La ley de las ventajas comparativas: va contra lo intuitivo y contra los privilegios de muchos

David Ricardo tuvo un fuerte impacto en el desarrollo de la teoría económica y los alumnos de UCEMA ahora tienen que leer el Capítulo 7 de su Tratado de Economía Política: “Sobre el comercio exterior”. En él aparece, tal vez, su principal contribución a la ciencia, la llamada “teoría de las ventajas comparativas”, que luego Mises extiende mucho más allá con el nombre de “ley de asociación”, para explicar los beneficios de la división del trabajo.

David Ricardo

No obstante, Murray Rothbard sostiene que Ricardo apenas le dedica unos tres párrafos a la ley, y sugiere que tal vez hayan sido puestos allí por James Mill, quien revisara el trabajo de Ricardo antes de su publicación. En fin, el mismo Rothbard comenta el principal aporte de Ricardo: http://www.miseshispano.org/2012/04/la-ley-ricardiana-de-la-ventaja-comparativa/

“Incluso los críticos más hostiles del sistema ricardiano han concedido que David Ricardo al menos hizo una contribución vital al pensamiento económico y la defensa de la libertad de comercio: la ley de la ventaja comparativa. Al destacar la gran importancia de la interacción voluntaria de la división internacional del trabajo, los librecambistas del siglo XVIII, incluyendo a Adam Smith, basaron sus doctrinas en la ley de la “ventaja absoluta”. Es decir, que los países deberían especializarse en lo que sean más eficientes y luego intercambiar esos productos, pues en ese casos se beneficiarán las personas en ambos países. Es un caso relativamente fácil de argumentar. Hace falta poca persuasión para darse cuenta de que Estados Unidos no debería dedicarse a cultivar plátanos (o, por decirlo en términos simples de microeconomía, las personas y empresas de Estados Unidos no deberían preocuparse por hacerlo), sino más bien producir otra cosa (por ejemplo, trigo, bienes manufacturados) e intercambiarla por plátanos cultivados en Honduras. A pesar de todo, hay unos pocos cultivadores de plátanos en EEUU que reclaman un arancel protector. ¿Pero qué pasa si el caso no es clarísimo y las empresas de acero y semiconductores reclaman esa protección?

La ley de la ventaja comparativa se ocupa de esos casos difíciles y es por tanto indispensable para la defensa del libre comercio. Demuestra que incluso si, por ejemplo, el País A es más eficiente que el País B produciendo ambos productos X e Y, merecerá la pena al País A especializarse en producir X, en lo que el mejor produciendo, y comprar todo el producto Y a B, aunque es mejor produciéndolo pero no tiene tan gran ventaja comparativa como fabricando el producto X. En otras palabras, cada país debería producir no solo aquello en lo que tenga una ventaja absoluta en producir, sino en lo que es mejor, o al menos en lo que no es peor, es decir, en lo que tenga una ventaja comparativa en producir.

Así que si el gobierno del País A impone un arancel proteccionista a la importaciones del producto Y y mantiene por la fuerza un sector que fabrique dicho producto, este privilegio especial dañaría a los consumidores en el País A además de dañar evidentemente a la gente en el País B. Pues el País A, así como para el resto del mundo, pierde la ventaja de especializarse en la producción de aquello en lo que es mejor, ya que muchos de sus recursos escasos se ligan obligatoria e ineficientemente a la producción del producto Y. La ley de la ventaja comparativa destaca el importante hecho de que un arancel proteccionista en el País A produce daños a los sectores eficientes y a los consumidores en ese país, así como en el País B y el resto del mundo.

Otra implicación de la ley de la ventaja comparativa es que ningún país o región de la tierra quedaría fuera de la división internacional del trabajo bajo el libre comercio. Pues la ley significa que incluso si un país está en tan mal estado que no tiene ninguna ventaja absoluta en producir nada, sigue mereciendo la pena a sus socios comerciales, los pueblos de otros países, permitirle producir aquello en lo que sea menos malo.

De esta manera, los ciudadanos de todos los países se benefician del comercio internacional. Ningún país es tan pobre o ineficiente como para quedar fuera del comercio internacional y todos se benefician de que los países se especialicen en lo que son mejores o menos malos: en otras palabras, en aquello en lo que tengan una ventaja comparativa.”

 

Cuando hay libre comercio no hay guerras: en fronteras donde no pasan los bienes, pasan los ejércitos

Michael Shermer es columnista mensual de la revista Scientific American, profesor adjunto en Claremont Graduate University y Chapman University y autor del libro recientemente publicado “The Moral Arc: How Science and Reason lead Humanity toward Truth, Justice and Freedom”. El Cato Policy Report publica algunos extractos: http://www.cato.org/policy-report/januaryfebruary-2015/science-reason-moral-progress

Shermer recuerda aquel clásico de la filosofía política, El Espíritu de las Leyes, de Montesquieu y comenta sobre la relación entre comercio internacional y conflictos bélicos:

“Por ‘espíritu’ Montesquieu quería decir ‘causas’ de las cuales se pudieran derivar ‘leyes’ que gobiernan a la sociedad. Una de esas leyes era la relación entre el comercio y la paz, sobre la cual destacó que las naciones dedicadas a la caza y la cría de animales se encontraban a menudo en conflicto y guerra, mientras que las naciones comerciales se volvían ‘recíprocamente dependientes’, haciendo que la paz fuera ‘el efecto natural del comercio’.

La sicología detrás de este efecto, especulaba Montesquieu, era la exposición de las diferentes sociedades a costumbres y manera distintas a la propia, lo que llevaba a ‘una cura de los prejuicios más destructivos’. Así, concluía, ‘vemos que en países donde la gente se mueve solamente por el espíritu del comercio, realizan un tráfico de todo lo humano, de todas las virtudes morales’.

La teoría comercial de la paz se ha confirmado en modernos estudios empíricos, y podemos ahora presentar los vínculos de la ciencia empírica con los valores morales: si estás de acuerdo en que la paz es mejor que la guerra (la supervivencia y el florecimiento de seres con sentidos es mi punto de partida moral), entonces el progreso moral puede realizarse a través de la aplicación del principio del libre comercio y fronteras económicas abiertas entre las naciones.

