Nace una zona libre para negocios digitales: La Zona Económica Digital de Catawba

Muy bueno el Journal of Special Jurisdictions. En la última edición trae un artículo titulado “The Catawba Digital Economic Zone:  A Native American SEZ”, por el Prof. Tom W. Bell, de Chapman University, Fowler School of Law: http://ojs.instituteforcompgov.org/index.php/jsj/issue/current

“La Nación Indígena Catawba anunció recientemente el lanzamiento de un nuevo tipo de zona económica especial (SEZ) en sus tierras de reserva en la región del piedemonte de las Carolinas. La Zona Económica Digital de Catawba (CDEZ) tiene como objetivo proporcionar “Una jurisdicción construida para la industria de activos digitales y Fintech”. Las leyes federales y estatales afirman que la Nación tiene jurisdicción original y exclusiva sobre dos categorías de controversias: las derivadas de contratos en los que la Nación o sus miembros son parte y las derivadas de cualquier código civil que expida la Nación para la conducción de negocios y individuos en su reserva. Juntos, otorgan a la Nación autoridad soberana sobre el comercio, real o virtual, que tiene lugar en las tierras de Catawba. La Nación ha invocado esta facultad para crear la CDEZ. El Consejo General de Catawba, una asamblea democrática de miembros de la tribu, promulgó recientemente una ordenanza civil que crea un marco legal especialmente diseñado para respaldar la banca electrónica, las criptomonedas, los tokens no fungibles y otras industrias de acti-vos digitales y fintech. Este documento, escrito por uno de un equipo de codificadores que trabajó en él, describe los orígenes, la base legal y la estructura básica de la CDEZ, el ejemplo más reciente y avanzado de una jurisdicción especial centrada en los activos digitales.”

Cada uno quiere moldear la estadística del PIB para alcanzar la sociedad que más le gusta

Cuando comenzaron a desarrollar la estadística que conocemos con el nombre de Producto Interno Bruto (PIB o PBI), ya algunos economistas plantearon su preocupación por la generación de un instrumento para planificar o controlar la economía. Quienes lo desarrollaban dijeron que no, que era solamente para tener buena información. En verdad, es información para ver de qué forma pueden intervenir. Y, además, genera ahora lo que era previsible, el PIB les parece poco como para medir la “felicidad” del pueblo, entonces cada no propone modificarlo y agregarlo algo de lo que le parece importante. Así es que se ha desatado una lucha para desarrollar otra métrica, claro, y cada uno propone la suya. Nosotros podríamos proponer una que mida el grado de libertad, pero sería preferible olvidarnos de la estadística y listo. En fin, ese afán de sumar cosas como buenos objetivos puede verse en este paper

“E pluribus, quaedam. Gross domestic product out of a dashboard of indicators”; Mattia Guerini, Fabio Vanni and Mauro Napoletano; No 324043, FEEM Working Papers from Fondazione Eni Enrico Mattei (FEEM): https://econpapers.repec.org/scripts/redir.pf?u=https%3A%2F%2Fageconsearch.umn.edu%2Frecord%2F324043%2Ffiles%2FNDL2022-015.pdf;h=repec:ags:feemwp:324043

“ ¿Es suficiente el ingreso agregado para resumir el bienestar de una sociedad? Abordamos esta pregunta de larga data explotando un enfoque novedoso para estudiar la relación entre el producto interno bruto (PIB) y un conjunto de indicadores económicos, sociales y ambientales para nueve economías desarrolladas. Mediante el empleo de técnicas de reducción de dimensionalidad, cuantificamos la proporción de variabilidad derivada de un gran conjunto de indicadores diferentes que se pueden comprimir en un índice univariado. También evaluamos qué tan bien se puede explicar esta variabilidad si el índice univariante es el PIB. Nuestros resultados indican que las medidas univariadas, y el PIB entre ellas, están condenadas a fallar al dar cuenta de la variabilidad de los indicadores de bienestar. Incluso si el PIB fuera el mejor índice lineal univariado, su calidad para sintetizar información de indicadores que pertenecen a diferentes dominios es deficiente. Nuestro enfoque proporciona apoyo adicional para los responsables políticos interesados ​​en medir las compensaciones entre los ingresos y otras dimensiones socioeconómicas y ecológicas relevantes. Además, agrega nueva evidencia cuantitativa a la ya vasta literatura que critica al PIB como la medida más destacada del bienestar.”

