Una introducción a la Escuela Austriaca de Economía y a la Economía Institucional

Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca y Economía Institucional comenzamos una serie de lecturas sobre estas dos escuelas, que tienen puntos en común. Desde ya, la importancia del marco institucional, de las reglas de juego, en el funcionamiento de los mercados y por ende la economía.

Para comenzar vemos tres trabajos introductorios:

  1. a) Juan Carlos Cachanosky; La Escuela Austriaca de Economía: https://riim.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/07/Cachanosky.pdf
  2. b) F. A. Hayek (Universidad de Viena, London School of Economics, Universidad de Chicago, Universidad de Friburgo), “Introducción”, en “Carl Menger, Principios de Economía Política”: 1-26 http://www.hacer.org/pdf/Menger00.pdf
  3. c) Martín Krause; “Derecho y Economía, Elección Pública e Instituciones: sus raíces en Argentina

Fundamentación de la materia

Las distintas escuelas económicas pueden definirse como un conjunto de teorías que buscan describir la realidad y son coherentes entre sí. En ese sentido, encontramos en la ciencia económica diversas escuelas, comenzando, por supuesto, con la economía clásica, aunque hubiera en ella posiciones bien diversas.

Una de esas escuelas es la llamada “Austriaca”, en virtud de que sus pioneros y principales autores eran de ese origen y desarrollaron sus actividades académicas principalmente en Viena, aunque luego emigraran a los Estados Unidos.

Los aportes de los austriacos se destacan desde la llamada “revolución marginalista” en la teoría del valor y luego en contribuciones que abarcan al conjunto de la disciplina. Es más, estas contribuciones van más allá ya que sus autores también han extendido su campo de interés a áreas tales como la epistemología de las ciencias, la historia, las ciencias políticas y, en general, todos los ámbitos de las ciencias sociales.

Contemporáneamente, comenzaba también a desarrollarse lo que luego se llamaría “Economía Institucional”, la cual tuvo un importante impacto inicial para luego decaer en el siglo xx; hasta que resurge con otra base teórica y es denominada “Nueva Economía Institucional”.

El objetivo de esta materia es, entonces, recorrer ese camino trazado por los principales autores de ambas escuelas, prestando atención a sus más destacadas contribuciones y el impacto que tuvieran en esos distintos ámbitos.

Una pregunta que muchos estudiantes hacen: ¿por qué si la teoría económica marxista fue refutada hay tantos que la sostienen?

Una pregunta que muchos se hacen, al menos estudiantes: ¿cómo puede ser que la teoría económica de Marx fuera refutada a poco de ser presentada y aún hoy siga teniendo adeptos? Bueno, no entre los economistas, pero sí entre muchos pensadores sociales. Tal vez mejor ni quieren hablar de la economía marxista y menos aún de las experiencias aplicadas durante el siglo XX

En un artículo publicado por el American Institute for Economic Research, Phillip W. Magness y Michael Makovi tratan el asunto con el título: “Das Karl Marx Problem”: https://www.aier.org/article/das-karl-marx-problem/

Esto es parte del artículo:

‘Das Karl Marx Problem’ se reduce a una paradoja que rodea su recepción académica. En las décadas posteriores a su muerte en 1883, las teorías de Marx fueron minuciosamente analizadas por otros economistas y casi universalmente rechazadas. La obra maestra de Marx de 1867, El Capital, construyó su argumento central sobre una teoría del valor defectuosa: la Teoría Laboral del Valor. Comenzando con un par de libros de Carl Menger y William Stanley Jevons en 1871, los economistas comenzaron a diseccionar los problemas de la Teoría Laboral del Valor y descubrieron que simplemente no podía explicar muchos escenarios observables del mundo real. En cambio, se dieron cuenta de que el valor económico se deriva de las preferencias subjetivas individuales ejercidas al margen de la toma de decisiones.

 

También había otro problema con el sistema de Marx. La matemática de construir una economía en torno a la «plusvalía» derivada del trabajo simplemente no cuadraba, porque luchaba por convertir el trabajo, un insumo importante de la producción económica, en un precio funcional. La teoría de Marx en El capital vol. 1 supone que los valores de cambio (precios) se derivan del trabajo realizado. Pero vol. 3, al intentar explicar cómo se igualan las tasas de ganancia del mercado, postula en cambio que los valores de cambio difieren de los costos laborales. Pero si los insumos también se compran a precios de mercado, surge una circularidad empírica en el razonamiento de Marx. Las propias obras inéditas de Marx lucharon por sortear esta contradicción, principalmente mediante juegos semánticos. En 1896, Eugen von Böhm-Bawerk destacó esta contradicción interna, que es independiente de la crítica marginalista de la teoría del valor trabajo. Y escribiendo en 1907, el matemático Ladislaus Bortkiewicz ilustró de manera concluyente que el “Problema de la Transformación” marxista no podía resolverse como Marx pretendía.

