Elecciones y sistemas electorales: Buchanan & Tullock discuten si el voto mayoritario es el mejor sistema

Entre tantas reformas propuestas, también se plantea en Argentina la reforma del sistema electoral. No hay ningún sistema electoral perfecto, por la sencilla razón que no es posible agregar las preferencias individuales sobre decisiones tan complejas como la de elegir representantes, o un gobernante. Pero ya que se abre la discusión, va algo sobre sistemas electorales, comenzando con los aportes fundacionales de James Buchanan y Gordon Tullock, comentados en un artículo de Julien Grandjean con el título de “James M. Buchanan and Gordon Tullock on the Weaknesses of Majority Voting: A Triptych”: https://journals.openedition.org/oeconomia/10780

 

“Este artículo revisa las diferentes pero complementarias demostraciones propuestas por James M. Buchanan y Gordon Tullock para señalar las debilidades de la votación por mayoría absoluta. Mostramos que los dos autores tomaron dos caminos distintos para llegar a la misma conclusión. Buchanan, basándose en su conocimiento de Knut Wicksell, optó por estudiar el tema desde un ángulo abstracto. Tullock ofreció una demostración práctica inspirada en sus lecturas de Duncan Black y Anthony Downs. Entre 1959 y 1961, en particular, Tullock produjo una serie de trabajos, publicados o no, que constituyen la base de su contribución al cálculo del consentimiento. Este trabajo, escrito por los dos autores, incluye un tercer tipo de reflexión sobre el voto mayoritario: una demostración teórica. Este artículo examina la construcción del tríptico real formado por el trabajo de Buchanan y Tullock sobre el voto mayoritario y destaca el papel importante, aunque descuidado, de Tullock en la formación del Cálculo y en el desarrollo del programa de investigación de elección pública en Virginia.”

 

Más sobre sistemas electorales, ahora sobre el voto mayoritario. Borda, Condorcet y Danou

Más sobre sistemas electorales en una edición de la revista Constitutional Political Economy. Ahora sobre voto mayoritario. En este artículo: Laraki, R. “Electoral reform: the case for majority judgment. Const Polit Econ 34, 346–356 (2023). https://doi.org/10.1007/s10602-022-09385-7

“Justo antes y durante la revolución francesa, tres miembros de la Academia de Ciencias de Francia, Borda (1784), Condorcet (1785) y Danou (1803), iniciaron el estudio matemático de los mecanismos de votación, conocido hoy como teoría de la elección social. Cada uno de ellos propuso un método de votación. Los tres métodos que propusieron permiten a los votantes expresar mejor sus preferencias al clasificar a todos los candidatos de mejor a peor, a diferencia de la boleta de votación habitual, que restringe a los votantes a elegir solo un candidato, sin expresar sus opiniones sobre los demás.

Borda (1784) propuso que cada candidato recibiera un punto por cada candidato clasificado por debajo de él en cualquier papeleta. Condorcet (1785) propuso elegir al candidato, cuando lo haya, que supere a todos los demás en comparaciones por parejas. Su propuesta para el caso de que no haya tal candidato no es clara. Danou (1803) tras probar el método de Borda en la Academia de Ciencias de Francia, lo rechazó por su manipulabilidad. Propuso elegir al ganador de Condorcet si existe; de lo contrario, elimine recursivamente a los perdedores de Condorcet y elija al ganador de la pluralidad entre los que sobrevivieron.

Todos estos métodos tienen como objetivo mejorar la pluralidad al permitir que los votantes se expresen mejor. Desafortunadamente, todos están sujetos a una paradoja descalificadora. En su famoso teorema de imposibilidad, Arrow (1951/63) demostró que con cualquier método unánimeFootnote1 que trate a los votantes por igual y use una boleta basada en clasificaciones, eliminar a un perdedor puede cambiar al ganador.”