Siguiendo la tradición del derecho natural de Montesquieu, un grupo de científicos y académicos franceses, conocidos como los fisiócratas, declararon que ‘todos los hechos sociales se encuentran vinculados entre sí por leyes inmutables, ineluctables e inevitables’ que deben ser obedecidas por la gente y los gobiernos ‘si es que alguna vez se las hacen conocer’, y que las sociedades humanas son ‘reguladas por leyes naturales… las mismas leyes que gobiernan el mundo físico, las sociedades animales y aún la vida interna de cada organismo’. Uno de estos fisiócratas, Francois Quesnay –un médico del rey de Francia que luego sirvió como emisario de Napoleón a Thomas Jefferson- modeló la economía según el cuerpo humano, en la cual el dinero fluía a través de la nación como la sangre a través del cuerpo, y las ruinosas políticas gubernamentales eran como enfermedades que impedían la salud económica. Sostuvo que aunque la gente tiene habilidades diferentes, tienen iguales derechos naturales, y era entonces el deber natural de los gobiernos proteger los derechos individuales, permitiendo al mismo tiempo que la gente persiguiera sus propios intereses. Esto llevó a los fisiócratas a afirmar la importancia de la propiedad privada y el libre mercado. Fueron, en verdad, los fisiócratas quienes nos dierón el término ‘laissez faire’.Montesquieu

¿Acaso la competencia entre jurisdicciones ‘protege’ al contribuyente como al consumidor en el Mercado?

Con los alumnos de Economía e Instituciones, de OMMA-Madrid, vemos el Capítulo 10 sobre Globalización y Competencia Institucional.

El proceso competitivo del mercado es eficiente, porque obliga a los proveedores a prestar atención a los consumidores y a sus necesidades. Esto es así porque los primeros necesitan la aprobación voluntaria de los últimos en un intercambio que tiene que ser mutuamente beneficioso para realizarse. En el ámbito de las acciones del Estado eso no sucede, porque quien ofrece los servicios no requiere tal aprobación, al menos directamente. Esta desvinculación entre prestación y pago está en la raíz del problema, y mientras exista el problema de la ineficiencia del monopolio y el abuso de poder subsistirá.

En tal sentido, el proceso de competencia intra-, inter- y extra-jurisdiccional actúa como un mecanismo adicional de control, ya que establece límites a lo que se puede realizar sin el consentimiento explícito de los ciudadanos. En la medida que la movilidad de los factores ejerce presiones positivas y negativas, introduce un mecanismo de premios y castigos que fuerzan al gobernante a prestar atención a esos movimientos y actuar en consecuencia.

Pero estamos hablando de monopolios territoriales, con una imperfecta (aunque creciente) movilidad por parte de los ciudadanos y con imperfecta información respecto a los costos y beneficios provenientes de las distintas jurisdicciones, debido a la ausencia de precios en estos servicios. Por eso la competencia genera mejores condiciones mientras el individuo puede trasladarse, pero, al mismo tiempo, estamos lejos del grado de competencia que existe cuando, sin necesidad de hacerlo, puede optar entre un producto o servicio y otro. Un caso similar al comentado sería el existente en algunos países en relación con las concesiones de servicios telefónicos en redes donde existen distintos proveedores, pero cada uno de ellos con un monopolio regional: el individuo puede ejercer su poder de opción trasladándose de una región a otra, pero no dentro de una de ellas.

No obstante, como hemos visto, ese traslado existe y se hace más intenso a medida que se reduce el tamaño de la jurisdicción a cargo de la provisión del servicio. De ahí que las bondades de la descentralización vayan más allá que el conocimiento de las condiciones específicas de tiempo y lugar, al permitir un incremento proporcional de la movilidad y, por ende, de la competencia.

Las semanas previas a un acto electoral nos muestran una intensa actividad, que bien podríamos denominar “competencia”: los candidatos, al menos durante ese breve periodo, compiten entre sí. ¿Es esa la única competencia en el ámbito de la política? Después de todo, la definición de un “gobierno” es la de poseer el “monopolio” de la coerción y la palabra monopolio sugiere todo lo opuesto a competencia.

No obstante, el análisis económico de la política ha señalado dos formas en las que la competencia “entre gobiernos” se manifiesta. A una de ellas podríamos llamarla “competencia por comparación”: es aquella desde que la gente observa lo que pasa en el gobierno de al lado y demanda políticamente algo similar. Para eso no hace falta que la gente o los recursos se muevan de donde están. La otra forma de competencia es, precisamente, la que genera esa posibilidad de trasladarse de una jurisdicción a otra.

Que los capitales pueden trasladarse resulta claro, pero ¿son también móviles otros recursos? En concreto, ¿se traslada la gente comparando condiciones según un gobierno u otro? La respuesta es, por supuesto, afirmativa. Basta recordar las recientes noticias sobre los africanos que querían ingresar a Europa por Ceuta y Melilla o al ocasional balsero cubano. Suele decirse que, a nivel intergubernamental, la gente “vota con los pies”, y para tener una idea de la calidad institucional en cada caso solo hace falta observar de dónde quiere salir la gente y a dónde quiere entrar.

Los gobiernos están preocupados por esta competencia: la existente entre aquellos que pierden recursos, precisamente porque se les escapa su “base imponible”, y aquellos que los reciben, porque, se sostiene, en un mundo en competencia para atraerlos hay que reducir constantemente las tasas impositivas. Ahora bien, esta es una cuestión mucho más acotada que la anterior: ¿compara la gente distintas presiones impositivas y decide mudarse de un lado a otro cuando solamente hay diferencias en los impuestos?

Feld y Reulier (2005) han estudiado este fenómeno analizando los cantones suizos desde 1984 hasta 1999. Su conclusión es que, efectivamente, existe una movilidad relativamente importante, inducida por la carga impositiva. La elección de Suiza como objeto de estudio no es caprichosa, pues en ese país los cantones pueden fijar las tasas de impuestos a los ingresos y la diferencia entre ellos es mucho más notoria que en cualquier otro país europeo. Los cantones suizos obtienen el 50% de sus ingresos de estos impuestos y las tasas varían desde el 12% en el cantón de Zug hasta el 28% en Ginebra.

Los autores descubren algunos hechos interesantes. La competencia existe y en el periodo analizado las tasas se han reducido en todos los cantones. Esta competencia parece ser mucho más intensa en cantones vecinos, ya que la gente está más dispuesta a mudarse, por ejemplo, de Zurich a Zug, pero no tanto desde Ginebra, donde las diferencias culturales y de idioma son importantes. Ginebra compite con Vaud y la ciudad de Basilea con el condado del mismo nombre.

Asimismo, esa competencia es mucho más intensa en el nivel de ingresos medios, que va desde 70 mil a 100 mil francos suizos anuales. ¿Por qué? Fled y Reulier sostienen que quienes están en esa franja suelen ser profesionales jóvenes a quienes hay que atraer. Ya después tendrán ingresos mayores, pero también menor movilidad, por cuestiones de familia: hijos, colegios, amistades. Con más ingresos y menor movilidad, ya se puede subir la tasa.

