El abandono del patron-oro abrió la puerta a las políticas inflacionarias y devaluatorias. Gran fracaso

En una sección con un título apropiado a nuestra época (El Caos Monetario), Mises explica en 1944 el cambio verificado durante las dos guerras mundiales, parte de una monografía titulada “Una propuesta no inflacionaria para la reconstrucción monetaria de posguerra”:

Mises3

“El patrón-oro fue el estándar de una era que, en gran medida, favoreció la libre empresa, la división internacional del trabajo y la cooperación pacífica entre naciones. Su permanencia fue considerada indeseable en una era de guerra económica y militar.

En los años entre las dos Guerras mundiales, la política monetaria se había transformado en un arma tanto sea para la guerra de clases interna como en el conflicto internacional. Los gobiernos estaban ansiosos de usarla contra grupos internos y otros países. El resultado fue el caos.

Cuando una nación se embarcaba en una política inflacionaria en el siglo XIX, la opinión pública en su mayoría condenaba la devaluación resultante de la moneda como un evento no deseado, incluso a veces como una catástrofe económica. La desviación respecto a la paridad legalmente establecida con el oro era considerada un mal, y el principal objetivo del gobierno era retornar lo antes posible a la estabilidad monetaria. Un aumento del precio de las divisas extranjeras era visto como una prueba de un manejo insatisfactorio de los asuntos públicos.

A comienzos de los años 1930 se adoptaron opiniones y actitudes muy diferentes. Los países comenzaron a considerar la devaluación de su moneda como una bendición. El ascenso del nacionalismo económico cambió su actitud con respecto al aumento de precios de las divisas, ya no se lo considero un mal, sino un valor.

Esta, supuestamente nueva política monetaria tenía como objetivo una expansión de las exportaciones y una restricciones de las importaciones. … Este efecto era como colocar a los extranjeros en una posición rentable y a la población local como perdedora. Más aun, la supuesta ventaja obtenida es solo temporaria y estaba destinada a desaparecer si la devaluación no se repite luego de cierto tiempo. Un país que quisiera ajustar sus relaciones comerciales externas por estos métodos no puede permanecer contento con una sola devaluación, la medida ha de aplicarse una y otra vez. Por ejemplo, Checoslovaquia devaluó su moneda en Febrero de 1934 y de nuevo en Octubre de 1936. Francia devaluó el franco en Septiembre de 1936 un 30%. Pero no estabilizó el precio de las divisas y continuó en cambio con su inflación interna. De la misma forma, la libra esterlina subió de 105 francos en los días posteriores a la devaluación de Septiembre de 1936 a 179 francos en Mayo de 1938. Sin embargo, expertos del Tesoro francés consideraron esto como muy moderado y proponían un precio de la libra de 250 francos.

La política devaluatoria necesariamente se vuelve en una carrera entre distintas naciones. Cada país está ansioso en superar a los otros. Es la naturaleza misma de la política inflacionaria que tiende a acelerarse. Y cuando más lejos va, mayores son las dificultades políticas para frenar su avance.

A pesar de las advertencias de economistas y de la repetida experiencia con la expansión del crédito, las principales naciones comerciales se embarcaron en los años 1920s en una expansión crediticia sin precedentes. El inevitable colapso llegó en 1929. No fue en sí mismo un fenómeno nuevo. Los auges anteriores habían terminado de la misma forma. Pero en esta era de intervencionismo gubernamental en los negocios y la supremacía de grupos de interés, una fuerte resistencia contra el ajuste de los precios de los commodities, salarios, y tasas de interés impidió un relativamente rápido retorno a la normalidad y a sanas condiciones de mercado. Cediendo a la demanda de grupos de interés, el gobierno reemplazó el relativo suave proteccionismo de antaño por los controles cuantitativos a las importaciones. Sin embargo, se embarcaron en una política de restringir la producción. Ya sea obligaron a los productores a restringir la producción o los subsidiaron para que no utilizan toda su capacidad de producción. Un resultado de estas medidas para crear una escasez artificial y para mantener altos los precios fue que los sindicatos buscaron evitar una caída de los salarios o incluso de aumentarlos. El resultado fue desempleo continuo para buena parte de la oferta potencial de trabajo.”

