Ahora también hay populismo en países ricos: temor a los desafíos de la globalización, al cambio

El populismo tiene profundas raíces en América Latina, pero no era tan común en Europa, por ejemplo, sobre todo a partir de las derrotas del nazismo y el fascismo. Ahora ha llegado allí y, tal vez, por razones similares a las que lo engendraran aquí: el temor al cambio, el temor a la globalización, el temor a una sociedad abierta que ofrece grandes logros, pero no asegura que no haya alguna derrota.

Lo trata este paper “Populism and the SkillContent of Globalization: Evidence from the Last 60 Years”, por Frédéric Docquier, Lucas Guichard, Stefano Iandolo, Hillel Rapoport, Riccardo Turati, Gonzague Vannoorenberghe: https://www.cesifo.org/DocDL/cesifo1_wp10068.pdf

“Analizamos la evolución a largo plazo del populismo y exploramos el papel de la globalización en la configuración de dicha evolución. Utilizamos un panel desequilibrado de 628 elecciones nacionales en 55 países durante 60 años. Una primera novedad es nuestra confianza en medidas estándar (p. ej., el «margen de volumen» o porcentaje de votos de los partidos populistas) y nuevas (p. ej., el «margen medio», un promedio continuo ponderado por votos de las puntuaciones de populismo de todos los partidos). del alcance del populismo. Mostramos que los niveles de populismo en el mundo han fluctuado fuertemente desde la década de 1960, alcanzando su punto máximo después de cada gran crisis económica y alcanzando un máximo histórico, especialmente para el populismo de derecha en Europa, después de la gran recesión de 2007-10. La segunda novedad es que cuando investigamos los determinantes «globales» del populismo, analizamos el comercio y la inmigración de manera conjunta y consideramos su tamaño, así como su estructura de habilidades. Usando regresiones OLS, PPML y IV, nuestros resultados sugieren consistentemente que el populismo responde a los impactos de la globalización de una manera que está estrechamente relacionada con la estructura de habilidades de estos impactos. Las importaciones de bienes intensivos en mano de obra poco calificada aumentan tanto el populismo total como el de derecha en los márgenes de volumen y promedio, y más aún en tiempos de desindustrialización y de expansión de Internet. La inmigración poco calificada, por otro lado, tiende a inducir una transferencia de votos de los partidos populistas de izquierda a los de derecha, aparentemente sin afectar el total. Finalmente, las importaciones de bienes intensivos en mano de obra altamente calificada, así como la inmigración altamente calificada, tienden a reducir el volumen del populismo.”

Más difícil que reformar una constitución: casi 30 años y todavía no hay acuerdo Mercosur-UE

Con los alumnos de la materia Empresas y Negocios Internacionales de UCEMA, vemos un documento oficial sobre el tratado UE-Mercosur. Es de Julio de 2019 y no parece haberse avanzado mucho desde entonces, pero vale la pena ver las posibilidades que presenta:

Es el acuerdo más amplio y ambicioso alcanzado por ambos bloques en toda su historia, creando un mercado de bienes y servicios de 800 millones de consumidores que se beneficiarán de una oferta más diversa y de mayor calidad a precios más competitivos.

Es parte de la inserción inteligente de la Argentina en el mundo. El crecimiento y desarrollo sostenible no se puede lograr en soledad, sólo es posible con más y mejor integración internacional y más y mejor comercio. En el pasado, la desconexión de la Argentina con el mundo sólo significó retraso económico para nuestro país.

El acuerdo con la UE se inscribe en el marco de otros diálogos y negociaciones en curso que buscan también abrir nuevos mercados para nuestros productos, posicionando a su vez al Mercosur como una plataforma que se proyecte hacia la región y hacia el resto del mundo. La agenda de negociaciones incluye, además de este acuerdo, a EFTA1, Canadá, Singapur y Corea del Sur, así como la profundización de los vínculos con América Latina.

Las negociaciones para alcanzar un acuerdo de asociación entre el Mercosur y la Unión Europea han tomado mucho tiempo. Más de 20 años: se inició el diálogo en el año 1995, se alcanzó el mandato negociador de la Comisión Europea en 1999 y la primera ronda en el año 2000. Fue un objetivo compartido por los todos los gobiernos de los Estados Partes del Mercosur desde ese momento hasta ahora. Sin embargo, es entendible la persistencia de nuestros gobiernos.

La UE es un mercado inmenso con 500 millones de habitantes que representa el 20% de la economía mundial, es el primer inversor con un stock que supera el 30% de las inversiones globales e importa el 17% del total de las compras mundiales de bienes y servicios.

Por qué la gente demanda populismo y por qué los políticos están dispuestos a ofrecerlo

En un artículo titulado “A Commitment Theory of Populism”, un tema que nos afecta particularmente en América Latina, Massimo Morelli de Bocconi  University Milan, Massimo Antonio Nicolò University  of  Padua y Paolo Roberti Free  University  of Bozen analizan, no ya la “demanda” de políticas populistas por parte de una población que se siente amenazada por los cambios culturales y económicas que genera la globalización, sino el lado de la “oferta”. Aunque se refiere al problemas del populismo europeo, tiene alguna relación con el local.