Desde otra perspectiva: otros diez de los mejores artículos en Economía de la Escuela Austriaca desde 2010

Ash Navabi es un economista en Toronto, Canadá. Como publicara ayer la de Albrecht, tiene su lista de los mejores artículos de economía de la Escuela Austriaca desde 2010:

  1. Jeffrey M. Herbener ; “Austrians vs the Mainstream: on Taxes”: https://mises.org/wire/austrians-vs-mainstream-taxes
  2. Peter G. Klein, A Note on Giffen Goods: https://cpb-us-w2.wpmucdn.com/sites.baylor.edu/dist/a/122/files/2016/06/giffen-t82d17.pdf
  3. Per Bylund: “The Division of Labor and the Firm: an Austrian Attempt at Explaining the Firm in the Market”: https://cdn.mises.org/qjae14_2_3.pdf
  4. Tate Fegley and Karl-Friedrich Israel; “The Disutility of Labor”: https://cdn.mises.org/publication_source_pdf/qjae_23_2_fegley_israel.pdf
  5. McCaffrey, Matthew, “The Macro Problem of Microtransactions: The Self-Regulatory Challenges of Video Game Loot Boxes” (2019). Business Horizons, Forthcoming, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=3309612
  6. Pierre Desrochers and Joanna Szurmak: “Population Growth and the Governance of Complex Institutions: People Are More than Just Mouths to Feed”, y también “The Economic Benefits of Long Distance Trade” https://thecgo.org/wp-content/uploads/2020/09/The-Environmental-Optimism-of-Elinor-Ostrom.pdf
  7. Predrag Rajsic, “Did Rothbard «Borrow» the Income and Substitution Effects?”: https://mises.org/library/did-rothbard-borrow-income-and-substitution-effects
  8. Kristoffer Mousten Hansen “The False Benefit of Less Land Use for Agriculture”: https://mises.org/wire/false-benefit-less-land-use-agriculture
  9. Joseph T. Salerno “Hyperinflation and The Destruction of Human Personality”: https://bazhum.muzhp.pl/media/files/Studia_Humana/Studia_Humana-r2013-t-n5/Studia_Humana-r2013-t-n5-s15-27/Studia_Humana-r2013-t-n5-s15-27.pdf
  10. Robert P. Murphy, “Multiple Interest Rates and Austrian Business Cycle Theory “: https://consultingbyrpm.com/uploads/Multiple%20Interest%20Rates%20and%20ABCT.pdf

Diez de los mejores artículos de economía de la Escuela Austriaca de los últimos años

Brian Albrecht tiene un doctorado en economía de la Universidad de Minnesota y es Economista Jefe del International Center for Law and Economics. Recomienda cuales son las diez mejores lecturas en Economía Austriaca de los últimos años:

  1. Lawrence White: Free banking in Britain: https://a.co/d/ilueV8k
  2. Bryan P. Cutsinger y Joshua S. Ingber, de George Mason University, “Seigniorage in the Civil War South”: https://doi.org/10.1016/j.eeh.2018.11.001
  3. Rouanet, Louis and Cutsinger, Bryan and Ingber, Joshua, Assignats or Death: Inflationary Finance in Revolutionary France (August 15, 2020). Free Market Institute Research Paper No. 3674658, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=3674658 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.3674658
  4. Leeson, Peter T., «Trading with Bandits» (2007). Faculty Scholarship. 414. https://researchrepository.wvu.edu/faculty_publications/414
  5. Claudia R. Williamson New York University y Carrie B. Kerekes Florida Gulf Coast University: “Securing Private Property: Formal versus Informal Institutions”: https://www.journals.uchicago.edu/doi/abs/10.1086/658493
  6. THOMAS L. HOGAN,LINH LE,ALEXANDER WILLIAM SALTER; “Ben Bernanke and Bagehot’s Rules” https://doi.org/10.1111/jmcb.12178
  7. Joshua R. Hendrickson y Alexander William Salter; “Money, liquidity, and the structure of production”: https://doi.org/10.1016/j.jedc.2016.10.001
  8. Hendrickson, J.R. Interest rates and investment coordination failures. Rev Austrian Econ 30, 493–515 (2017). https://doi.org/10.1007/s11138-016-0368-6
  9. Marek Hudik; “Push factors of endogenous institutional change” https://doi.org/10.1016/j.jebo.2021.07.005
  10. Omar Al-Ubaydli, Peter Boettke y Brian C. Albrecht: “Testing the Hayek hypothesis: Recent theoretical and experimental evidence” https://doi.org/10.1371/journal.pone.0270489

