Hayek sobre leyes generales y mandatos, y el proyecto de ley de hidrocarburos

En su libro “Ley, Legislación y Libertad”, Friedrich A. von Hayek, comenta sobre la diferencia entre una ley y un mandato, siendo la primera de carácter general y abstracto.

Hayek

Dice al respecto:

“El concepto de libertad bajo el imperio de la ley, …, descansa en el argumento de que, cuando obedecemos leyes en el sentido de normas generales abstractas establecidas con independencia de su aplicación a nosotros, no estamos sujetos a la voluntad de otro hombre y, por lo tanto, somos libres. Puede afirmarse que las leyes y no los hombres imperan, por cuanto el legislador desconoce los casos particulares a los que sus prescripciones conciernen y también porque el juez que las aplica no tiene elección a la hora de formular las conclusiones que se siguen del cuerpo legal en vigor y de las particulares condiciones del caso que se juzga. La ley no es arbitraria porque se establece con ignorancia del caso particular y ninguna voluntad decide la coacción utilizada para hacerla cumplir. Esto último, sin embargo, es verdad tan sólo si por ley significamos las normas generales y abstractas que se aplican igualmente a todos. Dicha generalidad probablemente es el aspecto más importante de ese atributo de la ley que hemos denominado ‘abstracción’. Una ley verdadera no debe nombrar ninguna particularidad ni destacar especialmente ninguna persona determinada o grupo de personas.”

Hago referencia a este texto que leyeron los alumnos de la Facultad de Derecho para relacionarlo con una reciente noticia, cuyo título resalta la diferencia inmediata con el concepto antes analizado: “Darán beneficios a inversiones más chicas que las de Chevron”: http://www.lanacion.com.ar/1700187-daran-beneficios-a-inversiones-mas-chicas-que-las-de-chevron

Se refiere a un nuevo proyecto de ley de hidrocarburos: “El proyecto contempla la creación de un régimen de promoción a la búsqueda y producción de hidrocarburos para las empresas que destinen al menos US$ 250 millones a un proyecto específico.”

Y luego señala que esto es una reducción del monto especificado en un decreto que otorgara ese beneficio a inversiones de mayor magnitud (léase Chevron): “En ese punto, el proyecto de ley sigue el espíritu del decreto 929 del año pasado, el paraguas legal que le otorgó el Gobierno a la norteamericana Chevron como paso previo a la firma de un acuerdo de inversión con YPF. Establece beneficios adicionales para quienes ingresen un piso de US$ 1000 millones. La nueva ley, sin embargo, reducirá 75% esa obligación.”

¿En qué consisten esos beneficios? “las empresas podrán exportar sin retenciones hasta 30% de su producción y girar las utilidades, por lo que también estará garantizado el acceso al mercado cambiario, algo que hoy no ocurre.”

Volvamos ahora al texto de Hayek. ¿Podremos decir que esto es una Ley? Bueno, sólo en el sentido de que saldrá aprobada por el Congreso, pero estará muy lejos de ser una Ley de tipo general y abstracto y se acerca más a lo que es un “privilegio” (de leges: ley, y privi: privada), es decir, una ley con nombre y apellido, y ahora con algunos nombres y apellidos más.

¿Por qué no puede exportar sin retenciones y pudiendo girar utilidades un productor de porotos que exporta a Brasil, un productor de publicidad que exporta a Europa, un productor de miel que exporta a Alemania?

¿Por qué no puede tener acceso a esas condiciones, simplemente alguien que quiere abrir un taller mecánico, el que recién se recibió de odontólogo y está por abrir su consultorio, el próximo abogado que comienza con su estudio, el que abre un maxi-kiosco? ¿No es que hacemos honor del pequeño y no del grande? ¿Es más, no se llama (erróneamente) a las grandes empresas “monopolios” con una clara connotación negativa? ¿Y ahora les damos ventajas que negamos a los pequeños? Y a cualquier otro mortal.

¿Será Ley eso que salga del Congreso? ¿La Suprema Corte tendría que decir algo al respecto? ¿Habla la Constitución de leyes particulares o se acerca más bien al concepto de Hayek de leyes abstractas y generales?

Alberdi y las libertades políticas que tienen consecuencias económicas

Para Alberdi las libertades políticas tienen claros contenidos económicos.

Alberdi 3

Por ejemplo:

La libertad o derecho de petición, es una salvaguardia de la producción económica, pues ella ofrece el camino de obtener la ejecución de la ley, que protege el capital, la tierra y el trabajo, sin cuya seguridad la riqueza carece de estímulo y la producción de objeto.

La libertad o derecho de locomoción es un auxilio de tal modo indispensable al ejercicio de toda industria y a la producción de toda riqueza, que sin ella o con las trabas puestas a su ejercicio, es imposible concebir la práctica del comercio, v. g., que es la producción o aumento del valor de las cosas por su traslación del punto de su producción al de su consumo; y no es menos difícil concebir producción agrícola o fabril, donde falta el derecho de darle la circulación, que le sirve de pábulo y de estímulo.

La libertad de publicar por la prensa importa esencialmente a la producción económica, ya se considere como medio de ejercer la industria literaria o intelectual, o bien como garantía tutelar de todas las garantías y libertades tanto económicas como políticas. La experiencia acredita que nunca es abundante la producción de la riqueza, en donde no hay libertad de delatar y de combatir por la prensa los errores y abusos que embarazan la industria; y, sobre todo, de dar a luz todas las verdades con que las ciencias físicas y exactas contribuyen a extender y perfeccionar los medios de producción.

La libertad de usar y disponer de su propiedad es un complemento de la libertad del trabajo y del derecho de propiedad; garantía adicional de grande utilidad contra la tendencia de la economía socialista de esta época, que, con pretexto de organizar esos derechos, pretende restringir el uso y disponibilidad de la propiedad (cuando no niega el derecho que ésta tiene de existir), y nivelar el trabajo del imbécil con el trabajo del genio.

La libertad de asociación aplicada a la industria, es uno de los resortes más poderosos que reconozca la producción económica moderna; y en la República Argentina es garantía del único medio de satisfacer la necesidad que ese país tiene de emprender la construcción de ferrocarriles, de promover la inmigración europea, de poner establecimientos de crédito privado, mediante la acción de capitales asociados o unidos, para obrar en el interés de esos fines y objetos.

