¿Son capaces las familias de tomar decisiones correctas sobre la educación de sus hijos?

Este es un debate de fundamental importancia en el área de la educación. Me refiero a la pregunta: ¿son capaces las familias de tomar decisiones sobre la educación de sus hijos? Si la respuesta es negativa, entonces alguien más tiene que tomar tal decisión y, en general, se piensa que es el estado quien debería hacerlo (antes los harían las religiones). Algo así se trata en este artículo titulado “Parental Love Is Not Blind: Identifying Selection into Early School Start”, por Ainoa Aparicio Fenoll, Nadia Campaniello e Ignacio Monzón, de la Universidad de Turín: https://www.carloalberto.org/wp-content/uploads/2024/02/no.704.pdf

El resumen:

“¿Los padres tienen en cuenta las capacidades de sus hijos a la hora de decidir sobre su educación? Si es así, ¿son precisas las percepciones de los padres? Estudiamos esto analizando una decisión educativa clave. Los padres eligen si sus hijos empiezan la escuela primaria un año antes. ¿Seleccionan niños de alta capacidad para empezar temprano? Proponemos una nueva metodología para identificar el signo y la fuerza de la selección en el inicio temprano. Encontramos evidencia sólida de selección positiva. Si hubieran comenzado con regularidad, los primeros en hacerlo han obtenido puntuaciones en los exámenes 0,2 desviaciones estándar superiores a las del estudiante medio. Nuestra sencilla metodología se aplica a las configuraciones RDD en general.”

Avanzan los sistemas de vales (vouchers), becas y cuentas de ahorro educativas en Estados Unidos

¿Avanza una mayor posibilidad de elegir la educación de sus hijos en Estados Unidos? Parece que sí. Lo trata Colleen Hroncich, quien es policy analyst en el Cato Institute, Center for Educational Freedom, en un artículo publicado en Discourse con el título: “Has the Tide Turned on School Choice?”: https://www.discoursemagazine.com/p/has-the-tide-turned-on-school-choice

“Una de las partes más difíciles de trabajar en políticas educativas es hablar con padres que han oído hablar de la elección de escuela pero viven en un área sin ella. A menudo están desesperados por llevar a sus hijos a otro entorno de aprendizaje. Tal vez su hijo no esté recibiendo una educación de calidad en su escuela actual, tal vez el niño esté siendo intimidado, tal vez la escuela esté enseñando cosas que van en contra de los valores de los padres. Cualquiera sea el problema, los padres se sienten atrapados, y ese sentimiento empeora al saber que existe una solución, pero no tienen acceso a ella.

Estas no son sólo hipótesis. Hablo todo el tiempo con padres que están intentando buscar una opción educativa diferente para sus hijos. Recientemente, una madre de mi estado natal de Pensilvania me contactó para preguntarme sobre las opciones de elección de escuela porque su hija está siendo intimidada hasta el punto de que ella y su cónyuge temen por la seguridad física de la niña. Si bien Pensilvania tiene dos programas de becas de crédito fiscal, tienen ingresos limitados y una suscripción excesiva, por lo que no son una solución para su familia. Afortunadamente, la elección de escuela está ganando terreno en muchos estados, pero al movimiento aún le queda un largo camino por recorrer.

2023: El año de la elección escolar universal

La buena noticia es que la libertad educativa se ha extendido rápidamente en los últimos años a medida que los estados han adoptado y ampliado los programas de elección escolar. Trece estados ahora tienen cuentas de ahorro para la educación (ESA, por sus siglas en inglés) que permiten que una parte de los dólares estatales para la educación sigan a los estudiantes hacia una amplia variedad de opciones educativas. En 22 estados existen programas de becas de crédito fiscal, que brindan a empresas e individuos un crédito fiscal a cambio de donaciones a organizaciones que otorgan becas. Diez estados ofrecen un crédito o deducción fiscal individual para familias que han pagado la matrícula de una escuela privada. Y los vales de becas que se pueden utilizar para pagar la matrícula están funcionando en 14 estados, además de D.C. y Puerto Rico.”

¿Puedo promover mis valores ideológicos con mis decisiones de mercado? Sí, si estoy dispuesto a pagar por ello.

