Caía la preocupación por el coronavirus y subía sobre la pobreza. Seguramente vuelva a subir

Preocupaciones globales 

Los temas que más preocupan a la opinión pública, según un estudio de Ipsos ya no son el coronavirus sino la pobreza y desigualdad social (32%). Respecto al coronavirus, en noviembre había caído a su menor nivel en 18 meses. Los otros temas de preocupación son el desempleo (30%), la corrupción política y financiera (28% y el crimen y la violencia (27%). Colombia está entre los que más preocupación muestra por el desempleo (47%), y en Brasil (43%). También Colombia aparece entre los que más preocupa la corrupción (50%), que es también la principal preocupación en Perú. En cuanto al crimen y violencia, encuentra a México en el segundo lugar con 50%, pero es la principal preocupación en Chile y tuvo un aumento de 9 puntos en Argentina. Los países latinoamericanos no aparecen entre los más preocupados por el cambio climático. https://www.ipsos.com/en/what-worries-world-november-2021  

Es necesario destacar que pobreza y desigualdad no son la misma cosa, como tampoco la corrupción que pueda encontrarse en el mundo de las finanzas (que perjudica en todo caso a los accionistas de las empresas involucradas) o en el de la política (que nos perjudica a todos).

Avanza la censura en Internet, ¿también en las democracias «liberales»?

  • Avanza la censura en Internet 

Jacob Mchangama, fundador del think tank Justitia con base en Copenhagen, escribe en Persuasion, “A Race to the Bottom in Internet Censorship”: https://www.persuasion.community/p/a-race-to-the-bottom-on-internet-ded  

“Nada diferencia más claramente a las democracias liberales de los regímenes autoritarios que el compromiso de los primeros con la libertad de expresión. A pesar de controlar vastas burocracias con recursos casi infinitos y poderes coercitivos abrumadores, los gobiernos democráticos generalmente aceptan que sus acciones son escrutadas, criticadas y ridiculizadas por los medios de comunicación, la oposición y los ciudadanos comunes. Los críticos abiertos de Boris Johnson o Emmanuel Macron no tienen que guardar celosamente sus tazas de té por temor a ser envenenados, como les ocurre habitualmente a los críticos de Vladimir Putin en Rusia, ni corren el riesgo de ser desmembrados por un escuadrón de la muerte, como sucedió con El periodista saudí Jamal Khashoggi.  

En la última década, sin embargo, las diferencias entre los enfoques liberales y autoritarios han comenzado a difuminarse en los bordes cuando se trata de regular el discurso en línea. Todavía en la Primavera Árabe, la mayoría de las democracias dieron la bienvenida a la era digital como un triunfo de los ideales liberales. Sobrealimentado por la tecnología, la libertad de expresión haría obsoleta la censura anticuada y marcaría el comienzo de una cuarta ola de democratización. Sin embargo, desde los choques gemelos del Brexit y las elecciones presidenciales de EE. UU. De 2016, es más probable que las democracias vean la libertad de expresión en línea sin mediación como una amenaza para la democracia y una ventaja para sus enemigos. En consecuencia, las democracias han comenzado a responder con regulaciones destinadas a restablecer cierto grado de control de arriba hacia abajo de la esfera pública en línea.” 

Las preferencias de la gente (o, más bien, de los holandeses), respecto a la redistribución de ingresos

  • ¿Cuáles son las preferencias de la gente en cuanto a la redistribución de ingresos?  

Parece una pregunta simple, pero no lo es. ¿Cómo medimos esas preferencias? En este paper, los autores buscan implementar un nuevo método para evaluar lo que piensan en los Países Bajos: de Bresser, J., & Knoef, M. (2021).  Preferences for Income Redistribution: A New Survey Item and Experimental Evidence. (CentER Discussion Paper; Vol. 2021-035). CentER, Center for Economic Research. 

Normalmente se utilizaban métodos cualitativos, realizando encuestas y preguntándole a la gente cuánta redistribución preferían. Ahora, estos autores, proponen un nuevo método «cuantitativo», pidiéndole a los consultados que establezcan las tasas de impuesto a los ingresos para cuatro de los cinco quintiles en los que han dividido a la población. Afuera queda el quintil de ingresos más altos, ya que se supone que se mantendrá el nivel total de ingresos, de tal forma que todo ajuste de los cuatro quintiles inevitablemente deja para el quinto lo que sea necesario para mantener ese nivel de ingresos. Según este trabajo, sólo un 5% de la población prefiere un escenario más “desigual», y un 50/60% prefiere la redistribución.  

Es necesario aclarar que “desigual” se refiere a un flat tax, esto es, todos pagan la misma tasa, por lo que, obviamente, se mantendrán las diferencias de ingresos pre-impuestos. En el experimento, cuando informan a los participantes sobre las pérdidas económicas de esa redistribución (menos ahorro e inversión, menos crecimiento a futuro) o de la existencia de un seguro social, las preferencias por redistribución caen.  

https://research.tilburguniversity.edu/en/publications/preferences-for-income-redistribution-a-new-survey-item-and-exper-2