 

 

El Banco Central está quebrado: ¿vamos para atrás y lo recuperamos o avanzamos y lo liquidamos?

La Nación publica un muy interesante editorial sobre un tema que, si bien es conocido, no deja de ser más que importante: la quiebra del Banco Central: http://www.lanacion.com.ar/1766695-la-quiebra-del-banco-central

Vale la pena leerlo entero, pero vayamos al resultado.

“La emisión monetaria que implica la entrega de pesos desde el Banco Central es en parte absorbida por la colocación de letras Novac y Lebac, que pagan un interés muy atractivo en plazos relativamente cortos. De esta forma indirecta el sector privado está financiando el déficit fiscal detrayendo crédito que podría destinarse a la inversión y a la producción. El stock de estas letras alcanza hoy 304.000 millones de pesos, que es un pasivo reclamable a nuestra autoridad monetaria. Contra este pasivo y contra la base monetaria en circulación, el Banco Central contrapone un activo del que descontado los papeles oficiales sin valor y la parte de las reservas que no son computables (swap de China, préstamo de Francia y encajes de depósitos locales), determina un patrimonio neto negativo de 630.000 millones de pesos. Esto es lo que resultaría de aplicar las mismas reglas contables a las que debe sujetarse cualquier banco privado. En esa situación la propia autoridad monetaria dispondría su inmediata liquidación.

El Banco Central de la República Argentina está de hecho quebrado, a pesar de que sigue con la ficción de generar utilidades por la devaluación aplicada a sus reservas. En estas condiciones no puede cumplir con su misión de regulación monetaria y menos aún garantizar la estabilidad de la moneda. Ésta es otra de las pesadas herencias que recibirá el futuro gobierno.”

Lo que sigue será como una ‘continuación’ de ese editorial aunque, claro, con una posición que será catalogada de extrema y cuyas posibilidades políticas parecen nulas. Ninguno de los que resulte nuevo presidente en Octubre lo hará por lo que esto no se dirige a los candidatos sino a los votantes. Como decía Jorge Luis Borges cuando se afilió al Partido Conservador, lo hacía “porque es de caballeros jugarse por las causas perdidas”. Lo mismo será en este caso, aunque la propuesta no es nada conservadora.

En síntesis, si el Banco Central está quebrado, ¿por qué no liquidarlo?

Veamos algunas objeciones a esta propuesta:

  1. No es políticamente aceptable. Correcto, pero tampoco se puede negar que los argentinos han tenido que levantar ya ¿cuántas quiebras del Banco Central? ¿Cuál es el argumento para proponer otro esfuerzo mayúsculo sin seguridad de que sea realmente el último?
  2. ¿No tendríamos moneda? Pues no, y tampoco necesitamos una. De hecho, los ahorros de todos los argentinos están ya en otra moneda, el dólar, o en ladrillos, o en soja. ¿Qué diría un camionero, por ejemplo, si pudiera tener la opción de cobrar su sueldo, o parte de él, en pesos o en dólares? O en francos suizos, o dólares de Singapur, o en Bitcoins?
  3. La dolarización no es conveniente porque se pierde el “señoreaje”. En principio, no sería “dolarización” porque no habría una moneda de curso legal forzoso sino libertad contractual para elegir cualquier tipo de moneda, en cuyo caso se perdería el señoreaje, por cierto, pero lo ganaría la gente al utilizar monedas que no pierden su valor adquisitivo.
  4. ¿No habría supervisión de los bancos? Aunque es una función que el mercado mismo puede hacer, pueden quedarse con esa función en una Superintendencia de Bancos si esto fuera ya demasiado políticamente incorrecto.

Los argentinos nos encontramos a mitad de camino. Usamos una moneda que elegimos, el dólar, y la otra es un papel pintado de poco valor. Estando a mitad de camino, se puede intentar retroceder para buscar otra vez tener un Banco Central solvente, o se puede intentar avanzar y deshacerse de él. No creo que el segundo fuera más costoso que el primer camino. Ese tiene la ventaja adicional de dar un gran paso hacia la libertad.

