Admito no haber leído mucho y conocer a Foucault, pero un amigo y este autor dice que defiende el liberalismo

Tengo un amigo que es claramente liberal y también fan de Foucault. No he explorado a este autor así no puedo aseverar que este autor sea un aporte a las ideas liberales, pero he aquí un artículo que lo plantea. Es de David McGrogan, Associate Professor of Law at Northumbria University. Se titula “A Foucauldian Defense of Liberalism”: https://lawliberty.org/a-foucauldian-defense-of-liberalism/

“He aquí un caso sólido de que Michel Foucault fue el pensador más importante e influyente de la segunda mitad del siglo XX. No era un buen hombre. Y muchas de sus conclusiones eran odiosas. Pero discernió el camino por el que caminaba la modernidad mejor que casi nadie.

Las contribuciones más útiles de Foucault no se publicaron en forma de libro, sino que se entregaron como conferencias, compiladas y traducidas póstumamente. Los reunidos en la colección Seguridad, Territorio, Población son, con diferencia, los más significativos. En ellos, Foucault proporciona una conceptualización completa de la evolución de la gobernanza moderna, mostrando cómo ésta se caracteriza, sobre todo, por la “gubernamentalidad” o lo que en otros lugares se ha llamado la “conducción de la conducta”.

Tan pronto como uno escucha la última frase, instantáneamente comprende la idea. Vivir en una sociedad moderna es tener la conducta constantemente monitoreada, manipulada, alterada, empujada, moldeada, cuestionada, problematizada y corregida. Y quienes nos gobiernan parecen haber asumido el papel de directores de orquesta, vigilando nuestros movimientos y guiándonos en concierto. Nuestras opciones de vida no son nuestras, a pesar de que continuamente nos aseguran lo contrario; en cambio, simplemente seguimos los movimientos del bastón. Foucault vio este estado de cosas como algo que había ido evolucionando gradualmente desde el siglo XVI y que en 1977, el año del que hablaba, ya estaba muy avanzado. En 2023 veremos su gran aceleración: mientras somos nominalmente ciudadanos libres de democracias liberales, todos entendemos lo que nuestros gobernantes esperan de nosotros: consumir menos carbono, conducir menos, hacer más ejercicio, comer menos carne, poseer menos bienes, consumir menos alcohol y tabaco, celebrar la diversidad, favorecer la apertura de fronteras, estar completamente vacunado, evitar el plástico de un solo uso, etc. Todo el mundo conoce la letanía.

La idea de Foucault fue que este fenómeno no encontraría efecto principalmente a través de la emisión de leyes, edictos o decretos. Por supuesto, existen requisitos legales «duros» que debemos seguir (uno piensa, por ejemplo, en las prohibiciones de los nuevos automóviles de gasolina, que están a la vista casi universalmente en todo el mundo desarrollado). Pero la mayor parte de la conducción de nuestra conducta ocurre a través de medios mucho más difusos, una especie de coerción suave que no funciona imponiendo demandas sino sofocando alternativas. No es ilegal comer carne. Simplemente nos engatusan con opciones «más saludables». No lo encarcelarán por difundir la «desinformación» sobre las vacunas. Simplemente encontrará sus cuentas de redes sociales suspendidas o sus comentarios censurados. No es que alguna vez sea ilegal subirse a un avión a Grecia para pasar unas vacaciones. Es solo que los recargos por combustible eventualmente harán que esto sea prohibitivamente costoso para el populacho. Conducir un coche de gasolina nunca se convertirá en un delito penal, pero las autoridades locales, a través de cargos por congestión, gestión del tráfico y carriles para autobuses, harán que sea tan miserable ser un automovilista que la gente simplemente dejará de conducir. Sorprendentemente, la mayoría de estas medidas no son implementadas solo por el estado, sino por su actuación en concierto con entidades nominalmente privadas, muchas de las cuales operan en la esfera digital.”

