Los beneficios de la apertura comercial: historia de la política comercial norteamericana

La apertura a las importaciones es una medida económica, por supuesto, pero se relaciona también con los derechos individuales, con el derecho a elegir cómo disponer de nuestro dinero sin interferencias y distorsiones. Igualmente, la apertura trae positivas consecuencias económicas. Es lo que tratan en esta entrevista de Tyler Cowen (George Mason University), a Doug Irwin, con el título “Doug Irwin on US Trade Policy”, en el podcast Conversations with Tyler: https://conversationswithtyler.com/episodes/doug-irwin/

“Tyler cree que Douglas Irwin acaba de publicar la mejor historia jamás escrita sobre la política comercial estadounidense. Así que, en esta conversación, Tyler fue amable con Doug y le hizo preguntas como: ¿Alguna vez los aranceles han impulsado el crecimiento? ¿Qué excepciones comerciales debería haber por razones de seguridad nacional o culturales? En una era de aranceles bajos, ¿qué márgenes son más importantes para la liberalización del comercio? ¿Los paneles de arbitraje de inversores anulan la soberanía nacional? ¿Y cuál es la conexión entre el libre comercio y la paz mundial?

También discuten la revolución como el Brexit de Estados Unidos, por qué el TLCAN es un acuerdo comercial «jodidamente grandioso», la influencia clave de Jagdish Bhagwati en Doug, la inclinación proteccionista del Boston Tea Party, el futuro de la OMC, Trump, China, la Escuela de Chicago, y lo que está podrido en el estado de New Hampshire.”

La catástrofe que nunca sucedió: la explosión de la población mundial

Siempre hay quienes pronostican al fin del mundo. Hoy puede ser por el cambio climático, hace unas décadas lo era por la explosión de la población, que el planeta no podría soportar. Ya no se habla más de esto. Lo trata Max Thornton, del Mises Institute, en una edición de Mises Wire titulada “The Population Explosion Disaster that Never Happened”: https://mises.org/mises-wire/population-explosion-disaster-never-happened

Así comienza:

“Hoy en día no oigo hablar mucho sobre la población mundial, como lo hacía yo en los años 1960 y 1970. La gente supuestamente estaba muriendo de hambre, y decenas de millones más seguramente morirían. El problema en aquel entonces era que había demasiada gente.

Las cifras de población procedentes de China y la India eran impensables, y las proyecciones indicaban que muchas más personas nacerían en esta terrible situación. Había más de veinte mil personas en mi ciudad natal y, en lo que a todos concernía, ¡ya era suficiente!

¡La gente estaba muriendo! Nos dijeron que comiéramos brócoli y limpiáramos nuestro plato porque había niños hambrientos en China. Todo el mundo sabía que era un esfuerzo de la imaginación porque todos sabíamos que los chinos sólo comían arroz.

El libro La bomba demográfica fue publicado en 1968 por Paul y Anne Ehrlich de la Universidad de Stanford. Escribieron que cientos de millones de personas pronto morirían a causa del hambre en la próxima década y que no había nada que pudiéramos hacer al respecto. Había demasiada gente.

El primer Día de la Tierra se celebró en abril de 1970 en honor a la Tierra.

Nos dijeron que estábamos arruinando la tierra. Estábamos superpoblados. Y íbamos a morir. En aquel entonces nos dijeron que estábamos provocando una nueva edad de hielo.

Por supuesto, todas las predicciones incendiarias del libro más vendido de los Ehrlich no se cumplieron. Al igual que el “cenit del petróleo” nunca llegó a suceder. Al igual que todas las predicciones actuales, no están funcionando y deben cambiarse periódicamente para mantener a la gente obsesionada con el tema.”

Marketing global: Mason & Dunung Cap. 14 y la homogeneización de las preferencias

Existe un temor o preocupación general de que la extensión de la globalización va a generar un mundo monótono, donde se perderá la diversidad cultural y todo será estilo McDonalds.

