Milton & Rose Friedman sobre el impacto de las ideas en la evolución de la sociedad

Con los alumnos de la materia Historia del Pensamiento Económico y Social, De UCEMA, vemos un artículo breve y simple de Milton y Rose Friedman, pero sobre un tema de fundamental importancia, el papel que cumplen las ideas en la evolución de las sociedades, los ciclos que se generan, los procesos de cambio y las crisis como detonantes de muchos de esos cambios. Es de fundamental importancia en todas nuestras sociedades. Así presentan el tema:

”El objetivo de este ensayo es modesto: presentar una hipótesis que se ha tornado cada vez más razonable para nosotros a medida que pasan los años, ilustrarla con ejemplos de los últimos tres siglos y analizar algunas de sus implicancias. La hipótesis es la siguiente: un cambio importante en la política social y económica está precedido por un cambio en el clima de la opinión intelectual, generado, al menos en parte, por circunstancias sociales, políticas y económicas contemporáneas. Este cambio puede comenzar en un país pero, si es duradero, termina por difundirse en todo el mundo. Al principio tendrá poco efecto en la política social y económica. Después de un intervalo, a veces de décadas, una corriente intelectual “tomada en su punto culminante” se extenderá al principio gradualmente, luego con más rapidez, al público en general y a través de la presión pública sobre el gobierno afectará las medidas económicas, sociales y políticas. A medida que la corriente de acontecimientos alcanza su punto culminante, la corriente intelectual comienza a disminuir, compensada por lo que A. V. Dicey denomina las contracorrientes de opinión, que representan generalmente una reacción a las consecuencias prácticas atribuidas a la corriente intelectual anterior. Las promesas tienden a ser utópicas. Nunca se cumplen, y por lo tanto desilusionan. Los protagonistas iniciales de la corriente de pensamiento desaparecen y la calidad intelectual de sus seguidores y partidarios disminuye en forma inevitable. Hacen falta independencia y coraje intelectuales para iniciar una contracorriente que domine la opinión, y también, aunque en menor medida, para unirse a la causa. Los jóvenes emprendedores, independientes y valientes buscan nuevos territorios para conquistar y ello requiere explorar lo nuevo y lo no probado. Las contracorrientes que juntan sus fuerzas ponen en movimiento la próxima marejada, y el proceso se repite.

No es necesario mencionar que este esquema está demasiado simplificado y excesivamente formalizado. En particular, omite cualquier análisis de una interacción sutil mutua entre la opinión intelectual, la opinión pública y el curso de los acontecimientos. Siempre se dan cambios graduales en las políticas y en los acuerdos institucionales. Sin embargo, los cambios importantes rara vez ocurren, excepto en los tiempos de crisis, cuando, utilizando la frase evocadora de Richard Weaver,”las ideas tienen consecuencias”. La corriente de pensamiento llega al público por medio de intelectuales de diversas profesiones: maestros y predicadores, periodistas de la prensa escrita o de la televisión, eruditos y políticos. El público comienza a reaccionar a esta crisis de acuerdo con las opciones que los intelectuales han explorado, opciones que limitan en forma eficaz las alternativas abiertas a los poderes existentes. En casi toda corriente una crisis se identifica como el catalizador de un cambio importante en la dirección de la política.”

Milton Friedman sobre la responsabilidad social empresaria y el debate con John Mackey

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA, leer en forma optativa a Milton Friedman: “La responsabilidad social de los empresarios es incrementar sus ganancias”. Y e debate que se genera con John MacKey, de Whole Foods.

El artículo, publicado en la revisa del New York Times es claramente desafiante, típico de Friedman. Con un título agresivo busca llamar la atención de los lectores. Así lo comenta una alumna:

“Friedman hace hincapié en su rechazo a la responsabilidad social de la empresa. Friedman establece que no puede hablarse estrictamente sobre RSE ya que, quienes adquieren responsabilidades son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son los empresarios, dueños, o quienes representan a las compañías, es decir, los ejecutivos corporativos. Ahora bien, ¿en qué consiste esa responsabilidad?”