Mercados y tecnologías (smart contracts) promueven soluciones descentralizadas para la contaminación

Ciertas tecnologías facilitan la solución de problemas a través de mecanismos de mercado. Por ejemplo, aquí va una propuesta para resolver problemas de contaminación del agua a través de Smart contracts, un mecanismo descentralizado que no necesita del Estado. Lo plantean en este artículo: “Fully decentralized solutions for pollution abatement”, por Jens Gudmundssona y Jens Leth Hougaard, del Department of Food and Resource Economics, University of Copenhagen, Dinamarca:

Gudmundsson, Jens and Hougaard, Jens, Fully Decentralized Solutions for Pollution Abatement. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4392242  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4392242

“En los sistemas fluviales, la costosa reducción de la contaminación río arriba crea ganancias de bienestar río abajo. Sin una autoridad central que haga cumplir dicha reducción, las ganancias de bienestar solo pueden realizarse si las regiones río abajo compensan la reducción río arriba. Desarrollamos un modelo que hace explícito el impacto de la contaminación en la calidad del agua y los beneficios de producción. Además, proponemos el mecanismo «Commit and Negociar», una solución descentralizada que produce una reducción que maximiza el bienestar incluso en ausencia de un tercero informado de confianza. Mostramos cómo implementar el mecanismo a través de un contrato inteligente que se ejecuta en una cadena de bloques y discutimos los beneficios de dicha solución.”

Artículo en el diario Clarín: «La herencia política de Borges»

https://www.clarin.com/opinion/herencia-politica-borges_0_h2OVaNLSCm.html

Cada vez más son los jóvenes que se ven atraídos por las ideas libertarias. Muchos, tal vez, encuentren atractivas las ideas de la libertad, pero luego encuentren que son descalificadas por las élites intelectuales y políticas argentinas. Tal vez eso los lleve a preguntarse porqué esas personas capacitadas rechazan esas ideas y se sientan remando contra la marea.

Pero no han de sentirse tan solos, tienen de su lado a la figura cultural más importante de la historia argentina: Jorge Luis Borges. En estos momentos en que se han conocido los avatares de la herencia del reconocido autor, se verá qué sucede con su herencia literaria, pero parece ahora haber un nutrido número de jóvenes que pueden rescatar su filosofía política.

Borges creía en, y amaba la libertad. Su relación con la política ha dado mucho que hablar, pero la atención que sus opiniones generaron se ha centrado en la anécdota de un personaje que poca atención prestaba a las noticias diarias, que basaba buena parte de su consideración en criterios estéticos, y particularmente épicos: desde su admiración por los militares patrios y su lucha por la independencia argentina hasta su afiliación al Partido Conservador porque sólo los caballeros se suman a las causas perdidas.

Lamentablemente estas opiniones políticas le costaron el premio Nobel, negado por quienes prefirieron dar prioridad en la entrega de un premio literario a lo “políticamente correcto” en lugar de lo literariamente extraordinario.

Sin embargo, y pese a que pueden encontrarse en su historia decisiones y opiniones políticas diversas, y hasta contrapuestas, existe una clara filosofía política en Borges, consistente y reconocida, la que se mantuvo durante el transcurso de su larga vida sin modificaciones.

Los elementos centrales de esa filosofía política se ajustan en forma muy clara a principios filosóficos asociados con el liberalismo clásico e incluso con un sesgo de lo que ahora se ha dado en llamar “libertarianismo”, el que, a diferencia del primero, no propone un Estado limitado, sino cuestiona hasta su misma existencia sin que esto signifique caer en el anarquismo, entendido éste como “ausencia de normas”. Algo más cercano a lo que ahora suele denominarse “anarco-capitalismo”, que propone la eliminación del “monopolio” del Estado y la provisión de sus servicios en competencia.

Comenzando por resaltar la importancia del individuo y la libertad individual, sobre lo que tiene numerosas referencias y hasta una página literaria específica sobre el tema: “Tú”.

