Otra vez sobre el dilema del samaritano, o el dilema de la ayuda social que perjudica a quienes la reciben

Hace poco comenté el problema del “dilema del samaritano”, un concepto que desarrollara el premio Nobel en Economía, James Buchanan, respecto a la ayuda a terceros y las consecuencias que puede tener. El tema aparece de nuevo en un paper de Alain Marciano. “The Political Economy of Buchanan’s Samaritan’s dilemma. Power & Responsibility: Interdisciplinary Perspectives for the 21st Century in Honor of Manfred J. Holler, In press. ￿hal03683855￿ https://hal-cnrs.archives-ouvertes.fr/hal-03683855/document

Así plantea el tema el autor:

“Escrito por James Buchanan a principios de la década de 1970, “El dilema del samaritano” es un ensayo pesimista, marcado por las opiniones negativas de su autor sobre la situación de las sociedades occidentales en ese momento. Sin embargo, la situación descrita en este ensayo también encaja en el enfoque de cooperación y parasitismo de Buchanan. Dicho de otra manera, concuerda perfectamente con las opiniones de Buchanan sobre economía pública. Esto es lo que pretendemos mostrar en este breve artículo. Nuestra demostración se desarrolla en dos partes. Primero, mostramos que el principal argumento de Buchanan sobre la cooperación en la provisión de bienes públicos o la eliminación de externalidades conduce necesariamente a situaciones como la descrita en el dilema del samaritano. En segundo lugar, mostramos que Buchanan no se tomó la situación en serio hasta finales de la década de 1960, unos años antes de escribir su ensayo sobre el dilema.”

Y así explica el problema como lo presentara Buchanan:
“Fue en un ensayo publicado en 1975 en un volumen colectivo editado por Edmund Phelps, titulado Altruism, Morality, and Economic Theory (1975) que Buchanan planteó y analizó el problema que podrían enfrentar los samaritanos cuando ayudan a las personas necesitadas, por ejemplo, al transfiriéndoles dinero. El dilema es una trampa en la que caen los samaritanos cuando y porque las personas necesitadas a las que ayudan no reaccionan a la ayuda recibida, no se esfuerzan por corresponder a la ayuda del samaritano. Ahora bien, Buchanan creía o partía del supuesto de que un samaritano espera que su ayuda, regalo o transferencia lleve al destinatario a cambiar su comportamiento, hacer algunos esfuerzos adicionales y, en particular, “trabajar”. 3Por lo tanto, el samaritano no puede dejar de sentirse insatisfecho por la falta de efecto que la transferencia tiene en el comportamiento de los destinatarios. Para evitar esta situación asimétrica, desigual —y desagradable— en la que ella ayuda y el receptor no hace ningún esfuerzo a cambio, la samaritana podría decidir dejar de comportarse con caridad, dejar de ayudar al potencial receptor. Elegir este curso de acción suprimiría la insatisfacción de la samaritana al ver que su caridad no era recíproca y también, en la mente de Buchanan, incitaría al receptor a cambiar su conducta y su trabajo. Así se restablecería la simetría y la igualdad. Pero, según Buchanan, no ayudar a las personas necesitadas es costoso. El samaritano sufriría al ver morir de hambre al destinatario y la pérdida de utilidad que se deriva de la imposibilidad de comportarse con benevolencia. Una situación desagradable reemplaza a otra. De ahí el dilema al que se enfrenta la samaritana: o ayuda a quien no le devuelve la ayuda o no ayuda pero sufre el costo de no ayudar.”