La persecución estatal a las monedas privadas como el Bitcoin, Liberty Dollar y E-gold

Todos tenemos alguna preferencia u opinión sobre el que podría ser el mejor sistema monetario. Algunos proponen una moneda manejada discrecionalmente por la autoridad monetaria, otros que sea sujeta a algún tipo de regla, como sea vincular el valor de la moneda con otra o con algún objetivo de inflación; otros más adoptar la moneda de otro país o región (el dólar o el euro, por ejemplo), y más allá quienes proponen el retorno a una moneda metálica.

Bitcoin

Por cierto que, al margen de este debate, el mercado mismo está dando una respuesta alternativa. Esta es, monedas privadas y en competencia, que la gente puede eventualmente elegir. El caso más conocido de estas es el Bitcoin.

Pero no es la única. Larry White, profesor de Economía de George Mason publica un artículo en el Cato Journal donde cuenta la historia de otras dos monedas privadas, el Liberty Dollar y el E-gold; que terminaron mal, con sus creadores en prisión y sus activos confiscados por el gobierno norteamericano: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/cato-journal/2014/5/cato-journal-v34n2-5.pdf

¿Acaso porque hubo algún tipo de fraude? Pues no, más bien parece que a los gobiernos, monopólicos por definición, no les gusta la competencia. En el caso de estas dos monedas había responsables visibles, con domicilios establecidos, que aprovecharon las autoridades para capturarlos. Claro, en el caso del Bitcoin no sabrían ni a quién detener, ni dónde ir a buscarlo, ya que no se sabe ni quién lo creó y tampoco hay nadie que lo maneje, se trata de un algoritmo que ha creado un mercado donde demandantes y oferentes realizan transacciones en esa moneda.

Lo que está ocurriendo es fascinante e impensado, aunque no tanto. Ya hace unas décadas, F. A. von Hayek había lanzado la idea de la competencia de monedas, dejando que sea la gente que decida la moneda que quiere usar. Decía en “Choice in Currency”:

“¿Por qué no dejar a la gente elegir libremente la moneda que quiere usar? Por “gente”, quiero decir los individuos que deberían tener el derecho a decidir si quieren comprar o vender por francos, dólares, marcos u onzas de oro”.

Los potenciales competidores a las monedas de cierto gobierno podrían ser:

  1. Las monedas fiduciarias de otros gobiernos (es nuestro caso, por ejemplo, con el dólar)
  2. Las monedas de oro o plata y billetes convertibles en ellas, como quería ser el Liberty Dollar
  3. Balances contables en oro transferibles electrónicamente, como era el E-gold
  4. Las Ciber monedas, por ejemplo el Bitcoin o el Litecoin.

Concluye White:

“Las barreras legales a la competencia de monedas en los Estados Unidos no son solamente (1) las leyes de curso legal en la medida que generan dudas si una corte estadounidense podría exigir una resolución específica de un contrato que no sea en dólares, (2) los impuestos a las ganancias de capital y los impuestos a las ventas de los estados sobre los metales preciosos y (3) las normas que prohíben la emisión privada. Superando las barreras legales para un estándar monetario paralelo, como muestra el caso del E-gold, debe incluir también (4) la eliminación de todo elemento de las leyes anti-lavado, o de secreto bancario, o de requerimiento de licencias para transferencias monetarias o su aplicación por agencias federales, que discriminan contra sistemas de pago que utilicen unidades distintas al dólar. Esta última barrera está siendo más importante en la medida que FinCEN avanza para restringir al Bitcoin y a los mercados de Bitcoin.

Desigualdad y pobreza y la falta de soluciones de la sociología

El Suplemento Enfoques del diario La Nación, trae el domingo 17 de Agosto una entrevista al sociólogo Gabriel Kessler, profesor de la Universidad Nacional de La Plata sobre el tema de la pobreza y la desigualdad.

Los economistas son acusados muchas veces de hablar difícil, de decir cosas muy “técnicas” que luego la gente no comprende. Bueno, déjenme decir que es mucho peor con los sociólogos. Al menos en cuanto se trata de proponer políticas económicas o políticas públicas, los economistas somos mucho más concretos y específicos.

