Castro Videla y Maqueda, dos juristas sobre el derecho a la propiedad privada y la libertad económica

Aunque tiene varios años ya, por suerte me llega desde la página Academia este artículo de dos grandes juristas jóvenes de Argentina. Se titula: “El derecho de propiedad privada y libertad económica. Algunos elementos legales, filosóficos y económicos para una teoría general”, por Santiago Castro Videla y Santiago Maqueda, publicado en Ius Humani. Revista de Derecho, Vol. 4 (2014/2015), págs. 77-113: https://www.academia.edu/30590990/El_derecho_de_propiedad_privada_y_libertad_econ%C3%B3mica_Algunos_elementos_legales_filos%C3%B3ficos_y_econ%C3%B3micos_para_una_teor%C3%ADa_general?email_work_card=view-paper

Vale la pena leerlo:

“Este artículo ofrece diversos elementos legales, filosóficos y económicos para una teoría general del derecho de propiedad y libertad económica, que permita explicar por qué es un derecho fundamental. En primer lugar, plantea una visión unificada del derecho de propiedad privada y libertad económica, el que debe distinguirse analíticamente de los distintos derechos de propiedad susceptibles de reglamentación y expropiación estatal. En segundo lugar, explica, desde la teoría tomista del derecho natural, en qué sentido este derecho es un derecho natural secundario. En tercer lugar, señala, desde la teoría austríaca del proceso de mercado, cómo la protección del derecho de propiedad privada y libertad económica da lugar a un proceso virtuoso que genera mayor desarrollo, reducción de la pobreza y paz social. Y finalmente, explica también cómo la violación de dicho derecho genera los efectos contrarios: subdesarrollo, pobreza y conflicto social.”

Alberdi sobre la distribución y los salarios: en la Constitución son libres, como precio del trabajo

Con los alumnos de la UBA Derecho vemos a Alberdi en Sistema Económico y Rentístico sobre la distribución de los ingresos, la libertad de trabajo y los salarios, en un tema que hoy tiene una consideración totalmente opuesta: juristas y sindicalistas sostienen que el salario no es un «precio», como si esto fuera denigrante o perjudicara a los trabajadores en alguna forma. ¿Si no es un precio (el resultado de un intercambio entre dos partes), qué es?

De la libertad en sus relaciones con los salarios.

La libertad o derecho al trabajo, concedido a todos los habitantes de la Confederación por los artículos 14 y 20 de la Constitución, envuelve esencialmente el derecho a los provechos del trabajo. Todos tienen opción a los beneficios del trabajo, bajo las reglas de una entera libertad sobre su tasa entre el que ofrece el trabajo y el que lo busca.

El salario es libre por la Constitución como precio del trabajo, su tasa depende de las leyes normales del mercado, y se regla por la voluntad libre de los contratantes. No hay salario legal u obligatorio a los ojos de la Constitución, fuera de aquel que tiene por ley la estipulación expresa de las partes, o la decisión del juez fundada en el precio corriente del trabajo, cuando ocurre controversia.

Cuando la Constitución proclama la libertad o derecho al trabajo, no da por eso a todo trabajador la seguridad de hallar trabajo siempre. El derecho de ganar no es el poder material de hacer ganancias. La ley puede dar y da el derecho de ganar el pan por el trabajo; pero no puede obligar a comprar ese trabajo al que no lo necesita, porque eso sería contrario al principio de libertad que protege al que rechaza lo que no quiere ni necesita.

La Constitución, por sí, nada crea ni da: ella declara del hombre lo que es del hombre por la obra de Dios, su primitivo legislador. Dios, que ha formado a todos los hombres iguales en derecho, ha dado a los unos capacidad y a los otros inepcia, creando de este modo la desigualdad de las fortunas, que son el producto de la capacidad, no del derecho. La Constitución no debía alterar la obra de Dios. sino expresarla y confirmarla. Ni estaba a su alcance igualar las fortunas, ni su mira era otra que declarar la igualdad de derechos.

