El control de precios de los Nazis, ¿era muy distinto del que aplica ahora Maduro en Venezuela?

En una sección con un título apropiado a nuestra época (El Caos Monetario), Mises explica en 1944 los problemas de los controles de precios, parte de una monografía titulada “Una propuesta no inflacionaria para la reconstrucción monetaria de posguerra”:

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Las falacias del control de precios

Los gobiernos generan inflación. Pero, al mismo tiempo, pretenden combatirla contra sus inevitables consecuencias.

Un gobierno infla su moneda porque quiere utilizar el poder de pago adicional para una reducción del consumo privado y aumento del gasto público. Un gobierno beligerante, por ejemplo, quiere retirar algunos productos del público porque los necesita para la guerra. Los ciudadanos, por lo tanto, han de consumir menos.

Pero la inflación, esto es, el papel moneda y los depósitos bancarios adicionales ocasionan un aumento del ingreso nacional (en términos de la moneda inflada). Los ciudadanos tienen más dinero para gastar, mientras que la oferta de bienes disponible para consumo privado cae. Hay menos bienes para comprar, pero los ciudadanos tienen más dinero para comprarlos. Un importante aumento de los precios es inevitable.

Un aumento de precios podría evitarse solamente financiando la guerra exclusivamente con impuestos o préstamos del público sin ninguna inflación. Si al gobierno no le gusta ese aumento de precios, debería abstenerse de la inflación.

Los controles de precios son inútiles. Si, por ejemplo, el precio de un bien se fija a un nivel más bajo que el precio potencial correspondiente a las condiciones inflacionarias, muchos productores, para evitar pérdidas, dejarán de producir ese bien. Los productores marginales se retirarán de esta rama de los negocios. Utilizarán los factores de producción –tanto materiales como humanos, esto es, trabajo- para la producción de otros bienes no afectados por los límites fijados por el gobierno. Este resultado es contrario a la intención del gobierno. Ha fíjate el precio del producto en cuestión porque lo considera una necesidad vital. No quería reducir su oferta. La única forma de prevenir una caída de su oferta sería eliminar el precio máximo. Pero al gobierno tampoco le gusta esta alternativa. Así, avanza más y fija los precios de los factores de producción necesarios para la producción del bien en cuestión. Pero entonces el mismo problema aparece en relación a la oferta de estos factores. El gobierno ha de proceder más allá y fijar el precio de los factores de producción de los factores necesarios para producir el bien donde comenzó todo el proceso. Está forzado a no dejar afuera de sus precios máximos a ningún bien, ya sea de consumo o de producción, y ningún tipo de servicio laboral. Tiene que determinar para qué producción se utilizará cada factor de producción ya que el mercado, ahora paralizado por los controles de precios, no provee a los emprendedores una guía para la toma racional de decisiones. El gobierno los tiene que forzar, y a cada trabajador, a continuar produciendo y trabajando según sus órdenes. Debe decirle a cada empresario qué producir y cómo; qué materiales comprar y dónde y a qué precios; a quién emplear y a qué salarios; a quién vender y a qué precios. Si quedara alguna brecha en esta ronda de fijación de precios y salarios, y si alguno no fuera instruido para trabajar de acuerdo a las ordenes gubernamentales en este completo sistema de comando, entonces la actividad empresarial –y el capital y el trabajo- se dirigirían a las ramas de industria que permanezcan libres. Los planes del gobierno se frustrarían parcialmente porque la intención es, precisamente, incrementar o mantener la producción de esos bienes cuyo precio el gobierno ha fijado.

Pero si ese sistema de control total de precios y producción se alcanza, la estructura social y económica completa del país ha cambiado. Si todos los precios y los salarios son fijados, si los capitalistas no son libres de determinar la forma en la que pueden utilizar su capital, si –como resultado del control completo de precios por el gobierno- la tasa de ganancias y la tasa de interés es virtualmente fijada por las autoridades, se ha sustituido al capitalismo de libre empresa por el socialismo planificador. Los precios, los salarios y las tasas de interés ya no son lo que eran en el sistema de mercado. Ahora son simples términos cuantitativos fijados por decreto gubernamental en el marco de una sociedad socialista. El dinero no es dinero, esto es, un medio de intercambio, pero una cuenta. No hay más emprendedores, solamente administradores de fábricas que deben obedecer incondicionalmente a las autoridades. El nivel de vida de cada uno es fijado por el gobierno; cada uno es un sirviente público, un empleado de esta gran maquinaria. Este es el tipo de socialismo alemán, Deutscher Sozialismus, como lo practicaron los Nazis. El Fuehrer solamente opera todo el sistema; su voluntad solamente decide y dirige la actividad de cada sujeto y fija su nivel de vida”.

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (III)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • “Cuando una empresa descubre que alguien puede fabricar su producto más barato se aprovecha de ello NO REDUCIENDO SUS PRECIOS sino ganando un margen mayor por la venta de los mismos. Cuando el mercado se ajusta otras empresas recurren a lo mismo y a través del proceso de competencia los precios se reducen.

O sea, costes más baratos en los nuevos países productores no bajan los precios al consumidor de forma automática. Hay un proceso intermedio de competencia. Al competir con margen alto las empresas pueden disminuir sus precios hasta que se alcanza una situación de equilibrio.

Los precios determinan los costos a largo plazo. Es por eso que los precios altos pagados en los países occidentales van a producir un incremento de los costes laborales en China. Es decir, los precios de los productos al consumidor (altos) hacen subir los costes, en este caso laborales.