Esto comentan:

“La literatura reciente sobre la ola de populismo posterior a la gran recesión se ha centrado principalmente en lo que pudo haberla causado en el lado de la demanda, observando los cambios en las actitudes, percepciones y acciones políticas de los votantes en el siglo XXI. Un primer grupo de economistas y algunos politólogos se han centrado en la inseguridad económica como fuente principal de desconfianza en las instituciones tradicionales y de demanda de políticas de protección (ver, por ejemplo, Algan et al., 2017, Guiso et al., 2019 y 2021). , Ananyev y Guriev, 2018).1 Una rama paralela de la literatura sobre ciencias políticas se ha centrado, en cambio, en las causas culturales de la desconfianza en las instituciones políticas (véase, por ejemplo, Norris e Inglehart, 2019). Tanto los mecanismos económicos como los culturales, bien resumidos en un artículo de encuesta de Guriev y Papaioannou (2021), pueden haber jugado un papel importante en el fuerte aumento de la demanda de populismo. Dicha demanda toma principalmente la forma de una demanda de políticas y promesas creíbles para la gente combinada con fuertes sentimientos anti-élite.2 También a menudo toma la forma de una demanda de protección contra la inmigración o la globalización o la automatización si la amenaza se percibe en el económico, o de algún otro “otro” si la amenaza se percibe como una amenaza a la identidad y a la propia cultura.3 Estas observaciones clave –el aumento del sentimiento anti-élite y la menor confianza en la democracia representativa por un lado, y la mayor la demanda de protección por el otro puede llevar a los votantes a desear políticas incondicionales: Brexit, la construcción de muros, el cierre de puertos y fronteras, la lucha contra la expansión de la globalización china, el nacionalismo.”

“En este artículo damos por sentados los cambios en las preferencias de los votantes y la confianza política, y nos centramos en cambio en el lado de la oferta. Más precisamente, la pregunta es qué provoca la entrada y el éxito en la arena política de candidatos y partidos que centran su retórica en declaraciones antiélites y enfatizan la cercanía con la gente, compromisos simples de protección y actitudes anti-expertos.

Respondemos a esta pregunta general con una nueva teoría que, en pocas palabras, establece la siguiente cadena lógica: la reducción de la confianza implica mayores posibilidades de éxito electoral para un candidato que se comprometa con políticas fáciles de entender o monitorear; y una vez que un candidato cambia del modelo tradicional de agencia política de fideicomisario a esta estrategia de compromiso, todas las demás características de la oferta populista mencionadas anteriormente siguen como estrategias racionales complementarias.”

CESifo Working Papers: https://econpapers.repec.org/scripts/redir.pf?u=https%3A%2F%2Fwww.cesifo.org%2FDocDL%2Fcesifo1_wp9473.pdf;h=repec:ces:ceswps:_9473

La globalización está cambiando. Un informe de McKinsey señala algunos de esos cambios: servicios, tecnología, producción más cercana

Con los alumnos de Empresas y Negocios Internacionales de UCEMA vemos un reciente informe de la consultora McKinsey sobre la evolución de las cadenas globales de valor. Sus conclusiones

 

Primero, las cadenas de valor productoras de bienes se han convertido en
menos intensivas en comercio. La producción y el comercio continúan
creciendo en términos absolutos, pero una parte menor de 
los productos que salen de las líneas de ensamblaje del mundo ahora son
comerciados a través de las fronteras. Entre 2007 y 2017,
las exportaciones disminuyeron del 28.1 al 22.5 por ciento del producto total bruto
en cadenas de valor productoras de bienes.
Segundo, los servicios transfronterizos están creciendo más
más del 60 por ciento más rápido que el comercio de bienes, y ellos
generan mucho más valor económico que el que tradicionalmente
capturan las estadísticas comerciales. Evaluamos tres 
aspectos (los servicios de valor agregado contribuyen a
bienes exportados, las empresas intangibles envían
a filiales extranjeras y servicios digitales gratuitos realizados
disponible para usuarios globales). Las estadísticas nacionales atribuyen el
23 por ciento de todo el comercio a servicios, pero incluidos estos
tres canales aumentarían su participación a más
que la mitad.
ƒƒ Tercero, menos del 20 por ciento del comercio de bienes se basa en
arbitraje de costos laborales, y en muchas cadenas de valor, 
la cuota ha estado disminuyendo en la última década. 
 El cuarto cambio está relacionado con que las cadenas de valor globales son
cada vez más intensivas en conocimiento y dependientes de
mano de obra altamente calificada. En todas las cadenas de valor, la inversión en
los activos intangibles (como I + D, marcas e IP) se han más que duplicado como parte de los ingresos, de 5.5 a
13.1 por ciento, desde 2000.
ƒƒ Finalmente, las cadenas de valor productoras de bienes (particularmente
automotriz, así como computadoras y electrónica) son
cada vez más concentradas regionalmente, especialmente
dentro de Asia y Europa. Las empresas cada vez más están 
estableciendo se producción en proximidad a la demanda.

Los mercados imponen un límite al poder que funciona incluso cuando los límites políticos no lo hacen: la competencia institucional

Con los alumnos de OMMA Madrid, en la materia Economía e Instituciones, vemos el capítulo del libro sobre Competencia Institucional y Globalización. Aquí una parte del texto:

La economía de mercado es altamente eficiente cuando sus participantes pueden iniciar o terminar relaciones de producción e intercambio entre sí. En otros términos, pueden “entrar” o “salir” de esas relaciones. Si un determinado bien o servicio ofrecido por un productor es considerado “peor” en comparación con otros producidos por otros productores, el consumidor simplemente ejerce su opción de “salida” y elige alguno de los otros proveedores.

