Siempre vigente a 300 años de su nacimiento: Adam Smith y la «simpatía»: ¿sentimiento o virtud?

Doscientos cincuenta años después Adam Smith sigue dando que hablar (esa es la definición de un “clásico”, siempre está vigente). En este caso sobre el concepto de “simpatía”, que presenta en su primera obra, Teoría de los Sentimientos Morales. Al respecto, se comenta en este trabajo: “An Investigation into the Smithian System of Sympathy:  from Cognition to Emotion”,   por Laurie Bréban, PHARE, University Paris 1 Panthéon-Sorbonne, publicado en  The Adam Smith Review, 10, pp. 22-40: https://hal-paris1.archives-ouvertes.fr/hal-03904227/document

“En la primera parte de la Teoría de los sentimientos morales (1759, 1790) −“De la propiedad de la acción”− Smith busca explicar el origen de la aprobación moral. Es bien sabido que la solución a este problema radica en su famoso concepto de simpatía. 1 Por supuesto, la cuestión de la naturaleza precisa de la simpatía smithiana dio lugar a una abundante literatura desde el siglo XIX con la aparición del Problema de Adam Smith. 2Este famoso Problema, que sugiere que existe una inconsistencia entre las dos obras principales de Smith, La teoría de los sentimientos morales y La riqueza de las naciones (1776), llevó a los estudiosos de Smith a cuestionar si la simpatía, en la Teoría de los sentimientos morales, era o no un sentimiento específico («el sentimiento de simpatía») o una virtud específica (como el altruismo o la benevolencia) como lo interpretaron los defensores del Problema de Adam Smith (con autores de la Escuela histórica alemana antigua como Carl Knies y Wiltold von Skarzynski en la parte superior de la lista). 3 Pero esto fue cuestionado, aunque mucho más tarde, por las contribuciones posteriores a la publicación científica de las obras completas de Adam Smith a fines de la década de 1970. 4Desde la publicación de la edición de Glasgow, generalmente se ha aceptado que la simpatía smithiana no se refiere a un sentimiento específico o una virtud específica”.

El papel de los emprendedores en la teoría económica según la Escuela Austriaca: cambio e innovación

Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca y Economía Institucional de UCEMA, vemos el papel del emprendedor en la teoría económica según los austríacos. Este es un tema fundamental, ya que el predominio de un análisis neoclásico basado en modelos de equilibrio general no dejaba lugar para el cambio y la innovación de los emprendedores. En esto, por supuesto, el nombre más importante es el de Israel Kirzner, aunque también vemos algunas contribuciones más actuales. No deja de haber polémica sobre exactamente cuál es la función que cumplen los emprendedores en el mercado. Y también hay distintas perspectivas para tratarlo, como su vínculo con la teoría de la empresa y su estructura, o respecto al progreso económico. Estas son las lecturas:

  1. El emprendedor, la iniciativa emprendedora 
  1. Israel Kirzner; El empresario: https://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/16_3_Kirzner.pdf  
  1. Nicolai Foss: Entrepreneurship and the economic theory of the firm: any gains from trade?: https://www.academia.edu/866264/Entrepreneurship_and_the_economic_theory_of_the_firm_any_gains_from_trade  
  1. Israel Kirzner (New York University): La función del empresario y el desarrollo económico: http://www.institutoacton.com.ar/oldsite/articulos/ikirzner/artkirzner3.pdf    

Socialismo gremial: ¿parecido al peronismo? Termina centralizando sin ningún «control obrero»

“Guild socialism” o socialismo gremial fue una corriente dentro de las otras socialistas que en buena medida podríamos asimilar con el peronismo, aunque ambos están lejos de ser una alternativa “libertaria y democrática”, como dice el autor, al socialismo fabiano o soviético. Lo trata Geoffrey M Hodgson, de Loughborough University London en un artículo titulado “The institutional impossibility of guild socialism”; Cambridge Journal of Economics, Volume 47, Issue 1, January 2023, Pages 21–43, https://doi.org/10.1093/cje/beac057