¿Qué pasa si uno pudiera votar a más de un candidato? Hay quienes piensan que sería un mejor sistema electoral

Ya que estuvimos en período electoral y ahora se habla de reformas, podemos considerar las ventajas y desventajas de distintos sistemas electorales. ¿Qué tal si uno tuviera la oportunidad de votar a varios candidatos? Al igual que ahora, ganaría el que obtiene más votos. Lo explican y comentan en este artículo: Hamlin, A. y  Hua, W, del Center for Election Science: “The case for approval voting”. Const Polit Econ 34, 335–345 (2023). https://doi.org/10.1007/s10602-022-09381-x

“En los últimos años, los ciudadanos de muchos estados y ciudades de EE. UU. han presionado por varias reformas de los métodos de votación. Esto plantea la importante pregunta de qué reforma cumplirá mejor con los objetivos normativos y prácticos de la democracia representativa. Si bien también evaluamos las críticas al respecto, defendemos en este artículo que el voto de aprobación es la respuesta procesable más simple. Más específicamente, argumentamos que el voto de aprobación ofrece claras ventajas, no solo en relación con el statu quo del voto por pluralidad, sino también en relación con reformas alternativas. Al dar a los votantes la capacidad de apoyar a varios candidatos por igual, la votación de aprobación otorga una verdadera agencia al electorado para seleccionar fuertes ganadores entre un grupo de candidatos que es más competitivo, diverso y receptivo a lo que quieren los votantes. Como reforma electoral de bajo costo pero de alto impacto, la implementación del voto de aprobación puede crear mejoras significativas y duraderas en la calidad de la representación y las políticas.”

Una cosa es ir a votar, otra es cómo se cuentan los votos y según como se haga el resultado puede ser diferente

Último sobre sistemas electorales, en este caso, el conocido como sistema Borda que analiza en este artículo de Donald G. Saari, Department of Mathematics and Department of Economics, University of California Irvine: Saari, D.G. “Selecting a voting method: the case for the Borda count”. Const Polit Econ 34, 357–366 (2023). https://doi.org/10.1007/s10602-022-09380-y

“De importancia al seleccionar un método de votación es si, de manera regular, sus resultados capturan con precisión la intención de los votantes. Una sorpresa es que muy pocos procedimientos hacen esto. Otra característica deseada es un enfoque de decisión para ayudar a los grupos a llegar a un consenso (Sección 5). Como se ha descrito, estos objetivos se satisfacen únicamente con el conteo de Borda. Abordar estos objetivos requiere comprender qué puede salir mal, qué causa las dificultades para votar y qué tan malas pueden ser. Para evitar tecnicismos, todo esto se ilustra con ejemplos acompañados de referencias para los lectores que deseen un análisis completo. Como se muestra (Secciones 1 a 3), la mayoría de los problemas reflejan una pérdida de información vital. Comprender esta característica ayuda a demostrar que la descripción típica del teorema de Arrow, «con tres o más alternativas, ningún método de votación es justo», no es precisa (Sección 2).”

Propuestas para mejorar el sistema electoral ranqueando a todos los candidatos que se presenten

Uno de los problemas que presentan los sistemas electorales, y no de fácil solución, es que no miden la intensidad de las preferencias. Es decir, un voto, tanto sea en una boleta única como en boletas separadas, es un voto, y no nos dice nada de cuán intenso era el deseo del votante de que ese candidato ganara, puede ser que le da lo mismo, que eligió al menos malo o que se muere porque esa persona gane. Es por eso que desde hace tiempo ya han surgido propuestas que buscan reducir, aunque sea algo, ese problema, pidiéndole al votante que ranquee a los candidatos según su mayor o menor aprobación.

En este paper Eric Kamwa se trata el tema: “On Two Voting systems that combine approval and preferences: Fallback Voting and Preference Approval Voting”. 2022. ￿hal-03614585￿: https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-03614585/document

“La votación de aprobación de preferencia (PAV) y la votación de respaldo (FV) son dos reglas de votación que combinan aprobación y preferencias. Fueron introducidos por primera vez por Brams y Sanver (2009). Bajo PAV, los votantes clasifican a los candidatos e indican cuáles aprueban; con FV, clasifican solo a los candidatos que aprueban. En este artículo, complementamos el trabajo de Brams y Sanver (2009) explorando algunas otras propiedades normativas de FV y PAV. Mostramos, entre otros, que FV y PAV satisfacen y no cumplen los mismos criterios; poseen dos propiedades que AV no tiene: la optimización de Pareto y el hecho de elegir siempre al ganador absoluto de Condorcet cuando existe. Para elecciones de tres candidatos y un electorado muy grande, comparamos FV y PAV con otras reglas de votación al evaluar las probabilidades de satisfacer los criterios de mayoría de Condorcet. Encontramos que PAV funciona mejor que la regla de Borda. También encontramos que en términos de acuerdo, FV y PAV están más cerca de las reglas de puntuación que de la votación de Aprobación. Nuestro análisis se realiza bajo el supuesto de Cultura Anónima Imparcial.”