Los autores escoceses. La simpatía y el interés propio en Hume, Ferguson y Smith. La mano invisible (II)

Los alumnos de Económicas en la UBA leen sobre los escoceses: Hume, Ferguson, Smith, a Adam Smith en la Teoría de los Sentimientos Morales y a Ronald Coase sobre Smith:

  1. Adam Smith, Teoría de los Sentimientos Morales: Sección I: Del Sentido de la Propiedad: http://www.textosdigitales.com.ar/CP/CICLO_BASICO/2.007_-_Teoria_Politica_II/Smith_-_Teoria_de_los_Sentimientos_Morales.pdf
  2. Ezequiel Gallo, “La tradición del orden social espontáneo: Adam Ferguson, David Hume y Adam Smith”: http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/44_5_Gallo.pdf
  3. Ronald Coase, “Adam Smith’s View of Man”: http://www.chicagobooth.edu/~/media/59F2E558F3604398BBF9518FCF3EBC9E.PDF

Pregunta: ¿De qué manera pretende salvar Ferguson las libertades y seguridades obtenidas a partir de los beneficios del intercambio ante la corrupción política?

Limitando el poder. La llamada Revolución Gloriosa en Inglaterra a fines del siglo XVII, que da origen al parlamentarismo moderno, y la Independencia norteamericana, que consolida una república, se inspiraron en las ideas de un filósofo inglés previo, John Locke, que influenciara mucho a estos autores.

Pregunta: A partir del concepto de tradición de los autores escoceses, ¿podríamos determinar que la tradición es la encargada de construir y transformar a las instituciones de acuerdo al contexto social?

La tradición son los valores que predominan en una determinada sociedad, en su cultura, los que determinarían en última instancia la evolución social, incluyendo la de sus instituciones. Por ejemplo, formalmente, tal vez no haya tanta diferencia entre la república que tiene Australia y la que tiene Argentina, esto es, en sus normas formales (congreso, división de poderes, etc.). Sin embargo, sabemos que hay bastante diferencia, en su funcionamiento…, y en sus resultados.

Pregunta: La pregunta más inmediata que surge de la lectura para Smith es, sencillamente; ¿en qué medida los sentimientos morales coartan la mano invisible provista por la vocación egoísta? Pero sin embargo la lectura me motivó una cuestión más. La Teoría de los Sentimientos morales dedica una porción importante a la compasión por los muertos: ‘nunca podremos sentir lo suficiente como quienes han padecido tan espantosa calamidad’. Eso me trae a cuento, a riesgo de caer en un tema demasiado reciente, en la repentina muerte de un fiscal en la Argentina. ¿Qué sucede cuando debemos analizar con frialdad y rigor la obra por la que se comprometió alguien que murió? Especialmente cuando lo hizo en circunstancias tan dudosas, en paralelo a la inevitable investigación acerca de si la muerte fue producida por ese compromiso. ¿Los sentimientos morales que tenemos sobre la muerte (‘pensar que todos nuestros esfuerzos son vanos’) no pueden influir en opiniones importantes, en este caso acerca del derecho penal y público internacional?

Parece que sí. Creo que se juntan en este caso dos cuestiones básicas. Por un lado, nuestro convicción respecto al derecho a la vida (y nuestra preocupación cuando éste se viola, o parece ser violado). Por otro, nuestras sospechas sobre el poder: no se tendrá mucha información pero parece que la gente piensa que éste es abusado, no ya en este caso, tal vez porque entiende que se lo abusa en general.

Pregunta: (Pagina 3, ultima cita) ¿Siempre ocurre que si perseguimos el interés individual lleguemos al bienestar social? El texto aclara que una de las definiciones de egoísta podría ser causarle perjuicios a terceros, ¿Si alcanzáramos el bienestar social a costa de ello, que diríamos al respecto?

Bueno, no creo que Smith esté diciendo que se llega a un “óptimo”, como parece haberlo entendido la teoría económica luego desarrollando el concepto de “equilibrio general. La frase dice así:

«Cada individuo está siempre esforzándose para encontrar la inversión más beneficiosa para cualquier capital que tenga […] Al orientar esa actividad de modo que produzca un valor máximo, él busca sólo su propio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en su propósitos […] Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentase fomentarlo.»

Veamos que él dice que lo hará de esta forma mejor que si intentara fomentarlo. Es decir, no está diciendo que es perfecto, está diciendo que será mejor que si buscara la satisfacción general como su propósito (lo que podría interpretarse a hacerlo a través de la política, por ejemplo).

No plantea un óptimo, está haciendo lo que ahora llamaríamos “análisis institucional comparativo”. Porque cuando la teoría económica planteó como óptimo el equilibrio general, comenzó luego a encontrar todo tipo de “fallas” que supuestamente la política iba a solucionar. Smith podría estar diciendo que será el mercado imperfecto, pero la “mano visible” de la política lo es más.

Pregunta: ¿De que depende que una sociedad en vez de evolucionar tenga un retroceso en su desarrollo?, ¿Solo ocurre por elegir malas instituciones?, ¿De las acciones de los hombres no se puede derivar ningún causante?

Es que las acciones de los hombres se dan en el marco de ciertas instituciones, que son las que generan incentivos para actuar promoviendo una evolución positiva o lo contrario.

Pregunta: ¿Solo podría simpatizar una persona que transito alguna emoción semejante a la que trata de imaginar?, ¿O podría llegar a imaginarse casi por completo todo lo que aquella persona está viviendo, sin haber tenido emociones semejantes?

Supongo que sí, no tenemos que quemarnos con el fuego para saber que el fuego quema; pero seguramente entendemos más su sufrimiento si lo hemos sufrido nosotros mismos.

Pregunta: ¿Podemos determinar alguna causa de la simpatía o como se provoca/genera?

Smith no diría esto, ya que es muy posterior, pero diría que son rasgos evolutivos, estudiados por la antropología o la sicología evolutiva, son rasgos que permitieron a ciertas especies y sociedades subsistir y prevalecer. La vida del ser humano y sus ancestros se desarrolló básicamente en grupos. Tal vez hubo grupos en los que no predominaba la simpatía entre sí sino otra cosa, pero es muy probable que estos no pudieran competir con grupos fuertes y consolidados a través de la simpatía.

Pregunta: ¿Hasta que punto las personas prefieren que simpaticen con ellas sobre aquellas pasiones desagradables antes que las agradables?, ¿Siempre ocurre esto?

Pareciera que todos preferimos la aprobación que la desaprobación, al menos respecto a nuestro grupo de referencia.

Pregunta: ¿Es la creencia en dios que, según Viner, tiene Smith la que está detrás de su apoyo a la libertad económica? ¿Es esta la “mano invisible”?

No creo. Smith era muy religioso, pero su amigo y maestro David Hume no lo era. No parece haber sido esto fundamental en su análisis.

Pregunta: En la página 17, el autor dice que no era usual en Smith proclamar que existía una armonía natural. Entonces, ¿Por qué se difunde la idea de que según él existe una armonía natural que promueve el bienestar del hombre? ¿Por qué existiría está si el hombre esta lleno de sentimientos egoístas?

Dice que el hombre tiene sentimientos de simpatía que se van diluyendo hacia círculos cada vez más alejados de sí mismo: familia, parientes, amigos y así sucesivamente. No tiene una simpatía hacia la humanidad en general, diciendo que eso solamente lo puede tener Dios. Además de esa simpatía hacia los cercanos, el hombre tiene todo otro tipo de virtudes y también de vicios, pero resulta que no todos son contraproducentes porque en el mercado la búsqueda de, por ejemplo, objetivos “egoístas” ha de canalizarse a satisfacer las necesidades de los demás.

