La eficiencia de la política y la democracia directa: el caso de las consultas populares en Suiza

A fines de Noviembre, los votantes suizos podrán decidir, en una consulta popular, si obligan a su banco central a revertir la venta de oro de sus reservas. Comentaré esto en un post mañana. En este post, el economista Bruno Frey analiza las bondades de la “democracia directa” en ese país (La relación entre la eficiencia y la organización política, Libertas 23):

“La iniciativa es una institución especialmente importante porque les quita a los políticos el poder monopólico para establecer un orden de prioridades en el tratamiento de los temas y hace posible para los que “están afuera” proponer asuntos para la toma de decisiones democrática, incluyendo aquellos que los políticos preferirían no plantear, tales como los que se relacionan con sus ingresos, sus privilegios y su poder discrecional.

El caso de Suiza demuestra que la democracia es realmente efectiva para romper -al menos en parte- la coalición de los políticos contra los votantes. Es preciso tener en cuenta que en las democracias representativas resulta mucho más difícil detectar la existencia de una coalición semejante, porque los costos que los ciudadanos deben pagar para expresar sus distintas preferencias son mucho mayores: o bien deben recurrir a la protesta informal, difícil de organizar y que rara vez adquiere relevancia política, o tienen que esperar a la próxima elección, momento en el cual también les resultará difícil plantear demandas específicas o asuntos sustanciales. Por otra parte, en Suiza los ciudadanos pueden participar regularmente en las decisiones políticas por medio de referenda a nivel federal, cantonal o comunal. Entre 1848 y 1990 hubo, sólo a nivel federal, 147 referenda obligatorios (acerca de asuntos constitucionales), 103 referenda optativos (respecto de leyes) y 104 iniciativas (que fueron instituidas en 1891), y muchos más en los otros niveles (véase, e.g., Hertig, 1984, un informe sobre el sistema de referéndum de Suiza). Específicamente, los votantes tornaron en referenda las siguientes decisiones de los políticos, a las que ya nos hemos referido y que redundaban claramente en beneficio de éstos últimos:

1) En 1918 los ciudadanos adoptaron el sistema de voto proporcional para el parlamento (el Nationalrat), rechazado por los políticos que entonces ejercían el poder. En las elecciones siguientes, el partido radical-democrático perdió no menos del 40 por ciento de sus bancas.

2) Una iniciativa popular tomada en 1946 logró que las leyes federales “urgentes” fueran sometidas a un referéndum obligatorio en el plazo de un año.

3) La propuesta de que Suiza pasara a integrar las Naciones Unidas fue rechazada mediante un referéndum por no menos del 76 por ciento de los votos.

En todos estos casos, los políticos que estaban en una posición de poder en el gobierno y en el parlamento habían tomado formalmente una decisión contraria y habían propuesto formalmente a los ciudadanos que la apoyaran. Sin embargo, los ciudadanos, que no estaban preparados para una determinación favorable a la coalición de los políticos, optaron por reducir el poder de ésta.

Además, los estudios econométricos representativos realizados respecto de Suiza (Pommerehne, 1978, 1990) revelaron que las decisiones políticas sobre la provisión de bienes públicos corresponden más a las preferencias de los votantes cuanto más ampliamente desarrolladas se encuentran las instituciones que regulan la participación política directa. Como los que soportan el costo de las actividades gubernamentales no son los políticos sino los contribuyentes individuales, no es sorprendente que en las comunidades políticas cuyas instituciones de participación democrática directa están particularmente bien desarrolladas, el gasto público es, ceteris paribus, menor.

Los referenda no sólo son útiles para quebrar la coalición de los políticos destruyendo su monopolio sobre las prioridades en el tratamiento de los asuntos, sino también para centrar la discusión política en temas de importancia sustancial. La consecuencia de esto es que los ciudadanos pueden acceder a información libre de cargo.

A menudo la idea del referéndum es rechazada, especialmente por los intelectuales,porque se cree que los ciudadanos carecen de la inteligencia y de la educación suficientes como para tomar una decisión razonable acerca de los asuntos políticos; los que así piensan están de acuerdo en que esa tarea corresponde a una élite. En lo que respecta a Suiza, un experto en ciencias políticas expresa la opinión, generalizada entre los científicos sociales, de que la democracia fundada en el referéndum “reduce la eficiencia de la acción de gobierno y la capacidad de innovar” (Hertig, 1984, pp. 254-255; la traducción me pertenece). Si se consideran las preferencias individuales como la base normativa para la evaluación, esta acusación es inaceptable, porque da por sentado que existe una “voluntad social” independiente, según la cual la “eficiencia” y la “innovación” del gobierno son buenas en sí mismas. Sin embargo, desde el punto de vista individualista, este tipo de actividad tecnocrática muy bien puede ser incompatible con las preferencias de los ciudadanos, y en ese caso la “eficiencia” y la “innovación” son más perjudiciales que beneficiosas. Por supuesto, hay lugar para una élite aun en una democracia directa, sobre todo para ultimar los detalles y evaluar las consecuencias de los diversos asuntos políticos en curso.

Las diferencias culturales en los negocios internacionales y en la calidad institucional

El trabajo de Geert Hofstede es muy interesante y tiene múltiples aplicaciones. Hofstede trabajaba en IBM y comenzó allí un programa para comprender las diferencias culturales que impactaban en el desempeño de la empresa en los países en los que estaba presente. Allí descubrió un área no explorada y desarrolló, ya fuera de IBM, un proyecto de investigación sobre las diferencias culturales en los países del mundo. Más información aquí: http://geert-hofstede.com/ o aquí: http://geerthofstede.eu/.