Sobre el tema de la pobreza, suelo dar una conferencia donde trato principalmente las soluciones “voluntarias” al problema, y donde planteo que pobreza y desigualdad no son para nada lo mismo: https://www.youtube.com/watch?v=Ve0dGjM_mV8

En cuanto a las soluciones de mercado a los problemas de la pobreza ya he escrito en este mismo blog, por ejemplo: https://bazar.ufm.edu/sobre-la-pobreza-iii/

Las soluciones propuestas son:

1. Liberar la iniciativa empresarial de los pobres

2. Formalizar el derecho de propiedad de los pobres (de Soto)

3. Remover las barreras a la inversión que genera empleos

4. Liberar los obstáculos que frenan la ayuda mutua

5. Remover las barreras y costos de la beneficencia

6. Considerar un plan de ayuda transitorio, local y tipo voucher

Son bastante específicas y concretas. ¿Qué propone el sociólogo? http://www.lanacion.com.ar/1718789-gabriel-kessler-en-la-argentina-hoy-pueden-convivir-la-inclusion-y-la-desigualdad

Le preguntan:

“-¿Cómo se sale de la exclusión estructural? ¿Con otras políticas, con más recursos?

-Se sale con pactos o consensos amplios, con objetivos concretos de disminución de brechas en determinadas esferas, prestando atención a algunas cuestiones que están en la argamasa de la configuración de las desigualdades, y otras que están en las preocupaciones cotidianas, como determinados delitos, calidad de educación, algunas enfermedades. Y mirando los elementos que favorecen la reproducción intergeneracional de la desigualdad. Articular la idea de desigualdad y brechas permite fijar objetivos cuantificables en políticas y ver su evolución en el tiempo. Necesitamos pactos territoriales, sectoriales, con actores públicos y privados, con distintas fuerzas políticas. Creo que también es bueno que el debate político se oriente a decir hacia dónde vamos con continuidad de las referencias y los indicadores. Argentina tiene recursos, materia gris, estudios, distintos actores, una sociedad movilizada, una demanda de igualdad fuerte. A pesar de la coyuntura actual, América latina y el país están en situación de proponerse metas de disminución de las desigualdades múltiples en plazos relativamente más estables y sin miradas dicotómicas.”

¿Qué solución es “llegar a consensos”? ¿Respecto de qué? ¿Acaso se solucionan los problemas con tan solo proponer metas? Por ejemplo, pongámonos de acuerdo en reducir la pobreza un 50%.

Correcto, estamos de acuerdo. Pero, ¿cómo?

¿Se podría regresar ahora al patrón oro? Larry White dice que Estados Unidos y Europa podrían

El profesor de Economía de la Universidad de George Mason, Lawrence White, publica un paper donde se pregunta si sería posible regresar a una moneda “mercancía”, como lo fuera el patrón oro. http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2406966

Oro

“Aunque pocos académicos apoyan hoy el patrón oro, los datos históricos muestran que este sistema monetario superó en resultados a los actuales sistemas de moneda fiduciaria en por lo menos cinco aspectos:

  1. Una menor tasa de inflación promedio, por lo tanto menores costos para economizar en los saldos monetarios (no hay que estar preocupándose con que el dinero pierde valor si uno lo mantiene sin usar)
  2. Menor incertidumbre sobre los precios, por lo tanto un mercado de bonos a largo plazo más profundo (es decir, con bonos a plazos más largos)
  3. Mayores flujos internacionales de comercio y de capitales, debido a los beneficios de un área monetaria común (se utiliza básicamente la misma moneda)
  4. Menores costos en recursos dedicados a la minería del oro para fines monetarios con un precio real del oro más bajo, porque se elimina la demanda privada de oro para protegerse de la inflación
  5. Mayor disciplina fiscal.

“El regreso al patrón oro sería factible en forma inmediata para los Estados Unidos, la zona del Euro y Suiza donde los stocks oficiales de oro son suficientemente grandes al precio actual del oro como para proveer una cobertura de reserva razonable históricamente sobre los agregados monetarios amplios. Otras naciones importantes (Japón, Reino Unido, China), debería comprar oro.”