Descarta de plano la “hipóstasis” de ciertos conceptos; es decir, hacer sujetos de existencia real a ideas tales como “la sociedad”, “el pueblo”, “la nación”, “la clase obrera” y otros: “…la muchedumbre es una entidad ficticia, lo que realmente existe es cada individuo”. “Yo creo que solo existen los individuos: todo lo demás, las naciones y las clases sociales son meras comodidades intelectuales”.

Borges era un liberal “spenceriano”, por el filósofo liberal inglés Herbert Spencer, de fines del siglo XIX. “El más urgente de los problemas de nuestra época (ya denunciado con profética lucidez por el casi olvidado Spencer) es la gradual intromisión del Estado en los actos del individuo; en la lucha contra ese mal, cuyos nombres son comunismo y nazismo, el individualismo argentino, acaso inútil o perjudicial hasta ahora, encontrará justificación y deberes”. (Borges, Otras Inquisiciones, 1952)

Imaginaba un mundo ideal, futuro, en el cual, como los libertarios, un estado no sería necesario: “…para mí el Estado es el enemigo común ahora; yo querría –eso lo he dicho muchas veces- un mínimo de Estado y un máximo de individuo. Pero, quizá sea preciso esperar… no sé si algunos decenios o siglos –lo cual históricamente no es nada-, aunque yo, ciertamente no llegaré a ese mundo sin Estados.

Para eso se necesitaría una humanidad ética, y además, una humanidad intelectualmente más fuerte de lo que es ahora, de lo que somos nosotros; ya que, sin duda, somos muy inmorales y muy poco inteligentes comparados con esos hombres del porvenir, por eso estoy de acuerdo con la frase: ‘Yo creo dogmáticamente en el progreso’”.

Sus opiniones más directas sobre el tema se encuentran en las numerosas entrevistas y diálogos que han sido publicados, donde desplegaba su increíble capacidad para manejar el lenguaje, y las ideas. Y si bien sus obras son principalmente de literatura fantástica, éstas también aparecen allí.

Como este párrafo del cuento “El Congreso”. Pregunta el personaje Eudoro Acevedo: “¿Qué sucedió con los gobiernos? Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más completa que este resumen”. (Borges, El libro de arena, 1975, p. 55).

A todos esos jóvenes que se acercan ahora a las ideas de la libertad no les vendría nada mal acercarse también a la obra de Borges o a los numerosos libros con sus conversaciones, ya que encontrarán allí extraordinaria literatura y una mente superlativa que adhirió a las mismas ideas que hoy los entusiasman.

Ellos podrían quedarse, en definitiva, con la herencia política de Borges.

Martín Krause es profesor de Economía (UBA-UCEMA), miembro de la Fundación Libertad y Progreso

Ucrania ha resistido la invasión de Rusia por aspectos institucionales de su defensa

¿Porqué Ucrania ha podido resistir la invasión de Rusia cuando todo hacía pensar al comienzo que era algo prácticamente imposible? Hay muchas respuestas a esta pregunta basadas en estrategias, etc, pero he aquí una basada en la institucionalidad de la defensa. Lo plantean estos autores: Alshamy, Yahya and Coyne,; Christopher J. de George Mason University ; Goodman, Nathan de New York University y Wood, Garrett, de Virginia Wesleian University. Titulado “Polycentric Defense, Ukraine Style: Explaining Ukrainian Resilience Against Invasion“ (January 17, 2023). GMU Working Paper in Economics No. 23-03, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4326259  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4326259

“Contrariamente a las predicciones de muchos expertos, el ejército de Ucrania se ha mostrado resistente frente a la invasión del gobierno ruso. Basándose en la lógica de la defensa policéntrica, este documento ayuda a explicar cómo Ucrania se ha mantenido resistente frente a un adversario convencionalmente más poderoso. Argumentamos que la defensa policéntrica en Ucrania tiene cuatro beneficios que ayudan a los esfuerzos de contraofensiva contra la invasión. Primero, la defensa policéntrica facilita el uso del conocimiento local y específico del contexto. En segundo lugar, permite la competencia, la experimentación y la flexibilidad. En tercer lugar, reduce las vulnerabilidades de falla de un solo punto. En cuarto lugar, alienta a una amplia variedad de personas a unirse a las fuerzas armadas y contribuir al esfuerzo bélico. Presentamos evidencia de los beneficios de la defensa policéntrica en el contexto de la guerra ruso-ucraniana en curso.”

