No me gustan las de superhéroes y me gusta Scorsese, pero las críticas a «El Irlandés» creo que son acertadas

Ahora que estamos analizando películas, nada major que un buen comentario sobre “El Irlandés”, la última de Scorsese. Admito, me gusta Scorsese, gran director, y terribles actores en De Niro, Pacino y Pesci. Admito también, no soy tan fan de las películas de superhéroes. Pero estos comentarios de Dan Sanchez en FEE son muy atinados. Vean acá: https://fee.org/articles/why-the-marvel-movies-are-better-than-scorseses-the-irishman/

Unos párrafos:

“El irlandés no es del todo mala. Tiene cosas que decir sobre la amistad, la paternidad, la lealtad y la moral que son de algún valor. Pero, en última instancia, falla según los estándares de Scorsese. En su crítica de Marvel en The New York Times, escribió:

 

Para mí, para los cineastas, llegué a amar y respetar, a mis amigos que comenzaron a hacer películas casi al mismo tiempo que yo, el cine se trataba de revelación: revelación estética, emocional y espiritual. Se trataba de personajes: la complejidad de las personas y su naturaleza contradictoria y a veces paradójica, la forma en que pueden lastimarse unos a otros y amarse y de repente encontrarse cara a cara con ellos mismos.

 

El cine, entonces, trata sobre la revelación y la profundidad del personaje. No soy un experto en películas, pero puedo aceptar eso. Sin embargo, por más que lo intenté, pude encontrar poco en The Irishman.

 

Tome el protagonista Frank Sheeran, interpretado por Robert De Niro. Este es su arco de personaje, tal como es (spoilers suaves a continuación):

 

Cuando era joven, es un camionero que ansiosamente se convierte en un ladrón mezquino para una familia de la mafia.

Desarrolla gratitud y lealtad de por vida con el jefe de la mafia que lo trae y actúa como su benefactor (Russell Bufalino, interpretado por Joe Pesci).

Nos enteramos de que luchó en la Segunda Guerra Mundial y salió de él como un nihilista moral dedicado. Como tal, se gradúa sin problemas de ladrón a asesino a sueldo.

Su hija mayor se vuelve distante por la brutalidad de su ocupación. Eso lo molesta, pero no lo suficiente como para influir en su conducta.

Frank se debate brevemente entre las lealtades, pero asesina a uno de sus amigos más queridos sin demasiado alboroto de todos modos.

Al final de su larga vida, está melancólico y solo, después de haber enajenado a su familia, y sin embargo, expresa un dolor o un remordimiento desvanecedor por todo lo que ha hecho.

Ni una sola vez el personaje experimentó ninguna revelación profunda o se encontró «cara a cara» consigo mismo. A lo sumo, murmura una expresión de arrepentimiento a regañadientes. Lejos de ser «complejo», «contradictorio» o «paradójico», Frank demuestra ser un sociópata constante de por vida que rara vez manifiesta el más mínimo parpadeo de la decencia humana.

 

Con un estudio de carácter tan triste durante tres horas y media, no es de extrañar que a menudo me aburriera. Peor aún, lo encontré poco esclarecedor. Las historias de héroes o antihéroes trágicos, si se hacen bien, pueden ser implacablemente sombrías y, sin embargo, fascinantes y edificantes al mismo tiempo. No es así con The Irishman. Con un arco de personajes tan atrofiado, había muy poco para contemplar o aprender de la vida y los tiempos de Frank Sheeran.”

 

Después de tanto «lado oscuro» del sueño americano, Cantor destaca el lado capitalista en la TV: The Profit y Shark Tank

En el Mises Wire, Ryan McMaken entrevista a Paul Cantor, profesor de Inglés en la Universidad de Virginia, sobre la cultura pop y “el lado oscuro del sueño americano”: https://mises.org/wire/dark-side-american-dream

Interesantes comentarios sobre algunos íconos del cine y la TV norteamericanas. Por ejemplo:

RM: Has notado varios ejemplos en el libro del lado oscuro del sueño americano. Pero, ¿hay ejemplos de programación que muestren, irónicamente, el lado bueno del sueño americano? ¿O se ha extinguido en gran medida?

 

PC: El sueño americano ha sobrevivido en muchos lugares de la cultura pop, pero quiero señalar un área poco probable: el Reality Show. Tengo en mente principalmente dos espectáculos: Shark Tank y The Profit. Ambos aparecen, de manera algo inverosímil, en CNBC, un canal que normalmente no está asociado con la simpatía por el capitalismo (uno de sus otros programas se llama American Greed). Pero estos dos programas muestran una verdadera comprensión y apreciación de los mercados libres y el espíritu empresarial. Shark Tank en particular es una celebración continua del sueño americano; El término en sí mismo se usa una y otra vez en el programa, ya que un competidor tras otro se ofrece como un excelente ejemplo para lograr el sueño americano.