Hofstede

El análisis comparativo de las culturas nacionales puede ser útil en distintos sentidos. En mi caso, lo vemos ahora con los alumnos de UCEMA para considerar las importantes diferencias culturales que pueden impactar en los negocios internacionales. Vemos allí un texto donde se analiza el trabajo de Hofstede y el de Edward Hall con ejemplos tales como los problemas y oportunidades que han encontrado las empresas Dunkin’ Donuts y Baskin & Robbins al extenderse globalmente con productos que, en algunos casos son absolutamente desconocidos o están lejos de las costumbres y tradiciones de algún país. Y no es solo una cuestión de gustos, también se encontraron con problemas por las distintas valoraciones de sus franquiciados, por ejemplo en Rusia donde ávidos de aumentar las ventas comenzaron a vender alcohol en los locales; o con problemas para expresar el mismo nombre: Dunkin’ Donuts no sabía cómo traducir su nombre en caracteres chinos y finalmente eligió unos que significaban “Aros Dulces Dulces” (¡)

En fin, el trabajo de Hofstede da para mucho más. También lo he utilizado para analizar diferencias en valores en distintas sociedades que luego pueda explicar la distinta calidad de sus instituciones.

Hofstede desarrolló en un primer momento cuatro categorías:

  1. Distancia en el poder: se refiere a la aceptación de las jerarquías por parte de aquellos que están abajo, no en la cúspide de ellas. Podríamos interpretarlo como en qué medida se aceptan las opiniones de superiores jerárquicos sin mayor cuestionamiento o en qué medida se siente confianza para diferir con el superior.
  2. Evitar la incertidumbre: es la tolerancia por la incertidumbre y la ambigüedad. Las culturas que buscan minimizar estas situaciones tienen leyes y normas estrictas y la creencia en una verdad absoluta a nivel filosófico y religioso. Los opuestos aceptan la incertidumbre, son más tolerantes de opiniones diferentes, tratan de tener la menor cantidad de reglas posibles, pero cumplirlas.
  3. Individualismo: se refiere a cuánto están los individuos integrados en grupos. Por un lado hay sociedades donde se espera que los individuos se arreglen por sí mismos y con sus familias, mientras que otros se encuentran integrados en grupos muy fuertes y cohesivos, que los protege a cambio de su lealtad.
  4. Masculinidad: los valores masculinos parecen diferir entre sociedades más de lo que difieren los femeninos. Los primeros son aquellos que enfatizan una conducta decisoria y competitiva mientras que los valores femeninos enfatizan la modestia y la bondad. En los países “femeninos” las mujeres y los hombres comparten esos valores de modestia y bondad, mientras que en los “masculinos” hay más diferencia porque los hombres son más decisorios y competitivos.

Luego se agregaron otras dos categorías:

  1. Orientación hacia el largo plazo: Las sociedades orientadas al largo plazo fomenta virtudes pragmáticas como el ahorro, la persistencia, y la adaptación a circunstancias cambiantes. Las orientadas al corto plazo, en cambio, hacia virtudes relacionadas con el presente y el pasado como el orgullo nacional, respeto por la tradición y cumplir ciertas obligaciones sociales.
  2. Indulgencia versus contención: en ciertas sociedades se permite la libre gratificación de ciertos impulsos relacionados con el disfrute de la vida y el entretenimiento y las otras las suprimen y regulan con normas sociales muy estrictas.

¿Una consulta popular para decidir si habrá un casino en nuestro municipio?

Pablo, lector de este blog en Neuquén, plantea un tema interesante para la discusión, y estoy seguro que los alumnos de Derecho, sobre todo, querrán opinar al respecto. Me dice lo siguiente:

“En la ciudad de Centenario, la cual es lindante a la de Neuquén capital se estaría por instalar un casino y diferentes asociaciones plantean juntar firmas y rechazar la instalación del mismo. El argumento que se esgrime es que no es el perfil de ciudad que se busca, porque los casinos fomentan la criminalidad, la prostitución etc, que no dejan o no invierten el dinero en la ciudad y que fomenta la ludopatía y el dispendio. En USA y acá, en Villa la angostura, han llegado a realizar referéndum para elegir si es conveniente tener un casino en la ciudad, sobre todo si esta es chica el peligro que se suele ver es mayor, en algún sentido el miedo se asemeja el existente con la explotación de la minería.”

“Por otro lado uno piensa que un casino no es una actividad ilícita, que la cuestión fiscal está asociada a la capacidad de recaudar del municipio, este tema es difuso por que en algunas ciudades se los acusa de estar en deuda con el fisco. Tampoco creo que es acertada la idea de crear un estado paternalista que vele por las «buenas elecciones de todos».”

Casino

La noticia puede verse aquí: http://www.rionegro.com.ar/diario/el-casino-magic-se-instalara-en-centenario-4410913-9701-nota.aspx

¿Qué opinar al respecto?

En primer lugar quiero señalar algo positivo: que el tema se defina a nivel local (aunque podría cuestionarse porqué tiene que haber licencias especiales para esta actividad, que no se les pida a otras). Imaginen si fuera el estado nacional el que tuviera la atribución de otorgar las licencias para casinos. De esta forma, puede decidir la comunidad local, y hacerlo de dos formas que se analizan en el libro: la voz y la salida. Según la primera, pueden juntar firmas y llamar a una consulta popular para que los vecinos decidan si mayoritariamente quieren el casino o no. Por la segunda, a quienes les desagrade vivir cerca de un casino podrán moverse a otro municipio donde no los haya, y quienes quieran vivir cerca de uno al revés.

En segundo lugar, no quiero opinar acerca de las bondades de tener un casino cerca o no. Puede que haya algo más de recaudación tributaria para el municipio; también que tiente a la gente a ir a jugar en lugar de producir, etc. Anticipo que habrá opiniones sobre la “bondad” o “maldad” de la actividad para lo cual simplemente voy a señalar que no parece ser una actividad que viole los derechos de nadie. La gente va allí voluntariamente y entrega su dinero (o recibe) de la misma forma. Puede que no nos guste dejar el dinero allí pero tenemos la posibilidad de no hacerlo. No es algo que podamos decir de los impuestos: puede que no nos guste como se despilfarran pero no tengo la misma oportunidad que me da el casino: no pagar. Si repudiamos al casino porque nos incita a dejar nuestro dinero allí, al menos habría que decir algo de los impuestos que nos obligan también a dejarlo, muchas veces para algo que no nos sirve ni interesa.

En tercer lugar, puedo entender que haya gente que no quiera saber nada de tener un casino cerca y para ellos debería haber también “municipios libres de casinos” de la misma forma en que yo quisiera municipios con bajos impuestos y amplias libertades.