Pregunta: Al final de la página 25, Coase dice que Adam Smith ve a las cualidades humanas menos agradables como productivas del bien. En mi parecer esto no abarca a todas las cualidades de ese tipo: ¿Se refiere sólo al interés propio o a otras también?

Seguramente no abarca a todas, pero dice que algunas si pueden producir buenos efectos y menciona que el “interés propio promueve la industria, el resentimiento desalienta acciones agresivas de otros y la vanidad lleva a actos de bondad”.

Pregunta: Los autores decían que el hombre se enfrenta a una naturaleza avara en la provisión de los recursos, ¿A qué recursos se refería? ¿Los autores no tomaban en cuenta la avaricia del hombre por tener siempre más? (me refiero a que el problema tal vez no sea la escasez. Por ejemplo la comida en el mundo alcanzaría para alimentar a todos, sin embargo, hay miles de personas que pasan hambre mientras otros tienen de más)

Entiendo que se refieren a la natural escasez de recursos, base de nuestras acciones económicas.

Pregunta: Queda claro que aquellas formas de gobierno que no respetan las libertades individuales y no protegen a los individuos no son útiles desde el punto de vista de los autores. En este sentido, ¿Declaran sus preferencias por alguna forma en particular?

Creo que veían como modelo la monarquía parlamentaria con poderes limitados que tenían entonces. No había experiencia todavía con democracias limitadas. Por supuesto que rechazaban las monarquías absolutas y creo que también hubieran rechazado las democracias ilimitadas.

¿Qué es el «bienestar general»? ¿Es el ‘óptimo de Pareto’? ¿TIene éxito el estado donde el Mercado falla?

Los alumnos de la materia “Applied Economics” de SMC leen los dos primeros capítulos del libro “El Foro y el Bazar”. Claro, la materia es “economía aplicada” pero se encuentran allí con un problema que es, en verdad, de naturaleza casi filosófica.

Se trata de definir qué es una “sociedad” y si puede hablarse de algo como el “bienestar común”, que guíe la toma de decisiones colectivas. En ese sentido, me parece que el Derecho ha avanzado poco y presenta definiciones muy poco precisas. En un post reciente, una alumna presentaba una definición de “servicio público” así: “un servicio se considera público cuando su finalidad es atender una necesidad de la sociedad en su conjunto”. Parecería de allí derivarse una definición de “bienestar común” como aquél en que la sociedad mejor satisface sus necesidades en conjunto.

Pero es inevitable preguntar: ¿qué significa satisfacer una necesidad en conjunto? La “sociedad” no existe como un ser aparte de los miembros que la componen, por lo que se hace necesario definir qué significa eso de “en conjunto”. ¿Quiere decir todos, una cierta mayoría? ¿Y cómo sabemos cuál es esa necesidad de la sociedad en su conjunto? En general, veo que los alumnos de Derecho llegan con una visión “normativa” del asunto: es lo que el Estado “debería” hacer, claro, si los políticos fueran ángeles. Pero no hay una pregunta profunda y una explicación concreta de lo que “es” tal como el bienestar general.

En ese sentido, la economía parece haber avanzado un poco más y, al menos, haber presentado una definición que permite avanzar algo en la discusión. Se trata del “óptimo de Pareto”. En términos simples, una situación es más ‘eficiente’ que otra si algunos han podido mejorar su situación, sin que empeore la situación de los demás. Y se alcanzaría un óptimo cuando ya no puedan algunos mejorar su situación, sin empeorar la situación de los demás. Ese óptimo podría ser el “bienestar general” del que hablan los alumnos de Derecho.

No parece una definición muy precisa pero, al menos, los economistas han precisado algo: que ese óptimo se alcanza en el punto de equilibrio, donde se cruzan las curvas de oferta y de demanda, donde la cantidad demandada es igual a la cantidad ofrecida. Dicho de otra forma: cuando se ha agotado todas las oportunidades de intercambio, los bienes o servicios han quedado en manos de quienes más los valoran y se ha alcanzado el máximo de superávit de los demandantes y de los oferentes. Ambas partes en los intercambios han ganado…, sin que empeore la situación de los demás.

Ahora bien, a partir de esta definición la economía ha seguido dos caminos que llevan luego a conclusiones “aplicadas” bien distintas: por un lado, la mayoría de los economistas entiende que los mercados no alcanzan ese punto óptimo debido a la existencia de todo tipo de “fallas”, y de allí saltan a proponer que el Estado y la política sean los que van a superarlas, acercando la posición al óptimo. Por otro, autores como Mises o Hayek quienes señalan que el modelo ideal de los mercados en equilibrio es útil solamente para entender cómo la realidad no es, para remover de a poco algunos de sus supuestos y acercarnos al funcionamiento real de los mercados. Uno de ellos es el supuesto del conocimiento perfecto por parte de todos los participantes en el mercado, que es imperfecto y se encuentra disperso entre todos sus participantes. Desde ese punto de vista, el mercado por cierto que es imperfecto porque no hay nada “perfecto” en un mundo de limitaciones pero el mercado es un extraordinario mecanismo para transmitir y aprovechar ese conocimiento limitado y disperso y, en todo caso, hay que remover las barreras para que pueda cumplir esa función adecuadamente.

Por último, que las llamadas “fallas de mercado” (competencia imperfecta, externalidades, bienes públicos, información asimétrica, etc.) existan no implica que la política las vaya a solucionar mejor de los arreglos institucionales que las mismas sociedades desarrollan para hacerles frente. Es decir, no hay una única solución (política) sino que nos encontramos en un entorno de análisis comparativo de marcos institucionales diferentes, donde pocas veces la política supera a los arreglos de tipo voluntario, comunitario o cooperativo.

 

John Stuart Mill destaca la importancia de la utilidad pero mantiene al trabajo en algunos casos

El otro texto que tienen para leer los alumnos de Historia del Pensamiento Económico es John Stuart Mill, Principles of Political Economy, Book III, Chapter II, «Of demand and supply and their relation to value»: http://www.econlib.org/library/Mill/mlP31.html#Bk.III,Ch.II

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Tal vez el mejor comentario sobre esto lo ha hecho Juan Carlos Cachanosky, así que lo cito directamente de su trabajo de tesis doctoral, publicado aquí: http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/25_4_Cachanosky.pdf

“Un aporte importante de Mill respecto de sus antecesores es que logra distinguir entre los conceptos de «demanda» y de «cantidad demandada». Los clásicos cometían la siguiente ambigüedad: decían que los precios subían o bajaban cuando aumentaba o disminuía la demanda; pero también decían que si el precio subía la demanda bajaba o si el precio bajaba la demanda subía. A partir de John S. Mill sabemos que una variación del precio provoca cambios en la «cantidad demandada», y que una variación de la «demanda» provoca cambios en los precios. Este fue un aporte muy importante de Mill, pero en el resto de la teoría del valor de cambio siguió a Ricardo casi palmo a palmo. Mill se introduce en el tema de la siguiente manera:

“Para que una cosa tenga algún valor de cambio son precisas dos condiciones. Tiene que tener algún uso; esto es (como ya se explicó), tiene que servir para algún fin, satisfacer algún deseo. Nadie pagará un precio, o se desprenderá de alguna cosa que le sirva para algo, para obtener una cosa que no le sirve para nada. Pero, en segundo lugar, la cosa no sólo tiene que ser de alguna utilidad, sino que tiene que haber también alguna dificultad en obtenerla.”