 

Así es como funciona el programa: un panel de «tiburones», hombres de negocios y empresarias de gran éxito en una variedad de industrias, revisan y analizan los planes de negocios de los empresarios en ciernes. Estos posibles operadores comerciales ofrecen un porcentaje del capital de su empresa a cambio de una cantidad específica de efectivo de inversión, por ejemplo, $ 100,00 por el 10% de su empresa. Los tiburones interrogan a los concursantes sobre sus planes de negocios y hacen contraofertas astutas, a menudo compitiendo entre sí. Los concursantes buscan dinero para financiar sus empresas, pero también tutoría, experiencia, asesoramiento y conexiones de los tiburones ya exitosos (y adinerados). El espectáculo es, por supuesto, algo artificial; la edición imparte mayor dramatismo a cada episodio. Pero básicamente Shark Tank es sorprendentemente realista en asuntos financieros. Hay una razón por la cual los empresarios establecidos se llaman «tiburones». No son buenos samaritanos; están tratando de ganar dinero para sí mismos, y muchas de las ofertas hechas en el programa han demostrado ser sorprendentemente rentables (Scrub Daddy, ¿alguien?). Shark Tank muestra repetidamente lo que la mayoría de los estadounidenses tienen dificultades para comprender: en un acuerdo comercial, ambas partes se benefician. Pero a pesar del énfasis en el resultado final, el programa puede volverse afectuoso y dramatizar repetidamente cómo los tiburones han transformado las vidas de los futuros empresarios para mejor, y les ha permitido vivir el sueño americano. Incluso el autoproclamado cascarrabias entre los tiburones, Kevin O’Leary, es conocido por derramar una lágrima por lo que equivale a una historia de sollozo financiero de un concursante (aunque también es famoso por decir «estás muerto para mí» a la gente que sobrevaloran sus negocios).

 

The Profit enseña lecciones similares, aunque tiene un formato diferente. Marcus Lemonis, otro empresario muy exitoso, viene a ayudar a las empresas en dificultades con su experiencia y una importante inyección de efectivo. En el proceso, Marcus a menudo tiene que solucionar los problemas familiares y otros obstáculos emocionales que obstaculizan las operaciones exitosas de una empresa. Marcus generalmente lleva a los empresarios del casi fracaso al éxito y, por lo tanto, les abre el sueño americano. Nuevamente, el programa se edita cuidadosamente para enfatizar la naturaleza dramática de las negociaciones e interacciones a menudo tensas entre Marcus y los empresarios que buscan su ayuda. Pero las compañías son reales, y podemos aprender mucho sobre cómo opera el negocio en el mundo real al ver este programa, sobre financiamiento, marketing, franquicias, manufactura y otros aspectos clave para ganar dinero. Por lo menos, Marcus es un maestro en la enseñanza de la sabiduría de liquidar mercancías que se mueven lentamente, incluso a precios bajísimos, para restaurar el flujo de efectivo positivo a un negocio en decadencia.

 

Shark Tank es similarmente educativo y, en particular, enseña mucho sobre cómo valorar adecuadamente a una empresa. Muchas de las lecciones son, en términos generales, de naturaleza «austriaca». Ambos programas enfatizan la subjetividad del valor y revelan cómo llegar a los precios implica un proceso de descubrimiento. Sobre todo, ambos programas comparten con la economía austriaca una comprensión de la importancia central de la actividad empresarial en la economía. Al igual que la economía austriaca, ambos programas no ven la economía desde una perspectiva abstracta y teórica, sino que observan cómo operan los emprendedores reales en el mundo real. Y ambos espectáculos son homenajes a la realidad del sueño americano.

The Walking Dead: la invasión zombie terminó con el gobierno. ¿Qué tal un mundo anarco-zombie?

En el Mises Wire, Ryan McMaken entrevista a Paul Cantor, profesor de Inglés en la Universidad de Virginia, sobre la cultura pop y “el lado oscuro del sueño americano”: https://mises.org/wire/dark-side-american-dream

Interesantes comentarios sobre algunos íconos del cine y la TV norteamericanas. Por ejemplo:

RM: Aunque un apocalipsis zombie se consideraría un escenario de pesadilla, The Walking Dead presenta un mundo en el que la gente común tiene una libertad casi total. Son libres, dentro de los límites de la nueva realidad, para reconstruir una nueva sociedad desde abajo. Algunas personas pueden encontrar esto atractivo, ¿sí?

