La lucha por mejores salarios o por aprender nuevas tecnologías

Cuando hablamos sobre el poder de negociación de los trabajadores, muchos aceptaron el argumento que los salarios están determinados por la demanda y oferta de trabajo, pero así y todo manifestaron que la huelga era el único, o tal vez el más importante, medio que poseen para mejorar su situación: https://bazar.ufm.edu/sobre-el-poder-de-negociacion-de-los-trabajadores/

Luddismo

El punto planteado allí fue que un aumento “artificial” del salario por sobre el que determinan esa oferta y demanda genera una caída de la cantidad de trabajo demandada y un aumento de la cantidad ofrecida. Los empleadores contratan menos trabajadores porque no pueden hacer frente a esos mayores costos y, por el otro lado, hay trabajadores que ahora se suman al mercado ante el atractivo de un salario mayor. Esta diferencia se convierte en desempleo: hay menos puestos de trabajo disponibles de los que los trabajadores quisieran tener.

¿Es la huelga lo único que puede hacer el trabajador para aumentar su salario? En realidad lo mejor que puede hacer es desarrollar algún tipo de habilidad que sea muy difícil de encontrar en el mercado. En ese sentido, lo que debe hacer es “diferenciarse” del resto de los trabajadores más que homogeneizarse con ellos. Mejora sus perspectivas de empleo y de remuneración.

Pensemos en Messi, un trabajador del fútbol, si podemos llamarlo así. ¿Por qué gana mucho más dinero que un barrendero? Pues solemos decirlo cuando lo vemos jugar: es único, no hay otro como él. ¿Cuántos pueden jugar como Messi? Tal vez nadie. ¿Cuántos pueden hacer el trabajo de barrendero? Muchos, cientos, miles. Esto quiere decir que uno enfrenta poca competencia, otros enfrentan mucha.

Por supuesto que aquí entra en juego la educación, la que nos ayuda a diferenciarnos, a acceder a mercados donde los pretendientes de un empleo son menos, pero no es solo eso: son habilidades de todo tipo. Las mismas habilidades de Messi no son fruto de la educación, como no suelen serlo las de muchos artesanos, torneros, carpinteros, etc. Incluso sucede con los abogados: laboralistas seguramente hay muchos, cualquiera puede mandar un telegrama ante un despido; pero abogados especializados en contratos financieros hay muy pocos, y son altamente remunerados.

Los trabajos más simples, además, tienden a ser reemplazados por máquinas. En esta nota de la Revista La Nación se comenta sobre el creciente uso de la inteligencia artificial y los robots para realizar muchas tareas: http://www.lanacion.com.ar/1682807-agentes-virtuales

Comenta:

“Gartner Research, empresa consultora y de investigación de tecnologías, pronosticó para 2015 que el 50% de las actividades de búsqueda de los usuarios en canales digitales será conducido por agentes virtuales y que en 2020 -faltan sólo seis años-, los clientes se autoadministrarán en un 85 %, sin interactuar con un ser humano.”

“Los gurús de la informática están trabajando hace rato sobre este tema sosteniendo que es mejor liberar a los operadores de actividades reiterativas, tediosas y mecánicas, que son las que generan una alta rotación en los call-centers, para que puedan ocuparse de cuestiones más complejas, como revisar un tema de facturación, etcétera.”

“La Argentina no queda fuera de las predicciones, ya que algunas empresas e instituciones públicas y privadas ya emplearon full time a agentes virtuales o bots, así como se los denomina. De esta manera, hoy podemos interactuar con el simpático Luigi, de Fiat; con Mariana, la asesora de la UCA; Sofía, de Telefónica/Movistar, que tiene toda la onda, o con Esperanza, que se ocupa de asistir a personas con discapacidad en la Municipalidad de San Isidro. ¿Qué tienen en común todos ellos? Están programados para ser corteses, mantener conversaciones, pero por sobre todo, brindar la información que se les pide los 365 días, durante las 24 horas.”

Y termina:

“Ya fueron presentados autos sin conductores y hay conciertos de robots que despiertan pasión entre los japoneses, los Z-Machines, que sin alma compiten con más brazos. El guitarrista tiene 78 dedos y maneja 12 púas. Y el público aplaude envuelto en una atmósfera artificial. ¿Qué harán los humanos si todas las tareas, aunque sea las que nos disgustan, fueran reemplazadas por robots? Estaríamos condenados al ocio permanente. Y a la pérdida de empleos.”

“El sociólogo Javier de Rivera compara estos tiempos con los de la Revolución Industrial, con la diferencia que esta vez los afectados serán los trabajadores vinculados a áreas de servicios, como la información, comunicación y atención al cliente. «Se recurre a las máquinas para reducir trabajo y ahorrar costos, así como el tener que lidiar con los trabajadores, que podrán ser sustituidos por sistemas automatizados.»

A principios del siglo XIX surgió en Inglaterra un movimiento de protesta contra las máquinas, llamados “luddistas”, quienes tomaron su nombre de un ficticio capitán Ned Ludd y se dedicaron a destruir las máquinas. Ahora hay un movimiento “neo-luddista”, que busca hacer lo mismo contra la tecnología moderna, como en este caso, aunque sus miembros varían desde quienes resisten algunas tecnologías por considerar que atentan contra la vida en comunidad hasta otros, como Unabomber, dispuestos usar la violencia contra la tecnología.

Poco van a ganar los trabajadores resistiendo a la tecnología, más les conviene conocerla y aprenderla.