Agregando más adelante:

“La dificultad de obtención que determina el valor no es siempre de la misma clase. Algunas veces consiste en una limitación absoluta de la oferta. Existen cosas cuya cantidad es físicamente imposible aumentar más allá de ciertos límites estrechos. Esto sucede con algunas clases de vinos que pueden producirse sólo cuando se reúnen determinadas condiciones especiales de suelo, clima y situación. También sucede con las esculturas antiguas, los cuadros de los maestros antiguos, libros o monedas raros y otros artículos clasificados como antigüedades. Entre ellos también se pueden contar las casas y terrenos para edificar en algunas ciudades con extensión limitada (como Venecia, o cualquier ciudad fortificada en la que las fortificaciones son necesarias para la seguridad); los emplazamientos más deseables en cualquier ciudad; las casas y los parques especialmente favorecidos en cuanto a belleza natural, en lugares en que estas ventajas son poco comunes. En potencia, toda la tierra es una mercancía de esta clase; y pudiera serlo, en la práctica, en países poblados y cultivados por completo.”

Mill sigue muy de cerca a Ricardo, agregando ejemplos de mercancías cuya oferta no puede expandirse. Y también sigue a Ricardo cuando pasa al segundo grupo de mercancías cuya oferta es limitada, pero puede aumentarse mediante una mayor producción. Dentro de este segundo grupo existen, a su vez, dos subgrupos: 1) las mercancías cuya producción puede aumentarse con costos decrecientes, fundamentalmente las industriales, y 2) las mercancías cuya producción sólo se puede aumentar con costos crecientes, fundamentalmente la producción agropecuaria.

Finalmente Mill, el último de los clásicos, también cae en un razonamiento circular al hacer depender los precios de los salarios y los salarios de los precios. En el caso de Mill, el tema es más pasajero ya que dedica mucho espacio a explicar que los salarios suben cuando la acumulación de capital (fondo de salarios) crece más rápido que la población o, en otras palabras, cuando la demanda de trabajo aumenta más rápidamente que la oferta.

John S. Mill fue mucho más claro y sistemático al exponer los principios de la economía clásica que Adam Smith y David Ricardo, pero no logró desembarazarse de sus principales errores. No obstante, como ya señaláramos, realizó un aporte importante al distinguir entre la «demanda» y la «cantidad demandada» de una mercancía. Esta distinción permitió corregir una gran ambigüedad en el razonamiento de los clásicos. Mill plantea la ambigüedad de la siguiente manera:

[…] la demanda depende en parte del valor. Pero antes se ha dicho que el valor depende de la demanda. ¿Cómo nos desembarazaremos de esta contradicción? ¿Cómo resolveremos la paradoja entre dos cosas, cada una de las cuales depende de la otra?

Y la resuelve sin dibujarlas mediante «curvas» de demanda y oferta explicando qué ocurre cuando el precio es distinto del que iguala la cantidad demandada y la ofrecida. Luego de desarrollar la explicación en forma muy clara y precisa, concluye Mill:

Luego de desarrollar la explicación en forma muy clara y precisa, concluye Mill:

[…] la analogía matemática apropiada es la de una ecuación. Demanda y oferta, la cantidad pedida y la cantidad ofrecida, se igualarán. Si en algún momento son desiguales, la competencia las iguala, y esto se realiza por un ajuste del valor. Si la demanda aumenta, el valor sube; si la demanda disminuye, el valor baja: y también si la oferta baja, el valor sube, y baja si la oferta aumenta. El alza o la baja continúan hasta que la demanda y la oferta son otra vez iguales una con otra: y el valor que una mercancía adquirirá en cualquier mercado no es otro que aquel que, en ese mercado, da lugar a una demanda exactamente suficiente para absorber la oferta existente o prevista.198

John Stuart Mill es la culminación del pensamiento de los economistas clásicos. A diferencia de Ricardo, su manera de escribir es muy clara y superó a Adam Smith en la forma sistemática de exponer los temas. Pero el pensamiento de Mill es básicamente ricardiano; salvo en algunos puntos, como el que acabamos de ver, Mill amplía, enriquece y aclara el pensamiento de Ricardo. Dado que su padre, James, era muy amigo de Ricardo y Malthus y que muchas veces el pequeño John tenía que asistir a las discusiones de los tres, esta influencia es claramente explicable. La popularidad que alcanzó la economía clásica con J. S. Mill hizo que la teoría de la utilidad marginal, que sacudía los cimientos de esta escuela, encontrara en sus comienzos una fuerte oposición. Como casi siempre ocurre en el área de las ciencias, aquellos que realizan descubrimientos suelen ser considerados unos excéntricos, teóricos desvinculados del mundo o locos, cuando no son encerrados o quemados. Una de las cosas que más cuesta es romper con ideas arraigadas. John S. Mill hizo de la economía clásica un verdadero baluarte en Inglaterra; derrumbar sus errores no fue tarea fácil.”

¿Y si el valor no lo crea el trabajo sino las valoraciones subjetivas de consumidores y productores?

Con los alumnos de la UBA leemos a Böhm-Bawerk sobre la teoría del “valor-trabajo”. En este caso, de su libro “Capital e Interés”, la sección dedicada a Marx:

  1. Böhm-Bawerk, Eugen, Capital e Interés, “Marx”, Libro VI, Capítulo III: http://www.econlib.org/library/BohmBawerk/bbCI.html , también: http://mises.org/books/capitalandinterest.pdf

El tema no es menor porque la teoría del “valor-trabajo” es la piedra fundamental sobre la que Marx edifica su modelo y su propuesta socialista. Sin esa teoría el edificio cae, ya que la propuesta era “expropiar a los expropiadores”. Pero si el valor no lo crea el trabajo…

marx-bio

Aquí van algunos de sus contundentes argumentos:

“Si el valor de uso (utilidad) de los bienes no es considerada, dice Marx, queda en ellos solamente una propiedad común, ser producto del trabajo. ¿Es esto verdad? ¿Hay solo una propiedad? En bienes que tienen valor de cambio, por ejemplo, ¿no está también la propiedad de ser escasos en relación a su demanda? ¿O de que son objeto de demanda y oferta? ¿O que son “apropiados”? ¿O que son productos de la naturaleza? Porque que son productos de la naturaleza tanto como del trabajo nadie lo dice tan claro como el mismo Marx, cuando dice: “los bienes son combinaciones de dos elementos, materias naturales y trabajo”, o cuando incidentalmente cita la expresión de Petty sobre la riqueza material: “el trabajo es el padre y la tierra es la madre”.

Entonces, me pregunto, ¿no podría ser que el valor residiera en cualquiera de esas propiedades comunes, como también la de ser producto del trabajo?.”

“¿Es la tierra producto del trabajo? ¿O una mina de oro? ¿O una veta natural de carbón? Y, sin embargo, como cualquiera sabe, tienen a menudo valor de cambio. ¿Pero cómo puede ser que un elemento que no entra para nada en cierta clase de bienes que poseen valor de cambio sea presentado como el principio común universal de ese valor?

“Que un día de trabajo de un escultor puede ser considerado equivalente a cinco días del trabajo de un minero en muchos respectos –por ejemplo, en su valoración monetaria-   no hay duda. Pero que doce horas de trabajo de un escultor son sesenta horas de trabajo común, nadie lo puede sostener. Y en cuestiones de teoría –por ejemplo, en la cuestión del principio del valor- no es cuestión de qué ficciones ideamos, sino de cómo son las cosas.”

“Compartiendo la errónea idea de Rodbertus de que el valor de las cosas proviene del trabajo, cae luego en casi todos los errores que he atribuido a Rodbertus. Encerrado en su teoría, Marx fracasa en considerar la idea de que el Tiempo también tiene influencia en el valor. En una ocasión dice expresamente que en cuanto al valor de un bien es lo mismo si parte del trabajo se realiza antes en el tiempo o no. En consecuencia, no observa que existe toda la diferencia del mundo si el trabajo recibe el valor final del producto al final del proceso de producción, o lo recibe un par de meses o de años antes, y repite el error de Rodbertus diciendo, en nombre de la justicia, el valor de un bien ahora es el mismo que tendrá luego.”