 

PC: Comencé mi estudio de The Walking Dead, desconcertado por su popularidad y por el éxito en general de una amplia gama de narrativas del «fin del mundo tal como lo conocemos» en la cultura pop estadounidense. Se retrata a las personas como que lo han perdido todo: sus seres queridos, sus hogares, sus trabajos. ¿Qué es lo que te gusta de eso? Después de pensarlo mucho, creo que se me ocurrió la respuesta. En todos estos escenarios apocalípticos, el mundo está en ruinas, la vida se ha vuelto desagradable, brutal y corta, y la gente está rodeada de muerte en todas partes. Pero al menos el gobierno federal se ha ido. Esta es una característica común a todas las narraciones. Parece que lo primero que hacen los zombies es eliminar Washington, DC. Ocasionalmente, la ausencia de autoridades federales es lamentada, o al menos omitida, pero es sorprendente lo rápido que los personajes se adaptan a las circunstancias cambiantes y retoman el control de sus propias vidas. No diré que disfrutan del nuevo mundo sin el gobierno federal, pero generalmente se complacen en gobernarse a sí mismos para un cambio. Inicialmente, se muestra que muchos de ellos se han vuelto demasiado dependientes de burócratas distantes para administrar sus vidas, pero bajo la presión de las nuevas necesidades, están a la altura de las circunstancias y se vuelven autosuficientes e independientes. Esto es especialmente cierto en algunas mujeres. Después de sufrir diversas formas de abuso, aprenden a defenderse y convertirse en árbitros de sus propios destinos. Esta nueva autonomía a menudo toma la forma de su aprendizaje sobre cómo usar las armas para la autodefensa e incluso la agresión. A pesar de lo que uno podría esperar de Hollywood, The Walking Dead es un argumento ambulante contra el control de armas. El programa ha sido un referente de las tendencias políticas en los últimos diez años, y refleja la creciente insatisfacción con las élites en Estados Unidos y la forma en que han marginado a los trabajadores manuales, los agricultores rurales y otras personas comunes. No es casualidad que los héroes principales del programa hayan sido un diputado local del sheriff (Rick Grimes) y un sureño (Daryl Dixon). The Walking Dead ofrece la venganza del paso elevado del país sobre las élites costeras.

Breaking Bad: villanos que se vuelven héroes. Paul Cantor y el lado oscuro del sueño americano

En el Mises Wire, Ryan McMaken entrevista a Paul Cantor, profesor de Inglés en la Universidad de Virginia, sobre la cultura pop y “el lado oscuro del sueño americano”: https://mises.org/wire/dark-side-american-dream

Interesantes comentarios sobre algunos íconos del cine y la TV norteamericanas. Por ejemplo:

RM: Así como los gángsters del Padrino se convirtieron en delincuentes para escapar de los confines de ser inmigrantes, Walter White de Breaking Bad estaba tratando de escapar de algunos confines propios. Se convirtió en un criminal vicioso, pero también es fácil simpatizar con sus frustraciones. ¿Los creadores querían que lo viéramos como un buen tipo?

 

PC: en el caso de Breaking Bad, la cuestión de las intenciones de los creadores es muy complicada. Por entrevistas y comentarios, sabemos mucho sobre lo que hay detrás de la creación del programa y discuto el tema en detalle en mi libro. El creador y showrunner Vince Gilligan pensó en Walter White como un chico malo, un sociópata e incluso un monstruo del mal. De hecho, Gilligan pensó que su desafío era encontrar formas de hacer que su audiencia simpatizara con White. A medida que avanzaba el espectáculo, Gilligan comenzó a pensar que había ido demasiado lejos al hacer que White simpatizara. Le sorprendió que grandes porciones de la audiencia estuvieran alentando a White. En realidad, el blanco es en muchos aspectos un personaje comprensivo. Solo un diagnóstico de cáncer terminal lo desencadena en su carrera criminal, y está motivado por el deseo de mantener financieramente a su familia, especialmente a su hijo discapacitado. Y sufre toda una serie de frustraciones en su vida, con las cuales el público puede identificarse fácilmente, que lo llevan a sentir que puede lograr su satisfacción solo como un criminal. El factor realmente complicado en todo esto es el hecho de que Vince Gilligan no fue el único responsable de crear el personaje de Walter White. Había, por ejemplo, alguien llamado Bryan Cranston, el actor que interpretó el papel. Vince Gilligan escribió la parte de Walter White pero Bryan Cranston le dio vida al personaje. La brillante actuación de Cranston fue en gran parte responsable de que White emergiera como una figura comprensiva. Y Cranston tenía una concepción de White que era muy diferente a la de Gilligan. En las entrevistas, los dos a menudo diferían diametralmente sobre el personaje. Francamente, creo que Cranston entendió a Walter White mejor que Gilligan. Sobre todo, Cranston simpatizaba con la frustración de White como un fracaso en la vida de una manera que Gilligan no lo hizo. Como resultado, Cranston introdujo una profundidad mucho mayor en el personaje de White y creó un personaje por el que muchos miembros de la audiencia simpatizaban (yo era uno de ellos).