Este mecanismo de la competencia, que traslada ganancias a quienes mejor satisfacen las necesidades de los consumidores, garantiza la existencia de los bienes y servicios deseados, y los recursos hacia ese tipo de producción son atraídos por los mayores niveles de ganancia. Los productores se sienten presionados siempre por la competencia para lograr ser más eficientes. Esta es básicamente la lógica del mercado como la desarrolló Adam Smith.

Este enfoque fue ampliado por primera vez por Charles Tiebout (1956) al análisis de la eficiencia de los gobiernos locales, asimilando el consumidor al votante, que de la misma forma que, de acuerdo con sus necesidades, elige en el mercado el que considera mejor bien o servicio, elige también la comunidad “que mejor satisface sus preferencias por bienes públicos” (p. 183). Según Tiebout, a nivel del gobierno central, las preferencias del consumidor-votante están dadas y el gobierno trata de ajustarse a ellas; mientras que, en el ámbito de los gobiernos locales, estos tienen sus ingresos y gastos más o menos fijados y el consumidor-votante se traslada al gobierno local que mejor satisfaga su juego de preferencias. Cuanto mayor sea el número de comunidades y mayor la diferencia entre ellas, más se acercará el consumidor a su posición preferida, como sucede en el mercado.

Pero el mismo argumento de Tiebout puede extenderse a la competencia entre distintos estados “nacionales”, en la medida que la migración y el flujo de capitales, ideas y tecnologías sean posibles. Los gobiernos centrales estarían, entonces, sujetos también a la competencia de otros gobiernos nacionales en la provisión de servicios, algo que las corrientes migratorias parecen confirmar.

Así, la opción de “salida” reemplaza a la prueba del mercado de la preferencia para comprar un determinado bien o servicio, lo que garantiza entonces que cada localidad tendría el sistema de ingresos y gastos que refleja los deseos de sus residentes (p. 185). Es decir: como el mercado alcanza la “eficiencia”, la competencia entre gobiernos locales también la alcanza a ese nivel de gobierno. Tiebout parafrasea a Samuelson diciendo que “cada individuo, tratando, como comprador competitivo, de alcanzar los mayores niveles de indiferencia, dados precios e impuestos, será guiado como por una mano invisible a la gran solución del óptimo social”.

Los autores de la Escuela de la Elección Pública (public choice) o la “economía política constitucional”, que ya hemos visto, no suponen el carácter benevolente del gobierno y presentan el mismo argumento de Tiebout, pero con un enfoque diferente. Según ellos, la lógica del análisis de Adam Smith es la misma que la de los Papeles Federalistas. En ambos casos contienen el supuesto de que los individuos, incluyendo a los funcionarios del gobierno, actúan en pos de su propio interés y tratarán de utilizar el poder gubernamental en ese sentido, a no ser que se vean restringidos por la posibilidad de que la gente pueda buscar protección, o preferir a otros funcionarios de otros niveles o regiones.

Así, distintos autores  destacan que, dada la posibilidad que ofrece la opción de “salida”, el proceso de competencia entre los gobiernos locales limitaría las posibilidades de tales gobiernos de abusar de sus ciudadanos y empresas. Y destaca Buchanan que no es necesario que esa opción sea ejercida por una gran parte de la población, sino que los efectos se sentirían igual con que una proporción relativamente pequeña lo hiciera. Incluso los ciudadanos y empresas que nunca considerarían trasladarse serían protegidos por la reconocida existencia de aquellos que marginalmente están dispuestos a hacerlo. En este sentido, el federalismo y la descentralización servirían para limitar las posibilidades de abuso e ineficiencia, tanto del gobierno federal como de los gobiernos locales: del primero, porque los recursos se encuentran repartidos entre distintos niveles de gobierno; de los segundos, porque existe la posibilidad de movilizarse.

Buchanan señala, además, que incluso si los ciudadanos y las empresas no están dispuestos a ejercer la opción de “salida”, la existencia de pequeñas unidades de jurisdicción gubernamental mejora la otra opción, la de “voz”: es decir expresar su opinión mediante los mecanismos democráticos de gobierno, ya que un voto resulta más decisivo en un electorado de cien que en uno de mil o de un millón. Además, es más fácil organizar un pequeño grupo —que puede resultar en una coalición ganadora— en una jurisdicción pequeña.

Y aunque no se utilizara la opción de “salida”, existiría la de “salida virtual”, que es la observación de cómo se manejan las cosas en otras jurisdicciones y los efectos que esto pueda tener en el proceso político interno. Por ejemplo, en la caída del socialismo, si bien la salida de ciudadanos fue importante, especialmente en el caso de Alemania, la observación de las economías, la cultura y la política en los países occidentales por los ciudadanos de Europa Central y Oriental cumplió un papel destacado en las revoluciones de 1989-1991.

