Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca y Economía Institucional vemos su enfoque sobre la evolución, donde hay más coincidencias que diferencias. Los textos a considerar son:
Hayek, Friedrich; La Fatal Arrogancia; Capítulo III: La evolución del mercado, el comercio y la civilización: https://javuresistencia.files.wordpress.com/2014/04/208-friedrich-hayek-la-fatal-arrogancia.pdf
Hodgson, Jeffrey: Economía evolucionista y evolución de la economía; Cap. 1: http://biblioteca.clacso.edu.ar/Mexico/dcsh-uam-x/20201022094415/Economia-Institucional-Evolutiva.pdf
Potts, Jason; “Evolutionary Institutional Economics»: https://www.researchgate.net/publication/43520410_Evolutionary_Institutional_Economics
Del texto de Hayek:
“Las épocas históricas, las circunstancias y los procesos en cuestión nos llegan envueltos en las brumas del pasado, por lo que no resulta posible abordar sus detalles con seguridad y precisión. Algún nivel de especialización e intercambio debió existir ya en las pequeñas comunidades en las que la convivencia se basaba en el consenso de todos sus miembros. Un comercio embrionario quizá surgiera incluso entre los salvajes más primitivos que, siguiendo los flujos migratorios de determinadas especies animales, descubrirían la existencia de otros colectivos humanos Aun cuando existen convincentes indicios arqueológicos de la práctica de un temprano comercio, tales testimonios, además de ser escasos, pueden fácilmente inducir a error. Los artículos objeto de dicho comercio serían seguramente fungibles, por lo que no han podido dejar rastro de su existencia. Las mercancías menos usuales que a algunos inducían a desprenderse de dichos bienes serían seguramente de carácter más duradero, dado que eran consideradas depósitos de valor. La ausencia de los materiales necesarios para la fabricación de ornamentos, armas y utensilios en los lugares que han sido encontrados sugiere que aquellos debieron ser objeto de intercambio mercantil. No podemos, evidentemente, descubrir prueba arqueológica del comercio de la sal, aunque de vez en cuando aparezcan restos de alguno de los artículos que se entregaban como contrapartida. No fue, sin embargo, el deseo de proveerse de artefactos de lujo, sino de cubrir las más elementales necesidades, lo que hizo de la actividad comercial una imprescindible institución de la que cada vez en mayor medida fueron dependiendo para su supervivencia más y más comunidades primitivas.”