 

No solamente hay que ajustar el gasto y eliminar la emisión monetaria: hay que liberar la economía

Aquí hay un punto interesante. Todos sabemos…, bueno, no todos, que para frenar la inflación hay que frenar la emisión monetaria y la causa de esa emisión, el gasto público. Pero, no sólo eso, también hay que liberar la capacidad productiva de la economía. Si no, es puro costo, al menos al principio. Algo así comentan en el paper “Winning the Battle Against Inflation Also Requires Supply-Side Reforms: Raising interest rates alone won’t tame rising prices”, cuyos autores son Veronique de Rugy y Jack Salmon, en Discourse: https://www.discoursemagazine.com/economics/2022/10/12/winning-the-battle-against-inflation-also-requires-supply-side-reforms/

“A pesar de varias subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (cinco hasta ahora, por un total de 300 puntos básicos), la inflación sigue viva y bien, y la inflación subyacente sigue inclinándose al alza. Eso es porque la Reserva Federal no puede luchar por sí sola contra el aumento de los precios. Detener la inflación requerirá un endurecimiento monetario continuo, así como una reducción del déficit fiscal. Pero ganar la batalla contra la inflación también requerirá reformas del lado de la oferta que hagan que la economía sea más dinámica y competitiva.

Antes de discutir las soluciones del lado de la oferta, recordemos cómo llegamos aquí: durante la pandemia, y mientras la economía estaba cerrada y luego solo parcialmente reabierta, los funcionarios gubernamentales se involucraron en la impresión de grandes sumas de dinero, grandes préstamos y grandes gastos. Como si eso no fuera suficiente, cuando la economía casi había vuelto a la normalidad, el Congreso y los legisladores no se movieron para poner fin al partido, sino que anunciaron que continuaría el gran gasto deficitario. Y lo hizo, incluso cuando la inflación comenzó a aumentar.

Ahora estamos en un lío. Todos entienden fundamentalmente por qué la inflación es un problema: las ganancias y los ahorros compran cada vez menos. Es por eso que ahora encabeza la lista de preocupaciones de los estadounidenses promedio. Lo que no se entiende tan bien es cuánto peor puede ser el problema de la inflación durante un período de alta deuda pública. No lo aburriremos con todos los detalles, pero si debe saber una cosa, sepa esto: si bien la mejor manera de que la Reserva Federal controle la inflación es aumentar las tasas de interés, cuanto más altas sean las tasas de interés (y con el 10- año, siendo la tasa del Tesoro de alrededor del 3,8%, ya es un total de 2,5 puntos porcentuales más alta que hace poco más de un año), mayor será el interés que el gobierno federal debe pagar por la deuda. Eso puede volverse muy costoso, muy rápidamente, ya que nuestra deuda es aproximadamente el 100% del PIB, y el 30% de nuestra deuda vence dentro del próximo año.”

Rebeliones y golpes de estado: la necesidad de estar atentos ante la violencia política: ¿Brasil? No, USA

No siempre se sacan las mejores conclusiones en caliente, cuando un hecho recién ha sucedido, y como nunca trato temas estrictamente político-coyunturales aquí, veamos dos visiones respecto a lo que pasó, no en Brasil, sino en Washington, el 6 de Enero de 2021. Son dos artículos que publica Discourse Magazine. El primero de Michael Ard, quien es Program director for the Master of Science in Intelligence Analysis degree at Johns Hopkins University’s Advanced Academic Programs in Washington D.C; titulado: “Was January 6 Really an ‘Attempted Coup’?: What happened on Jan. 6 was not a coup, but it was still terrible and should serve as a warning about the need to be vigilant against political violence”: https://www.discoursemagazine.com/politics/2022/07/11/was-january-6-really-an-attempted-coup/

Así comienza:

“En su serie de audiencias televisadas, el comité selecto del Congreso del 6 de enero insiste en que el motín de los partidarios de Trump, junto con el plan de algunos asesores de Trump para mantenerlo en el cargo, constituye un “intento de golpe” contra la Constitución estadounidense.

¿Fue realmente el disturbio de principios de 2021 un intento de golpe de Estado? ¿Fue realmente una rebelión ilegal para derrocar al gobierno? La palabra «golpe» parece una entrada nueva y no deseada en el léxico político de Estados Unidos. Los golpes son lo que le pasa a otros países, no a nosotros. ¿Es este el comienzo de una nueva y preocupante era de violencia e inestabilidad en Estados Unidos, como sugieren ahora algunos politólogos y otros?

Como argumenté en estas páginas en mayo, la democracia estadounidense es sólida y las predicciones de una próxima guerra civil exageradas. El abyecto fracaso del esquema del 6 de enero en realidad afirmó la fuerza de nuestras instituciones democráticas; no indica necesariamente un signo de deterioro.