Por último, algo que personalmente tendría en cuenta para opinar localmente sobre el tema tiene que ver con los fines de esa mayor recaudación que esto promete. Creo que ése sería el punto central a discutir. Por ejemplo: ¿van a eliminar las tasas municipales y financiaremos al municipio con lo que deje el casino? ¿al menos las reducirán? ¿O es que los políticos locales quieren tener más dinero para gastar más? Y en todo caso, ¿en qué están pensando en gastarlo? ¿En algún servicio importante que aún no tenemos en el municipio, o en la mejora de alguno que hoy no funciona porque el dinero no alcanza?

En fin, creo que la respuesta a esas preguntas definiría mi posición en la consulta.

Hace poco puse un post sobre la tribu de los Seminoles en Florida, quienes son los dueños del Hard Rock Café y varios casinos. También propondría que los distintos grupos aborígenes de la zona pudieran poner casino en sus tierras si es que así lo desean.

El origen de las normas y la propensión al intercambio, hasta en los monos

Con los alumnos de OMMA-UFM en la Maestría de Economía, un interesante grupo con predominio de españoles y guatemaltecos, comenzamos a ver el papel de las normas en el funcionamiento de los mercados y la economía en general. Revisaremos la teoría y comenzamos ahora a considerar el libro. De su primer capítulo, destaco aquí la importancia de la normas:

«La convivencia pacífica en sociedad es posible porque seguimos ciertas normas, formales e informales, que nos permiten determinar cuál va a ser la conducta de los demás. En ausencia de ellas, la vida en sociedad sería difícil. El filósofo inglés Thomas Hobbes pensaba que se asemejaría al “estado de naturaleza” donde rigen la “ley de la selva” y el “sálvese quien pueda”.

No obstante, parece que nunca ha existido tal cosa como un “estado de naturaleza” donde el ser humano viviera sin normas pues éstas serían anteriores al hombre mismo. Y éste nunca vivió en un paraíso de independencia individual sino que siempre, desde su origen, formó parte de grupos. Los estudios antropológicos muestran que los derechos de propiedad existieron mucho antes que el desarrollo de la agricultura hace unos diez mil años, lapso que es tan sólo un breve momento en la historia del ser humano quien ha cazado y producido herramientas en pequeños grupos de familias o tribus por unos dos millones y medio de años. El origen del comercio se remonta a unos cien mil años atrás.

Nuestros esquemas de normas éticas habrían surgido, no como el fruto del uso de la razón, sino al compás con su desarrollo.[1] Ciertas visiones enfatizan la necesidad de un acto formal que de origen a la norma. Por ejemplo, Buchanan (2009, p. 26) plantea este ejemplo: Robin Hood y el Pequeño Juan se encuentran frente a frente en un puente donde solamente pasa uno de ellos. No habría ninguna regla “natural” que se pudiera invocar para quien sigue y quien se retira[2]. Sin embargo, esto es muy dudoso, a esa altura de la evolución es más que probable que existiera ya una norma que es generalmente reconocida como tal: la establecida por el propietario del puente, o por quien lo construyera, la del que llega primero al comienzo del puente, la del que viene del Norte, o de Sur, la del que va a la ciudad, o el que regresa, etc.

Las normas fueron desplazando a nuestras respuestas instintivas porque los individuos comenzaron a ver los resultados positivos que obtenían respetándolas. De la misma forma en que los animales comenzaron a desarrollar sus propios instintos de “posesión” o “territorio”, los seres humanos desarrollaron tempranas normas de propiedad, muy probablemente en relación a sus propios “territorios” o a sus herramientas y utensilios. Las bandas de cazadores no tenían desarrollado un concepto de propiedad sobre la tierra, pero sin duda respetaban distintos territorios y sabían muy bien de quién era cada herramienta y el derecho que tenía para usarla.[3]

Intercambio monos

La propensión al intercambio, según Vernon Smith, estaría presente incluso en los ancestros del ser humano. Si los seres humanos y los chimpancés modernos se separaron de nuestro ancestro común hace unos 5 a 6 millones de años, comparten, más que ningún otro primate no humano, una notable so­fisticación en su organización social y tienen una notable capacidad para involucrarse en actos de reciprocidad, tanto positiva como negativa. Smith llama “reciprocidad po­sitiva” al acto en que un individuo respondea los bienes o favores que otro le ha transferido previamente. Citando las investigaciones del biólogo holandés Frans de Waal comenta que el número de transferencias de comida entre chimpancés en una dirección se relacionaba positivamente con las transferencias en la dirección opuesta: “si A comparte mucho con B, entonces B, en general, comparte mucho con A, y si A comparte poco con C, entonces C también comparte poco con A”. También “el acicalamiento afecta el compartir posterior: la probabilidad de A de ob­tener comida de B mejoraba si antes A había acicalado a B duran­te el día” (De Waal, 1996).

 

[1] Dice Hayek (1990, p. 55):“La capacidad de aprender es más el fundamento que el logro de nuestra razón o de nuestro entendimiento. El hombre no viene al mundo dotado de sabiduría, racionalidad y bondad: es preciso enseñárselas, debe aprenderlas. No es la moral fruto de la razón, sino que fueron más bien esos procesos de interacción humana propiciadores del correspondiente ordenamiento moral los que facilitaron al hombre la paulatina aparición no sólo de la razón sino también de ese conjunto de facultades con las que solemos asociarla. El hombre devino inteligente porque dispuso previamente de ciertas tradiciones –que ciertamente hay que emplazar entre el instinto y la razón- a las que pudo ajustar su conducta. A su vez, ese conjunto de tradiciones no derivan de la capacidad humana de racionalizar la realidad, sino de hábitos de respuesta. Más que ayudarle a prever, se limitan a orientarle en cuanto a lo que en determinadas situaciones reales debe o no debe hacer.”

[2] Una vez que salimos de las actividades que son en gran medida (si no completamente) internas de las personas, estrictamente privadas en el sentido real de éste término, hay pocos límites ‘naturales’ que puedan lograr de manera convincente un acuerdo general”. “En ausencia de fronteras ‘naturales’ entre individuos en las actividades que puedan emprender, surge la necesidad de una estructura definitoria, una imputación entre personas, en sí misma, sea arbitraria”. (Buchanan 2009, p. 27).