Sin embargo, cuando vemos con los alumnos de UCEMA el texto de Mason & Dunung, Capítulos 14 de International Business, lo que se encuentra es algo bien diferente: las grandes empresas internacionales en vez de homogeneizar al mundo realizan grandes esfuerzos para adaptarse a las culturas locales. Es decir, cuando se trata de aprender marketing internacional, se trata fundamentalmente de cómo adaptarse a las preferencias locales. Esto no es nada nuevo en realidad. Ya sabemos que el emprendedor tiene éxito cuando logra captar cuáles son esas preferencias, y nada es distinto cuando se trata de negocios internacionales. M&D presentan algunos ejemplos básicos:

  • Kentucky Fried Chicken tuvo éxito en China cuando se adaptó a las condiciones locales, incluyendo la fuerte preferencia por la comida local, así que en lugar de ofrecer ensalada de repollo, ofrece brotes de bambú y loto. También sirve un sándwich de pollo en el mismo estilo que se sirve el famoso pato pequinés. También ofrece una sopa de cerdo y pickles para el desayuno.
  • Dice el texto: “Algunos productos, como Coca Cola o el café de Starbucks necesitan pocas, o ninguna modificación. Pero incluso estas empresas crean variaciones de productos para adaptarse a los gustos locales. Por ejemplo, Starbucks introdujo un frapuccino de té verde en China, que ha sido muy exitoso.
  • Ni qué hablar de la atención que las empresas internacionales tienen que prestar al lenguaje local: Clairol tuvo que cambiar el nombre de su peine para hacer rulos “Mist Stick” en Alemania porque descubrió que allí es el lunfardo de “bosta”. La alemana Volkswagen tuvo que cambiar el nombre de su modelo Jetta por Bora en la Argentina ya que estaba muy cerca del vocablo lunfardo “yeta”, que significa mala suerte.
  • Tomar en cuenta las diferencias culturales es algo permanente. Dice el texto que Procter & Gamble “utilizó una técnica de focus groups e investigación dentro de los hogares en Alemania para comprender cómo los consumidores usaban los productos. Ya saben que porque un cierto producto se venda bien en un mercado, no lo será en otros. Por ejemplo, las toallas de papel “Bounty” se venden bien en los Estados Unidos, pero su lanzamiento solo fue exitoso en dos de los 12 mercados europeos en los que fueron lanzadas. ¿Por qué? P&G descubrió que el concepto de toalla de papel da la idea de desperdicio en los alemanes y, por lo tanto, no las compran.”

El tema más general de la influencia del comercio y los negocios en la cultura fue claramente desarrollado por Tyler Cowen en su libro “In Praise of Commercial Culture”: http://www.amazon.com/Praise-Commercial-Culture-Tyler-Cowen/dp/0674001885/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1414888660&sr=1-1&keywords=in+praise+of+commercial+culture

Así lo describe Amazon:

¿Una economía de mercado alienta o desalienta la música, literatura o las artes visuales? Dañan la creatividad las fuerzas económicas de la oferta y la demanda?… El economista Tyler Cowen sostiene que la economía capitalista es un marco institucional vital pero poco apreciado en el apoyo a la pluralidad cultural y artística, ya que provee un continuo flujo de nuevas creaciones, apoya tanto la cultura sofisticada como la popular, ayuda a los consumidores y a los artistas a refinar sus gustos y brinda homenaje al pasado capturando, reproduciendo y diseminando el arte.

“Una exitosa cultura refinada usualmente surge de una saludable y próspera cultura popular. Shakespeare y Mozart eran muy populares en su tiempo. La posterior música de Beethoven, menos accesible, fue posible en parte por esta anterior popularidad. Hoy, la demanda de los consumidores asegura que pueda encontrarse tanto grabaciones de archivo de blues, una amplia gama de actuales y pasadas sinfonías, y los top 40 de esta semana. La alta y la baja cultura se complementan.”

“La filosofía del optimismo cultural de Cowen se enfrenta a muchas variedades del pesimismo cultura que se encuentran en conservadores, neo-conservadores, la Escuela de Frankfurt y algunas versiones de lo “políticamente correcto” y movimientos multiculturales, como también algunas figuras históricas como Platón o Rousseau. Muestra que cuando la cultura contemporánea florece, parece degenerar, dada la extendida aceptación del pesimismo.”