Garantizar trabajo a cada obrero sería tan impracticable como asegurar a todo vendedor un comprador, a todo abogado un cliente, a todo médico un enfermo, a todo cómico, aunque fuese detestable, un auditorio. La ley no podría tener ese poder, sino a expensas de la libertad y de la pro-piedad, porque sería preciso que para dar a los unos lo quitase a los otros; y semejante ley no podría existir bajo el sistema de una Constitución que consagra en favor de todos los habitantes los principios de libertad y de propiedad, como bases esenciales de la legislación.

  • II

De la igualdad en sus aplicaciones a los salarios

El principio de igualdad, tal como ha sido consagrado por los artículos 15 y 16 de la Constitución, tiene consecuencias infinitas en la buena distribución de los beneficios del trabajo.

La Constitución ha enriquecido los provechos del trabajo libre, aboliendo el trabajo esclavo y servil, que le hacía concurrencia desastrosa. En la Confederación Argentina no hay esclavos. Todo contrato de compra y venta de personas es un crimen infamante, dice el art. 15.

Desconociendo las prerrogativas de sangre y de nacimiento, los fueros personales y los títulos de nobleza, haciendo a todos los habitantes de la Confederación iguales ante la ley, y fijando el principio de igualdad como base del impuesto y de las cargas públicas, el art. 16 de la Constitución ha concluido con las antiguas divisiones de los hombres, respecto al trabajo y sus beneficios, en privilegiados y plebeyos, trabajadores y ociosos, extranjeros y nacionales, tributarios y no tributarios, clientes y señores feudales, bajo cualquiera denominación. Todos son admitidos por la ley a tomar igual asiento en el banquete de los beneficios del trabajo.

Con la abolición de los privilegios de todo género, dejan de ser constitucionales las leyes que establecen gremios cuerpos y matrículas de trabajadores. Tales instituciones son tradición de las corporaciones industriales de la edad media en Europa, que pudieron ser útiles en aquel tiempo, pero que hoy constituyen privilegios ofensivos de la igualdad, designada como base de la distribución de los beneficios del trabajo, declarado libre para todos los habitantes del país. Las inmigraciones extranjeras no podrán dirigirse en busca de trabajo y de salarios a países donde sea preciso incorpo-rarse en gremios, matricularse en corporaciones, someterse a cierta disciplina, para poder trabajar y ganar el pan.

Con un gráfico alcanza para mostrar el progreso desatado por el capitalismo. Algo nunca visto en la historia

A veces con una gráfico es suficiente. Este es de Luke Muehlhauser, presentado por el programa Human Progress del Cato Institute en estos términos:

“Según Deirdre McCloskey, miembro de la junta de HumanProgress, la Revolución Industrial «es sin duda el evento más importante en la historia de la humanidad desde la domesticación de animales y plantas, quizás el más importante desde la invención del lenguaje».

Este gráfico de Luke Muehlhauser muestra cuán cierta es esa afirmación. En comparación con los cambios vistos en los últimos dos siglos, muchos de los grandes eventos anteriores en la historia mundial apenas se registran.”

Más de este autor sobre el progreso: https://lukemuehlhauser.com/industrial-revolution/

Edmund Burke, un liberal (¿conservador?), y la relación entre libertad y autoridad

No aparece en el podio de liberales para muchos pero Edmund Burke es un clásico, muy respetado por F. A. Hayek, por ejemplo. Era un “liberal conservador” si es que vale tal clasificación. En un interesante artículo en The American Mind, The Claremont Institute, titulada “The brave moderation and manly prudence of Edmund Burke”, Daniel Mahoney lo considera: https://americanmind.org/features/the-courage-to-see/

 