[3]Comenta Vernon Smith (2004, p. 124): “La clave para entender nuestra vieja “propensión al trueque e intercambio” se encuentra, creo, en nuestra capacidad para la re­ciprocidad, que fue seleccionada evolucionariamente y que cons­tituye la base del intercambio social, mucho antes que hubiera co­mercio en el sentido económico convencional. Todos los humanos, en todas las culturas, intercambian favores. Aunque la forma en que se expresa culturalmente la reciprocidad es infinita­mente variable, desde un punto de vista funcional, la reciprocacidad es universal. Hacemos cosas beneficiosas para nuestros amigos e implícitamente esperamos que nuestros amigos hagan cosas bene­ficiosas para nosotros. Es más, esta condición define esencialmen­te la diferencia entre amigos y enemigos. Evitamos relacionarnos con aquellos que no reciprocan. Tú me invitas a comer y dos me­ses después yo te invito a comer. Te presto mi auto cuando el tu­yo está en el garage y luego tú me ofreces tus entradas para el fút­bol cuando estás de viaje. Las amistades no necesariamente están conscientes de “llevar cuentas” de sus reciprocidades mutuas y el hecho que estemos en una relación de intercambio es tan natural como inconsciente, por lo que, en la práctica, la damos por senta­da. Sin embargo, una vez que dos amigos toman conciencia de una asimetría en la reciprocidad, la amistad se ve amenazada. Más aún, a las personas que persistentemente tienen problemas en es­tablecer o mantener amistades se les califica de sociópatas subclí­nicos (personalidad antisocial), que no poseen la capacidad in­consciente y la intuición para la reciprocidad”.

Jonestown, suicidios masivos y utopías. ¿Qué dicen los economistas?

Hay temas o eventos que tienen una amplia cobertura pero de los que no se llega a conocer sus causas más profundas. Hace 35 años ocurrió un suicidio masivo en Jonestown, Guyana, orquestado por James ‘Jim’ Warren Jones, líder del culto “El Templo de la Gente”. Murieron así 913 personas, incluyendo 270 niños. Jonestown La historia es por todos conocida, en general como un caso de fanatismo religioso, del tipo del que recibimos noticias últimamente en Medio Oriente. Pero lo que se conoce menos es el contenido ideológico del proyecto de Jones. Ahora, un interesante trabajo del mexicano José Torra Alfaro lo analiza y trae a la luz «Libertad y Religión: Jonestown: Religión y Socialismo»: http://www.libertarios.info/site/wp-content/uploads/2014/01/Libertad_y_religion.pdf

Señala: “Jonestow fue fundado como un ‘paraíso socialista’, y los actos del 18 de noviembre de 1978 no tenían que ver con el ‘fin del mundo’, como ocurriera en el caso de los ejemplos citados [Heaven’s Gate, la Orden del Templo Solar y el Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios], sino que fueron considerados por su autor y participantes como un acto revolucionario de protesta contra las condiciones sociales del mundo.”

“Jonestown fue un experimento a escala del ascenso y fracaso del comunismo repitiendo un ciclo que hoy, 35 años después, hemos visto ocurrir en cada lugar donde las ideas de planeación central son puestas en práctica: una idea ‘benevolente’, un líder carismático, un culto a la personalidad del líder, escándalos, violencia, muerte y fracaso.”

Hay un problema con las utopías, y es cuando quienes las tienen pretenden imponerlas a todos los demás por la fuerza. No está mal soñar con una sociedad mejor, todos seguramente tenemos alguna utopía de este tipo, pero es el intento de forzarlas en los demás lo que lleva a tragedias como las de Jonestown.

Peor aún es cuando ese intento se realiza a través del aparato estatal: Stalin, Hitler, Mao o Pol Pot, por ejemplo, ocasionaron la muerte de millones de personas y sobre todo de aquellos que no estaban de acuerdo con sus proyectos. Jones lo hizo también, aunque en otra medida; hubo fuerza para obligar al suicidio a algunos de los participantes en el proyecto y, sobre todo, la hubo con los niños.

¿Qué hacer entonces con las utopías, sobre todo con las propias? Una alternativa es la que planteara el filósofo Robert Nozick en su famoso “Anarquía, Estado y Utopía”: http://es.wikipedia.org/wiki/Anarqu%C3%ADa,_estado_y_utop%C3%ADa

El argumento de Nozick es que deberíamos acordar en una “metautopía”, en la cual simplemente respetaríamos las utopías que cada uno quisiera realizar aceptando el derecho a poder salir en caso de querer hacerlo. Esta idea podría realizarse sobre todo con jurisdicciones de pequeño tamaño donde las personas se agruparían de acuerdo a sus preferencias. Esto incluiría, por supuesto, la posibilidad de que exista un Jonestown, como también de una jurisdicción libertaria sin impuestos, con moneda metálica y derechos de propiedad completos. Tanto una como otra deberían garantizar el derecho a salir, algo que Jones no hizo.

En el capítulo “Límites al oportunismo político” del libro considero las propuestas “utópicas” planteadas por economistas: Friedrich Hayek, James Buchanan, Murray Rothbard, David Friedman y Bruno Frey. Ellos se animaron a ir más allá del análisis económico de las instituciones y realizaron sus propias propuestas. Ninguno de ellos, sin embargo pretendía imponerlas a la fuerza a los demás.

Más sobre North & Thomas, las instituciones y el crecimiento de Occidente

UNA TEORIA ECONÓMICA DEL CRECIMIENTO DEL MUNDO OCCIDENTAL

RESUMEN

El texto busca explicar el crecimiento económico sostenido de Europa occidental desde el siglo XVIII a la fecha. Teniendo presente dos ciclos económicos malthusianos (siglo XII a siglo XIV y del siglo XV al siglo XVII) se presenta una teoría en la cual el tercer ciclo malthusiano es roto por la innovaciones institucionales que se presentaron a inicios del siglo XVII y se implementaron de manera correcta a finales del mismo siglo. Definiendo una innovación institucional como aquel acto aprobado gubernamentalmente que busca ampliar la probabilidad de aumentar las ganancias en el inicio de una actividad empresarial, y con esto el crecimiento comercial, se implementaron medidas institucionales, entre ellas el derecho a la propiedad privada, que aumentaron la productividad e incentivaron desarrollos tecnológicos que incentivaran el sostenimiento de la productividad en el tiempo. De igual manera la apertura de nuevos mercados y el mejoramiento de medios y rutas de transporte aumentaron la actividad comercial de tal manera que la tasa de productividad fue mayor a la tasa demográfica conllevando esto a un rompimiento del ciclo malthusiano y un crecimiento económico sostenido.

