Del control de alquileres a la «sharing economy»: si no la matan, la innovación emprendedora cambia todo

Después de Río de Janeiro, Buenos Aires es la ciudad con más viviendas ofrecidas por alojamiento compartido en América Latina. Esto es otro ejemplo de lo que ahora llamamos “sharing economy”, en la cual la gente intercambia propiedad o servicios de todo tipo a través de sitios especiales, tal como, en este caso, www.airbnb.com . El artículo en La Nación acá: http://www.lanacion.com.ar/1822298-buenos-aires-una-de-las-ciudades-con-mayor-oferta-de-alojamiento-compartido-de-america-latina

Es notable como la creatividad emprendedora modifica el uso y disposición de la propiedad, reduciendo costos de transacción para permitir todo tipo de intercambios. No va a falta mucho para que los hoteles se quejen de “competencia desleal”, pero, al menos en este aspecto, estamos por ahora a años luz de lo que fue el pasado, cuando se controlaron los alquileres y se destruyó el mercado condenando a muchos a no poder acceder a una vivienda.

En Junio de 1959, Ludwig von Mises dictó seis conferencias en Buenos Aires. Éstas fueron luego publicadas y las consideramos con los alumnos de la UBA en Derecho. Su tercera conferencia se tituló “Intervencionismo” y trata ahora sobre el alquileres, que perjudicó y limitó el funcionamiento del mercado inmobiliario en la Argentina por décadas. Mises comenta:

“Deseo referirme, en pocas palabras, a otro ejemplo que es el control de los alquileres. Si el gobierno controla los alquileres, una de las consecuencias es que la gente que, de otra forma, se hubiera mudado de departamentos más grandes a departamentos más pequeños cuando hubieran cambiado las condiciones familiares, ahora no lo hará. Por ejemplo, padres cuyos hijos dejaron el hogar cuando llegaron a los veinte y tantos años, porque se casaron o fueron a vivir a otra ciudad por trabajo. Dichos padres solían cambiar su departamento y tomar otra más pequeño o más barato. Esta necesidad desapareció cuando se impusieron controles a los alquileres.

En Viena, Austria, a principios de los años veinte, cuando el control de alquileres era muy firme, el monto de dinero que un propietario recibía como renta por un departamento promedio, equivalía a dos boletos de tranvía. Pueden imaginar que la gente no tenía incentivo alguno en cambiar sus departamentos. Y, por otra parte, no había construcción de casas nuevas. Condiciones similares prevalecían en los EEUU después de la Segunda Guerra Mundial y continúan en muchas ciudades aún hoy en día.

Una de las razones por la cual muchas ciudades en los EEUU están en tan graves dificultades financieras es que tienen control de alquileres y, como consecuencia, una escasez de viviendas. Así que el gobierno ha gastado billones en la construcción de nuevas casas. Pero, ¿por qué hay tal escasez de viviendas? La escasez de viviendas se desarrolló por las mismas razones que produjeron la escasez de leche cuando la misma tuvo controles de precio. Esto significa: cuando el gobierno interfiere en el mercado es más y más llevado hacia el socialismo.

Y esta es la respuesta a aquella gente que dice: ‘No somos socialistas, no queremos que el gobierno controle todo. Pero ¿por qué no debería el gobierno interferir un poquito en el mercado? ¿Por qué no debería el gobierno eliminar algunas cosas que nos gustan? Esta gente habla de la política de ‘mitad del camino’ Lo que no ven es que una interferencia aislada, que significa la interferencia con solamente una pequeña parte del sistema económico, provoca una situación que el propio gobierno – y la gente que pide una intervención gubernamental – se dan cuenta que es peor que las condiciones que deseaban abolir. La gente que pide por un control de los alquileres se enfurecen cuando se dan cuenta que hay escasez de departamentos, escasez de viviendas. Pero esta escasez de viviendas fue creada precisamente por la interferencia del gobierno, por la imposición de alquileres debajo del nivel que la gente debería haber pagado en un mercado libre.”