La libertad de asociación supone el ejercicio de las otras libertades económicas; pues si el crédito, si el trabajo, si el uso de la propiedad, si la locomoción no son del todo libres, ¿para qué ha de servir la libertad de asociación en materia industrial?

El derecho de profesar libremente su culto, es una garantía que importa a la producción de la riqueza argentina, tanto como a su progreso moral y religioso. La República Argentina no tendrá inmigración, población ni brazos, siempre que exija de los inmigrantes disidentes, que son los más aptos para la industria, el sacrificio inmoral del altar en que han sido educados, como si la religión aprendida en la edad madura tuviese poder alguno y fuese capaz de reemplazar la que se ha mamado con la leche.

La libertad de enseñar y aprender se relaciona fuertemente con la producción de la riqueza, ya se considere la primera como industria productiva, ya se miren ambas como medio de perfeccionar y de extender la educación industrial, o como derogación de las rancias leyes sobre maestrías y contratos de aprendizaje. En este sentido las leyes restrictivas de la libertad de enseñar y aprender, a la par que ofensivas a la Constitución que las consagra, serían opuestas al interés de la riqueza argentina.

Vemos, por todo lo que antecede, que la libertad, considerada por la Constitución en sus efectos y relaciones con la producción económica, es principio y manantial de riqueza pública y privada, tanto como condición de bienestar moral. Toda ley, según esto, todo decreto, todo acto, que de algún modo restringe o compromete el principio de libertad es un ataque más o menos serio a la riqueza del ciudadano al Tesoro del Estado y al progreso material del país. – El despotismo y la tiranía, sean del poder, de las leyes o de los reglamentos, aniquilan en su origen el manantial de la riqueza -que es el trabajo libre-, son causas de miseria y de escasez para el país, y origen de todas las degradaciones que trae consigo la pobreza.

Instituciones políticas y económicas en América: ¿en qué nos va mejor y peor?

SI nos referimos a la calidad de las instituciones políticas, los cinco primeros puestos de toda la región corresponden a Canadá, Estados Unidos, Barbados, St. Lucia y St. Vincent y las Granadinas. Si tomamos solamente los países latinoamericanos serían Chile, Uruguay, Costa Rica, Puerto Rico y Brasil. En cuanto a las instituciones de mercado: Estados Unidos, Canadá, Chile, Puerto Rico y Perú. En América Latina: Chile, Puerto Rico, Perú, Panamá y Colombia.

Los cinco peores en instituciones políticas en la región son: Venezuela, Haití, Honduras, Cuba y Paraguay, todos latinoamericanos y los cinco peores en instituciones de mercado: Cuba, Venezuela, Haití, Argentina y Bolivia, también todos latinoamericanos.

Todo el hemisferio registra un ICI promedio de 0,5391. Si tomamos solamente a Estados Unidos y Canadá, obtienen 0,9254, el resto cae a 0,5164. Los países caribeños no latinos promedian 0,6688 mientras que América Latina presente el promedio más bajo: 0, 4365.

Política Mercado ICI 2013
Canadá 0,9272 0,9357 0,9315
Estados Unidos 0,8912 0,9475 0,9194
Chile 0,8114 0,8757 0,8436
St. Lucia 0,8432 0,7434 0,7933
Puerto Rico 0,7479 0,7989 0,7734
Bahamas 0,7958 0,7047 0,7503
Barbados 0,8733 0,6165 0,7449
St. Vincent y las Granadinas 0,8353 0,6425 0,7389
Uruguay 0,7806 0,6237 0,7021
Dominica 0,7596 0,6248 0,6922
Costa Rica 0,7746 0,6019 0,6882
Antigua y Barbuda 0,6951 0,6296 0,6623
St. Kitts y Nevis 0,8190 0,4709 0,6449
Perú 0,4895 0,7453 0,6174
Panamá 0,5188 0,6558 0,5873
Jamaica 0,6157 0,5440 0,5798
Trinidad y Tobago 0,6076 0,5309 0,5693
Colombia 0,4530 0,6270 0,5400
Belice 0,6453 0,4149 0,5301
México 0,4117 0,6112 0,5114
Brasil 0,5697 0,4302 0,4999
El Salvador 0,4676 0,4832 0,4754
República Dominicana 0,4337 0,4629 0,4483
Guatemala 0,2939 0,5476 0,4207
Surinam 0,5963 0,2341 0,4152
Nicaragua 0,3421 0,4461 0,3941
Guyana 0,4425 0,3308 0,3866
Paraguay 0,2882 0,4049 0,3466
Honduras 0,2393 0,4012 0,3202
Argentina 0,4316 0,2052 0,3184
Bolivia 0,3870 0,2284 0,3077
Ecuador 0,3159 0,2655 0,2907
Haití 0,2320 0,1501 0,1910
Cuba 0,2727 0,0112 0,1420
Venezuela 0,1236 0,0445 0,0841

 

Componentes del ICI

¿Cuáles son los puntos débiles y fuertes de cada país de la región? Esto puede observarse en el siguiente cuadro:

Vigencia derecho Voz y rend. de cuentas Libertad prensa Percep. de corrupción Comp. Global Lib Econ Heritage Lib Econ Fraser Haciendo Negocios
Antigua y Barbuda 0,8019 0,6792 0,6041 0,6296
Argentina 0,2972 0,5708 0,4518 0,4068 0,3041 0,0730 0,1053 0,3386
Bahamas 0,6792 0,7547 0,8680 0,8814 0,8034 0,7500 0,5608
Barbados 0,8113 0,8726 0,8883 0,9209 0,6892 0,7528 0,5000 0,5238
Belice 0,4151 0,6934 0,8274 0,3596 0,4408 0,4444
Bolivia 0,1604 0,4528 0,5279 0,4068 0,3514 0,1180 0,2961 0,1481
Brasil 0,5236 0,6132 0,5431 0,5989 0,6284 0,3652 0,3355 0,3915
Canadá 0,9528 0,9434 0,8579 0,9548 0,9122 0,9719 0,9539 0,9048
Chile 0,8821 0,8019 0,6802 0,8814 0,7770 0,9663 0,9342 0,8254
Colombia 0,4434 0,4575 0,4365 0,4746 0,5405 0,8146 0,3750 0,7778
Costa Rica 0,6509 0,8302 0,8883 0,7288 0,6419 0,7079 0,5921 0,4656
Cuba 0,3255 0,0802 0,0355 0,6497 0,0112
Dominica 0,6934 0,7689 0,8020 0,7740 0,6517 0,5979
Rep. Dominicana 0,3019 0,5283 0,5939 0,3107 0,3041 0,5562 0,6053 0,3862
Ecuador 0,1226 0,3868 0,3249 0,4294 0,5338 0,1124 0,1250 0,2910
El Salvador 0,2830 0,4670 0,5838 0,5367 0,3514 0,6742 0,5263 0,3810
Estados Unidos 0,9151 0,8632 0,8883 0,8983 0,9730 0,9382 0,8947 0,9841
Guatemala 0,1509 0,3585 0,3553 0,3107 0,4257 0,5393 0,6382 0,5873
Guyana 0,3774 0,4953 0,6599 0,2373 0,3243 0,3258 0,2763 0,3968
Haití 0,0708 0,2547 0,5178 0,0847 0,0405 0,1292 0,3618 0,0688
Honduras 0,1179 0,3302 0,2944 0,2147 0,2568 0,3764 0,6382 0,3333
Jamaica 0,4245 0,6132 0,8883 0,5367 0,3784 0,6910 0,5987 0,5079
México 0,3632 0,5519 0,3249 0,4068 0,6351 0,6966 0,3882 0,7249
Nicaragua 0,2925 0,3208 0,4670 0,2881 0,3514 0,4326 0,6513 0,3492
Panamá 0,4906 0,6274 0,5279 0,4294 0,7365 0,6067 0,5658 0,7143
Paraguay 0,2264 0,4434 0,3249 0,1582 0,2027 0,5674 0,4211 0,4286
Perú 0,3302 0,5377 0,5533 0,5367 0,5946 0,7416 0,8618 0,7831
Puerto Rico 0,7406 0,6840 0,8192 0,8041 0,7937
St. Kitts y Nevis 0,7170 0,8821 0,8579 0,4709
St. Lucia 0,6887 0,8585 0,9442 0,8814 0,8202 0,6667
St. Vincent y las Granadinas 0,7642 0,8491 0,9086 0,8192 0,7135 0,5714
Surinam 0,5330 0,5755 0,8020 0,4746 0,2905 0,2753 0,2171 0,1534
Trinidad y Tobago 0,5000 0,6274 0,7665 0,5367 0,3851 0,5955 0,4868 0,6561
Uruguay 0,6651 0,7925 0,7665 0,8983 0,4392 0,7921 0,7237 0,5397
Venezuela 0,0142 0,2264 0,1523 0,1017 0,1014 0,0225 0,0066 0,0476

 

Canadá lidera en Vigencia del Derecho, Voz y Rendición de Cuentas, Percepción de la Corrupción, Libertad Económica (Heritage), Libertad Económica (Fraser); St. Lucia en Libertad de Prensa; Estados Unidos en Competitividad Global y Haciendo Negocios.

En América Latina Chile lidera en Vigencia del Derecho, Libertad Económica (Heritage), Libertad Económica (Fraser) y Haciendo Negocios; Costa Rica en Voz y Rendición de Cuentas y Libertad de Prensa; Uruguay en Percepción de la Corrupción; Puerto Rico en Competitividad Global.

Venezuela se encuentra último en Vigencia del Derecho, Libertad Económica (Fraser) y Haciendo Negocios; Cuba en Voz y Rendición de Cuentas, Libertad de Prensa y Libertad Económica (Heritage); Haití en Percepción de la Corrupción y Competitividad Global.

 

Conclusión

En términos generales, América ha reducido su calidad institucional, el valor promedio de 2014 para todo el hemisferio (0,5391), es menor que el de 2013, con una reducción en casi todos sus componentes. El par de Canadá-Estados Unidos cae levemente de 0,9271 a 0,9254; el resto de América cae de 0,5186 a 0,5164. Dentro de este conjunto, los países del Caribe no latinos aumentan su promedio de 0,6366 a 0,6688 y los de América Latina caen de 0,4522 a 0,4365.

América Latina ha reducido su calidad institucional este año aunque, por supuesto, no todos los países muestran esa reducción. Hay buenos desempeños en la región, aunque los deterioros tiran el promedio hacia abajo. Es de esperar que los éxitos terminen iluminando el camino a los fracasos.

Calidad institucional en América: Canadá, Estados Unidos, Chile, Uruguay, Costa Rica

En todas las ediciones hemos presentado al conjunto de países del hemisferio americano en primer lugar. Todos estos países se incorporaron a Occidente, fueron “descubiertos”, esencialmente al mismo tiempo, todos siguieron también, más tarde o más temprano, un mismo camino de independencia. Hay distintos idiomas, distintas culturas, pero no menos de las que hay en Europa u otros continentes. No tiene mayor sentido separarlos entre “latinos y no latinos”, aunque luego separemos a los primeros para permitir una comparación entre sí dentro de una clasificación predominante.

Desde el inicio del ICI Canadá ha ocupado la primera posición. Este país ha mejorado también su posición en la clasificación general a partir de una mejora en sus instituciones de mercado resultado de reformas implementadas a fines del siglo pasado. El segundo lugar ha pertenecido a Estados y el tercero a Chile, que se mantiene estable en una destacada posición y a la cabeza de los países latinoamericanos. Si bien no exento de problemas esta calidad institucional le ha permitido a Chile alcanzar importantes logros en materia de progreso económico y calidad de vida, que ya fueran analizados aquí específicamente en ediciones anteriores.