Grecia: deflación al salir de recesión, pese a tímidas reformas, y cinco grandes mitos sobre su deuda

No es la primera vez que ocurre: un país está quebrado y no tiene otra alternativa que realizar un profundo “ajuste” fiscal, lo hace a medias, comienza a tener una recuperación leve, pero el costo político es alto y termina eligiendo un gobierno que promete más de la misma enfermedad que llevó a estas circunstancias. Más gasto y endeudamiento. “A medias”, significa que se produce el ajuste fiscal inevitable pero no se liberan las fuerzas emprendedoras de la población, el ajuste no viene acompañado de una total desregulación de la economía que facilite salir de la depresión por sus propios medios.

Me refiero a Grecia. La consultora Focus Economics, con sede en Barcelona, emite regularmente un interesante informe con el consenso de opinión de economistas sobre las perspectivas de muchos países, entre ellos todos los de Europa, con el nombre de Focus Economics Consensus Forecast Euro Area.

En el caso de Grecia, el informe también contribuye al debate actual sobre si existe un necesario vínculo entre deflación y depresión. Dice el informe de Febrero sobre Grecia que los precios cayeron en Diciembre un 2,5% anual y que caerían un 1,1% adicional durante 2015. “Pese al riesgo recesivo de la incertidumbre política, sólidas cifras para el segundo y tercer trimestre de 2014 dan señales de una recuperación económica sostenida.” El pronóstico de la consultora fue revisado y ahora sostiene que la economía crecerá entre 1,1% y 3% este año, con un consenso en 1,9%. Para 2016 el panel de expertos espera un crecimiento de 2,5%.

Por otro lado, M. Llamas comenta cinco grandes mitos sobre la deuda pública de Grecia: http://www.libremercado.com/2015-02-05/cinco-grandes-mitos-sobre-la-deuda-publica-de-grecia-1276539873/

Estos son:

  1. Los intereses más bajos de la zona Euro

“…el caso de Grecia es paradigmático, ya que su deuda soportar uno de los tipos de interés medio más bajos de toda Europa, inferior al 2,5% en 2013, a pesar de que el volumen adeudado es ingente. En concreto, Atenas paga menos intereses que el todopoderoso Estado alemán o el muy solvente gobierno finlandés (cerca del 2,5%)”

2. El costo de la deuda, inferior al de Irlanda

Cita a Juan Ramón Rallo: «en 2011 Grecia estaba obligada a pagar unos intereses equivalentes al 7,3% de su PIB, con diferencia la carga más alta de Europa y difícilmente sostenible. Sin embargo, con la reestructuración de su deuda pública orquestada por la troika en 2012, ha conseguido rebajar su losa de intereses al 4% del PIB, que, si bien no es bajo, tampoco resulta inmanejable. De hecho, países como Irlanda, Italia o Portugal, que hasta el momento no han reclamado reestructuraciones en su deuda pública- están soportando ahora mismo costes financieros mayores».

3. El plazo de devolución más largo de Europa

“La deuda helena disfruta del mayor período de vencimiento de toda el continente, con una media de 16 años, casi tres veces más que España.”

4. Una quita equivalente a cuatro de Alemania

“La primera quita (sumando otras condiciones) ascendió al 75% del valor actual de la deuda helena en manos privadas; pero, si se computa la segunda reestructuración, la reducción aplicada sobre la deuda pública total de Grecia equivaldría al 76% del PIB heleno, casi cuatro veces más que la condonación otorgada a Alemania en 1953.”

5. Es más barato expulsar a Grecia

“En las últimas semanas han surgido numerosas estimaciones acerca de dicho impacto, pero la clave es que resulta dudoso que la expulsión de Grecia sea más lesiva que la concesión de un rescate indiscriminado al país heleno.”

Como el «auto argentino» Ecuador no se queda atrás: Andino, el auto divino, que te deja a medio camino

Todo gobierno estatista tiene el sueño del auto propio. Increíble historia sobre el “auto ecuatoriano”. Gabriela Calderón es editora de ElCato y asidua columnista en periódicos de Ecuador y la región. Ahora ha publicado un libro con sus mejores columnas con el título “Entre el instinto y la razón” (Paradiso Editores, 2014).

Auto Andino

“El proteccionismo cuesta porque destruye la división internacional del trabajo. Nos devuelve a la precaria situación de Robinson Crusoe que vivía en una absoluta autarquía económica, con su inherente pobreza.

