La maldición de las instituciones

En la clase de Applied Economics consideramos un artículo que se relaciona con posts anteriores, sobre el vínculo que existe entre recursos naturales y calidad institucional.
Para ello, vimos el muy interesante artículo de Harvor Melhum, Karl Moene y Ragnar Torvik, «Cursed by Resources or by Institutions?», Working Paper 10, 2005, Departamento de Economía, Norwegian University of Science and Technology.
Disponible acá: http://ideas.repec.org/a/bla/worlde/v29y2006i8p1117-1131.html
No es de extrañar que noruegos escriban sobre este tema, dado el papel que cumple la producción de petróleo en ese país, el que es, además, un ejemplo de que se pueden aprovechar enormes recursos sin que necesariamente los países colapsen debido a la puja que se desata por su renta.

La tesis básica del artículo es que las instituciones, al generar el marco de incentivos para la actividad económica empresarial, determinan si ese esfuerzo emprendedor se dirigirá a buscar apropiarse de esa renta por medio del lobby y la política, o se destinará a la innovación, la competencia y la actividad productiva.

Coincidentemente, la revista The Economist, dedica su tapa a «Capitalismo de amigos» (Crony capitalism) e incluso elabora un índice. http://www.economist.com/news/international/21599041-countries-where-politically-connected-businessmen-are-most-likely-prosper-planet

Crony capitalism
Un alumno resume el paper así (va con algunas ediciones):
«En este estudio el autor nos inspira a preguntarnos cuál es la razón que hace que países con grandes recursos naturales sean menos desarrollados que países con pocos recursos naturales. En nuestra mente pensaríamos que debería ser que el país que dijéramos posee más recursos con los cuales producir y a la vez crear más exportaciones debieran ser los que poseen ciudadanos con más altos ingresos per cápita. Nos muestra que, al contrario, ocurre en muchísimos casos.

Específicamente trata el autor el caso de los países que encuentran repentinamente una nueva fuente de riqueza, ya sea por ejemplo petróleo, minerales etc… Cuestiona lo que es conocido como «la Enfermedad Holandesa» por la cual los nuevos recursos descubiertos crean un efecto de fortalecer la moneda local al punto que afecta a otros productores locales ya que se hacen más caros en el mercado mundial. Indica que en cuanto a la relación entre instituciones y la maldición del boom de nuevos recursos naturales, pueden ser clasificados bajo 3 categorías.

Primero, donde la calidad de las instituciones es afectada por abundancia de recursos y constituye la relación intermedio causal entre recursos y desarrollo económico negativo.

En la segunda, las instituciones no tienen un rol importante y,

la tercera en la cual los recursos interactúan con la calidad de las instituciones en tal manera que abundancia de recursos es una bendición cuando las instituciones son buenas y una maldición cuando las instituciones son malas.

El autor define el termino grabber en relación a los empresarios oportunistas que no son creadores de producción sino alimentadores u oportunistas de la manipulación del sistema de baja calidad institucional.

QUE NUEVO TEMA SE APRENDIO EN ESTA LECTURA

Lo que aprendimos de esta lectura es lo importante que es la calidad institucional para el desarrollo económico de un país. Lo podemos ver en este estudio por medio de muchos ejemplos y un excelente modelo económico que utiliza el autor para mostrar como interactúa la productividad de un país en un ámbito de calidad institucional alta versus un ámbito bajo.

El ámbito bajo de calidad es demostrado en cuanto a los empresarios grabbers que buscan una ganancia superior a lo que pudieran lograr como empresarios dedicados a la producción solamente hasta que llegan a un punto de equilibrio en que ven preferible producir que manipular el sistema institucional.

En países con alta calidad institucional ese punto se mueve a la derecha indicando que menos empresarios grabbers entrarían bajo esa inclinación a ser manipuladores del sistema, ya que no tendrían el incentivo de ganancias,  y se verían forzados a entrar como empresarios productivos. El autor nos enseña que a diferencia del pasado en este estudio ha podido demostrar empíricamente que existe una potencial interacción entre abundancia de recurso e calidad institucional.»

Pero cuando la calidad institucional es buena, en el sentido de «limitación al poder», entonces el espíritu empresarial se dirige a innovar y producir en el Mercado. O sea que no es irreductible que tener un recurso natural condene a un país, si tiene buenas instituciones (de Nuevo, limitaciones al poder politico), sera una bendición. De otra forma, desatará una puja tal que termina, en el extremo, destruyéndolo.

Los escolásticos y la Escuela de Salamanca

En la materia Historia del Pensamiento Económico I, en Ciencias Económicas de la UBA, los alumnos tuvieron que leer este artículo de Raymond de Roover sobre los escolásticos y la Escuela de Salamanca:

http://www.institutoacton.com.ar/oldsite/articulos/rroover/artroover1.pdf

Luego tuvieron que presentar un breve resumen destacando los aspectos más importantes o novedosos del texto y plantear algunas preguntas.

La mayoría de ellos no conocía a estos autores y se sorprendió al encontrarlos.

Reproduzco tan solo algunos de tantos comentarios que me hicieran llegar:

“Es interesante destacar los valiosos conceptos que aporta un autor del pensamiento escolástico como Bernardino de Siena (1380-1444). Como fuentes del “valor” nombra tres factores: utilidad, escasez y capacidad de aportar placer. Al parecer, San Bernardino tenía una visión psicológica del valor basada en los distintos grados de utilidad, opuesta a la objetividad propuesta por Adam Smith, pero en sintonía con teorías económicas modernas como la de la Escuela Austriaca.”