“No seré el primero en apoyarme en la defensa de Edmund Burke de Winston Churchill contra la acusación de inconsistencia. Como escribió Churchill en su ensayo magistral de 1932 «Consistencia en la política», los espíritus «mezquinos y mezquinos» no pueden apreciar cómo Burke luchó contra «un monarca dominante y una corte corrupta y un sistema parlamentario» en casa como líder intelectual del Partido Whig y, sin embargo, simpatizó con las justas demandas de los colonos americanos, luchó contra los abusos imperiales en la India y se opuso a la opresión de los irlandeses (con quienes tenía profundas raíces ancestrales[1]) mientras, al mismo tiempo, luchaba con toda su elocuencia y poderío contra “ turba brutal y secta perversa” que estaba destruyendo Francia y desatando la guerra en toda Europa. Churchill agrega, con una elocuencia que coincide con la del propio Burke, que “nadie puede leer el Burke de la libertad y el Burke de la autoridad sin sentir que aquí estaba el mismo hombre persiguiendo los mismos fines, buscando los mismos fines de la sociedad y el gobierno, y defendiendo de agresiones, ahora de un extremo, ahora del otro”. Churchill, un conservador liberal en la tradición de Burkean, como era de esperar, llega al meollo del asunto. Vio en Burke una mezcla de principios y prudencia al más alto y honorable nivel. En esto seguramente tenía razón.”

Háganse cargo: el genocidio de Camboya y cómo impactó que buscaran eliminar la familia «burguesa»

Aquellos quienes promueven el socialismo todavía tienen que hacerse cargo de las catástrofes que produjeron en el siglo XX. Una de ellas, de las peores, es Camboya. Es importante repasar lo que pasó en ese país. En un paper titulado “Conflict, Institutions, and Economic Behavior: Legacies of the Cambodian Genocide’, Katsuo Kogure, de la Universidad de Aizu y  Yoshito Takasaki de la Universidad de Tokio analizan el impacto de lo ocurrido en la decisión de los padres camboyanos respecto a la educación de sus hijos.

Kogure, Katsuo and Takasaki, Yoshito, Conflict, Institutions, and Economic Behavior: Legacies of the Cambodian Genocide. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4137236  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4137236

“Examinamos los impactos del genocidio de Camboya en las inversiones de los padres en la educación de los niños después del colapso del régimen de Pol Pot. Nos enfocamos en estos resultados conductuales por dos razones principales. La primera es que el capital humano, un determinante fundamental del desempeño económico de los países, se perdió durante la era de Pol Pot porque los Jemeres Rojos intentaron exterminar a todos los intelectuales de la sociedad (Vickery (1999, p. 39)). Comprender cómo se ha recuperado y acumulado el capital humano desde 1979 es crucial para diseñar políticas posconflicto en Camboya. La segunda razón es que los comportamientos de los padres pueden haber sufrido la inercia institucional del régimen de Pol Pot, como sigue. Primero, los Jemeres Rojos no solo persiguieron a intelectuales y ejecutaron a muchos de ellos, sino que también negaron y abolieron la educación escolar formal.4 Aunque la educación escolar formal se reanudó poco después del colapso del régimen (Vickery (1986, pp. 154-159)), las ideologías sobre la negación de la educación y los intelectuales pueden haber influido en los comportamientos posteriores de las personas con respecto a la educación de los niños. En segundo lugar, mientras los remanentes de los Jemeres Rojos continuaron luchando contra el ejército del nuevo gobierno en la guerra de guerrillas hasta la década de 1990, la amenaza de violencia por parte de los Jemeres Rojos fue persistente. Bajo estas situaciones sociales inestables, los padres pueden haber cumplido con las reglas de los Jemeres Rojos por temor a que pudieran recuperar el poder. De hecho, la mayoría de los sobrevivientes sufrieron trastornos de salud mental a largo plazo, como el trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) (p. ej., Beth et al. (2011)), lo que implica que los comportamientos posteriores podrían haber seguido estando limitados por el Las ideologías de los jemeres rojos.”