Una relación poco considerada: la Escuela de Chicago y la Escuela de Friburgo y la Mont Pelerin Society

Siempre se habla de la relación entre la Escuela Austriaca y la Escuela de Chicago, cuyo punto de encuentro más evidente es la creación de la Mont Pelerin Society. Sin embargo, poco se habla de la relación entre Chicago y otro de los grupos que generaron esa organización: la escuela de Friburgo. Es lo que se trata en este paper: Kolev, Stefan, University of Applied Sciences Zwickau &  Wilhelm Röpke Institute y Köhler, Ekkehard A., University of Siegen &  Walter Eucken Institute , (2021) : “Transatlantic Roads to Mont Pèlerin: «Old Chicago» and Freiburg in a World of Disintegrating Orders”, New Working Paper Series, No. 309, University of Chicago Booth School of Business, Stigler Center for the Study of the Economy and the State, Chicago, IL This Version is available at: http://hdl.handle.net/10419/262711

“Este artículo describe la evolución conjunta de las economías políticas de las Escuelas del «Viejo Chicago» y de Friburgo. Estas comunidades dentro del programa de investigación «laissez-faire dentro de las reglas» y la larga tradición de «pensar en orden» surgieron en la década de 1930 y culminaron en la década de 1940 en una corriente sorprendentemente coherente de pensamiento económico institucional, cristalizando en torno a las personalidades de Henry C. Simons y Walter Eucken. Mostramos cómo, en una época de desintegración de los órdenes nacional e internacional de la economía y la sociedad, los economistas políticos de Chicago y Friburgo sufrieron una doble transición: de estudiantes del equilibrio a estudiantes del orden, así como de estudiantes de varios órdenes positivos a estudiantes del orden. defensores de un orden normativo específico. El orden normativo de la economía a ambos lados del Atlántico era el orden competitivo y su marco basado en reglas. Junto con la angustia compartida en medio de órdenes en desintegración, se identifican conexiones transatlánticas personales entre las dos comunidades, comenzando en Berlín durante la década de 1920. Destacamos el papel especial de Friedrich A. Lutz quien, desde mediados de la década de 1930 hasta el fallecimiento de Eucken en 1950 y más allá, sirvió como salvavidas entre la aislada Escuela de Friburgo y los economistas estadounidenses. Las actividades de Lutz están integradas en una narrativa de conversaciones transatlánticas en torno a Friedrich A. Hayek y las primeras reuniones de la Sociedad Mont Pèlerin.”

Adam Smith más actual y vigente que nunca: ahora dos papers desde Minas Geraes

Adam Smith da cada vez más motivos para considerar sus textos. Aquí van dos artículos sobre sus contribuciones.

El primero, TO BE AND TO APPEAR TO BE: ADAM SMITH’S RESPONSE TO MANDEVILLE AND ROUSSEAU ON THE PROBLEM OF THE MORAL STATUS OF SELF-LOVE, por  Ivan Sternick, de la Universidad de Minas Geraes: https://www.cedeplar.ufmg.br/pesquisas/td/TD%20643.pdf

Plantea lo siguiente:

“Este artículo defiende la hipótesis de que la teoría de la simpatía y del espectador imparcial de Smith se desarrolló como respuesta al problema del estatuto moral de la sociabilidad fundada en el amor propio, legado por la antropología egoísta defendida por Mandeville y denunciada por Rousseau. A diferencia de quienes ven una oposición total en la relación entre Smith y Rousseau, esto significa que el primero está de acuerdo con la crítica del segundo a la antropología de Mandeville. Sin embargo, se argumenta que, en opinión de Smith, Rousseau se equivocó al incorporar una psicología inspirada en Mandevillian en su descripción del funcionamiento de la sociedad moderna, ya que no explica correctamente el comportamiento y la interacción humana. En este sentido, las simpatías a menudo enfatizadas de Smith por las críticas de Rousseau a la sociedad comercial deben ser mitigadas, ya que estas últimas se basan en una visión mayoritariamente errónea del principio de sociabilidad basado en el amor propio.”