North

TEMAS NUEVOS O IMPORTANTES

  1. Me pareció interesante presentar la revolución industrial como consecuencia de la actividad innovadora institucional y la reorientación de los incentivos económicos.
  2. Me pareció novedoso realizar un recorrido por la historia económica de Europa occidental entre 1100 y 1800 teniendo como variables transversal el cambio demográfico.
  3. Me pareció interesante presentar como responsable del rompimiento del sistema feudal, el crecimiento demográfico.

PREGUNTAS

¿Porque no realizar énfasis en lo que significó para Europa occidental desde el punto de vista económico (importación de minerales, productos agrícolas y apertura de nuevos mercados) la conquista de America?. Me parece que el descubrimiento de América significó demasiado en el crecimiento sostenido de la economía Europea, y que tal vez (me arriesgo asegurarlo con mucha probabilidad de no equivocarme) que si esto no se hubiera presentado Europa no hubiera sido capaz sola de romper el ciclo malthusiano que comenzaba nuevamente en el siglo XVIII.

Respuesta: El despegue de crecimiento económico se dio principalmente en Inglaterra a partir de la Revolución Industrial, que tuvo que ver con factores institucionales internos más que con la relación que pudiera tener ese país con sus colonias. De hecho, no hubo ninguna revolución industrial en España, precisamente porque no tuvo ese ordenamiento institucional que permitiera tal desarrollo.

¿Por qué son importantes las innovaciones institucionales para el desarrollo y crecimiento económico?

North & Thomas señalan que son importantes porque permiten el desarrollo de alguna innovación económica o financiera que promueve el crecimiento y el progreso. Sin ellas esas innovaciones no tendrían lugar.

¿Qué otra experiencia fuera de la inglesa podríamos tener en cuenta como casos exitosos de innovaciones institucionales?

Respuesta: Tal vez incluso antes que Inglaterra lo fue Holanda, y por otro lado Venecia y Florencia donde se desarrolló la banca moderna y el comercio.

¿Qué estrategias deben diseñarse para producir los cambios institucionales, tecnológicos y el crecimiento sostenible de la productividad?

Respuesta: Este es un tema enorme, pero habría que comenzar aclarando la pregunta, ¿estrategia de quién? Sospecho que la pregunta está planteada como si se hablara de un país, pero los que actuamos somos individuos entonces, ¿la estrategia para quienes somos profesores, para quienes son empresarios, para quienes somos consumidores, para quienes son gobernantes? Tengo un capítulo completo en el libro sobre “Cambio Institucional”.

¿Existió en este entorno y periodo un espacio para la asociatividad y la solidaridad?

Respuesta: por supuesto, la Iglesia cumplió un papel en ese campo y, además, no toda la asociatividad fue beneficiosa. Los gremios medievales cerraban la puerta a la competencia y la innovación, y la Revolución Industrial se produjo cuando éstos se debilitaron.

¿Esta teoría contradice el maltusianismo? ¿Se puede dar crecimiento económico a la misma escala del crecimiento demográfico?

Respuesta: Exacto, y es lo que ha demostrado la historia de los últimos 250 años. Precisamente cuando escribía Malthus no podía observar a su alrededor que el mundo estaba cambiando aceleradamente, algo que sí había interpretado claramente Adam Smith. Desde entonces el crecimiento económico ha superado al crecimiento poblacional y ha permitido, por lo tanto, un aumento del ingreso per cápita, y de la cantidad de población.

¿Qué hacer con instituciones que se convierten en una externalidad negativa para la sociedad?

Respuesta: cambiarlas, por supuesto. Pero, nuevamente, esto no es sencillo, porque esos cambios benefician a unos y perjudican a otros. North & Thomas dicen que esos cambios se producirán cuando los beneficios superan a los costos.

¿Cómo proponer una teoría que mida y evalué las instituciones gubernamentales y su poder coercitivo?

Respuesta: No se puede medir porque no sabemos cuál es el estándar. Más adelante veremos algo de análisis institucional comparativo. En la práctica, podemos observar a aquellos países que han progresado y analizar cuáles han sido las instituciones que les han permitido hacerlo. Es todo el desafío que planteaba Adam Smith cuando quería descubrir “las causas y el origen de la riqueza de las naciones”.

En la época contemporánea y a la luz de su teoría, ¿cómo se explica el caso de Singapur que es una unidad política pequeña pero tiene una economía basada en el comercio internacional, y es un país altamente desarrollado y con altos niveles de productividad?

Respuesta: Precisamente es un gran ejemplo que lo que determina el progreso de un país no son sus recursos naturales sino sus instituciones. Hace 50 años Singapur tenía el PIB per cápita de Paraguay, hoy debe ser 20 veces superior, porque pudo realizar reformas institucionales que respetaron la propiedad y los contratos y así impulsaron la inversión de capital.

¿Cómo explicaría a la luz de su teoría los casos de las diferencias pronunciadas entre regiones de un mismo país, como la de Sao Paulo y la del nordeste en el Brasil?

Respuesta: No todos los lugares, aun si tuvieran los mismos arreglos institucionales, tienen que tener el mismo nivel de ingresos. Hay más o menos recursos, hay más o menos emprendedores, hay más o menos inversión. En fin, lo cierto es que con buenas instituciones todas las regiones van a tener un mayor progreso en comparación con tener malas instituciones, pero no todas van a ser iguales.

¿En su teoría qué papel juegan la idiosincracia y el conjunto de valores y de creencias del pueblo de una nación para el crecimiento económico, para el desencadenamiento de procesos de innovación e incremento de la productividad cuando cambian las disponibilidades relativas de factores y por ende los precios relativos?