Cuando se distorsionan los precios, se distorsiona el cálculo económico y todo el Sistema de mercado

En Junio de 1959, Ludwig von Mises dictó seis conferencias en Buenos Aires. Éstas fueron luego publicadas y las consideramos con los alumnos de la UBA en Derecho. Su segunda conferencia se tituló “Socialismo” y trata ese tema. Mises comenta:

“Cuando se llega al momento de elegir entre el socialismo y el capitalismo como sistema económico, el problema es algo diferente. Los autores del socialismo nunca sospecharon que la industria moderna, y que todas las operaciones del negocio moderno, están basados sobre el cálculo. Los ingenieros no son, de ninguna manera, los únicos que hacen planes sobre la base de cálculos; los empresarios también deben hacerlos. Y los cálculos de los empresarios están basados sobre el hecho que, en la economía de mercado, los precios de las cosas, expresados en dinero, informan no sólo al consumidor, sino que también proveen al empresario de información vital sobre los factores de producción, siendo la principal función del mercado no meramente determinar el costo de la última parte del proceso de producción y transferencia de los bienes a las manos del consumidor, sino también el costo de los pasos previos que llevan a esa última etapa. Todo el sistema de mercado está ligado por el hecho que existe una división del trabajo, mentalmente calculada, entre los varios empresarios que compiten unos con otros pujando por los factores de producción – las materias primas, las maquinarias, los instrumentos – y por el factor humano de la producción, la remuneración pagada por el trabajo.

Esta especie de cálculo hecho por el empresario. No puede efectuarse en ausencia de los precios provistos por el mercado. En el mismo momento en que se decide abolir el mercado – que es lo que los socialistas querrían hacer – se convierten en inútiles todas las computaciones y todos los cálculos de los ingenieros y de los técnicos. Los tecnólogos pueden producir una gran cantidad de proyectos los cuales, desde el punto de vista de las ciencias naturales, son todos igualmente factibles, pero se requiere disponer de los cálculos del empresario, basados sobre el mercado, para determinar con claridad cuál de los proyectos es más ventajoso desde un punto de vista económico.

El problema que tratamos aquí es el tema fundamental del cálculo económico capitalista en oposición al socialismo. El hecho es que el cálculo económico, y como consecuencia toda la planificación tecnológica, es posible solamente si hay precios expresados en dinero, no sólo de los bienes de consumo, sino también de los factores de producción.

Esto significa que debe existir un mercado para materias primas, uno para bienes semi-terminados, otro para herramientas y maquinarias Así como para todo tipo de trabajos y servicios brindados por las personas.

Cuando este hecho fue descubierto, los socialistas no sabían como responder. Por 150 años habían dicho: ‘Todos los males en el mundo provienen del hecho que hay mercados y precios de mercado. Deseamos abolir el mercado y con él, desde luego, la economía de mercado, y substituirla por un sistema sin precios y sin mercados’ Deseaban abolir lo que Marx llamaba ‘característica de commodity’ de los precios y del trabajo. Cuando enfrentaron este nuevo problema, los autores socialistas, no teniendo respuesta alguna, finalmente dijeron: ‘No aboliremos el mercado totalmente, fingiremos que existe un mercado, jugaremos al mercado como los niños juegan a la escuela’. Pero todos saben que cuando los niños juegan a la escuela no aprenden nada. Es sólo un ejercicio, un juego, y se puede ‘jugar’ a muchas cosas.”

 

Mises en Buenos Aires: las grandes empresas producen para las masas. ¿Cómo competir con ellas?

En Junio de 1959, Ludwig von Mises dictó seis conferencias en Buenos Aires. Éstas fueron luego publicadas y las estaremos considerando con los alumnos de la UBA en Derecho. Comienza con una exposición sobre el Capitalismo. Algunos párrafos:

Este es el principio fundamental del capitalismo tal como existe hoy en todos aquellos países en los cuales existe un altamente desarrollado sistema de producción masiva. Las Grandes Empresas, el objetivo de los más fanáticos ataques de los así llamados izquierdistas, producen casi exclusivamente para satisfacer las necesidades de las masas.

Las empresas que producen artículos de lujo solamente para los ricos nunca alcanzan la magnitud de las grandes empresas. Y hoy, son los trabajadores de las grandes fábricas los principales consumidores de los productos hechos en dichas fábricas. Esta es la diferencia fundamental entre los principios capitalistas de producción y los principios feudales de las épocas anteriores.

Cuando las personas suponen, o alegan, que hay una diferencia entre los productores y los consumidores de los productos de las grandes empresas, están gravemente equivocados. En las tiendas por departamento en los EEUU puede oírse la consigna ‘el cliente siempre tiene razón’ Y este cliente es la misma persona que produce en las fábricas esas cosas que son vendidas en la tienda por departamentos. Las personas que piensan que el poder de las grandes empresas es enorme, también están equivocadas, ya que las grandes empresas dependen totalmente de la voluntad de los que compran sus productos: la más grande de las empresas pierde su poder y su influencia cuando pierde sus clientes.