Una encuesta entre 38 economistas de las principales universidades norteamericanas muestra que ninguno de ellos cree que el patrón oro daría mejores resultados. Solamente dos expresaron que tal vez permitiría evitar los errores de los años 2000 pero que aun así las políticas monetarias discrecionales son necesarias.

Algunos resultados del patrón oro:

  1. El período más prolongado de adherencia al estándar del oro fueron los 93 años en el Reino Unido entre 1821 y 1914. El índice compuesto de precios era de 10,3 en el primer año y el 9,8 al final. En todo el período la tasa de inflación anual fue de -0,5%
  2. En los Estados Unidos, fue de 5.28 cuando se reasumió el patrón oro en 1879 y de 6,53 en 1913, antes de sus suspensión.
  3. En los sistemas de moneda metálica (oro, plata o ambas) la tasa de inflación promedio fue de 1,75%, mientras que en los sistemas de moneda fiduciaria fue de 9,17%. En todos los países de la muestra la inflación fue más alta en los sistemas fiduciarios que en los metálicos.

Según White, el stock oficial de oro en los Estados Unidos permitiría volver a la convertibilidad con el oro al su precio actual. El gobierno tienen 261,5 millones de onzas Troy que, al precio reciente de $1.400 da un stock de 366.1 mil millones de dólares, más del triple de la cantidad requerida ahora como reservas de los bancos ($115,9 miles de millones)

El derecho a despedir, y a renunciar, y la quiebra como un acto ¿terrorista?

La reciente quiebra de una empresa gráfica, Donnelley, y el consiguiente despido de sus empleados generó preocupación y polémica. Preocupación porque parece un signo más de los inevitables resultados de una economía en recesión; y polémica porque se atribuye la propiedad parcial de esta empresa estadounidense a un “fondo buitre” (aunque luego se supo que se trata de Black Rock, un fondo que incluso apoyó a la Argentina en el juicio de Nueva York): http://www.lanacion.com.ar/1719264-daniel-scioli-ley-antiterrorista-ley-abastecimiento

El gobierno planteó el tema en estos términos y presentó una denuncia judicial en base a la “Ley Antiterrorista”, lo cual generó aún más polémica. Al margen de esto, quiero tratar aquí un tema más básico y general: ¿existe el derecho a despedir?

Las manifestaciones de estudiantes, las acciones de sindicalistas y la acción gubernamental parecen denotar que no existe tal cosa, pero esto parece difícil de sustentar. Comencemos analizando su contraparte: ¿existe el derecho a renunciar a un trabajo? Supongo que todos diríamos que sí, ya que lo contrario es similar a la esclavitud. La única diferencia con la esclavitud sería que estaría basada en un contrato. Es decir, uno firmaría un contrato que lo comprometería de por vida. Eso, en verdad, no existe, ni siquiera en el matrimonio. Siguiendo el mismo razonamiento, si una de las partes no puede ser atada de por vida, tampoco lo debería ser la otra, pues en ese caso el esclavo sería el empleador.

Desde el punto de vista económico el efecto sería claro: si en cada empleo que tome quedo atado para siempre todos buscaríamos ser “trabajadores independientes”, o en otras palabras, libres de semejante compromiso. Del otro lado, los empleadores no tomarían empleados con semejante carga.

En definitiva se trata de un contrato entre dos partes y, dado que los contratos son necesariamente incompletos ya que no pueden predecir todos los eventos futuros, y siendo que las situaciones van a cambiar y no sabemos cómo por anticipado, todo contrato introduce algún grado de indefinición y flexibilidad para poder adaptarse a esos cambios de circunstancias. En otras palabras, todo contrato tiene “cláusulas de salida”, para que de alguna forma se pueda modificar o terminar una relación cuando las cosas han cambiado.

La salida de un contrato se produce, entonces, en cumplimiento de esas cláusulas. En el caso de nuestro país, esas cláusulas son establecidas por una ley de contrato de trabajo más las que hayan sido establecidas en convenciones colectivas y en los contratos individuales.