Por otro lado, la “salida” no tendría que ser necesariamente física; no requeriría el traslado físico del individuo o la empresa para garantizar la competencia. Ribstein y Kobayashi (1997) afirman que la existencia de distintos sistemas legales en un estado federal origina una competencia potencial entre ellos, en tanto en cuanto las personas y empresas puedan elegir la jurisdicción legal de su relación contractual. Esto es evidente en el ámbito del comercio y las finanzas internacionales, donde las partes eligen en muchos casos la autoridad judicial a la que se someterán en caso de disidencias con respecto al cumplimiento del contrato; pero también sucede entre Estados siendo un ejemplo de esto el establecimiento legal de las empresas en los Estados Unidos, las que eligen los estados que les otorgan mejores sistemas legales, no siendo estos los mismos en que tales empresas tienen su sede central y sin siquiera tener operaciones en tales estados.

Eduardo Galeano y Las venas abiertas de América Latina. Esas ideas nos llevan a especializarnos en perder

Ya había escrito un par de veces sobre Eduardo Galeano. Uno sobre el individualismo y una posición similar a la de Borges: https://bazar.ufm.edu/eduardo-galeano-escribio-sobre-los-fueguitos-vision-individualista-como-la-de-jorge-luis-borges/

Otros sobre sus propias opiniones sobre el libro “Las venas abiertas de América Latina”: https://bazar.ufm.edu/galeano-las-venas-abiertas-es-pesadisima-y-la-escribi-sin-conocer-suficiente-economia-y-politica/

Ahora vemos con los alumnos de la UFM su texto entre los que impactaran las ideas en América Latina.

“La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar v le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones Este va no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores; y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la Alianza para el Progreso, «hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización…» Cuanta más libertad se otorga a los negocios, más cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios. Nuestros sistemas de inquisidores y verdugos no sólo funcionan para el mercado externo dominante; proporcionan también caudalosos manantiales de ganancias que fluyen de los empréstitos y las inversiones extranjeras en los mercados internos dominados. «Se ha oído hablar de concesiones hechas por América Latina al capital extranjero, pero no de concesiones hechas por los Estados Unidos al capital de otros países… Es que nosotros no damos concesiones», advertía, allá por 1913, el presidente norteamericano Woodrow Wilson. Él estaba seguro: «Un país –decía- es poseído y dominado por el capital que en él se haya invertido». Y tenía razón. Por el camino hasta perdimos el derecho de llamarnos americanos, aunque los haitianos y los cubanos ya habían asomado a la historia, como pueblos nuevos, un siglo antes de que los peregrinos del Mayflower se establecieran en las costas de Plymouth. Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub -América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación.

Es América Latina, la región de las venas abiertas.”

Como siempre en esta visión, alguna maldición nos ha caído por la que nos eligen para explotarnos. ¿Por qué a nosotros? Respecto a los beneficios de la división internacional del trabajo parece que Galeano está en lo cierto. No sabía mucho de economía.

El mundo de la globalización es un mundo que ofrece oportunidades. Pueden aprovecharse o no, pero no estamos condenados a perder.

Escenarios para la economía global en 2050. Ninguno piensa en el colapso del estado benefactor

Con los alumnos de International Business, Swiss Management Center, vemos un informe de Deutsche Post donde se plantean diferentes escenarios para la economía global en el año 2050: http://www.dpdhl.com/en/media_relations/press_releases/2012/the_world_in_2050.html

Y sí, hay gente que tiene que estar pensando en el 2050, mientras muchos apenas sabemos lo que va a pasar el año que viene. La falta de una moneda sólida en el mundo y de crecientes endeudamientos en los principales países del planeta debería alertarnos ya que habrá turbulencias. La crisis del 2008 va quedando atrás pero nada se ha hecho para evitar la próxima. Las políticas monetarias de los bancos centrales “generan” los ciclos económicos de auge y caíd

Con los alumnos de Economía e Instituciones vemos el capítulo “Competencia institucional y globalización” donde analizamos cómo la movilidad de los recursos genera una competencia entre jurisdicciones donde pesa la calidad de las instituciones:

El proceso competitivo del mercado es eficiente, porque obliga a los proveedores a prestar atención a los consumidores y a sus necesidades. Esto es así porque los primeros necesitan la aprobación voluntaria de los últimos en un intercambio que tiene que ser mutuamente beneficioso para realizarse. En el ámbito de las acciones del Estado eso no sucede, porque quien ofrece los servicios no requiere tal aprobación, al menos directamente. Esta desvinculación entre prestación y pago está en la raíz del problema, y mientras exista el problema de la ineficiencia del monopolio y el abuso de poder subsistirá.

En tal sentido, el proceso de competencia intra-, inter- y extra-jurisdiccional actúa como un mecanismo adicional de control, ya que establece límites a lo que se puede realizar sin el consentimiento explícito de los ciudadanos. En la medida que la movilidad de los factores ejerce presiones positivas y negativas, introduce un mecanismo de premios y castigos que fuerzan al gobernante a prestar atención a esos movimientos y actuar en consecuencia.

Pero estamos hablando de monopolios territoriales, con una imperfecta (aunque creciente) movilidad por parte de los ciudadanos y con imperfecta información respecto a los costos y beneficios provenientes de las distintas jurisdicciones, debido a la ausencia de precios en estos servicios. Por eso la competencia genera mejores condiciones mientras el individuo puede trasladarse, pero, al mismo tiempo, estamos lejos del grado de competencia que existe cuando, sin necesidad de hacerlo, puede optar entre un producto o servicio y otro. Un caso similar al comentado sería el existente en algunos países en relación con las concesiones de servicios telefónicos en redes donde existen distintos proveedores, pero cada uno de ellos con un monopolio regional: el individuo puede ejercer su poder de opción trasladándose de una región a otra, pero no dentro de una de ellas.