 

La salida y la voz: no es que las instituciones o la Seguridad jurídica no importan, compiten

Con los alumnos de Applied Economics vemos la competencia entre jurisdicciones y la calidad institucional:

El análisis de los conceptos de “salida” y “voz” fue desarrollado en el trabajo seminal de Albert Hirschman (1970). Este autor señala que hasta ese momento la ciencia económica había concentrado su análisis en el mecanismo de “salida”, que promueve la eficiencia del mercado, interpretando tal salida como la decisión del consumidor de dejar de lado un determinado producto o servicio, cuando su calidad no le satisface o también cuando ciertas personas abandonan una firma. Como resultado de esto, los ingresos de la firma caen, se reducen sus clientes o miembros, y los administradores se ven obligados a buscar formas de corregir las fallas que hayan ocasionado esta deserción.

Por otro lado, la ciencia política se ha concentrado en el mecanismo de “voz”; es decir, de la forma en que los individuos, como ciudadanos, expresan su aprobación de determinadas políticas o descontento con ellas, y proceden a elegir a sus representantes. Esto incluye desde las elecciones, pasando por manifestaciones públicas en las calles, hasta cartas de los lectores en los diarios.

No obstante, señala Hirschman, ambos mecanismos están vigentes tanto en uno como en otro campo: la “voz” está presente en el mercado, cuando los clientes o miembros manifiestan directamente a los administradores su insatisfacción por la calidad de los productos y servicios, y la “salida” lo está en el ámbito de las decisiones políticas, cuando los ciudadanos, mediante su movilidad, se desplazan desde aquellas jurisdicciones que ofrecen servicios de baja calidad o costos hacia otras con mejor oferta.

De hecho, las empresas hacen grandes esfuerzos para conocer qué es lo que opinan los consumidores, porque, en definitiva, esa opinión se traduce luego en una “reputación”, y en el prestigio de una marca, un valor intangible, pero cada vez más importante en el mundo moderno.

Por otro lado, la existencia de miles de refugiados señala tanto una “opinión” sobre la calidad institucional del Estado que se ha abandonado, como la de aquel en que se ha buscado refugio. Este mecanismo de “salida” refleja una opinión tan fuerte como la más poderosa “voz”.

Cuando compiten países o niveles similares de gobierno, la competencia se denomina “horizontal”. Pierre Salmon (2005) analiza este fenómeno y, en particular, los distintos tipos de competencia que se presentan a este nivel. Son principalmente dos: el primero se relaciona con la movilidad de los recursos, que pueden ser tanto personas que se van o quieren ingresar (los balseros cubanos son un ejemplo extremo de “salida”, los mejicanos que atraviesan la frontera a Estados Unidos clandestinamente son otro de “entrada”). ¿Acaso no están demostrando una preferencia con su forma de actuar? A veces no se movilizan las personas, sino sus capitales, en particular el capital financiero, que es fácilmente transferible de una jurisdicción a otra: el éxodo de capital de muchos países con pesadas cargas burocráticas e impositivas es un ejemplo de ello. El atractivo que presenta Suiza es una demostración de su superioridad en cuanto a la protección de las inversiones se refiere. También se refiere este fenómeno al destino de las inversiones internacionales, que en su gran mayoría se realizan entre países desarrollados. Por último, hay una forma de movilización que no implica trasladarse a otra jurisdicción, sino simplemente sumergirse en la economía informal; esto es, “salir” del esquema regulatorio vigente para desempeñarse en otro. El fenómeno se extiende también a la elección de una determinada moneda, por ejemplo.

Esta movilidad sujeta las jurisdicciones a un proceso de competencia, ya que aquellos países o jurisdicciones que no logran ofrecer los marcos institucionales adecuados pierden recursos, tanto de personas como de capitales. El segundo mecanismo se refiere más a la “voz” y se trata de la competencia que el autor llama “de comparación”, como es la que se establece cuando los habitantes de un determinado país o jurisdicción conocen las condiciones vigentes en otra y demandan, por lo tanto, algo similar a sus propios representantes. Así, por ejemplo, los medios y algunos viajes permitieron observar a muchos habitantes de los ex países socialistas las condiciones de vida en Occidente y sus demandas terminaron derribando todo el sistema.

 

La mentalidad «mercantilista» predomina: las exportaciones son buenas, las importaciones son malas

Con los alumnos de Económicas estaremos viendo a los autores mercantilistas de los siglos XVIII y XIX, aunque en realidad las ideas mercantilistas son de todos los tiempos, incluso ahora en tiempos de “globalización”. La encuestadora Gallup, por ejemplo, presenta los resultados de una encuesta en los Estados Unidos donde se le pregunta a la gente si el comercio internacional es una oportunidad o una amenaza: http://www.gallup.com/poll/181886/majority-opportunity-foreign-trade.aspx?utm_source=alert&utm_medium=email&utm_content=morelink&utm_campaign=syndication

El 58% de los encuestados responde que es una oportunidad, vía mayores exportaciones, contra un 33% que lo ve como una amenaza, vía mayores importaciones. Notemos que pese a que la mayoría parece favorecer un comercio internacional más abierto, lo hace con una mentalidad mercantilista, ya que cree que las exportaciones son “buenas” o positivas, mientras que las importaciones son “malas” o negativas.

Encuesta comercio internacional

Todos parecen pensar que “exportar” genera riqueza, trabajo y divisas mientras que “importar” genera pérdida de empleos y de divisas. Ninguno parece considerar si acaso una exportación les hace “perder” productos, en el sentido que ahora se van del país y no pueden ser consumidos internamente, mientras que las importaciones, por el contrario, traen productos para ser consumidos…, por ellos mismos.

Tomemos, por ejemplo, el caso de las carnes. Está claro que las ventas de carnes al exterior generan puestos de trabajo en frigoríficos, empresas exportadoras y una mayor demanda en los mismos criadores y productores de animales, de la misma forma que mayores ventas internas lo harían. Pero esa carne que se va, es carne que el consumidor no podrá comprar, y eleva el precio de la carne en el mercado interno en comparación con una situación en la cual esas ventas se dirigieran al mercado interno.

Puede pasar que el consumidor esté haciendo un asado y se ponga contento, y hasta sienta cierto orgullo nacional, cuando lee en el diario que aumentaron las exportaciones argentinas de carne (algo que no sucede, por cierto), y no piensa que tendrá menos carne, o la tendrá más cara, para el mismo asado que está preparando.

Por otro lado, esas exportaciones generan divisas para el exportador. Con ellas, el exportador puede realizar importaciones o puede viajar al exterior, por ejemplo. O puede venderlas en el mercado de cambios para que otros viajen o hagan importaciones.