“El legado de la teoría escolástica sobre el valor y el precio se fundaba en los conceptos de utilidad y escasez. Los Doctores diagnosticaron que el problema económico era la escasez. Doctores tales como Buridan, establece que el valor se medía por los deseos humanos de la comunidad, y el precio de mercado era el precio justo.” “Los últimos Doctores (especialmente de la escuela de Salamanca) adoptaron la teoría de que la utilidad era la principal fuente de valor, y que el justo precio, en ausencia de regulación pública, se determina por la interacción de las fuerzas de la oferta y la demanda sin fraudes, restricciones o conspiraciones; los autores españoles dieron por sabida la teoría cuantitativa, que explicitaba la influencia que tenía el volumen de dinero circulando en la economía, en el sentido de que los precios subían o bajaban según la abundancia o escasez del dinero, y dedicaron mucha atención al intercambio internacional”. “La gran debilidad de la economía escolástica fue la doctrina sobre la usura”.

“Lo que me llama la atención de estos temas y en general de toda la doctrina escolástica es que muchas de sus ideas fueron adoptadas y reformadas más adelante por pensadores modernos y, hasta el día de hoy, no hay muchas menciones a la misma o que traten de relacionarla con los pensadores modernos.”

“Por mi parte, a lo largo de la carrera no leí sobre la economía escolástica sino que cuando se mencionaba la historia del pensamiento económico se mencionaba a Adam Smith, o se referían al mercantilismo. Por lo tanto, encontré en el texto una nueva forma de encarar la economía y pude conocer de dónde surgieron los argumentos que plantean los pensadores posteriores a los escolásticos. Es interesante ver cómo, a pesar de que en el período que fue desarrollada no era una disciplina independiente, la economía abarcaba muchos aspectos de la cotidianeidad y se podía discutir sobre ella, a partir de la observación. Por otro lado, me pareció interesante la devoción de los doctores escolásticos por regir las transacciones económicas con el fin de que las mismas sean morales. Esto demuestra la transparencia de su interés por determinar las reglas de justicia de las relaciones sociales, en contraposición a los mercantilistas quienes al ser mercaderes los que desarrollaban los pensamientos, los manipulaban para favorecer a sus intereses privados”.

Más sobre esta Escuela, para quien le interese: http://www.escolasticos.ufm.edu/index.php/Portada

Juan de Mariana

Lamentablemente, este artículo de Raymond de Roover no menciona a Juan de Mariana, uno, sino el más importante de estos autores. Quien escribiera un interesante tratado sobre la moneda, condenando su manipulación por el soberano, quien lo puso en la cárcel. Para completar esto, este artículo de Rothbard: http://austroanarquistas.com/?p=8179

 

 

El papel de las ideas

Continuamos con las teorías sobre el origen y evolución de las instituciones:

Los más destacados economistas del siglo XX han señalado la importancia de las ideas para explicar las políticas aplicadas y la evolución de las sociedades. Famosa es la cita de John Maynard Keynes en las Notas Finales de su obra Teoría General:

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“…las ideas de los economistas y filósofos políticos, tanto cuando son correctas como erróneas, tienen más poder de lo que comúnmente se entiende. De hecho, el mundo está dominado por ellas. Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto. Locos con autoridad, que escuchan voces en el aire, destilan su histeria de algún escritorzuelo académico de uno años antes. Estoy seguro que el poder de los intereses creados es vastamente exagerado cuando se lo compara con el gradual avance de las ideas. No, por cierto, en forma inmediata, pero luego de un cierto intervalo; porque en el campo de la economía y la filosofía política no hay muchos que sean influenciados por nuevas teorías luego de sus veinticinco o treinta años de edad, por lo que las ideas que los funcionarios públicos y políticos, y aun los activistas aplican a los eventos actuales no es probable que sean las últimas. Pero, tarde o temprano, son las ideas, y no los intereses creados las que son peligrosas para bien o para mal” (Keynes, 1936, p. 383).

mises2

Ludwig von Mises (1949) dedica todo un capítulo de su obra Acción Humana (cap. X) con el título “El Papel de las Ideas”, en el cual afirma que la sociedad es producto de la acción humana guiada por ideologías, entendiendo a éstas como la totalidad de las doctrinas relacionadas con la conducta individual y las relaciones sociales más doctrinas sobre el “deber ser”, sobre los fines que el hombre debería perseguir. Es decir, el conjunto de teorías científicas respecto a los medios más una valoración respecto a los fines de la acción humana. Cualquier situación social es, para Mises, el resultado de ideologías desarrolladas previamente, que emergen y pueden reemplazar a otras existentes anteriormente y así transformar el sistema social, por lo que la sociedad es siempre la creación de “ideologías” temporal y lógicamente anteriores. La acción es siempre dirigida por ideas.

En el mismo año que Mises publicaba su obra magna, F. A. Hayek publicaba su artículo sobre los intelectuales y el socialismo (Hayek, 1949), que comienza así: “En todos los países democráticos, en los Estados Unidos aún más que en otros, prevalece una fuerte creencia de que la influencia de los intelectuales en la política es insignificante. Esto es en verdad cierto respecto al poder de los intelectuales para que sus opiniones particulares del momento influencien las decisiones, de la medida en la cual pueden influir el voto popular en cuestiones sobre las que difieren de las visiones actuales de las masas. Sin embargo, en períodos más largos probablemente nunca han ejercido una influencia tan grande como la que tienen hoy en esos países. Este poder lo ejercen moldeando la opinión pública” (p. 417).

Hayek

Hayek define con la palabra “intelectuales” no ya a los autores originales de ciertas ideas sino aquellos que las reproducen, entre los cuales menciona a periodistas, maestros, ministros religiosos, publicistas, locutores de radio, escritores de ficción, de humor y todo tipo de artistas. En otros trabajos (Hayek, 1933 y 1954), describió el proceso de difusión de las ideas desde esos autores originales, pasando por los intelectuales hasta llegar a las grandes masas como gotas que caen en un estanque y generan círculos cada vez más amplios.