“La teoría de Marx es tan impotente como la de Rodbertus para dar una respuesta aproximadamente satisfactoria a una parte importante del fenómeno del interés. ¿A qué hora del día laboral comienza el trabajador a crear la plusvalía que se obtiene en el vino, digamos entre el quinto y décimo año de estar en el barril de roble? O es, hablando en serio, nada más que un robo –nada más que la explotación de trabajo no pagado- cuando el trabajador siembra una bellota en la tierra y no se le pagan las 20 libras que valdrá el roble cuando un día, sin más trabajo humano, haya crecido hasta ser un árbol?”

El precio de los bienes depende, en definitiva, de la cantidad de trabajo. Una teoría que se derrumbó

Siguiendo con el análisis de la teoría del valor y las contribuciones de Böhm-Bawerk, los alumnos de Economía en la UBA leen ahora un análisis mucho más directo que el comentado ayer. Se trata de una lapidaria crítica a la teoría del valor-trabajo de Marx: Una contradicción no resuelta en el Sistema Económico Marxista: http://www.hacer.org/pdf/rev10_boehm.pdf

Bohm Bawerk

Pocos de quienes defienden esa teoría han realizado el esfuerzo de leer “El Capital”, donde Marx es particularmente confuso. En su primer tomo, que se publicara en vida del autor, deja la resolución del tema para más adelante, para los tomos siguientes:

“Marx había expresado, en su primer libro, que todo el valor de las mercancías se basaba en el trabajo involucrado en ellas y que en virtud de esta «ley del valor» deberían intercambiarse en proporción a la cantidad de trabajo en ellas invertido; que, además, la rentabilidad o plusvalía ganada por el capitalista era el fruto de la explotación del trabajador; que, sin embargo, el monto de la plusvalía no estaba en proporción al monto total del capital invertido por el capitalista, sino sólo al monto de la parte «variable» —esto es, a aquella parte del capital pagado en sueldos y salarios—, mientras que el «capital constante», el capital empleado en la adquisición de los medios de producción, no aumentaba la plusvalía. En la vida diaria, sin embargo, la rentabilidad del capital está en proporción al capital total invertido; y, principalmente por esto, las mercancías no se intercambian de hecho en proporción a la cantidad de trabajo invertido en ellas.”

BB considera minuciosamente los argumentos de Marx, y nos tenemos lugar aquí para plantearlos en detalle. Así resume una parte de su argumento:

“Resumamos: ¿cuál es la proporción que Marx quiso probar? Dice: «La ley de valor regula los precios de producción», o, dicho de otra manera, «Los valores determinan, en último caso, los precios de producción», o, si se explicita el significado que Marx da al valor y a la ley de valor en el primer volumen, la afirmación es: Los precios de producción están determinados «en último caso» por el principio de que la cantidad de trabajo es la única condición que determina los términos de intercambio de las mercancías.

¿Y qué hemos encontrado al examinar por separado las conexiones del argumento? Hemos descubierto que el precio de producción está, ante todo, determinado por dos componentes. Uno, los salarios abonados, es el producto de dos factores, de los cuales el primero —la cantidad de trabajo— está en armonía con la sustancia del concepto «valor» de Marx, y el otro —la tasa de sueldos y salarios— no lo está. Del segundo componente —el monto total de la rentabilidad media acumulada— Marx sólo pudo decir que se conectaba con la ley de valor mediante una deformación violenta de esta ley, fundamentando su operación en un campo en el que no existen términos de intercambio.”

Luego analiza la esencia del error de Marx, el que atribuye a haber tomado de Aristóteles la supuesta idea de que cuando se produce un intercambio, esto quiere decir que los dos lados de la transacción “se igualan”, por lo que tiene que haber entonces algo igual de un lado que de otro.

Marx ha encontrado en el antiguo Aristóteles la idea de que el «intercambio no puede existir sin igualdad, y que la igualdad no puede existir sin conmensurabilidad». (I, 35). Comienza con esta idea y la amplía. Concibe el intercambio de dos mercancías bajo la forma de una ecuación y de ésta infiere que «un factor común de la misma cantidad» debe existir en los bienes intercambiables (y por lo tanto considerados equivalentes) y luego procede a buscar este factor común al cual se deben «reducir» los dos bienes equivalentes como valores intercambiables.”

Luego proceder por medio de una deducción negativa, descartando los factores que no se igualan para luego quedarse con el tiempo de trabajo. Es decir, no prueba, muchos menos “empíricamente” que éste sea el factor determinante sino que llega a él por descarte de otros.

En definitiva, la crítica de BB es que, precisamente, un intercambio se realiza cuando existe una desigualdad de valoraciones, ya que éstas son subjetivas y no dependen de la cantidad de trabajo. El que vende entrega un bien que valora menos de lo que lo valora el que compra. Eso explica que se realice la transacción a un determinado precio.

En fin, hay muchas otras críticas más en el texto, respecto al precio de los bienes naturales (que no tienen trabajo incorporado) como la tierra, por ejemplo. Vale la pena una lectura detenida.

 

¿Son los costos los que determinan los precios? Claro, tienden hacia ellos, pero también son precios

Los alumnos de Económicas en la UBA leen a Böhm-Bawerk sobre el valor. En particular, BB analiza la teoría de los costos y todas las teorías que entonces consideraban que son los costos los que determinan los precios en este artículo titulado: “El determinante último del valor”: http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/46_7_Von%20Bohm%20Bawerk.pdf

Bohm Bawerk - Positive Theory of Capital

El comentario incluye la muy influyente teoría de Alfred Marshall sobre los dos lados de la tijera (utilidad para la demanda y costos para la oferta), que es aceptada en forma bastante generalizada. El artículo de BB es de difícil lectura, hay que leerlo lentamente y más de una vez pero concluye que los precios son determinados por la utilidad marginal, subjetiva. La influencia de los costos se encuentra en la llamada “ley de costos”, la que establece que los precios tienden, en el largo plazo, al nivel de los costos de producción. En ese punto final de equilibrio los precios serían igual a los costos, ya que de otra forma, si fueran más altos, estarían enviando una señal de que allí hay mayores ganancias que en otras actividades y los emprendedores se trasladarían a esa actividad hasta que esa diferencia deje de existir y se alcance una tasa de retorno normal. Si fueran más bajos, simplemente dejarían de producir esos bienes, y esa menor producción elevaría el precio de los productos hasta que se obtuviera un precio normal de retorno.

Descarta la teoría que asigna al trabajo como fuente del valor (Marx, entre otros). Concluye en una primera parte:

“Este análisis un tanto breve y pedante, aunque necesario, de la famosa ley de costos nos lleva a la siguiente conclusión. La ley de costos, tal como se la aplica a los hechos reales de nuestra vida económica, es susceptible de verificación en el sentido de que el costo sincrónicamente calculado, o la suma de los valores de los bienes que se emplean en la producción, coincide con el precio del producto. Por otra parte, si suponemos que dicho costo puede históricamente convertirse todo en trabajo, es posible verificar la proposición de que el precio del producto está determinado por la suma del trabajo realizado, medido en términos del valor de ese trabajo. Pero la ley de costos no es, por cierto, verdadera en el sentido de que el precio de estos bienes que están dentro del imperio de la ley está determinado por la cantidad de sacrificio implícito en su producción”.