La evolución de las posiciones en el hemisferio ha sido:

2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 Dif. 2007/2013
Canadá 7 7 5 5 5 6 7 11 4
Estados Unidos 11 11 9 9 7 9 9 13 2
Chile 22 22 21 21 22 24 21 22 0
St. Lucia 28 24 27 23 21 23 22 25 -3
Puerto Rico 30 32 35 35 29 34 33 3
Bahamas 35 34 38 41 34 29 26 23 -12
Barbados 36 33 37 40 31 39 42 32 -4
St. Vincent y las Granadinas 39 37 33 36 30 28 35 29 -10
Uruguay 43 41 44 46 52 60 53 50 7
Dominica 46 43 49 51 44 44 49 44 -2
Costa Rica 49 46 48 45 49 52 50 54 5
Antigua y Barbuda 53 49 47 48 48 47 40 51 -2
St. Kitts y Nevis 55 51 54 53 36 32 45 47 -8
Perú 60 64 65 68 79 83 81 80 20
Panamá 68 55 55 60 61 68 66 68 0
Jamaica 71 76 76 71 69 66 64 58 -13
Trinidad y Tobago 73 71 68 70 71 67 70 63 -10
Colombia 80 83 86 89 92 97 99 100 20
Belice 87 85 83 50 62 76 60 56 -31
México 89 88 87 85 82 79 79 75 -14
Brasil 94 89 89 94 95 98 93 90 -4
El Salvador 97 94 88 79 76 77 68 65 -32
Rep. Dominicana 105 106 109 100 101 102 101 114 9
Guatemala 109 108 106 103 102 109 102 109 0
Surinam 111 113 111 109 99 101 113 97 -14
Nicaragua 116 118 124 127 121 116 111 95 -21
Guyana 117 120 121 122 129 130 110 111 -6
Paraguay 125 126 131 134 140 136 137 128 3
Honduras 132 123 118 124 108 106 120 113 -19
Argentina 134 127 122 125 120 114 112 93 -41
Bolivia 136 136 140 143 145 133 125 118 -18
Ecuador 143 151 145 148 148 143 143 133 -10
Haití 164 168 163 152 153 164 169 165 1
Cuba 176 173 173 175 163 162 174 164 -12
Venezuela 184 183 181 185 180 174 172 161 -23

 

Como en años anteriores, luego de los tres primeros puestos se encuentran países pequeños o islas caribeñas, lo que parece sustentar la teoría que vincula la calidad institucional al tamaño de los países. El argumento es que países pequeños o insulares no pueden aislarse del mundo del cual dependen para el abastecimiento de gran número de bienes y servicios, y que esa apertura impone presión para generar buena calidad institucional, el costo del aislamiento sería muy elevado, tal como lo muestra Cuba. Algunos de esos países han caído en el índice pero, en general, se encuentran en buenas posiciones.

Como los dos primeros países en el ICI de la región son bien grandes (Canadá y Estados Unidos), esto podría señalar que el tamaño como tal no es un determinante directo de la calidad institucional. Otra teoría, que podría explicar estos casos, hace referencia al origen legal señalando que aquellos países que heredaron el sistema del common law inglés mostrarían una calidad institucional superior. Este sistema es más amistoso con las actividades económicas que los sistemas de tradición codificada continental. Algunos países caribeños clasifican en ambas categorías: tamaños pequeños y herencia del common law.

En definitiva, la diversidad de teorías que buscan explicar el origen de la calidad institucional, ya analizadas en informes anteriores, muestran el carácter complejo de este fenómeno que, muy probablemente, dependa de distintas circunstancias, éstas y otras.

Se destaca el notable avance de Perú, un país que ha mantenido consistentes políticas con gobiernos de distinto tinte, generando condiciones de seguridad para la inversión y un continuo proceso de crecimiento económico.  Este país ha mejorado 20 posiciones desde 2007. Lo acompaña Colombia en esta mejora, aunque unos veinte puestos más atrás en el indicador, mostrando la misma continuidad de políticas económicas más un destacado avance en materia de seguridad y violencia. El caso de Perú, sobre todo, sumado al de Chile, son ejemplos de los logros que permite la mejora de la calidad institucional y, además, que se puede salir de las peores condiciones imaginables (dictadura militar, hiperinflación, caos), y lograr consistentes mejoras que cambian la situación de esos países de forma tal que parece imposible que esos pasados hayan existido o puedan volver a ocurrir. Nada está garantizado, por supuesto. Argentina experimentó un proceso similar durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, para luego estancarse y retroceder relativamente por casi un siglo.

Uruguay y Costa Rica, con características similares, son también otros dos ejemplos en la región, el primero en el puesto 43 y el segundo en el 49. Países pequeños, de alta tradición democrática, de convivencia, diálogo y consenso que han tenido sus problemas, por supuesto, pero que han recuperado su tradición civil y han mejorado sobre todo sus instituciones económicas. Uruguay se encuentra en la posición 65 en este subíndice y Costa Rica en el 71. Ambos están mejor posicionados en instituciones políticas, Uruguay en el puesto 37 y Costa Rica en el 40. Algunas reformas económicas y más apertura comercial permitirían a estos países avanzar varios puestos en el ICI.

Los dramas de la región son aquellos países que consistentemente ocupan los últimos puestos (Haití, Cuba, Venezuela) y los que han sufrido caídas notables en estos años (Argentina, Belice, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Bolivia). El caso de Cuba lleva ya seis décadas y no se encuentra por debajo de Venezuela porque no figura en algunos índices que evalúan las instituciones de mercado (el ICI presenta a un país cuando figura al menos en cuatro de los ocho indicadores que lo componen y como mínimo en uno de cada subcategoría, condición que Cuba cumple aunque apareciendo en solo un indicador económico). Haití no logra establecer instituciones creíbles y sufre todo tipo de tipo de calamidades, Venezuela ya sido comentada antes, simbolizando la mala calidad institucional del populismo socialista.

La caída de Argentina se profundiza a partir de los ataques del gobierno de Cristina Kirchner a la propiedad (expropiación de YPF, control de cambios), la libertad de prensa y un creciente descalabro económico. Avances contra la justicia ponen en riesgo su independencia y la división de poderes, y una constante conducta de confrontación anulan las posibilidades de consenso y reducen a papel decorativo aquellas instituciones apropiadas para alcanzarlo, como el Congreso. El uso de poderes extraordinarios concentra aún más las decisiones y genera más incertidumbre.