El socialismo gremial se desarrolló en el período 1906-1925. Se ha presentado como una alternativa «libertaria» y «democrática» al socialismo estatista de los fabianos y el bloque soviético. Este artículo describe las características básicas del socialismo gremial, particularmente en la versión más influyente de G. D. H. Cole. Los socialistas gremiales querían minimizar los mercados y dar a los órganos administrativos superiores el derecho de imponer precios en casos de disputa. Se argumenta aquí que, a pesar de las intenciones de sus defensores, el socialismo gremial tiene una fuerte dinámica centralizadora que socavaría sus aspiraciones definitorias de “control obrero”. Esta dinámica centralizadora permanecerá mientras se niegue a los gremios la autonomía legal, la propiedad (cooperativa) de sus medios de producción y su derecho general a negociar los precios de sus productos e insumos con compradores y vendedores. Esta capacidad disminuida para el ajuste local, con una posible derivación hacia arriba de decisiones y poderes cruciales, aumentaría las cargas de información y tareas de los órganos administrativos superiores. Gran parte de la literatura previa sobre el socialismo gremial ha pasado por alto estos problemas. Se debe prestar atención a las relaciones de poder legales, así como de otro tipo, en el análisis de los sistemas económicos reales o propuestos.”

En Francia la reforma del sistema de pensiones elimina los regímenes especiales…, ups salvo el de empleados del Estado

Las reformas de los sistemas estatales de pensiones son necesarias y ya hemos comentado que tanto en Francia como en Uruguay se avanza en ese sentido. En el primer caso fue recientemente aprobada pero, oh vaya la ironía, resulta que se eliminan los regímenes especiales… salvo el de los empleados públicos. Lo comenta Nicolas Marques, director del Institute Economique Molinari, en un artículo que se titula “Faute de réforme structurelle des retraites, le déficit public restera excessif”: https://www.institutmolinari.org/2023/03/14/faute-de-reforme-des-retraites-des-fonctionnaires-les-deficits-vont-subsister/

“Mientras terminan los debates sobre la reforma de las pensiones, Nicolás Marques, director del Instituto Económico Molinari, cree que para restablecer las finanzas públicas a largo plazo es necesaria una reforma de las pensiones de los funcionarios del Estado. Intercambio con Adeline Lorence de Capital publicado el 14 de marzo de 2023.

Capital: ¿Cree que la reforma de pensiones no aborda los problemas reales de los regímenes especiales?

Nicolas Marques: Estamos eliminando algunos de los regímenes especiales como la RATP o los de las industrias de electricidad y gas, pero nos estamos olvidando de lo esencial. Los regímenes especiales de los que hablamos en este momento representan 310.000 cotizantes, si tenemos en cuenta el de la SNCF que ya está cerrado. Por un giro semántico, el gobierno sugiere que está cerrando todos los regímenes especiales cuando esto no es cierto. El verdadero gran régimen especial es el de los funcionarios, que cuenta con 1,7 millones de cotizantes. Es un régimen especial porque el Estado se compromete expresamente a pagar las pensiones. Y está profundamente desequilibrado porque tiene 0,9 cotizantes por jubilado. Es uno de los regímenes más degradados y permanecerá abierto.”

El equipo que patea penales primero tiene ventaja (igual ganamos) y proponen otro sistema

Ya pasaron los penales y, para nuestra alegría, todo terminó bien. Pero, ¿es ése el mejor método para desempatar un partido después del alargue? En fin, la academia también se ocupa de eso, por ejemplo en este paper “Fairer Shootouts in Soccer: The m – n Rule”, por Steven J. Brams, Department of Politics,  New York University; Mehmet S. Ismail, Department of Political Economy King’s College London y  D. Marc Kilgour, Department of Mathematics, Wilfrid Laurier University Waterloo, Ontario: https://mpra.ub.uni-muenchen.de/116352/1/MPRA_paper_116352.pdf

¿Y qué proponen los autores?

“Ganar el sorteo de la moneda al final de un partido de fútbol empatado le da al equipo el derecho a elegir si patear primero o segundo en las cinco rondas de tiros penales, cuando a cada equipo se le permite una patada por ronda. Existe evidencia considerable de que el derecho a tomar esta decisión, que generalmente es patear primero, le da a un equipo una ventaja significativa. Para que el resultado de un partido empatado sea más justo, sugerimos una regla que perjudica al equipo que patea primero (A), requiriendo que tenga éxito en un tiro penal más que el equipo que patea segundo (B). Llamamos a esto la regla m – n y, más específicamente, proponemos (m, n) = (5, 4): Para que A gane, debe patear con éxito 5 goles antes del final de la ronda en la que B patea su 4°; para que B gane, debe tener éxito en 4 tiros penales antes de que A tenga éxito en 5. Si ambos equipos alcanzan (5, 4) en la misma ronda, cuando ambos patean con éxito en (4, 3), entonces el juego se decide por «muerte súbita» ronda por ronda, en la que el ganador es el primer equipo en anotar en una ronda posterior cuando el otro equipo no lo hace. Mostramos que esta regla es justa al tender a igualar la capacidad de cada equipo para ganar un partido empatado en una tanda de penaltis. También discutimos una regla relacionada que impide que los equipos alcancen (5, 4) al mismo tiempo, obviando la necesidad de muerte súbita y rondas extra.”