Juan Bautista Alberdi: De la libertad en sus relaciones con la producción económica

Con los alumnos de la UBA Derecho vemos el texto de Alberdi «Sistema Economico y Rentístico» cuando se refiere a las garantías de la Constitución que son comunes a la producción agrícola, comercial e industrial:

De la libertad en sus relaciones con la producción económica 

Ella es consagrada de un modo amplísimo por el articule 14 de la Constitución Argentina, que dispone lo siguiente: – Todos los habitantes de la Confederación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio, a saber: – de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y de aprender. 

Consideremos estos derechos en su aplicación económica y en sus resultados prácticos a la riqueza argentina. 

La libertad económica es para todos los habitantes, para nacionales y extranjeros, y así debía de ser. Ceñirla a sólo los hijos del país, habría sido esterilizar este manantial de riqueza, supuesto que el uso de la libertad económica, más que el de la libertad política, exige, para ser productivo y fecundo, la aptitud e inteligencia que de ordinario asisten al trabajador extranjero y faltan al trabajador argentino de esta época. 

Derecho es el nombre y rango que la Constitución da a la libertad económica, lo cual es de inmenso resultado, pues la libertad, como dice Guizot, es un don ilusorio cuando no es un derecho exigible con la Constitución en la mano. Ni la ley, ni poder alguno pueden arrancar a la industria argentina su derecho a la libertad constitucional. 

Conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio, es concedido el goce de las libertades económicas. La reserva deja en manos del legislador, que ha sido colono español, el peligro grandísimo de derogar la Constitución por medio de los reglamentos, con sólo ceder al instinto y rutina de nuestra economía colonial, que gobierna nuestros hábitos ya que no nuestros espíritus. Reglamentar la libertad no es encadenarla. Cuando la Constitución ha sujetado su ejercicio a reglas, no ha querido que estas reglas sean un medio de esclavizar su vuelo y movimientos, pues en tal caso la libertad sería una promesa mentirosa, y la Constitución libre en las palabras sería opresora en la realidad.

 

¿Es compatible ser libertario y trabajar para el Estado? Contesta un libertario como Walter Block

¿Es compatible ser libertario y trabajar para el Estado? Esta ha sido siempre una pregunta difícil para los libertarios. Es la misma pregunta que le hacen a Walter Block, quien contesta con su usual claridad y además, ofrece una larguísima bibliografía para profundizar las cuestiones que este tema trata. La pregunta que le hacen es:

“Estimado profesor Block,

Tengo otro asunto personal. Esta vez, se relaciona con un dilema moral como libertario. Mi madre y mi abuela me presionan para que acepte un trabajo remunerado como trabajador electoral en mi condado local. Esto me preocupa, ya que creo que claramente no es ético aceptar dinero que mi gobierno local ha confiscado a través de impuestos a la propiedad. Sin embargo, no quiero decepcionar ni a mi madre ni a mi abuela, ya que las amo profundamente. Esto me ha puesto en un gran dilema. Mi mamá insiste en que esto me hará quedar bien en mi currículum y me dará un comienzo en la política. ¿Qué piensas?

Atentamente,”

¿Quiere conocer la respuesta?

“No tengo idea de si hacerlo ayudará a su carrera política.

Sin embargo, tengo fuertes sentimientos de que hacerlo NO violará ningún principio libertario.