El otro es NO NEED FOR SOCIETY: ADAM SMITH’S CRITIQUE OF PUFENDORF’S SUMMA IMBECILLITAS, por Michele Bee e Ivan Sternick, ambos de la misma universidad: https://www.cedeplar.ufmg.br/pesquisas/td/TD%20644.pdf

“Los ilustradores escoceses vieron en Pufendorf la idea de una sociabilidad basada en la necesidad anterior al gobierno. Esta idea surgió de una imagen de la condición humana como naturalmente indigente e impotente. La sociabilidad surge, pues, de la percepción de las ventajas que la cooperación y la ayuda mutua otorgan para superar esta incapacidad natural de proveer a las propias necesidades. El ser humano se vuelve sociable a través del amor propio, entendido como el interés por la autoconservación. La idea de un principio de sociabilidad independiente del gobierno también fue crucial para la concepción de sociedad de Adam Smith. Sin embargo, Smith buscó revisar las premisas de Pufendorf sobre la naturaleza humana. Siguiendo a Hutcheson, los consideró demasiado cercanos al sistema egoísta de Hobbes. Como pretende mostrar este artículo, para Smith la sociabilidad no surge de la necesidad de la ayuda de los demás, como suele decirse, sino del deseo de la estima merecida.”

Un tema que aun hoy genera muchas confusiones: los costos son también subjetivos

Siempre ha existido una gran confusión con el concepto de “costo”, que para muchos es determinante de los precios. Cuesta entender que el costo es también subjetivo, aunque el emprendedor realice cálculo económico para estimarlo y tomar una decisión. En un interesante artículo Steve Horwitz comenta un libro fundamental para comprender este tema. Se trata Cost and Choice, de James Buchanan. Explica esto en un artículo titulado “Cost and the Agony of Choice”: https://www.econlib.org/cost-and-the-agony-of-choice/

Estas son las seis principales lecciones a tener en cuenta:

  1. Lo que es más importante, el costo debe ser sufragado exclusivamente por quien toma las decisiones; no es posible que el costo se transfiera o se imponga a otros.
  2. El costo es subjetivo; existe en la mente del tomador de decisiones y en ninguna otra parte.
  3. El costo se basa en las anticipaciones; es necesariamente un concepto prospectivo o ex ante.
  4. El costo nunca se puede realizar debido al hecho mismo de la elección: aquello a lo que se renuncia no se puede disfrutar.
  5. El costo no puede ser medido por alguien que no sea el tomador de decisiones porque no hay forma de que la experiencia subjetiva pueda observarse directamente.
  6. Finalmente, el costo puede fecharse en el momento de la decisión o elección.

¿Qué deberían hacer los economistas? Buchanan plantea el ámbito y objeto de la ciencia

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA, vamos terminando la materia con un tema central, planteado por James Buchanan: ¿Qué deberían hacer los economistas?

Buchanan

“Propongo examinar “el deambular de la mente de los hombres que ocupan el sillón de Adam Smith”, aquellos que tratan de mantenerse dentro del “estricto campo de la ciencia” y formulan las siguientes preguntas: ¿qué están haciendo los economistas? ¿qué “deberían” estar haciendo?

Cuando propongo examinar con espíritu crítico que es lo que hacen los economistas estoy rechazando también, como ustedes podrán notar, la propuesta familiar de Jacob Viner, para quien “la economía es lo que hacen los economistas”, propuesta a la que Frank Knight dio una naturaleza totalmente circular al agregar que “los economistas son los que hacen economía”. Esta definición funcional de nuestra disciplina da por sentada la misma pregunta que deseo formular y, de ser posible, contestar aquí. Creo que los economistas deberían asumir su responsabilidad básica; deberían, al menos, tratar de conocer el tema que manejan.

Me gustaría que consideráramos ahora un principio casi olvidado, enunciado por Adam Smith. En el capítulo 2 de The Wealth of Nations, afirma que el principio que da lugar a la división del trabajo, del que provienen tantas ventajas, “no es originalmente el efecto de alguna sabiduría humana, que prevé y tiene por objeto esa opulencia general a la cual da lugar. Es la necesaria, aunque muy lenta y gradual, consecuencia de una cierta propensión de la naturaleza humana que no tiene en vista una utilidad tan extensiva; la propensión a permutar, trocar e intercambiar una cosa por otra”. Me parece sorprendente que la importancia y la significación de esta “propensión a permutar, trocar e intercambiar” haya sido pasada por alto en la mayoría de los trabajos exegéticos de la obra de Smith. Pero seguramente es aquí donde se halla su respuesta a lo que es la economía o la economía política.