Yo creo que la confusión parte de que en el corto plazo puede haber situaciones transitorias donde da la sensación de que son los costes los que se transmiten al precio. Estas situaciones transitorias pueden durar años. En el caso de China hasta que la reserva de trabajadores no ocupados se agota y empieza a haber presión en el mercado laboral. Pero alcanzar plena ocupación en un mercado de cientos de millones de trabajadores toma su tiempo.

La última pregunta está mal formulada. Al utilizar el término «sangría» se presupone que la deslocalización es negativa. La deslocalización nos libera de trabajos tediosos y de poco valor añadido con lo cual nos podemos liberar de ellos y dedicarnos a cosas más productivas. Por ejemplo, diseñar los robots y las líneas de producción que usan en China. Por otra parte la deslocalización ha permitido un enorme progreso económico en los países receptores del trabajo. O sea, es un proceso que beneficia a ambas partes. Los países desarrollados deben facilitar la transición de sus ciudadanos de las actividades deslocalizadas a nuevos campos de más alto valor.”

  • Estoy de acuerdo con XX con respecto a la connotación negativa que la palabra «sangría» pueda dar a la deslocalización de la producción.

Para añadir a lo que comenta XX:

Todas las decisiones empresariales (y medidas económicas) tienen ventajas y desventajas (trade offs, en inglés). Unos ganan y otros pierden con la deslocalización. En este caso, el beneficio directo, es que son muchos los consumidores que se ven beneficiados con la reducción de costes de producción. Hay cierta cantidad de gente que queda desempleada, pero es parte del «trade off».

Es país desarrollado, en el que la deslocalización de la producción es grande, la mano de obra con poco entrenamiento va a tender, es más, ser verá forzada a desarrollar nuevas habilidades y a tener que desempeñarse en trabajos mucho más productivos. Esto irá aumentado la ventaja competitiva de estos países y seguirán siendo líderes en desarrollo de tecnologías que les harán aún más productivos con respecto a los países hacia los cuales se deslocaliza la producción de bienes que requieren mano de obra con poco entrenamiento.

Al balancear las ventajas con las desventajas de la deslocalización de la producción, esta se inclinará hacia el lado de las mayores ventajas / beneficios.

  • “En primer lugar matizar que la deslocalización, en términos generales, es interpretada de una forma negativa, ya que no se tiene un entendimiento ni de su funcionalidad ni de su meta.

Dicho esto, y a tenor argumental de lo dicho por mis compañeros, la deslocalización favorece la incorporación de nuevos competidores en el mercado. Este fenómeno se produce para buscar un margen lo suficientemente amplio entre el proceso de fabricación al proceso de venta, y en muchos países por políticas fiscales (abrasadoras) te obligarían a cerrar antes de poder mantener o arrancar un negocio. El impacto en los precios es por ende positivo para el productor y el consumidor.

Con mucho acierto, muchos compañeros ya lo han comentado, evitar esa «sangría», bien entendida, con una utilidad y un sentido empresarial, sería posible si los Estados dejaran de machacar con asuntos fiscales y burocráticos. A priori la fórmula parecería sencilla, pero en la práctica….eso amigos es otra cosa.”

  • “La deslocalización es una oportunidad que ve el empresario para reducir sus costes y que al final favorece los precios que pagamos los consumidores.

Se estigmatiza a las empresas por parte de algunos sectores de la sociedad por realizar este proceso ya que los factores de producción se ubican en los lugares donde son más eficientes para el proceso productivo. Las nueva tecnologías y la globalización han acelerado este proceso y nos hemos encontrado con muchos casos recientes en los últimos años (empresas que cierran en países desarrollados y que abren en otros países con menores costes, china, india, tailandia, etc).

Nuevamente mucho se ha aportado al foro y estoy absolutamente de acuerdo en que la única manera de combatir este fenómeno es con una clara desregularización del mercado laboral y (los políticos en términos generales no lo permitirán) que favorezca paulatinamente una sociedad que se centre en el autoempleo y la especialización en contraposición con el trabajo «estable y fijo » para toda la vida.

Por último, no quisiera dejar pasar la deslocalización fiscal que también se da muchísimo, consecuencia nuevamente de la tendencia confiscatoria de los estados.

En resumen, buen proceso que favorece los precios que pagamos por los productos y menos regulación en todos los aspectos.

Grecia demanda reparaciones a Alemania, pero necesita más a un Erhard que a un Tsipras

SI los griegos piensan esto, están en problemas. En un artículo publicado en La Nación con el título “Alemania vs Grecia: una enemistad marcada por la historia”, Luisa Corradini comenta sobre la demanda del nuevo gobierno griego para que Alemania pague reparaciones de guerra en virtud de la invasión nazi en 1941: http://www.lanacion.com.ar/1768627-alemania-vs-grecia-una-enemistad-marcada-por-la-historia

El nuevo gobierno de Alexis Tsipras demanda un pago de 162.000 millones de Euros, equivalente a la mitad de la deuda total de Grecia. Para Alemania, el caso está cerrado a partir de un tratado firmado en 1953 por el cual le pagó a ese país 58.000 millones de euros. El artículo comenta que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos (aunque seguramente fueron los Aliados) apoyaron a Alemania y obtuvieron una reducción de todos los reclamos que existían entonces ante ese país. No menciona que esta actitud tuvo que ver con la todavía muy vívida experiencia posterior a la Primera Guerra Mundial, cuando las reparaciones de guerra fueron una carga imposible de pagar para la joven democracia alemana, el país cayó en hiperinflación y esas penurias económicas abrieron la puerta a la llegada de Hitler al poder. Este es el punto que planteara con claridad John Maynard Keynes en su libro “Las Consecuencias Económicas de la Paz”, seguramente el mejor que haya escrito.