Caminas por las aceras del gobierno, ¿verdad? Conduces por carreteras gubernamentales, ¿verdad? Anteriormente enseñé en una universidad pública. ¿Alguno de nosotros está actuando de manera incompatible con los principios libertarios? De nada. Para obtener más información sobre esto, lea estos:

https://www.lewrockwell.com/lrc-blog/is-it-compatible-with-libertarianism-to-work-for-the-state/

Hay que volver a usar la palabra «burgués», que significa un ciudadano que obtiene un ingreso honesto

Cómo me gusta la palabra burgués, y cómo ha sido bastardeada por el marxismo, ya que burgués quiere decir un miembro del burgo, de la ciudad. En una nota publicada en Adam Smith Works, con el título “ADAM SMITH’S SYNERGISTIC MORAL AUTHORIZATIONS”, Erik W. Matson, analiza a Smith como quien culmina brindando el sustento moral de alcanzar un ingreso o una ganancia honesta:

https://www.adamsmithworks.org/documents/matson-smith-moral-authorizations

 

“El comercio, nos dijo David Hume, decae no solo donde es inseguro, sino donde no es honorable. McCloskey elabora a través de su Trilogía burguesa cómo el Gran Enriquecimiento provino del cambio de actitudes sobre el trabajo, la búsqueda de ganancias y la empresa. El Gran Enriquecimiento llegó en las alas de una afirmación moral de la búsqueda de ingresos honestos.

Aclarar que la afirmación moral era la tradición de la jurisprudencia natural, asociada a figuras como Francisco Suárez, Hugo Grotius, Samuel von Pufendorf, Richard Cumberland y Jean Barbeyrac. En el ensayo del mes pasado, Dan Klein discutió la jurisprudencia y el Gran Enriquecimiento de McCloskey. Al desarrollar una gramática social secular, estos teóricos jurídicos, escribe Klein, “estaban aclarando la categoría de ingresos honestos” al igual que “los líderes morales estaban autorizando” su búsqueda. La sinergia entre esa aclaración y autorización dio muchos frutos.

Klein y McCloskey señalan a Smith como un punto culminante en la articulación de la virtud burguesa y la afirmación moral de la empresa. Como he escrito en otra parte, lo que Smith llamó “el plan liberal” en economía política es “liberal” (generoso, magnifico, dando amplitud a los hechos y la interpretación) en la amplia y diversa gama de actividades humanas que legitima. Cada uno persigue su interés a su manera; puede hacerlo con confianza y presunción de autoaprobación, siempre que se mantenga dentro de los límites de la justicia.”

Rusia, como tantos otros casos, donde las libertades se pierden de a poco, una tras otra

Sergei Guriev es un economista ruso. Se desempeña como rector y profesor de economía en el  Institut d’études politiques (Sciences Po) en París. De 2016 a 2019, fue economista jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo. Es coautor, con Daniel Treisman, de Spin Dictators: The Changing Face of Tyranny in the 21st Century.

Conversa con Yascha Mounck sobre la economía rusa, la falta de reformas en las últimas dos décadas y las sanciones económicas por la invasion a Ucrania. https://www.persuasion.community/p/guriev#details

Así comienza el diálogo:

“Estoy totalmente de acuerdo contigo en que, en muchas sociedades, esta transformación es gradual. Paso a paso, el gobierno quita varias libertades. Y es un poco así en el poema de Martin Niemöller: “Cuando vinieron por los socialistas, no hablé porque no era socialista”.

Y así van uno a uno: medios, juzgados, empresarios, sociedad civil. Y luego, en algún momento, descubres que el espacio de libertad se ha reducido tanto que esto ya no es democracia. Para cada persona, la línea roja es diferente. Y pueden ver que el régimen cambió cualitativamente en 2014, cuando atacó a Ucrania por primera vez. Y cuando Putin realmente cerró todos los medios independientes restantes y declaró a Meta, el holding estadounidense de Facebook e Instagram, una organización extremista. Puedes pensar en 2020, cuando Putin cambió la constitución y anunció que podía postularse para otros dos mandatos de seis años; o 2020, cuando Navalny fue envenenado. Para mí, fueron varias cosas a la vez. Cuando Putin regresó como presidente en 2012, comenzó a eliminar cualquier esperanza surgida durante la presidencia de Dmitry Medvedev, con las protestas en Moscú y otras ciudades en 2011. Este asalto a las libertades también tocó a personas como yo que hablaban demasiado sobre la importancia de instituciones políticas para el desarrollo económico. Como economista, ante todo hablé de economía. Pero en un país como Rusia, el desarrollo económico requiere la protección de los derechos de propiedad, las competencias políticas, los controles y equilibrios, la lucha contra la corrupción, el estado de derecho, todo lo que depende de la política. Y entonces fue cuando me encontré con mi cuota de problemas.