El lado oscuro del sueño americano: Paul Cantor sobre la película El Padrino, la inmigración y la integración a la comunidad

En el Mises Wire, Ryan McMaken entrevista a Paul Cantor, profesor de Inglés en la Universidad de Virginia sobre la cultura pop y “el lado oscuro del sueño americano”: https://mises.org/wire/dark-side-american-dream

Interesantes comentarios sobre algunos íconos del cine y la TV norteamericanas. Por ejemplo:

RM: En su capítulo sobre las películas de El Padrino, me llamó la atención el contraste que señaló en El padrino II entre la vida en Sicilia y los Estados Unidos. Usted notó que la vida en Sicilia era mucho menos libre y abierta. Pero esa pérdida de libertad y flexibilidad vino con el beneficio de estar totalmente instalado dentro de una comunidad. En los Estados Unidos, por otro lado, la libertad puede venir con una desventaja del aislamiento. ¿Puedes ampliar un poco más sobre esto?

 

PC: Las películas de El Padrino exponen la tensión trágica en el corazón del sueño americano, lo que significa que su lado brillante siempre está sombreado por un lado oscuro. En particular, la inmigración es fundamental para el sueño americano: Estados Unidos supuestamente da la bienvenida a los inmigrantes y les ofrece un nuevo comienzo en la vida. Pero a menudo los obliga a un comienzo falso. En lugar de darles la bienvenida, Estados Unidos los saluda con prejuicios y los trata como ciudadanos de segunda clase. Eso puede llevarlos fácilmente al crimen. En términos más generales, las películas de Padrino desafían la creencia estadounidense de que podemos tenerlo todo. Creemos que nuestros valores básicos no deben estar en conflicto. Podemos tener tanto libertad como comunidad. Estados Unidos se considera a sí mismo como una comunidad de individuos libres. Pero la comunidad se puede lograr completamente solo al precio de la individualidad libre. Una comunidad se basa en creencias y costumbres comunes, que imponen restricciones a la libertad de las personas. Al mismo tiempo, la búsqueda de la libertad puede dejar al individuo aislado, aislado del apoyo sostenido de la comunidad.

 

El Padrino II concreta este dilema al contrastar el epítome del Viejo Mundo en el pueblo siciliano de Corleone con el epítome del Nuevo Mundo en Las Vegas. Los inmigrantes abandonaron el restrictivo Viejo Mundo de Europa hacia el mundo liberado de los Estados Unidos. Pero, a pesar de lo ventajoso que parecía este intercambio, algunos inmigrantes pagaron un precio. Como muestra la película, su vida en el Viejo Mundo fue extremadamente limitada e insatisfactoria. Pero a pesar de lo atractivo que puede ser la existencia del Salvaje Oeste de Las Vegas, puede arrancar a un hombre de sus raíces, destruir a su familia y cortarlo de la brújula moral que su comunidad tradicional una vez le proporcionó. En las películas de Padrino, Coppola presenta a Estados Unidos como una ganga faustiana para los inmigrantes italianos. Les otorga un gran poder, pero solo a expensas de sus almas. La participación de la mafia en Las Vegas fue un símbolo casi demasiado perfecto para lo que Coppola quería decir sobre Estados Unidos. Le permite presentar a Estados Unidos como una gran apuesta para el inmigrante italiano, una en la que es demasiado fácil de resolver.