Adam Smith: ¿contradice en La riqueza de las naciones lo que dijo en Teoría de los Sentimientos Morales?

Vemos con los alumnos de Eseade al Adam Smith del libro “Teoría de los Sentimientos Morales”, que parece ser diferente del autor de “La Riqueza de las Naciones”. Muchos han planteado una contradicción entre la visión que Smith tiene del ser humano en uno y otro texto. ¿De dónde salió este problema? ¿Es realmente así? Ya buscaremos aclarar este dilema.

Bueno, parece estar presente ya en el primer párrafo del primer capítulo de la Teoría. Dice así:

“Por más egoísta quiera suponerse al hombre, evidentemente hay algunos elementos de su naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de los otros de tal modo, que la felicidad de éstos le es necesaria, aunque de ello nada obtenga, a no ser el placer de presenciarla. De esta naturaleza es la lástima o compasión, emoción que experimentamos ante la miseria ajena, ya sea cuando la vemos o cuando se nos obliga a imaginarla de modo particularmente vívido. El que con frecuencia el dolor ajeno nos haga padecer, es un hecho demasiado obvio que no requiere comprobación; porque este sentimiento, al igual que todas las demás pasiones de la naturaleza humana, en modo alguno se limita a los virtuosos y humanos, aunque posiblemente sean éstos los que lo experimenten con la más exquisita sensibilidad. El mayor malhechor, el más endurecido transgresor de las leyes de la sociedad, no carece del todo de ese sentimiento.”

AdamSmith

¿No es, acaso, Adam Smith quien nos habla de que las personas persiguen su interés personal, que no esperamos de la bondad del carnicero que éste tenga en su comercio la carne que necesitamos para nuestra comida de hoy? ¿Qué no apelamos a su bondad sino a su interés? Gran parte de la economía parece haberse quedado en estos aportes del autor y profundizado su visión del individuo egoísta denominado “maximizador de utilidad” y, en particular, de utilidad monetaria.

 

El alarmismo climático no sirve para tomar buenas decisiones, sólo para activistas políticos

No hay mejor forma de tratar de imponer una política pública que decir que si no se adopta sobreviene una catástrofe. Es lo que está sucediendo con el cambio climático y es lo que se trata en este artículo: Bradley, Robert L., “Climate Alarmism Reconsidered” (November 2004). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4338841

Bradley es del Institute for Energy Research y éste es el resumen:

“Los desafíos energéticos del agotamiento de los recursos, la seguridad del suministro y la contaminación se han abordado de manera efectiva mediante el espíritu empresarial del mercado, la tecnología y la regulación mesurada. El problema de sostenibilidad restante para la dependencia de la energía basada en el carbono es el cambio climático antropogénico o provocado por el hombre. El alarmismo climático reconsiderado demuestra cómo el balance de la evidencia respalda un efecto invernadero benigno y cómo el caso de las reducciones obligatorias de gases de efecto invernadero depende de suposiciones poco realistas.

La intervención del gobierno en nombre de la sustentabilidad energética es la principal amenaza para la sustentabilidad energética real y el suministro de energía asequible y confiable para las economías en crecimiento en todo el mundo. Las estructuras de libre mercado y la riqueza generada por los mercados ayudan a las comunidades a adaptarse mejor al cambio climático.

Este estudio multidisciplinario concluye que el alarmismo climático y su corolario, el activismo político, son injustificados y contraproducentes para el mundo desarrollado y, en particular, para los pobres energéticos del mundo.”