Eventualmente descubrí que Putin, los investigadores y los interrogadores querían quitarme la libertad. Me advirtieron que me fuera. Amigos comunes me dijeron que Putin es extremadamente infeliz y, a menos que me vaya mañana, es posible que no pueda hacerlo en ningún momento más adelante. Así que compré un billete de ida y me fui. Para mí, esa era la línea. Y no sabemos qué hubiera pasado. Pero supongo que para cada persona, puede suceder tarde o temprano: el magnate petrolero Mikhail Khodorkovsky, la persona más rica de Rusia, fue arrestado en 2003. El canal independiente NTV fue prácticamente destruido en los primeros dos años del gobierno de Putin.”

¿Es Maquiavelo un amigo o enemigo de la libertad? ¿Héroe, villano o ninguna de las dos cosas?

La figura de Maquiavelo es difícil de considerar para los liberales ya que, por un lado parece asesorar al príncipe con los peores consejos para manipular la política y consolidar el poder; por otro, parece ser un firme defensor del sistema republicano. Como Hobbes, no aparece en ninguno de los panteones con grandes pensadores liberales aunque, junto con el filósofo inglés, es considerado un precursor de las ciencias políticas modernas. ¿Cómo considerarlo entonces?

Este es el tema que se plantea en una serie de notas publicadas por Liberty Fund en Liberty Matters, bajo el título “Is Machiavelli Friend or Foe to Liberty?”: https://oll.libertyfund.org/page/liberty-matters-is-machiavelli-friend-or-foe-to-liberty

Una serie de autores buscan dar una respuesta a esa pregunta con estos títulos:

La discusión

Edward J. Harpham, Is Machiavelli a Friend or Foe to Liberty?

James E. Hartley, Is Liberty a Means or an End?

Elizabeth Hull, Liberty Is an Unconquered Country: Machiavelli’s The Prince and Liberty

Khalil Habib, Is Machiavelli a Friend or Foe of Liberty?

La conversación

Edward J. Harpham, Is Machiavelli a Friend or Foe to Liberty?: Reflections on My Colleagues’ Essays

James E. Hartley, Machiavellian Definitions of Liberty

Elizabeth Hull, How Machiavelli Remembers the Ladies

Khalil Habib, Response

Así comienza Harpman:

“A primera vista, la respuesta a la pregunta «¿Es Maquiavelo amigo o enemigo de la libertad?» parece relativamente sencilla.[1] En los últimos 40 años, los académicos han colocado a Maquiavelo en el corazón de las tradiciones cívicas humanistas y republicanas del discurso político.[2] Aquí Maquiavelo sirve como un puente importante entre las preocupaciones antiguas sobre la libertad política en Grecia y Roma y las preocupaciones modernas sobre las formas de gobierno republicanas y democráticas en los estados nacionales. Su exhortación al final de El Príncipe “a apoderarse de Italia y liberarla de los bárbaros” habla poderosamente de las opiniones contemporáneas sobre la libertad política y el estado nación.

Desde la tradición cívica humanista o republicana, Maquiavelo aparece como un íntimo amigo de la libertad. De hecho, el tema es complicado. En este ensayo, propongo volver a evaluar a Maquiavelo sobre la libertad discutiendo tres temas relacionados: la visión de Maquiavelo de la libertad individual en la acción política; su comprensión de la naturaleza de la libertad política en las ciudades libres; y su tratamiento problemático de la libertad política de otras comunidades políticas y de las libertades personales disponibles para los ciudadanos individuales que residen en una “ciudad libre”.