Que el Estado defina derechos de propiedad y resuelva disputas es algo bastante nuevo. Antes lo hacían las mismas comunidades.

Hemos nacido y vivido en un mundo donde el estado define los derechos de propiedad y la justicia estatal resuelve las disputas que puedan ocasionarse. Sin embargo, éste es un desarrollo relativamente reciente y durante siglos estos temas los trataron directamente las mismas comunidades.

Un paper de Erling Berge, de la Norwegian University of Life Sciences, trata sobre la experiencia noruega al respect. Se titula: Learning cooperation from the commons

https://ideas.repec.org/p/hhs/nlsclt/2019_002.html

Berge, Erling, 2019. «Learning cooperation from the commons,» CLTS Working Papers 2/19, Norwegian University of Life Sciences, Centre for Land Tenure Studies, revised 16 Oct 2019.

El resumen:

“El documento discute el vínculo entre los bienes comunes, ya que podrían haber sido utilizados en la Noruega prehistórica y las normas relativas a la explotación de los bienes comunes como es encontrado en la legislación más antigua conocida para las regiones de Noruega, Guling Law y Frostating Law. Se ha identificado un claro dilema social: el establecimiento de una fecha común para trasladar animales desde los campos de origen hasta las granjas de verano y de vuelta a casa en otoño. El problema era obvio y la solución no era particularmente difícil de instituir. Muchos más problemas, por supuesto, estaban presentes, pero no alcanzaron el nivel de un dilema social. Todos esos problemas fueron manejado por las reglas promulgadas por el bygdeting junto con otros problemas de la comunidad. En particular el proceso de herencia, los problemas de bordes, cómo cambiar las fronteras entre vecinos y entre propietarios individuales en campos y bienes comunes, fueron tratados por extensas reglas.

El bygdeting manejó tales problemas desde la prehistoria hasta los siglos XVI y XVII cuando las reformas iniciadas por los reyes danés-noruegos comenzaron a surtir efecto, haciendo el estado de derecho más singularmente una tarea para las autoridades centrales y de menos preocupación por las comunidades locales. Quizás el legado básico de la larga historia de gobierno local era una fuerte creencia en el sistema judicial, que aseguraría el viejo dicho: «Por ley la tierra será construida, no con desperdicio ilegal».

La provisión voluntaria de bienes públicos. Un tema que, en el fondo, es bien «anarco», aunque los teóricos no lo vean así

El tema de la provisión voluntaria de bienes públicos es muy importante, no solamente porque detrás de él se encuentra la discusión sobre el papel del Estado en la economía, sino también porque considera la posibilidad hipotética de un mundo anarco-capitalista o, en otras palabras, con provisión voluntaria de bienes públicos.

Existe una enorme literatura sobre el tema. Aquí va uno de estos autores: Chetan Dave, University of Alberta; Sjur Hamre, Duke University; Curtis Kephart, R-Studio y Alicja Reuben, New York University Abu Dhabi.

Dave, Chetan & Hamre, Sjur & Kephart, Curtis & Reuben, Alicja, 2019. «Subjects in the Lab, Activists in the Field: Public Goods and Punishment,» Working Papers 2019-6, University of Alberta, Department of Economics.

https://ideas.repec.org/p/ris/albaec/2019_006.html

El resumen:

“Comparamos el comportamiento estándar (laboratorio) y no estándar (campo) del conjunto de sujetos en un extenso juego de bienes públicos con castigo aleatorio. Nuestra investigación experimental está motivada por «activistas» del mundo real que alientan la provisión de bienes públicos por parte de las empresas; Una actividad conocida como responsabilidad social corporativa. Descubrimos que, en relación con los sujetos de laboratorio, los activistas en Mumbai están más dispuestos a establecerse en el equilibrio del juego de Nash (lo que implica una mayor provisión de bienes públicos) y están más dispuestos a castigar el comportamiento de las empresas no cooperativas, incluso si tales castigos perjudican su propio pago.”

Es decir, que si bien podríamos discutir si lo que están buscando es realmente un “bien” (la RSE, es decir beneficencia con el dinero de otro), lo que el trabajo señala es que comparando jugadores hipotéticos e incluso en experimentos de laboratorio, los resultados que se obtienen “en la calle” son superiores a ambos.