Finalmente, Milton & Rose Friedman (1989) presentan su versión de esta misma teoría en las siguientes palabras:

Milton & Rose Friedman

“…un cambio importante en la política social y económica está precedido por un cambio en el clima de la opinión intelectual, generado, al menos en parte, por circunstancias sociales, políticas y económicas contemporáneas. Este cambio puede comenzar en un país pero, si es duradero, termina por difundirse en todo el mundo. Al principio tendrá poco efecto en la política social y económica. Después de un intervalo, a veces de décadas, una corriente intelectual “tomada en su punto culminante” se extenderá al principio gradualmente, luego con más rapidez, al público en general y a través de la presión pública sobre el gobierno afectará las medidas económicas, sociales y políticas. A medida que la corriente de acontecimientos alcanza su punto culminante, la corriente intelectual comienza a disminuir, compensada por lo que A. V. Dicey denomina las contracorrientes de opinión, que representan generalmente una reacción a las consecuencias prácticas atribuidas a la corriente intelectual anterior. Las promesas tienden a ser utópicas. Nunca se cumplen, y por lo tanto desilusionan. Los protagonistas iniciales de la corriente de pensamiento desaparecen y la calidad intelectual de sus seguidores y partidarios disminuye en forma inevitable. Hacen falta independencia y coraje intelectuales para iniciar una contracorriente que domine la opinión, y también, aunque en menor medida, para unirse a la causa. Los jóvenes emprendedores, independientes y valientes buscan nuevos territorios para conquistar y ello requiere explorar lo nuevo y lo no probado. Las contracorrientes que juntan sus fuerzas ponen en movimiento la próxima marejada, y el proceso se repite”[1].

Desde otra perspectiva, es conocida la visión de Antonio Gramsci sobre la conquista del poder cultural como etapa previa a la del poder político mediante la acción concertada de los intelectuales llamados ‘orgánicos’ infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios.

Gramsci

Asimismo, la conocida tesis de Max Weber (1920) referida al impacto de la religión en el crecimiento económico señalando que el espíritu del capitalismo moderno es caracterizado por la ética del trabajo reflejada principalmente por el protestantismo y, en particular, el calvinismo, podemos considerarla como una tesis que enfatiza el papel de las ideas, si bien restringida a valores provistos por la religión.

Aunque los autores de la Teoría del Origen Legal destacan el papel de las ideas, éste es asignado a un período de formación de los sistemas legales, a partir de los cuales éstos cumplen el rol  determinante en la conformación de los marcos institucionales. Es más, La Porta et al (2008) discuten otras interpretaciones que exploran el papel que cumple la cultura, la política y la historia, y si bien no rechazan el impacto que éstas puedan tener su análisis se centra más bien en el origen de las normas que hacen al derecho societario y financiero, que tiene un gran impacto en el crecimiento económico. Los que enfatizan el papel de la cultura han considerado principalmente el papel de la religión, sobre todo teniendo en cuenta sus reservaciones respecto al interés y la actividad comercial en general, como determinante de los sistemas legales. En cuanto a los que enfatizan la política, mencionan alianzas políticas originadas en crisis, económicas o militares, particularmente en Europa continental que llevaron a sistemas corporativos más cerrados para proteger sus activos, ofreciendo seguridad social y leyes laborales para los trabajadores, conformando así sistemas sociales más extensos que en países como Estados Unidos o el Reino Unido. Finalmente, aquellos que señalan la importancia de eventos históricos enfatizan que países con sistemas legales de “common law” tenían peor protección a los accionistas minoritarios a comienzos del siglo XX que otros como Francia, ejemplo claro de la tradición del Derecho Civil codificado, pero pudieron conseguirla en ese período por contar con sistemas democráticos más abiertos y también porque no sufrieron gran destrucción física durante la Segunda Guerra Mundial, lo que radicalizó la política en los países así afectados, llevándolos a sistemas con mayor grado de regulaciones anti-capital.

El hecho, entonces, que países de common law hayan avanzado mucho y superado a los de tradición continental en materia de legislación comercial y financiera sugiere un papel tanto sea para la cultura como para la política no ya solamente en el origen del sistema legal, sino en un período más cercano, lo cual nos aproxima a nuestro intento de analizar los valores e ideas que predominan en distintas sociedades actualmente, planteando la hipótesis que el predominio de algunos determina la existencia de instituciones más o menos favorables al progreso.



[1] Más recientemente, el profesor de Harvard, Dani Rodrik, sostiene que el análisis que simplemente refiere la causa de toda acción pública a una cuestión de incentivos económicos deja de lado el poderoso papel que cumplen las ideas: “Las ideas dan forma a los intereses, en un proceso que opera por tres vías. En primer lugar, determinan la autopercepción de las elites políticas y los objetivos que persiguen. En segundo lugar, las ideas determinan las creencias de los actores políticos respecto del funcionamiento del mundo. Si los grupos de poder empresariales creen que el estímulo fiscal solamente produce inflación, presionarán a favor de ciertas políticas; si creen que genera aumento de la demanda agregada, presionarán por otras. El gobierno fijará un impuesto menor si cree que es fácil evadirlo y uno mayor si piensa que es difícil. Las ideas determinan las estrategias que los actores políticos creen tener a su disposición”. (Rodrik, Dani; “La tiranía de la economía política”, Project Syndicate, La Nación, 17/2/13.

Instituciones, recursos naturales, origen legal

Hemos visto ya algunas teorías sobre el origen de las instituciones y su relación con el progreso. Ahora veremos una relacionada con el fracaso y el retroceso y otra sobre el origen legal como determinante de la calidad institucional

La maldición de los recursos naturales

Una quinta visión plantearía una relación entre recursos naturales, calidad institucional y progreso, aunque en este caso sería negativa. Conocida como la “maldición de los recursos naturales”, sostiene que el descubrimiento de nuevos recursos naturales puede llevar al deterioro institucional porque desata una rapiña por esas rentas, lo cual impacta esa calidad y los niveles de progreso. Consideramos este tema en la edición 2001 del índice. Podría plantearse de esta forma:

Recursos Naturales/Destrucción Institucional/Retroceso o estancamiento

El incremento inesperado de recursos fiscales genera rentas fácilmente capturadas por los gobiernos, independizándolos de los “contribuyentes” y brindándoles recursos para sobornar a los grupos de presión, evitando la necesidad de un pacto del tipo “impuestos a cambio de instituciones representativas”.