Estatizaciones y default son los principales componentes del deterioro institucional de Belice, el populismo con inclinaciones socialistas se apodera de El Salvador, Nicaragua y Honduras, versiones menos extremas del chavismo afectan a Bolivia y Ecuador, con sus correspondientes reformas para lograr reelecciones, controles de la prensa opositora e intervencionismo económico.

México y Brasil se mantienen en el medio de la tabla con una leve caída, producto tanto de retrocesos propios como del avance de otros que los terminan superando en las posiciones. Panamá cae trece posiciones luego de haber registrado un constante avance, revirtiendo en parte el buen desempeño de los últimos años.

En definitiva, los ejemplos destacados de la región son Chile, por su constante posición destacada, y Perú y Colombia por sus notables avances. En el otro extremo, Venezuela, Cuba y Haití por sus recurrentes posiciones al final de la tabla  y Argentina por su acelerado deterioro.

Alberdi se plantea cómo proteger los principios de libertad económica de la Constitución

Rige en Argentina la Constitución de 1853 inspirada por Alberdi. Está claro que poco tiene que ver la organización actual de la sociedad argentina con los principios que inspiraron a quien inspirara esa constitución. Sin embargo, para Alberdi, ella contenía “un sistema completo de política económica”. Así lo dice:

Alberdi 2

“La Constitución Federal Argentina contiene un sistema completo de política económica, en cuanto garantiza, por disposiciones terminantes, la libre acción del trabajo, del capital, y de la tierra, como principales agentes de la producción, ratifica la ley natural de equilibrio que preside al fenómeno de la distribución de la riqueza, y encierra en límites discretos y justos los actos que tienen relación con el fenómeno de los consumos públicos. Toda la materia económica se halla comprendida en estas tres grandes divisiones de los hechos que la constituyen.”

“Esparcidas en varios lugares de la Constitución, sus disposiciones no aparecen allí como piezas de un sistema, sin embargo de que le forman tan completo como no lo presenta tal vez constitución alguna de las conocidas en ambos mundos.”

¿Acaso no se dio cuenta Alberdi que el espíritu de esa Constitución podía ser alterado luego por las leyes y otras medidas gubernamentales que se aprobaran. Al respecto, esto dice:

“Conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio, es concedido el goce de las libertades económicas. La reserva deja en manos del legislador, que ha sido colono español, el peligro grandísimo de derogar la Constitución por medio de los reglamentos, con sólo ceder al instinto y rutina de nuestra economía colonial, que gobierna nuestros hábitos ya que no nuestros espíritus. Reglamentar la libertad no es encadenarla. Cuando la Constitución ha sujetado su ejercicio a reglas, no ha querido que estas reglas sean un medio de esclavizar su vuelo y movimientos, pues en tal caso la libertad sería una promesa mentirosa, y la Constitución libre en las palabras sería opresora en la realidad.”

“Todo reglamento que es pretexto de organizar la libertad económica en su ejercicio, la restringe y embaraza, comete un doble atentado contra la Constitución y contra la riqueza nacional, que en esa libertad tiene su principio más fecundo.”

Este tema es toda una preocupación en esta obra. Más adelante, en una sección titulada “Garantías de la Constitución contra las derogaciones de la ley orgánica – Base constitucional de toda ley económica”, dice:

“De dos medios se ha servido la Constitución para colocar sus garantías económicas al abrigo de los ataques derogatorios de la ley orgánica: primero ha declarado los principios que deben ser bases constitucionales y obligatorios de toda ley; después ha repetido para mayor claridad explícita y terminantemente, que no se podrá dar ley que altere o limite esos principios, derechos y garantías con motivo de reglamentar su ejercicio.”

No obstante, esto no le parecía suficiente, y más adelante agrega:

“En efecto, el sistema económico de la Constitución argentina debe buscar su más fuerte garantía de estabilidad y solidez en el sistema económico de su política exterior, el cual debe ser Un medio orgánico del primero, y residir en tratados de comercio, de navegación, de industria agrícola y fabril con las naciones extranjeras. Sin esa garantía internacional la libertad económica argentina se verá siempre expuesta a quedar en palabras escritas y vanas.”

Aun así todo eso fue insuficiente. Hemos visto en otros posts la importancia de los valores e ideas en la evolución de las sociedades. Si estos cambian, no hay ninguna disposición constitucional o tratado internacional que pueda detener esa marea de cambio. No lo pudo en el caso de la Argentina. Otros valores e ideas comenzaron a prevalecer en la sociedad y, tarde o temprano, el cambio se produjo (y también cien años de estancamiento y retroceso).

Alberdi sobre la libertad económica y la generación de riqueza

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico tuvieron que leer a Juan Bautista Alberdi, parte del “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina”, donde explica el contenido económico de la Constitución sancionada en 1853. Esto dice en la Introducción sobre la libertad económica y la generación de riqueza:

Alberdi

Nuestra revolución abrazó la libertad económica, porque ella es el manantial que la ciencia reconoce a la riqueza de las naciones; porque la libertad convenía esencialmente a las necesidades de la desierta República Argentina, que debe atraer con ella la población, los capitales, las industrias de que carece hasta hoy con riesgo de su independencia y libertad, expuestas siempre a perderse para el país, en el mismo escollo en que España perdió su señorío: – en la miseria y pobreza.

En efecto, ¿quién hace la riqueza? ¿Es la riqueza obra del gobierno? ¿Se decreta la riqueza? El gobierno tiene el poder de estorbar o ayudar a su producción, pero no es obra suya la creación de la riqueza.

La riqueza, es hija del trabajo, del capital y de la tierra; y como estas fuerzas, consideradas como instrumentos de producción, no son más que facultades que el hombre pone en ejercicio para crear los medios de satisfacer las necesidades de su naturaleza, la riqueza es obra del hombre, impuesta por el instinto de su conservación y mejora, y obtenida por las facultades de que se halla dotado para llenar su destino en el mundo.

En este sentido, ¿qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse? Lo que Diógenes exigía de Alejandro; que no le haga sombra. Asegurar una entera libertad al uso de las facultades productivas del hombre; no excluir de esa libertad a ninguno, lo que constituye la igualdad civil a de todos los habitantes; proteger y asegurar a cada uno los resultados y frutos de su industria: he ahí toda la obra de la ley en la creación de la riqueza. Toda la gloria de Adam Smith, el Hornero de la verdadera economía, descansa en haber demostrado lo que otros habían sentido, – que el trabajo libre es el principio vital de las riquezas.