Las importaciones tienen algunos efectos que son conocidos y otros que no se consideran tanto. Por ejemplo, si se importan maquinarias o tecnología aumenta la productividad interna; si se importan bienes de consumo aumenta el bienestar de los consumidores. Como se benefician los trabajadores de la carne con mayores exportaciones pueden perjudicarse los trabajadores de bienes de consumo por las mayores importaciones. En una economía abierta, lentamente los trabajadores irían aprovechando las mayores oportunidades en las actividades competitivas para ir dejando las no competitivas. Las primeras tenderían a ofrecer mejores salarios y oportunidades de trabajo.

Las importaciones tienen, además, un efecto pocas veces considerado: mejoran el tipo de cambio, por lo que benefician a los productores locales y los exportadores. Es decir, los importadores son los que demandan dólares para pagar sus compras, y esa demanda tiende a subir el tipo de cambio, algo que favorece a los exportadores (y “protege” a los productores locales).

En fin, éste es un trato superficial del tema, hay muchos más efectos a tomar en cuenta. Simplemente se trata de mostrar que el “imaginario colectivo”, como han puesto de moda en estos años, es mercantilista en su enfoque, o “pre-clásico” o, antiguo si se quiere.

 

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (VI)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres completos):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • En cuanto a cómo evitar la sangría de la deslocalización en los países desarrollados, diría que para un país desarrollado competir en costes con un país en vías de desarrollo es muy difícil.

Una de las soluciones más lógicas sería producir bienes de alto valor añadido, pudiendo satisfacer una demanda de productos de mayor calidad que los países desarrollados no pudiesen satisfacer.

  • Según hemos aprendido en esta asignatura, los empresarios invierten hoy para producir los bienes que creen que serán más valorados mañana estimando un precio futuro, para ello compiten entre sí por apropiarse de los factores de producción que les interesan. Incurriendo hoy en unos costes que siguen a los precios que han estimado para mañana.

Por tanto si estiman para los bienes futuros unos precios más competitivos que los actuales, ello les lleva a reducir los costes deslocalizando la producción. Como en el ejemplo del enunciado de producir en China.

En mi opinión las medidas que actualmente toman los Estados Desarrollados para evitar esta deslocalización, tienen que ver con políticas de intervencionismo, como dar algún tipo de subvención, aprobar leyes restrictivas, nuevos tipos impositivos, etc. Según voy ampliando mis conocimientos cursando este máster dudo más acerca de la efectividad de estas medidas en el largo plazo.

  • Partiendo de la premisa siguiendo a Mises de que «es el empresario quien impide la pervivencia de toda actividad productiva que no atienda, en cada momento las mas urgentes necesidades de los consumidores del modo mas barato posible. Los precios del pasado constituyen su punto de partida, intentando prever cuales serán los futuros».

La deslocalizacion de empresas de Europa ocidental hacia Asia y Europa oriental se debe fundamentalmente a reducir costes de mano de obra. No creo que esa reducción de costes se refleje en los precios inmediatamente sino que serviran para prepararse para los precios del futuro.

De los paises desarrollados, voy a hablar del que mas conozco que es España, es incapaz de implantar politicas que reduzcan la carga social a las empresas porque hay que financiar el estado del bienestar. Parte de esa labor la ha hecho la «crisis» abaratando salarios y cambiando contratos fijos por eventuales. Para evitar la deslocalización se recurre a subvenciones, suelo gratuito, creditos blandos, menores tipos impositivos etc.. Se da el caso dentro de España de que alguna Comunidad Autónoma le facilita el cambio de Comunidad a las empresas regalandole el suelo para ampliaciones de plantas fabriles que no conseguian en su Comunidad de implantación.

  • En EEUU, los costes laborales representan casi el 70% del coste de producción, de media. En países como España, mucho más debido a, como han comentado mis compañeros con anterioridad, a las cargas sociales que exportan empleo e importan desempleo.

Con la incorporación a la OMC de países ex-soviets y China, se estima que el mercado laboral se ha incrementado en 1.000 millones de individuos. Ya sabemos qué sucede en cualquier mercado cuando se multiplica brutalmente la oferta, verdad?

En un mercado flexible, esta fuerte tendencia hacia la reducción de salarios y cargas sociales habría tenido una traducción en acompañamiento a la baja del factor coste trabajo en la empresa. Eso hubiera sucedido en un mercado flexible, el laboral no lo es, por lo que en muchas ocasiones la traducción se hizo en forma de deslocalización.

  • El proceso de deslocalización de la producción se hace fundamentalmente por el menor coste de la mano de obra, lo que convierte a las empresas que deslocalizan en más competitivas. Los precios bajan gracias a que los costos de producción se reducen y esto redunda en beneficio de los países más ricos de los que se ha ido la producción, ya que son los que más productos consumen. Este ahorro en el precio de estos productos permite a estos países crear puestos de trabajo en otros sectores como el comercio y turismo, es decir no se destruye empleo si no que se sustituye empleo industrial por empleo del sector servicios. Para los países a los que se lleva la producción supone un descenso de la desocupación y aunque los sueldos son más bajos que en los países desarrollados tienden a ser más altos a los que cobraban anteriormente. Esto supone un aumento en el nivel de vida de estos países y un desarrollo económico muy superior al de otros países en los que no se deslocaliza la producción.

Los países desarrollados por tanto para evitar los daños de la deslocalización además de lo comentado anteriormente tienden a especializarse en la fabricación de artículos caros y de mayor calidad lo que les permite seguir manteniendo su posición. La industria que se mantiene en los países desarrollados es mucho más especializada y aporta un valor añadido.

En conclusión entiendo que la deslocalización favorece tanto a los países desarrollados que deslocalizan como a los países menos desarrollados que reciben la producción. Sólo perjudica a las empresas que no son capaces de adaptarse a esta nueva realidad. Las desigualdades entre países se van reduciendo paulatinamente con la globalización.

  • En el análisis austriaco, es el PRECIO el que esta fijado, y es el COSTE lo que ajustamos.

Es decir, el empresario no monopolista (sin poder de fijación de precios sobre el mercado) se encuentra con que el mercado paga 100$ (es un ejemplo) por su producto, y no mas. Y a partir de ahi, el empresario se»busca la vida» para encontrar unos «costes y medios de producción» que le permitan vender a 100$ y ganar dinero. Y los buscara en España, en Guatemala o en China. La localización es irrelevante. Llamar «sangría» a la deslocalizacion es un prejuicio ideológico. Nadie es dueño de un derecho exclusivo a producir con una determinada tecnología en un determinado sector.