Recientemente, el subsecretario de Industrias Intermedias, Diego Egas, anunció que en el 2014 el Gobierno busca sustituir $ 120 millones en importaciones de partes para autos con producción nacional. Según Egas, solo el 17% de los componentes de los vehículos ensamblados es fabricado en el país. Esto es así a pesar de que la industria automotriz lleva décadas siendo protegida y privando a los consumidores ecuatorianos de autos más asequibles. Egas agregó que se espera reducir $ 2.000 millones en importaciones de componentes para autos en el 2017 y que para el 2018 se espera tener un carro armado con 100% de partes nacionales, que se podría llamar “el montubio”. No importa que lo del primer auto ecuatoriano se intentó y fracasó durante la dictadura de Rodríguez Lara, ¿recuerdan el Andino?

Probablemente se lo recuerda más por ser parte de un sinnúmero de bromas que por su utilidad y popularidad entre los consumidores ecuatorianos (“Andino, el auto divino, que te deja a medio camino”). En enero del 2012, diario La Hora encontró el primer ejemplar del Andino, cuyo dueño, Antonio Ricaurte, conserva como “una… pieza de museo” y cuenta que lo “salvó” de acabar en una chatarrería tras un remate público en 1976. Y eso que la mayoría de sus componentes eran importados, imagínense lo que habría sido si hubiesen pretendido fabricar el 100% de sus componentes, que es lo que se propone el Gobierno ahora con el “montubio”.

También se reportó hace pocos días en este diario los problemas que están teniendo las jugueterías grandes del país para sustituir el 25% de sus importaciones con juguetes nacionales. Lo de imponer “lo nuestro” en las jugueterías puede resultar en una oferta nacional que difícilmente logre ganarse el favor de los más pequeños, considerando que seguirán disponibles los juguetes importados –aunque tal vez a un precio mayor y con menor variedad–.

El proteccionismo cuesta porque destruye la división internacional del trabajo. Nos devuelve a la precaria situación de Robinson Crusoe que vivía en una absoluta autarquía económica, con su inherente pobreza. Por supuesto que Islandia podría producir banano, pero tendría que utilizar invernaderos y saldría de ahí tal vez el banano más caro del mundo. Pero es precisamente la realización de que más barato sale importar ciertos productos que producirlos uno mismo lo que nos lleva de manera espontánea a participar de la cooperación social internacional que es el libre comercio.

Quienes buscan lograr un carro hecho con componentes 100% nacionales ignoran la realidad de un mundo globalizado. No se trata de dudar de que los ecuatorianos seamos capaces de crear un auto de calidad internacional, puede ser que sí, en realidad no lo sé, ni creo que las autoridades que formulan la política industrial puedan saberlo. Se trata de qué tan caro saldría ese carro y si los recursos destinados a construirlo no fuesen mejor destinados a otro propósito. Tampoco se trata de que los niños se dediquen a jugar exclusivamente con juguetes importados, es más bien una cuestión de justicia y libertad: ¿por qué el Estado ha de utilizar los recursos de todos para subsidiar empresas particulares y restringir las opciones disponibles a los niños?

 

En el Super Bowl del gasto público y la deuda, los «Políticos» le ganan a los «Contribuyentes»

Los norteamericanos dan mucha importancia al discurso presidencial durante la inauguración de las sesiones anuales del Congreso. Este discurso se ha dado en llamar “Estado de la Unión”, donde el presidente evalúa la situación y perspectivas del país. John Goodman analiza ese discurso para el Independent Institute: http://www.independent.org/newsroom/article.asp?id=5284

Casa Blanca

Algunos párrafos:

‘La sombra de la crisis ha pasado’, nos dijo el presidente Obama el martes por la noche. ‘El Estado de la Unión es sólido’, agregó. Pero, ¿lo es realmente?

Si usted hubiera acumulado una deuda más de 20 veces el monto de su ingreso familiar, ¿diría que sus finanzas domésticas están en buena forma? Bueno, ahí es donde se encuentra este país. En casi una docena de programas sociales (‘entitlements’: se refiere a programas en los cuales se genera un derecho a recibir un beneficio), hemos hecho promesas que no hemos podido pagar. En el proceso, estamos dejando una enorme carga financiera a nuestros hijos y nietos.