Mehlum et al (2005) desarrollan un modelo para explicar que no necesariamente el descubrimiento de un recurso o un boom de commodities generan deterioro institucional. Según los autores existe una tensión entre las actividades de producción y formas especiales de búsqueda de rentas. Cuando las instituciones son sólidas y tienen buena calidad las actividades de lobby pueden ser complementarias de las actividades productivas, pero cuando no la búsqueda de rentas atrae el esfuerzo emprendedor de políticos, funcionarios, empresarios y sindicalistas hacia actividades improductivas, al mero reparto de la “torta” caída del cielo. Cuanto mejor es la calidad institucional menor es la rentabilidad de la búsqueda de rentas y mayor la de las actividades productivas, por lo que los emprendedores se ubican en las últimas, y menos rentable y más difícil es buscar privilegios y prebendas.

El origen legal

Una sexta visión es la conocida como “origen legal” de las instituciones, resumida por algunos de sus autores originales en La Porta el al (2008), muy similar a la 2, pero sin la intermediación de cuestiones sanitarias. Repasan allí la evolución de esta teoría que se originó en el estudio comparativo de distintas normas de gobierno corporativo para la protección de inversores minoritarios, la posibilidad de catalogar las diferentes normas en un cierto número de países y las diferencias existentes vinculadas con el origen legal, básicamente basado en el sistema de derecho codificado continental o el sistema del “common law” inglés. Países en esta segunda tradición legal ofrecerían mayor protección y, por ello, generarían un mayor volumen de inversión y crecimiento económico. Distintos autores luego extendieron la investigación vinculando esos orígenes a cuestiones tales como la existencia de bancos estatales, regulaciones para el ingreso a mercados, regulaciones laborales, incidencia del servicio militar, propiedad estatal de medios periodísticos e incluso el formalismo de los procesos judiciales y la independencia de la justicia. En todos los casos, países que heredaron el sistema del common law presentarían menores trabas para el funcionamiento de los mercados, y mayor agilidad e independencia judicial.

Sistema legal del colonizador/Instituciones/Progreso

 

Claro que explicar el marco de instituciones en ciertos países en relación a la herencia legal colonial parece tener mucho sentido, pero no explica por qué las potencias coloniales llegaron a desarrollar sus propios sistemas institucionales. No obstante, La Porta et al (2008) señalan un camino que nos interesará explorar aquí:

“La Teoría del Origen Legal rastrea las diferentes estrategias de Common Law o Ley Civil (codificada) en distintas ideas sobre la ley y su objetivo que Inglaterra y Francia desarrollaron hace siglos. Estas ideas y estrategias fueron incorporadas en reglas legales específicas, y también en la organización del sistema legal, como también el capital humano y las creencias de sus participantes” (p. 286).

Es decir, el origen de las instituciones está vinculado a las ideas que predominan en una sociedad en un determinado momento. Nos detendremos ahora a considerar esta hipótesis. Antes de ello, no obstante, resumamos lo considerado hasta el momento. Un cierto número de teorías tratan de explicar el papel que cumplen las instituciones en el crecimiento económico de una sociedad, algunas de ellas lo niegan o le otorgan un papel secundario, otras afirman su causalidad. Como asumimos aquí éstas segundas, tratamos de avanzar un paso más y preguntarnos qué es lo que determina que ciertos países hayan desarrollado instituciones que permiten el progreso y otros hayan desarrollado otras que lo restringen o impiden. Si bien es una relación causal anterior, en la discusión antes mencionada aparecen algunas hipótesis, sin bien no explícitas en todos los casos. Tal vez una visión que incorpore tanto condiciones geográficas originales y luego también la evolución de valores e ideas sea la planteada por Diamond (1999), siendo en el primer caso tanto sea el clima que permitió el desarrollo de la producción de alimentos como también la ubicación geográfica que generó la proliferación de mayor número de grandes mamíferos que ayudaron a las poblaciones humanas tanto sea en el aspecto productivo como en el militar, pero luego una importante influencia de la evolución cultural y el desarrollo de mitos y creencias que cohesionaron, o no, a grupos humanos detrás de ciertos líderes en primer lugar, y estados organizados más adelante.

Así, en el caso de Sachs et al, e incluso de Acemoglu et al, e Easterly & Levine, tal vez también las que consideran los recursos naturales o el tamaño de los países, son las condiciones geográfico-ambientales las que cumplen un papel determinante (visiones 1, 2, 4 y 5). Mientras que por otro lado, las que asignan un papel a los conocimientos e incentivos políticos y el origen legal (visiones 3 y 6) asignan aunque sea en parte, un papel a las ideas.

Referencias

Diamond, Jarred (1999), Guns, Germs and Steel: The Fates of Human Societies; (New York: W.W. Norton & Co).

Mehlum, Halvor, Karl Moene & Ragnar Torvik (2005), “Cursed by Resources of Institutions?” Working Paper Series № 10, Department of Economics, Norwegian University of Science and Technology, Trondheim, Norway.

La Porta, Rafael, Florencio Lopez-de-Silanes, & Andrei Shleifer (2008), “The Economic Consequences of Legal Origins”, Journal of Economic Literature, 46:2, 285–332

Otras dos sobre el origen de las instituciones

Estuvimos viendo distintas teorías sobre el origen de las instituciones. Una primera que considera que no son el determinante principal del progreso, sino las condiciones geográficas y las enfermedades; y otra en la que sí, pero donde esas condiciones determinan el tipo de instituciones que surgiera, algunas promoviendo el progreso, otras retrasándolo.