Los costes de los factores de producción «abandonados» en España por el empresario que se fue a producir a China (que deslocalizo», en la jerga quejumbrosa izquierdista) se ajustaran a la baja con gran rapidez si no tienen un uso alternativo, y mas lentamente si si que lo tienen. Es en este sentido que es el precio el que determina los costes: si los factores de producción sirven solo para producir un bien, el precio (coste) de dichos factores va unido irremisiblemente al de bien. Pero si sirven para producir varios bienes finales, su movimiento a la baja será mas lento.

Los países (entendiendo por tales los gobiernos de los países) luchan contra «fantasmas ideológicos» que se ponen de moda con medidas que arruinan aun mas al país. La deslocalizacion es uno de esos fantasmas. Los productores de calzado de Elche deslocalizan porque el Estado, el Gobierno, con tantas normas, les ha arrebatado el control de su empresa y les impide ser flexibles y adecuar sus costes en España a la evolución (a la baja) del precio que el mercado paga por su producto (calzado). Las leyes le impiden ajustar el tamaño y coste de su plantilla a lo que seria viable, el oligopolio de la energía le sangra en la factura de la luz y el del petróleo en la distribución. Sindicatos y oligopolios son los «dueños» de su empresa y le impiden ajustarse. Y al final les da las laves de la empresa y se marcha con la música a otra parte.

Y el gobierno, en vez de derogar leyes que permitan que nuestro empresario ajuste y sea flexible, aprueba normas que hacen todo aun mas rígido. Con lo cual los gobiernos, con sus nuevas normas, FAVORECEN E INCREMENTAN la deslocalizacion que dicen combatir.

  • El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

La «deslocalización» reduce los precios en los mercados que compran; a la vez que genera oportunidades de trabajo en los mercados que producen, quizás por un mejor mix de factores de producción. En el largo plazo, los precios de los factores de producción, al competir, tienden a subir en el mercado de producción.

2) Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

No debe hacer nada, es algo natural, como el nacimiento o la muerte.

Tratar de evitar que este proceso de «destrucción creativa» (descrito por Schumpeter) e interrumpir los cambios que tiene lugar en una economía de mercado; en el que los nuevos productos o nuevas forma de trabajo destruyen viejas empresas y modelos de negocio, es un error garrafal de los políticos.

En este proceso, el protagonista es un héroe, el emprendedor, cuya energía está detrás del crecimiento económico sostenido a largo plazo, pese a que puedan destruir en el camino el valor de compañías bien establecidas.

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (V)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres completos):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • “Estimado XX. Absolutamente en tu tesis, pero para eso va bien mirar un poco de geo-estrategia mundial de los últimos 100 años, (a mi me apasiona)

Hay un caso que me llama mucho la atención: Japón en los 80 eran la segunda potencia mundial (prácticamente) creíamos en un Japón sin límites, derrepente en estos años Japón casi ha desaparecido por el auge de las potencias de su entorno,

¿Por que China no esta como Corea del norte?, ¿quien abre esas puertas?

¿Quien dicta esas políticas? ¿Es necesario un continuo desarrollo y abandono para la creación de riqueza (teoría de los fluidos)

Estoy muy de acuerdo con la opinión general de este foro. Quiero plantearos una pregunta que me rondaba ayer por la cabeza.

La deslocalización ¿surge por la excesiva regulación? ¿en una hipotesis de mercado absolutamente liberalizado, existiría?

Mi opinión, es existiria siempre tanto en un mercado regulado como en uno absolutamente liberalizado.

¿como lo veis?

  • Yo, la verdad, siempre me he considerado un liberal. Pero ahora, si cabe, desde que estoy en Omma, mucho más!!

Pero desde mi humilde punto de vista, no creo que el hecho de que un país está más o menos liberalizado tenga un peso muy fuerte en la decisión de un empresario de deslocalizar la producción de su empresa. Al final ese tema puede que vaya dentro del pack o no, pero lo verdaderamente importante son los costes.

Tal como he comentado antes, en España existen sectores que de no ser por haber deslocalizado la producción de sus empresas, ya no existirían (industria del zapato en Elche), y curiosamente, una parte importante de sus actividades sigue en nuestro país (diseño, distribución, acabado de muchos modelos…).

  • El profesor nos plantea 2 preguntas como elemento de debate:
  1. El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?
  2. ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

 

  1. Creo que en la primera hasta el momento estamos todos de acuerdo en la siguiente secuencia de hechos, como si de una pelicula se tratara con varios personajes beneficiados:
  2. a) El empresario busca reducir sus costes de producción (primer «personaje» beneficiado: el pais receptor de esas inversiones) y ello no impacta directamente en el precio del producto. Aumenta su margen del beneficio (segundo personaje beneficiado: el empresario)
  3. b) Al aumentar el margen, aparecen nuevos competidores que, conocedores de que pueden producir a costes menores, ofrecen su producto a precios mas bajos (tercer personaje beneficiado: nuevos empresarios que entran en el negocio) beneficiandose así de manera final el ultimo personaje de la pelicula: los consumidores.
  4. c) Como se ha comentado no es la deslocalización de la producción sino la competencia empresarial la que hace disminuir los precios. Siempre hablamos de competencia empresarial pero yo quiero hacer una interpretación de la deslocalización también como un fenómeno de competencia ya que para que se produzca:

c.1) Se produce de manera indirecta un fenómeno de competencia entre trabajadores donde unos realizarán un trabajo a cambio de un determinado salario (trabajadores del pais receptor de la inversión), mientras que en otros paises los trabajadores solo realizarían ese trabajo a cambio de un salario mayor. Obviamente esto se produce porque el «coste de la vida» varía mucho entre países ( www.numbeo.com )

c.2) En el punto anterior tambien influye una compentencia entre paises en la cual aquellos paises con una menor carga regulatoria y fiscal son mas atractivos y por tanto más facilmente se benefician del proceso de deslocalización de la producción

  1. Creo que la segunda pregunta es la que realmente puede generar más debate. A mi entender, para evitar la deslocalización es necesario:

2.1 Fomentar un cambio cultural en el país, a partir de la educacion, creando ciudadanos más libres, con una mayor cultura financiera, con una mejor percepción y respeto a lo que es el emprendimiento. Esto puede parecer una entelequia, una utopía, pero creo que es un paso necesario para conseguir que un país tenga menos regulación, mayor flexiilidad laboral y menos carga impositiva. El estado no cambiará solo, tenemos que cambiarlo los ciudadanos ( uff, que complicado es eso….)

2.2 Como ya se ha comentado, apostar por I+D con el fin de tener procesos de producción en los que se combine maquinaria y robótica avanzada con trabajadores altamente cualificados y especializados.

  • Totalmente de acuerdo con tu comentario Juan.