En este caso en cuestión, pareciera que efectivamente las condiciones de producción han cambiado. En un artículo algo más específico se presentan el análisis de la empresa: http://www.lanacion.com.ar/1719219-un-derrotero-de-perdidas-que-terminaron-en-quiebra

«El período comprendido entre enero de 2013 y mayo de 2014, el quebranto acumulado ascendió a $ 40.855.050», dice textualmente el escrito judicial. «En los últimos años, diversas circunstancias, entre otras, el incremento de los costos laborales, los mayores precios en la materia prima, los aumentos de los costos de energía y el incremento en las tasas de interés de la financiación bancaria han generado a RRD Argentina (tal es el nombre de la sociedad) una constante pérdida operativa. Los accionistas y directores de RRD Argentina intentaron revertir esta tendencia deficitaria mediante distintas acciones, buscando una eficiencia en la operación que mejorara la situación operativa y financiera», relata el documento.

Comenta el artículo que la ley requiere que una empresa explique los motivos de la decisión que toma (pero no pide que lo haga un empleado que renuncia). Ahora se estaría cuestionando que esto no es así, sino que la verdadera motivación es de tipo “terrorista”.

¿Cómo saber si una acción es “terrorista”? Supongo que lo puede ser por sus características o por sus intenciones. Es decir, si me encuentran en el acto de poner una bomba con un detonador será evidente ya que la gente normalmente no hace estas cosas a menos que tenga intención de matar o dañar a otros. Pero hay otras acciones que tanto pueden ser hechas por un terrorista como por una persona normal y corriente: por ejemplo, miro en detalle la puerta de la casa de gobierno. En este caso puede ser que sea un turista curioso o que esté pensando dónde sería mejor dejar la bomba. ¿Cómo saber si es un caso u otro? Se hace necesario evaluar las intenciones. Si atribuyéramos a todo el que observa esa puerta intenciones terroristas sería una clara equivocación y estaríamos violando los derechos de turistas, locales y extranjeros, a mirar y conocer, a trasladarse.

La intención, tal vez, tiene que ser evidente: por ejemplo soy un reconocido terrorista y pruebo el tamaño de distintos paquetes. En fin, tampoco es sencillo. Entonces, la pregunta en este caso es: ¿es la acción de la empresa algo que normalmente suele suceder en las economías que se encuentran en recesión en las que caen las ventas, o es algo que tiene la evidente intención de ocasionar un daño?

Y, ¿qué daño? Porque cuando se combate al terrorismo se combate el daño físico (crimen, destrucción) aunque puedan tener consecuencias económicas (como cuando se pone una bomba en un oleoducto, por ejemplo). Es decir, pareciera que siempre tiene que haber daño físico, al menos.

No parece haberlo en este caso, sino más bien ser una acción que suele ser bastante común dado que no se pueden sostener pérdidas por mucho tiempo ya que se consume el capital.

Entonces, el juez simplemente tiene que considerar lo siguiente: ¿se cumplieron las cláusulas de recisión de los contratos?

Otra vez Mises analiza Austria en 1921 pero parece Argentina o Venezuela en 2014

Ludwig von Mises comenta la política fiscal y monetaria del Imperio Austro-Húngaro durante los cinco años que van desde el inicio de la Primer Guerra Mundial hasta 1919. Cualquier parecido con las políticas argentinas, o venezolanas, no es pura casualidad (“Monetary Devaluation and the National Budget”):

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“Por cinco años, la política gubernamental con respecto a la devaluación de la moneda ha sido formulada en base a ideas incorrectas sobre su causa. No es de extrañar que esta política haya sido un completo fracaso. El control de los precios internos ha fracasado. A pesar de todas las contramedidas, los precios de los bienes y servicios han seguido subiendo. De la misma forma, los intentos para estabilizar el tipo de cambio prohibiendo las transacciones en divisas para mejorar la balanza de pagos limitando las importaciones no ha llevado a ninguna parte.”

“Las regulaciones sobre el cambio exterior no son solamente inútiles; son claramente dañinas. Por ejemplo, los exportadores son castigados con la obligación de vender sus ingresos en moneda extranjera a la oficina central de cambios a un precio inferior a la tasa de mercado (porque el tipo de cambio de la oficina central de cambios siempre está por debajo del precio real). Esta oficina entonces vende las divisas a los importadores, de nuevo, por debajo de la tasa de mercado, para que puedan pagar las importaciones que el gobierno desea promover.”