¿Y qué es lo que el presidente propuso hacer con este problema? Básicamente dejarlo como está y agregarle algo más. Como comentó David Jackson: “Citando el legado de los programas de Seguridad Social, Medicare y ayuda universitaria, Obama le dijo al Congreso controlado por Republicanos que ‘la economía de la clase media funciona’ y ‘estas políticas continuarán funcionando en tanto la política no se entrometa con ellas’.

La nueva oferta incluye:

… nuevos créditos fiscales para el cuidado de la infancia, y programas para incluir dos años gratuitos en las universidades, bajas tasas de interés en los seguros hipotecarios y nuevos requerimientos para las licencias por enfermedad.

Básicamente, hay dos tipos de deuda –la que usted escucha mencionar y la que no. La primera es deuda nacional en poder del público en la forma de bonos gubernamentales. El último número de esta es algo mayor a los $13 billones. La segunda es la diferencia entre promesas realizadas a largo plazo –para pensiones, gastos de salud e incapacidad- y el ingreso que esperamos para financiar esas promesas en la forma de impuestos, primas, etc. Este segundo tipo de deuda es enorme. El economista de Boston University, Laurence Kotlikoff la estima es unos asombrosos $210 billones. Escribe Kotlikoff:

‘La brecha fiscal –la diferencia entre las obligaciones financieras proyectadas de nuestro gobierno y el valor presente de todos los ingresos fiscales previstos- es, efectivamente, nuestra tarjeta de crédito nacional. Eliminarla requeriría un aumento inmediato y permanente del 59% en los impuestos nacionales. También podría ser un recorte permanente del 38% en el gasto público. Cuanto más esperemos, mayor será el problema. Si, por ejemplo, no hacemos nada por 20 años, el aumento de los impuestos nacionales llegaría al 70%, o el recorte de gastos requerido al 43%.’

Además, para resolver el problema fiscal, el aumento del 59% en impuestos debería colocarse en un banco e invertirse –no gastarse en otras cosas como el subsidio a los estudios universitarios- hasta el día en que lleguen las cuentas. Esto demandaría un nivel de disciplina que ningún presidente o Congreso antes a podido lograr.”

 

Argentina dio marcha atrás con la reforma de las pensiones. ¿Se perdió el tren en el andén otra vez?

Gabriela Calderón es editora de ElCato y asidua columnista en periódicos de Ecuador y la región. Ahora ha publicado un libro con sus mejores columnas con el título “Entre el instinto y la razón” (Paradiso Editores, 2014).

Va uno sobre las reformas a los sistemas de pensiones en Latinoamérica:

Las principales economías del mundo desarrollado se esmeran en ilustrar el fracaso de los sistemas previsionales de reparto, aproximándose a su bancarrota. Un estudio publicado en 2009 estimaba que la deuda pública implícita promedio —esto es, la deuda pública más las obligaciones no financiadas de los sistemas de seguridad social— para 25 países de la Unión Europea era de 434% de su PIB1 y según un estudio de 2011 la deuda implícita de EE.UU. era de 412% del PIB (esta última cifra incluye también obligaciones no financiadas de programas como Medicare y Medicaid). De no realizarse una reforma integral de los sistemas de seguridad social, sus gobiernos tendrán que incumplir las promesas, ya sea recortando beneficios, prolongando forzosamente la vida laboral de sus trabajadores, o una combinación de estas y otras medidas.

Mientras tanto, durante las últimas tres décadas cuatro países latinoamericanos —Chile, Colombia, México y Perú— han realizado profundas reformas a sus sistemas, transitando desde un sistema de reparto hacia uno de capitalización individual. Un estudio reciente2 analiza el impacto estas reformas sobre el desarrollo económico de estos países.

Respecto al mercado laboral, el estudio muestra que los derechos de propiedad de los trabajadores sobre sus cuentas individuales para su jubilación y la directa relación entre sus aportes y beneficios resultó en que los trabajadores dejen de percibir al ahorro para su jubilación como un impuesto, estimulándolos a ahorrar. El mayor ahorro permitió que se incrementen las inversiones en hipotecas y proyectos de infraestructura.