La libertad del trabajo, en este sentido, envuelve la de sus medios de acción, la tierra y el capital y todo el círculo de su triple empleo -la agricultura, el comercio, las manufacturas,- que no son más que variedades del trabajo.

Según esto, organizar el trabajo no es más que organizar la libertad; organizarlo en todos sus ramos, es organizar la libertad agrícola, la libertad de comercio, la libertad fabril. Esta organización es negativa en su mayor parte; consiste en la abstención reducida a sistema, en decretos paralelos de los del viejo sistema prohibitivo. que lleven el precepto de dejar hacer a todos los puntos en que los otros hacían por sí, o impedían hacer.

Pero la riqueza no nace por nacer: tiene por objeto satisfacer las necesidades del hombre, que la forma. Así es que luego que existe, ocurre averiguar cómo se reparte o distribuye entre los que han concurrido a producirla. Para esto es producida; y si el productor no percibe la parte que corresponde a su colaboración, deja de colaborar en lo sucesivo, o trabaja débilmente, la riqueza decae y con ella la prosperidad de la Nación. Luego es preciso que se cumpla la ley natural, que hace a cada productor dueño de la utilidad o provecho correspondiente al servicio de su trabajo, de su capital o de su tierra, en la producción de la riqueza común y partible.

¿Cuáles son los 15 países con peor calidad institucional del planeta?

Vimos antes cuáles son los 15 países con mejor calidad institucional. Ahora veremos cuáles son los peores. Al ver la lista, tal vez surja la pregunta si debería estar Cuba entre ellos. ¿Tiene Cuba mejor calidad institucional que Venezuela? En fin, un tema que se podría discutir. Pero aquí sucede que Cuba ni siquiera aparece en tres de los ocho indicadores que se toman en cuenta para hacer el Índice, todos ellos vinculados con la calidad de las instituciones de Mercado, que allí no existen o lo hacen en forma muy precaria.

Corea - Kim

La evolución de las últimas posiciones es la siguiente:

Año 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 Dif. 2007/2014
País
Congo 177 177 174 176 173 175 183 166 -11
Guinea-Bissau 178 172 172 174 171 173 165 159 -19
Afganistán 179 182 180 187 181 182 179 164 -15
Rep. Centro Africana 180 175 176 178 176 168 177 163 -17
Angola 181 179 179 181 174 179 178 171 -10
Uzbekistán 182 184 185 184 184 178 164 177 -5
Siria 183 169 161 165 161 160 158 151 -32
Venezuela 184 183 181 185 180 174 172 161 -23
Myanmar 185 180 190 193 191 191 188 184 -1
Zimbabue 186 187 184 188 187 188 186 179 -7
Guinea Ecuatorial 187 185 182 186 185 185 181 175 -12
Congo, Dem. Rep. 188 188 187 191 188 186 184 182 -6
Chad 189 186 183 189 186 187 185 178 -11
Eritrea 190 189 186 190 183 183 176 162 -28
Turkmenistán 191 190 189 192 189 189 187 181 -10
Corea del Norte 192 191 191 194 190 190 189 183 -9

 

Corea del Norte continúa en la última posición, su resultado descendente en los ocho últimos años se debe al incremento del número de países comprendido en el índice. Las noticias sobre este país, los testimonios de detenidos políticos y las purgas internas entre miembros del mismo gobierno son una muestra de la violación de los derechos individuales, tanto políticos como económicos. La presencia de Venezuela en ese grupo ratifica el deterioro observado en ese país. Es, también, reflejo de una visión sobre la democracia que otros gobiernos de la región comparten, aunque no llegan a esos extremos. Se trata de la idea de que una mayoría electoral otorga un poder absoluto al gobernante, un poder tal que le permite avasallar los derechos de las minorías.

Esa visión “populista” de la democracia tiene larga data, y encubierta en el prestigio de ésta, genera gobiernos en definitiva totalitarios. Los derechos individuales no están sujetos a votaciones mayoritarias, son derechos previos a la misma constitución de un gobierno que ninguna mayoría circunstancial puede derogar. Es precisamente el respeto por los derechos individuales, el respeto de las minorías y la limitación a los abusos de gobierno lo que genera calidad institucional.

Los últimos puestos en el índice consisten en regímenes dictatoriales o en democracias populistas totalitarias que violan libertades tales como la de expresión y de prensa, de propiedad, de traslado, de asociación. En el subíndice de instituciones políticas las cinco últimas posiciones, partiendo del último puesto, corresponden a Turkmenistán, Corea del Norte, Uzbekistán, Eritrea y Guinea Ecuatorial. En el de instituciones de mercado lo son Corea del Norte, Cuba, Sudán del Sur (esta nueva nación se incorpora este año al ICI), Chad y Eritrea. Venezuela ocupa la posición 175 en instituciones políticas y 186 en instituciones económicas.

¿Cuáles son los 15 países con mejor calidad institucional?