Una tercera, dijimos, llamada “política”, predominante en organismos internacionales, que hace hincapié en que las políticas e instituciones reflejan el conocimiento actual y las fuerzas políticas. Cambios, tanto sea en el conocimiento acerca de cuáles políticas son mejores para el desarrollo o cambios en los incentivos políticos pueden producir rápidos cambios en las instituciones y en las políticas económicas.

Según esta visión, la historia no juega un papel importante y una herencia negativa puede revertirse rápidamente. Las variables geográficas y ambientales no serían tan importantes para el progreso actual.

Esta tercera visión podría describirse de esta forma:

Conocimiento e incentivos políticos/cambios en instituciones y políticas/progreso

 

Un ejemplo de esta visión es Frankel & Romer (1999) quienes aceptan la importancia de la ubicación geográfica pero a través de la apertura al comercio.

Una cuarta visión sobre el tema es la que relaciona el tamaño del país con la calidad institucional. Por ejemplo, Fors (2007), analiza la hipótesis de si aquellos países insulares o pequeños presentan mejor calidad institucional y, por ende, mayores niveles de progreso. En este caso, sería:

País insular o pequeño/calidad institucional/progreso

 

Según Fors, el número de estados pequeños se ha incrementado en las últimas décadas, lo que aumentó el interés de analizar el impacto del tamaño y la condición de insulares en el crecimiento económico. En general, se considera que países pequeños se ven perjudicados por una fuerza laboral reducida, mercados limitados y un alto costo per cápita de los bienes públicos. Los países insulares sufrirían las desventajas del aislamiento, la lejanía y los mejores costos de transporte. Por ello es que concluyen que estos factores impiden el crecimiento. Fors, no obstante, cita a (Armstrong and Read, 2003) quienes presentan evidencia empírica en contrario y a (Easterly and Kraay, 2000), mostrando incluso que tendrían un desempeño superior. Fors señala ya que los filósofos griegos, y más tarde Montesquieu y Rousseau, creían que la democracia solamente funcionaría bien en poblaciones pequeñas, pero analiza también el impacto en las instituciones económicas y concluye que los países pequeños e insulares muestran mayor calidad institucional y una relación positiva con niveles de PIB per cápita, tomando datos de 1960 a 1995 y de 2004.

No presenta una explicación sobre el fenómeno pero una de ellas podría ser que países pequeños e insulares tendrían un alto costo si se aislaran detrás de barreras proteccionistas que les impedirían aprovechar los beneficios de la división internacional del trabajo. Al ser más abiertos, estarían más sujetos a la competencia institucional motivada por la movilidad de factores y esto los llevaría a tener instituciones de calidad superior.

Referencias

Armstrong, H. & R. Read (2003,) «The Determinants of Economic Growth in Small States»; The Round Table 368: 99—124.

Easterly, W. & A. Kraay (2000), “Small States, Small Problems? Income, Growth, and Volatility in Small States”; World Development 28(11): 2013—2027.

Fors,  Heather Condon (2007), “Island Status, Country Size and Institutional Quality in Former Colonies”, Working Papers in Economics Nº 257, School Of Business, Economics And Law, Göteborg University.

Frankel, J. & Romer, D., 1999. Does trade cause growth?, American Economic Review 89, 379-99.

 

Autogobierno, Crimea, Escocia y James Bond

Me desvío por un momento de las teorías sobre el origen de las instituciones para comentar algo sobre estos temas.

Un artículo en La Nación comenta acerca del próximo plebiscito en Escocia sobre la independencia de este país del Reino Unido. El artículo relata la disputa entre dos James Bond: Sean Connery, quien promueve la independencia de Escocia, y Roger Moore, quien propone mantenerla como parte del Reino Unido.

http://www.lanacion.com.ar/1672331-dos-james-bond-se-enfrentan-por-la-independencia-de-escocia

Sean ConneryRoger Moore

En estos días, también, es noticia un plebiscito en Crimea acerca de la secesión de esa región de Ucrania y su incorporación a Rusia. ¿Cómo considerar estos casos?

En primer lugar, está clara la intención del gobierno ruso de controlar una región sobre la que proyecta un interés militar. También que el argumento expuesto de la existencia allí de ciudadanos de lengua rusa se parece al argumento de Hitler para anexarse Austria o los Sudetes. No son los mismos argumentos que se discuten en el caso de Escocia. Pero veamos por un momento el concepto general.

Un capitulo del libro El Foro y el Bazar trata sobre las limitaciones al poder, como una forma de limitar el oportunismo politico, la discrecionalidad y el abuso de poder. Tal vez tenga que incorporar algo sobre el autogobierno, como una forma en la que las minorías limitan el abuso de las mayorías.

Los escoceses se quieren «autogobernar». No es lo mismo en el caso de Crimea, allí no se quieren autogobernar sino ser parte de Rusia. Pero digamos que el derecho a autogobernarse incluiría también el derecho  a sujetarse a algún otro gobierno existente. Es decir, de la misma forma en que los escoceses quieren tener su propio gobierno podrían los rusos de Crimea querer ser parte de Rusia. ¿Por qué?

Porque al hacerlo se frena la posibilidad de que una mayoría (digamos ingleses en un caso y ucranianos en la otra) abusen de una minoría.

Pero, siguiendo con este mismo principio, una vez separadas Crimea y Escocia, ese principio se aplicaría ahora a otras minorías, esto es, ingleses en Escocia y ucranianos en Crimea. Ellos también tendrían un derecho al autogobierno y a separarse de Escocia y de Rusia. Es más, la aplicación del primer derecho debería incluir la aceptación del Segundo.

La pregunta siguiente seguramente es: ¿hasta dónde llega esto? Podría llegar hasta el nivel individual, pero es bastante probable, por un problema de escala en los servicios comunes, que se llegara hasta los gobiernos locales.