¿Se puede promover ciertos valores con las decisiones que tomamos en el mercado o simplemente buscamos el mejor precio, calidad, etc.? Parece una pregunta de fácil respuesta, por la afirmativa, y es lo que concluyen en este paper “What Money Can Buy: How Market Exchange Promotes Values”, por Roberto A. Weber, Department of Economics University of Zurich  y Sili Zhang, Department of Economics LMU Munich.  CESifo Working Paper No. 10809: https://www.cesifo.org/DocDL/cesifo1_wp10809.pdf

“Estudiamos las preocupaciones de los consumidores por los valores ideológicos de sus homólogos del mercado y las implicaciones de dichas preocupaciones para la promoción pública de los valores. Utilizando una encuesta y experimentos en línea y de laboratorio, encontramos que los consumidores están dispuestos a pagar primas para intercambiar con contrapartes que demuestren apoyo a sus valores. Cuando los vendedores anticipan la posibilidad de un intercambio de mercado, muestran apoyo público a los valores de los consumidores. Nuestros hallazgos cuestionan las nociones de que el intercambio de mercado es impersonal, sugieren que las posiciones de valor público pueden proporcionar una dimensión de diferenciación empresarial y proporcionan evidencia de que el intercambio de mercado puede influir en el apoyo público a los valores ideológicos.”

Los NTFs, un mercado joven que no para de crecer y que pocos llegamos a entender

Suficiente tenemos como para seguir lo que está ocurriendo en nuestro entorno de siempre cuando además surgen nuevas tecnologías que generan enormes mercados y que no son simples de entender. Ese parece ser el caso de  los NFTs (Non-Fungible Tokens), y para poder comprender algo he aquí este libro: “The Everything Token: How NFTs and Web3 Will Transform the Way We Buy, Sell, and Create” por Steve Kaczynski y Scott Duke Kominers; https://a.co/d/a53l6bj

“Un profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y socio de investigación de criptografía de a16z, un especialista en marketing profesional y emprendedor de Web3 desmitifican la próxima revolución digital y muestran cómo las NFT transformarán nuestras interacciones en línea y fuera de línea.

Las NFT no son sólo imágenes en Internet ni una moda pasajera que ha ido y venido. Más bien, son una nueva tecnología para crear activos digitales y proporcionar pruebas irrefutables de propiedad. Las NFT abren mercados que nunca antes habían existido y ya están revolucionando el comercio y la creación de marcas en todo, desde nuevas empresas hasta empresas Fortune 500.

Kominers y Kaczynski han creado un marco que explica qué son las NFT, por qué son valiosas y cómo las empresas pueden aprovecharlas para construir comunidades altamente comprometidas e intensamente leales en torno a sus productos y marcas.

A través de investigaciones originales y experiencia en la industria, Kominers y Kaczynski describen las posibilidades de esta nueva frontera digital con claridad y rigor. Everything Token es la introducción esencial a esta innovación que tiene el potencial de transformar todos los aspectos de los negocios.”

Mercados para resolver cuestiones ambientales: ¿diseñados desde arriba o fruto de la evolución desde abajo?

Hay dos “mercados” en cuestiones relacionadas con el cambio climático. Uno de ellos creado por distintos estados, el otro por el mercado. Dos autores proponen diseñarlos mejor para resolver algunos de sus problemas, pero bien podríamos preguntarnos si es mejor diseñarlos desde arriba o permitir que se vayan diseñando en un proceso evolutivo desde abajo. Lo hacen en este trabajo: MARKET DESIGN FOR THE ENVIRONMENT, por Estelle Cantillon, Universite Libre de Bruxelles Solvay Brussels School of Economics and Management, y  Aurélie Slechten, Lancaster University Management School Department of Economics; Working Paper 31987 http://www.nber.org/papers/w31987

“El principal argumento a favor de los mercados en contextos ambientales es el mismo que en otros contextos: su capacidad para promover asignaciones y producción eficientes. Pero los problemas ambientales plantean sus propios desafíos: sus procesos biofísicos subyacentes -y las tecnologías para monitorearlos- limitan lo que es factible o incluso deseable. Este capítulo ilustra las principales dimensiones del diseño de los mercados ambientales, las compensaciones involucradas y su impacto en el desempeño, a través de la lente de un mercado regulado de derechos de contaminación (el esquema de comercio de emisiones de la UE) y un mercado voluntario para la prestación de servicios ambientales ( el mercado global de créditos de carbono). Si bien ambos mercados contribuyen en última instancia a la mitigación del cambio climático, su organización como “mercado de la contaminación”, para el primero, y como “mercado de aprovisionamiento”, para el segundo, significa que tienen prioridad diferentes consideraciones de diseño. Ambos mercados también enfrentan desafíos: precios volátiles en el plan de emisiones de la UE y poca confianza en los mercados voluntarios de carbono. Discutimos cómo las opciones de diseño alternativas podrían abordarlos.”