Repasemos entonces el argumento: puede haber (teóricamente) provisión voluntaria de bienes públicos, sobre todo cuando se trata de jugadas repetidas, etc. (este es todo el tema de la teoría de los juegos repetidos y cooperativos). Ese resultado es aun mejor cuando se lo verifica en laboratorios experimentales. Ahora, estos autores, además señalan que la provisión voluntaria de un bien público obtiene mejor resultado todavía en el campo, es decir, en la vida real.

Claro, de nuevo, es más que dudoso plantear como un “bien público” el buscar que las empresas hagan más RSE, en lugar de buscar hacerlo uno mismo con los recursos que obtenga voluntariamente, aunque podríamos asumir, que esos activistas buscan donaciones voluntarias. Los autores mencionan muchos casos en los que se trata de utilizar el aparato de la fuerza del Estado, lo cual obviamente no es voluntario. En fin, el asunto es que la “falla de mercado”  en cuanto a la provisión de bienes públicos es más una falla de la teoría.

¿La mejor o peor década de la historia? Para La Nación así es, Matt Riddley asegura que es todo lo contrario

Se han puesto de moda las distopías, que buscan reflejar mundos dramáticos hacia los cuales estaríamos caminando impulsados por el crecimiento económico a toda costa. El ambiente quedaría en el camino y los recursos se agotarían, las cosas van de mal en peor.

Un buen ejemplo de esto es la reciente publicación en la revista del diario La Nación, ahora muy «políticamente correcta», donde se plantea:

Como nunca antes, somos conscientes de la necesidad imperiosa de proteger nuestro hábitat. Pero como nunca antes, lo estamos dañando. ¿Qué debemos hacer ya para cambiar el destino de la Tierra? «Los dinosaurios también pensaban que les quedaba tiempo», aseguran

https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/cinco-temas-urgentes-salvar-planeta-nid2318889

No parece ser así, al menos para Matt Riddley, autor de “El Optimista Racional”, quien en una columna plantea que ésta ha sido la mejor década de la historia:

 

“Que nadie te diga que la segunda década del siglo XXI ha sido un mal momento. Estamos viviendo la mayor mejora en los estándares de vida humana en la historia. La pobreza extrema ha caído por debajo del 10 por ciento de la población mundial por primera vez. Era el 60 por ciento cuando nací. La desigualdad global se ha desplomado a medida que África y Asia experimentan un crecimiento económico más rápido que Europa y América del Norte; la mortalidad infantil ha caído a niveles bajos récord; la hambruna prácticamente se extinguió; la malaria, la polio y las enfermedades del corazón están en declive.

 

Poco de esto fue noticia, porque las buenas noticias no son noticias. Pero lo he estado observando de cerca. Desde que escribí The Rational Optimist en 2010, me he enfrentado a preguntas de «qué pasa con …»: ¿qué pasa con la gran recesión, la crisis del euro, Siria, Ucrania, Donald Trump? ¿Cómo puedo decir que las cosas están mejorando, dado todo eso? La respuesta es: porque las cosas malas suceden mientras el mundo aún mejora. Sin embargo, mejora, y lo ha hecho en el transcurso de esta década a un ritmo que me ha sorprendido incluso a los ojos estrellados.”

Parece que estamos utilizando menos recursos, no más, pese al notable crecimiento económico de las últimas décadas:

Los teléfonos móviles tienen el poder de cómputo de las computadoras del tamaño de una habitación de la década de 1970. Yo uso el mío en lugar de una cámara, radio, antorcha, brújula, mapa, calendario, reloj, reproductor de CD, periódico y paquete de tarjetas. Las bombillas LED consumen aproximadamente un cuarto de electricidad que las bombillas incandescentes para la misma luz. Los edificios modernos generalmente contienen menos acero y más se recicla. Las oficinas aún no tienen papel, pero usan mucho menos papel.

 

La nota completa: https://www.spectator.co.uk/2019/12/weve-just-had-the-best-decade-in-human-history-seriously/