El crecimiento de los fondos de pensiones profundizó los mercados de capitales en estos países. La profundización financiera, medida con algunas variantes según la economía, aumentó en Chile desde 46% en 1981 a 276% del PIB en 2011; en Colombia, de 45% a mediados de los 90 a 137% del PIB en 2010; en México, de 42,6% en 2001 a 64,8% del PIB en 2012; y en Perú, de 26% en 1993 a 99% del PIB en 2009. Este progreso no se puede atribuir exclusivamente a la reforma de pensiones, pero el hecho de que los fondos de pensiones son los principales inversores en los bonos de empresas indica que sí han contribuido de manera importante.

El estudio calcula que la reforma de pensiones agregó 0,37% al crecimiento anual del PIB chileno entre 1981-2011; 0,58% al colombiano entre 2006-2010; 0,31% al mexicano entre 1998-2012; y 0,33% al peruano entre 1993-2011.

Chile, el país pionero en esta reforma, puede jactarse de un sistema de pensiones que entre 1981 y 2012 logró un retorno sobre sus inversiones de 8,6% (por encima de la inflación y a pesar de la crisis financiera de 2008-2009).3 Además, este sistema logró una tasa de reemplazo —esto es, la pensión como porcentaje del salario promedio durante los 10 últimos años de la vida laboral— de 87% para los hombres y 58% para las mujeres que cotizaban al menos 10 años (esta oscila alrededor del 69% en los países de la OCDE).4 Es importante notar que 73% del ahorro acumulado en estos 32 años se debe a la rentabilidad de las inversiones realizadas por las Administradoras de Fondos de Pensiones.5

Aquí, como en otras partes del mundo desarrollado, seguimos asumiendo que los políticos cuidarán mejor de los ahorros de los trabajadores que los mismos trabajadores.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 15 de noviembre de 2013.

Referencias:

  1. Gokhale, Jagadeesh. “Measuring The Unfunded Obligations of European Countries”. National Center for Policy Analysis. Policy Analysis No. 319. Enero de 2009.
  2. “Contribución del sistema privado de pensiones al desarrollo económico de Latinoamérica: Experiencias de Colombia, México, Chile y Perú”. Estudio realizado por SURA Asset Management y publicado por la Federación Internacional de Administradoras de Pensiones (FIAP). Agosto de 2013.
  3. Errázuriz, Guillermo Arthur. “El sistema de pensiones en Chile a 32 años de su creación”. Presentación preparada para seminario sobre pensiones organizado por Fundación Vidanova Fondo de Pensiones en octubre de 2013.
  4. “AFP: Estudio ubica tasas de reemplazo en 87% para los hombres y 58% para las mujeres”. La Tercera. 2 de septiembre de 2013.
  5. Errázuriz, Guillermo Arthur. “El sistema de pensiones en Chile a 32 años de su creación”.

El proteccionismo les sirve si es un privilegio. Si todos estamos protegidos, nos perjudica a todos

En una conferencia dictada en el Faculty Club de la New York University (Aspects of American Foreign Trade Policy, 15/3/1943), Mises comenta la actividad empresarial bajo el proteccionismo:

Mises1

“Es un error creer que los intereses de todos los industriales, en relación al proteccionismo, son uniformes.”

“Ningún fabricante puede beneficiarse de una tarifa que impone aranceles de importación iguales para todos los bienes importados. Lo que gana vendiendo su producto es absorbido por los mayores precios que tiene que pagar por su equipamiento, los productos manufacturados y las materias primas, y los mayores precios de los bienes de consumo. Es cierto que algunas ramas de la producción se pueden expandir mientras que otras se reducirían con el libre comercio. Pero, por otro lado, algunas ramas que se expandirían con el libre comercio, tienen que reducirse. El resultado –una caída de las importaciones y la correspondiente caída de las exportaciones- no favorece a nadie. Por el contrario, toda la nación sufre debido a que la productividad promedio del capital y el trabajo caen, ya que deben fabricarse productos en lugares que son menos aptos para esos propósitos”. (No es difícil de imaginar lo que Mises diría de que se importen teléfonos celulares de Asia, se desarmen en algún puerto de Uruguay, se lleven así desarmados hasta Tierra del Fuego donde se los vuelve a armar para que se vendan en Buenos Aires, por ejemplo).