¿Es posible que un católico sea liberal? ¿La filosofía política liberal o la economía política?

¿Es posible que un católico sea liberal? Así, precisamente, es cómo se titula un artículo. En realidad “Can a Catholic be Liberal? Roman Catholicism and Liberalism in a Political Economy Perspective (1800–1970)”, cuyo autor es Stefano Solari, publicado en THE JOURNAL OF PHILOSOPHICAL ECONOMICS: REFLECTIONS ON ECONOMIC AND SOCIAL ISSUES Volume XVI Annual issue 2023: https://hal.science/hal-03619130v3/document

“El problema se complica, por un lado, por la dificultad de definir el liberalismo y, por otro, por una larga tradición histórica de disidencia de la Iglesia con respecto al desarrollo del liberalismo político real. En realidad, el desarrollo del catolicismo social fue concebido como una perspectiva política en oposición a los regímenes liberales y al socialismo.[5] Por lo tanto, desde una perspectiva histórica, incluso cuando terminó el Antiguo Régimen, la Iglesia romana siempre ha intentado construir una tercera vía, considerando el ideal liberal un error racionalista y una extraña filosofía política (ver Almodóvar y Teixeira 2008 y Solari 2007; 2010a). En general, la interacción intelectual no fue entre la teología católica y la economía política, sino entre la filosofía moral católica y la filosofía política. En cuanto a la economía política, es ciertamente más un problema político que económico. Una cierta visión convergente entre el liberalismo y el catolicismo es la oposición común a la planificación socialista, pero esto no puede ser una afinidad fuerte. El estudio intenta, primero, destacar las características relevantes de las variedades de liberalismo que pueden representar una perspectiva política más o menos aceptable para un católico. En la segunda sección se presenta brevemente el cambio histórico en la actitud de la Iglesia, a raíz de la modificación del contexto. Luego, se discuten en términos teóricos los principales documentos de la Iglesia sobre el liberalismo para determinar qué se ha dicho oficialmente y por qué. Se discuten los temas centrales, centrándose en la diferencia entre libertad y libertad y en los diferentes individualismos.”

¿Cómo se resolvían las crisis bancarias cuando no existían los bancos centrales?

¿Cómo se resolvían las crisis bancarias cuando no existían los bancos centrales? Bueno, lo resolvían los mismos bancos, es lo que cuenta este articulo publicado en Quillette sobre el Pánico de 1907, titulado “From Panic to Prudence”, por Robert F. Bruner, profesor y Dean Emeritus de University of Virginia’s Darden School of Business y Visiting Compton Professor at the Miller Center of Public Affairs: https://quillette.com/2023/03/16/from-panic-to-prudence/?ref=quillette-newsletter

“…el 16 de octubre de 1907, una especulación fallida provocó la quiebra de dos casas de bolsa. Los depositantes comenzaron a correr en los bancos asociados con los líderes del círculo especulativo. La Cámara de Compensación de Nueva York intervino para rescatar a esos bancos tambaleantes. Pero las sociedades fiduciarias, que eran similares a los bancos en el sentido de que aceptaban depósitos, pero diferentes en el sentido de que estaban reguladas de forma más ligera, no eran miembros de la Cámara de Compensación. Los depositantes comenzaron a huir de aquellas compañías fiduciarias que se rumoreaba que estaban asociadas con los líderes del círculo especulativo. Del 20 de octubre al 3 de noviembre, J.P. Morgan organizó una serie de rescates de empresas fiduciarias, la ciudad de Nueva York (¡otra vez!) e incluso la Bolsa de Valores de Nueva York.

El quid de las intervenciones de Morgan fue organizar un grupo de riesgo compartido entre las empresas fiduciarias, muy parecido al que disfrutaban los bancos como miembros de la Cámara de Compensación de Nueva York. Este esfuerzo por movilizar la acción colectiva era exactamente lo que sugerirían la teoría y la práctica. Sin embargo, se vio frustrado por el número, la información imperfecta y las diferencias de intereses, incentivos e ideologías de la época. Finalmente, en una reunión de toda la noche de los presidentes de las compañías fiduciarias (en la que J.P. Morgan cerró la puerta para evitar desertores), Morgan obtuvo un acuerdo vinculante para la asistencia colectiva.