Y luego explica en forma puntillosa cómo es que la demanda de los bienes finales, que a su vez está determinada por la utilidad marginal de los demandantes, es la que determina junto con la oferta el precio de esos bienes, y en forma indirecta el precio de sus factores de producción, entre los cuales se encuentra el trabajo. De otra forma se cae en una regresión infinita: los precios son determinados por los costos; pero los costos son también precios, que a su vez estarán determinados por sus costos; los cuales también son precios y así sucesivamente sin que se pueda encontrar una solución. En sus palabras:

“Los poderes de producción existentes, incluyendo al más importante y legítimo de todos —el trabajo— tratan de obtener empleo en las diversas oportunidades de producción que se les presentan. Es natural que se vinculen primero con aquellas esferas de producción que sean más rentables. Pero como ellas no resultan suficientes para dar empleo a todo el poder productivo, parte de este poder debe participar de ocupaciones sucesivamente menos productivas hasta que, por fin, se haya dado empleo a todo ese poder. Esta extensión gradual a ocupaciones menos rentables puede observarse en la producción, en un momento determinado, de bienes más valiosos y de otros que, desde el principio mismo, eran menos valiosos, porque su demanda era menos urgente. Pero lo importante de esta extensión gradual hacia empleos menos rentables se halla en otra parte. En cualquier campo de producción que haya sido hasta ahora muy rentable, el monto producido tiende a aumentar. Por lo tanto, de acuerdo con principios bien conocidos, nos vemos obligados a comercializar el aumento de la producción a un precio más bajo.”

Y más adelante:

“Todavía avanza un poco más y determina el salario del trabajador. Por un lado, ningún empresario le pagará a sus obreros, durante un período prolongado, más de lo que puede obtener por el producto del trabajo de ellos. El valor del producto será, entonces, el límite superior del índice de los salarios. Además, en condiciones de libre competencia, no les pagará menos durante un período prolongado porque en tanto el precio de mercado supere al costo de producción, el empresario obtiene ganancias; pero él o sus competidores se sentirán tentados a aumentar, por ello, su producción y, de este modo, a emplear más trabajadores hasta que la diferencia entre la valoración del último comprador y el salario del último trabajador desaparezca.”

 

Los autores escoceses, la simpatía y el interés propio en Hume, Ferguson y Smith. La mano invisible (I)

Los alumnos de Económicas en la UBA leen sobre los escoceses: Hume, Ferguson, Smith, a Adam Smith en la Teoría de los Sentimientos Morales y a Ronald Coase sobre Smith:

  1. Adam Smith, Teoría de los Sentimientos Morales: Sección I: Del Sentido de la Propiedad: http://www.textosdigitales.com.ar/CP/CICLO_BASICO/2.007_-_Teoria_Politica_II/Smith_-_Teoria_de_los_Sentimientos_Morales.pdf
  2. Ezequiel Gallo, “La tradición del orden social espontáneo: Adam Ferguson, David Hume y Adam Smith”: http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/44_5_Gallo.pdf
  3. Ronald Coase, “Adam Smith’s View of Man”: http://www.chicagobooth.edu/~/media/59F2E558F3604398BBF9518FCF3EBC9E.PDF

Pregunta: ¿A qué adjudicaría la contradicción en la cual incurren los autores al sostener que el hombre es egoísta y a la vez se preocupan por el bienestar ajeno?

Es lo que explica Coase en su artículo. Smith habla de “interés propio”, el cual es un fuerte motivador de la conducta humana, pero no es el único, y que la inclusión de otros motivos no debilita sino que fortalece su argumento en favor del mercado. Cita a Smith en TSM respecto a simpatizar con otros porque la simpatía mutua es un placer: “Nada nos satisface más que observar en otros hombres un sentimiento de camaradería”. Esa “simpatía” es más fuerte con nuestros afectos más cercanos y se debilita a medida que nos alejamos. Es parte de nuestro “interés propio” recibir la aprobación de ese “observador imparcial” y de los demás sobre nuestra conducta.

Pregunta: Dada la concepción pesimista que tienen los autores del hombre, ¿Cómo es que se espera que la sociedad que estos individuos componen esté en continuo progreso?

Ése es el gran descubrimiento de los escoceses. Que incluso gente imperfecta, con conocimiento limitado, en busca de su propio interés, termina siendo guiado por un “orden espontáneo”, la mano invisible, a contribuir al bienestar de los demás. No importa cuál sea su motivación, para conseguir lo que quiera tiene que ofrecer lo que otros necesiten. Ese proceso coordina las acciones de todos sin que nadie en particular lo esté organizando. “Entender” este orden fue el gran hallazgo de los escoceses y tal vez la contribución más importante que se haya hecho alguna vez a las ciencias sociales, cuyo objetivo es, precisamente, comprender esos órdenes que existen en la sociedad.

Pregunta: ¿Es realmente posible mantener el orden de un gran estado o sociedad únicamente restringiendo las conductas dañinas y dejando que los intereses particulares marquen el rumbo de la nación y su riqueza?

Es lo que los escoceses, y muchos otros después de ellos, sostienen. Las conductas dañinas a restringir son aquellas que involucran la violencia: asesinato, robo, fraude. Si no hay violencia, lo que hay son transacciones voluntarias. El sistema de precios va guiando las acciones individuales para coordinarlas y asignar los recursos a los usos que los consumidores más valoren.

Pregunta: ¿Qué sucede ante un abuso de poder de parte de algún individuo/sector?

No pueden usar la violencia o coerción. El estado es quien sustenta el monopolio del uso de la fuerza con la misión de restringir a todo otro uso que no sea el que legalmente usa.

Pregunta: ¿Cómo y quién determina en las instituciones el límite de restricción de las reglas generales?

Cuando los derechos de unos entran en conflicto con los derechos de otros, es el sistema judicial el que está llamado a resolver. En el caso de estos autores, vivían bajo un sistema jurídico conocido como “common law”, un sistema basado esencialmente en la evolución de la jurisprudencia a partir de las costumbres y tradiciones; a diferencia de nuestros sistemas “codificados” donde el legislador trata de tomar en cuenta todas las situaciones posibles antes de que ocurran. En el primer caso, el juez va desarrollando el derecho a partir de casos específicos que se van presentando.

Pregunta: Situándose en la sociedad moderna, ¿qué otros mecanismos de retroceso o estancamiento de las naciones pueden reconocer? Ferguson determina una situación insalvable cuando desarrolla el concepto de personajes “corruptos” ¿es posible aun creer que una nación en estancamiento podría llegar a cambiar su realidad si lograse elegir mejor las instituciones básicas, más precisamente el gobierno?

Pero no es una cuestión de “quién” esté en el gobierno, sino de cuáles son sus atributos y cuáles las limitaciones existentes para evitar el abuso de su condición de monopolista. En países de alta calidad institucional apenas sabemos quiénes son sus gobernantes (Suiza, Dinamarca, Nueva Zelanda), son países donde gobierna la “ley”, no personas específicas.

Pregunta: El concepto de hombre egoísta es condenado aun por muchos partidos políticos. ¿Por qué cree el autor que los gobiernos se aseguran de criticar al individuo que busca su interés personal? ¿No son los gobernantes corruptos los principales en buscar su propio interés de manera perversa?

Este es un tema analizado en estos tiempos por la escuela de ‘Public Choice’. El político, al igual que cualquier otro, persigue su propio interés. Y está en su propio interés presentarse como altruista y preocupado por los intereses de los votantes aunque en definitiva persiga los propios. En forma similar a lo que comentamos sobre el mercado, el tema es si enfrenta un marco institucional que genera un conjunto de incentivos que lo llevan a alinear sus intereses con los de sus votantes o, por el contrario, esa búsqueda del interés propio lo aleja de ese objetivo.

Pregunta: Siendo un concepto muy amplio y cuestionado ¿Cuál es la noción de progreso para los autores clásicos?

La idea de progreso, de avance de la sociedad no existía hasta el Iluminismo, particularmente desarrollado por los escoceses. Es decir, antes de esto la gente no pensaba que las cosas pudieran estar mejor en este mundo, sí tal vez en el siguiente. No se creía que fuera posible un mundo donde se generaran oportunidades de mejora. En términos modernos, creo que los escoceses consideraban al progreso como una mayor cantidad y calidad de oportunidades para el avance personal en la vida.