Los economistas deberían concentrar su atención en una forma particular de actividad humana y en los diferentes ordenamientos institucionales que surgen como resultado de esta forma de actividad. El comportamiento del hombre en la relación de mercado que refleja su propensión a la permuta y al trueque y las múltiples variaciones de estructura que esta relación puede adoptar constituyen los temas apropiados de estudio para el economista. Al decir esto, formula, por supuesto, un juicio de valor que ustedes pueden apoyar o no. Pueden considerar este trabajo, si así lo desean, como un “ensayo persuasivo”.

El enfoque básico y elemental que sugiero coloca en el centro de la escena la “teoría de los mercados” y no la “teoría de la asignación de recursos”. Hago un alegato en favor de la adopción de una sofisticada “cataláctica”, un enfoque de nuestra disciplina que había sido introducido mucho antes por el arzobispo Whately y la escuela de Dublin, por H. D. Macleod, por el estadounidense Arthur Latham Perry, por Alfred Ammon y algunos otros.(1) No es mi objetivo en este trabajo, ni tampoco me compete, analizar las razones por las cuales estos hombres no pudieron convencer a sus colegas y sucesores. Lo que deseo hacer notar es que la idea que introdujeron y que no estuvo nunca totalmente ausente de la corriente principal de pensamiento(2) requiere, quizá, mayor énfasis ahora que en la época en la que ellos trabajaron.

Una crítica a los modelos macro de equilibrio predominantes: cualquier turbulencia demanda una solución política

Richard Wagner es profesor emérito en George Mason University y escribe una ponencia para un coloquio donde hace referencia a un punto central de la teoría macro. El paper se titula “Systems-theoretic LawMacro: An antidote to Keynesian indigestion?”:

Éste es el resumen:

“Este documento está escrito para una conferencia de Liberty Fund sobre «La libertad en relación con el derecho y la macroeconomía». El documento trabaja con el reconocimiento de que los modelos que usamos no son dispositivos neutrales para ver más claramente la realidad porque también matizan esa realidad de diferentes maneras. Por ejemplo, un modelo basado en el equilibrio sistémico y la agregación asignará casi necesariamente la turbulencia a la interacción del mercado y, por lo tanto, colocará la calma de la turbulencia en el ámbito de la acción política simplemente porque no existe una alternativa coherente. Por el contrario, un modelo donde la turbulencia se cuece en el pastel de la acción humana reconocerá que la acción humana crea y calma la turbulencia, y continuamente, y también reconocerá que el cambio continuo entre coaliciones que es una característica de la política democrática generará con mayor fuerza turbulencia que calmarla.”

Y más adelante:

“Leijonhufvud podría haber tenido razón acerca de que Keynes no fue captado con precisión por las versiones hidráulicas de la economía keynesiana que surgieron; sin duda, la referencia a la «economía keynesiana» después de 1936, pero entre los economistas se refirió a modelos hidráulicos como ingreso-gasto e ISLM. Economista, han dejado atrás a Keynes, pero esto sería sólo en términos de las formas de la teoría, pero no en términos de la sustancia de esas teorías. La articulación teórica ha avanzado desde el álgebra de la escuela secundaria hasta el cálculo de variaciones o el cuarto año del plan de estudios de matemáticas. De todos modos, lo que se encuentra en el tercero el objeto de interés es el volumen agregado de gasto durante algún intervalo, y con ello se presume que alguna agencia gubernamental tiene el control de esa variable objetivo y w efecto determinado. Con ese control que tiene Las muchas y variadas presunciones de la macro keynesiana ilustran el comentario frecuente de Knight de que lo que más nos duele es lo que sabemos que no es cierto.