Respuesta: Muy buena pregunta. Douglass North, al menos, modificó su posición tal como aparece en el artículo. En un trabajo posterior (su libro Understanding the Process of Economic Change), plantea que son las ideas y los valores los que determinan en última instancia el progreso. Es decir, que reduce el énfasis en los cambios poblacionales, de recursos, para centrarlo en ese aspecto.

North & Thomas: Una teoría económica del crecimiento del Mundo Occidental

Los alumnos leen a North & Thomas: «Una Teoría Económica del crecimiento del Mundo Occidental»: http://www.proglocode.unam.mx/system/files/Douglass%20North%20y%20Robert%20Thomas%20-%20Una%20teor%C3%ADa%20econ%C3%B3mica%20del%20crecimiento_0.pdf

Comentan el contenido y luego van algunas preguntas:

1. La lectura comienza por explicar los históricos ciclos de expansión geográfica y su efecto en la productividad y los precios. En resumen, en la medida que aumentaba la población si la producción no le excedía a esta (o se integraba al sistema) disminuían las utilidades, los salarios y el nivel de vida aumentando el hambre y las enfermedades y las catástrofes sociales.

2. En ese proceso se comienza el proceso de inter-regionalización y especialización que servían para impulsar la productividad que no se escapaba del dilema malthusino cuando se alcanzaba alta densidad poblacional. Para ello se inserta el cambio tecnológico como herramienta.

3. Siendo las instituciones económicas y su funcionamiento determinantes para el desempeño crecimiento económico la misma esta en función de la innovación y sus derivados (economías a escala y reducción de costos por transacción).

4. Sin embargo, la innovación que provocaba cambio institucional o de reglas no estaba exenta del proceso político.

5. El aparato gubernamental con su poder coercitivo resulto ser el mecanismo mas eficaz para los comerciantes y empresarios que utilizaban al primero para gestionar sus intereses.

6. La expansión del comercio obedeció a factores como el crecimiento demográfico, la colonización y regionalización.

7. Nace de forma limitada el concepto de propiedad o posesión privada de la tierra dado el valor que se le dio a la misma mediante la renta.

8. Ante los costos de transacciones por falta de información del mercado se desarrollan procesos alternos para obtener información que redujera costos.

9. En Occidente se desarrolla todo un sistema de propiedad privada, patentes, protección propiedad intelectual y cumplimiento legal de contratos, uso de concesiones y subsidios que elevó la innovación y las tasas de rendimiento de las actividades económicas.

10. Esa reorganización acumulativa de disposiciones secundarias generó el ambiente para el cambio de la estructura institucional creando un balance entre lo privado y lo colectivo.

Preguntas

 

  1. ¿Como la teoría Malthus se aplicaría a la realidad que tenemos en nuestros países de reducción de tasas natalidad y aumento en longevidad?

Respuesta: Es cierto que el trabajo de North & Thomas presenta una visión “malthusiana” en algunos aspectos, pero referida al período previo al capitalismo. Ya que esa “condena” de Malthus cae con la innovación y la iniciativa empresarial. Gracias a ella los recursos no son escasos sino abundantes, y la producción crece más rápido que la población. Por eso, desde la época en que Malthus escribiera (alrededor de 1800) el PIB per cápita mundial en promedio ha crecido de unos 300 dólares anuales a unos 7000 dólares, y la población mundial ha crecido de unos 1000 a unos 7000 millones de habitantes.

  1. La expansión geográfica de la sociedad fue una solución histórica a los problemas de sobrepoblación y generaba productividad. Como se explicaría la productividad ante la nueva realidad del mundo con los avances tecnológicos y la reducción de la población. Véase reducción en matricula de estudiantes en escuelas, pueblos sin residentes, desempleo, etc.

Respuesta: aumenta la productividad per cápita debido a la mayor inversión en capital. Cada individuo es ahora más productivo gracias a que utiliza conocimientos, maquinarias y herramientas que le permiten producir mucho más, y mejor, que antes.

  1. Entiende que la movilidad social es distinta hoy día a como lo era en el periodo de la lectura. Entiéndase por movilidad social la posibilidad de una persona de moverse en el esquema de poder económico por medio de la educación, profesión, etc.

Respuesta: por cierto esto ha cambiado en el capitalismo. Antes, el que nacía agricultor moría agricultor, y así sus hijos y nietos. Y el que nacía señor, transmitía eso a sus herederos. En una sociedad de mercado eso no está fijo, las familias ricas pueden terminar con herederos pobres y otros hacerse ricos de la nada. Lamentablemente, todo tipo de privilegios y regulaciones crean un “capitalismo de amigos” que más se parece a los privilegios de la Edad Media.

  1. Menciona que el costo que implica la instalación de un agente en un puerto extranjero es el mismo, sin importar que el intercambio comercial sea del orden de 1,000 o de 1,000,000 de libras. Considera el autor que al día de hoy las leyes aduaneras y los aranceles de importación son realmente eficientes con respecto a las reglas institucionales de la alta Edad Media y posteriores para proteger la competitividad? Ya que,  no obstante, aun luchamos contra un viejo problema: la piratería.

Respuesta: En esa época la necesidad de contar con agentes respondía a un problema de información. Hoy eso se ha superado, aunque aún se necesiten agentes para controlar los despachos, o promover nuevos negocios. Es más, las empresas se han internacionalizado, produciendo ya en otros países y, ahora, produciendo a nivel global. Los problemas de entonces no estaban tanto vinculados con la piratería de los productos sino con garantizar el despacho y el cobro, ya que en ese entonces no había “marcas” para piratear.

2)            Entre las décadas a mitad del siglo XI se decretó la orden de Los Caballeros Templarios para salvaguardar la tierra santa y la tierra prometida. Cuidaban las riquezas de la gente y llevaban las mercancías del vendedor al lugar del comprador sin importar la distancia y las zonas peligrosas. El comercio más seguro fomentó la expansión comercial interregional. Considera el autor que esta forma de ofrecer seguridad para la expansión de los mercados en aquella época, fue también un factor determinante para promover las actividades económicas de mayor productividad? Hoy en día, no requerimos de Caballeros Templarios, sino de mejoras a las leyes que promuevan la inversión.