Estamos muy lejos de esto. Límites al poder: al déficit fiscal, a la emisión monetaria, al endeudamiento

Con los alumnos de la materia Economía e Instituciones vemos algunas de las conclusiones normativas del Public Choice, en particular propuesta para limitar el oportunismo político. Aquí van solamente dos:

1.            Límites al déficit fiscal

Se impone una prohibición o límite al déficit fiscal. En el primer caso no puede gastarse más de lo que ingresa, pero el Estado, como cualquier empresa, se maneja con un presupuesto anual que se espera cumplirá. Si el dinero recaudado no alcanzara a cubrir el gasto presupuestado, el Estado terminaría sin cumplir algunos contratos y paralizando ciertos servicios. Para evitar esto, se impone la necesidad que el presupuesto presentado para su aprobación no tenga déficit, luego puede haber algún desvío si durante el transcurso del ejercicio fiscal los ingresos o los gastos difieren de lo presupuestado.  Para que la prohibición de déficit tenga alguna credibilidad ese límite al desvío debe ser pequeño y también considerarse un mecanismo para que sea compensado. Es decir, si el ejercicio termina con déficit podría pensarse en que ese exceso se cubrirá en el ejercicio siguiente, o que si termina con superávit, pasa a formar una reserva que sirva para cubrir desvíos negativos en el futuro.

En cuanto a establecer un límite al déficit fiscal, se lo suele hacer en relación al PIB. Así, por ejemplo, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, parte del  Tratado de Maastricht, establece un límite del 3% del PIB para los países miembros de la Unión Europea, un nivel superior impone la obligación de medidas correctivas. Argentina, promulgó una ley de “déficit cero” el 30 de Julio de 2001, pocos meses antes de que se desatara la peor crisis de su historia.

En este último caso la norma fue aprobada cuando ya era demasiado tarde. Pretendía ser más una señal que generara confianza en los mercados para que éstos siguieran financiado la renovación de la deuda argentina. En el primero, su incumplimiento por los países más importantes de Europa no generó suficiente credibilidad para las sanciones y no extraña que luego se desatara en la región una profunda crisis fiscal (2010-11) .

Una diferencia importante entre una y otra que analizaremos en mayor detalle adelante es el nivel constitucional de la norma. En el caso argentino era una ley aprobada por el Congreso, en el de la Unión Europea formaba parte de un tratado internacional. Algunos autores sostienen que cuanto más alto el nivel constitucional, mayor impedimento será para las conductas que se quieren evitar (mejor una ley a un decreto presidencial, mejor una cláusula constitucional a una ley, mejor un tratado internacional a una cláusula constitucional), pero la experiencia europea muestra que esto no es necesariamente así. Todo depende de dónde se encuentra el mayor poder de control sobre el cumplimiento de la norma. En el caso europeo, el tratado imponía un límite relativamente estricto pero con pocas posibilidades de control, generando un incentivo por parte de ciertos países a actuar como free riders de los esfuerzos de los demás. Ellos obtenían los beneficios de las garantías de estabilidad generadas por la UE, pero aplicaban políticas fiscales irresponsables con las que nunca podrían haber generado tal credibilidad por parte de los acreedores que financiaron esos déficits. El control más fuerte puede estar en manos de los votantes, como veremos en el punto 3.

La obligación de no incurrir en un déficit fiscal no necesariamente genera una restricción en el crecimiento del gasto público, ya que se lo puede aumentar al mismo tiempo que se aumenta la presión impositiva e igualmente se cumple con el requisito, y el Estado termina así llevándose una mayor parte de la riqueza producida por los ciudadanos. Para evitarlo se han propuesto límites al crecimiento del gasto y a la creación de nuevos impuestos o el aumento de las tasas de los existentes.

2.            Límites al crecimiento del gasto público

En este caso se establece un límite a su crecimiento, normalmente asociado a la evolución del PIB. Podría establecerse un límite algo por encima del crecimiento del PIB si se quiere que el gasto aumente en relación a ese indicador, igual para que se mantenga o menor para que se reduzca.

Límites al endeudamiento

Estos límites pueden ser de dos tipos. Como en el caso del Tratado de Maastricht, se puede establecer un tope al endeudamiento total, en este caso del 60% del PIB. Tendrá que incluir, por supuesto, algún mecanismo de control y sanciones por incumplimiento. El otro puede ser como el que existe en los Estados Unidos, donde el Congreso establece un límite sobre el monto total de la deuda permitida —esto es una cantidad de dólares, no un porcentaje sobre el PIB—, techo que, cuando se alcanza, no puede ser superado: el Gobierno no puede emitir más deuda, a menos que sea modificado por el Congreso.

No obstante, la imagen siguiente es bastante clara respecto a la capacidad de este mecanismo para imponer algún tipo de límite, cuando la voluntad política y el control de los votantes no existen (Boaz 2011):

Otra forma de restringir el endeudamiento se refiere a su proceso de aprobación, entre los que se encuentra la que demanda que toda emisión de deuda sea aprobada por los votantes en un referéndum o por mayorías parlamentarias especiales, hasta llegar a la prohibición constitucional absoluta (Kiewiet y Szakaly 1996). Otra alternativa, aplicada por algunos gobiernos regionales en España, es limitar el plazo del endeudamiento de tal forma que se permita solamente el de corto plazo, lo que significa que la deuda debe ser cancelada dentro del propio ejercicio presupuestario. Kiewiet y Szakaly (1996), consideran que entre los estados en los Estados Unidos, veintiuno demandan la aprobación por referendo y doce por mayorías especiales, que pueden estar conformadas por tres quintos o cuatro quintos de los representantes.

