¿Son las diferencias de sexo algo solamente cultural y no biológico? ¿También lo es el «instinto maternal»?

Está muy bien avanzar en reducir y eliminar toda diferencia de trato por motivo de sexo, raza u otro, pero de ahí a negar hechos científicos hay un largo trecho. Ahora, en ese afán, hay quien sostiene que el llamado “instinto maternal” es un invento cultural para sojuzgar a las mujeres, para que no salgan a trabajar, y otras cosas.

Lo trata David C. Geary es Curators’ Distinguished Professor en el Department of Psychological Sciences and the Interdisciplinary Neuroscience Program de la University of Missouri en un artículo en la revista digital Quillette, titulado : “The Ideological Refusal to Acknowledge Evolved Sex Differences”: https://quillette.com/2022/09/01/the-ideological-refusal-to-acknowledge-evolved-sex-differences/

Así comienza:

“Queda mucho por aprender sobre la naturaleza y los orígenes de las diversas diferencias sexuales, pero se sabe más de lo que la mayoría de la gente cree. Gran parte de la confusión actual es generada por activistas que suprimen, atacan y distorsionan la información sobre las diferencias sexuales para reforzar sus narrativas ideológicas preferidas. Estas distorsiones impulsadas por la ideología se ilustran útilmente en un ensayo reciente del New York Times de Chelsea Conaboy, que anuncia que el instinto maternal es un «mito», una construcción social generada y defendida por el patriarcado para impulsar a las mujeres a criar hijos y mantenerlos alejados. de la mano de obra.

Aparentemente, el objetivo de Conaboy es deshacer 200 millones de años de evolución de los mamíferos, que produjeron una inversión materna en la descendencia. Ella señala correctamente que, en el pasado, las sociedades occidentales desalentaron y, a menudo, excluyeron a las mujeres de ingresar a la educación superior y trabajos profesionales. Pero mientras esto continúa ocurriendo en muchas partes del mundo, en las sociedades occidentales altamente desarrolladas, las mujeres ahora superan en número a los hombres en la educación superior. Jerry Coyne ha brindado una valiosa réplica sobre este punto y varios otros en el ensayo de Conaboy, al que agregaré algunos más aquí.

El primero se relaciona con la construcción del cerebro de los padres, sobre el cual escribe Conaboy:

Una nueva investigación sobre el cerebro de los padres deja en claro que la idea del instinto maternal como algo innato, automático y claramente femenino es un mito que se ha mantenido a pesar de los mejores esfuerzos de las feministas por desacreditarlo desde el momento en que entró en el discurso público.

De acuerdo con este punto de vista, el cerebro de los padres es esencialmente una pizarra en blanco llena de experiencias dictadas principalmente por las expectativas sociales para mujeres y hombres. En otras palabras, los cerebros de los padres de mujeres y hombres y los comportamientos asociados serían los mismos con las costumbres sociales y las expectativas de comportamiento correctas. Pero esta afirmación no tiene en cuenta que los machos se dedican muy poco a la crianza de la gran mayoría de los mamíferos, especialmente aquellos (incluidos los humanos) en los que los machos compiten intensamente por el estatus.”

¿Contra quién debería competir un atleta «trans»? ¿Con los de su sexo original o su sexo elegido?

Ahora todo se centra en la inclusión, en la integración y en los derechos de ciertas minorías. No está mal, una sociedad liberal se caracteriza por la protección de los derechos de las minorías, pero a veces las cosas no son sencillas. Michael Shermer escribe un artículo en la revista Skeptic sobre la cuestión de los atletas trans: ¿deben o pueden competir con los del sexo que han elegido?

El artículo se titula: “Trans Athletes and Conflicting Rights: Male-to-Female transgender swimmer Lia Thomas from the University of Pennsylvania is crushing the female competition. Is that her right? Is it right? No. Here’s why.”: https://www.skeptic.com/reading_room/trans-athletes-conflicting-rights/?mc_cid=96cfa7b8c4&mc_eid=68a911e24d

Este es el tema en discusión:

“En el ciclismo, como en la natación, las diferencias biológicas entre hombres y mujeres son simplemente demasiado sustanciales para justificar la eliminación de las divisiones de sexo/género, y mucho menos que los hombres biológicos compitan contra las mujeres biológicas en una división de mujeres, independientemente de cómo se identifiquen. El valor predeterminado debería ser que las divisiones de género permanezcan vigentes a menos y hasta que haya evidencia extraordinaria para disolverlas o permitir la competencia entre divisiones. (De manera reveladora, no parece haber una avalancha de atletas trans de FTM ansiosos por competir en las divisiones de hombres, al igual que no hay una avalancha de reclusos de FTM que soliciten ser transferidos de prisiones de mujeres a prisiones de hombres).