¿Cómo debería financiarse la educación universitaria? ¿Por qué no un mercado libre en créditos educativos?

Lejos de los temas que aquí se discuten en materia de educación, en Estados Unidos se plantea la cuestión si el estado debería subsidiar créditos para estudios universitarios. Bryan Caplan, profesor de George Mason University y autor de un libro titulado, nada menos, que Against Education, y conocido por sus opiniones desafiantes, se pregunta aquí y responde si la educación universitaria no tendría que ser financiada en el mercado. El artículo se titula “Why Not a Free Market in Educational Loans?”: https://www.econlib.org/archives/2012/10/why_not_a_free.html

Así comienza:

“Supongamos que las inversiones en educación son tan fantásticas como se supone que debemos creer: el sesgo de capacidad y las señales son mitos, por lo que toda la prima educativa observada es causal y socialmente valiosa. Aun así, cuesta ver por qué el gobierno debería subsidiar la educación. ¿Por qué los estudiantes no pueden simplemente financiar su siempre tan valiosa inversión en capital humano con préstamos educativos no subsidiados?

El argumento favorito de los no economistas es algo así como: “Las tasas de interés serían tan altas que poca gente pediría prestado”. Sin embargo, al menos superficialmente, esta objeción choca con la premisa de que “la educación es una inversión fantástica”. Si la educación realmente tiene enormes beneficios, la gente debería estar feliz de pagar altas tasas de interés para adquirirla. Además, si la educación produce rendimientos tan fiables, los prestamistas deberían tener confianza en el reembolso y, por tanto, prestar felizmente a un tipo de interés bajo.

En este punto, muchos economistas saldrán en defensa de los no economistas. Los préstamos educativos de libre mercado tendrían altas tasas de interés a pesar de lo fantástico de la inversión. ¿Por qué? Por información imperfecta.”

Temas para tratar con algo más de profundidad: un premio Nobel sobre el mercado de órganos

Cuando surgió el tema de un mercado de órganos, los medios tomaron la noticia como un escándalo que les brindaba la oportunidad de atractivos titulares, pero con poco o ningún análisis serio del tema. Sin embargo, lo hay. Por ejemplo, este trabajo de David Roth, premio Nobel en Economía, quien lo plantea como parte de este artículo, MARKET DESIGN AND MAINTENANCE Alvin E. Roth Working Paper 31947 http://www.nber.org/papers/w31947  NATIONAL BUREAU OF ECONOMIC RESEARCH:

“La insuficiencia renal es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y el mejor tratamiento es un trasplante de riñón. Una persona con insuficiencia renal puede recibir uno nuevo de un donante fallecido o de un donante vivo, porque las personas sanas tienen dos riñones y pueden permanecer sanas con uno. Pero la mayoría de las personas con insuficiencia renal morirán sin recibir un trasplante. En Estados Unidos, por ejemplo, hay aproximadamente 800.000 personas con insuficiencia renal,19 entre las cuales no 90.000 están en una lista de espera mantenida a nivel nacional para recibir un riñón de un donante fallecido. Pero en 2022 sólo se trasplantaron 19.636 riñones de donantes fallecidos. Por lo tanto, la espera es larga y peligrosa: 4.423 murieron mientras estaban en la lista de espera y 4.396 fueron eliminados de la lista de espera cuando se enfermaron demasiado para realizar un trasplante en 2022.20 Para ser claros, la oportunidad de recibir un trasplante se le escapa cada año a alrededor del 10%. incluso de aquellos formalmente inscritos en la lista de espera de donantes fallecidos. Los riñones de donantes vivos también escasean, en 2022 hubo 5.864 trasplantes de riñón de donantes vivos en EE. UU. Cuando los economistas ven largas colas de personas esperando por un bien escaso y racionado, sospechamos que el mecanismo de precios no debe estar funcionando para aumentar suministrar. Y, de hecho, es ilegal en casi todo el mundo compensar a un donante vivo o a la familia de un donante fallecido, en gran medida por la preocupación de que permitir la compensación podría conducir a la explotación de los vulnerables. En Estados Unidos, la Ley Nacional de Trasplante de Órganos (1984) prohíbe los pagos a los donantes, y leyes similares están muy extendidas.21 Hay mercados negros, y la aplicación enérgica de leyes contra los donantes compensatorios ha expulsado en muchos países esos mercados negros de los hospitales a los hospitales. lugares que ofrecen atención médica peligrosa y deficiente tanto a los donantes como a los receptores remunerados.22 El único país con un mercado monetario legal reconocido para los riñones es la República Islámica del Irán. Ese mercado es controvertido tanto dentro como fuera de Irán, pero las nefrectomías, los trasplantes y la atención posquirúrgica resultantes aparentemente se brindan en instituciones médicas establecidas que cumplen con los estándares internacionales de atención.23 Creo que los economistas necesitan comprender mejor cómo y cuándo la repugnancia hacia ciertos tipos de transacciones conduce a a prohibiciones legales, cómo las prohibiciones conducen a mercados negros y cómo podríamos conducir y regular mejor los mercados controvertidos teniendo en cuenta tanto la equidad como la eficiencia.24

