Sobre el carácter evolutivo de la agresión, las reglas de combate y el honor en la pelea

Daniel Sznycer sigue presentando contribuciones en el área de la psicología evolutiva que son bien interesantes. En esta oportunidad se trata de un paper de su autoría en conjunto con Aaron Sell y Daniel Matt Meyers del Department of Psychology & Criminology, Heidelberg University, que no está en Alemania sino en Ohio. Daniel, a quien he tenido el privilegio de conocer en la UFM, y participando en un coloquio de Liberty Fund, está en el Oklahoma Center for Evolutionary Analysis, Department of Psychology, Oklahoma State University.

El artículo, publicado en Evolution and Human Behavior, Volume 43, Issue 4, July 2022, Pages 304-313, se titula: “The implicit rules of combat reflect the evolved function of combat: An evolutionary-psychological analysis of fairness and honor in human aggression”: https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2022.04.003

Este es su resumen:

“La agresión fue una poderosa presión de selección para nuestros antepasados ​​humanos. Los concursos agresivos habrían seleccionado no solo por características anatómicas (por ejemplo, fuerza superior en la parte superior del cuerpo en hombres adultos), sino también por adaptaciones de regulación del comportamiento para el despliegue condicional y rentable de la agresión. Aquí, exploramos dos conceptos que parecen ser parte del conjunto neurocognitivo que regula la agresión. El primero es el concepto de “pelea justa”, que identifica si un combate agresivo puede proporcionar una estimación imparcial de la capacidad de lucha relativa de los combatientes. El segundo concepto es la «honorabilidad» de un combatiente, que indica si se puede confiar en que un individuo no infligirá una agresión superior a la necesaria para establecer la capacidad de lucha relativa de los combatientes. Ocho predicciones se derivaron de estas hipótesis y se probaron experimentalmente con viñetas que variaban aspectos relevantes de una pelea. Los resultados apoyan las predicciones. Las peleas se perciben como “justas” en la medida en que los peleadores evitan tácticas sesgadas que mejoran su probabilidad de ganar sin una habilidad de pelea superior (p. ej., no atacar cuando el oponente no está preparado). Además, los combatientes son percibidos como “honorables” cuando minimizan el peligro para ambos combatientes (p. ej., no atacan después de que el oponente se rinde). Concluimos enumerando implicaciones adicionales de la teoría.”