“La obligación impuesta a los exportadores (vender sus divisas a la oficina central de cambios) perjudica la exportación de bienes; funciona exactamente como un impuesto a la exportación. Su efecto es reducir el volumen total de las exportaciones y, por lo tanto, reducir la cantidad de divisas extranjeras disponibles para pagar las importaciones. Ninguna otra política de cambios es tan evidentemente dañina como ésta. Esta interferencia con las exportaciones también interfiere la importación de bienes que el gobierno desea promover. El importador, por supuesto, parece disfrutar de una cierta ventaja porque se le venden las divisas extranjeras más baratas de lo que están en el mercado. Pero la cantidad total a disposición para cubrir todas las transacciones de importación es menor que la correspondiente cantidad por la que han reducido las exportaciones, y por eso el volumen total de las importaciones es menor a lo que hubiera sido.”

“La caída en el valor de nuestra moneda no puede detenerse por medio de regulaciones monetarias. Cuando se estableció la oficina central de cambios el franco suizo en Zurich estaba en 152 coronas; ¡hoy está en 1.215! Debemos finalmente comprender que el aumento de los precios de los bienes y del tipo de cambio de la corona van a terminar solamente cuando el estado renuncie a continuar utilizando la impresión de dinero para restablecer el balance del presupuesto nacional. EL problema de poner el presupuesto en orden es el más importante de nuestra economía. Ya es hora de que sea resuelto. De otra forma, un día nuestra moneda va a llegar al punto de los assignats franceses (moneda emitida durante la Revolución Francesa), esto es cercano a cero. Para nuestra población urbana esto sería una catástrofe cuya extensión apenas podemos imaginar.

Robin Williams: ¿alcohol y drogas libres? y, además, ¿prostitución?

Una pena la muerte de Robin Williams. Muchos artistas han muerto por exceso de consumo de drogas y alcohol aunque en este caso la diferencia es que, aparentemente, no fue ese consumo el que directamente le produjo la muerte sino que lo habría llevado a cometer suicidio.

Cada vez que surge una noticia impactante como ésta vuelve a aparecer el debate sobre el consumo de todo tipo de sustancias y su control por parte del estado. Bueno, en este caso en particular, ese control no parece haber funcionado. ¿Se justifica? ¿Hubiera sido diferente el caso si el consumo de drogas fuera legal? Bueno, el de alcohol lo es.

Michael Huemer ha escrito uno de los libros de filosofía política más importante de los últimos tiempos: http://www.amazon.com/The-Problem-Political-Authority-Examination/dp/1137281650

Precisamente, cuando trata la legitimidad de este tipo de acciones lo hace al analizar todo tipo de leyes paternalistas, las cuales serían injustas ya que se utiliza la coerción contra ciertos individuos sin la adecuada justificación. Una de ellas es la prohibición del consumo de drogas. Estas pueden dañar su salud o sus relaciones con otras personas, perder su trabajo, etc. Hay en los Estados Unidos más de medio millón de personas presas por consumo o tráfico de drogas. ¿Se justifica?

Huemer pone este ejemplo: supongamos que Sam está en contra del cigarrillo por sus graves daños a la salud. No solamente trata de evitarlos sino que lanza una proclama a la comunidad anunciando que nadie puede fumar. Luego, te encuentra fumando, te atrapa y te encierra en el sótano de su casa. Ahí quedarás encerrado con ladrones, violadores y asesinos durante el próximo año. Seis años se quedará quien te los vendió. ¿Actuó Sam correctamente?

No parece ser que su afán por que otros tengan una vida más saludable justifique esa acción, pero lo de Sam no es distinto de lo que hace el gobierno y hasta podría estar más justificado: Huemer dice que el tabaco es siete veces más mortífero (en promedio, por usuario) que otras drogas ilegales, por lo que incluso estaría más justificado que el gobierno para hacer lo que hace.

¿Por qué tendría esa función el estado? Bueno, hay que leer ese muy recomendable libro que trata sobre la justificación de la autoridad y la aceptación de la obediencia.

Distinto sería el asunto si Sam saliera a la calle, atrapara a un asesino y lo encerrara, siguiendo un adecuado y abierto proceso de pruebas y testimonios. Tal vez, aceptaríamos eso como una «contribución a la sociedad».