No obstante, como hemos visto, ese traslado existe y se hace más intenso a medida que se reduce el tamaño de la jurisdicción a cargo de la provisión del servicio . De ahí que las bondades de la descentralización vayan más allá que el conocimiento de las condiciones específicas de tiempo y lugar, al permitir un incremento proporcional de la movilidad y, por ende, de la competencia.

Las semanas previas a un acto electoral nos muestran una intensa actividad, que bien podríamos denominar “competencia”: los candidatos, al menos durante ese breve periodo, compiten entre sí. ¿Es esa la única competencia en el ámbito de la política? Después de todo, la definición de un “gobierno” es la de poseer el “monopolio” de la coerción y la palabra monopolio sugiere todo lo opuesto a competencia.

No obstante, el análisis económico de la política ha señalado dos formas en las que la competencia “entre gobiernos” se manifiesta. A una de ellas podríamos llamarla “competencia por comparación”: es aquella desde que la gente observa lo que pasa en el gobierno de al lado y demanda políticamente algo similar. Para eso no hace falta que la gente o los recursos se muevan de donde están. La otra forma de competencia es, precisamente, la que genera esa posibilidad de trasladarse de una jurisdicción a otra.

Que los capitales pueden trasladarse resulta claro, pero ¿son también móviles otros recursos? En concreto, ¿se traslada la gente comparando condiciones según un gobierno u otro? La respuesta es, por supuesto, afirmativa. Basta recordar las recientes noticias sobre los africanos que querían ingresar a Europa por Ceuta y Melilla o al ocasional balsero cubano. Suele decirse que, a nivel intergubernamental, la gente “vota con los pies”, y para tener una idea de la calidad institucional en cada caso solo hace falta observar de dónde quiere salir la gente y a dónde quiere entrar.

Los gobiernos están preocupados por esta competencia: la existente entre aquellos que pierden recursos, precisamente porque se les escapa su “base imponible”, y aquellos que los reciben, porque, se sostiene, en un mundo en competencia para atraerlos hay que reducir constantemente las tasas impositivas. Ahora bien, esta es una cuestión mucho más acotada que la anterior: ¿compara la gente distintas presiones impositivas y decide mudarse de un lado a otro cuando solamente hay diferencias en los impuestos?

a, no los suavizan. Sin embargo, nada de esto se menciona en el análisis del futuro de este reporte. ¿Y cuáles son los escenarios que encuentran?

Escenario 1: Una economía sin control, con colapso a la vista. Pero curiosamente a ese destino se llegaría por “un materialismo y consumo sin límites, alimentado por el paradigma del crecimiento cuantitativo y el rechazo el desarrollo sustentable.” EL comercio mundial ha florecido por la eliminación de las barreras comerciales, Asia es el centro de la economía y una super-red de transpote global asegura rápidos intercambios entre los centros de consumo. Pero el cambio climático lleva a desastres naturales.

Escenario 2: Mega-eficiencia y mega-ciudades. Un mundo en el que las ciudades son los grandes motores del progreso y el estado nacional queda en un segundo plano. Las ciudades se benefician del crecimiento “verde”. Para superar problemas como la congestión y las emisiones se han convertido en campeonas de la colaboración. Los consumidores cambiaron sus hábitos, los productos ya no tanto se compran sino que se alquilan.

Escenario 3: Estilos personalizados. La individualización y el consumo personalizado se han extendido por doquier. Los consumidores pueden diseñar y crear sus propios productos, con impresoras 3D. Esto se complementa con una infraestructura energética descentralizada.

Escenario 4: Proteccionismo paralizante. A partir de las crisis económicas, el nacionalismo excesivo y las barreras proteccionistas, la globalización se ha revertido. El desarrollo tecnológico es lento. Los altos precios de la energía y la escasez de su oferta llevan a conflictos internacionales sobre los recursos.

Escenario 5: Resistencia global, adaptación local. Describe un mundo caracterizado por un alto nivel de consumo gracias a la producción automatizada y barata. Pero el acelerado cambio climático y las frecuentes catástrofes naturales quiebran las cadenas de suministro global y se producen constantes fallas en la oferta. El paradigma económico cambia de la maximización de la eficiencia a la mitigación de la vulnerabilidad. Esto lleva a duplicar sistemas para superar esos inconvenientes aunque la eficiencia termina sacrificada.

En fin, puede ser que alguno o más de uno de los escenarios descriptos se produzca: el auge de las ciudades, la personalización del consumo. Pero tal vez el escenario más importante será el que determinará las políticas fiscales y monetarias de los gobiernos ya que si hay una amenaza en el planeta actualmente es que tienen las manos libres para hacer lo que quieran, sin mayores controles y lo que quieren suele ser gastar y emitir. Todo, por supuesto, con los mejores argumentos acerca del impulso de la “demanda agregada” y las terribles amenazas de la deflación.

Tal vez haya que incorporar un escenario que describa el colapso del estado benefactor, hundido en un mar de deuda y emisión monetaria. ¿Y después?

Negocios internacionales y globalización: ¿homogeneización cultural o diversidad?

