es que lean esto que ahora presento, pero para tener en cuenta la vigencia del artículo, he aquí un paper inspirado directamente en ese trabajo. Se titula: PROPERTY RIGHTS IN HISTORICAL POLITICAL ECONOMY: WHEN DO WEDGES WITHER?

Los autores son Lee J. Alston, de Indiana University y Bernardo Mueller de la Universidad de Brasilia:  Working Paper 29991 http://www.nber.org/papers/w29991  NATIONAL BUREAU OF ECONOMIC RESEARCH

No siempre la evolución institucional es positiva, es decir, para mejorarlas. Sus conclusiones:

“En la evolución genética, el diseño inadaptado es superado rápidamente. En la evolución cultural, el diseño subóptimo puede persistir durante períodos prolongados incluso cuando se conocen y están disponibles mejores formas de organizar las cosas. Llamamos a esta dislocación del diseño óptimo una cuña de Demsetz, como una ilustración de la expectativa de que los derechos de propiedad existentes que no inducen el uso de los recursos de mayor valor cambiarán con los precios relativos u otros shocks, por ejemplo, demográficos o tecnológicos. En esta breve revisión de los derechos de propiedad en Economía Política Histórica mostramos que la experiencia con los derechos de propiedad cubre el conjunto completo de resultados. Si bien generalmente hay muchas fuerzas que presionan para que los derechos de propiedad cambien para internalizar las externalidades e inducir el uso más productivo y valioso de los recursos, también hay todo tipo de costos de transacción que impiden esos cambios. Especialmente cuando se trata de derechos de propiedad políticos, las transacciones colectivas e intertemporales que están involucradas en lograr nuevos acuerdos de derechos de propiedad a menudo se ven abrumadas por los costos de transacción, por lo que las cuñas de Demsetz pueden durar indefinidamente. El statu quo, con respecto a los derechos de propiedad política, tiene mano dura.”

Calidad Institucional 2022: pandemia, estados de emergencia y recuperación económica

Este lunes (18hs) se presentarán los resultados del Índice de Calidad Institucional 2022 (www.agrositio.com.ar). Así comienza el informe

En el origen de la pandemia, los gobiernos de la región, y en verdad los de todo el mundo, comenzaron a tomar medidas apresuradas para hacer frente al fenómeno, y no tardaron mucho en declarar “estados de emergencia”, una figura constitucional que, de una u otra forma, está presente en todos los países, pero en referencia a amenazas a la seguridad externa, guerras o desastres naturales, no relacionadas con emergencias a la salud pública. Esas iniciativas fueron recomendadas por organizaciones internacionales como la OMS, pero tuvieron una característica nacional, es decir, cada país tomó sus propias medidas (confinamientos y cuarentenas, control de la distancia social y de los contagios e incluso cierre de fronteras o restricciones a los desplazamientos internos). En todos estos casos, fueron sugeridas y apoyadas por la comunidad científica médica y contaron con el apoyo inicial de la población la que, como sucede con muchas crisis, cuando se enfrenta a una de ellas busca una respuesta en la acción estatal, incluso hasta cuando es ésta la que la haya generado, tal como ocurre con muchas crisis económicas.  

Pero los “estados de emergencia” son fácil presa de la sed de poder y sujeto de potenciales abusos. En muchos casos, los gobiernos han buscado que sean parte de la “nueva normalidad”, sobre todo tras la aparición de nuevas cepas del virus. No todos los países recurrieron al uso de esos poderes: Japón, Bangladesh, el Reino Unido o Alemania no lo han hecho, en un caso por las connotaciones históricas relacionadas con el autoritarismo, en otro por no calificar como una “emergencia” según su ordenamiento constitucional. Pero el autoritarismo puede no necesitar poderes de emergencia. En Dinamarca se modificó la legislación sobre salud pública en doce horas, en el Reino Unido en cuatro días, cuestiones que normalmente hubieran requerido mayor tiempo de discusión y debate.  