Cincuenta o sesenta años atrás se decía en casi todos los países capitalistas que los ferrocarriles eran demasiado grandes y demasiado poderosos; que tenían un monopolio; que era imposible competir con ellos. Se alegaba que, en el campo del transporte, el capitalismo ya había alcanzado una etapa en la que se había destruido a sí mismo, ya que había eliminado a los competidores. Lo que la gente pasaba por alto era el hecho que el poder de los ferrocarriles dependía de su habilidad en servir a la gente mejor que cualquier otro método de transporte. Desde ya habría sido ridículo competir con uno de estos grandes ferrocarriles construyendo otro ferrocarril paralelo a la antigua línea, ya que esta antigua línea era suficiente para dar servicio a las necesidades existentes. Pero muy pronto vinieron otros competidores. La libertad para competir no significa que se puede tener éxito simplemente imitando o copiando con exactitud lo que algún otro ha hecho. La libertad de prensa no significas que se tiene el derecho de copiar lo que otra persona ha escrito y así obtener el éxito que esta otra persona ha ganado merecidamente en razón de sus logros. Significa que se tiene el derecho de escribir algo diferente. La libertad para competir respecto a los ferrocarriles significa, por ejemplo, inventar algo, hacer algo, que sea un desafío a los ferrocarriles y los ponga en una precaria situación competitiva. En los EEUU la competencia a los ferrocarriles – en la forma de ómnibus, automóviles, camiones y aviones – causó grandes problemas a los ferrocarriles y los derrotó casi totalmente, en lo que a transporte de pasajeros se refiere. El desarrollo del capitalismo consiste en que cada uno tenga el derecho de servir a su cliente mejor y / o más barato. Y este método, este principio, en un comparativamente corto período de tiempo, ha transformado el mundo entero. Ha hecho posible un crecimiento – sin precedentes – en la población mundial, sin precedentes.

 

La competencia como proceso de descubrimiento: La necesitamos porque no conocemos los hechos

Con los alumnos de Microeconomía de OMMA-Madrid vemos el significado de la competencia leyendo el artículo de Hayek “La competencia como proceso de descubrimiento”:

Hayek

“Es difícil defender a los economistas del cargo de haber discutido la competencia, por cerca de 40 o 50 años, basándose en conjeturas que si reflejaran la verdad del mundo real harían que la competencia fuera algo sin interés e inútil. Si alguien conociera efectivamente todo lo concerniente a aquello que la teoría económica llama datos, la competencia sería, en realidad, un método inútil para asegurar un ajuste a estos hechos. No es sorprendente, por tanto, que algunos se hayan visto inducidos a concluir que podemos prescindir totalmente del mercado, o que los resultados de éste sólo deberían usarse como un primer paso para garantizar una producción de bienes y servicios que podamos manejar, corregir o redistribuir del modo que queramos. Otros, cuya idea de la competencia pareciera derivar únicamente de los textos modernos, han concluido, naturalmente, que ésta no existe.

Contra esto es útil recordar que dondequiera que se pueda justificar racionalmente el uso de la competencia, ello será sólo sobre la base de que no conocemos anticipadamente los hechos que determinan las acciones de los competidores. Ya sea en los deportes como en los exámenes, y no menos en la adjudicación de contratos gubernamentales o de premios a la poesía, sería obviamente inútil organizar competencias si supiéramos de antemano quién será el ganador. Como se indica en el título de la conferencia, propongo que la competencia sea considerada como un procedimiento para descubrir hechos que, de no recurrir a ella, serían desconocidos para todos o, por lo menos, no serían utilizados.

Esto puede parecer tan obvio e indiscutible a primera vista como para que no merezca ninguna atención. No obstante, de la formulación explícita del aparente axioma anterior se siguen de inmediato algunas interesantes consecuencias, las que no son tan obvias. Una de ellas es que la competencia es valiosa sólo porque, y en tanto, sus resultados son imprevisibles y diferentes, en general, de aquellos que alguien pudiera haber perseguido deliberadamente. Y, aún más, que los efectos generalmente provechosos de la competencia deben incluir el desilusionar o derrotar algunas expectativas o intenciones particulares.

En estrecha conexión con esto hay una interesante consecuencia metodológica, la que es de gran utilidad para explicar el descrédito en que ha caído el enfoque microeconómico de la teoría. A pesar de que esta teoría, a mi juicio, pareciera ser la única capaz de explicar el papel de la competencia, ya no es comprendida ni siquiera por algunos supuestos economistas. Por consiguiente, vale la pena decir inicialmente algunas palabras acerca de la peculiaridad metodológica de la teoría de la competencia, cualquiera ésta sea, puesto que ella ha hecho que sus conclusiones resulten sospechosas para muchos de los que aplican habitualmente una prueba sobre-simplificada para decidir qué es lo que están dispuestos a aceptar como algo científico.