Aparte de todo eso, y tomando una visión más amplia, no debemos confundir las cuestiones de las diferencias biológicas con las de los derechos. Por supuesto, debemos apoyar los derechos de las personas trans por la misma razón por la que apoyamos los derechos de las personas de color, las mujeres y los homosexuales: es inmoral (y en muchos casos ilegal) discriminar a alguien en función de características tan inmutables como el color de la piel, el género, la y preferencia sexual, por lo que la identidad de género debe incluirse en nuestro círculo moral en constante expansión y en nuestro arco moral en constante cambio. El problema surge cuando hay reclamos de derechos en conflicto.”

Excelente conversación entre Michael Shermer y el primatólogo Franz de Wall sobre género, sexo biológico y cultura

Espectacular conversación en el podcast de Michael Shermer, conversando con el primatólogo Franz de Waal, sobre su último libro, titulado Different: Gender through the Eyes of a Primatologist: https://www.skeptic.com/michael-shermer-show/frans-de-waal-on-sex-gender-across-primate-spectrum/?mc_cid=18259a2003&mc_eid=68a911e24d

“¿Qué es el género? ¿Qué tan diferentes son los hombres y las mujeres? ¿Las diferencias se deben al sexo biológico o a la cultura? ¿Cómo se comparan con lo que se sabe sobre nuestros compañeros primates? ¿Los simios también aprenden culturalmente sus roles sexuales o el «género» es exclusivamente humano?

Shermer y de Waal analizan: sexo y género en humanos, primates y mamíferos • con quién te identificas frente a quién te atrae • binario frente a no binario frente a continuo: cuán confusas pueden ser las categorías de sexo humano para una especie que se reproduce sexualmente ? • diferencias de género en las características físicas y mentales • ¿por qué evolucionaría la homosexualidad? • chimpancés y bonobos • ¿cuál es el “propósito” de los orgasmos en las mujeres, los pezones en los hombres? • mitos de la mujer recatada • violación en humanos y otros primates: ¿cuál es el propósito: sexo, poder o ambos? • asesinato y violencia humana: ¿en qué se diferencian hombres y mujeres? • dominio y poder • rivalidad, amistad, competencia y cooperación • cuidado materno y paterno de los jóvenes • sexo entre personas del mismo sexo • monogamia, poligamia, poliandria, etc. en humanos, primates y mamíferos • hipótesis de la abuela • primates y primatólogos, humanos y antropólogos: sesgo en la ciencia • el futuro de los primates y la primatología.

 

Frans de Waal ha sido nombrado una de las 100 personas más influyentes de la revista TIME. El autor de ¿Somos lo suficientemente inteligentes para saber qué tan inteligentes son los animales? entre muchos otros trabajos, es profesor C. H. Candler en el Departamento de Psicología de la Universidad de Emory y director del Living Links Center en el Yerkes National Primate Research Center. Vive en Atlanta, Georgia.”

Discriminar tiene un costo, pero también resulta que la diversidad aumenta los beneficios

Hay muchos argumentos en contra de la discriminación, tanto sea de sexo como de raza, y también muchas propuestas para regular o compensar las diferencias de trato que se encuentran en la sociedad. Desde el punto de vista económico, la visión ha sido que discriminar tiene un costo ya que se termina contratando gente, por ejemplo, no en base a su potencial rendimiento sino en virtud de causas (sexo, raza) que no tienen que ver con ello.

Ahora, un estudio de la consultora McKinsey sostiene algo más: no solamente hay un costo, sino que la diversidad genera mayores ganancias. No extraña entonces que nos encontremos cada vez más con empresas diversificadas, que se parecen más a una reunión de un organismo internacional que otra cosa. Aquí el estudio: http://www.mckinsey.com/Insights/Organization/Why_diversity_matters?cid=other-eml-alt-mip-mck-oth-1501

La investigación responde a esta pregunta: ¿Cuál es la posibilidad de que las empresas que se encuentran en el 25% de mayor diversidad tengan mejores resultados que las que están en el 25% con menos diversidad?

Respuesta: 15% en cuanto a la diversidad de género, y 35% en cuanto a la diversidad étnica.

Diversified talent

Comenta el informe:

“Si bien correlación no es igual a causación (mayor diversidad de género y étnica en el liderazgo corporativo no se traslada automáticamente en mayores ganancias), la correlación indica que cuando las empresas se comprometen a una mayor diversidad en su liderazgo, son más exitosas. Las empresas más diversificadas, creemos, pueden captar mejor a los mejores talentos y mejorar su orientación hacia los clientes, la satisfacción de los empleados y la toma de decisiones, y todo ello lleva a un círculo virtuoso de mayores retornos. Esto, a su vez, sugiere que otras clases de diversidad –por ejemplo en edad, orientación sexual y experiencia (tales como una mentalidad global y apertura cultural)-, también es probable que brinden una mayor nivel de ventaja competitiva para atraer y retener esos talentos diversos.”