Otro tema así “’extremo”, en el sentido que desata grandes pasiones y discusiones es el de la prostitución. Nada menos que The Economist se juega en su tapa a presentarlo y a argumentar en favor de su desregulación: http://www.economist.com/news/leaders/21611063-internet-making-buying-and-selling-sex-easier-and-safer-governments-should-stop

El título:, “Una elección personal», ya dice todo sobre el contenido. Lo nuevo es que argumenta que el desarrollo de un mercado del sexo por Internet lo hace más sencillo y más seguro. Las prohibiciones están fracasando en todo el mundo. Es condenable, por supuesto, si hay algún tipo de “trata” que implica coerción, pero sostiene la revista que es difícil creer que todas las mujeres que se dedican a ello están allí por la fuerza.

The Economist sex

El desarrollo del mercado en Internet lo hará más abierto, con más información para los que contratan, con calificaciones y control de calidad, con páginas web que informan sobre la confiabilidad de los sitios que lo ofrecen, con ratings, rankings, marcas, etc.

En fin, ahí van, dos temas que seguramente generan buena polémica. Al menos, el filósofo y la famosa revista no tienen prejuicios para tratarlos.

Africa aplica el mejor programa de lucha contra el hambre: facilitar los emprendimientos

Esperanzas para África. Una reciente encuesta de Gallup muestra algunos resultados que generan esperanzas sobre el futuro de África y, por lo tanto, del hambre y la pobreza en el mundo. África viene creciendo fuerte en los últimos años, elevando sus niveles de ingreso per cápita. Como siempre, se trata de hacer algunas reformas de apertura hacia los mercados, tener cuentas fiscales más sólidas y monedas más estables y los países empiezan a crecer, y ese crecimiento saca a más gente de la pobreza que cualquier plan internacional de ayuda.

La encuesta muestra que África es el continente con un porcentaje más algo de gente que piensa que si se trabaja duro se sale adelante (85%), seguida de América del Norte (84%). América Latina muestra un 79% y el último lugar es para la ex URSS con 56%: http://www.gallup.com/poll/174263/belief-work-ethic-strong-across-africa.aspx

Malawi, Ghana, Túnez, Zambia y Ruanda son los países con más altos porcentajes de todo el continente.

Curiosamente, en los países francófonos para tener éxito en la vida lo más importante son los contactos y conexiones (49%), mientras que en los países anglófonos lo más importante es la educación (59%). Es también más alto el porcentaje en estos últimos de gente que cree que trabajando duro se progresa (90%) aunque la brecha se con los francófonos (87%) se ha reducido (antes era de 7 puntos porcentuales).

Dos de cada tres africanos creen que sus países son buenos lugares como para comenzar un emprendimiento: http://www.gallup.com/poll/174314/training-money-barriers-starting-business-africa.aspx?utm_source=alert&utm_medium=email&utm_campaign=syndication&utm_content=morelink&utm_term=World

Un 32% que no tiene un negocio dice que está pensando en comenzar uno aunque solamente un 23% dice que tiene acceso a capacitación y un 22% a financiamiento.

No hay mejor ayuda que generar las condiciones para que la gente se ayude a sí misma, y al mismo tiempo a otros.

Suecia después del «modelo sueco», y la gran reforma menos conocida del mundo

Los alumnos leyeron el excelente trabajo de Mauricio Rojas “Suecia después del Modelo Sueco”, un trabajo muy importante para comprender la real característica de ese ‘modelo’ que atrae la aprobación y simpatía de muchos.

Mauricio Rojas

Pocos saben que, como describe Rojas, quien no solamente vivió allí por mucho tiempo sino que llegó a ser miembro electo del Parlamento Sueco, ese modelo sufrió profundos cambios. El artículo recomendado: http://www.hacer.org/pdf/Suecia.pdf

Pero aquí voy a agregar tan solo algunos comentarios que publicara la revista The Economist en Febrero de 2013, un informe especial sobre los “países nórdicos”. Algunos temas que allí aparecen:

  • Suecia ha reducido su gasto público desde un 67% del PIB en 1993 a 49% hoy (todavía alto pero son 18 puntos!)
  • La tasa marginal del impuesto a las ganancias cayó 27 puntos desde 1983 a 57%
  • La tasa de ganancias corporativas (a las empresas) es del 22% (en Argentina es 35%)
  • Su deuda pública se ha reducido de 70% del PIB en 1993 a 37% en 2010
  • El presupuesto pasó de un déficit del 11% a un superávit del 0,3% en el mismo período
  • Su economía es muy abierta el comercio internacional
  • Ha introducido un programa de vouchers para la educación, los suecos pueden ahora elegir escuelas privadas.
  • También hay vouchers para la salud
  • Suecia ocupa el puesto 20 en el índice de Libertad Económica de Heritage y el puesto 27 en el de Fraser.
  • Algunas empresas suecas son de primer nivel mundial: Sandvik, Atlas Copco, IKEA, H&M

 

Es cierto que Suecia tiene un extendido estado benefactor pero está lejos de lo que la creencia popular entiende. Ese “modelo sueco” quebró a principios de los años 90, y no en forma diferente a las grandes crisis fiscales latinoamericanas. Hoy es algo diferente.

Carlos Slim propone modificar la semana laboral, mejor desregular y que haya muchos experimentos

El constructivismo social prevalece. Todos pensamos, yo también, que conocemos un modelo mejor de sociedad (lo cual no está mal), pero muchos se sienten muy a gusto buscando imponerlo sobre los demás. Esto corre tanto para intelectuales como para empresarios.

Carlos Slim, uno de los empresarios más ricos del planeta ha propuesto que se modifique la jornada laboral semanal a tres días de once horas de actividad y un retiro laboral más tardío: http://www.lanacion.com.ar/1713247-trabajar-menos-horas-trabajar-mas-anos

Dice el artículo: “Slim sugiere que se trabaje tres días a la semana en jornadas de 11 horas. A la vez, sostiene que es necesario retrasar la edad de jubilación. El esquema, razona este magnate de 74 años, ayudaría a aliviar problemas como el desempleo y las dificultades de los Estados para financiar los sistemas previsionales. Además, las personas tendrían más tiempo libre y eso generaría más fuentes de trabajo en las actividades de esparcimiento.”

Esto parece más una propuesta para salvar a todos los quebrados sistemas jubilatorios de reparto que para beneficiar a los trabajadores o para mejorar su productividad. Pues, en cuanto a este segundo tema se refiere se podría pensar en una respuesta rápida a la propuesta de Slim: ¿por qué no lo implementa en sus propias empresas?

No hay tratar a todos como Conejillos de Indias de las ideas de alguno. Simplemente Slim las puede testear y verificar luego su resultado, si tienen éxito sin duda serán copiadas. Claro, es probable que Slim tenga problemas para implementar su propia idea en sus propias empresas por la existencia de una frondosa legislación laboral y previsional que se lo impide. Pero en tal caso el tema es: ¿no debería ser esa la propuesta de Slim? Es decir, que se desregule el mercado laboral y previsional de forma tal que se pueda experimentar una propuesta como ésa.

Dentro de los estrechos márgenes que las regulaciones permiten, algo se está experimentando. Comenta el artículo:

“La alternativa flexible de la «semana comprimida» tiene algunas formas prácticas más parecidas a lo convencional que la propuesta de Slim. Una de las más conocidas es la de agregar tiempo de trabajo entre lunes y jueves para liberar horas del viernes. Según un estudio de SEL Consultores, en la Argentina un tercio de las firmas líderes tiene estas políticas, aunque en más de la mitad de los casos, el beneficio no llega a la totalidad de los empleados.

«Hay diferentes modalidades de flexibilidad, como la semana comprimida y el horario flexible [empresas que definen una banda horaria para elegir hora de ingreso y de salida], y parte de esto es también la organización con los compañeros, el empoderamiento del equipo de trabajo», afirma Patricia Debeljuh, directora del Centro Conciliación Familia y Empresa de la Escuela de Negocios IAE.”

Entonces, en lugar de querer cambiar las condiciones para todos, la propuesta debería ser una amplia desregulación que permita una multiplicidad de ensayos. No solamente podríamos así ver cuál es la mejor alternativa, sino que se podría adecuar a las distintas preferencias que tengan distintos trabajadores.