Carlos:

 

A mi entender la regulación es solo un factor que influye, pero no el único. Creo que no hay que perder de vista que el origen de la deslocalización es que el empresario busca disminuir sus costes de producción. Luego, como dice Juan Rodriguez la producción «fluye» (como diria Juan De Ros) a paises donde existen amplias capas de población con una mayor capacidad de intercambio, de su tiempo (tienen una baja valoración subjetiva del mismo) en relación al sueldo que van a recibir a cambio de ese trabajo (lo valoran más que las horas que dedican)

  • El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Efectivamente, son los precios los que determinan los costos y es por esto que los empresarios buscan reducir estos últimos para poder colocar sus productos en el mercado y poder obtener un beneficio al vender a los precios que fija el mercado.

Una manera de reducir costos es deslocalizar el producción como indica la pregunta y producir en países en los que la mano de obra es barata por ejemplo. Esto debería tener un impacto en los precios de los bienes de producción a la baja para el empresario, que busca maximisar su margen de beneficio mediante la búsqueda de costes mas bajos.

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Subsidios: Lo primero que se me ocurre es mediante la implementación de programas de subsidios a ciertos bienes de producción, por ejemplo el gobierno puede subsidiar el coste de la energía electrica para las empresas.

Tax Breaks: Rebajar los impuestos a los productores. Hay sectores que gozan de rebaja de impuestos cuando producen un bien que es prioritario para la estabilidad del país. Por ejemplo, hasta hace unos años había una reducción de impuestos para productores de Shales gas/oil en USA, porque la independencia energética es prioritaria para el gobierno Americano.

Tarifas a las importaciones: Si se imponen tarifas o mayores impuestos a la importación a productos importados se favorce al productor nacional al hacer que las importaciones sean menos competitivas. Otra cosa que hacer tambén es favorecer las exportaciones.

Cuotas: Establecer cuotas de importación también, para no saturar el mercado con productos importados y dejar cuota amplia de mercado a los productores domésticos.

Bajar el sueldo mínimo: Medida muy impopular, pero podría funcionar, aunque no creo que se implemente nunca.

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (IV)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • “Como han mencionado anteriormente en el foro y usando las palabras del profesor Huerta del Soto, “La actuación de ágiles empresarios deseosos de aprovechar las diferencias existentes entre los precios de mercado de los factores de producción y los previstos precios futuros de los correspondientes bienes de consumo impulsa el correspondiente mercado”.

El precio final que estimo para un producto determina los costes en los que puedo incurrir para producir este producto y obtener beneficio. Si produzco en otro país donde los costes son menores, mi margen de beneficio aumenta y me permite resistir bajadas de precio de mi producto, como productor tengo más seguridad de poder seguir compitiendo con costes bajos que con costes altos, los cuales reducen mi margen.

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Para evitar las deslocalizaciones, los estados tienen que empezar a ser competitivos, al igual que se pide competitividad reduciendo los salarios de los trabajadores, se debería reducir los gastos que el estado carga a la empresa, impuestos, cotizaciones a la seguridad social, impuestos en las energías, etc. Se trata que la empresa pueda producir con costes bajos para no tener que deslocalizarse, y seguir siendo competitiva.

Países desarrollados, con la mayoría de sus infraestructuras realizadas deberían ser más competitivos a nivel de impuestos y cargas que países en vías de desarrollo donde el estado necesita generar toda esta red de nuevas infraestructuras.

En la realidad el estado no se plantea ser más competitivo, espera que las empresas generen productos que se puedan vender más caros y puedan ser rentables con los costes de producción más altos del país. Sin tener que reducir ellos su gasto. O mediante la reducción de salarios de los trabajadores pero no los gastos del estado.

  • Entiendo que los productores de China (siguiendo el ejemplo) tienen unos costes de producción menores, haciendo que el valor subjetivo que le den a su productos es menor. Por otro lado, los compradores tienen una valoración subjetiva menor de los productos procedentes de China, principalmente por la valoración de la calidad. Esto hace que compradores y vendedores estén dispuestos a realizar intercambios a menor precio.

En el caso de empresas europeas que llevan la fabricación a China, entiendo que el precio es similar (los compradores no reduce su valoración subjetiva por la calidad) si decidieran producir en Europa, por tanto la diferencia se centra en el margen que sacan a cada unidad vendida.

Los países desarrollados podrán evitar la sangría de la deslocalización (desde mi punto de vista) a través de:

– Paciencia. La mejora de la economía en los países menos desarrollados hará que los salarios se incrementen y por tanto los costes de producción. A largo plazo, será igual de costoso producir en cualquier parte del mundo. Aunque para eso queda tiempo. Ahora es Asia la región de menor costo, y posiblemente luego será África.

– No “deslocalizables”. Los países europeos tienen que apostar por el diseño, I+D, servicios,… es decir actividades que no se pueden deslocalizar y que por diversos motivos se deben realizar in situ

– Concienciar: creo que en Europa y EEUU cada vez hay más conciencia social que llevar producción a China genera desempleo en sus países. Empresas como Apple han decidido regresar parte de la producción a EEUU con el objetivo de generar empleo.

– Valor añadido. Si los trabajadores de Europa y EEUU desarrollan capacidades diferenciales de los trabajadores Chinos, es decir, son capaces de trasladar más valor añadido a la producción, esta se mantendrá en estas geografías.í

  • “XX, permiteme que discrepe de alguno de los puntos en tu post:

1) El I+D es perfectamente deslocalizable. La única barrera es tener personal cualificado. Y por más que inconscientemente pensemos en los países emergentes como carentes de una educación de calidad, eso no es así. Por ejemplo, en India se da un valor a la educación tremendamente grande. Los niños estudian en su idioma local, en Hindi y en Ingles. Las universidades son bastante buenas y mucha gente se va a estudiar al extranjero. Mucho trabajo de tecnología y software se está subcontratando a India.

2) No creo que Apple devuelva su producción a USA por «crear empleo». Puede que haya tenido problemas de calidad. Puede que los precios no sean ya tan competitivos. Puede que vean riesgos y barreras (convertibilidad monetaria…). Puede también que quieran alegar «creación de empleo» como herramienta de marketing.”