“El ejecutivo corporativo es también una persona en su propio derecho y, como tal, puede que tenga muchas otras responsabilidades que reconozca o asuma de forma voluntaria: para con su familia, su conciencia, sus sentimientos de caridad, su iglesia, sus clubes, su ciudad, su país. Puede que se sienta obligado por dichas responsabilidades a dedicar parte de sus ingresos a causas que considera respetables, a rechazar trabajar para ciertas corporaciones, e incluso a abandonar su trabajo, por ejemplo, para incorporarse al ejército de su país. Si lo deseamos, podemos referirnos a algunas de estas responsabilidades como “responsabilidades sociales”. Sin embargo, en este sentido el ejecutivo corporativo está actuando como principal y no como agente; está gastando dinero, tiempo o energía, y no el dinero de sus empleadores o el tiempo o la energía que por contrato se comprometido a dedicar a los objetivos de los mismos.”

El tema es tan sensible que muchos no llegan a ver los argumentos de Friedman. No digo estar de acuerdo, sino simplemente entenderlo. Lo mismo debe haber sucedido con muchos de sus lectores.

Pero los alumnos no leen solamente esto, sino también un muy interesante debate organizado por la Reason Foundation donde John Mackey, fundador y presidente de Whole Foods, la exitosa cadena de supermercados naturistas sostiene:

“Estoy muy en desacuerdo. Soy un empresario y un libertario del libre mercado, pero creo que la empresa inteligente debe crear valor para todos sus socios. Desde la perspectiva del inversor, el fin de los negocios es maximizar las ganancias. Pero no es el fin de otros stakeholders –clientes, empleados, proveedores y la comunidad. Cada uno de estos grupos definirá el objetivo de la firma en términos de sus propias necesidades y deseos, y cada perspectiva es válida y legítima.

Mi argumento no debería interpretarse como hostil hacia las ganancias. Creo que conozco algo sobre cómo crear valor para los accionistas. Cuando co-fundé Whole Food Markets hace 27 años comenzamos con $45.000 de capital, tuvimos ventas por $250.000 en nuestro primer año. En los últimos doce meses hemos tenido ventas por más de $4.600 millones, ganancias netas de más de $160 millones y una capitalización de mercado superior a los $8.000 millones

Pero no hemos logrado ese tremendo aumento en el valor de los accionistas haciendo que el valor de las acciones sea nuestro objetivo principal. En mi matrimonio, la felicidad de mi mujer es un fin en sí mismo, no solamente un medio para mi propia felicidad; el amor me lleva a poner la felicidad de mi mujer en primer lugar, pero al hacerlo soy feliz también yo. Igualmente, los negocios más exitosos ponen al cliente en primer lugar, antes que los inversores. En una empresa centrada en las ganancias la felicidad de los clientes es simplemente un medio para un fin: maximizar las ganancias. En una empresa centrada en los clientes, su felicidad es un fin en sí mismo, y será buscado con mayor interés, pasión y empatía de lo que puede hacerlo una empresa centrada en las ganancias.”

Los aportes de Milton Friedman a la ciencia económica, a la teoría monetaria y muchas más

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA leemos a Milton Friedman en varios artículos. Uno de ellos es una revisión de todas sus contribuciones a la teoría económica. Pero Friedman, como otros grandes de la economía, fue más allá de este campo. Así es que también vemos un artículo que escribió junto a Rose, su mujer, sobre el papel que cumplen las ideas en el cambio institucional, y otro que en su momento causó una gran discusión: “La responsabilidad social de los empresarios es incrementar sus ganancias”.

El artículo, publicado en la revisa del New York Times es claramente desafiante, típico de Friedman. Con un título agresivo busca llamar la atención de los lectores. Así lo comenta una alumna:

“Friedman hace hincapié en su rechazo a la responsabilidad social de la empresa. Friedman establece que no puede hablarse estrictamente sobre RSE ya que, quienes adquieren responsabilidades son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son los empresarios, dueños, o quienes representan a las compañías, es decir, los ejecutivos corporativos. Ahora bien, ¿en qué consiste esa responsabilidad?”