Algo así como ocurriera con los suizos. En época de la Reforma, los cantones decidieron si eran católicos o protestantes, la gente se acomodó en unos u otros (y esto no estuvo exento de problemas, por supuesto), y hasta los bordes pudieron modificarse para acomodar a unos u otros en el canton que preferían.

Pequeños cantones en Crimea podrían ejercer su autogobierno, y decidir si necesitan servicios de tipo «nacional», que podrían «comprar» en Rusia, o en Ucrania, o en la Unión Europea. O no comprar y auto-abastecerse, como Monaco, o Liechtenstein.

Por supuesto, esto está lejos de ser «políticamente posible», pero lo que parece que va a suceder no resuelve el problema y  va a generar otros, que pueden ser aún peores que los actuales.

Origen de las instituciones

Ayer vimos la teoría de Sachs. Recuerden que se pueden suscribir al RSS.

Por otro lado, Acemoglu et al (2001) desarrollaron una teoría similar pero “institucional”, para explicar las diferencias de progreso en países que recibieron distinto tipo de colonizaciones. Esta teoría se basa en tres premisas:

Hubo distinto tipo de colonizaciones que crearon diferentes conjuntos de instituciones. Por un lado, potencias europeas establecieron estados “extractivos”, tal el caso de la ocupación belga del Congo. El principal objetivo era trasladar recursos a la potencia colonial y no se preocuparon de establecer derechos de propiedad o límites al poder. Por otro lado, mucho europeos emigraron y buscaron replicar esos derechos y límites, tal los casos de Australia, Canadá, Estados Unidos o Nueva Zelanda.

La estrategia de la colonización fue influenciada por la facilidad para establecerse. En aquellos lugares donde el entorno ecológico y de enfermedades no era favorable al establecimiento de colonos predominó el modelo extractivo.

El estado colonial y sus instituciones predominaron luego de la independencia (p. 1370)

En base a estas premisas, los autores usan datos sobre la mortalidad de soldados, religiosos y marineros como un indicador del índice de mortalidad que enfrentaban los colonos. Relacionando esto con el PIB actual muestran que donde los europeos enfrentaban más altas tasas de mortalidad el nivel bajo, a diferencia de donde no.

Curiosamente, esta teoría también tiene un componente ambiental y relacionado a enfermedades, pero a diferencia de Sachs, no busca explicar el desarrollo económico, sino la existencia de ciertas instituciones que luego permitieran el progreso[1].

¿Cuál es la diferencia entre una y otra teoría? Básicamente, en un caso sería
Condiciones geográficas/enfermedades/progreso
Mientras que en el Segundo sería:
Condiciones geográficas/enfermedades/instituciones/progreso
Compatible con esta segunda teoría es la de Easterly & Levine (2002) quienes se preguntan si el desarrollo económico depende de ciertos factores geográficos como el
clima templado en lugar del tropical, las condiciones ecológicas que generan
enfermedades o un ambiente favorable al cultivo de granos y otras cosechas
comercializables; o si lo hace solamente a través de ciertas instituciones o
políticas. Sus evidencias señalan que los trópicos, los gérmenes y las cosechas
afectan el desarrollo pero solamente a través de influir en el desarrollo de
instituciones. Los autores comparan el desempeño de Burundi en comparación con
el de Canadá, donde si bien el primero cumple con las malas condiciones
geográficas mencionadas por la primer teoría (clima tropical proclive a
enfermedades, lejanía de los principales mercados, sin acceso al mar) el
distinto desempeño se debe al desarrollo de distintas instituciones. Contrastan
esta hipótesis con la primera, y con una tercera, llamada “política”, predominante
en organismos internacionales, que hace hincapié en que las políticas e
instituciones reflejan el conocimiento actual y las fuerzas políticas. Cambios,
tanto sea en el conocimiento acerca de cuáles políticas son mejores para el
desarrollo o cambios en los incentivos políticos pueden producir rápidos
cambios en las instituciones y en las políticas económicas.
Referencias

Acemoglu, Daron, Simon Johnson y James A. Robinson (2001), “The Colonial Origins of Comparative Development: An Empirical Investigation”, American Economic Review, vol. 91 (diciembre), págs. 1369–1401.

Easterly, William y Ross Levine (2002), “Tropics, Germs and Crops: How Endowments Influence Economic Development”, NBER Working Paper 9106 (Cambridge,Massachusetts: National Bureau of Economic Research).



[1] La teoría del “determinismo geográfico” tiene una larga historia que se inicia con los griegos y renaciera con Ibn Khaldun y Montesquieu.

Importancia y origen de las instituciones

En este, y siguientes posts presentaré disintas visiones sobre la importancia de las instituciones, para llegar a ver teorías sobre el origen de las instituciones.

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Es decir, ¿si la calidad de las instituciones es importante para explicar el progreso de los países, qué explica que algunos países hayan logrado tener instituciones de mayor calidad que otros?

Empecemos con un cuestionamiento a la importancia del papel de las instituciones:

Por ejemplo, Sachs (2003a y 2003b) cuestiona la relación entre instituciones y progreso considerándolo un concepto vago con el que se pretende explicar el desarrollo económico por medio de una sola variable, sin tener en cuenta otras como “las limitaciones de recursos, la geografía, la política económica, la geopolítica y otros aspectos de la estructura social interna, como los papeles del hombre y de la mujer y las desigualdades entre los grupos étnicos” (2003b).

Sachs atribuye a la explicación “institucionalista” un cierto objetivo “ideológico” ya que con esto, según el autor, se explica al mayor progreso de Estados Unidos, Europa y Japón en esas mismas instituciones, que cuando el crecimiento se produce en otras regiones se debe a eso y, finalmente, que esto libera al “mundo de los ricos” de responsabilidades financieras respecto a los pobres, ya que la causa de su falta de progreso se debe a sus propias falencias institucionales. Sachs afirma que las instituciones no explican todo y que, debido a ello, sería más sensato “intensificar la lucha contra el SIDA, la tuberculosis y el paludismo; tratar de solucionar el agotamiento de los nutrientes del suelo; y construir más caminos para conectar poblaciones remotas a mercados regionales y puertos costeros”(2003b).