Contra los que pronostican la decadencia de un sistema económico dañino, la desigualdad global se está reduciendo

Ya lo hemos dicho aquí antes, y el dato vuelve otra vez: la desigualdad en el mundo se está reduciendo. Ahora lo comenta Ian Vásquez, VICE PRESIDENT FOR INTERNATIONAL STUDIES AND DIRECTOR, CENTER FOR GLOBAL LIBERTY AND PROSPERITY del Cato Institute. En esta nota: “Don’t Listen to the Naysayers: Global Inequality Is in Decline”: https://www.cato.org/commentary/dont-listen-naysayers-global-inequality-decline

“En muchos países, la desigualdad ha aumentado en las últimas décadas. Según Oxfam Internacional, la desigualdad global ha empeorado y es “el resultado de un sistema económico profundamente dañino y violento”. Va de la mano con la globalización, afirman muchos, lo que contribuye al auge del populismo.

Pero, ¿es realmente la desigualdad un problema creciente?

La proporción y el número absoluto de personas pobres en el mundo están disminuyendo, y un número cada vez mayor de personas en los países pobres se acercan a la prosperidad de los ciudadanos de los países ricos. Hoy, unos 40 millones de chinos ya han alcanzado el ingreso medio de los EE. UU. Ese ingreso es disfrutado por 165 millones de estadounidenses. Milanovic estima que dentro de 20 a 30 años, las poblaciones de chinos y estadounidenses que ganan el ingreso promedio de los EE. UU. serán del mismo tamaño.

Una gran cantidad de literatura académica respalda esta dramática historia. Pero una medida precisa del nivel de vida seguramente va más allá de los datos de ingresos. ¿Cómo se han comportado otros indicadores de desarrollo humano?

En su reciente libro Desarrollo humano y camino a la libertad, el profesor Leandro Prados de la Escosura trata de responder a esas preguntas. Crea un índice que incorpora indicadores de salud, educación, ingresos y libertades civiles y políticas que datan de 1870. Su índice mejora el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas porque, entre otras razones, tiene en cuenta la libertad. Muy acertadamente, el profesor se pregunta: ¿De qué sirven ciertos avances si los individuos no tienen también la capacidad de fijarse y alcanzar sus propios objetivos?”

¿La desigualdad global está creciendo? Todo lo contrario, el mundo es ahora menos desigual

El mundo es menos desigual… ¿les llama la atención? Pues así es, pese a todos los lamentos por una desigualdad que para algunos estaría creciendo. Pero Chelsea Follett, de editora de Human Progress, del Cato Institute, muestra que lo contrario es lo que sucede, en esta nota: “Surprisingly, the World Is Becoming More Equal”: https://www.cato.org/policy-analysis/global-inequality-well-being-has-decreased-across-many-dimensions

“Leyendo las noticias o escuchando hablar a políticos y expertos, uno podría fácilmente tener la impresión de que la desigualdad global está empeorando. Pero, ¿es cierta la creencia generalizada de que el mundo se está volviendo menos igualitario o es un error? La gran mayoría de las tendencias a largo plazo con respecto a los niveles de vida, que van desde el aumento de la esperanza de vida hasta la disminución de las tasas de pobreza y hambre, muestran una mejora considerable, incluso teniendo en cuenta los recientes reveses relacionados con la pandemia. Puede explorar la evidencia por sí mismo en sitios web como Human​Progress​.org. ¿Esas mejoras han sido ampliamente compartidas o se han acumulado principalmente en una pequeña población mientras gran parte del mundo se queda atrás?

Eso es lo que el economista de la Universidad George Mason Vincent Geloso y yo nos propusimos descubrir. Lo que encontramos es que, si bien la desigualdad global, sin duda, todavía existe, de hecho se está reduciendo.

Nuestro Índice de Desigualdad del Progreso Humano ofrece una nueva forma de medir la desigualdad global. Es más completo que cualquier índice internacional de desigualdad anterior y tiene en cuenta un mayor número de dimensiones. Encontramos que además de una disminución global en la desigualdad de ingresos, también ha habido disminuciones en la desigualdad de la vida útil, la desigualdad nutricional, la desigualdad educativa, la desigualdad en el acceso a Internet y la desigualdad en la libertad política. En todo el mundo, las brechas en estas áreas se están reduciendo.