La consecuencia necesaria de la razón por la que utilizamos la competencia es que en aquellos casos en que es relevante nunca puede demostrarse la validez empírica de la teoría. Podemos someterla a pruebas en modelos conceptuales y podríamos examinarla en situaciones reales, creadas artificialmente, donde los hechos que deberían ser descubiertos por la competencia son ya conocidos por el observador. Pero en tales casos ello no tiene ningún valor práctico, de modo que llevar a cabo el experimento no justificaría su costo. Si no podemos conocer los hechos que esperamos descubrir por medio de la competencia, nunca podremos comprobar cuán efectiva ha sido ésta para descubrir aquellos hechos que podrían revelarse.

 

El arte del precio: microeconomía aplicada por Rafi Mohammed, un experto en marketing

Con los alumnos de Microeconomía de OMMA-Madrid hacemos una pausa en la teoría económica para considerar cómo establecen precios los comercios y las empresas. Para eso vemos el libro de Rafi Mohammed “El arte del precio” donde comienza analizando el carácter totalmente subjetivo del valor, el establecimiento de un precio en una subasta y luego cómo podemos asimilar este análisis a la política de una empresa:

“Todos los negocios, en cierta medida, incorporan la ley de la demanda a sus prácticas de fijación de precios. Por ejemplo, en las tiendas de venta al por menor, los precios empiezan siendo elevados al principio de la temporada y acaban por caer para dejar sitio a los productos de la siguiente temporada. Ésta es una estrategia de fijación de precios intemporal. FIlene’s Basement, un minorista de moda de precios bajos, utiliza abiertamente la ley de la demanda para poner en movimiento la mercancía. Todos los productos están sujetos a un precio inicial y a una rebaja programada durante los siguientes treinta días. La mercancía se descuenta después de doce días de venta en un 25 por ciento; tras dieciocho días de venta, el descuento es el 50 por ciento; y finalmente, después de veinticuatro días de venta, el precio se rebaja en un 75 por ciento. Todos los artículos que no se vendan después de treinta días se donan a alguna asociación benéfica.

A los clientes les encanta este método de fijación de precios.” Y, tomando en cuenta la pendiente negativa de la curva de demanda o, dicho de otra forma, que hay distintos demandantes con diferentes valoraciones, que estarían dispuestos a comprar pero a distintos precios, propone: “Una estrategia de precios múltiples es una serie de estrategias que nos permiten sacar beneficios de la valoración única de un producto que realiza cada cliente. ¿Se acuerda de esos clientes que pensaba que iban a pagar más? La estrategia de precios múltiples les cobra precios más elevados, que están dispuestos a pagar. La estrategia de precios múltiples rinde tributo a la ley de la demanda reconociendo que los precios reducidos darán lugar a nuevos clientes.”

“La valoración diferencial le permite vender su producto con precios distintos a diferentes clientes. Por ejemplo, las salas de cine suelen utilizar la valoración diferencial para atraer a clientes que realizan valoraciones distintas de su producto. Para atraer a los clientes que no están dispuestos a pagar precios de admisión regulares, se ofrecen descuentos a estudiantes, a niños y a jubilados. Como consecuencia de ellos, los clientes que, a menudo, pagan precios significativamente distintos acaban viendo juntos la misma película.”

“El versionamiento ofrece una línea de productos, basada en un producto base, diseñada para atraer nuevos clientes y revelar implícitamente sus valoraciones. Por ejemplo, algunos productos ofrecen versiones buenas, mejores y óptimas, y cada una de ellas tiene un nivel de calidad con un precio distinto. El versionamiento seduce a los clientes que realizan valoraciones más bajas para que adquieran el producto con un margen inferior de ‘bueno’, y aquellos clientes que realizan valoraciones superiores para que compren el producto más caro considerado como ‘”óptimo’.”

“Muchas personas se encuentran con este tipo de versionamiento una vez a la semana, cuando tienen que decidir con qué clase de gasolina llenan el depósito de su coche. Las estrategias de fijación de precios por segmentos pueden dirigirse hacia los clientes latentes y motivarlos a comprar. La idea que subyace bajo este concepto es que las nuevas estrategias de fijación de precios atraerán nuevos clientes. Algunas veces, el modo en el que fijamos el precios simplemente no resulta atractivo a los clientes interesados (Por ejemplo, algunos pueden preferir alquilar un bien o servicio en lugar de comprarlo). Así, la estrategia de fijación de precios de multipropiedad ha creado un enorme desarrollo económico en el sector de las viviendas de vacaciones, dividiendo las propiedades en segmentos de cincuenta y dos semanas. Los clientes adquieren una semana específica, que es suya de por vida. La fijación de precios de la multipropiedad se dirige a los clientes que desean ‘poseer’ una vivienda de vacaciones pero que no disponen de los recursos económicos necesarios (o no tienen interés) para realizar una compra completa.”