Concluye la periodista: “En Grecia nadie ignora ni olvida que Alemania debe su fabulosa recuperación económica a los favores consentidos por otras naciones.”

Si eso creen ha sido la causa de la recuperación económica alemana después de la guerra, están tan equivocados como cuando piensan que los problemas actuales de ese país se deben a la voracidad de los acreedores de su deuda y no a las desastrosas políticas económicas que aplicaran los mismos gobiernos griegos y el uso y abuso del gasto público; la misma herramienta con la que ahora Tsipras quiere supuestamente sacar al país del pozo en que se encuentra.

Erhard

El llamado “milagro económico alemán” fue el fruto de ciertas ideas y propuestas de política económica que maduraron durante los años de la guerra gracias al liderazgo intelectual de Walter Eucken y la luego llamada “Escuela de Friburgo” u “Ordoliberalismo” y comenzaron a ser aplicadas por quien fuera designado por los Aliados como ministro de Finanzas de Baviera, Ludwig Erhard.

Para más información, vale la pena este texto de David Henderson: http://www.econlib.org/library/Enc/GermanEconomicMiracle.html

Este autor menciona allí que las dos principales causas de la milagrosa recuperación alemana fueron la reforma monetaria y la eliminación del control de precios y racionamiento. También puede sumarse la reducción de las tasas marginales de impuestos, cosas ocurridas en 1948/49.

Dos conversaciones de Ludwig Erhard con el General Clay, representante de las fuerzas de ocupación norteamericanas han pasado a la historia. Se refieren a la abolición del control de precios y el racionamiento:

Clay: Herr Erhard, mis asesores me dicen que lo que usted ha hecho es un gran error. ¿Qué puede decir al respecto?

Erhard: Herr General, ¡no les preste atención! Mis asesores me dicen lo mismo.

Y más adelante, con coronel norteamericano:

Coronel: ¿Cómo se atreve a relajar nuestro sistema de racionamiento cuando hay una extendida escasez de alimentos?

Erhard: Pero, señor coronel. No he relajado el racionamiento, ¡lo he abolido! De ahora en más, el único ticket que la gente necesitará es el marco alemán. Y van a trabajar muy duro para obtenerlos, tan sólo espere y verá.

Los griegos necesitan un Erhard, no un Tsipras.

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (II)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • “Como indica XX, apostando por predecir unos precios futuros se busca el menor coste posible para mejor la utilidad del proyecto empresarial. Si bien, un mayor margen de beneficio atraerá competidores nuevos, con lo que previsiblemente, al incrementar la cantidad producida pueda crear parejas marginales a menor precio.

El ágil y avezado empresario (parece un documental de Félix Rodríguez de la Fuente), procura mejoras de competitividad en todos sus procesos, productivos, de servicios, etc. Aquellos que sean intensivos en mano de obra y puedan ser deslocalizados, lo serán. Y esto conllevará un beneficio para el consumidor final. Y redundará en mejorar las condiciones tanto del deslocalizador como del país receptor de la inversión. Siguiendo el ejemplo del Profesor, China ya dejó de ser país low cost hace mucho tiempo, y hoy las inversiones se hacen para suplir mercado interno, no para retornar al país de origen. No es una sangría, es positivo en ambos lados. Apple está montando el nuevo Mac de 12″ en California, hoy en día más competitivo que con suministradores en China.

Cualquier actividad repetitiva y de baja complejidad será sustituída por máquinas, antes o después. O deslocalizada. Nuestra aspiración debe ser convertir nuestro país no en un competidor con low labour cost, temiendo deslocalizaciones, sino buscar ser parte de aquellos que disfrutan de mayor inversión en bienes de capital por trabajador. He vivido varios años en Brasil, donde se cumplen casi 1.800 horas anuales, y donde el trabajador es casi 5 veces menos productivo que en Alemania, con menos de 1.500 horas anuales. La diferencia es bastante proporcional a la inversión en bienes de equipo por trabajador (no hablo de temas burocráticos en Brasil ni de complejidades artificiales, que hoy no toca, pero que también afectan muy negativamente)

  • El modelo Inditex es un buen modelo de estudio,

Hoy en dia las multinacionales tenían grandes problemas con los costes de repatriaciones (traerte el dinero de vuelta), estas estaban jugando a tener un entramado fiscal mundial muy provechoso.

Actualmente la (vaca, vieja, enquilosada, y avida de dinero) Europa, ha exigido, a través de las haciendas que estas empresas transciendan sus beneficios de las participadas en cada país (primer paso a poner las cosas cada vez más difíciles a estas Multinacionales.

  • XX el ejemplo que pones sobre Inditex me parece muy clarificador, buscar un equilibrio entre fomentar el empleo y trabajo manteniendo el eje del negocio en cuanto a diseño, servicios centrales en España y derivar la producción a otros países con el fin de abaratar coste labores (no laborales como una menor presión fiscal, menor coste del suelo industrial) puede ser una buena solución. Sin embargo el hecho de buscar abaratar la mano de obra en otros países puede ser un arma de doble filo. Muchas veces las legislaciones sociolaborales son muy poco exigentes y conlleva grandes riesgos.

Cuando se produce una deslocalización algo falla en el país de origen.

Falta de inversión en capital humano, en educación, cualificación y formación continua y profesional

Falta de inversión en I+I

Mayor esfuerzo de la inversión privada en bienes de equipo que permitan un cambio tecnológico.