“El ejecutivo corporativo es también una persona en su propio derecho y, como tal, puede que tenga muchas otras responsabilidades que reconozca o asuma de forma voluntaria: para con su familia, su conciencia, sus sentimientos de caridad, su iglesia, sus clubes, su ciudad, su país. Puede que se sienta obligado por dichas responsabilidades a dedicar parte de sus ingresos a causas que considera respetables, a rechazar trabajar para ciertas corporaciones, e incluso a abandonar su trabajo, por ejemplo, para incorporarse al ejército de su país. Si lo deseamos, podemos referirnos a algunas de estas responsabilidades como “responsabilidades sociales”. Sin embargo, en este sentido el ejecutivo corporativo está actuando como principal y no como agente; está gastando dinero, tiempo o energía, y no el dinero de sus empleadores o el tiempo o la energía que por contrato se comprometido a dedicar a los objetivos de los mismos.”

El tema es tan sensible que muchos no llegan a ver los argumentos de Friedman. No digo estar de acuerdo, sino simplemente entenderlo. Lo mismo debe haber sucedido con muchos de sus lectores.

Pero los alumnos no leen solamente esto, sino también un muy interesante debate organizado por la Reason Foundation donde John Mackey, fundador y presidente de Whole Foods, la exitosa cadena de supermercados naturistas sostiene:

“Estoy muy en desacuerdo. Soy un empresario y un libertario del libre mercado, pero creo que la empresa inteligente debe crear valor para todos sus socios. Desde la perspectiva del inversor, el fin de los negocios es maximizar las ganancias. Pero no es el fin de otros stakeholders –clientes, empleados, proveedores y la comunidad. Cada uno de estos grupos definirá el objetivo de la firma en términos de sus propias necesidades y deseos, y cada perspectiva es válida y legítima.

Mi argumento no debería interpretarse como hostil hacia las ganancias. Creo que conozco algo sobre cómo crear valor para los accionistas. Cuando co-fundé Whole Food Markets hace 27 años comenzamos con $45.000 de capital, tuvimos ventas por $250.000 en nuestro primer año. En los últimos doce meses hemos tenido ventas por más de $4.600 millones, ganancias netas de más de $160 millones y una capitalización de mercado superior a los $8.000 millones

Pero no hemos logrado ese tremendo aumento en el valor de los accionistas haciendo que el valor de las acciones sea nuestro objetivo principal. En mi matrimonio, la felicidad de mi mujer es un fin en sí mismo, no solamente un medio para mi propia felicidad; el amor me lleva a poner la felicidad de mi mujer en primer lugar, pero al hacerlo soy feliz también yo. Igualmente, los negocios más exitosos ponen al cliente en primer lugar, antes que los inversores. En una empresa centrada en las ganancias la felicidad de los clientes es simplemente un medio para un fin: maximizar las ganancias. En una empresa centrada en los clientes, su felicidad es un fin en sí mismo, y será buscado con mayor interés, pasión y empatía de lo que puede hacerlo una empresa centrada en las ganancias.”

Algo que ya hemos vivido aquí: los inmigrantes son emprendedores y traen consigo «conocimiento» e innovación

Lo sabíamos porque lo mismo pasó acá: los inmigrantes son naturalmente emprendedores, pero también son innovadores. Es lo que plantea Robert Krol, Senior Affiliated Scholar del Mercatus Center, George Mason University y Professor Emeritus of Economics, California State University, en un paper titulado “The Effects of Immigration on Entrepreneurship and Innovation.” Working Paper, Mercatus Center at George Mason University, Arlington, VA, May 2021.

https://econpapers.repec.org/scripts/redir.pf?u=https%3A%2F%2Fmercury.mercatus.org%2FProduct%2FViewFinalCopy%2F3174;h=repec:ajw:wpaper:11209

Este artículo revisa la evidencia sobre los efectos de la inmigración en el espíritu empresarial y la innovación. El número de inmigrantes ha aumentado tanto en números absolutos como en porcentaje de la población estadounidense. Los países de origen se han desplazado de Europa a América Latina y Asia. La proporción de inmigrantes altamente calificados ha aumentado, mientras que la proporción de inmigrantes menos calificados ha disminuido. Inmigrantes tienden a ser emprendedores y a iniciar una parte significativa de los negocios estadounidenses. Esas nuevas empresas hacen una contribución significativa al crecimiento del empleo en los Estados Unidos. La investigación indica que los inmigrantes tienden a ser innovadores. Este hallazgo es parcialmente el resultado de un gran porcentaje de inmigrantes con títulos en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). El porcentaje de patentes que van a los inmigrantes ha aumentado significativamente con el tiempo. Los inventores inmigrantes son un complemento a los inventores nativos, elevando así la productividad total con el tiempo.”