David Ricardo explica cómo la ‘mano invisible’ lleva al equilibrio, luego se olvidaron del emprendedor

En el Capítulo IV de su libro “Principios de Política Económica y Tributación”, David Ricardo comienza señalando al trabajo como fuente del valor de los bienes y la cantidad comparativa de trabajo como el fundamento de su precio: http://www.econlib.org/library/Ricardo/ricP2.html

Pero luego centra su análisis en el mecanismo de inversión de capital que se produce en el mercado, asignándolo a aquellas ramas de los negocios donde se obtengan mayores ganancias y desatando un proceso que lleva, al final, en el equilibrio, a iguales tasas de ganancias. El proceso de mercado que analiza explica correctamente este camino pero más adelante veremos que destruye la teoría del “valor trabajo”, al menos como la continuara más tarde Karl Marx. Dice Ricardo:

David Ricardo

“Supongamos que todos los bienes tienen su precio natural y que, por lo tanto, las ganancias del capital en todos esos empleos obtienen exactamente la misma tasa, o se diferencias tan sólo, en lo que la estimación de las partes creen es alguna ventaja real o aparente. Supongamos ahora que un cambio de moda incrementa la demanda de sedas y disminuye la de lanas; su precio natural, la cantidad de trabajo necesaria para su producción, permanecerá inalterado, pero el precio de mercado de la seda aumentará, y el de la lana caerá; y por lo tanto las ganancias del productor de sedas será mayores, mientras que las del productor de lanas serán menores. No solamente las ganancias, también los salarios de los trabajadores se verán afectados en esos empleos. Esta mayor demanda de sedas sería, sin embargo, rápidamente atendida, por la transferencia de capital y mano de obra de la manufactura de lanas hacia la de sedas; cuando los precios de mercado de las sedas y las lanas volverían a aproximarse a sus precios naturales, y los respectivos productores de esos bienes obtendrían las ganancias usuales.”

Por supuesto que esta idea de un mecanismo de auto-ajuste que responde a cambios en las preferencias de los consumidores había sido presentada ya por Adam Smith en su famosa metáfora de la “mano invisible”.

Pero tal vez como Ricardo parte en ese ejemplo del equilibrio para analizar un cambio, haya dado a entender que ese equilibrio alguna vez se alcanza, y esto llevó a la economía a desarrollar modelos de equilibrio y prestar menos atención al proceso allí explicado.

Como la economía se encuentra en permanente cambio y movimiento, ese punto final nunca llega a alcanzarse, por lo que, en realidad, es necesario estudiar el ‘proceso de mercado’, que apunta siempre en esa dirección pero que debe ajustarse en forma permanente. Este análisis llegaría después, tal vez un siglo más tarde. El motor de esos cambios es el emprendedor, el que, motivado por las oportunidades que se presentan “sacude” al mercado con sus innovaciones, siempre motivado por esa ganancia que promete llegar allí primero.

Por eso la figura del emprendedor quedó relegada en el análisis económico, donde todos los ajustes en el mercado parecían suceder automáticamente. En ese sentido, si se interpretaba la idea de “mano invisible” como una adaptación que simplemente “sucede”, dejaba entonces de explicar lo más importante.

Ya en el siglo XX los economistas austriacos (entre ellos Schumpeter), Frank Knight y otros, desarrollarían el análisis de ese proceso de mercado en forma más completa.

 

David contra Goliat: ¿ganan siempre los grandes contra los pequeños? Parece que no es así.

Es una preocupación de muchos que en el mercado los grandes tienden a hacer desaparecer a los más pequeños, quienes no tienen chances contra ellos. Es necesario también tener en cuenta que muchos de los «Goliat» de hoy fueron «David» hace tan solo unos diez o veinte años: Apple, Windows, Facebook, Google,  YouTube,  Starbucks, EBay y tantos otros no existían. Los «Goliat» de entonces (IBM, Kodak)parecían todopoderosos. Sin embargo, en la revista Strategy+business de la consultora Booz & Co, Matt Palmquist comenta cuando ganan, en verdad, los más pequeños. http://www.strategy-business.com/blog/Sometimes-It-Pays-to-Be-the-Underdog?gko=8a09f&cid=rr20150312&utm_campaign=rr20150312

Algunos párrafos:

“La sabiduría convencional sostiene que las empresas operadas nacionalmente deben enfatizar sus inherentes ventajas sobre los comercios locales –el reconocimiento de su marca, la diversidad de su inventario de productos, sus posibilidades de ofrecer mejores precios, por ejemplo. Pero un nuevo estudio encuentra que la ventaja del tamaño no es lo único que importa. Cuando los pequeños presentan la competencia contra los grandes como una lucha de David contra Goliat, la ventaja va a menudo para los más pequeños.”