Respuesta: De alguna forma, los Caballeros Templarios fueron precursores de un sistema bancario internacional que se desarrollaría posteriormente, en particular en Venecia.

3)            El autor considera que la teoría de su modelo descansa en las fuerzas del mercado y en el poder coercitivo del gobierno. Quizá esta fuerza cooperativa fue crucial en los periodos del desarrollo y expansión comercial desde el siglo XI; sin embargo, que piensa el autor que hoy en día los empresarios son en cierta medida los provocadores del proteccionismo por parte del gobierno? Será que el gobierno está de acuerdo en una mayor recaudación de impuestos a costa del egoísmo empresarial de conseguir mayores ganancias, en lugar de fomentar el verdadero objeto social?

Respuesta: En ese entonces, los emprendedores capitalistas querían “entrar” al mercado y se enfrentaban a las trabas y privilegios existentes en favor de la aristocracia rural, por un lado, y los gremios de artesanos, por el otro. Los autores comentan que la eliminación de estas barreras explica en buena parte la posterior “Revolución Industrial”. En la actualidad, lo que se menciona es lo que suele llamarse “capitalismo de amigos”, con privilegios y barreras al ingreso de competidores: subsidios, proteccionismo.

Los estadounidenses creen que un empresario sería un mejor gobernante. Se equivocan

Una encuesta de Gallup muestra que el 81% de los estadounidenses cree que el país sería gobernado mejor si “gente con experiencia de negocios y management ocupara cargos políticos”. Se equivocan.

Americans Say Business Background Is Best for Governing

Esta preferencia se encuentra en el primer lugar superado a las categorías “mujeres” o “personas que piensan que es mejor consensuar para que las cosas se hagan en lugar de aferrarse a sus principios”, ambas con el 63%. Un 59% prefiere “políticos moderados” y un 56% la opuesta a la anterior “personas que creen más importante aferrarse a sus principios que consensuar para que las cosas se hagan”.

La creencia de que un empresario u hombre de negocios va a ser mejor como dirigente político de un país proviene de pensar que como ha tenido éxito en administrar una organización, la que incluso puede ser bastante grande, seguramente sabrá como administrar un estado.

La idea parece tener cierto sentido, ya que obviamente hay que gerenciar la burocracia estatal, pero es totalmente equivocada al considerar similares una empresa y una sociedad. Muchos creen que son la misma cosa y por eso hablan en términos de que hace falta una “estrategia de país” o un “modelo de país”, ideas tal vez provenientes de considerar que existe y puede definirse tal cosa como el “bien común”.

En términos más sencillos, consideran a la sociedad como si fuera un gran Boeing 787 para el que hay que definir un destino: Paris, Londres, Nueva York o Bogotá. Luego, lo que hace falta es tan solo un buen piloto, y claro, una que ya haya piloteado estas naves sería el mejor.

Pero la sociedad no es un gran avión para el que hay que elegir un destino y luego llevarlo a su destino. Siguiendo con la metáfora, la sociedad son cientos de miles de avionetas con destinos diferentes: algunos van a París, otros Nueva York, otros a Córdoba, otros a Tucumán, otros a Bariloche. El asunto es que no nos choquemos en el aire.

Es decir, la sociedad es un orden espontáneo donde lo importante son las reglas de tránsito. No vamos a buscar todos los mismos fines, así que lo que llamamos “bien común” serían aquellas normas que nos permiten reducir los choques al mínimo y así permitirnos llegar a nuestros destinos.

Esto no requiere ningún piloto, ni manager o empresario, sino un conjunto de reglas que, en verdad, vuelvan irrelevante quien es el que en definitiva ocupa una posición superior. No se necesita “liderazgo” como suele decirse en los negocios porque un líder apunta y guía en una dirección determinada. Necesitamos, más bien, de árbitros, que nos permitan jugar y disfrutar los partidos dadas las reglas de juego.

La Nueva Economía Institucional – Douglass North

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I leen a Douglass North, “La Nueva Economía Institucional”. Una alumna comenta su contenido:

North

“La moderna economía institucional tiene como premisa integrar la teoría neoclásica teniendo en cuenta las bases de las instituciones y analizar como estas cambian. Son más amplias que las opciones tradicionales las cuales examinan solo precio y cantidad. Una economía de este tipo es un estudio contractual tanto político como económico que presentan regularidades en las interacciones entre agentes y atenúan las consecuencias de cambios en los precios relativos. En otras palabras, implican un mecanismo para hacer cumplir los contratos.”

“Donde no hay costos de transacción, no hay instituciones (ejemplo de ello es la economía neoclásica). Los pilares sobre los que subyacen las instituciones son los individuos maximizadores de su utilidad, los costos del intercambio que pueden ser reducidos haciendo el intercambio posible. El cambio institucional puede estar dado por modificaciones en la contratación. Debe ser teórica y basada en una teoría positiva sólida. El óptimo de Pareto no tiene sentido si no podemos especificar que es un gobierno eficiente si bien es posible asignar eficiencia a una serie de derechos de propiedad. La libertad de mercados no lleva necesariamente a la eficiencia de los mismos. Para ellos se requiere un sistema legal bien constituido que sea imparcial.”

Es muy interesante esta frase: “El óptimo de Pareto no tiene sentido si no podemos especificar que es un gobierno eficiente si bien es posible asignar eficiencia a una serie de derechos de propiedad”; ya que si entendemos que las valoraciones son subjetivas las mejoras paretianas solamente pueden darse a través de intercambios voluntarios. El criterio de Pareto descarta la coerción, ya que establece que algunos mejoren su situación “sin que empeore la situación de los demás”, pero no habría que usar la coerción si la gente pensara que con un estado mejora su situación. Ejemplo: la tributación sería voluntaria en un mundo paretiano.

Por eso la economía neoclásica deja de lado Pareto e incorpora el criterio de Kaldor-Hicks que introduce la compensación de aquellos que pierdan pero en términos potenciales: los beneficios de los que ganan serían mayores de los costos de los que pierden (típico cálculo utilitarista) aun cuando los primeros no lleguen a compensar a los segundos. Pero este criterio es insostenible, introduce comparaciones interpersonales de utilidad, asume que la política hará ese cálculo evaluando el “bienestar general”, que se pueden conocer las preferencias de los individuos sin que estas se revelen por medio de intercambios en los mercados, etc.