Ese mismo fin de semana, Morgan salvó a una tambaleante firma de corretaje al persuadir a U.S. Steel para que comprara las acciones de la firma en Tennessee Coal and Iron. Pero los directores de U.S. Steel impusieron una condición: el presidente Theodore Roosevelt tenía que dar su consentimiento para no demandar a la empresa en virtud de las leyes antimonopolio. Al día siguiente, TR escuchó la apelación y accedió.”

Pinball: una película sobre un luchador contra las regulaciones; no fue a los Oscar, pero New Yorker dice que es mejor

En tiempos del Oscar y la atracción de ver las películas premiadas, la conocida revista New Yorker dice la historia de un periodistas y fan del pinball quien luchó para eliminar la prohibición de estos juegos… y lo logró. Lo comenta el Moving Picture Institute: https://www.thempi.org/latest-stories/pinball-streaming-on-your-favorite-platform

“Protagonizada por Mike Faist (Steven Spielberg’s West Side Story), Crystal Reed (Swamp Thing, Teen Wolf) y Dennis Boutsikaris (Better Call Saul, The Bourne Legacy), Pinball se basa en la historia real de Roger Sharpe, periodista de GQ y real- mago del pinball, que en 1976 ayudó a anular la prohibición de pinball de 35 años en la ciudad de Nueva York. En la película, el pinball se convierte en un símbolo de cómo el gobierno se impone sobre la vida y la felicidad de las personas, a través de prohibiciones y regulaciones equivocadas.

Pinball está «certificado como nuevo» en el sitio web de reseñas de películas RottenTomatoes.com.

Y si solo lee una reseña, consulte esta del New Yorker, donde Pinball se llama «un remedio para su resaca post-Oscar».

En el artículo, el periodista Richard Brody continúa diciendo:

«Recomendaría no escudriñar «Pinball: The Man Who Saved the Game» demasiado de cerca o demasiado pronto, y simplemente saborear el espectro inusual de virtudes artísticas que me encontré admirando, y admirando nuevamente, en una segunda vista, puramente por placer. .”

«… se siente apropiado que «Pinball» se estrene en la semana posterior a los lamentables premios Oscar: es mejor que los diez nominados a Mejor Película, y 2023 será un buen año en el cine si hay cinco mejores actuaciones principales que Faist o cinco mejores guiones originales”.

Adam Smith y los emprendedores: ¿nos advierte sobre los peligros de la ambición? No, ambición con prudencia

Adam Smith ha sido un duro crítico de los empresarios cuando buscan privilegios del poder, pero eso no se extendía a todos los emprendedores. Es lo que trata este artículo “SMITH TO ENTREPRENEURS: GO FORTH WITH PRUDENCE:, Kacey Reeves, doctoranda en George Mason University: https://www.adamsmithworks.org/documents/reeves-west-smith-entrepreneurs-go-forth

“Los escritos de Adam Smith nos dejan con acertijos sin resolver. La Teoría de los Sentimientos Morales (TMS) nos advierte contra los peligros de la ambición, mientras que el “plan liberal” de La Riqueza de las Naciones (WN) da rienda suelta a ciertos tipos de ambición. Los académicos continúan explorando y debatiendo las contrariedades encontradas en los escritos de Smith.

Hay varios enigmas en torno a los pensamientos de Smith sobre la ambición en la empresa económica y su comprensión del espíritu empresarial. Algunos lectores dicen que Smith apreciaba poco el espíritu empresarial y el dinamismo de los mercados libres. Smith se resiste al proyector que emprende nuevos proyectos y respalda el techo del statu quo sobre los préstamos a interés, y algunos toman esto como evidencia de la actitud escéptica de Smith hacia el espíritu empresarial. Otros, sin embargo, han especulado sobre lo que dice Smith entre líneas. Jon Diesel (2021) sugiere que Smith disimuló su apoyo al techo de la tasa de interés, y Dylan DelliSanti (2021) sugiere que Smith minimizó deliberadamente el dinamismo del liberalismo y, por lo tanto, oscureció el papel que juegan el espíritu empresarial y la innovación en la economía.