Polémica figura, Joseph Schumpeter. No era miembro de la Escuela Austriaca pero era defensor del capitalismo

Fabien Tarrit es profesor en Université de Reims Champagne-Ardenne y comenta un libro sobre este reconocido economista austriaco aunque no necesariamente miembro de esa escuela, en un texto titulado: Fabrice Dannequin Introduction à Joseph Alois Schumpeter. Une théorie du capitalisme: https://hal.science/hal-03918851/document

“El nombre de Joseph Alois Schumpeter se menciona rápidamente cuando se trata de innovación, incluso de espíritu empresarial. Estos son, en efecto, conceptos clave de su pensamiento, pero sería profundamente injusto reducirlo a eso, su obra es tan abundante. Si bien “[s]u vida […] estuvo marcada por episodios dolorosos e incluso fracasos” (p. 11), no fue para tanto marginado: sus conferencias se agotaron y ocupó una cátedra en la Universidad de Harvard, donde había en particular para los estudiantes Paul Samuelson, Paul Sweezy, Nicholas Georgescu-Roegen, James Tobin. Sin embargo, si existen muchos trabajos sobre Schumpeter, no parecen, al menos en cantidad, a la altura de su aportación. En particular, su análisis del capitalismo merecía ser presentado de manera clara y accesible. Esta tarea ahora se lleva a cabo con el libro de Fabrice Dannequin. Si el trabajo de edición parece incompleto, ello no desmerece la calidad y la gran riqueza de la obra, que pretende restaurar, no la totalidad del pensamiento de Schumpeter, sino su lectura del capitalismo y su evolución. Esto se presenta en cinco capítulos que tratan sobre las instituciones, la dinámica, el espíritu empresarial, el estado y el largo plazo. Cabe señalar que si bien el texto de Fabrice Dannequin tiene todo de una fiel restitución del pensamiento de Schumpeter sobre el capitalismo, conserva, no obstante, una cierta distancia de su tema -particularmente en lo que se refiere a la personalidad de Schumpeter, que tenía una alta opinión de sí mismo, convencido de que “su la propia teoría constituye […] el apogeo del [u] progreso” (p. 90) del pensamiento teórico – y no duda en aportarle un cierto número de críticas .

Buena parte de los economistas se olvidó de las instituciones porque no las pueden modelizar… un error

Comparto la opinión de este artículo: los economistas, en general, no todos, no han prestado atención al papel que cumplen las instituciones entre otras por la dificultad de modelarlas, de insertarlas en sus modelos matemáticos. Una pena si la mayor sofisticación matemática deja de lado un componente social de fundamental importancia para comprender la economía. Es lo que plantea este artículo:  Ménard, Claude (Centre d’Economie de La Sorbonne, University of Paris). “Disentangling institutions: a challenge”. Agric Econ 10, 16 (2022). https://doi.org/10.1186/s40100-022-00223-w

“Que “las instituciones importan” se ha convertido en un mantra entre los economistas. No siempre ha sido así. Durante mucho tiempo, la sabiduría convencional consideró a las instituciones como parámetros exógenos, cuyo estudio debería delegarse en las ciencias sociales ‘blandas’, principalmente la sociología y las ciencias políticas. Y muchos economistas contemporáneos todavía descartan el análisis de las instituciones en su agenda de investigación, principalmente por la dificultad de cuantificar y modelar su papel.

Sin embargo, este estado de cosas está cambiando. El gran avance provino de las contribuciones pioneras de Ronald Coase, quien demostró que los costos de transacción impregnan todas las actividades económicas y que estos costos dependen en gran medida de factores institucionales, por ejemplo, la definición e implementación de los derechos de propiedad y, más en general, el régimen legal. Tres seguidores, también ganadores del Nobel, impulsaron el análisis más allá. Douglass North justificó el papel de las macroinstituciones, a saber: la política y el poder judicial, en la comprensión de los impulsores del crecimiento y el desarrollo, así como los obstáculos potenciales que pueden crear las instituciones, manteniendo pobres a las naciones. Oliver Williamson revitalizó la teoría de la organización, mostrando el papel determinante de los costos de transacción en la elección de acuerdos microinstitucionales y extendiendo el conjunto de soluciones más allá de los mercados y las jerarquías mediante la introducción de soluciones híbridas y el papel de los contratos. Por último, Elinor Ostrom profundizó nuestra comprensión de los problemas de gobernanza cuando se trata de bienes públicos y bienes comunes, señalando el papel clave de la acción colectiva y las complejas condiciones de su éxito. Estos colaboradores y sus seguidores iniciaron el desarrollo de un conjunto integrado de conceptos y modelos locales (para una revisión extensa, consulte Ménard y Shirley 2022).”