No obstante, estos autores estiman que los gobiernos buscan, y muchas veces encuentran, diversos caminos para eludir esas restricciones, como, por ejemplo canalizar el endeudamiento por agencias estatales especiales que no están sujetas a ese tipo de control. ¿Sería efectivo un límite a través del voto popular emitido en referendo? Se puede argumentar que los votantes estarían predispuestos a aprobar el endeudamiento, porque disfrutarían del gasto ahora y lo terminarían pagando futuros votantes. Sin embargo, la evidencia empírica muestra que no actúan de esa forma y tienden a rechazar el endeudamiento.

Los Estados que tienen más de un control muestran menores niveles de endeudamiento, siendo el referendo popular mediante el voto el que mayor éxito muestra, junto con la prohibición total.

Hayek sobre la igualdad, el valor y el mérito. La justicia no es social, es individual. Se juzgan acciones, no pertenecer a ciertos grupos

Con los alumnos de la UBA Económicas, vemos a Hayek en Los Fundamentos de la Libertad. En ese gran libro uno de los capítulos trata los temas de la igualdad, el valor y el mérito. Así comienza:

“Ha constituido el gran objetivo de la lucha por la libertad conseguir la implantación de la igualdad de todos los seres humanos ante la ley. Esta igualdad ante las normas legales que la coacción estatal hace respetar puede completarse con una similar igualdad de las reglas que los hombres acatan voluntariamente en sus relaciones con sus semejantes. La extensión del principio de igualdad a las reglas de conducta social y moral es la principal expresión de lo que comúnmente denominamos espíritu democrático, y, probablemente, este espíritu es lo que hace más inofensivas las desigualdades que ineludiblemente provoca la libertad.

La igualdad de los preceptos legales generales y de las normas de conducta social es la única   clase de igualdad que conduce a la libertad y que cabe implantar sin destruir la propia libertad. La libertad no solamente nada tiene que ver con cualquier clase de igualdad, sino que incluso produce desigualdades en muchos respectos. Se trata de un resultado necesario que forma parte de la justificación de la libertad individual.

Si el resultado de la libertad individual no demostrase que ciertas formas de vivir tienen más éxito que otras, muchas de las razones en favor de tal libertad se desvanecerían. Las razones en favor de la libertad no exigen que el gobernante trate a todos igualmente, porque se presuma que los hombres son de hecho iguales, ni tampoco porque se pretenda hacerlos iguales. La dialéctica en pro de la libertad no sólo proclama que los individuos son muy diferentes, sino que en gran medida se apoya en dicha presunción; reitera, por lo demás, que las diferencias existentes entre los humanos no pueden servir de justificación cuando el gobernante intenta discriminar coactivamente entre los gobernados, y obstaculiza la implantación de aquel trato diferencial a  que habría de acudir la autoridad si deseara garantizar posiciones iguales en la vida de los individuos que de hecho presentan entre ellos notables diferencias.

Quienes modernamente abogan por una igualdad material de más largo alcance, rechazan constantemente que su pretensión se fundamenta en el supuesto de que todos los mortales, de hecho, sean iguales. Ello no obstante, amplios sectores todavía creen que esta es la principal justificación de tales aspiraciones. Pero nada produce más daño a la pretensión de igualdad de tratamiento que basarla en una presunción tan obviamente falsa como la de la igualdad de hecho de todos los hombres. Basar los argumentos para la igualdad de trato de las minorías nacionales o raciales en el aserto de que no difieren de los restantes hombres es admitir implícitamente que la desigualdad de hecho justificaría un tratamiento desigual y la prueba de que en realidad existen algunas diferencias no tardaría en manifestarse. Es esencial afirmar que se aspira a la igualdad de trato no obstante el hecho cierto de que los hombres son diferentes.”

Convulsión y cambio en América Latina. ¿Cómo afecta esto a una empresa local con negocios en esos países?

Con los alumnos de UCEMA, en Empresas y Negocios Internacionales, consideramos el impacto que los recientes sucesos en la región puedan tener en la estrategia de negocios de una empresa local como Arcor, con presencia en todos ellos.