Curioso, ya que una supuesta visión “ideológica”, con la cual se implica exenta de verificación empírica, es criticada con otra que no presenta tampoco esa verificación. Concluye Sachs (2003b): “En otras palabras, África subsahariana y otras regiones que hoy se afanan por mejorar el desarrollo económico necesitan mucho más que sermones sobre buen gobierno e instituciones sólidas, factores que sin duda sirven para aumentar la eficacia de las demás medidas. Necesitan intervenciones directas, respaldadas por más asistencia de los donantes, para superar la enfermedad, el aislamiento geográfico, la escasa productividad tecnológica y las limitaciones de los recursos que los atrapan en la pobreza”.

En 2003a, Sachs comenta distintos trabajos de sí mismo y otros colegas en los que se demostraría que “los niveles de ingreso per cápita, crecimiento económico y otras dimensiones económicas y demográficas están fuertemente correlacionadas con variables claves geográficas y ecológicas tales como, la zona climática, enfermedades ecológicas y distancia a la costa”. En uno de esos trabajos (Gallup, Sachs, and Mellinger, 1998), los autores presentan un modelo teórico que busca explicar que un “entorno físico desventajoso” puede conducir a la adopción de arreglos institucionales menos productivos.

Estos autores, entonces, plantean una hipótesis que es la que realmente nos interesa aquí. Si bien buscan explicar qué determina el desarrollo económico, su teoría presenta también una hipótesis respecto a qué determina la existencia de ciertas instituciones.

La discusión con Acemoglu, Daron, Simon Johnson y James A. Robinson (2001), Easterly,William y Ross Levine (2002) y Rodrik, Dani, Arvind Subramanian y Francesco Trebbi (2002), se basa en un modelo según el cual el ingreso per cápita es una función de la calidad de las instituciones medida por un índice y un conjunto de otras variables que pueden incluir las geográficas, históricas o políticas.

ln(Yi) = β0 + β1 QIi + β2’ Zi + εi

Yi es el ingreso per cápita, QI es la calidad institucional y Zi el conjunto de las otras variables. Los autores antes mencionados, verifican la hipótesis de que β2’ sea cero, es decir que no tenga ningún poder explicativo y lo comprueban, pero Sachs sostiene que no sería así si se toma a Zi como una variable de la transmisión de la malaria, la que entonces explicaría el nivel de ingresos en ciertos países cuyas condiciones geográficas favorecen la extensión de esta enfermedad. Para Sachs la calidad institucional muestra una “fuerte correlación positiva con el porcentaje de la población que vive en zonas con ecologías de zonas templadas” (p. 8).

Es decir, para Sachs son más determinantes los factores geográficos que los institucionales para explicar el progreso o su ausencia. Mañana comentaré otras teorías, que también toman en cuenta factores geográficos, pero que asignan mayor peso a las cuestiones institucionales.

 

Referencias

Acemoglu, Daron, Simon Johnson y James A. Robinson (2001), “The Colonial Origins of Comparative Development: An Empirical Investigation”, American Economic Review, vol. 91 (diciembre), págs. 1369–1401.

Easterly, William y Ross Levine (2002), “Tropics, Germs and Crops: How Endowments Influence Economic Development”, NBER Working Paper 9106 (Cambridge,Massachusetts: National Bureau of Economic Research).

Gallup, John Luke, and Jeffrey Sachs D. with Andrew D. Mellinger. «Geography and Economic Development.» in Annual World Bank Conference on Development Economics 1998 (April), The World Bank: Washington, DC.

Rodrik, Dani, Arvind Subramanian y Francesco Trebbi (2002), “Institutions Rule: The Primacy of Institutions over Geography and Integration in Economic Development”, NBER Working Paper 9305 (Cambridge,Massachusetts: National Bureau of Economic Research).

Sachs, Jeffrey D. (2003a), “Institutions Don’t Rule: Direct Effects of Geography on Per Capita Income”, NBER Working Paper 9490 (Cambridge, Massachusetts: National Bureau of Economic Research).

Sachs, Jeffrey D, (2003b), “Las Instituciones son importantes, pero no para todo: no deben subestimarse el papel que cumplen la geografía y los recursos naturales en el desarrollo”, Finanzas y Desarrollo, Fondo Monetario Internacional, junio.

¿Cuando una función corresponde al estado o al mercado?

Recibo opiniones y comentarios de los alumnos, no para criticarlos sino para plantear preguntas que nos ayuden a pensar, a considerar los problemas desde distintas perspectivas.

En cuanto al título “Sobre la pobreza nuevamente”:
”En quinto lugar, y solamente ahora, consideran los autores austriacos la necesidad de implementar un programa estatal, que sería limitado, implementado a nivel gobierno locales, transitorio y tipo voucher, para así evitar, en la medida de lo posible el clientelismo, la politización, la dependencia y otras consecuencias evidentes”

Esta es una cita con referencia a un post anterior, ahora el comentario:
«Si tenemos una mirada negativa de la política como herramienta de cambio, las brechas van a seguir siendo las mismas, porque sólo con politica pública a modo de distribucion de riqueza es posible. El mercado no puede cumplir la funcion del Estado.
En definitiva lo que creo que esta en juego es mayor o menor intervencion del Estado y como direccionar la misma.»

Seleccioné este comentario porque se dirige a la esencia de lo que se trata en el libro y veremos en el curso.

El problema de la pobreza solo puede ser resuelto por el Estado a través de redistribución. ¿Por qué? La respuesta es «el mercado no puede cumplir con esa función». Nuevamente, ¿por qué?