Implicación de los trabajadores y mejoras organizativas.

Para mi sí que es una sangría la deslocalización porque siempre llevan acarreados eliminación de puestos de trabajos, competencia brutal entre trabajadores hasta el punto de precarizar las condiciones labores y pérdida de derechos.

  • Evidentemente hemos visto este fenómeno en nuestra generación y sus consecuencias.

Acordémonos, en nuestra juventud como los productos tenían un primer orden el producto nacional y el producto importado era de más calidad y más caro (políticas arancelarias) (por lo menos aquí en España).

Vimos un gran incremento de vida con la llegada de un «mercado común» (más creo que mercado es moneda única y facilidad de movimiento) y paso que ese incremento de vida hizo que aumentara los costes laborales, llevo a un aumento de costes de producción etc….

La economía la he visto siempre como la ciencia del sentido común (quizás es el menos común de los sentidos) y como ciencia la equiparo a otras ciencias por ejemplo la física,

¿Por que digo esto?

Las preguntas de Sr. Martín Krause, las intentare responder con la teoría de los fluidos, (los fluidos se intentan compensar hasta que hayan el equilibrio) la cual el universo intenta compensar siempre.

Si un estado tiene fuertes costes sociales, los empresarios producirán donde los costes sociales sean más bajos, estos estados se podrán defender con aranceles, pero resulta que el equilibrio entre oferta y demanda, se le añade una sobreexplotación de costes (sociales, impuestos, etc),

Ojo y el consumidor quiere esos productos baratos (el auge de los comercios chinos o todo a 100), los estados se defienden con normativas de calidad y aranceles, pero los aranceles son muy poco efectivos, porque los países productores, suelen ser grandes economías en auge y sus diplomacias cuestionan los aranceles, estos se limitan.

Los costes ganan, pero ojo el estado receptor se defiende con normas de calidad mínimas, esta medida es poco efectiva ya que también encareces tu producto interior y el mayor coste de la producción siguen siendo los costes sociales.

En este punto aplicare la teoría de los fluidos:

La única esperanza a estas economías enquilosadas con grandes costes sociales, es que los países productores quieran aumentar su calidad de vida, con lo cual se les aumenten los costes sociales (a mi entender ya es demasiado tarde para los primeros).

 

Me podreís responder que desde los países receptores de esta producción se puede competir con tecnología, eso era antes, un hindú programa mejor que un europeo….. Nos queda la innovación y la inversión en formación y cultura, para poder imaginar principal ingrediente para la innovación. como ingrediente para aguantar el fluir de los mercados.

Otra visión geopolítica es el cambio del eje económico del planeta, del atlántico al pacífico, en el cuál yo creo (suerte por ti Sr. Martín Krause)

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (I)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • “Algo que deberíamos tener en cuenta al opinar sobre este fenómeno es que la mayoría de países que la han sufrido, se han aprovechado en un primer momento de esa industrialización. Como es el caso de España que cuando la mano de obra era más barata aquí que en EEUU o en Francia en los años 60,70 y 80, fuimos receptores de esas inversiones y todos las recibieron con los brazos abiertos. Criticar esto cuando el fenómeno es al revés, me parece injusto.

Esta deslocalización impacta en los precios de una manera positiva ya que abarata los productos finales para el consumidor, y los productos intermedios de otros procesos productivos. Esto a su vez abarata el producto terminado de ese proceso que se ha aprovechado de un producto intermedio más barato y en última instancia otra vez el consumidor se beneficia de un producto final más barato.

Los países que sufren este proceso deberían suplir esa actividad que antes era de productos de poco o medio valor añadido, por productos de mayor valor añadido, en los que el conocimiento tenga mayor valor. Yo también creo que si el mercado laboral fuese más dinámico y los sindicatos no entorpecieran las negociaciones también se podrían evitar deslocalizaciones a cambio de acuerdos entre empresas y trabajadores. Los costes de seguridad social también son muy altos y esto al final penaliza a los trabajadores también porque la empresa le supone mucho gasto. “

  • “Este foro es perfecto para poder parafrasear al profesor Huertas de Soto:

“La actuación de ágiles empresarios deseosos de aprovechar las diferencias existentes entre los precios de mercado de los factores de producción y los previstos precios futuros de los correspondientes bienes de consumo impulsa el correspondiente mercado. Este mercado se paralizaría si los costes de producción exceden el precio del producto final”

Esta clara explicación del profesor JHS de alguna forma contesta o hace referencia a las tres preguntas lanzadas al foro:

1)   La actuación de ágiles empresarios deseosos de aprovechar oportunidades en diferentes mercados para adquirir factores de producción es lo que ha hecho que muchas empresas occidentales estén hoy produciendo en China. Si hubieran seguido produciendo aquí, probablemente, tendrían que haber cerrado (mercado paralizado). Un ejemplo de esto es la industria zapatera de Elche. Estos empresarios son los que con su tesón han hecho que el mundo se globalice. Esta actuación hace que esos empresarios puedan trasladar esos ahorros en coste al precio final, con el objetivo de vender más cantidad y ganar más dinero y eso hace que el consumo y en consecuencia el mercado, crezca.