Sin embargo, los desafíos a nuestro orden constitucional deben manejarse con firme determinación. La historia sugiere que las democracias que pierden su voluntad de contraatacar probablemente sean las más vulnerables a la inestabilidad o a la toma autoritaria del poder.”

Y luego, Andy Craig responde con uno titulado “Yes, What Happened on Jan. 6 Was an Attempted Coup; As examples of past coups amply demonstrate, what happened at the Capitol on Jan. 6 was more than just a riot”: https://www.discoursemagazine.com/politics/2022/08/24/yes-what-happened-on-jan-6-was-an-attempted-coup/

“Desde los eventos en el Capitolio de los EE. UU. el 6 de enero de 2021, se ha producido un fuerte debate sobre cómo llamarlos. Que hubo un motín es bastante obvio y generalmente indiscutible. Referirse a él como el asalto al Capitolio también parece innegablemente exacto. En un entorno gubernamental formal, la Cámara usó el término “ataque al Capitolio de los Estados Unidos” en el nombre oficial del comité del 6 de enero. Esta también es una descripción razonablemente neutral.

Con términos más fuertes, las cosas comienzan a ponerse más polémicas. El meollo del asunto es cómo uno ve el contexto de lo que sucedió en el Capitolio durante esas horas culminantes, no solo lo que se hizo, sino por qué se hizo y, en última instancia, en qué medida debe verse como parte de la decisión del ex presidente Donald Trump. El complot más amplio de Trump para anular las elecciones.”

«El liberalismo aplicado al juego es un error», ¿y el estatismo aplicado al juego sería una solución?

¿Puede haber situaciones en las que la competencia sea perjudicial y sea preferible un monopolio? Es lo que plantea el presidente de La Banca, de Uruguay diciendo que “el liberalismo aplicado al juego es un error”, en El Observador: https://www.elobservador.com.uy/nota/presidente-de-la-banca-sobre-casinos-online-el-liberalismo-aplicado-al-juego-es-un-grave-error–2022101420570

El titular de la agencia estatal a cargo de los juegos en Uruguay, que es un monopolio, critica un proyecto de ley que avanza en el Congreso uruguayo para liberar el mercado y permitir la competencia de empresas de juego online de cualquier parte del mundo. ¿Es éste un caso de “paternalismo”, tal vez “paternalismo libertario”, o debemos interpretar la opinión del presidente de La Banca como una simple defensa de sus privilegios monopólicos? ¿Realmente ellos se preocupan por la “salud” de la gente o se preocupan que la competencia haga desparecer sus privilegios?

¿Es el juego una enfermedad que necesite de un “protector” de la gente? ¿Y ese protector tiene que ser el Estado? ¿No podrían tal vez ser otras instituciones de la sociedad, tales como las sociedades de beneficencia, la Iglesia, o las distintas iglesias, la misma prensa u otras?

Cambio climático: ¿deberíamos sacrificarnos ahora por el bienestar dentro de siete generaciones?

Los problemas ambientales tienen una característica común: la llamada “tragedia de los comunes”, o la ausencia de derechos de propiedad que no genera incentivos para tomar en cuenta el uso y abuso de un determinado recurso. Ahora, con el cambio climático, se plantea que el planeta, en general, es un “commons”, la atmósfera no es de nadie y por ende nadie se preocupa demasiado. Hay quienes sostienen, como en el artículo que aquí se presenta, que los gobiernos deben actuar ahora para proteger al planeta en un futuro relativamente lejano. Esto plantea un debate: la verdad es que no sabemos cómo será la situación en el futuro pero si sigue como ahora, los futuros habitantes tendrán muchos más recursos y tecnologías para hacer frente al problema. ¿Deberían sacrificarse, por ejemplo, los pobres de hoy en aras de los más ricos y tecnológicos habitantes de dentro de siete generaciones?

Es lo que se plantea en este artículo: Stein, Gregory M., “Environmental Justice and the Tragedy of the Commons” (July 6, 2022). California Law Review Online, Vol. 13, p. 10, 2022, University of Tennessee Legal Studies Research Paper No. 438, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4155717

Que concluye así:

“La mayoría de los académicos en 1968 no pensaban en transformaciones globales masivas como el cambio climático, en el que los costos de muchas acciones son individualmente pequeños pero acumulativamente enormes y pueden posponerse en el futuro. Una vez que reconocemos que los efectos negativos a menudo se posponen durante muchos años, es esencial tener en cuenta que la tragedia de los bienes comunes puede extenderse en el tiempo y que los bienes comunes de Hardin son una ubicación temporal y no solo física. Tal vez deberíamos tomar una lección sobre la internalización de las externalidades de la Nación Oneida, en la que “[t]radición. . . requiere que los líderes y miembros de la nación consideren el impacto en las próximas siete generaciones al tomar decisiones.”

