No hay que eliminar la pauta de publicidad oficial a quienes «promuevan el odio», hay que eliminar la publicidad estatal, punto

¿Controlar el lenguaje sobre el odio o controlar la libertad de expresión? Muchas cosas pueden hacer los gobiernos para interferir en ese derecho básico y si quisieran defenderlo el paso más importante sería dejar de hacer cosas que lo dificultan. En un reciente acto de repudio al atentado a Cristina Kirchner, un cartel pedía que se acabara la pauta oficial para los que promueven el odio….. La pauta oficial debería acabarse para todos, el Estado no tiene porqué hacer publicidad, la que socava la independencia de los medios. Hay que acabar con la pauta.

EN un artículo publicado por el Cato Institute, Policy Report, se comenta la conferencia que dieran Jacob Mchangama y Jonathan Rauch “What We Can Learn from the History of Free Speech”, en la que el primero sostiene que la salid de la libertad de expresión depende más de la cultura que de las leyes:

“Lo último que quisiera resaltar es que, en última instancia, creo que la salud de la libertad de expresión en cualquier país depende más de una cultura de libertad de expresión que de las leyes. La Primera Enmienda fue ratificada en 1791. No ha cambiado en su redacción, pero en 1798, podrías ir a la cárcel por criticar al presidente John Adams. Eso fue apoyado por personas como Alexander Hamilton y los federalistas, mientras que Jefferson y Madison estaban del otro lado de ese conflicto. Luego, como mencioné, hubo leyes que prohibían la literatura abolicionista. Durante la Primera Guerra Mundial, la Corte Suprema estuvo completamente de acuerdo con enviar a personas a prisión por 10 o 20 años por oponerse a la participación estadounidense en la guerra. Luego tienes los Red Scares y así sucesivamente. Realmente tienes que entrar en la década de 1950 antes de que la libertad de expresión se proteja de manera constante y alcance nuestro umbral moderno a fines de la década de 1960 con Brandenburg v. Ohio, que estableció un listón muy, muy alto para restringir la libertad de expresión.”

¿Alienados por el consumo y la publicidad? ¡No puedo vivir sin un smartphone! ¿O mejoró mi vida?

El ataque contra el “consumismo” como resultado de un “capitalismo” descontrolado es ya demasiado común. Por ejemplo, el Papa Francisco en su reciente encíclica Laudato Si, dice: “El mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas” (230).

Mientras tanto, la consultora Gallup trae una encuesta cuyo comentario titula “Casi la mitad de los usuarios de Smartphones no imaginan su vida sin ellos”. http://www.gallup.com/poll/184085/nearly-half-smartphone-users-imagine-life-without.aspx?utm_source=alert&utm_medium=email&utm_content=morelink&utm_campaign=syndication

“Los smartphones emergieron como un producto de mercado masivo hace menos de una década, y sin embargo, ya un 46% de los usuarios norteamericanos de smartphones tienen lo que podría llamarse “amnesia de Smartphone” ya que no pueden imaginarse sin uno”.

Smartphone

Esto parecería confirmar una visión que sostiene que el capitalismo crea personas “alienadas” por el consumo y la publicidad que les genera necesidades que luego se convierten en demandas incontenibles, las cuales son la base de los beneficios de los capitalistas.

Pero el informe de Gallup dice que los smartphones han cambiado la vida de muchos, para bien:

“Por supuesto, los smartphones no significan solamente compulsión, dependencia y ansiedad. Una probable razón por la que los norteamericanos consideran a los smartphones como una parte integral de sus vidas es que perciben que tienen un impacto positivo. En general, el 70% de los usuarios de smartphones dicen que su celular ha mejorado sus vidas, incluyendo un 24% que cree que las ha hecho mucho mejor. Mientras un cuarto de los usuarios dice que el aparato no la ha mejorado ni empeorado, y solamente un 6% dice que ha empeorado su vida de alguna forma”.

“Como podría esperarse, dar crédito a que el celular ha mejorado la vida es casi universal (86%) entre aquellos que no pueden imaginar su vida sin ellos, y para un 41% de este grupo el smartphone ha hecho su vida mucho mejor”.

En fin, parece que, más que alienados por el consumo, son personas que verdaderamente entienden que esta innovación les ha generado tantos beneficios que ha mejorado sustancialmente sus vidas.

Algo así confirma el mismo informe de Gallup: “Una cosa es cierta: es probable que el vínculo de la gente con sus teléfonos crezca en los próximos años a medida que la penetración de los smartphones se expanda hasta el 100% desde su actual nivel cercano al 70%, y a medida que los teléfonos agreguen aún más aplicaciones y servicios –como Wi-Fi universal, la mejora del control de voz y la capacidad de hacer compras online-, que fortalecen la ‘dependencia’ de los usuarios.”