 

2)   Claro que son los precios los que determinan los costos. De hecho la razón por la cual los empresarios deslocalizan sus empresas para producir más barato es porque si no lo hicieran, probablemente muchos tendrían que cerrar. Tienen que buscar y encontrar la manera de producir a un coste que le permita ganar dinero vendiendo a los precios que los consumidores están dispuestos a pagar por el bien de consumo y no por el dinero al que al empresario le gustaría vender su producto acabado. El mercado no respeta los intereses creados. En España hay sectores que están casi extinguidos y…

3)   … Desde mi punto de vista, uno de los motivos por los cuales todavía existen empresas vivas en sectores esquilmados es porque se han especializado y han encontrado la manera de hacer productos que pueden y saben darles un mayor valor añadido: vía diseño, i+d, tecnología,… etc.”

“Aunque la mejor manera para que un país evite la sangría de la deslocalización es fomentar desde pequeños, educando en el emprendimiento y liberalizando al máximo y quitando normas que sirven para nada mas que para ralentizar el crecimiento. “Más liberalización”.

El ejemplo más claro de esto es para mí Inditex y Amancio Ortega: Producen parte del producto fuera de España, y con infinidad de proveedores, acaban tanto fuera como en España la mayoría de las prendas que venden. Además tienen unos almacenes de distribución brutales ubicados en España y además, en sus instalaciones de Arteixo (corazón y materia gris de la empresa) tienen a un ejército de diseñadores y diseñadoras de todas las nacionalidades del mundo. Parte de la empresa está deslocalizada pero lo que la hace única y lo que le da una ventaja competitiva duradera lo mantiene aquí en España. Inditex hace un mix perfectamente estructurado y esa es, en la era de la globalización, la mejor solución para cualquier empresa que quiera ser global.

Frases políticas Francia 2014: gobierno socialista y oposición conservadora se acusan de «ultra liberales»

La revista francesa l’Opinion y el sitio de GenerationLibre, presentó el pasado 11 de Febrero los premios a las frases más anti-liberales emitidas en Francia durante 2014. El gobierno francés está en manos del Partido Socialista; no obstante el principal enemigo parece ser el “ultra-liberalismo”. Aquí van algunos de los premios concedidos y otras frases que fueran consideradas:

Medalla de Oro para M. M. Benoît Hamon, ex ministro de Educación Nacional:

“Cuando no se tiene nada para reprochar, no es grave ser ‘escuchado’”( en relación a las escuchas a Nicolas Sarkozy)

Medalla al intervencionismo para M. Laurent Wauquiez, diputado UMP de Haute-Loire:

“Es necesario tener los medios de recuperar una verdadera estrategia industrial y eso pasa por el ingreso del Estado al capital”.

Medalla al autoritarismo para M. Gérard Filoche, miembro del Consejo Nacional del Partido Socialista:

“Ningún asalariado de este país trabaja un domingo por voluntad propia, sino porque lo quiere el patrón”.

Medalla al jacobinismo para M. François Hollande, presidente de la República Francesa:

“Francia, aun cuando hace liberalismo, lo hace por el Estado”

Medalla al paternalismo para Mme Anne Hidalgo, Alcalde de Paris:

“Un alcalde tiene la preocupación de proteger, la obsesión de encontrar una solución para cada problema, una respuesta para cada pregunta”.

Medalla al dirigismo para M. Arnaud Montebourg, ex ministro de Recuperación Industrial:

“Cuando he recibido a las autoridades de la competencia que vienen a mi oficina, les he dicho: ustedes están contra las ententes, y yo las organizo”.

 

Otras tomadas en cuenta:

Arnaud Montebourg, ex Ministro de Recuperación Industrial:

“Usted es nombrado y yo, yo soy electo. Entonces, ¿quién tiene razón? ¡Por fuerza, yo!

La dirigente derechista Marine Le Pen, Euro-Diputada y Presidente del Frente Nacional:

“El peligro no es ya el exceso de socialismo sino el del librecambismo liberal”.

También de Le Pen: “François Hollande es un liberal vergonzante mientras que Manuel Valls es una ultraliberal desacomplejado”.

Isabelle Thomas, Euro-Diputada:

“El liberalismo desbocado niega el interés colectivo y la solidaridad. Alimenta el resentimiento, el repliegue sobre uno mismo y el odio”.

Gérard Filoche, Miembro del Directorio del Partido Socialista:

“Hay que tomar el dinero de dónde está, para ponerlo donde debería estar”.

Emmanuel Macron, Ministro de Economía y Finanzas:

“El Liberalismo es la ley del más fuerte. El espíritu de las leyes que nosotros proponemos es todo lo contrario”.

Charlie Hebdo, la libertad de expresión aunque se ofenda, y las caricaturas danesas sobre Mahomma

Tan solo unos días después de la masacre a los editores de la revista Charlie Hebdo, el Cato Institute publica un libro sobre este tema de fundamental importancia, pero en relación a un caso anterior: la publicación de una caricatura de Mahomma en el diario danés Jyllands-Posten en 2006. El editor, y autor del libro “The Tyranny of Silence”, publicado ahora por Cato, Flemming Rose, fue responsable de la publicación, aunque no el autor, de esa caricatura en el diario danés. A partir de entonces, su vida se vio convulsionada por el hecho y su presencia generó todo tipo de reacciones en los eventos a los cuales fuera invitado.