Algunos autores que hemos leído piensan que ese criterio no existe. Otros, como Buchanan, parten de que el óptimo en términos de decisión colectiva sería la unanimidad, ya que solamente con ella se puede evitar que una decisión colectiva genere externalidades negativas para algunos. Pero obtener la unanimidad es muy costoso y haría imposible prácticamente tomar cualquier decisión colectiva. Por eso Buchanan & Tullock sostienen que debería haber dos niveles de decisión: uno “constitucional” con la mayoría que apruebe las reglas generales se acerque lo máximo posible a la unanimidad; y luego otro nivel de decisiones “menos peligrosas” respecto a los derechos individuales, tales como decisiones de gestión pública o administrativas, que se tomarían por mayorías simples.

Lo cierto es que, como dice North, este tema no puede ser dejado de lado y simplemente asumir un “dictador benevolente” que ejerce el monopolio de la coerción en pos del bien común.

Preguntas de los alumnos:

  1. Teniendo en cuenta que la escuela escolástica le daban mucha importancia a los contratos dejando de lado problemas meramente económicos, ¿Se podría decir acaso que, combinado con la evolución de la teoría económica a lo largo de las décadas, aquí estaríamos viendo parte de la herencia de la corriente de Santo Tomas?Cuando se enfocaban en los contratos, por el contrario, era para ver si encubrían algún tipo de usura porque condenaban el interés.
  2. Respuesta: Solamente en el sentido que Aquino y los escolásticos le prestaban su mayor atención al tema de las justicia, tanto sea de las acciones individuales, como también de las relaciones de unos con otros (asimilable al ‘rule of law’). Reconocían la importancia de la propiedad y los contratos, pero no tenían una visión de ellas como “instituciones”, si su rol en el funcionamiento de la sociedad y los mercados.
  3. Sabemos que buena parte de autores institucionalistas americanos tienen una visión crítica darwiniana ¿Cuánta influencia tiene la teoría darwiniana en el concepto de institución?
  4. Respuesta: Mucha en algunos autores institucionalistas porque entienden que éstas son evolutivas. Pero la idea de la evolución es previa a Darwin, proviene de los escoceses (Ferguson, Hutcheson, Hume), de ellos la toma Darwin para llevarla a las ciencias naturales.
  5. ¿Es posible que se pueda sobrevivir hoy en día bajo las creencias puramente neoclásicas, solo teniendo en cuenta mediciones acerca del placer o el dolor de la gente?
  6. Respuesta: Supongo que la pregunta se refiere a la supervivencia de la teoría. Se puede, pero hace agua.
  7. ¿El autor cree que las diferencias institucionales entre aquellos países desarrollados y lo no desarrollados desempeñan un papel importante en los mayores niveles de desarrollo alcanzado? ¿Cómo se lograría un buen marco teórico para poder generar, y mantener, a las nuevas y buenas instituciones?
  8. Respuesta: Este ya existe, es todo el gran mundo de la economía institucional, un paraguas amplio bajo el cual entran tanto los austriacos como Public Choice, Law & Economics, Economía de los Derechos de Propiedad, y la NEI.
  9. ¿Qué tipo de modificaciones se deben realizar para poder generar buenas instituciones? ¿Prestándole más atención a los cuatro pilares que Ud. nos indica o cambios tanto políticos como educativos en la Sociedad para luego ir por los pilares?
  10. Respuesta: Hay varias teorías para explicar esto. North originalmente enfatizaba el cambio de precios relativos para explicar los cambios institucionales, pero más adelante se inclinó por el papel que cumplen los valores e ideas.
  11. ¿Las nuevas instituciones de qué forman nos garantizan un crecimiento económico y social sostenido?
  12. Respuesta: Como dice North, permiten coordinar las acciones de la gente en sociedad, y los mercados son eso, gente coordinando entre sí. Otorgan previsibilidad en las acciones de los demás, un elemento necesario para la inversión y, por ende, para el progreso.

Los alumnos leen a Juan Bautista Alberdi…, y se sorprenden

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico de la UBA leyeron a Juan Bautista Alberti, los primeros capítulos de “El Sistema Económico y Rentístico”. Sus preguntas muestran lo poco que se enseña sobre los principios que inspiraron a la Constitución Argentina. Los alumnos se sorprenden de lo que leen.

Alberdi 3

Van algunos de sus comentarios:

  • “Me llama poderosamente la atención que la estructura jurídica de la República Argentina, su Constitución Nacional se haya construido sobre las bases del liberalismo económico. La realidad es que nunca lo había visto de esta manera. Si bien reconozco que no seguimos los pasos de las “escuela mercantil”, ni los de la “economía socialista”, nunca me había percatado de que la base de nuestra estructura legal se había formado sobre el Concepto de Liberalismo de Adam Smith. Toda una Constitución en defensa y promoción de la libertad como principio esencial de toda riqueza creada.”
  • “Es interesante cómo Alberdi detalla punto por punto las disposiciones que la Constitución encarna y les brinda una justificación económica, no sin antes aclarar que la doctrina que sirve a los intereses del crecimiento económico y la prosperidad de las naciones es aquella que brega por la libertad plena en el uso de las facultades productivas del ser humano, destacando a Adam Smith como autor pionero de esta visión.”
  • “Me parece interesante cuando Alberdi analiza minuciosamente cada uno de esos derechos así como también los artículos de la Constitución que reglamentan el sistema de política económica de la Confederación. En conclusión, la intervención de la ley en la producción, distribución y consumo de la riqueza pública y privada se limitará a garantizar la más completa independencia y libertad, en el ejercicio de esas tres funciones económicas.”
  • “Uno de los puntos que me resultó interesante del texto de Alberdi es la consideración del comercio como una fuente creadora de riqueza, por ser una actividad de traslado de determinados productos de un punto a otro. Creo que en muchas teorías económicas, se pasa por alto que la actividad del comerciante es fundamental para el desarrollo económico, y que la actividad del comerciante no se limita únicamente a comprar y revender más caro.”