“Si se otorga protección solamente a ciertas ramas de la industria, los intereses a corto plazo de quienes ya han invertido en esta rama son favorecidos. Pero en el largo plazo, perderán esa ventaja por la competencia de nuevas fábricas.”

“No es cierto que sea una ventaja para una nación reemplazar importaciones por productos locales. Con el presente estado de la tecnología, sería posible que Gran Bretaña o Canadá prohibieran la importación de uvas y café y los cultivaran en invernaderos. Cualquiera diría que esto es una locura. Pero difiere solamente en grado, no en principio, de otros esquemas proteccionistas. Al igual que la forma más barata para los británicos de obtener café y uvas es que ellos mismos fabriquen telas para exportación (el viejo ejemplo de David Ricardo), la forma más barata que los norteamericanos obtengan bordados a mano es exportando autos y lapiceras.” (o películas de Hollywood).

“La popularidad del proteccionismo se debe al error de que pueden reducirse las importaciones sin una correspondiente restricción a las exportaciones”. (preguntemos a las automotrices locales).

“Si abstraemos las inversiones extranjeras, tenemos que comprender que las importaciones, los gastos de turistas en el exterior, y los servicios recibidos de otros países significan que el bienestar material de un país está mejorando y que la nación es suficientemente rica para pagar con exportaciones lo que quiere comprar en el exterior.”

“No es cierto que las importaciones crean desempleo interno o un menor nivel de vida local. Como las importaciones tienen que pagarse con exportaciones, no restringen el volumen de producción local. El libre comercio canaliza la producción a aquellas líneas en las cuales el retorno neto es mayor. Una América de libre comercio, por ejemplo, importaría manteles de China y los pagaría exportando autos.” (hoy los ejemplos serían diferentes)

 

El Estado es una institución predatoria y, aun así, ¿también fue un avance para los saqueados?

En memoria del fiscal Alberto Nisman.

Tom Palmer es Académico Titular del Cato Institute, aquí algunos párrafos interesantes de su conferencia titulada “Los orígenes del Estado y del gobierno”: http://www.elcato.org/los-or-genes-del-estado-y-del-gobierno

“¿Qué es un Estado exactamente? La definición canónica proviene de Max Weber, quién definió al Estado como “esa comunidad humana que (exitosamente) proclama el monopolio de la violencia física legítima dentro de determinado territorio”.

De hecho, no puede ser el caso que toda la riqueza es atribuible al Estado. Históricamente, la existencia de un aparato estatal requirió de un excedente previo para mantenerlo en primer lugar. El Estado, en otras palabras, no existiría sin que la riqueza hubiese sido producida antes de su emergencia. Exploremos esto un poco más.

¿Por qué la gente tiene riqueza? Charles Dunoyer, uno de los primeros sociólogos liberales, explicó que “existen en el mundo solo dos grandes actores; quiénes prefieren vivir del producto de su trabajo o de su propiedad, y quienes prefieren vivir del trabajo o de la propiedad de otros”. Dicho de manera sencilla, los productores generan riqueza mientras que los tomadores se apropian de ella.

En su importante libro El Estado (The State), el sociólogo Franz Oppenheimer distinguió entre lo que él denominaba los medios económicos y los medios políticos de obtener riqueza, esto es, entre “el trabajo y el robo”. “El Estado”, concluyó él, “es una organización de los medios políticos”.

Los medios económicos deben preceder a los medios políticos. Sin embargo, no todo tipo de trabajo produce excedentes suficientes como para sostener un Estado. No encontrará Estados entre los cazadores-recolectores, por ejemplo, porque ellos no generan un excedente suficiente como para mantener a una clase predatoria. Lo mismo es cierto de las sociedades primitivas agrícolas. Lo que se necesita es una agricultura establecida, que genere suficiente excedente como para atraer la atención de predadores y mantenerlos. Este tipo de sociedades tradicionalmente son conquistadas por nómadas —especialmente aquellos con caballos, quienes fueron capaces de dominar a los agricultores sedentarios. Vemos cómo esto sucedió una y otra vez después de los pueblos nómadas estallaron en Asia Central hace mucho tiempo.”