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Su objetivo al publicar esto fue señalar la importancia de la libertad de prensa y la tolerancia aun ante opiniones que puedan ser consideradas ofensivas. En este sentido, trató de darle al Islam el mismo trato que al Cristianismo o al Judaísmo, u otras religiones, sobre las cuales ya se habían publicado muchas caricaturas cuyos fieles también podrían haber considerado ofensivas. Pero plantea el tema: ¿existe el derecho a no recibir una ofensa? Así comenta cómo consolidó su visión al encontrarse con el escritor proscripto Salman Rushdie: http://www.cato.org/events/tyranny-silence

“Cuando entrevisté al autor Salman Rushdie en 2009, me presentó un problema con el que había estado luchando desde la “Crisis de la Caricatura”. Yo tenía problema en aceptar que otros estaban contando mi historia e interpretando mis motivos sin conocer quién era. Cuando hablamos, Rushdie observó que desde la niñez, relatamos historias como una forma de definirnos y entendernos a nosotros mismos. Es un fenómeno que se deriva del instinto al lenguaje que es universal e innato en el ser humano. Cualquier intento de restringir este impulso no es solamente censura o un intento de violación política de la libertad de expresión; es un acto de violencia contra la naturaleza humana, un asalto existencial que convierte a la gente en lo que no es. Lo que diferencia a las sociedades abiertas de las cerradas es el derecho a contar y recontar nuestras historias y las de otros.

En una sociedad abierta, la historia avanza por medio del intercambio de nuevas narrativas. Pensemos en la esclavitud en los Estados Unidos, el Nazismo en Alemania, el Comunismo en Europa Oriental, cada uno de ellos superado por desafíos a la forma convencional de contar la historia. En las sociedades cerradas, la narrativa es dictada por el estado, y el individuo es reducido al silencio, como un objeto pasivo. Las voces disidentes son castigadas y censuradas.

En una democracia, nadie puede reclamar el derecho a contar ciertas historias. Esto significa, para mí, que los Musulmanes tienen derecho a contar chistes e historias críticas de los Judíos, mientras que los ateos pueden distorsionar al Islam en la forma que deseen. Los blancos pueden reírse de los negros, y los negros de los blancos. Afirmar que solamente las minorías pueden hacer bromas sobre sí mismos, es tanto discriminador como tonto. Según esa lógica, sólo los Nazis pueden criticar a los Nazis, ya que en la Europa actual son una minoría perseguida y marginal. Hoy, una mayoría del planeta se opone a la circuncisión femenina, los matrimonios forzados y los ritos violentos contra las mujeres. ¿No podríamos criticar esas culturas porque son minorías? Según algunos multiculturalistas militantes de Europa, la respuesta es sí. Pero la gente en democracia no debería ser obligada a vivir dentro de campanas cerradas donde los que piensan igual refuerzan sus propias opiniones. Es vital poder trasgredir esos bordes entre grupos sociales a través del diálogo, y es importante estar expuesto a las opiniones y creencias de otros. La gente que habla entre sí, intercambia visiones, y cuenta historias diferentes, afectan la forma de pensar de los otros.

Rushdie me dijo que el conflicto sobre el derecho a contar una cierta historia estaba en el corazón de la controversia sobre su propia libertad para hacerlo. Me dijo:

‘La única respuesta que puedes dar desde este lado de la mesa es que todos tenemos derecho a relatar la historia en la forma que queramos. Esto se remonta a la cuestión de qué tipo de sociedad queremos. Si quieren vivir en una sociedad abierta, se desprende entonces que la gente hablará de cosas en distintas formas, y algunas de ellas me ocasionarán rabia y ofensa. La respuesta es práctica: OK, no te gusta, pero hay muchas otras cosas que a mí no me gustan. Ése es el precio de vivir en una sociedad abierta. Desde el momento que comienzas a hablar de limitar y controlar ciertas expresiones, entras en un mundo donde la libertad ya no reina, y de ahí en más, solamente discutirás que nivel de ‘no-libertad’ quieres aceptar. Ya has aceptado el principio de no ser libre.’

El Banco Central está quebrado: ¿vamos para atrás y lo recuperamos o avanzamos y lo liquidamos?

La Nación publica un muy interesante editorial sobre un tema que, si bien es conocido, no deja de ser más que importante: la quiebra del Banco Central: http://www.lanacion.com.ar/1766695-la-quiebra-del-banco-central

Vale la pena leerlo entero, pero vayamos al resultado.

“La emisión monetaria que implica la entrega de pesos desde el Banco Central es en parte absorbida por la colocación de letras Novac y Lebac, que pagan un interés muy atractivo en plazos relativamente cortos. De esta forma indirecta el sector privado está financiando el déficit fiscal detrayendo crédito que podría destinarse a la inversión y a la producción. El stock de estas letras alcanza hoy 304.000 millones de pesos, que es un pasivo reclamable a nuestra autoridad monetaria. Contra este pasivo y contra la base monetaria en circulación, el Banco Central contrapone un activo del que descontado los papeles oficiales sin valor y la parte de las reservas que no son computables (swap de China, préstamo de Francia y encajes de depósitos locales), determina un patrimonio neto negativo de 630.000 millones de pesos. Esto es lo que resultaría de aplicar las mismas reglas contables a las que debe sujetarse cualquier banco privado. En esa situación la propia autoridad monetaria dispondría su inmediata liquidación.

El Banco Central de la República Argentina está de hecho quebrado, a pesar de que sigue con la ficción de generar utilidades por la devaluación aplicada a sus reservas. En estas condiciones no puede cumplir con su misión de regulación monetaria y menos aún garantizar la estabilidad de la moneda. Ésta es otra de las pesadas herencias que recibirá el futuro gobierno.”

Lo que sigue será como una ‘continuación’ de ese editorial aunque, claro, con una posición que será catalogada de extrema y cuyas posibilidades políticas parecen nulas. Ninguno de los que resulte nuevo presidente en Octubre lo hará por lo que esto no se dirige a los candidatos sino a los votantes. Como decía Jorge Luis Borges cuando se afilió al Partido Conservador, lo hacía “porque es de caballeros jugarse por las causas perdidas”. Lo mismo será en este caso, aunque la propuesta no es nada conservadora.