Pregunta: Este texto me resulta sumamente interesante y lo que le preguntaría al autor sería si cree que hay excepciones para esta idea de “compasión”, “simpatía” ya que a veces creo reconocer que en determinados estatus y posiciones de poder, este “ponerse en lugar del otro” no se da y es ahí donde el concepto de egoísmo toma su peor descripción.

Tal vez tengamos que pensar en ese personaje, el político, desde la perspectiva de Smith, quien dice que su “simpatía” estará presente sobre todo hacia sus personas más cercanas, y se irá debilitando a medida que se aleja de ellas. En este sentido, los “votantes”, por ejemplo, si bien son necesarios para ganar una elección y acceder al poder, son bastante lejanos en relación a familiares, parientes, amigos y los círculos más cercanos. En tal sentido, tal vez Smith explica muy bien lo que sucede en la política, ¿Por qué vemos que nombran a familiares y amigos en cargos importantes y cercanos que les permiten mantener el control del poder?

Pregunta: Me perturbó la frase: “cada facultad de un hombre es la medida porque juzga la misma facultad en otro”.

Es una descripción de lo que Smith observaba en la gente. No lo veo como negativo o pesimista, sino simplemente como descriptivo de nuestras actitudes.

Pregunta: ¿Es la empatía la que da origen a la lástima?

No soy sicólogo, pero pareciera que eso es lo que Smith dice.

Pregunta: ¿Esta necesidad de identificarnos y medirnos con un referente es de naturaleza egoísta?

Smith no usa la palabra egoísta sino la de “interés propio”. Puede ser una cuestión semántica, pero el término egoísta suele ser utilizado en el lenguaje diario para aquél que solamente toma en cuenta sus propios intereses y no los de los demás, mientras que la otra versión incluiría dentro del “interés propio” también la empatía con los otros.

Este es un ejemplo tal vez exagerado. Uno podría decir que la Madre Teresa perseguía su “propio interés” al ayudar a los demás, porque quería dedicar su vida a los pobres y así servir a Dios. Ése era su “interés personal” pero estaba enfocado hacia otros. Egoísta sería quien descarta ocuparse de otros o interesarse, o tener empatía.

Pregunta: ¿La virtud es altruista?

La pregunta debería ser al revés: ¿es una virtud ser altruista? Si tomamos esa palabra como la contraparte de egoísta como se definió antes la respuesta es que no. Una sociedad en la que todos fueran altruistas, en el sentido de que solamente se ocupan de los demás y no de sí mismos, sería imposible, no podría existir. No podríamos saber qué es lo que el otro necesita ya que éste no estaría pensando en sí mismo sino en algún otro.

Pregunta: ¿Es posible analizar o estudiar lo aportado acerca de las sociedades por dichos autores separando o sin tener en consideración las contribuciones realizadas en sus campos principales de estudio?

No me queda muy clara esta pregunta, pero las suyas han sido parte muy importante de esas contribuciones.

Hume, Smith y Ricardo sobre el mercantilismo, el flujo de divisas y la asignación de capitales (V)

Con los alumnos de Economía de la UBA vemos a los clásicos: Hume, Smith, Ricardo, sobre el mercantilismo, el flujo de divisas y la asignación de capital. Los alumnos preguntan:

  1. David Hume, Essays, Moral, Political and Literary, Part II Chapter V «Of the balance of trade»: http://www.econlib.org/library/LFBooks/Hume/hmMPL28.html
  2. Adam Smith, Wealth of Nations Libro IV capitulo 1: Of the principle of the commercial or mercantile system: http://www.econlib.org/library/Smith/smWN12.html
  3. David Ricardo, Principles of Political Economy, Chapter IV, «On Natural and Market Price»: http://www.econlib.org/library/Ricardo/ricP2.html

Pregunta: Cuándo se producen estos desvíos del precio de mercado del natural, ¿Podríamos estimar en qué proporción ocurren? Para así poder estimar después en que magnitud ocurrirán los movimientos de capitales y duración de aquellos.

Es que lo que no sabemos es cuál es el precio natural.

Pregunta: ¿Qué mas afecta y logra como consecuencia que el precio de mercado se desvié del natural?, ¿Solo afectan las cantidades demandadas y preferencias de los consumidores?

Agregaría la disponibilidad de recursos y las tecnologías disponibles.

Pregunta: Con respecto a la acumulación de oro y plata, si su libro hubiese sido publicado algún siglo antes, ¿cree que el destino de América hubiese sido otro?

Puede ser, la corona española se hubiera preocupado, tal vez, más en generar condiciones para la producción y no tanto para la extracción de recursos.

Pregunta: Esta sección del libro pone mucho énfasis en el comercio, ¿las naciones del momento adhirieron rápidamente a sus ideas?¿Se vieron disminuidas las acumulaciones de dinero y metales?¿Era esa su búsqueda?

El proceso de avance hacia el libre comercio se dio lentamente y bastante después de que muriera Smith. Se menciona como un hito al respecto la derogación de las leyes de granos, que abrieron el mercado inglés en 1846.

Pregunta: En el párrafo ll.V35, el autor plantea la importancia de que los países estén comunicados libremente, ya que cada uno es tan diferente el uno del otro que el intercambio entre ellos resultaría beneficioso, pero ¿qué diría el autor sobre las relaciones de dependencia que se dan actualmente que someten a algunos países por otros? ¿Cómo puede ser visto esto como beneficioso por los países sometidos?, ¿No habría otra alternativa posible, quizá sin una comercio tan liberado, que los dejara en una mejor situación?

Y, ¿cuáles serían los países ahora dependientes? ¿China, India, México, Vietnam?

Pregunta: ¿Al producirse una transferencia de capital, que ocurre si la mano de obra que se desprende de una industria no está capacitada para el sector de destino?

Habría que preguntarse si ya habría “otra” mano de obra capacitada para ello. La necesidad de capacitar trabajadores para nuevas tareas es una constante. Ford tuvo que enseñarle a los trabajadores a trabajar en la línea de producción, no había quienes ya supieran eso. Jobs tuvo que enseñarle a otros a armar computadoras personales.

Pregunta: En la dinámica descripta, como incorpora el progreso tecnológico?

Diría que esas nuevas oportunidades de negocios están asociadas al desarrollo de nuevas tecnologías.

Pregunta: ¿En un país con bajo nivel de capital, si se produce alguna de estas variaciones accidentales o temporales el proceso de ajuste también es aplicable?

Sería una “ley general” que se aplica en toda circunstancia.

Pregunta: ¿Alcanza esta argumentación para demostrar que la intervención estatal en la balanza comercial pondría en peligro la riqueza de un país?

Depende del lector seguramente.

Pregunta: ¿Son los costos conocidos por todos y valuados de la misma manera o una ventaja técnica puede generar discrepancias entre los productores, más allá de sus expectativas?

Por cierto, ese conocimiento perfecto y homogéneo no existe, por eso hay discrepancias entre empresarios que compiten entre sí.

Pregunta: Cada comerciante ofrece en el momento en que es ventajoso para él: ¿puede llegar a existir una situación en la cual toda la fuerza productiva se vuelque a la actividad monetaria exclusivamente?

Y ¿qué haríamos? ¿Intercambiar dinero por dinero?

Pregunta: ¿Que sucedía, frente a los cambios de demanda, en procesos de producción más rígidos que los ejemplificados en el texto? (Acería por ejemplo, donde apagar un horno es más costoso que dejarlo prendido)

Bueno, esto sucede actualmente, y las empresas han aprendido a manejarlo.