“La formación del Estado representa la transformación de “bandidos ambulantes” en “bandidos estacionarios”. Cómo escribió el economista Mancur Olson, “Si el líder de una banda de bandidos ambulantes que solo encuentra pequeñas ganancias es lo suficientemente fuerte como para tomar control de determinado territorio y de mantener fuera a los otros bandidos, él puede monopolizar el crimen en esa zona —se puede convertir en un bandido estacionario”. Esa es una observación importante acerca del desarrollo de las asociaciones políticas humanas.

El Estado es, en su esencia, una institución predatoria. No obstante, de alguna forma, también representa un avance, incluso para aquellos que están siendo saqueados. Cuando hay que escoger entre bandidos ambulantes —quienes roban, pelean, queman lo que no pueden robarse y luego volver el próximo año— y los bandidos estacionarios —quienes se asientan y roban poco a poco durante todo el año— la opción es clara. Es menos probable que los bandidos estacionarios maten y destruyan conforme lo saquean y mantienen fuera a los bandidos rivales. Esa es una forma de progreso —incluso desde la perspectiva de quienes están siendo saqueados.”

 

Con 40% de empleo informal, deberíamos leer a Mises sobre el desempleo permanente

En una conferencia dictada en el Faculty Club de la New York University (Aspects of American Foreign Trade Policy, 15/3/1943), Mises comenta aspectos básicos del desempleo:

Mises1

“En el mercado libre de trabas los precios alcanzan el punto en el cual la cantidad de bien que los compradores tomarán es igual a la cantidad que los vendedores venderán. Cualquier que esté dispuesto a pagar el precio de mercado puede comprar cuanto quiera, y quienquiera que esté preparado para tomar el precio de mercado puede vender cuanto desee.”

“Lo mismo es cierto para el precio de mercado del trabajo, para los salarios. Hay siempre una cierta cantidad de desempleo voluntario debido a trabajadores que no quieren los puestos que les son ofrecidos y están a la espera de mejores oportunidades. Pero, en el mercado libre, el desempleo es más o menos un fenómeno transitorio. No hay un serio problema de desempleo, no hay desempleo masivo y prolongado año tras año.”

“Pero es diferente si, ya sea por decreto gubernamental o por presión sindical, los salarios se fijan en un nivel superior al que se hubiera fijado en el mercado libre. Entonces, la demanda de trabajo se reduce y da como resultado el desempleo permanente de parte de la oferta potencial de trabajo.”

“El concepto de ‘pleno empleo’ es un eslogan demagógico si no se refiere a una tasa salarial específica. Hay solo un medio para obtener el pleno empleo: abstenerse de forzar tasas mínimas de salario por sobre las potenciales tasas de mercado. El desempleo masivo no es, como los socialistas nos quieren hacer creer, un fenómeno inherente al capitalismo. Es, por el contrario, el resultado de esfuerzos para sabotear al capitalismo mediante le interferencia del gobierno o los sindicatos.”

“Todo otro método sugerido para alcanzar el pleno empleo es ineficiente.”

“El gasto gubernamental no-inflacionario (esto es, no financiado con una expansión adicional del crédito o la emisión adicional de dinero) absorbe capital o, si es financiado por impuestos a los ingresos, ingresos que hubieran sido invertidos o gastados de otra forma. Destruye por un lado tantos empleos como crea del otro.”

“La inflación, la expansión del crédito, y la devaluación de la moneda solo tienen éxito si las tasas salariales se quedan atrás de la suba en los precios de los bienes; esto es, si dan como resultado una caída en las tasas de salarios reales.”

“Los ‘servicios laborales (Arbeitsdienst, el medio favorito de los gobiernos totalitarios) compensa los viciados altos salarios de los trabajadores empleados en la industria privada a las tasas sindicales con viciados bajos salarios de los hombres empleados en obras públicas de ‘emergencia’.” (Se refiere a trabajos forzados. Hoy, tal vez, habría que hablar de empleo informal).

“Se vuelve ilegal que los empleadores despidan empleados a los que no pueden ocupar útilmente, las empresas sufren pérdidas y están forzadas a consumir parte de su capital. El gobierno tiene éxito en el corto plazo pero, en el largo plazo, una mayor caída de los salarios reales se hace ineludible.”

“Estas son las consecuencias a largo plazo de manipular las tasas salariales por decreto o compulsión sindical.”