Existe un temor o preocupación general de que la extensión de la globalización va a generar un mundo monótono, donde se perderá la diversidad cultural y todo será estilo McDonalds.

Sin embargo, cuando vemos con los alumnos de UCEMA el texto de Mason & Dunung sobre International Business, lo que se encuentra es algo bien diferente: las grandes empresas internacionales en vez de homogeneizar al mundo realizan grandes esfuerzos para adaptarse a las culturas locales. Es decir, cuando se trata de aprender marketing internacional, se trata fundamentalmente de cómo adaptarse a las preferencias locales. Esto no es nada nuevo en realidad. Ya sabemos que el emprendedor tiene éxito cuando logra captar cuáles son esas preferencias, y nada es distinto cuando se trata de negocios internacionales. M&D presentan algunos ejemplos básicos:

 

  • entucky Fried Chicken tuvo éxito en China cuando se adaptó a las condiciones locales, incluyendo la fuerte preferencia por la comida local, así que en lugar de ofrecer ensalada de repollo, ofrece brotes de bambú y loto. También sirve un sándwich de pollo en el mismo estilo que se sirve el famoso pato pequinés. También ofrece una sopa de cerdo y pickles para el desayuno.
  • Dice el texto: “Algunos productos, como Coca Cola o el café de Starbucks necesitan pocas, o ninguna modificación. Pero incluso estas empresas crean variaciones de productos para adaptarse a los gustos locales. Por ejemplo, Starbucks introdujo un frapuccino de té verde en China, que ha sido muy exitoso.
  • Ni qué hablar de la atención que las empresas internacionales tienen que prestar al lenguaje local: Clairol tuvo que cambiar el nombre de su peine para hacer rulos “Mist Stick” en Alemania porque descubrió que allí es el lunfardo de “bosta”. La alemana Volkswagen tuvo que cambiar el nombre de su modelo Jetta por Bora en la Argentina ya que estaba muy cerca del vocablo lunfardo “yeta”, que significa mala suerte.
  • Tomar en cuenta las diferencias culturales es algo permanente. Dice el texto que Procter & Gamble “utilizó una técnica de focus groups e investigación dentro de los hogares en Alemania para comprender cómo los consumidores usaban los productos. Ya saben que porque un cierto producto se venda bien en un mercado, no lo será en otros. Por ejemplo, las toallas de papel “Bounty” se venden bien en los Estados Unidos, pero su lanzamiento solo fue exitoso en dos de los 12 mercados europeos en los que fueron lanzadas. ¿Por qué? P&G descubrió que el concepto de toalla de papel da la idea de desperdicio en los alemanes y, por lo tanto, no las compran.”

El tema más general de la influencia del comercio y los negocios en la cultura fue claramente desarrollado por Tyler Cowen en su libro “In Praise of Commercial Culture”: http://www.amazon.com/Praise-Commercial-Culture-Tyler-Cowen/dp/0674001885/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1414888660&sr=1-1&keywords=in+praise+of+commercial+culture

Así lo describe Amazon:

¿Una economía de mercado alienta o desalienta la música, literatura o las artes visuales? Dañan la creatividad las fuerzas económicas de la oferta y la demanda?… El economista Tyler Cowen sostiene que la economía capitalista es un marco institucional vital pero poco apreciado en el apoyo a la pluralidad cultural y artística, ya que provee un continuo flujo de nuevas creaciones, apoya tanto la cultura sofisticada como la popular, ayuda a los consumidores y a los artistas a refinar sus gustos y brinda homenaje al pasado capturando, reproduciendo y diseminando el arte.

“Una exitosa cultura refinada usualmente surge de una saludable y próspera cultura popular. Shakespeare y Mozart eran muy populares en su tiempo. La posterior música de Beethoven, menos accesible, fue posible en parte por esta anterior popularidad. Hoy, la demanda de los consumidores asegura que pueda encontrarse tanto grabaciones de archivo de blues, una amplia gama de actuales y pasadas sinfonías, y los top 40 de esta semana. La alta y la baja cultura se complementan.”

“La filosofía del optimismo cultural de Cowen se enfrenta a muchas variedades del pesimismo cultura que se encuentran en conservadores, neo-conservadores, la Escuela de Frankfurt y algunas versiones de lo “políticamente correcto” y movimientos multiculturales, como también algunas figuras históricas como Platón o Rousseau. Muestra que cuando la cultura contemporánea florece, parece degenerar, dada la extendida aceptación del pesimismo.”

La globalización, la fragmentación y la deslocalización de la producción según la OMC

Con los alumnos de UCEMA estamos leyendo el informe de la OMC sobre el Comercio Mundial de 2008 porque trae un buen resumen de la evolución de las teorías del comercio internacional en los últimos anos. También explica y comenta el fenómeno de la globalización, el que no es otra cosa que una mayor división internacional del trabajo gracias a una mayor movilidad de todos los recursos.

El informe señala tres causas para esta “globalización”: mejoras tecnológicas en el transporte y las comunicaciones; cambios políticos profundos que han integrado a muchos países el comercio internacional (Rusia, Europa Oriental, China, Vietnam, pero también India y otros países), y desregulaciones en los países que ya eran miembros de la OMC (antes GATT).