Para poder opinar sobre la estrategia, por supuesto, hace falta conocer a la empresa en detalle, pero al menos, obteniendo información sobre lo que ocurre en países como Chile o Bolivia, aunque también Brasil, Argentina o Perú, se puede puntualizar cuáles son los aspectos que hay que tener en cuenta, los más importantes.

Por supuesto que las situaciones son distintas. Por un lado, Chile está sacudido pero es un país de alta calidad institucional y todos sus indicadores son relativamente positivos, particularmente aquellos sobre la pobreza y la desigualdad. Bolivia es un país de muy débil calidad institucional, uno de los más bajos en América Latina, aunque no el peor.

En el caso de Argentina, un nuevo gobierno está por asumir y esto plantea incógnitas que todavía no se develan pese a la cercanía de la fecha de traspaso. Por último tenemos a Perú, un país con una economía sólida y un camino de reformas y crecimiento que han acompañado sucesivos gobiernos de muy distintas naturaleza. Y finalmente Brasil que es el país de la región que está haciendo las reformas más importantes.

En fin, hay muchos aspectos a tomar en cuenta. Veamos qué es lo que señalan los alumnos.

Escenarios para 2050: demasiado lejos para nosotros, pero algunos ya se ponen a pensarlos

Con los alumnos de UCEMA, vemos un informe de Deutsche Post donde se plantean diferentes escenarios para la economía global en el año 2050: http://www.dpdhl.com/en/media_relations/press_releases/2012/the_world_in_2050.html

Y sí, hay gente que tiene que estar pensando en el 2050, mientras muchos apenas sabemos lo que va a pasar el año que viene. La falta de una moneda sólida en el mundo y de crecientes endeudamientos en los principales países del planeta debería alertarnos ya que habrá turbulencias. La crisis del 2008 quedó atrás pero nada se ha hecho para evitar la próxima. Las políticas monetarias de los bancos centrales “generan” los ciclos económicos de auge y caída, no los suavizan. Sin embargo, nada de esto se menciona en el análisis del futuro de este reporte. Tampoco hay nada en relación a una generalización del populismo en los países ricos, eso que representa Donald Trump y que encontramos en Europa tanto en versiones de izquierda como de derecha. ¿Y cuáles son los escenarios que encuentran?

Escenario 1: Una economía sin control, con colapso a la vista. Pero curiosamente a ese destino se llegaría por “un materialismo y consumo sin límites, alimentado por el paradigma del crecimiento cuantitativo y el rechazo el desarrollo sustentable.” EL comercio mundial ha florecido por la eliminación de las barreras comerciales, Asia es el centro de la economía y una super-red de transpote global asegura rápidos intercambios entre los centros de consumo. Pero el cambio climático lleva a desastres naturales.

Escenario 2: Mega-eficiencia y mega-ciudades. Un mundo en el que las ciudades son los grandes motores del progreso y el estado nacional queda en un segundo plano. Las ciudades se benefician del crecimiento “verde”. Para superar problemas como la congestión y las emisiones se han convertido en campeonas de la colaboración. Los consumidores cambiaron sus hábitos, los productos ya no tanto se compran sino que se alquilan.

Escenario 3: Estilos personalizados. La individualización y el consumo personalizado se han extendido por doquier. Los consumidores pueden diseñar y crear sus propios productos, con impresoras 3D. Esto se complementa con una infraestructura energética descentralizada.

Escenario 4: Proteccionismo paralizante. A partir de las crisis económicas, el nacionalismo excesivo y las barreras proteccionistas, la globalización se ha revertido. El desarrollo tecnológico es lento. Los altos precios de la energía y la escasez de su oferta llevan a conflictos internacionales sobre los recursos.

Escenario 5: Resistencia global, adaptación local. Describe un mundo caracterizado por un alto nivel de consumo gracias a la producción automatizada y barata. Pero el acelerado cambio climático y las frecuentes catástrofes naturales quiebran las cadenas de suministro global y se producen constantes fallas en la oferta. El paradigma económico cambia de la maximización de la eficiencia a la mitigación de la vulnerabilidad. Esto lleva a duplicar sistemas para superar esos inconvenientes aunque la eficiencia termina sacrificada.

En fin, puede ser que alguno o más de uno de los escenarios descriptos se produzca: el auge de las ciudades, la personalización del consumo. Pero tal vez el escenario más importante será el que determinará las políticas fiscales y monetarias de los gobiernos ya que si hay una amenaza en el planeta actualmente es que tienen las manos libres para hacer lo que quieran, sin mayores controles y lo que quieren suele ser gastar y emitir. Todo, por supuesto, con los mejores argumentos acerca del impulso de la “demanda agregada” y las terribles amenazas de la deflación.