En síntesis, si el Banco Central está quebrado, ¿por qué no liquidarlo?

Veamos algunas objeciones a esta propuesta:

  1. No es políticamente aceptable. Correcto, pero tampoco se puede negar que los argentinos han tenido que levantar ya ¿cuántas quiebras del Banco Central? ¿Cuál es el argumento para proponer otro esfuerzo mayúsculo sin seguridad de que sea realmente el último?
  2. ¿No tendríamos moneda? Pues no, y tampoco necesitamos una. De hecho, los ahorros de todos los argentinos están ya en otra moneda, el dólar, o en ladrillos, o en soja. ¿Qué diría un camionero, por ejemplo, si pudiera tener la opción de cobrar su sueldo, o parte de él, en pesos o en dólares? O en francos suizos, o dólares de Singapur, o en Bitcoins?
  3. La dolarización no es conveniente porque se pierde el “señoreaje”. En principio, no sería “dolarización” porque no habría una moneda de curso legal forzoso sino libertad contractual para elegir cualquier tipo de moneda, en cuyo caso se perdería el señoreaje, por cierto, pero lo ganaría la gente al utilizar monedas que no pierden su valor adquisitivo.
  4. ¿No habría supervisión de los bancos? Aunque es una función que el mercado mismo puede hacer, pueden quedarse con esa función en una Superintendencia de Bancos si esto fuera ya demasiado políticamente incorrecto.

Los argentinos nos encontramos a mitad de camino. Usamos una moneda que elegimos, el dólar, y la otra es un papel pintado de poco valor. Estando a mitad de camino, se puede intentar retroceder para buscar otra vez tener un Banco Central solvente, o se puede intentar avanzar y deshacerse de él. No creo que el segundo fuera más costoso que el primer camino. Ese tiene la ventaja adicional de dar un gran paso hacia la libertad.

Roubini ataca a los «maniáticos» y «radicales» para terminar con la misma receta keynesiana

Parece difícil que economistas con distintas visiones lleguen aunque sea a comprender lo que el otro está diciendo. Bueno, tal vez no es algo solamente de economistas. Tomemos el caso de una reciente columna de Nouriel Roubini, publicada en La Nación con el título de “Una verdad heterodoxa”: http://www.lanacion.com.ar/1766549-una-verdad-heterodoxa

Comienza comentando las políticas monetarias expansivas implementadas por los principales bancos centrales del mundo luego de la crisis de 2008, a las que llama “heterodoxas” (aunque ya decir qué es ‘ortodoxia’ es bastante difícil). Y luego se descarga:

“Un resultado de ese activismo mundial en política monetaria fue una rebelión entre los seudoeconomistas y los incompetentes que hablan de los mercados. Esa diversidad de economistas «austríacos», monetaristas radicales, maniáticos del oro y fanáticos del bitcoin no ha cesado de repetir que semejante aumento en masa de la liquidez mundial provocaría hiperinflación, desplome del dólar estadounidense, precios por las nubes del oro y desaparición de las monedas fiduciarias a manos de criptomonedas digitales.”

Ya empezamos con una falacia, ya que hablar de “economistas «austríacos», monetaristas radicales, maniáticos del oro y fanáticos del bitcoin” es difícil ya que eso engloba una enorme variedad de visiones y opiniones que resultan acá englobadas para que sean un blanco fácil. Típico recurso en toda polémica, pero que no se sostiene por mucho tiempo.

Es decir, seguramente algunos economistas que calificarían en esos grupos han hecho ese tipo de predicciones, pero muchos otros no. Roubini parece atribuirles a todos ellos una muy simple teoría cuantitativa del dinero. Como la demanda de dinero (inversa de la velocidad de circulación) es asumida como estable, todo aumento de la cantidad de moneda debería reflejarse en los precios. Como los precios en los países más desarrollados no están subiendo pese a la gran expansión monetaria, esos economistas no entienden nada.

Ya Mises puntualizó la necesidad de superar una versión simplista de la teoría cuantitativa, poniendo énfasis en analizar tanto sea la oferta como la demanda de dinero (es decir, no asumir a esta como fija) y teniendo en cuenta que el principal problema que la emisión monetaria genera no es el aumento generalizado de los precios sino la distorsión de los precios relativos. Es decir, la teoría cuantitativa toma en cuenta el crecimiento de un “índice” pero esto no permite ver los cambios de precios que se producen dentro de él y, esto es bien importante, los que se producen en bienes o activos que no forman parte de esos índices.

“Inflación”, para muchos autores criticados por Roubini, no es tampoco el solo aumento del índice de precios, sino la expansión de la moneda y del crédito más allá de su demanda. Desde esta perspectiva incluso con un índice de cero estos autores podrían hablar de inflación, ya que los precios deberían estar cayendo y no lo hacen, o no tanto, debido a la política monetaria expansiva de la autoridad monetaria.

Ahora bien, si los “catastrofistas” han fracasado como dice Roubini, nada mejor se puede decir de las políticas monetarias expansivas. En sus propias palabras:

“La razón por la que los bancos centrales adoptan políticas monetarias cada vez más heterodoxas es que la recuperación posterior a 2008 fue extraordinariamente anémica. Dichas políticas han sido necesarias para contrarrestar la presión deflacionaria causada por la necesidad de hacer un doloroso desapalancamiento a raíz de las acumulaciones de deuda pública y privada.