Lo que es más importante, ha habido una disminución en la desigualdad global general. Ese resultado fue consistente, incluso bajo una variedad de especificaciones que probamos. Los datos muestran que en todas menos dos de las áreas que examinamos, el mundo se ha vuelto más igualitario desde 1990. Los datos no respaldan la narrativa de una creciente desigualdad en todo el mundo.”

El director general de la OMC (organización mercantilista), al menos defiende la globalización

No existe un gobierno mundial, por suerte. En su lugar existen una serie de organizaciones internacionales que bien podrían ser consideradas nidos de burócratas globales con altos sueldos que realizan reuniones en los mejores lugares del planeta, sin generar mayores resultados. Tal vez sea mejor así que no los generen, pero también es cierto que el comercio mundial era un enredo de barreras comerciales y de a poco los países fueron comprendiendo los beneficios del libre comercio y se fueron abriendo, algunos de ellos en forma unilateral, sin necesidad de negociar nada.

También hubo un proceso negociado que llevó a reducción de barreras en las ruedas del GATT, luego de la OMC. Acá el director de ese organismo proclama las bondades de la globalización (menos mal), en la reconocida revista Foreign Affairs. El artículo es “Why the World Still Needs Trade: The Case for Reimagining—Not Abandoning—Globalization”, por Ngozi Okonjo-Iweala, director general de la OMC: https://www.foreignaffairs.com/world/why-world-still-needs-trade

La OMC es una organización mercantilista, donde los países se sientan a negociar qué van a abrir los demás, como si eso fuera lo más importante y no simplemente tener libertad para comerciar. En fin. Acá, al menos resalta las bondades del comercio:

“Durante gran parte de los últimos 75 años, los legisladores de todo el mundo reconocieron el poder de la interdependencia económica. Los países derribaron las barreras comerciales, abriendo sus economías entre sí. En resumen, su récord fue impresionante. Una integración económica más estrecha fue de la mano de una creciente prosperidad mundial, una reducción sin precedentes de la pobreza y un período inusualmente largo de paz entre las grandes potencias. Desde 1990, la proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema se ha reducido en tres cuartas partes. En el centro de este gran salto en el bienestar humano estuvo un aumento de 20 veces en los volúmenes de comercio internacional, lo que ayudó a aumentar los ingresos per cápita en un factor de 27 durante las últimas seis décadas.

Esta visión económica está ahora bajo ataque y sus logros están en peligro. Una serie de conmociones en el espacio de 15 años, primero la crisis financiera mundial, luego la pandemia de COVID-19 y ahora la guerra en Ucrania, han creado una narrativa alternativa sobre la globalización. Lejos de fortalecer económicamente a los países, según esta nueva línea de pensamiento, la globalización los expone a riesgos excesivos. La interdependencia económica ya no se considera una virtud; se ve como un vicio. El nuevo mantra es que lo que necesitan los países no es interdependencia sino independencia, con la integración limitada en el mejor de los casos a un pequeño círculo de naciones amigas.”

Tal vez el resultado más importante de la invasión rusa a Ucrania: está cambiando a Alemania

¿Es la invasión rusa a Ucrania el punto de quiebre de una política exterior ‘tímida’ de Alemania? ¿Es éste el cambio más importante en Europa? Es lo que escribe Piotr Buras, director de la oficina en Varsovia del European Council on Foreign Relations para Persuasion en un artículo titulado “The Was is Changing Germany”: https://www.persuasion.community/p/the-war-is-changing-germany

“Hace un año, mientras Europa se tambaleaba por la invasión rusa de Ucrania, el canciller alemán Olaf Scholz pronunció un discurso que parecía estar a la altura del momento. El mundo, declaró, se enfrentaba a un “Zeitenwende”, un punto de inflexión en la historia. En respuesta, Alemania daría su apoyo a Ucrania, aumentaría su presupuesto anual de defensa para superar el objetivo del 2 % ignorado durante mucho tiempo por la OTAN y dedicaría 100 000 millones de euros a la modernización de sus fuerzas armadas. La declaración fue nada menos que una revolución en la política exterior y de defensa alemana. Con su discurso, Scholz silenció temporalmente a los muchos críticos que acusaban a Alemania de haber permitido la agresión rusa con su pasada complacencia. Por fin, murmuraron, Alemania había aprendido la lección.