  • “Respecto al I+D, efectivamente como dices tú, se puede realizar en múltiples localizaciones. Quizás me expresé mal, pero ¿es posible «deslocalizar» Sillicon Valey? es una forma de innovación y desarrollo que considero complicado «deslocalizar

Respecto a Apple, coincido contigo que puede ser un efecto de marketing (quizás prefieran perder algunos puntos de margen por incrementar su volumen) aunque entiendo que el diferencial de márgenes también se ha podido reducir. El hecho, por una causa u otra, es que la producción ha vuelto

  • “”El proceso de deslocalización de la producción reduce los costos de producción. Lo que se produce en el primer momento de la deslocalización es un aumento importante de los márgenes de las empresas y su cuota de mercado, ven como sus costes se reducen y pueden reducir sus precios de venta para quitar cuota de mercado a sus competidores. Los competidores de las empresas deslocalizadas ven que las otras empresas están aumentando sus márgenes vía deslocalizacion y que les estan quitando clientes por vender mas barato, por lo que proceden a hacer lo mismo.

Por lo tanto, la deslocalización en si, es decir, el hecho de que los costes de producción se reduzcan no afecta a los precios de los bienes finales, es la competencia empresarial la que provoca que los precios se reduzcan con costos menores.

  • Añado un elemento a las ideas expuestas hasta ahora.

Es que con el foro de Davos se oyen tonterias economicas de mucho calado… 🙂

La deslocalizacion es una bendicion economica para los paises en vias de desarrollo. Es un mecanismo de alivio de la pobreza muchisimo mas importante que toda la ayuda al desarrollo y el trabajo de muchas ONGs.

Veamos. Si eres muy pobre y no tienes medio de ganarte la vida, incluso a los bajos precios de un pais emergente, la utilidad marginal que das a tu tiempo es muy baja. Si me das un dolar por trabajar un dia eso es mucho mejor que no hacer nada o que buscarme el sustento por medios poco eficientes. Luego hay mucha gente dispuesta a trabajar en ocupaciones poco cualificadas a un precio baratisimo.

Segun aumenta el empleo y las condiciones mejoran; la valoracion subjetiva de mi trabajo aumenta. Ya no estoy tan necesitado. Ahora quizas valoro tener tiempo para mi mismo, ya no quiero trabajar 14 horas… El grupo de personas dispuestas a trabajar al precio original disminuye y los salarios aumentan. Lo mismo con otros factores de produccion como el suelo, la energia…

Recordemos que deslocalizar tiene costes. Por ejemplo, el transporte a los mercados del producto final (occidente) o la proximidad de los proveedores al centro de produccion.

En efecto. Cuando Asia no sea competitivo en costes laborales se iniciara el desarrollo de Africa.

Tambien a recordar es que para que haya deslocalizacion se necesita apertura de la economia. Clarisimo en el caso de China que empezo a ser parecido a un «mercado» y a partir de ahi prospero.

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (III)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • “Cuando una empresa descubre que alguien puede fabricar su producto más barato se aprovecha de ello NO REDUCIENDO SUS PRECIOS sino ganando un margen mayor por la venta de los mismos. Cuando el mercado se ajusta otras empresas recurren a lo mismo y a través del proceso de competencia los precios se reducen.

O sea, costes más baratos en los nuevos países productores no bajan los precios al consumidor de forma automática. Hay un proceso intermedio de competencia. Al competir con margen alto las empresas pueden disminuir sus precios hasta que se alcanza una situación de equilibrio.

Los precios determinan los costos a largo plazo. Es por eso que los precios altos pagados en los países occidentales van a producir un incremento de los costes laborales en China. Es decir, los precios de los productos al consumidor (altos) hacen subir los costes, en este caso laborales.

Yo creo que la confusión parte de que en el corto plazo puede haber situaciones transitorias donde da la sensación de que son los costes los que se transmiten al precio. Estas situaciones transitorias pueden durar años. En el caso de China hasta que la reserva de trabajadores no ocupados se agota y empieza a haber presión en el mercado laboral. Pero alcanzar plena ocupación en un mercado de cientos de millones de trabajadores toma su tiempo.

La última pregunta está mal formulada. Al utilizar el término «sangría» se presupone que la deslocalización es negativa. La deslocalización nos libera de trabajos tediosos y de poco valor añadido con lo cual nos podemos liberar de ellos y dedicarnos a cosas más productivas. Por ejemplo, diseñar los robots y las líneas de producción que usan en China. Por otra parte la deslocalización ha permitido un enorme progreso económico en los países receptores del trabajo. O sea, es un proceso que beneficia a ambas partes. Los países desarrollados deben facilitar la transición de sus ciudadanos de las actividades deslocalizadas a nuevos campos de más alto valor.”

  • Estoy de acuerdo con XX con respecto a la connotación negativa que la palabra «sangría» pueda dar a la deslocalización de la producción.

Para añadir a lo que comenta XX:

Todas las decisiones empresariales (y medidas económicas) tienen ventajas y desventajas (trade offs, en inglés). Unos ganan y otros pierden con la deslocalización. En este caso, el beneficio directo, es que son muchos los consumidores que se ven beneficiados con la reducción de costes de producción. Hay cierta cantidad de gente que queda desempleada, pero es parte del «trade off».

Es país desarrollado, en el que la deslocalización de la producción es grande, la mano de obra con poco entrenamiento va a tender, es más, ser verá forzada a desarrollar nuevas habilidades y a tener que desempeñarse en trabajos mucho más productivos. Esto irá aumentado la ventaja competitiva de estos países y seguirán siendo líderes en desarrollo de tecnologías que les harán aún más productivos con respecto a los países hacia los cuales se deslocaliza la producción de bienes que requieren mano de obra con poco entrenamiento.

Al balancear las ventajas con las desventajas de la deslocalización de la producción, esta se inclinará hacia el lado de las mayores ventajas / beneficios.

  • “En primer lugar matizar que la deslocalización, en términos generales, es interpretada de una forma negativa, ya que no se tiene un entendimiento ni de su funcionalidad ni de su meta.

Dicho esto, y a tenor argumental de lo dicho por mis compañeros, la deslocalización favorece la incorporación de nuevos competidores en el mercado. Este fenómeno se produce para buscar un margen lo suficientemente amplio entre el proceso de fabricación al proceso de venta, y en muchos países por políticas fiscales (abrasadoras) te obligarían a cerrar antes de poder mantener o arrancar un negocio. El impacto en los precios es por ende positivo para el productor y el consumidor.

Con mucho acierto, muchos compañeros ya lo han comentado, evitar esa «sangría», bien entendida, con una utilidad y un sentido empresarial, sería posible si los Estados dejaran de machacar con asuntos fiscales y burocráticos. A priori la fórmula parecería sencilla, pero en la práctica….eso amigos es otra cosa.”

  • “La deslocalización es una oportunidad que ve el empresario para reducir sus costes y que al final favorece los precios que pagamos los consumidores.