Julian Assange y WikiLeaks: ¿hasta dónde llega el poder del Estado para ocultar sus acciones?

Lleva años preso. Hace unas semanas se realizaron marchas y protestas en muchos países pidiendo por la libertad de Julian Assange, quien, recordarán, fue el creador de WikiLeaks y fuera detenido y procesado por dar a conocer documentos “clasificados”. James Bovard, autor de varios libros escribe para el Mises Wire un artículo que se titula “Julian Assange y nuestra democracia de impunidad”: https://mises.org/es/wire/julian-assange-y-nuestra-democracia-de-impunidad

Así comienza:

El sábado (1 de Octubre), las protestas en apoyo de Julian Assange se producirán en todo el mundo. En Londres, los partidarios de Assange unirán sus brazos alrededor del edificio del Parlamento. También habrá protestas frente a la sede del Departamento de Justicia en Washington (yo seré uno de los oradores), D.C., y en San Francisco, Tulsa, Denver y Seattle, así como en Australia.

Hace cuatro años, escribí una columna en USA Today en la que pedía que Assange recibiera la Medalla Presidencial de la Libertad. Mi artículo no logró convencer a la Casa Blanca de Trump y el gobierno de Biden ha retomado la persecución de uno de los más importantes contadores de la verdad de este siglo. Assange lleva años encerrado en una prisión de máxima seguridad en Gran Bretaña. Se enfrenta a la extradición para enfrentarse a 17 cargos de violación de la Ley de Espionaje por revelar información clasificada. Si los británicos entregan a Assange al gobierno de EEUU, casi no tiene posibilidades de tener un juicio justo debido a cómo se amañan los juicios en los tribunales federales.

Los últimos cuatro años han revelado por qué activistas como Assange, que lleva años recluido en una prisión británica de máxima seguridad, son vitales para cualquier esperanza de que los gobernantes rindan cuentas a la ciudadanía. El fiscal general Ramsey Clark advirtió en 1967: «Nada disminuye tanto la democracia como el secreto». En este momento, América es una democracia de impunidad en la que los funcionarios del gobierno no pagan ningún precio por sus abusos.

Assange fue blanco del gobierno de EEUU después de que su organización, Wikileaks, divulgara decenas de miles de documentos y algunos vídeos que exponían crímenes cometidos por el ejército de EEUU contra civiles afganos e iraquíes. Un informe de 2010 del Christian Science Monitor sobre la filtración señalaba que «no estaba claro cómo podrían reaccionar los americanos ante las revelaciones sobre la aparente matanza indiscriminada de civiles afganos» por parte de las fuerzas americanas. Pero el titular del Monitor captó el veredicto en Washington: «La respuesta del Congreso a WikiLeaks: disparar al mensajero». El vicepresidente Joe Biden denunció a Assange como un «terrorista de alta tecnología».”

Lo que más nos protegió durante la pandemia fue la familia, no el estado

Durante la pandemia los gobiernos nos encerraron pero la gente acudió a esa institución tan básica de todas nuestras sociedades, la familia. En la revista Evolution and Human Behavior se publica un artículo titulado “Family still matters: Human social motivation across 42 countries during a global pandemic”, escrito por una gran cantidad de autores, tan grande que nos llevaría toda la página presentarlos a todos: https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2022.09.003