Tal vez haya que incorporar un escenario que describa el colapso del estado benefactor, o el auge del populismo, o el derrumbre del comercio por el proteccionismo, o una combinación de todas, hundido en un mar de deuda y emisión monetaria. ¿Y después?

Alberdi concluye su gran texto con consideraciones sobre el rumbo que tendría que tomar la República. No es el que llevamos

Con los alumnos de la UBA Derecho vemos a Alberdi en su «Sistema Económico y Rentístico». Aquí, en la conclusión, sobre el rumbo que debería tomar la República:

«Figuraos un buque que navega en los mares del cabo de Hornos con la proa al polo de ese hemisferio; esa dirección lo lleva al naufragio. Un día cambia de rumbo y toma el que debe llevarlo a puerto. ¿ Cesan por eso en el momento la lluvia, el granizo, la oscuridad y la tempestad de los sesenta grados de latitud? – No, ciertamente; pero con solo persistir en la nueva dirección, al cabo de algún tiempo cesan el granizo y las tempestades y empiezan los hermosos climas de las regiones templadas. – Pues bien: toda la actual política argentina, todo el sistema de su Constitución general moderna, es de mera dirección y rumbo, no de resultados instantáneos. La nave de nuestra Patria se había internado demasiado en regiones sombrías y remotas, para que baste un solo día a la salvación de sus destinos. – Nuestra organización escrita es un cambio de rumbo, un nuevo derrotero. Nuestra Constitución es la proa al puerto de salvación. Sin embargo, como todavía navegamos en alta mar, a pesar de ella tendremos borrascas, malos tiempos, y todos los percances del que se mueve en cualquier sentido, del que marcha en el mar proceloso de la vida libre. Sólo el que está quieto no corre riesgos, pero es verdad que tampoco avanza nada.

La libertad, viva en el texto escrito y maltratada en el hecho, será por largo tiempo la ley de nuestra condición política en la América antes española. Ni os admiréis de ello, pues no es otra la de nuestra condición religiosa en la mayoría del mundo de la cristiandad. Porque en el hecho violemos a cada instante los preceptos cristianos, porque las luchas de la vida real sean un desmentido de la Religión que nos declara hermanos obligados a querernos como tales, ¿se dirá que no pertenecemos a la Religión de Jesucristo? ¿Quién, en tal caso, tendría derecho de llamarse cristiano? Impresa en el alma la doctrina de nuestra fe, marchamos paso a paso hacia su realización en la conducta. En política como en religión, obrar es más difícil que creer.

La libertad es el dogma, es la fe política de la América del Sud, aunque en los hechos de la vida práctica imperen con frecuencia el despotismo del gobierno (que es la tiranía) o el despotismo del pueblo (que es la revolución). Hace dos mil años que los hombres trabajan en obrar como creen en materia de moral. ¿Será extraño que necesiten largos años para obrar como creen en materia de política, que no es sino la moral externa aplicada al gobierno de los hombres?

Dejad que el pueblo sud-americano ame el ideal en el gobierno, aunque en el hecho soporte el despotismo, que es resultado de su condición atrasada e indigente. Dejad que escriba y sancione la república en los textos; un día vendrá en que la palabra de libertad encarne en los hechos de la vida real, misterio de la religión política de los pueblos comprobado por la historia de su civilización: y aunque ese día, como los límites del tiempo, nunca llegue, es indudable que los pueblos se aproximan a él en su marcha progresiva, y son más felices a medida que se acercan al prometido término, aunque jamás lo alcancen, como el de la felicidad del hombre en la tierra. Por fortuna no es de Sud-América únicamente esta ley, sino del pueblo de todas partes; es ley del hombre así en política como en moral. Su espíritu está cien años adelante de sus actos.

Pero todo eso es aplicable a la libertad política más bien que a la libertad económica – objeto de nuestro estudio, la menos exigente, la menos difícil, la más modesta y practicable de las libertades conocidas. La libertad económica esencialmente civil es la libertad de poseer y tener, de trabajar y producir, de adquirir y enajenar, de obligar su voluntad, de disponer de su persona y de sus destinos privados. Accesible, por la Constitución, al extranjero en igual grado que al ciudadano, y asegurada doblemente por tratados internacionales, recibe de esta condición su más fuerte garantía de practicabilidad, y asegura ella misma el porvenir de las otras libertades, tomando a su cargo su educación, su nutrición, su establecimiento y desarrollo graduales, como el de la capacidad siempre ardua de intervenir en la gestión de la vida política o colectiva del Estado.