Pregunta: Pareciera que todo respondía a señales de precios de mercado: ¿Las Estados empezaban a tener algún tipo de injerencia ante fallas de mercado?

Se estaba saliendo, en verdad, de todo tipo de interferencias por parte de los gobiernos quienes fijaban precios, prohibían o autorizaban actividades, otorgaban esas atribuciones a los “gremios” medievales, etc. Pero seguramente no pensaban en términos de “fallas de mercado”.

Pregunta: ¿Pensaba Ricardo en las señales de precios reales de mercados extranjeros, de modo que los capitales migraran hacia distintas naciones?

Seguramente, aunque aquí está analizando el tema en un modelo “cerrado”, como diríamos ahora.

Pregunta: ¿Como podría asegurarse constante oferta de trabajo cuando cae la actividad económica en términos generales?

Interpreto como demanda de trabajadores. Como en cualquier otro mercado, depende del precio.

Pregunta: ¿Que supuestos toma al momento de determinar el precio de los bienes pura y exclusivamente por oferta y demanda. Es decir, entiendo que deberia haber competencia perfecta para que la oferta de los bienes varie a tal punto de variar su precio, ya que deberian entrar muchos al tener rendimientos mayores y asi hacer que su precio disminuya ?

Smith consideraba importante a la competencia, pero no clasificaba a los mercados como se hiciera muchos años después. Simplemente pensaba que mayor competencia, mejor.

Pregunta: En el texto se afirma que el libre comercio regula la riqueza de las provincias más allá de las cualidades particulares de cada una de ellas, ¿cómo explicaría el autor las diferencias evidentes que existen según las regiones de un país?

Pensaría que en algunas de esas regiones hubo más inversión de capital y más producción que en otras.

Pregunta: ¿Es posible el desarrollo económico sostenido de una nación que cierre completamente su balanza comercial?

Se acercaría a una economía de subsistencia. Perdería los beneficios de la división del trabajo internacional.

Pregunta: ¿De qué modo se pueden explicar las enormes desigualdades de riquezas entre las naciones? ¿Esto se debe a una dotación de recursos primitiva, equiparable a una acumulación originaria?

Según Smith se explicaría por distintos arreglos institucionales que promueven o desalientan la inversión.

Hume, Smith y Ricardo sobre el mercantilismo, el flujo de divisas y la asignación de capitales (IV)

Con los alumnos de Economía de la UBA vemos a los clásicos: Hume, Smith, Ricardo, sobre el mercantilismo, el flujo de divisas y la asignación de capital. Los alumnos preguntan:

  1. David Hume, Essays, Moral, Political and Literary, Part II Chapter V «Of the balance of trade»: http://www.econlib.org/library/LFBooks/Hume/hmMPL28.html
  2. Adam Smith, Wealth of Nations Libro IV capitulo 1: Of the principle of the commercial or mercantile system: http://www.econlib.org/library/Smith/smWN12.html
  3. David Ricardo, Principles of Political Economy, Chapter IV, «On Natural and Market Price»: http://www.econlib.org/library/Ricardo/ricP2.html

Pregunta: ¿Los acuerdos de libre comercio podrían fomentar el aumento de reservas internacionales por aumento de las exportaciones y la reducción de precios de mercancías domesticas por aumento de la competitividad internacional como consecuencia de las mayores importaciones?

Creo que el impacto en las reservas no puede definirse. Seguramente aumentaría el volumen de comercio, tanto de exportaciones como de importaciones, pero no se puede decir cuál más. El aumento de las reservas podría llegar por medio de los otros componentes de la balanza de pagos porque, por ejemplo, un mercado más amplio y más seguro atraería un mayor ingreso de capitales.

Pregunta: Si la competencia genera los precios de las mercancías, ¿la competencia en los mercados laborales genera disminución de los precios de los salarios – precio natural?

La competencia en los mercados laborales se da tanto en la demanda como en la oferta. Es decir, compiten entre sí los trabajadores por distintos puestos de trabajo pero también los empleados por distintos trabajadores.

Pregunta: El modelo de ventajas comparativas que propone Ricardo- que muestra que los países tienden a especializarse en la producción y exportación de aquellos bienes que fabrican con un costo relativamente más bajo respecto al resto del mundo, en los que son comparativamente más eficientes que los demás y que tenderán a importar los bienes en los que son más ineficaces y que por tanto producen con unos costos comparativamente más altos que el resto del mundo – de que manera los países subdesarrollados con escasos factores productivos pueden adaptarse a los mercados altamente competitivos actuales?

Pueden ofrecer mejores condiciones para la producción: menos regulaciones, menos impuestos. Es lo que hizo Hong Kong, que no tiene ni un solo recurso natural, aunque tenía mano de obra barata y ofreció condiciones atractivas para la inversión.

Pregunta: ¿Como se explica que frente a la crisis financiera del 2007-2008 en EEUU, fueron necesarias las rápidas y numerosas intervenciones de la Reserva Federal (mediante inyecciones de liquidez y ajustes de los tipos de interés) junto con las acciones del Tesoro americano para el rescate financiero de Bear Stearns y controlar los efectos de las crisis, reestableciendo rápidamente los canales de créditos, apartándose de las ideas de no intervencionismo de Adam Smith en dicha situación límite? Según las recomendaciones de Smith, ¿la Reserva federal debió no aplicar políticas monetarias expansivas y la Secretaria del tesoro debió negarse a llevar a cabo el “plan de rescate” propuesto por Henry Paulson y dejar que se restablezca el equilibrio naturalmente?

Probablemente, aunque en su época ya existía el Banco de Inglaterra le hubiera, tal vez, sorprendido encontrarse con algo como la Reserva Federal y una moneda totalmente fiduciaria.

Pregunta: ¿Qué lugar ocupa el ahorro y el interés en su visión de la economía?

Smith creía que el ahorro era fundamental, sobre todo cuando se trasladaba a la inversión.

Pregunta: Siendo que le da mucha importancia a la industria, ¿considera a la producción de bienes primarios como funcional para aquellos países dedicados a la producción de bienes manufacturados?

Vivía la época de la Revolución Industrial. Hoy estaría igualmente entusiasmado con la tecnología digital, las redes, etc. En ese momento la industria era la innovación, era el futuro.

Pregunta: Hume plantea que prohibir la exportación perjudica a los países, e incentiva a los mismos para que lo hagan. Pero no desarrolla como evitar que las importaciones (exportaciones de otros países) no superen las exportaciones del mismo y así impedir que se conserve el oro y la plata. ¿Qué mecanismos propondría?

Planteaba que había un mecanismo automático. SI las importaciones superaban a las exportaciones habría una salida de oro (para pagar las mayores importaciones). Esta menor cantidad de dinero disminuiría los precios internos, volviendo a la producción local más competitiva, reduciendo las importaciones y aumentando las exportaciones.

Pregunta: EL autor propone que la acumulación de dinero por encima del nivel deseado lleva a la destrucción del país. ¿Pero la inversión en por ejemplo fábricas no aumentaría esa cantidad, y a la vez la producción que podría ser exportada?

La mayor cantidad de dinero llevaría a un aumento de los precios internos, por ejemplo en los bienes de capital que habría que invertir en esas fábricas, y en los bienes que consuman quienes los producen, perjudicando a las exportaciones y favoreciendo a las importaciones.

Pregunta: ¿Existía algún tipo de ley que protegiese a los trabajadores de las fluctuaciones del mercado y del cambio de las inversiones?

No

Pregunta: ¿De qué forma el comercio internacional entre particulares aumentaba la cantidad de oro y plata de un país? ¿El gobierno los retenía y entregaba monedas del país o estos quedaban en circulación?

Quedaban en circulación.