¿Era necesario rescatar al Citibank en la crisis de 2008? Acá uno que dice que no…

¿Se justificaron los salvatajes de grandes bancos en la crisis de 2008?

Vern McKinley escribe un Policy Analysis del Cato Institute donde comenta que las decisiones se tomaron sin datos que mostraran específicamente la inminente caída de todo el sistema financiero, ya que más bien se trataba de la migración de depósitos de unas instituciones a otras, y esto nunca fue considerado: run-run-run-was-financial-crisis-panic-over-institution-runs-justified

Algunas de sus conclusiones:

“Este análisis comenzó con un comentario del Controlador Duggan, un oficial de alto rango de las agencias regulatorias del sector financiero durante el pico de la crisis de 2008. Advertía que si no se salvaba al Citibank y sus subsidiarias, que estaban experimentando una corrida, había una amenaza de una ‘corrida bancaria global’. Este comentario fue en respuesta a una pregunta sobre la estrategia de la agencia para controlar la situación. En respuesta a una demanda de más detalle para hacer ese comentario manifestó que la referencia era un documento interno de la agencia de seguro de depósitos FDIC. Sin embargo, el documento del FDIC no tiene ninguna referencia a una ‘corrida global’. La respuesta de Duggan no estaba basada en hechos.

Como se detalla en el informe este ejemplo es típico de la reacción de las autoridades financieras al fenómeno de las corridas bancarias: una gran dosis de exageración y retórica basada en el pánico para convencer a los directorios de las agencias para realizar un rescate que va a resolver el problema en el corto plazo. Este tipo de decisiones tienen luego consecuencias negativas de largo plazo que nunca son tema de atención por las autoridades en el pico de la crisis. La evidencia para apoyar estas medidas durante la crisis era muy poca. Como sintetizara un participante clave de estas deliberaciones, el presidente de FDIC, Bair,: “La falta de análisis profundo mostrando la necesidad de los rescates me llama la atención hasta hoy”. La pesada retórica y la falta de análisis sustantivo fue también evidente en la anterior crisis financiera y se utilizaron los mismos argumentos para intervenir en el FNB, Continental y BNE. EN ambas crisis nunca hubo evidencia de un inminente colapso análogo al de la Gran Depresión, pero la retórica nos hizo creer que estaba a la vuelta de la esquina si no se intervenía.

La respuesta a las corridas que se acercan a una crisis debería ser, como lo detallaran tanto Bagehot como Schwartz, decidir rápidamente una revisión sistemática de qué instituciones son sólidas, y permitiendo que las que no lo son cierren y las otras obtengan prestamos de última instancia. En un cierto nivel, la rapidez con que se actuó en 2008 y 2009 fue una mejora sobre las demoras en el período de los 70s a los 90s. Sin embargo, la eficacia de las intervenciones en 2008 y 2009 debe ser juzgada sobre la base de la sustancia de esas transacciones. En cada uno de los casos, los argumentos sobre una crisis sistémica fueron muy exagerados. EN el caso de Citibank fue una repetición de una crisis anterior: levantar a una institución mal administrada que, si no fuera por los repetidos salvatajes habría quebrado. Permitir que una institución quiebre es la única forma de asegurar que no operará más, como tampoco debemos aceptar lo que digan las autoridades cuando proponen su argumento favorito: la intervención para limitar el ‘riesgo sistémico’.

La nueva legislación Frank-Dodd, que tiene el expreso deseo de un financiamiento más coordinado y analizado de las instituciones ilíquidas, es un enfoque mejor que el enfoque caso por caso de 2008 y 2009. Esta “visión general” debería extenderse lógicamente al movimiento de los depósitos en todo el sistema: si una institución mal manejada y con problemas como Citibank tiene una corrida y pierde $50.000 millones en depósitos, pero JP Morgan y otras mejor manejadas y financieramente sólidas los ganan, no hay una base real para que las autoridades entren en pánico y hagan declaraciones sobre el colapso del sistema y una corrida global. Desgraciadamente, la discrecionalidad que Dodd-Frank otorga a las autoridades para determinar si una institución es “solvente” y todo préstamo tiene suficientes garantías permitirá a esas agencias continuar con decisiones que se acercan a su resultado deseado.”