“La pandemia de COVID-19 provocó cambios sociales drásticos para muchas personas, incluida la separación de amigos y compañeros de trabajo, el contacto cercano forzado con la familia y la reducción de la movilidad. Aquí evaluamos la medida en que las motivaciones y objetivos básicos evolutivamente relevantes de las personas (motivos sociales fundamentales como la afiliación y el cuidado familiar) podrían haberse visto afectados. Para abordar esta pregunta, reunimos datos sobre motivos sociales fundamentales en 42 países (N = 15 915) en dos oleadas, incluidos 19 países (N = 10 907) para los que se recopilaron datos antes y durante la pandemia (ola prepandémica: 32 países, N = 8998; 3302 hombres, 5585 mujeres; Mage = 24,43, SD = 7,91; ola de pandemia media: 29 países, N = 6917; 2249 hombres, 4218 mujeres; Mage = 28,59, SD = 11,31). Las muestras incluyen datos recopilados en línea (p. ej., Prolific, MTurk), en universidades y mediante muestreo comunitario. Descubrimos que la motivación para evitar enfermedades fue sustancialmente mayor durante la pandemia, y que la mayoría de los otros motivos sociales fundamentales mostraron diferencias pequeñas, pero significativas, entre olas. De manera más sensata, la preocupación por el cuidado de los hijos fue mayor durante la pandemia, y las preocupaciones por la búsqueda de pareja y el estatus fueron menores. Los hallazgos anteriores que mostraban la priorización de los motivos familiares sobre los motivos de apareamiento (e incluso sobre los motivos para evitar enfermedades) se replicaron durante la pandemia. Finalmente, el bienestar se mantuvo positivamente asociado con motivos relacionados con la familia y negativamente asociado con motivos de apareamiento durante la pandemia, como en las muestras previas a la pandemia. Nuestros resultados proporcionan más evidencia de la sólida primacía de las motivaciones relacionadas con la familia, incluso durante esta interrupción única de la vida social.”

Borgen: una muestra del alto costo que genera la intoxicación con el poder

Interesante análisis del costo que significa para la vida personal dedicarla al poder y la política. En este caso con referencia a la serie Borgen. Muy interesante análisis de David Gasta en Mystical Silicon, en Substack: https://mysticalsilicon.substack.com/p/lessons-from-borgen-on-working-with

“Cuando comencé a ver Borgen, pensé que era similar a las primeras temporadas de The West Wing, un programa en el que los personajes principales persiguen ideales, tienen conversaciones inteligentes sobre política y alcanzan compromisos felices e idealistas en cada episodio.

Resulta que Borgen es mucho más profundo que eso. Si bien en la superficie el programa trata sobre Birgitte como heroína, para aquellos que observan de cerca, todas las temporadas apuntan en la dirección opuesta: Borgen es una historia sobre la naturaleza del poder y la obsesión gradual de Birgitte con la exclusión de todo lo demás. Si bien Birggite no es una heroína, tampoco es una antihéroe; la historia es más complicada ya que es una historia sociológica sobre la formación de un político.”

“La lección final que mencionaré de Borgen es tener cuidado con la intoxicación del poder.

El cambio de Birgitte del primer al último episodio es bastante marcado. Si bien algunas personas (y la mayoría de los críticos) parecen pensar que todo cambió en la Temporada 4, una lectura más oscura de las Temporadas 1-3 muestra que ella fue la misma todo el tiempo. Su obsesión por el poder comenzó temprano.”

¿Los mejores resultados de la educación privada se deben a que se llevan a los alumnos con más recursos?

Parece que no. En la India el 70% de los alumnos va a escuelas privadas, así que no es cuestión que se llevan solamente a los mejores.

En el debate sobre el nivel de la educación en los sectores público y privado, se ha afirmado que los resultados son superiores en el segundo porque “descreman” el mercado, es decir, se llevan a quienes ya tienen un nivel superior como resultado de provenir de hogares con mayores recursos; pero que si se ajustara por esa condición esa mayor calidad no sería tal.

Alexander Tabarrok, de George Mason University trata el tema en el paper titulado: “PRIVATE EDUCATION IN INDIA: A NOVEL TEST OF CREAM SKIMMING” https://doi.org/10.1111/j.1465-7287.2011.00286.x

“Los estudiantes de las escuelas privadas habitualmente superan a los de las escuelas públicas tanto en los Estados Unidos como en todo el mundo. Pero, ¿las escuelas privadas mejoran a los estudiantes o simplemente desnatan a los mejores estudiantes? En este artículo aprovecho el hecho notable de que en muchos distritos de la India la mayoría de los estudiantes asisten a escuelas privadas. A medida que aumenta la participación privada en la matriculación en las escuelas, la crema desnatada se vuelve menos plausible como explicación de una mayor tasa de rendimiento en las escuelas privadas. La evidencia de crema descremada se encuentra cuando la proporción de educación privada es baja, en el rango de 0 a 15% y, por lo tanto, las escuelas privadas tienen una gran reserva pública de la cual desnatar. Pero el efecto privado sobre el rendimiento no parece disminuir mucho incluso en distritos donde más del 70% de los estudiantes están en escuelas privadas. Lo que es más importante, las puntuaciones medias tomadas de toda la población de estudiantes, privados y públicos, aumentan con la proporción de educación privada. Estos hallazgos respaldan un efecto significativo en la productividad de las escuelas privadas.”