Pregunta: En el párrafo iv.1.19 Smith señala que intentar aumentar la riqueza de un país, ya sea introduciendo o deteniendo una cantidad innecesaria de oro y plata es tan absurdo como aumentar la cantidad de bienes que tienen las familias obligándolos a comprar cosas que no necesitan. ¿No se contradice el autor al decir que la única forma de aumentar la riqueza de un país es aumentando la cantidad de oro y plata?

Es que no dice eso sino que lo critica. Para él la única forma era una mayor producción de bienes y servicios.

Pregunta: ¿Qué hacer cuando los costos de entrada y de salida de una industria son muy altos?

Los emprendedores verán si hay caminos alternativos para ingresar a menores costos. El gobierno debería reducir los suyos.

Pregunta: ¿Qué hacer con la inflexibilidad a la baja de los salarios?

Éste es ya un problema político y cultural, pero si el mercado laboral no ajusta por precio, ajusta por cantidad, y habrá desempleo.

Pregunta: ¿Se podría pensar que con la globalización los rendimientos de las diferentes ramas de producción se comparan a nivel mundial y no local?

En forma creciente

Pregunta: ¿No es una contradicción lo que se propone al inicio del párrafo 37 “All taxes, however, upon foreign commodities, are not to be regarded as prejudicial”?

Es que Smith acepta ciertas excepciones.

Pregunta: ¿Si consideráramos el ajuste por deflación perjudicial para la industria y la gente, estaría justificado que el gobierno se preocupe por la entrada y salida de oro y plata siempre que exista riesgo deflación?

Pero Hume no lo consideraba así.

Pregunta: ¿Una guerra en el extranjero estaría justificada si nos entrega el monopolio de un mercado?

No creo que Smith justificara ninguna guerra con ese objetivo, aunque entendiera que las guerras, sobre todo entonces, existían.

Pregunta: ¿Por qué considera que se produjo la confusión sobre que es realmente riqueza?

Parece lógico a nivel personal o de familia. Tener “dinero” parece ser tener riqueza. Pero las familias con “dinero” y sin capacidad de producir, pasan de ricas a pobres a la larga.

Pregunta: ¿Qué limite tomaría para decidir cuál política de limitación del comercio exterior es favorable o no?

Buena pregunta, Smith no parece plantearlo, de alguna forma descansa en el sentido común del gobernante.

Pregunta: Si bien se presenta la movilidad de trabajo de una industria a otra como algo natural, esta movilidad conlleva el despido de una enorme cantidad de trabajadores ¿No cree favorable algún tipo de regulación para evitar los mismos?

Comenté antes, no necesariamente implica eso. Puede instalarse una nueva industria y atraer trabajadores de otras con mayores salarios. En ese caso, hay movilidad pero no hay desempleo. Por el contrario, hay una mejora en los salarios.

La Ley de Say: toda oferta crea su propia demanda. Malinterpretada y vilipendiada cien años después

Los alumnos de Económicas leen a Jean Baptiste Say (1767-1832), un ‘clásico’ francés quien nunca debe haber sospechado la importancia que adquiriría en la política económica del siglo XX. Seguramente han conocido la famosa “Ley de Say” presentada como “toda oferta crea su propia demanda”. Desde el punto de vista, digamos, del ‘marketing’, la frase parece absurda; nadie tiene garantizado que simplemente por ofrecer algo exista alguien que esté dispuesto a comprarlo. Pero, ¿es eso lo que dijo Say?, o ¿es eso lo que quiso decir?

Say

La lectura es sobre el capítulo de su libro ‘Tratado de Economía Política’ donde precisamente presenta esta idea:

Jean Baptise Say, A treatise on political economy, capítulo XV «Of the demand of market for products»: http://www.econlib.org/library/Say/sayT15.html#Bk.I,Ch.XV

En castellano: http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/33_10_Say.pdf

“Una persona que dedique su esfuerzo a invertir en objetos de valor que tienen determinada utilidad no puede pretender que otros individuos aprecien y paguen por ese valor, a menos que dispongan de los medios para comprarlo. Ahora bien, ¿en qué consisten estos medios? Son los valores de otros productos que también son fruto de la industria, el capital y la tierra. Esto nos lleva a una conclusión que, a simple vista, puede parecer paradójica: es la producción la que genera la demanda de productos.”

“Si un comerciante dijera: «No quiero recibir otros productos a cambio de mi lana; quiero dinero», sería sencillo convencerlo de que sus clientes no podrían pagarle en dinero si antes no lo hubieran conseguido con la venta de algún bien propio. Un agricultor podrá comprar su lana si tiene una buena cosecha. La cantidad de lana que demande dependerá de la abundancia o escasez de sus cultivos. Si la cosecha se pierde, no podrá comprar nada. Tampoco podrá el comerciante comprar lana ni maíz a menos que se las ingenie para adquirir además lana o algún otro artículo con el cual hacer la compra. El comerciante dice que sólo quiere dinero. Yo digo que en realidad no quiere dinero, sino otros bienes. De hecho, ¿para qué quiere el dinero? ¿No es acaso para comprar materias primas o mercaderías para su comercio, o provisiones para su consumo personal? Por lo tanto, lo que quiere son productos, y no dinero. La moneda de plata que se reciba a cambio de la venta de productos propios, y que se entregue en la compra de los de otras personas, cumplirá más tarde la misma función entre otras partes contratantes, y así sucesivamente. De la misma manera que un vehículo público transporta en forma consecutiva un objeto tras otro. Si no puede encontrar un comprador, ¿diría usted que es solamente por falta de un vehículo donde transportarlo? Porque, en última instancia, la moneda no es más que un agente que se emplea en la transferencia de valores. Su utilidad deriva de transferir a sus manos el valor de los bienes que un cliente suyo haya vendido previamente, con el propósito de comprarle a usted. De la misma manera, la próxima compra que usted realice transferirá a un tercero el valor de los productos que usted anteriormente haya vendido a otros. De esta manera, tanto usted como las demás personas compran los objetos que necesitan o desean con el valor de sus propios productos, transformados en dinero solamente en forma temporaria. De lo contrario, ¿cómo es posible que la cantidad de bienes que hoy se venden y se compran en Francia sea cinco o seis veces superior a la del reinado miserable de Carlos VI? ¿No es evidente que deben haberse producido cinco o seis veces más bienes, y que deben haber servido para comprarse unos a otros?”

Y aquí el párrafo que diera lugar a esa interpretación llamada “Ley de Say”. ¿Parece tan ilógico como alguien (¿quién?) lo quiso presentar?:

“Cuando un producto superabundante no tiene salida, el papel que desempeña la escasez de moneda en la obstrucción de sus ventas en tan ínfimo que los vendedores aceptarían de buen grado recibir el valor en especie para su propio consumo al precio del día: no exigirían dinero ni tendrían necesidad de hacerlo, ya que el único uso que le darían seria transformarlo inmediatamente en artículos para su propio consumo.

Esta observación puede extenderse a todos los casos donde exista una oferta de bienes o servicios en el mercado. La mayor demanda estará universalmente en los lugares donde se produzcan más valores, porque en ningún otro lugar se producen los únicos medios de compra, es decir, los valores. La moneda cumple sólo una función temporaria en este doble intercambio. Y cuando por fin se cierra la transacción, siempre se habrá intercambiado un bien por otro.

Vale la pena señalar que desde el instante mismo de su creación el producto abre un mercado para otros por el total de su propio valor. Cuando el productor le da el toque final a su producto, está ansioso por venderlo de inmediato, por miedo a que pierda valor en sus manos. De la misma manera, quiere deshacerse del dinero que recibe a cambio, ya que también el valor del dinero es perecedero. Pero la única manera de deshacerse del dinero es comprando algún otro producto. Por lo tanto, la sola creación de un producto inmediatamente abre una salida para otros.”