Es cierto que pueden darse situaciones que requieran respuestas rápidas y precisas, de hecho, ninguno de los autores que dieron forma al sistema republicano que hoy predomina en muchos de nuestros países negó tal cosa. Macchiavello (The Discourses, Penguin Books, 2003.), Rousseau (The Social Contract, Penguin Books, 1968.); John Locke (Two Treatises of Government (Student Edition), Cambridge University Press, 1988.), Montesquieu (The Spirit of the Laws, Cambridge University Press, 1989.) o Benjamin Constant (Political Writings, Cambridge University Press, 1988.) reconocieron la potencial necesidad de esto, basando su análisis en la figura de la “dictadura” desarrollada en la República romana. En ese entonces la palabra tenía una connotación muy diferente a la actual en la que se le asigna a quienes usurpan el poder. En ese caso, el poder extraordinario les era concedido para hacer frente a una emergencia bélica, pero por un tiempo limitado y bajo el control de los otros órganos de poder y no se extendía a áreas que no estuvieran directamente relacionadas con el suceso que la generara. Terminado el lapso se volvía rápidamente a la normalidad e incluso, en el caso de Inglaterra, el gobernante y todos los funcionarios que hayan actuado haciendo uso de esos poderes quedaban sujetos a demandas judiciales por quienes se hubieran visto afectados por sus medidas (A.V. Dicey: Introduction to the Study of the Law of the Constitution, Liberty Fund, Inc., 1982). 

No obstante, otra visión prevalece o influencia a los ámbitos del poder, una que no centra todo el uso de ese poder extraordinario en la protección de los derechos individuales de las personas, sino en la protección y supervivencia del Estado, lo que se encontraría por encima de aquellos (Carl Schmitt: Political Theology: Four chapters on the concept of Sovereignty, The University of Chicago Press,1985, 2005.) Esto termina justificando todo tipo de concentración del poder y su continuidad en el tiempo, más allá de la peligrosidad de la pandemia.  

Por cierto, contener y limitar al poder es la esencia de lo que llamamos “instituciones”: la división de poderes, la independencia de la justicia, la libertad de prensa, la independencia de otras agencias del Estado como los estados subnacionales, los bancos centrales o los sistemas de pensiones configuran un reparto del poder que busca evitar su concentración y potencial abuso. Por supuesto que esto no es nada fácil y mucho menos en situaciones de emergencia cuando es la misma gente, aquella cuyos derechos pueden terminar siendo violados, la que demanda acciones rápidas y está dispuesta a entregar ese poder, aunque luego se arrepienta o sufra las consecuencias, o decida desobedecerlo. Los poderes extraordinarios tienen que estar siempre restringidos por el “imperio de la ley” (rule of law) y tener fundamento constitucional. Cualquier medida restrictiva que no incluya una fecha de finalización o que pueda ser extendida en forma continua sin aprobación parlamentaria contradice ese propósito. Esto ha de incluir decretos de “necesidad y urgencia” que se dictan para obtener luego una sanción parlamentaria sin debate ni consideración y tiempo después de haber sido dictados.  

Alberdi y la reforma de la legislación vigente: ¿por códigos o por leyes?

Con los alumnos de la UBA Derecho seguimos viendo a Alberdi en Sistema Económico y Rentísitico. Alberdi no era partidario de reformar la legislación colonial por medio de Códigos, si bien comenta que la Constitución lo permite.

Al respecto dice:

«Los códigos son el método para satisfacer todas las necesidades legislativas de un país en un solo día y en un solo acto. Esto solo basta para notar que es un mal método en países que dan principio a una vida tan desconocida y nueva en sus elementos y medios orgánicos, como el suelo, el principio, la combinación y fin de su desarrollo.»

Pero prefiere que se legisle a través de leyes, sobre todo para desregular, para eliminar las existentes:

«Dar leyes reglamentarias de nuestros hechos económicos, es legislar lo desconocido, es reglar hechos que empiezan a existir, y muchos otros que ni a existir han empezado. Nadie conoce el rumbo ni ley en cuyo sentido marchan a desenvolverse los intereses económicos de la América del Sud. Sólo sabemos que las antiguas leyes coloniales y españolas propenden a gobernarlos en sentido contrario; y de ahí la lucha entre las necesidades sociales, entre los instintos y los deseos de la sociedad y la legislación presente. En este estado de cosas, el principal deber de la ley nueva es remover la ley vieja, es decir, el obstáculo, y dejar a los hechos su libre desarrollo, en el sentido de las leyes normales que les son inherentes. De aquí el axioma que pide al Estado: -Dejar hacer, no intervenir.