Siempre vigente a 300 años de su nacimiento: Adam Smith y la «simpatía»: ¿sentimiento o virtud?

Doscientos cincuenta años después Adam Smith sigue dando que hablar (esa es la definición de un “clásico”, siempre está vigente). En este caso sobre el concepto de “simpatía”, que presenta en su primera obra, Teoría de los Sentimientos Morales. Al respecto, se comenta en este trabajo: “An Investigation into the Smithian System of Sympathy:  from Cognition to Emotion”,   por Laurie Bréban, PHARE, University Paris 1 Panthéon-Sorbonne, publicado en  The Adam Smith Review, 10, pp. 22-40: https://hal-paris1.archives-ouvertes.fr/hal-03904227/document

“En la primera parte de la Teoría de los sentimientos morales (1759, 1790) −“De la propiedad de la acción”− Smith busca explicar el origen de la aprobación moral. Es bien sabido que la solución a este problema radica en su famoso concepto de simpatía. 1 Por supuesto, la cuestión de la naturaleza precisa de la simpatía smithiana dio lugar a una abundante literatura desde el siglo XIX con la aparición del Problema de Adam Smith. 2Este famoso Problema, que sugiere que existe una inconsistencia entre las dos obras principales de Smith, La teoría de los sentimientos morales y La riqueza de las naciones (1776), llevó a los estudiosos de Smith a cuestionar si la simpatía, en la Teoría de los sentimientos morales, era o no un sentimiento específico («el sentimiento de simpatía») o una virtud específica (como el altruismo o la benevolencia) como lo interpretaron los defensores del Problema de Adam Smith (con autores de la Escuela histórica alemana antigua como Carl Knies y Wiltold von Skarzynski en la parte superior de la lista). 3 Pero esto fue cuestionado, aunque mucho más tarde, por las contribuciones posteriores a la publicación científica de las obras completas de Adam Smith a fines de la década de 1970. 4Desde la publicación de la edición de Glasgow, generalmente se ha aceptado que la simpatía smithiana no se refiere a un sentimiento específico o una virtud específica”.

El papel de los emprendedores en la teoría económica según la Escuela Austriaca: cambio e innovación

Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca y Economía Institucional de UCEMA, vemos el papel del emprendedor en la teoría económica según los austríacos. Este es un tema fundamental, ya que el predominio de un análisis neoclásico basado en modelos de equilibrio general no dejaba lugar para el cambio y la innovación de los emprendedores. En esto, por supuesto, el nombre más importante es el de Israel Kirzner, aunque también vemos algunas contribuciones más actuales. No deja de haber polémica sobre exactamente cuál es la función que cumplen los emprendedores en el mercado. Y también hay distintas perspectivas para tratarlo, como su vínculo con la teoría de la empresa y su estructura, o respecto al progreso económico. Estas son las lecturas:

  1. El emprendedor, la iniciativa emprendedora 
  1. Israel Kirzner; El empresario: https://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/16_3_Kirzner.pdf  
  1. Nicolai Foss: Entrepreneurship and the economic theory of the firm: any gains from trade?: https://www.academia.edu/866264/Entrepreneurship_and_the_economic_theory_of_the_firm_any_gains_from_trade  
  1. Israel Kirzner (New York University): La función del empresario y el desarrollo económico: http://www.institutoacton.com.ar/oldsite/articulos/ikirzner/artkirzner3.pdf