Juan Bautista Alberdi sobre el gasto público y su objeto

Con los alumnos de la  UBA Derecho vemos a Juan Bautista Alberdi en el Sistema Económico y Rentístico, sobre el “consumo”. En verdad, está hablando sobre el gasto. Trata en dos páginas el consumo privado, para luego pasar de lleno a analizar el gasto público. Así comienza:

“PRINCIPIOS GENERALES DE LA CONSTITUCION EN MATERIA DE CONSUMOS

La riqueza, tan penosamente elaborada por el hombre con el sudor de su frente, tiene por objeto y fin satisfacer las necesidades de su ser. Esta aplicación a su destino natural recibe en la economía el nombre de consumo. Según esto, consumir la riqueza, es ejercer el derecho más precioso que tenga el hombre a su respecto, porque no es más que alimentar y desenvolver su existencia física y moral. La Constitución Argentina no podía dejar sin garantías especiales este derecho esencial del hombre en sociedad.

Pero esas garantías residen en los mismos principios que la Constitución asegura en favor de la producción y distribución de la riqueza. Esos principios son siempre la libertad, igualdad, propiedad y seguridad, que hemos visto al frente de las funciones económicas de la producción y distribución. En la Constitución argentina, como en el orden natural de los hechos económicos de que esa Constitución es expresión fiel, esas garantías acompañan a la riqueza desde que se produce hasta que desaparece en servicio de las necesidades del hombre. -Libertad en los consumos, como en la pro-ducción y distribución de las riquezas: he aquí el sistema de la Constitución argentina, que no es más que la sanción de las leyes naturales que rigen el fenómeno de los consumos.

En efecto, en el consumo, lo mismo que en su producción y distribución, la riqueza tiene leyes de conservación y desarrollo que le son propias, y que el hombre conoce y observa por el instinto de su conservación misma. – Ese instinto le enseña a consumir sin empobrecer, lo cual constituye la economía, que no es sino el juicio en los gastos. De modo que el arte de gastar forma parte del arte de enriquecer, y parte tan esencial, que ha dado su nombre a toda la ciencia de la riqueza, que se deja llamar economía. – Así también la política económica, es decir, la política de los gastos y consumos, el sistema de rentas, viene a ser tan importante ramo de la ciencia de la riqueza, que el vulgo tiene disculpa, aunque no razón, para confundirla con el plan de hacienda o riqueza fiscal.

Si el hombre sabe gastar por el mismo instinto de conservación que le enseña a producir y enriquecer, ¿qué apoyo exige de la ley a este respecto? – En el gasto privado, el de su abstención completa; un apoyo negativo que no le estorbe, que no le restrinja su libertad de gastar o consumir, de que su juicio propio y el instinto de su conservación son los mejores legisladores. En el gasto público, todo el apoyo que exige de la ley, es que ella intervenga sólo para impedir que se distraiga de su verdadero destino, que es el bien general; para impedir que exceda este objeto, y para cuidar que el impuesto levantado para sufragarlo no atropelle la libertad, ni esterilice la riqueza.

Tal es el sistema que la Constitución argentina establece en favor de la riqueza por sus disposiciones relativas a su consumo, función tan esencial al progreso y desarrollo de aquélla.”

¿Cuando llegó el capitalismo y la Revolución Industrial, las mujeres se quedaron en su casa? Parece que no

¿El capitalismo discriminó a las mujeres y las dejó fuera del proceso productivo? Bueno, no parece que fuera así. En un reciente paper titulado “Reassessing women’s participation in entrepreneurial activities in the nineteenth century: A review of the literature”, por Sonia Baijot y Charlotte Le Chapelain de la Universidad de Lyon, tratan el tema: Document de Travail n° 2022 – 24: https://beta.u-strasbg.fr/WP/2022/2022-24.pdf

Así concluyen:

“La literatura revisionista sobre el emprendimiento femenino logra establecer la continuidad del emprendimiento femenino a lo largo de todo el siglo XIX. Ni la ideología de las esferas separadas, ni los cambios dramáticos en la organización económica desencadenados por la industrialización, ni la legislación restrictiva consagrada en toda Europa y más allá impidieron que las mujeres participaran en el mundo económico. Todavía quedan varios debates, por supuesto, especialmente sobre el tamaño de las empresas dirigidas por mujeres (¿sólo pequeñas empresas o también las más grandes?), sobre la importancia de las empresas familiares, sobre si el capitalismo mejoró o, por el contrario, comprometió la posición de las mujeres en economías occidentales, o sobre la forma de interpretar la concentración de mujeres en cierto tipo de empresas consideradas más “femeninas” (¿es esta concentración económica, marginación de facto o segregación social?). Sin embargo, y contrariamente al trabajo histórico anterior, este creciente cuerpo de literatura proporciona evidencia de que las mujeres en el siglo XIX no estaban confinadas a la vida doméstica y no eran solo proveedoras de mano de obra poco calificada. Ahora se acepta ampliamente que jugaron un papel importante en el gran desarrollo económico de la época, ocupando puestos clave, incluso como propietarios de negocios. Al declamar la necesidad de ampliar el concepto de emprendimiento para abarcar la complejidad de la vida económica, estudios recientes proponen además continuar con su trabajo de renovación de fuentes y métodos para comprender mejor las experiencias de las mujeres como empresarias. Varias fuentes, así como métodos, se han explorado aquí con respecto a los enfoques cualitativos o cuantitativos, pero otras fuentes o combinaciones de fuentes aún pueden ser relevantes. De hecho, aún quedan muchos caminos por explorar para enriquecer las reflexiones actuales sobre el espíritu empresarial femenino del siglo XIX. Por lo tanto, esta revisión de la literatura tuvo como objetivo proporcionar indicadores metodológicos para futuras investigaciones, cuyo propósito sería identificar con mayor claridad a las empresarias del siglo XIX y comprender mejor su comportamiento económico. Futuros estudios basados ​​en el tipo de fuentes aquí examinadas podrían centrarse, por ejemplo, en otras áreas geográficas, en las diferencias entre los comportamientos de la ciudad y el campo, en los aspectos puramente legales de las restricciones impuestas a las mujeres empresarias, o en las influencias culturales entre países.”

Mercados para saber dónde esta el conocimiento y el talento en una organización internacional

Con los alumnos de la materia Empresas y Negocios Internacionales de Ucema vemos dos trabajos de la consultora McKinsey sobre mercados de conocimiento y mercados de talento en grandes organizaciones internacionales. Pensemos en una empresa que tiene miles de empleados dispersos en cientos de países.  Cómo saber dónde está la persona correcta o el conocimiento para tratar ciertos temas? Qué tal organizar mercados?

Acá sobre el trabajo de Lowell L. Bryan, Claudia I. Joyce, and Leigh M. Weiss, “Making a market in talent”, The McKinsey Quarterly, 2006 Number 2.

En ese trabajo, como en otros de esa misma consultora, tratan un tema de carácter “hayekiano”: las limitaciones en el conocimiento, que se encuentra disperso entre todos los miembros de la organización, para lo cual hace falta algún mecanismo para obtenerlo, como lo hace el mercado. Recomiendan crear “mercados internos” para el descubrimiento y la asignación de los talentos entre el personal:

“Los grandes estudios jurídicos y otros grupos de servicios, academia y unidades de Investigación y Desarrollo, tienen mercados informales de talento donde la gente con más experiencia trata de encontrar a los mejores empleados jóvenes y éstos pueden elegir entre diferentes posiciones. Estos mercados generalmente siguen reglas informales de conducta y funcionan mejor cuando los participantes son menos de 100 y se conocen entre sí.

En el complejo mundo corporativo, que involucra a miles de profesionales y gerentes, la mejor alternativa es formalizar mercados de talento –esto es, un mercado creado para vincular los intereses de las personas con los intereses de la empresa. Un mercado formal de talentos no surge espontáneamente, una empresa debe invertir para asegurarse que ambas partes obtienen un resultado adecuado en la transacción. De otra forma, fracasará. Los mercados formales de talentos pueden desarrollarse alrededor de áreas funcionales o administrativas. Entre las grandes empresas con mercados formales de talentos encontramos a American Express e IBM.