En la Sección D trata sobre “El Comercio, la Localización de la Producción y la Organización Industrial de las Empresas”, señalando que se dan dos fenómenos al mismo tiempo: la concentración y la fragmentación. Según este segundo, las empresas fragmentan sus procesos productivos en muy diversos países (hace poco puse un post sobre este tema y el caso del Ipod), pero al mismo tiempo ciertos procesos se aglomeran en determinados países o regiones (como la manufactura en China o la innovación en California).

Ipod

La fragmentación de los procesos productivos ha sido posible debido a la caída en los costos del comercio internacional. Algunos datos interesantes que trae el informe:

Aranceles: el tipo arancelario medio antes de la primera ronda de negociación del entonces GATT en 1947 era entre el 20 y el 30%. EN 2005 era de 3,9%.

Barreras no arancelarias: es casi imposible medirlas pero un estudio dice que habrían sido tres veces menores en los 90 que en los años 70.

Transporte: este costo es tres veces más importante que el de los aranceles. Todos ellos han caído. El marítimo gracias a los registros de libre matrícula, la mayor escala de los barcos y el uso de contenedores. Los costos del transporte aéreo disminuyeron el 92% entre 1955 y 2004, ayudado recientemente por las políticas de “cielos abiertos” de algunos países. También se redujo el tiempo: el tiempo medio de envío a los Estados Unidos cayó de 40 a 10 días. “Si se considera un costos promedio por día del 0,8% ad valorem, la utilización de medios más rápidos de transporte equivale a reducir los aranceles el 24%”.

Comunicaciones: el costo de las llamadas internacionales ha caído de un índice de 100 en 1955 a 10 en 2005. Las llamadas nacionales, por ejemplo, en Alemania, han caído de un índice de 100 en 1975 a 41 en 2005.

Y destaca los siguientes hechos: “En primer lugar, tanto la deslocalización de las mercancías como de los servicios ha aumentado fuertemente en los dos últimos decenios. En segundo término, aunque la subcontratación internacional de productos intermedios es cuantitativamente más importante que la de los servicios, la deslocalización de los servicios ha aumentado con mayor rapidez en los últimos años. En tercer lugar, la deslocalización se ha incrementado de forma sustancial tanto a través del comercio en condiciones de plena competencia como del comercio interempresarial. En cuarto lugar, estas tendencias se han generalizado en todos los sectores y tipos de insumos.” En este mundo que claramente se describe, algunos países latinoamericanos han sabido subirse al tren, otros prefieren cerrarse y dejarlo pasar.

Discutimos sobre la «deslocalización de la producción». ¿Cómo evita eso un país desarrollado? (VI)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre la deslocalización en base a este comentario (van sin los nombres completos):

El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

Sus opiniones:

  • En cuanto a cómo evitar la sangría de la deslocalización en los países desarrollados, diría que para un país desarrollado competir en costes con un país en vías de desarrollo es muy difícil.

Una de las soluciones más lógicas sería producir bienes de alto valor añadido, pudiendo satisfacer una demanda de productos de mayor calidad que los países desarrollados no pudiesen satisfacer.

  • Según hemos aprendido en esta asignatura, los empresarios invierten hoy para producir los bienes que creen que serán más valorados mañana estimando un precio futuro, para ello compiten entre sí por apropiarse de los factores de producción que les interesan. Incurriendo hoy en unos costes que siguen a los precios que han estimado para mañana.

Por tanto si estiman para los bienes futuros unos precios más competitivos que los actuales, ello les lleva a reducir los costes deslocalizando la producción. Como en el ejemplo del enunciado de producir en China.

En mi opinión las medidas que actualmente toman los Estados Desarrollados para evitar esta deslocalización, tienen que ver con políticas de intervencionismo, como dar algún tipo de subvención, aprobar leyes restrictivas, nuevos tipos impositivos, etc. Según voy ampliando mis conocimientos cursando este máster dudo más acerca de la efectividad de estas medidas en el largo plazo.

  • Partiendo de la premisa siguiendo a Mises de que «es el empresario quien impide la pervivencia de toda actividad productiva que no atienda, en cada momento las mas urgentes necesidades de los consumidores del modo mas barato posible. Los precios del pasado constituyen su punto de partida, intentando prever cuales serán los futuros».

La deslocalizacion de empresas de Europa ocidental hacia Asia y Europa oriental se debe fundamentalmente a reducir costes de mano de obra. No creo que esa reducción de costes se refleje en los precios inmediatamente sino que serviran para prepararse para los precios del futuro.

De los paises desarrollados, voy a hablar del que mas conozco que es España, es incapaz de implantar politicas que reduzcan la carga social a las empresas porque hay que financiar el estado del bienestar. Parte de esa labor la ha hecho la «crisis» abaratando salarios y cambiando contratos fijos por eventuales. Para evitar la deslocalización se recurre a subvenciones, suelo gratuito, creditos blandos, menores tipos impositivos etc.. Se da el caso dentro de España de que alguna Comunidad Autónoma le facilita el cambio de Comunidad a las empresas regalandole el suelo para ampliaciones de plantas fabriles que no conseguian en su Comunidad de implantación.

  • En EEUU, los costes laborales representan casi el 70% del coste de producción, de media. En países como España, mucho más debido a, como han comentado mis compañeros con anterioridad, a las cargas sociales que exportan empleo e importan desempleo.

Con la incorporación a la OMC de países ex-soviets y China, se estima que el mercado laboral se ha incrementado en 1.000 millones de individuos. Ya sabemos qué sucede en cualquier mercado cuando se multiplica brutalmente la oferta, verdad?