Se estigmatiza a las empresas por parte de algunos sectores de la sociedad por realizar este proceso ya que los factores de producción se ubican en los lugares donde son más eficientes para el proceso productivo. Las nueva tecnologías y la globalización han acelerado este proceso y nos hemos encontrado con muchos casos recientes en los últimos años (empresas que cierran en países desarrollados y que abren en otros países con menores costes, china, india, tailandia, etc).

Nuevamente mucho se ha aportado al foro y estoy absolutamente de acuerdo en que la única manera de combatir este fenómeno es con una clara desregularización del mercado laboral y (los políticos en términos generales no lo permitirán) que favorezca paulatinamente una sociedad que se centre en el autoempleo y la especialización en contraposición con el trabajo «estable y fijo » para toda la vida.

Por último, no quisiera dejar pasar la deslocalización fiscal que también se da muchísimo, consecuencia nuevamente de la tendencia confiscatoria de los estados.

En resumen, buen proceso que favorece los precios que pagamos por los productos y menos regulación en todos los aspectos.

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (II)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • “Como indica XX, apostando por predecir unos precios futuros se busca el menor coste posible para mejor la utilidad del proyecto empresarial. Si bien, un mayor margen de beneficio atraerá competidores nuevos, con lo que previsiblemente, al incrementar la cantidad producida pueda crear parejas marginales a menor precio.

El ágil y avezado empresario (parece un documental de Félix Rodríguez de la Fuente), procura mejoras de competitividad en todos sus procesos, productivos, de servicios, etc. Aquellos que sean intensivos en mano de obra y puedan ser deslocalizados, lo serán. Y esto conllevará un beneficio para el consumidor final. Y redundará en mejorar las condiciones tanto del deslocalizador como del país receptor de la inversión. Siguiendo el ejemplo del Profesor, China ya dejó de ser país low cost hace mucho tiempo, y hoy las inversiones se hacen para suplir mercado interno, no para retornar al país de origen. No es una sangría, es positivo en ambos lados. Apple está montando el nuevo Mac de 12″ en California, hoy en día más competitivo que con suministradores en China.

Cualquier actividad repetitiva y de baja complejidad será sustituída por máquinas, antes o después. O deslocalizada. Nuestra aspiración debe ser convertir nuestro país no en un competidor con low labour cost, temiendo deslocalizaciones, sino buscar ser parte de aquellos que disfrutan de mayor inversión en bienes de capital por trabajador. He vivido varios años en Brasil, donde se cumplen casi 1.800 horas anuales, y donde el trabajador es casi 5 veces menos productivo que en Alemania, con menos de 1.500 horas anuales. La diferencia es bastante proporcional a la inversión en bienes de equipo por trabajador (no hablo de temas burocráticos en Brasil ni de complejidades artificiales, que hoy no toca, pero que también afectan muy negativamente)

  • El modelo Inditex es un buen modelo de estudio,

Hoy en dia las multinacionales tenían grandes problemas con los costes de repatriaciones (traerte el dinero de vuelta), estas estaban jugando a tener un entramado fiscal mundial muy provechoso.

Actualmente la (vaca, vieja, enquilosada, y avida de dinero) Europa, ha exigido, a través de las haciendas que estas empresas transciendan sus beneficios de las participadas en cada país (primer paso a poner las cosas cada vez más difíciles a estas Multinacionales.

  • XX el ejemplo que pones sobre Inditex me parece muy clarificador, buscar un equilibrio entre fomentar el empleo y trabajo manteniendo el eje del negocio en cuanto a diseño, servicios centrales en España y derivar la producción a otros países con el fin de abaratar coste labores (no laborales como una menor presión fiscal, menor coste del suelo industrial) puede ser una buena solución. Sin embargo el hecho de buscar abaratar la mano de obra en otros países puede ser un arma de doble filo. Muchas veces las legislaciones sociolaborales son muy poco exigentes y conlleva grandes riesgos.

Cuando se produce una deslocalización algo falla en el país de origen.

Falta de inversión en capital humano, en educación, cualificación y formación continua y profesional

Falta de inversión en I+I

Mayor esfuerzo de la inversión privada en bienes de equipo que permitan un cambio tecnológico.

Implicación de los trabajadores y mejoras organizativas.

Para mi sí que es una sangría la deslocalización porque siempre llevan acarreados eliminación de puestos de trabajos, competencia brutal entre trabajadores hasta el punto de precarizar las condiciones labores y pérdida de derechos.

  • Evidentemente hemos visto este fenómeno en nuestra generación y sus consecuencias.

Acordémonos, en nuestra juventud como los productos tenían un primer orden el producto nacional y el producto importado era de más calidad y más caro (políticas arancelarias) (por lo menos aquí en España).

Vimos un gran incremento de vida con la llegada de un «mercado común» (más creo que mercado es moneda única y facilidad de movimiento) y paso que ese incremento de vida hizo que aumentara los costes laborales, llevo a un aumento de costes de producción etc….

La economía la he visto siempre como la ciencia del sentido común (quizás es el menos común de los sentidos) y como ciencia la equiparo a otras ciencias por ejemplo la física,

¿Por que digo esto?

Las preguntas de Sr. Martín Krause, las intentare responder con la teoría de los fluidos, (los fluidos se intentan compensar hasta que hayan el equilibrio) la cual el universo intenta compensar siempre.

Si un estado tiene fuertes costes sociales, los empresarios producirán donde los costes sociales sean más bajos, estos estados se podrán defender con aranceles, pero resulta que el equilibrio entre oferta y demanda, se le añade una sobreexplotación de costes (sociales, impuestos, etc),

Ojo y el consumidor quiere esos productos baratos (el auge de los comercios chinos o todo a 100), los estados se defienden con normativas de calidad y aranceles, pero los aranceles son muy poco efectivos, porque los países productores, suelen ser grandes economías en auge y sus diplomacias cuestionan los aranceles, estos se limitan.

Los costes ganan, pero ojo el estado receptor se defiende con normas de calidad mínimas, esta medida es poco efectiva ya que también encareces tu producto interior y el mayor coste de la producción siguen siendo los costes sociales.

En este punto aplicare la teoría de los fluidos:

La única esperanza a estas economías enquilosadas con grandes costes sociales, es que los países productores quieran aumentar su calidad de vida, con lo cual se les aumenten los costes sociales (a mi entender ya es demasiado tarde para los primeros).

 

Me podreís responder que desde los países receptores de esta producción se puede competir con tecnología, eso era antes, un hindú programa mejor que un europeo….. Nos queda la innovación y la inversión en formación y cultura, para poder imaginar principal ingrediente para la innovación. como ingrediente para aguantar el fluir de los mercados.

Otra visión geopolítica es el cambio del eje económico del planeta, del atlántico al pacífico, en el cuál yo creo (suerte por ti Sr. Martín Krause)