Esto es, ¿por qué el mercado no puede? No aparece en el comentario pero está bien, no pretendo que aparezca, recién empezamos a tratar el tema. Pero está claro que éste es un argumento presentado también por economistas para justificar una política pública: que el Mercado no puede. En otros terminos, que el Mercado fracasa…., en alcanzar una solución del problema.

Más adelante veremos que existe una teoría con alto grado de desarrollo que argumenta en esos términos, se la llama «teoría del fracaso del Mercado» y pretende responder a esa pregunta y algo más, apunta a presentar un criterio científico para determinar qué productos y servicios serían provistos voluntariamente (Mercado) y cuáles no por lo que serían provistos y financiados compulsivamente por el Estado (o solo financiados).

Habrá muchas preguntas que surgen de este planteo, que también están en el citado arriba:

1. Asumamos por un momento que el Mercado no puede. ¿Por qué podría la política (el Estado)? Tengamos bien en cuenta algo que presenté en la primera clase, el análisis económico pretende comprender «lo que es», no «lo que debería ser». Es decir, que no nos planteamos la pregunta si la política debería resolver el problema, sino la de si efectivamente lo hace.

2. En el Mercado las personas perseguimos nuestro interés personal: los compradores buscamos comprar barato, los vendedores buscamos vender lo más caro posible. ¿Qué objetivo persiguen aquellos de nosotros que se dedican a la política? De Nuevo, no qué objetivo «deberían» perseguir sino el que persiguen realmente.

3. ¿Estamos en presencia de un problema para el cual existe una sola solución o existen soluciones alternativas dentro de un amplio rango que cubre todo el espectro desde la coacción hasta la voluntariedad?

4. ¿Qué nos muestra la experiencia histórica? ¿Qué sucedía antes de que se buscara una solución por vía de la política? ¿No había solución o había de otro tipo? ¿Si no eran perfectas, lo fueron aquellas políticas que las reemplazaron?

5. Existe también una dimensión moral del problema: ¿hay derechos que son violados? ¿hay injusticias que deben remediarse? Y en tal caso, ¿quiénes son los culpables de tales injusticias? ¿Hay también deberes a cumplir? ¿Morales o legales?

En fin, tan solo algunas preguntas que, relacionadas con el tema, creo que deberían ser planteadas y respondidas para completer el análisis. Yo podré dar mis respuestas, pero sera bueno que todos pensemos las propias.

Federalismo y centralización

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El estado benefactor/regulador parece ser enemigo, o al menos rival, del federalismo. No creo conocer alguna instancia de avance e implementación de una estructura federal una vez instalado ese tipo de estado.

Todos los casos en América Latina datan de la formación de ciertos países (Argentina, Brasil, México y Venezuela) y todos ellos previo al desarrollo del estado benefactor. Creo que desde entonces, todos ellos han visto procesos de concentración del poder y los recursos en los estados nacionales, un proceso que, como comentaré luego, también ocurrió en los Estados Unidos.

Hasta Suiza, el país más federalista y descentralizado, ha recorrido un camino similar: era una confederación hasta 1848 y un país federal desde entonces, esto es, con un gobierno nacional más fuerte.

Tal vez el único ejemplo de descentralización reciente haya sido China desde los años 80. Uno de quienes sostienen esto fue Ronald Coase. Por ejemplo: http://www.american.com/archive/2012/november/how-china-became-capitalist/article_print

Pero, para sostener la hipótesis, podríamos decir que China no era un estado benefactor/regulador en ese momento, sino un estado socialista y no democrático. Esto podría explicar el caso, pero antes, veamos el resto del argumento.

¿Por qué sería el estado benefactor/regulador enemigo o rival del federalismo? Porque no puede permitir la competencia entre jurisdicciones que genera la descentralización. En un marco institucional descentralizado, y dada la movilidad de los recursos, las jurisdicciones compiten entre sí, ya sea que atraen esos recursos o que los pierden (trabajo, capital, emprendedores). Dado que países con menor presión impositiva y mayor apertura a los negocios tenderían a competir favorablemente contra los que tuvieran lo contrario como resultado de sus políticas redistributivas o regulatorias, el estado benefactor/regulador no se sostiene en un ámbito de competencia. En cierta forma es lo que le pasa, por ejemplo, a algunos países de Europa ante la competencia de otros.

Dos recientes publicaciones del Cato Insitute reflejan la presión centralizadora y una cierta reacción en el caso de los Estados Unidos. En el marco de una discusión sobre lo que llaman “Common Core”, o programa educativo común para todos los estados, Neal McCluskey comenta que cinco estados han rechazado esos estándares. Pero esto genera un alto costo: el estado nacional cobra impuestos a todos los contribuyentes del país, luego lanza un programa y dice a los estados que si lo quieren de vuelta tienen que aceptar el programa nacional. No obliga, pero en cierta forma chantajea a los estados para aceptar la política nacional: http://www.cato.org/policy-report/novemberdecember-2013/common-core-great-debate

En otro Policy Analysis, también de Cato, John Dinan comenta cómo los estados intentan resistir las políticas nacionales (How States Talk Bak to Washington and Strengthen American Federalism: http://www.cato.org/publications/policy-analysis/how-states-talk-back-washington-strengthen-american-federalism).

Los estados suelen recurrir al lobby o a juicios. El autor señala algunas otras alternativas que aplican: cuando tanto el estado nacional como el estadual tienen poder regulatorio el estado puede desregular una actividad y esperar que el estado federal no actúe contra esto (por ejemplo, algunos casos de despenalización de la marihuana); los estados pueden no participar de programas federales, aunque como dijimos antes, asumen un costo; cuando la jurisprudencia no es clara pueden tomar medidas contrarias con la esperanza que la Corte Suprema la revea, también puede que la Corte invalide la norma federal.

En fin, son tácticas que podrán tener más o menos éxito, pero que, a lo sumo, parecen frenar o detener una enorme presión a la centralización de los estados nacionales en la actualidad.