“Aunque se presume que los consumidores han casi abandonado los comercios de barrio por los grandes almacenes, unas pocas anécdotas sugieren lo contrario. Por ejemplo, J.P. Licks, una heladería independiente del área de Boston, se apoyó en su estrecho vínculo con los consumidores para desplazar a Cold Stone Creamery que había abierto una franquicia cerca. Y en los primeros años de la locura del café de calidad, los gerentes de Coffee Bean & Tea, con sede en Los Angeles, comprendieron que, para su sorpresa, sus ventas alcanzaron récords luego de Starbucks abriera un local cerca, por lo que expandieron sus locales también cierta de otros Starbucks.”

“Por cierto, que las anécdotas no reemplazan a los datos, pero en seis experimentos diferentes con comercios para el consumidor tales como venta de libros, café y autopartes, los autores encontraron que las principales marcas pierden apoyo local contra los pequeños comercios cuando enfatizan las diferencias en recursos, tamaño e imagen corporativa. Comparado con escenarios donde las marcas pequeñas compiten entre sí o simplemente no tomar en cuenta a sus rivales más grandes, aquellos que explícitamente se posicionan contra una cadena nacional, ven aumentar sus ventas, la frecuencia de compras de los consumidores y las opiniones positivas.”

“El primer experimento para este estudio fue instalar una pequeña librería que logró inducir a más compras a los consumidores cuando llamó la atención de los grandes competidores. El segundo experimento confirmó el resultado utilizando chocolate artesanal contra los productos de Hershey. Otros experimentos extendieron las conclusiones considerando más de 10.000 opiniones sobre cafés locales o cadenas nacionales, y esto mostró que cuantos más competidores hay, más fuertes es el efecto. Los autores también encontraron que los pequeños prosperan cuando muestran que están compitiendo con grandes, además de usar otras estrategias como precios, calidad o seguridad. Cuanto más se observa que una marca grande compite con comercios locales, menos apoyo reciben, y es más probable que los consumidores consideren que sus elecciones determinan luego la configuración del mercado.”

El autor del texto comenta este trabajo: “Positioning Brands against Large Competitors to Increase Sales,” by Neeru Paharia (Georgetown University), Jill Avery (Harvard University), and Anat Keinan (Harvard University), Journal of Marketing Research, Dec. 2014, vol. 51, no. 6.

En fin, nada está dicho para los pequeños comercios que compiten con los grandes. Como siempre, son los consumidores, es decir nosotros, en definitiva, quienes decidimos si prosperarán los grandes o los pequeños. No hay nada escrito que diga que los grandes siempre van a ganar. Si con nuestra compras diarias, votamos por los David, estos prosperarán, si vamos a los Wal Marts, eso tendremos. Así que, en definitiva, la responsabilidad es nuestra.

Crowdsourcing: las empresas usan el conocimiento disperso tal como lo señalara Hayek

No mencionan a Hayek, pero es el tema de Hayek. Un reciente artículo publicado en el volúmen 14 2014 número 2 de la Revista Cuadernos de Gestión que se publica en Bilbao, trae el siguiente artículo: “Crowdsourcing: la descentralización del conocimiento y su impacto en los modelos productivos y de negocio”, por Mª Isabel Alonso de Magdaleno y Jesús García García, de la Universidad de Oviedo: http://www.ehu.eus/cuadernosdegestion/revista/index.php/es/numeros?a=da&y=2014&v=14&n=2&o=2

Esto dice su resumen: “La participación activa del usuario en la Red no solo ha empezado a fomentar nuevos modelos productivos, sino también todo un modelo de negocios alrededor de los mismos. Muchas empresas están comenzando a explotar ventajas competitivas, en costes o en diferenciación, derivadas de la participación del usuario y su disponibilidad a colaborar en diversos proyectos en los que no siempre media, necesariamente, contraprestación económica; y cuando existe, suele ser inferior a la que exigiría un profesional medio por realizar el mismo trabajo. En este trabajo se analiza el fenómeno del crowdsourcing desde ambas vertientes, así como el importante impacto económico y social que genera esta nueva forma de trabajo. Dado que la base del crowdsourcing se encuentra en el efecto red, se comienza realizando un planteamiento crítico basado en la consideración de Internet como un espacio participativo que empodera a individuos y agentes económicos y en el que se analizan sus ventajas y límites. Posteriormente, y en base al estudio de diferentes casos, se sistematizan las características principales del crowdsourcing para definir tres modelos básicos en función de su consideración como modelo de negocio, como producción colaborativa con fines altruistas o como un híbrido de ambos.”