Condiciones para el éxito

Un mercado de talentos no es para cualquier tipo de empleado. En la mayoría de los casos intervienen trabajadores en el sentido tradicional: individuos que tienen habilidades que se pueden intercambiar y pueden manejarse adecuadamente a través de una línea de supervisión. Estos empleados pueden operar un gran call center de un banco, trabajar en una cadena minorista, o manejar un camión para un proveedor de logística –trabajos donde la tarea es muy controlada en procesos específicos. Para esos empleados, los enfoques tradicionales de la línea de responsabilidad todavía funcionan. Los mercados de talentos puede que tampoco sean necesario en empresas pequeñas, que son menos globales y tienen menos ‘silos’ organizacionales, debido a que estas empresas tienen menos problemas para asignar el talento convenientemente.

Los mercados de talentos son más apropiados para empresas grandes, complejas, impulsadas por el tanto, y que crecen- empresas con una importante proporción de empleados ocupados en tareas complejas, que demandan análisis y juicios, lo que lo que los economistas llaman interacciones ‘tácitas’. Aun en estas empresas, los mercados de talentos pueden ser más apropiados en ciertas áreas limitadas (por ejemplo, en grupos funcionales como diseño de producto o ingeniería del software. Y son más apropiados para talentos de jóvenes o de nivel medio, no para los principales directivos de una empresa, donde se usa normalmente un sistema muy intermediado que es más apropiado para estos casos.”

Esta es la personalidad que necesitás tener para ser emprendedor. ¿Y si no la tengo, qué hago?

¿Hay que tener cierta personalidad para ser emprendedor? Intuitivamente pareciera que sí, pero tal vez sea difícil definir con precisión los rasgos que son necesarios. En un reciente paper se trata este tema: Kritikos, Alexander (2022) : “Personality and Entrepreneurship”, GLO Discussion Paper, No. 1137, Global Labor Organization (GLO), Essen: http://hdl.handle.net/10419/261794

Kritikos es Research Director en el German Institute for Economic Research (DIW Berlin), Professor of Economics en la University of Potsdam, y Research Fellow at GLO, Essen, también en IAB, Nuremberg.

“¿Importa la personalidad? ¿Es más o menos probable que un individuo que está abierto a la experiencia se convierta en empresario? ¿Es mejor puntuar bajo o alto en amabilidad para sobrevivir como emprendedor? En la medida en que la personalidad capta una parte de las habilidades emprendedoras, que normalmente no son observables, el análisis de los rasgos y características de la personalidad ayuda a comprender mejor dichas habilidades. Este artículo revisa la investigación sobre la relación entre la personalidad y el espíritu empresarial desde el año 2000 y muestra que poseer ciertas características de personalidad hará que sea más probable que una persona inicie un negocio propio y contrate personal. Más específicamente, con respecto a la decisión de entrada, la investigación encuentra que casi todos los factores llamados Big Five, así como varias características específicas de la personalidad, influyen en la probabilidad de entrada en el espíritu empresarial. Además, es más probable que los empresarios contraten, cuanto más alto sea su puntaje en tolerancia al riesgo, confianza, apertura a la experiencia y escrupulosidad. Sin embargo, diferentes factores, como las puntuaciones bajas en amabilidad, el único Gran Factor que no afecta la entrada empresarial, influyen en la supervivencia empresarial. Y para algunas de las características que influyen en la entrada emprendedora, como altas puntuaciones en el factor apertura a la experiencia o en tolerancia al riesgo, se encuentran “efectos de puerta giratoria”, que explican por qué algunos emprendedores vuelven a salir posteriormente del mercado.”

China: las empresas con conexiones «políticas» contaminan un 25% más que las que no las tienen

Hay gente que se anima a escribir en entornos que no son los más propicios. Este paper muestra que las empresas chinas que tienen conexiones “políticas” contaminan más que las que no las tienen. ¿Obvio? ¿O para qué sirven las conexiones políticas sino para eludir las normas que se aplican a todos los demás? El artículo se titula: “Political Connection and Water Pollution: New Evidence from Chinese Listed Firms”, por Rui Xie, de Hunan University; Jiahuan Zhang, de Hunan University y Chuan Tang, de Huazhong Agricultural University – College of Economics and Management: https://ssrn.com/abstract=4173397

Espero que difundir esto (está libremente disponible en la web), no les genere mayor riesgo. Esto dicen:

“Analizamos los datos de 689 empresas chinas que cotizan en bolsa entre 1999 y 2010 para estudiar la relación entre las conexiones políticas de las empresas y sus emisiones contaminantes. Encontramos que, ceteris paribus, una empresa contaminante con altos directivos conectados políticamente descarga alrededor de un 25 % más de demanda química de oxígeno (DQO) por valor de 10 000 RMB (alrededor de 1500 USD) de producción total. El impacto de las conexiones políticas en las emisiones de DQO se desvanece gradualmente con la partida de los altos directivos políticamente conectados. Sin embargo, las conexiones políticas no afectan las emisiones de las empresas de contaminantes del agua no regulados o contaminantes del aire que reciben altos niveles de atención pública. Además, encontramos evidencia de que las empresas contaminantes pueden dejar inactivas las unidades de tratamiento de aguas residuales, lo que reduce los costos de tratamiento y, por lo tanto, aumenta las emisiones contaminantes. Los hallazgos de este estudio ayudarían a avanzar en la discusión sobre el manejo de la contaminación del agua y el diseño de regulaciones ambientales efectivas bajo un esquema de política de comando y control en los países en desarrollo.”

La influencia de la literatura y el sistema monetario en Harry Potter: ¿moneda metálica fiduciaria?

Hace unos años, Armando de la Torre, profesor de la Universidad Francisco Marroquín, publicó un libro titulado “100 Obras, 1000 años”, en la cual comentaba los 100 libros de mayor impacto en ese último período, con motivo de alcanzar un nuevo milenio. El libro es muy interesante y su presentación puede verse aquí: https://newmedia.ufm.edu/coleccion/presentacion-libros-economia-politica-liberalismo/presentacion-del-libro-100-obras-1000-anos/

Recuerdo que tiene una clasificación temática y la mayor cantidad de libros se encuentran en la literatura. Claro, puede ser que a partir de la revolución científica, el impacto de otros libros sea mayor, pero no deja de asombrar el peso de la literatura. Sobre este tema se publica un paper en Oxford Open Economics, 2022 https://doi.org/10.1093/ooec/odac004 titulado “Potterian economics”, por Daniel Levy del Department of Economics, Bar-Ilan University y Avichai Snir, Department of Banking and Finance, Netanya Academic College. Es sobre el impacto de los textos de literatura y en particular de Harry Potter.

Entre otras cosas, esto comenta sobre esa famosa saga de libros:

“Los magos utilizan el dinero de las mercancías. Tienen tres tipos de monedas: Galeones de oro, Sickles de plata y Knuts de bronce, donde un Galeón equivale a 17 Sickles y un Hoz a 10 | Oxford Open Economics, 2022 el sistema decimal moderno está en el número de formas en que una libra equivale a 29 Knuts (Rowling, 1998, p. 49). El sistema monetario de los magos es, por lo tanto, similar al antiguo sistema monetario inglés que existió desde la época medieval hasta 1971. En ese sistema, una libra valía 20 chelines y un chelín valía 12 centavos. La similitud también está en los tipos de metales utilizados en la acuñación de las monedas. La libra (también conocida como Guinea) se hizo originalmente de oro, el chelín (originalmente Scilling) se hizo de plata y el centavo (después de 1796) se hizo de cobre. Sin embargo, a pesar de su similitud superficial, el sistema monetario de los magos difiere mucho de su contraparte del mundo real. En primer lugar, mientras que en el antiguo sistema inglés el valor de la libra en relación con el chelín y el penique fluctuaba libremente como resultado de los cambios en los precios relativos del oro, la plata y el cobre, los valores relativos de los galeones, las hoces y los knuts son fijos. . Además, mientras que los valores de las monedas inglesas dependían de la cantidad del metal precioso acuñado en las monedas, los valores de las monedas alfareras son independientes de su tamaño físico y peso. Por ejemplo, cuando se reúnen magos de varios países, parece que el valor de todas las monedas de oro es el mismo, aunque los galeones extranjeros son ‘del tamaño de tapacubos’ (Rowling, 2000, p. 50), lo que sugiere que el dinero alfarero no es homogéneo, una propiedad clave que debería tener el dinero (Levy y Bergen, 1993). Sin embargo, a los Potterianos parece no importarles esto.