Los macroeconomistas desde principios de 1936 se han dedicado principalmente a tejer sus cuentos analíticos en torno al estado de las variables agregadas que simplemente resumen la acción pasada cuando el verdadero desafío es teorizar en términos de lo que aún no ha aparecido en la historia. No tengo ningún deseo de preguntar por el verdadero Keynes. Mi Keynes per se sino en cómo la forma s que el interés no reside en nuestros pensamientos toman influencia sobre nuestro buen orden social. presuposiciones No creo que sea necesario ser fiel a Keynes al iniciar una investigación sobre cómo una concepción teórica de sistemas de la relación entre el derecho y la macroeconomía podría servir como antídoto para la indigestión keynesiana, pero tampoco quiero calumniar conscientemente a alguien

Los aportes de Milton Friedman a la ciencia económica, a la teoría monetaria y muchas más

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA leemos a Milton Friedman en varios artículos. Uno de ellos es una revisión de todas sus contribuciones a la teoría económica. Pero Friedman, como otros grandes de la economía, fue más allá de este campo. Así es que también vemos un artículo que escribió junto a Rose, su mujer, sobre el papel que cumplen las ideas en el cambio institucional, y otro que en su momento causó una gran discusión: “La responsabilidad social de los empresarios es incrementar sus ganancias”.

El artículo, publicado en la revisa del New York Times es claramente desafiante, típico de Friedman. Con un título agresivo busca llamar la atención de los lectores. Así lo comenta una alumna:

“Friedman hace hincapié en su rechazo a la responsabilidad social de la empresa. Friedman establece que no puede hablarse estrictamente sobre RSE ya que, quienes adquieren responsabilidades son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son los empresarios, dueños, o quienes representan a las compañías, es decir, los ejecutivos corporativos. Ahora bien, ¿en qué consiste esa responsabilidad?”

“El ejecutivo corporativo es también una persona en su propio derecho y, como tal, puede que tenga muchas otras responsabilidades que reconozca o asuma de forma voluntaria: para con su familia, su conciencia, sus sentimientos de caridad, su iglesia, sus clubes, su ciudad, su país. Puede que se sienta obligado por dichas responsabilidades a dedicar parte de sus ingresos a causas que considera respetables, a rechazar trabajar para ciertas corporaciones, e incluso a abandonar su trabajo, por ejemplo, para incorporarse al ejército de su país. Si lo deseamos, podemos referirnos a algunas de estas responsabilidades como “responsabilidades sociales”. Sin embargo, en este sentido el ejecutivo corporativo está actuando como principal y no como agente; está gastando dinero, tiempo o energía, y no el dinero de sus empleadores o el tiempo o la energía que por contrato se comprometido a dedicar a los objetivos de los mismos.”

El tema es tan sensible que muchos no llegan a ver los argumentos de Friedman. No digo estar de acuerdo, sino simplemente entenderlo. Lo mismo debe haber sucedido con muchos de sus lectores.

Pero los alumnos no leen solamente esto, sino también un muy interesante debate organizado por la Reason Foundation donde John Mackey, fundador y presidente de Whole Foods, la exitosa cadena de supermercados naturistas sostiene:

“Estoy muy en desacuerdo. Soy un empresario y un libertario del libre mercado, pero creo que la empresa inteligente debe crear valor para todos sus socios. Desde la perspectiva del inversor, el fin de los negocios es maximizar las ganancias. Pero no es el fin de otros stakeholders –clientes, empleados, proveedores y la comunidad. Cada uno de estos grupos definirá el objetivo de la firma en términos de sus propias necesidades y deseos, y cada perspectiva es válida y legítima.

Mi argumento no debería interpretarse como hostil hacia las ganancias. Creo que conozco algo sobre cómo crear valor para los accionistas. Cuando co-fundé Whole Food Markets hace 27 años comenzamos con $45.000 de capital, tuvimos ventas por $250.000 en nuestro primer año. En los últimos doce meses hemos tenido ventas por más de $4.600 millones, ganancias netas de más de $160 millones y una capitalización de mercado superior a los $8.000 millones

Pero no hemos logrado ese tremendo aumento en el valor de los accionistas haciendo que el valor de las acciones sea nuestro objetivo principal. En mi matrimonio, la felicidad de mi mujer es un fin en sí mismo, no solamente un medio para mi propia felicidad; el amor me lleva a poner la felicidad de mi mujer en primer lugar, pero al hacerlo soy feliz también yo. Igualmente, los negocios más exitosos ponen al cliente en primer lugar, antes que los inversores. En una empresa centrada en las ganancias la felicidad de los clientes es simplemente un medio para un fin: maximizar las ganancias. En una empresa centrada en los clientes, su felicidad es un fin en sí mismo, y será buscado con mayor interés, pasión y empatía de lo que puede hacerlo una empresa centrada en las ganancias.”