 

 

 

Douglass North: Instituciones, Ideología y resultados; o al revés, primero ideología y luego instituciones

Con los alumnos de la materia Instituciones, Derecho y Economía de ESEADE vemos a Douglass North  en su artículo La Nueva Economía Institucional y el cambio que se produce en su propia visión, reflejado en el artículo “Instituciones, Ideología y Desempeño Económico”. Esto plantea una cuestión de causalidad, ¿qué determina a qué? o ¿qué va primero? ¿Son las ideas las que determinan las instituciones que predominan en una sociedad? o ¿son las instituciones las que determinan las ideas que predominan? Por supuesto, la relación va en los dos sentidos, por eso es difícil aislar un efecto sin el otro:

“Las ideologías subyacen las estructuras que poseen los individuos para explicar el mundo que los rodea. Las ideologías contienen un elemento normativo esencial; es decir, explican tanto cómo es el mundo y cómo debiera ser. Mientras que los modelos subjetivos suelen ser una combinación de creencias, dogmas, teorías cuerdas y mitos, usualmente contienen también elementos de una estructura organizada que los hacen mecanismos económicos para recibir e interpretar información.

La ideología no juega un papel en la teoría económica neoclásica. Los modelos racionales asumen que los actores poseen modelos correctos para interpretar el mundo que los rodea o para recibir información que los llevará a revisar y corregir sus modelos incorrectos. Quienes no se adapten fracasarán en los mercados competitivos que caracterizan a las sociedades. Uno de los temas importantes es la información que reciben los individuos acerca de sus modelos subjetivos, lo cual los llevará a ponerlos al día. Si la racionalidad instrumental de la teoría económica fuese correcta, anticiparíamos que las teorías falsas serían descartadas, y en cuanto a que la maximización de la riqueza es una característica del comportamiento humano, podríamos decir que el crecimiento sería característico en toda economía. Con un horizonte lo suficientemente lejano, puede ser que esto sea correcto, pero luego de 10,000 años de historia económica humana seguimos lejos de un crecimiento económico universal. El hecho simple es que no poseemos la información para poner al día nuestras teorías subjetivas y llegar a una sola teoría verídica; consecuentemente, no hay un equilibrio que se obtenga como producto. Al contrario, lo que existen son varios equilibrios que nos llevan en varias direcciones, incluida la estagnación y el decrecimiento de las economías. La ideología importa, pero ¿de dónde vienen los modelos subjetivos de los individuos, y cómo se alteran?

Los modelos subjetivos que las personas utilizan para descifrar el ambiente son en parte una consecuencia del crecimiento y de la transmisión del conocimiento científico, y en parte de la herencia cultural de cada sociedad. En la medida en que la primera forma de conocimiento (científico) determine las decisiones, un enfoque racional e instrumental es la mejor manera de analizar el desempeño económico, pero la gente siempre ha acudido a mitos, tabúes, religiones, y otras formas de herencia cultural para explicar su ambiente. La cultura es más que una mezcla de distintas formas de conocimiento; está cargada de valores y estándares de comportamiento que han evolucionado para resolver problemas de intercambio, ya sea éste social, político o económico. En toda sociedad evoluciona una estructura informal para estructurar la interacción humana. Esta estructura es el “inventario de capital” básico que define la cultura de una sociedad; es decir, que la cultura provee un orden conceptual basado en el idioma para codificar e interpretar la información que los sentidos le presentan al cerebro. Como resultado, la cultura no sólo juega un papel en formar las reglas formales sino también está por debajo de los frenos informales que son parte de las instituciones.

Las construcciones ideológicas que los individuos poseen para explicar su ambiente cambian. Estas construcciones son claramente influenciadas por los cambios fundamentales en los precios relativos, lo cual resulta en una inconsistencia persistente entre los resultados percibidos y los resultados predichos por los modelos subjetivos que poseen los individuos. Pero eso no es todo. Las ideas importan; la combinación de cambios generados en precios relativos filtrada a través de las ideas condicionadas culturalmente es la responsable de que los modelos subjetivos evolucionen.”