All BlacksLas instituciones, y su calidad, no cambian dramáticamente de un año a otro. Salvo contadas excepciones, en general negativas, los cambios son graduales aunque si son constantes en el tiempo pueden modificar la calidad institucional profundamente. Esta es la octava edición del Índice de Calidad Institucional y en todas ellas, cuatro países han ocupado las primeras posiciones entre 192 países, aunque cambiando el orden. En esta oportunidad Nueva Zelanda ocupa el primer lugar desplazando a Finlandia, que ahora ocupa el segundo, seguidos de Suiza y Dinamarca.   Estos cuatro países han intercambiado puestos, todos han ocupado el primer lugar en algún momento. Suiza lo hizo en una oportunidad (2007), Dinamarca en cuatro (2008/2011), Finlandia en dos (2012/2013) y ahora Nueva Zelanda por primera vez. Nunca han dejado de ocupar esas primeras cuatro posiciones. Los siguen Suecia, Australia, Canadá, Holanda, Noruega y el Reino Unido para completar los primeros diez lugares. Hay casos de mejoras continuas y destacadas como Ruanda que ha logrado subir en estos ocho años 85 posiciones, desde el puesto 169 hasta el 84. Claro que se pueden subir más posiciones cuando se parte del fondo que cuando ya se está adelante. Al revés, la posibilidad de perder gran cantidad de posiciones es mayor cuando se está arriba que cuando ya se está en el fondo. Entre las primeras cincuenta posiciones se destaca el avance de Taiwán (10 posiciones en los ocho años) y el de Mauricio (18 posiciones), Polonia (+22 hasta la 38) y Georgia (41, hasta la 40). Entre las disminuciones aparece Bahamas (-12 hasta la 35). En cuanto a los que están al final, se destaca Eritrea (que cae 28 posiciones hasta la 190), Venezuela (23 hasta la 184), Siria (32 hasta la 183). Entre las caídas más profundas desde 2007 se encuentran Kiribati (-57), Micronesia (-56), Argentina (-41), Madagascar (-41), El Salvador (-32), Belice (-31), Fiyi (-31). Completando las principales mejoras, además de la mencionada Ruanda está Albania (+42), Laos (+31), Indonesia (+28), Macedonia (+25), Qatar (+24). Dada la gradualidad de los cambios antes mencionada, es más conveniente tomar los cambios 2007/2014 que los cambios que se producen de un año a otro, aunque veremos también esto en relación a América, región en la que profundizamos nuestro análisis. Las primeras quince posiciones han evolucionado de esta forma:

Año 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 Dif. 2007/2014
País
Nueva Zelanda 1 4 4 2 3 3 4 4 3
Finlandia 2 1 1 4 4 4 3 3 1
Suiza 3 3 3 3 2 2 2 1 -2
Dinamarca 4 2 2 1 1 1 1 2 -2
Suecia 5 5 6 6 9 13 10 6 1
Australia 6 6 7 7 8 11 11 13 7
Canadá 7 7 5 5 5 6 7 11 4
Holanda 8 10 11 8 10 8 6 9 1
Noruega 9 8 10 12 11 14 13 14 5
Reino Unido 10 9 8 10 12 10 8 10 0
Estados Unidos 11 11 9 9 7 9 9 13 2
Irlanda 12 12 14 11 6 7 12 12 0
Alemania 13 13 12 14 14 16 14 15 2
Islandia 14 18 19 15 13 5 5 5 -9
Luxemburgo 15 14 13 13 16 15 15 7 -8

En estos años se destacan los avances de Australia y Noruega, y las caídas de Islandia y Luxemburgo, aunque el primero parece haber comenzado un proceso de recuperación luego de la crisis bancaria y financiera de 2008. El Índice, como en otras ocasiones, está formado por dos componentes, uno que evalúa la calidad de las instituciones políticas y otra la de las instituciones de mercado. Los primeros puestos en las primeras son ocupadas principalmente por países escandinavos. Las cinco primeras posiciones corresponden a Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda. Existe una visión sobre estos países que no se corresponde con su situación actual, como si fueran países de alta libertad política pero de características socialistas en cuestiones económicas. Sin embargo, estos países ocupan también destacadas posiciones en el componente de las instituciones de mercado: Noruega está en el puesto 21, Suecia en el 13, Dinamarca en el 7 y Finlandia en el 6. Son países de alta calidad política y apertura económica. En este segundo componente las primeras cinco posiciones corresponden a Singapur, Hong Kong, Nueva Zelanda, Suiza y los Estados Unidos.

Argentina cayó 41 lugares en el Indice de Calidad Institucional desde 2007

La Fundación Libertad y Progreso difundió esta gacetilla para anunciar la nueva edición del Índice de Calidad Institucional. Estaré comentando más en futuros posts.

 

Argentina cayó 41 lugares en el Indice de Calidad Institucional desde 2007

FECHA 06,05, 2014

  • El control de cambios, políticas económicas erráticas y el avance sobre la libertad de prensa y la justicia explican el derrumbe del país en el ranking  /  La medición, hecha por el economista Martín Krause para la Fundación Libertad y Progreso, promedia 8 indicadores internacionales de calidad de instituciones políticas y de mercado para 192 países  / Venezuela, entre los peores desempeños

Según datos del Indice Internacional de Calidad Institucional 2014, que elaboró el economista Martín Krause para la Fundación Libertad y Progreso,desde 2007 la Argentina cayó 41 lugares en este ranking que mide la calidad institucional de los países tomando ocho indicadores elaborados por organismos internacionales y promediándolos. Así, el país se encuentra en el puesto 134 del ranking, que mide 192 países a partir de los 4 índices internacionales de instituciones políticas “Vigencia del derecho”, “Voz y Rendición de Cuentas”, “Libertad de Prensa” y “Percepción de Corrupción”; y los 4 índices internacionales de instituciones económicas  “Competitividad Global”, “Libertad Económica” (Heritage), “Libertad Económica” (Fraser) y “Haciendo Negocios” (Doing Bussiness, del Banco Mundial). (El informe completo del ICI 2014 puede descargarse en http://www.libertadyprogresonline.org/wp-content/uploads/2014/05/%C3%8Dndice-de-Calidad-Institucional-2014.pdf

La presentación, que estuvo a cargo de Martín Krause; el escritor y consejero académico de Libertad y Progreso, Marcos Aguinis; y el director ejecutivo de Libertad y Progreso, Aldo Abram, se realizó vía online en Agrositio.com, y fue seguido por 225 usuarios de 18 provincias y 5 países.   De acuerdo a este estudio, que cuenta con el apoyo de Relial (Red Liberal de América Latina) y la Fundación Naumann, Argentina se encuentra entre los países que más cayeron en Calidad Institucional desde 2007. “En ese período, cayó 41 posiciones en el ranking, igualando en caída a Madagascar (que cayó 41); y superando en la baja a El Salvador (cayó 32), Belice (cayó 31) y Fiyi (cayó 31). Sólo Kiribati (cayó 57) y Micronesia (cayó 56) superaron el descenso en el ranking Calidad Institucional de nuestro país”, destacó el informe elaborado por Krause.