En la mayoría de las economías avanzadas existe un desfase muy grande de la producción, pues tanto ésta como la demanda son muy inferiores a su potencial; así, las empresas tienen una capacidad limitada para fijar precios. También los mercados laborales están muy flojos: muchos desempleados intentan conseguir los pocos puestos disponibles.

Además, siguen flojos los mercados inmobiliarios en los que a un auge siguió una quiebra (EE.UU., Reino Unido, España, Irlanda, Islandia y Dubai) y en otros países hay burbujas que representan un riesgo.”

¿Acaso los grupos de economistas a los que critica no alertaron sobre esto? Roubini, además, realiza algunas afirmaciones un tanto osadas. Por ejemplo: “El aumento de la desigualdad de la renta ha exacerbado la escasez de demanda”. ¿Existe una relación lógica y comprobada de desigualdad y escasez de demanda? ¿Acaso no podría aumentar la desigualdad y también la demanda si todos los niveles de ingreso mejoran su situación?

Por último, ¿qué es lo que Roubini propone?

“Tal vez más importante haya sido un profundo desequilibrio con la política fiscal. Para ser eficaz, el estímulo monetario debe ir acompañado de un estímulo fiscal temporal, del que carecen las economías más importantes.

Incluso el FMI ha señalado que parte de la solución para un mundo con demasiada oferta y poca demanda ha de ser una inversión pública en infraestructura. Con unos tipos de interés a largo plazo próximos a cero en la mayoría de las economías avanzadas, resulta justificado el gasto en infraestructuras, pero constricciones políticas lo frenan.”

Otra vez la vieja receta keynesiana, más y más gasto y endeudamiento, solo que esta vez lo está proponiendo a países que han superado ya niveles históricos de endeudamiento. ¿Acaso Roubini plantea que la capacidad de endeudamiento de un gobierno es ilimitada?

 

Grecia: deflación al salir de recesión, pese a tímidas reformas, y cinco grandes mitos sobre su deuda

No es la primera vez que ocurre: un país está quebrado y no tiene otra alternativa que realizar un profundo “ajuste” fiscal, lo hace a medias, comienza a tener una recuperación leve, pero el costo político es alto y termina eligiendo un gobierno que promete más de la misma enfermedad que llevó a estas circunstancias. Más gasto y endeudamiento. “A medias”, significa que se produce el ajuste fiscal inevitable pero no se liberan las fuerzas emprendedoras de la población, el ajuste no viene acompañado de una total desregulación de la economía que facilite salir de la depresión por sus propios medios.

Me refiero a Grecia. La consultora Focus Economics, con sede en Barcelona, emite regularmente un interesante informe con el consenso de opinión de economistas sobre las perspectivas de muchos países, entre ellos todos los de Europa, con el nombre de Focus Economics Consensus Forecast Euro Area.

En el caso de Grecia, el informe también contribuye al debate actual sobre si existe un necesario vínculo entre deflación y depresión. Dice el informe de Febrero sobre Grecia que los precios cayeron en Diciembre un 2,5% anual y que caerían un 1,1% adicional durante 2015. “Pese al riesgo recesivo de la incertidumbre política, sólidas cifras para el segundo y tercer trimestre de 2014 dan señales de una recuperación económica sostenida.” El pronóstico de la consultora fue revisado y ahora sostiene que la economía crecerá entre 1,1% y 3% este año, con un consenso en 1,9%. Para 2016 el panel de expertos espera un crecimiento de 2,5%.

Por otro lado, M. Llamas comenta cinco grandes mitos sobre la deuda pública de Grecia: http://www.libremercado.com/2015-02-05/cinco-grandes-mitos-sobre-la-deuda-publica-de-grecia-1276539873/

Estos son:

  1. Los intereses más bajos de la zona Euro

“…el caso de Grecia es paradigmático, ya que su deuda soportar uno de los tipos de interés medio más bajos de toda Europa, inferior al 2,5% en 2013, a pesar de que el volumen adeudado es ingente. En concreto, Atenas paga menos intereses que el todopoderoso Estado alemán o el muy solvente gobierno finlandés (cerca del 2,5%)”

2. El costo de la deuda, inferior al de Irlanda

Cita a Juan Ramón Rallo: «en 2011 Grecia estaba obligada a pagar unos intereses equivalentes al 7,3% de su PIB, con diferencia la carga más alta de Europa y difícilmente sostenible. Sin embargo, con la reestructuración de su deuda pública orquestada por la troika en 2012, ha conseguido rebajar su losa de intereses al 4% del PIB, que, si bien no es bajo, tampoco resulta inmanejable. De hecho, países como Irlanda, Italia o Portugal, que hasta el momento no han reclamado reestructuraciones en su deuda pública- están soportando ahora mismo costes financieros mayores».

3. El plazo de devolución más largo de Europa

“La deuda helena disfruta del mayor período de vencimiento de toda el continente, con una media de 16 años, casi tres veces más que España.”

4. Una quita equivalente a cuatro de Alemania

“La primera quita (sumando otras condiciones) ascendió al 75% del valor actual de la deuda helena en manos privadas; pero, si se computa la segunda reestructuración, la reducción aplicada sobre la deuda pública total de Grecia equivaldría al 76% del PIB heleno, casi cuatro veces más que la condonación otorgada a Alemania en 1953.”

5. Es más barato expulsar a Grecia

“En las últimas semanas han surgido numerosas estimaciones acerca de dicho impacto, pero la clave es que resulta dudoso que la expulsión de Grecia sea más lesiva que la concesión de un rescate indiscriminado al país heleno.”