Aquí trato un tema relacionado: ¿Se puede cuadrar la moral de TMS con el espíritu empresarial? El presente ensayo se basa en mi artículo “Emprendimiento prudente en la teoría de los sentimientos morales”, publicado en Business Ethics Quarterly. Argumento que el espíritu empresarial puede encontrar sanción moral en TMS. Además, Smith aconseja a los empresarios sobre cómo mantener la virtud: Abordar las oportunidades pequeñas y grandes con prudencia. Mi argumento no involucra reclamos de esoterismo por parte de Smith, pero al igual que los artículos de Diesel y DelliSanti, mi argumento trata de resolver los enigmas de Smith en torno a la ambición.”

Antes de los economistas clásicos, los escolásticos de la Escuela de Salamanca y los mercantilistas

Con los alumnos de la materia Teorías Económicas, del MBA de Eseade, vemos a los autores de la Escuela de Salamanca y sus aportes a la teoría económica, generalmente poco o nada considerados en los textos de historia del pensamiento, como si todo hubiera comenzado con los mercantilistas y los fisiócratas leyendo dos artículos:

Lectura obligatoria: R. de Roover, Economía Escolástica: http://www.institutoacton.com.ar/oldsite/articulos/rroover/artroover1.pdf    

Lectura optativa: Juan de Mariana, “Tratado y Discurso sobre la Moneda de Vellón”: http://www.institutoacton.com.ar/oldsite/articulos/jdemariana/artdemariana1.pdf  

El texto es Roover discutido por algunos amigos expertos en estos autores, pero es un buen resumen de los aportes y los problemas de esta escuela, aunque increíblemente no hace mención a Juan de Mariana, al que veremos en forma separada. Dice de Roover:

“Al igual que los autores de la antigüedad, los escolásticos medievales no consideraban a la economía política como disciplina independiente, sino que como un apéndice de la ética y las leyes.

Esta situación persistía aún en el siglo dieciocho cuando Adam Smith tomó a su cargo la cátedra de Filosofía Moral en Glasgow College. Los cursos de su predecesor, Francis Hutcheson (1694-1746), y su contemporáneo en Edimburgo, Adam Ferguson (1723-1816), están a disposición en imprenta. Según estas fuentes, los temas de un curso en Filosofía moral en el siglo dieciocho y en la Escocia presbiteriana aún correspondían, en gran medida, a la descripción de las materias tratadas en el siglo trece por Tomás de Aquino en sus comentarios a la ética de Aristóteles. Economía, en el sentido moderno, ocupaba una posición muy subordinada y todavía se consideraba un asunto ético y legal que implicaba la aplicación de la ley natural a los contratos civiles.

En lo que realmente estaban interesados los doctores medievales era determinar las reglas de justicia que dirigen las relaciones sociales. Seeún Tomás de Aquino, ellos distinguían dos tipos de justicia: justicia distributiva, la que regulaba la distribución de la riqueza y el ingreso, de acuerdo a la posición del individuo en la sociedad, y justicia conmutativa, que se aplicaba a los acuerdos recíprocos entre individuos, esto es, al intercambio de bienes y servicios6. En otras palabras, los asuntos económicos concernían a la justicia, no a la caridad, como puede ser fácilmente comprobado al repasar el índice de la Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino.

Al tratar asuntos de justicia, inevitablemente los doctores se encontraron con asuntos económicos y estaban forzados a tomarlos en consideración. Al principio su investigación estaba limitada al precio justo y la usura, pero luego se ramificó para incluir un montón de otras cuestiones, incluyendo el salario justo, el envilecimiento de la moneda (inflación), la justicia del sistema impositivo, las deudas públicas, el monopolio, el cambio internacional, sociedades y todos los contratos que podían implicar cualquier mácula de usura.

La mentalidad medieval era legalista y, bajo la influencia del Derecho Romano, se le daba mucha importancia a los contratos. El principal problema era siempre determinar si un contrato era lícito o no. Este énfasis tendió a limitar el ámbito de la economía al estudio de la naturaleza legal de los contratos y sus implicaciones éticas, tendencia que se reflejaba incluso en el título v organización de los tratados escolásticos. Uno puede estar seguro de encontrar discusiones sobre materias económicas —junto con otros tópicos, por supuesto— en cualquier tratado de teología moral que lleve como título De contractibus (Sobre los contratos) o De justicia et jure (Sobre la justicia y la ley).

Casi invariablemente los asuntos económicos se mencionaban en guías para confesores, aunque la exposición, en trabajos de este tipo, probablemente es menos sistemática y analítica y más casuística. De hecho, la palabra «casuística» deriva de la preocupación sobre casos de conciencia que tenían los últimos escritores escolásticos.”