Hayek

El crowdsourcing, esto es, abastecerse de ese conocimiento que se encuentra disperso entre muchas personas diferentes, es una derivación clara del concepto hayekiano de conocimiento disperso y del proceso de mercado como mecanismo para su recolección y transmisión. Para los interesados, Hayek desarrolló este concepto en muchas de sus artículos y libros, pero comenzó, tal vez como una derivación del debate sobre el cálculo económico en el socialismo (que fracasa por la falta de conocimiento de los planificadores) en un par de artículos:

Economía y conocimiento, una conferencia que dictara en el London Economic Club en 1936 y que fuera publicada en 1937 en Economica, revista académica de la London School of Economics: http://www.econlib.org/library/NPDBooks/Thirlby/bcthLS3.html

The Use of Knowledge in Society, publicado en la American Economic Review en 1945: http://www.econlib.org/library/Essays/hykKnw1.html

Estos artículos, no solamente abren la puerta al análisis de fenómenos como el crowdsourcing, son también una crítica al modelo de equilibrio general que presupone conocimiento perfecto por parte de los participantes en el mercado, y modifica el centro de la atención de la economía moderna: hasta entonces, los economistas estudiaban al ser humano actuante respondiendo a incentivos, Hayek ahora agrega una categoría fundamental adicional: es necesario analizarlo teniendo en cuenta sus incentivos y el conocimiento del que disponga.

Mueren esperando trasplantes de órganos y mientras tanto nos negamos a ponerles precios

Hay temas que son urticantes. Uno de ellos es la compra y venta de órganos humanos. Los economistas han señalado hace tiempo ya, que cuando un bien tiene un precio cero, es decir, es gratis, entonces tendrá una alta demanda y una restringida oferta. Esto parece suceder con los órganos, ya que en todos los países escasean al mismo tiempo que mucha gente se lleva órganos sanos a la tumba. Pero plantear la existencia de un mercado ofende a más de uno.

trasplante

Un trabajo de Julio Elías (Ucema), Nicola Lacetera (Universidad de Toronto) y Mario Macis (John Hopkins University) analiza este tema: “¿Valores sagrados? El efecto de la información sobre las actitudes hacia el pago por órganos humanos”, NBER Working Paper 20866, http://www.nber.org/papers/w20866.pdf

Aquí su resumen:

“Muchas transacciones económicas son prohibidas –aún en ausencia de preocupaciones sobre la salud o la seguridad o externalidades negativas- debido a las preocupaciones éticas que ocasionan estos intercambios, los que son percibidos como ‘repugnantes’ si se realizan a través del mercado. Establecer un sistema de pagos por órganos humanos es un ejemplo particularmente relevante dadas sus implicancias para la salud pública. En casi todos los países estos pagos están prohibidos porque con considerados moralmente inaceptables –una prohibición que las sociedades parecen aceptar a pesar de las largas listas de espera y las altas tasas de mortalidad para las personas que esperan un trasplante. Hemos investigado cuán profundamente se enraízan estas actitudes y, en particular, si proveer información sobre cómo un mecanismo de precios podría aliviar la escasez de órganos puede cambiar la opinión de la gente sobre la legalización de estas transacciones. Realizamos una consulta experimental con 3.147 personas en los Estados Unidos y encontramos que la provisión de información aumenta significativamente el apoyo en favor de pagos por órganos desde una base del 52 al 72%, y este aumento se aplica a los subgrupos más relevantes de la muestra analizada. Otros estudios sobre el apoyo a otras actividades moralmente controversiales muestra que el cambio de actitud en respuestas a la información depende del tipo de actividad en consideración y la interacción con otras creencias.”

Para quienes efectivamente repugnan estas posibles transacciones, el trabajo trae algunos datos:

“Solamente en los Estados Unidos hay más de 120.000 personas en listas de espera para trasplantes de órganos. Cada año se realizan solamente unos 29.000, y unas 10.000 personas mueren esperando un órgano o dejan la lista de espera porque están ya muy enfermos. El período promedio de espera para un trasplante de riñón es de 4,7 años, más de 2,9 más que hace una década. El costo de la escasez de oferta también se muestra en la carga financiera de procedimientos alternativos, tales como la diálisis en el caso de los riñones, que tiene en costo estimado de 250.000 dólares por paciente”.