Doce meses después, esos críticos vuelven a proclamar con fuerza que el Zeitenwende de Scholz es poco más que un eslogan, que se ha desperdiciado un año y que Scholz sueña en secreto con volver a la normalidad con Rusia. Parece que tienen muchos argumentos para apoyar su tesis. Berlín se demoró durante meses cuando Ucrania solicitó tanques Leopard 2 es solo el último giro en una saga que comenzó cuando Alemania solo estaba dispuesta a suministrar cascos en vísperas de la guerra. En casa, todavía no se ha materializado un aumento sostenible de la financiación militar. Scholz ni siquiera ha dicho que le gustaría que Ucrania ganara la guerra.

No obstante, la imagen de Alemania aferrada al statu quo es una caricatura. Por primera vez en décadas, la élite política está tratando seriamente de cambiar. La guerra en Ucrania es un hito importante: un síntoma de una reorientación global que Alemania siente más dolorosamente que la mayoría de los demás países europeos.”

Los líderes mundiales se fijaron 169 objetivos de Desarrollo Sostenible: a mitad de camino, lejos de alcanzarlos

No tenemos, por suerte, un Estado global. Imaginemos lo que eso sería. Esto significa que para considerar los problemas globales y buscar solucionarlos ha de llegarse a algún tipo de acuerdo o consenso entre todos los habitantes del planeta, pero como eso es muy difícil sino imposible de alcanzar, tal vez tengan que asumir ese papel los algo más de doscientos gobiernos que hay en el mundo.

Pero siendo los gobiernos y la política como son, cuando se plantean resolver problemas, se plantean muchos más de los que acaso pueden considerar y menos aún resolver. Lo tratan Bjorn Lömborg y Jordan Peterson en este artículo:  “A world of difference: instead of climate change, let’s tackle poverty and poor education”: https://archive.ph/XIb0R#selection-171.0-171.89

“Las vacaciones de fin de año son el tiempo tradicional para reflexionar sobre las consecuencias de nuestro comportamiento pasado, así como para considerar el bien que queremos lograr en los próximos 12 meses. Cuando establecemos resoluciones, por ejemplo, nos esforzamos por determinar cómo podemos hacerlo mejor en nuestras propias vidas. Quizás sea también una ocasión para contemplar cómo podemos lograr esa mejora a mayor escala.

En 2015, los líderes mundiales intentaron abordar los principales problemas que enfrenta la humanidad mediante el establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una compilación de 169 objetivos que deben alcanzarse para 2030. Todas las actividades admirables imaginables, en algún sentido real, se incluyeron en la lista: erradicar la pobreza y la enfermedad. ; detener la guerra; proteger la biodiversidad; mejorar la educación; y, por supuesto, mejorar el cambio climático.

En 2023, estamos en el punto medio, dado el horizonte de tiempo 2016-2030, pero estaremos lejos de alcanzar nuestros objetivos putativos. Dadas las tendencias actuales, las alcanzaremos medio siglo tarde (y esa estimación no tiene en cuenta la interrupción de Covid). ¿Cuál es la causa principal de nuestro fracaso? Nuestra incapacidad para priorizar. Hay poca diferencia entre tener 169 goles y no tener ninguno. Eso es simplemente demasiadas direcciones para viajar simultáneamente, demasiados proyectos para rastrear; demasiado fraccionamiento de la atención; demasiados electores, todos pidiendo recursos adicionales. Los objetivos de clara importancia fundamental (reducir la mortalidad infantil, garantizar la provisión de educación básica) se ponen en pie de igualdad con objetivos bien intencionados pero comparativamente triviales, como impulsar el reciclaje y promover estilos de vida en armonía con la naturaleza.”

¿Por qué la yerba mate no se expandió desde América al resto del mundo como el cacao o el maíz?