En un mercado flexible, esta fuerte tendencia hacia la reducción de salarios y cargas sociales habría tenido una traducción en acompañamiento a la baja del factor coste trabajo en la empresa. Eso hubiera sucedido en un mercado flexible, el laboral no lo es, por lo que en muchas ocasiones la traducción se hizo en forma de deslocalización.

  • El proceso de deslocalización de la producción se hace fundamentalmente por el menor coste de la mano de obra, lo que convierte a las empresas que deslocalizan en más competitivas. Los precios bajan gracias a que los costos de producción se reducen y esto redunda en beneficio de los países más ricos de los que se ha ido la producción, ya que son los que más productos consumen. Este ahorro en el precio de estos productos permite a estos países crear puestos de trabajo en otros sectores como el comercio y turismo, es decir no se destruye empleo si no que se sustituye empleo industrial por empleo del sector servicios. Para los países a los que se lleva la producción supone un descenso de la desocupación y aunque los sueldos son más bajos que en los países desarrollados tienden a ser más altos a los que cobraban anteriormente. Esto supone un aumento en el nivel de vida de estos países y un desarrollo económico muy superior al de otros países en los que no se deslocaliza la producción.

Los países desarrollados por tanto para evitar los daños de la deslocalización además de lo comentado anteriormente tienden a especializarse en la fabricación de artículos caros y de mayor calidad lo que les permite seguir manteniendo su posición. La industria que se mantiene en los países desarrollados es mucho más especializada y aporta un valor añadido.

En conclusión entiendo que la deslocalización favorece tanto a los países desarrollados que deslocalizan como a los países menos desarrollados que reciben la producción. Sólo perjudica a las empresas que no son capaces de adaptarse a esta nueva realidad. Las desigualdades entre países se van reduciendo paulatinamente con la globalización.

  • En el análisis austriaco, es el PRECIO el que esta fijado, y es el COSTE lo que ajustamos.

Es decir, el empresario no monopolista (sin poder de fijación de precios sobre el mercado) se encuentra con que el mercado paga 100$ (es un ejemplo) por su producto, y no mas. Y a partir de ahi, el empresario se»busca la vida» para encontrar unos «costes y medios de producción» que le permitan vender a 100$ y ganar dinero. Y los buscara en España, en Guatemala o en China. La localización es irrelevante. Llamar «sangría» a la deslocalizacion es un prejuicio ideológico. Nadie es dueño de un derecho exclusivo a producir con una determinada tecnología en un determinado sector.

Los costes de los factores de producción «abandonados» en España por el empresario que se fue a producir a China (que deslocalizo», en la jerga quejumbrosa izquierdista) se ajustaran a la baja con gran rapidez si no tienen un uso alternativo, y mas lentamente si si que lo tienen. Es en este sentido que es el precio el que determina los costes: si los factores de producción sirven solo para producir un bien, el precio (coste) de dichos factores va unido irremisiblemente al de bien. Pero si sirven para producir varios bienes finales, su movimiento a la baja será mas lento.

Los países (entendiendo por tales los gobiernos de los países) luchan contra «fantasmas ideológicos» que se ponen de moda con medidas que arruinan aun mas al país. La deslocalizacion es uno de esos fantasmas. Los productores de calzado de Elche deslocalizan porque el Estado, el Gobierno, con tantas normas, les ha arrebatado el control de su empresa y les impide ser flexibles y adecuar sus costes en España a la evolución (a la baja) del precio que el mercado paga por su producto (calzado). Las leyes le impiden ajustar el tamaño y coste de su plantilla a lo que seria viable, el oligopolio de la energía le sangra en la factura de la luz y el del petróleo en la distribución. Sindicatos y oligopolios son los «dueños» de su empresa y le impiden ajustarse. Y al final les da las laves de la empresa y se marcha con la música a otra parte.

Y el gobierno, en vez de derogar leyes que permitan que nuestro empresario ajuste y sea flexible, aprueba normas que hacen todo aun mas rígido. Con lo cual los gobiernos, con sus nuevas normas, FAVORECEN E INCREMENTAN la deslocalizacion que dicen combatir.

  • El proceso de «deslocalización de la producción» (por ejemplo, producir en China), reduce los costos. ¿Cómo impacta en los precios? ¿No es que son los precios los que determinan los costos?

La «deslocalización» reduce los precios en los mercados que compran; a la vez que genera oportunidades de trabajo en los mercados que producen, quizás por un mejor mix de factores de producción. En el largo plazo, los precios de los factores de producción, al competir, tienden a subir en el mercado de producción.

2) Otra cosa, ¿cómo hace un país desarrollado para evitar la sangría de la deslocalización?

No debe hacer nada, es algo natural, como el nacimiento o la muerte.

Tratar de evitar que este proceso de «destrucción creativa» (descrito por Schumpeter) e interrumpir los cambios que tiene lugar en una economía de mercado; en el que los nuevos productos o nuevas forma de trabajo destruyen viejas empresas y modelos de negocio, es un error garrafal de los políticos.

En este proceso, el protagonista es un héroe, el emprendedor, cuya energía está detrás del crecimiento económico sostenido a largo plazo, pese a que puedan destruir en el camino el valor de compañías bien establecidas.