Muchos se preguntarán cómo podría ser un mercado posible. ¿Acaso los pobres venderían sus órganos para salir de una urgencia económica? Nada de eso. Walter Block señalaba hace tiempo que muy probablemente existiría un sistema de seguros donde la compañía contrataría con sus clientes para que le entregaran sus órganos sanos al morir, sabiendo que también podrían recibirlos en caso de necesidad de otros clientes. Y la empresa no tendría incentivos para matar a sus clientes, la reputación al respecto sería de fundamental importancia para atraerlos en primer lugar. En fin, poco podemos saber sobre cómo desarrollarían los emprendedores un mercado de este tipo, asumiendo una estricta vigencia y respeto del derecho a la vida, la propiedad y los contratos.

 

 

Igualdad de oportunidades: ¿para crearlas, para aprovecharlas, para que nos las ofrezcan?

H.B. Acton (1908-1974) fue un filósofo político, profesor en la London School of Economics y en la Universidad de Chicago, entre otras. Liberty Fund publica un libro con ensayos de su autoría con el título: The Morals of Markets and Related Essays (1993).

Sostiene que ayudar a aquellos que sufren y responder al llamado humanitario es una demanda moral “que nadie puede razonablemente cuestionar, pero esta respuesta está relacionada con la reducción del sufrimiento, no con alcanzar la justicia. Una cosa es ayudar para aliviar el sufrimiento y otra muy distinta es obtener ayuda para alcanza la justicia. La primera no necesariamente lleva en una dirección igualitaria mientras que la segunda sí lo hace.”

Comenta que la distribución de ingresos es resultado de un proceso que nadie en particular diseña. “Aquello que simplemente ocurre no puede ser justo o injusto. No es injusto que un buen hombre muera en un accidente y que un mal hombre viva mucho y sea feliz.”

“Podemos hablar de crear oportunidades, de aprovechar oportunidades, de recibir oportunidades o de estar presentes en las oportunidades. ¿Es la igualdad de oportunidades tener la misma chance de creárselas uno mismo? Esto parecería asumir una energía e inteligencia que poca gente posee, por lo que sería estirar mucho la definición si nos quedamos solamente con la idea de crearnos nuestras propias oportunidades. Por otro lado, sería hacerlo en sentido opuesto si dijéramos que igualdad de oportunidades es tenerlas allí, digamos, disponibles, requiriendo poco o ningún problema para utilizarlas. En verdad, esto es difícilmente posible, dado que cada persona puede no utilizar o aprovechar una oportunidad que se le ofrezca. Sugiero, entonces, que aprovechar oportunidades es central para el mismo concepto de igualdad de oportunidades, lo que presupone, en consecuencia, una cierta espontaneidad y actividad por parte del tomador. Si esto es así, podemos esperar que aquellos que buscan igualar las oportunidades para todos en el sentido de presentarlas ante ellos dentro de un sistema educativo organizado por el gobierno, encontrarán que solamente una porción de quienes son ofrecidos las aceptan. Los igualitaristas están entonces tentados a poner más y más énfasis en dar y presentar y esto es probable que incluya ciertos obstáculos para quienes las crean y quienes las toman.”

Respecto a la salud pública: “Como pacientes, la gente quiere mucho más salud pública de la que desea pagar como contribuyente”.

“La pobreza y la desgracia son males pero no son injusticias, y la demanda moral que presentan es por ayuda en base a la humanidad. En cuestiones básicas para la vida como salud, vivienda y educación de sus hijos es mejor que la gente asigne sus propios recursos tanto como puedan, y que la provisión pública (si es posible como poder de compra) se reserve para aquellos que individualmente no pueden pagarla. SI no se les permite que la provean por sí mismos terminarán considerando a estos requerimientos básicos como la responsabilidad de algún otro, y el entretenimiento como el principal objetivo de sus elecciones libres.”

“En cuanto la gente quiere que la sociedad como un todo esté justamente organizada implican con ello que debe estar bajo un control humano unificado para que el gobierno asegure la distribución justa que no se produce automáticamente. En una sociedad democrática se espera que los votantes elijan un gobierno que haga esto. Ahora, la cuestión que debe considerarse es si un estado organizado para la justicia distributiva puede al mismo tiempo mantener la justicia conmutativa… Sugiero que hay una oposición fundamental.”