No es de los temas que trato aquí, pero me pareció muy interesante. Este artículo busca responder a la pregunta: ¿por qué la yerba mate no se expandió al resto del mundo desde América como el cacao o el maíz? La pregunta encuentra una respuesta en el artículo “Plant of the Month: Yerba Mate”, de JStor, por  Lucas Mertehikian, Dumbarton Oaks Plant Humanities Fellow. El tema es “El perfil biológico y cultural del mate ha afectado su expansión global, a diferencia de otras plantas nativas de las Américas, como el cacao y el maíz”: https://daily.jstor.org/plant-of-the-month-yerba-mate/

“Mientras miraban la Copa del Mundo de 2022, los espectadores podrían haber visto a la superestrella del fútbol Lionel Messi y otros jugadores sudamericanos que llevaban un recipiente que contenía una bebida de hierbas verdosas llamada yerba mate, o simplemente mate. El New York Times, de hecho, informó que la selección argentina llevó 1.100 libras de mate a Qatar para apoyar el hábito de beber de los jugadores, mientras que la delegación de Uruguay llevó alrededor de 530 libras. Algunos incluso especularon que el mate podría haber sido el arma secreta de Argentina para ganar el torneo debido a su contenido de cafeína y propiedades estimulantes. Pero, ¿cómo esta hierba, originalmente cosechada y consumida por el pueblo guaraní en el actual Paraguay y sus vecinos, se asoció ampliamente con los países sudamericanos? Desde una bebida medicinal y religiosa consumida por las comunidades indígenas hasta una herramienta del imperio español, y desde una bebida orgánica de moda recientemente introducida en los Estados Unidos hasta un alimento básico sirio, la historia del mate atraviesa múltiples geografías y culturas. Al mismo tiempo, el éxito local del mate, a diferencia de las fortunas globales del café o el té, revela cómo factores como la dificultad del cultivo y los patrones culturales de consumo hacen que los viajes de las plantas y las personas sean más impredecibles de lo que solemos pensar.”

Ahora también hay populismo en países ricos: temor a los desafíos de la globalización, al cambio

El populismo tiene profundas raíces en América Latina, pero no era tan común en Europa, por ejemplo, sobre todo a partir de las derrotas del nazismo y el fascismo. Ahora ha llegado allí y, tal vez, por razones similares a las que lo engendraran aquí: el temor al cambio, el temor a la globalización, el temor a una sociedad abierta que ofrece grandes logros, pero no asegura que no haya alguna derrota.

Lo trata este paper “Populism and the SkillContent of Globalization: Evidence from the Last 60 Years”, por Frédéric Docquier, Lucas Guichard, Stefano Iandolo, Hillel Rapoport, Riccardo Turati, Gonzague Vannoorenberghe: https://www.cesifo.org/DocDL/cesifo1_wp10068.pdf

“Analizamos la evolución a largo plazo del populismo y exploramos el papel de la globalización en la configuración de dicha evolución. Utilizamos un panel desequilibrado de 628 elecciones nacionales en 55 países durante 60 años. Una primera novedad es nuestra confianza en medidas estándar (p. ej., el «margen de volumen» o porcentaje de votos de los partidos populistas) y nuevas (p. ej., el «margen medio», un promedio continuo ponderado por votos de las puntuaciones de populismo de todos los partidos). del alcance del populismo. Mostramos que los niveles de populismo en el mundo han fluctuado fuertemente desde la década de 1960, alcanzando su punto máximo después de cada gran crisis económica y alcanzando un máximo histórico, especialmente para el populismo de derecha en Europa, después de la gran recesión de 2007-10. La segunda novedad es que cuando investigamos los determinantes «globales» del populismo, analizamos el comercio y la inmigración de manera conjunta y consideramos su tamaño, así como su estructura de habilidades. Usando regresiones OLS, PPML y IV, nuestros resultados sugieren consistentemente que el populismo responde a los impactos de la globalización de una manera que está estrechamente relacionada con la estructura de habilidades de estos impactos. Las importaciones de bienes intensivos en mano de obra poco calificada aumentan tanto el populismo total como el de derecha en los márgenes de volumen y promedio, y más aún en tiempos de desindustrialización y de expansión de Internet. La inmigración poco calificada, por otro lado, tiende a inducir una transferencia de votos de los partidos populistas de izquierda a los de derecha, aparentemente sin afectar el total. Finalmente, las importaciones de bienes intensivos en mano de obra altamente calificada, así como la inmigración altamente calificada, tienden a reducir el volumen del populismo.”