¿Cómo se asegura la calidad y la seguridad de los productos que consumimos? ¿Inspectores o competencia?

¿Cómo se asegura la calidad en los mercados? ¿Cómo garantizar que los productos son seguros para ser consumidos? La inmediata respuesta de muchos es que esto se logra con la regulación y control estatal. En esta nota, titulada “Regulación en el libre mercado: no es lo que la mayoría cree”, del Mises Wire, Antti Takala, un estudiante de Finlandia, se anima a introducir el tema: https://mises.org/es/wire/regulacion-en-el-libre-mercado-no-es-lo-que-la-mayoria-cree

“Cuando se plantea la idea de un mercado totalmente libre en el debate económico, una crítica ampliamente aceptada a dicha idea suele estar relacionada con la cuestión de cómo se podría garantizar que los bienes y servicios fueran seguros para el consumo. Al fin y al cabo, sin un gobierno que envíe inspectores y decrete normas de seguridad para los productos, se suele suponer que las compañías, en su eterna búsqueda de beneficios sin piedad, no tendrían ningún incentivo para no vender lo que más dinero les reportara.

Sin embargo, la escuela austriaca entiende perfectamente que esto no es cierto, y no quiero insistir explicando por qué. En su lugar, quiero centrarme en cómo un verdadero mercado libre promulgaría la regulación de forma natural y descentralizada y cómo podría surgir en una situación del mundo real. Así que saltemos de nuestro orwelliano mundo moderno a un mundo en el que reine el laissez-faire.

Supongamos que nuestro imaginado mercado libre ha sobrevivido hasta este punto sin necesidad de regulación alguna por parte de un poder centralizado. Pero ahora han surgido problemas en el paraíso, y una compañía, para mantenerse rentable, ha recurrido a la venta de un producto alimenticio que provoca malos dolores de estómago a algunos de sus consumidores. ¿Cómo podríamos salir de este lío sin conjurar un poder centralizado que regule el mercado de una forma distinta a como lo hacen nuestros gobiernos aquí, en el mundo real?”

¿Si una familia tiene más opciones para elegir la educación de sus hijos, obtienen mejores resultados?

¿La libertad de elegir la educación de los hijos mejora los resultados? Por un lado, bien se podría decir que permite acomodar la educación que estos reciben a las preferencias que tenga la familia, pero además ¿aprenden más? Esta sería la conclusión que presentan en este paper “THE IMPACT OF PUBLIC SCHOOL CHOICE: EVIDENCE FROM LOS ANGELES’ ZONES OF CHOICE”, por  Christopher Campos de la Universidad de Chicago y Caitlin Kearns de Berkeley, Working Paper 31553 http://www.nber.org/papers/w31553

“¿Proporciona un distrito escolar que amplía las opciones escolares mejores resultados para los estudiantes que un sistema de asignación basado en el vecindario? Este documento estudia el programa Zones of Choice (ZOC), una iniciativa de elección de escuela del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) que creó pequeños mercados de escuelas secundarias en algunos vecindarios, pero mantuvo los límites de las zonas de asistencia en el resto del distrito. Estudiamos los impactos a nivel de mercado de la elección en el rendimiento de los estudiantes y la matriculación universitaria utilizando un diseño de diferencias en diferencias. Los resultados de los estudiantes en los mercados de la ZOC aumentaron notablemente, lo que redujo las brechas de logros e inscripción universitaria entre los vecindarios de la ZOC y el resto del distrito. Los efectos de ZOC son mayores para las escuelas expuestas a más competencia, lo que respalda la idea de que la competencia es un canal clave. Las estimaciones de la demanda sugieren que las familias otorgan un peso considerable a la calidad académica de las escuelas, proporcionando a las escuelas incentivos inducidos por la competencia para mejorar su eficacia. La evidencia demuestra que los programas de elección de escuela pública tienen el potencial de mejorar la calidad de la escuela y reducir las disparidades en las oportunidades educativas basadas en el vecindario.”