Este fin de semana sucedió algo curioso: en un cumpleaños y en un casamiento citaron un breve texto de Eduardo Galeano titulado “Un mar de fueguitos”. Seguramente, por la reciente muerte del autor. Pero no dejó de asombrarme el claro contenido “individualista” que presenta esa lectura. Va completa:
“Un hombre del pueblo de Negua, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso – reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.”
Es conocida la posición izquierdista de Galeano, pero el texto citado poco tiene que ver con esas posiciones, las que usualmente analizan a la sociedad en su conjunto, ya sea en términos de clases o de naciones, etc. Aquí hay una clara referencia al sujeto individual, a sus características únicas.
Al respecto, tal vez sea apropiado, entonces, traer a consideración a Jorge Luis Borges sobre este tema. Algunas citas:
…creo que si cada uno de nosotros pensara en ser un hombre ético, y tratara de serlo, ya habríamos hecho mucho; ya que al fin de todo, la suma de las conductas depende de cada individuo. Jorge Luis Borges & Osvaldo Ferrari, Reencuentro: Diálogos Inéditos (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1999, p. 157.
No creo que una determinada forma de gobierno sea una especie de panacea. Les damos demasiada importancia a las formas de gobierno, y lo que es más importante son los individuos. Jorge Luis Borges, en Verónica Abdala, Carlos Polimeni, Borges para Principiantes (Buenos Aires: Era Naciente SRL, 1999), p. 108.
…la muchedumbre es una entidad ficticia, lo que realmente existe es cada individuo. Jorge Luis Borges & Osvaldo Ferrari, En Diálogo I (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1985, p. 36.
El argentino, a diferencia de los americanos del Norte y de casi todos los europeos, no se identifica con el Estado. Ello puede atribuirse a la circunstancia de que, en este país, los gobiernos suelen ser pésimos o al hecho general de que el Estado es una inconcebible abstracción, lo cierto es que el argentino es un individuo, no un ciudadano. Jorge Luis Borges, “Nuestro pobre individualismo”, Obras Completas II (Emecé Editores; Barcelona, 1996), p. 36.
Se dirá que los rasgos que he señalado son meramente negativos o anárquicos; se añadirá que no son capaces de explicación política. Me atrevo a sugerir lo contrario. El más urgente de los problemas de nuestra época (ya denunciado con profética lucidez por el casi olvidado Spencer) es la gradual intromisión del Estado en los actos del individuo; en la lucha contra ese mal, cuyos nombres son comunismo y nazismo, el individualismo argentino, acaso inútil o perjudicial hasta ahora, encontrará justificación y deberes. Jorge Luis Borges, “Nuestro pobre individualismo”, Obras Completas II (Emecé Editores; Barcelona, 1996), p. 37.
Para terminar, ¿sería desacertado suponer –de acuerdo con todo lo conversado- que usted hace un culto del individualismo por encima de todo lo que haga a la vida comunitaria o política?
Claro, yo creo que sólo existen los individuos: todo lo demás, las nacionalidades y las clases sociales son meras comodidades intelectuales. Revista Siete Días. Buenos Aires, 23 de Abril de 1973, año VI, nº 310, págs. 55 a 59; en Mateo, Fernando, El Otro Borges (Buenos Aires: Editorial Equis, 1997)
¿Cuántas Argentinas hay? ¿Más de una? Muchas, tantas como individuos. Los países son falsos, los individuos quizás no lo sean –si es que el individuo es el mismo al cabo de muchos años. Revista Ambiente, Buenos Aires, Febrero de 1984. Espacio Editora, págs. 27 a 32; en Mateo, Fernando, El Otro Borges (Buenos Aires: Editorial Equis, 1997)
Yo creo en el hombre sobre todo si está solo, consigo. Decir “especie humana” es una abstracción. Yo creo que todos los individuos son distintos entre sí. Tienen la obligación y el derecho de serlo. Además, la gente, cada persona cambia a cada momento. Pilar Bravo & Mario Paoletti, Borges Verbal, (Buenos Aires: Emecé Editores, 1999), p. 63.
Las masas son una entidad abstracta y posiblemente irreal. Suponer la existencia de la masa es como suponer que todas las personas cuyo nombre empieza con la letra “b” forman una sociedad. Pilar Bravo & Mario Paoletti, Borges Verbal, (Buenos Aires: Emecé Editores, 1999), p. 126.
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