“La caída de Argentina se profundiza a partir de los ataques del gobierno de Cristina Kirchner a la propiedad, como la expropiación de YPF o el control de cambios; el avance sobre la libertad de prensa, y un creciente descalabro económico. Además, contribuyeron a esto los avances contra la Justicia, que ponen en riesgo su independencia y el sistema de división de poderes; y una constante conducta de confrontación. Todo este panorama anula las posibilidades de consenso en el país y reducen a papel decorativo aquellas instituciones apropiadas para alcanzarlo, como el Congreso de la Nación.

Finalmente, cabe destacar como un factor que contribuyó a la caída el uso de poderes extraordinarios, que concentra aún más las decisiones en pocas personas y genera más incertidumbre”, señaló Krause.   Por su parte Abram destacó las bondades del libre comercio para las relaciones de los países, otro de los puntos que toca el estudio de Krause. “En un país adonde hay comercio fluido y buenas relaciones comerciales con otros países, es raro que se apoye a un gobierno belicoso. Un ejemplo es la Unión Europea, cuyos países tuvieron un pasado con muchos enfrentamientos. Con el balance que hay hoy en la UE es difícil imaginar una guerra entre sus integrantes”, explicó Abram.

El director de Libertad y Progreso también criticó el proteccionismo por sus efectos negativos en los ciudadanos. “Un gobierno en serio en vez de ponerse a proteger a los empresarios, los que tiene que empujar para que compitan y ofrezcan mejores productos a la población. Y eso también tiene que ver con la trasparencia y la calidad institucional. Cuando más democráticos y transparentes son los países, menos posibilidades de privilegios arbitrarios y protecciones puede haber para las empresas”, acotó Abram.

Seguidamente habló Aguinis, que destacó los ejemplos de los países que se propusieron mejorar en calidad institucional. “Si bien temo porque se deteriore aún más la calidad institucional y la educación en la Argentina, veo esperanza en la evolución de otros países. Miren lo que pasó con Ruanda, las tragedias que vivió en el pasado reciente, y cómo se está recuperando. Si la ciudadanía se lo propone y presiona a los dirigentes, podemos recuperarnos rápidamente”, destacó Aguinis. “Argentina es un país que se resiste a ser enterrado, por los extraordinarios dirigentes que tiene. Eso a pesar de algunos dirigentes que tiene, que no están a la altura de las circunstancias. Yo por ejemplo me pregunto que pasará en 2015, si va a haber tolerancia, período de gracia, para el nuevo gobierno que asuma y tenga que tomar medidas antipáticas. Y en la oposición nadie está debatiendo eso”, explicó el pensador.

Dos caminos a seguir: Venezuela o Perú

En el marco del ICI, y como contracara, cabe destacar para Krause que países con menos historial o tradición histórica institucional que Argentina, pero que se pusieron en la tarea de mejorar sus instituciones políticas y de mercado, lograron mejoras a destacar desde 2007. Tal es el caso de Ruanda, que subió 85 posiciones desde el puesto 169 hasta el 84; Albania, que subió 42; Laos, que subió 31; Indonesia, que trepó 28; Macedonia, que ascendió 25, y Qatar, que trepó 24 posiciones. Esto muestra que la Argentina puede recuperar calidad institucional si adopta las medidas necesarias para lograrlo.

En tanto, mirando los resultados del Indice 2014, Argentina podría observar dos grupos de países americanos que representan dos caminos distintos en la construcción de calidad institucional. El primer grupo está conformado por Venezuela, Cuba y Haití, que están entre los cinco países americanos con peor calificación en instituciones políticas y de mercado y tienen pésimos puntajes en los índices internacionales que se usan para hacer el ranking de Calidad Institucional.

El otro grupo que puede mirar Argentina es el conformado por Chile, por su constante posición destacada en el ranking; y Perú y Colombia, por sus avances en construcción de calidad institucional. “Perú, por ejemplo, es un país que ha mantenido consistentes políticas con gobiernos de distinto tinte, generando condiciones de seguridad para la inversión y un continuo proceso de crecimiento económico. Este país ha mejorado 20 posiciones desde 2007. Lo acompaña Colombia en esta mejora, aunque unos veinte puestos más atrás en el indicador general, mostrando la misma continuidad de políticas económicas más un destacado avance en materia de seguridad y violencia. El caso de Perú, sobre todo, sumado al de Chile, son ejemplos de los logros que permite la mejora de la calidad institucional y, además, que se puede salir de las peores condiciones imaginables (dictadura militar, hiperinflación, caos), y lograr consistentes mejoras que cambian la situación de esos países de forma tal que parece imposible que esos pasados hayan existido o puedan volver a ocurrir”, destacó el informe de Krause.

Los mejores y los peores del mundo y de América

Esta es la octava edición del Índice de Calidad Institucional y en todas ellas, cuatro países han ocupado las primeras posiciones entre 192 países, aunque cambiando el orden. En esta oportunidad Nueva Zelanda ocupa el primer lugar desplazando a Finlandia, que ahora ocupa el segundo, seguidos de Suiza y Dinamarca. Estos cuatro países nunca han dejado de ocupar las cuatro primeras posiciones desde que se hace esta medición. Los siguen Suecia, Australia, Canadá, Holanda, Noruega y el Reino Unido para completar los primeros diez lugares de 2014. En tanto, tomando solamente los indicadores de calidad política, los primeros puestos son ocupados principalmente por países escandinavos.

Las cinco primeras posiciones corresponden a Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda. “Existe una visión sobre estos países que no se corresponde con su situación actual, como si fueran países de alta libertad política pero de características socialistas en cuestiones económicas. Sin embargo, estos países ocupan también destacadas posiciones en el componente de las instituciones de mercado: Noruega está en el puesto 21, Suecia en el 13, Dinamarca en el 7 y Finlandia en el 6. Son países de alta calidad política y apertura económica”, destaca Krause.

Como contracara a estos países, Corea del Norte continúa en la última posición del ranking. Las noticias sobre este país, los testimonios de detenidos políticos y las purgas internas entre miembros del mismo gobierno son una muestra de la violación de los derechos individuales, tanto políticos como económicos. “La presencia de Venezuela en el grupo de los peores países en Calidad Institucional junto a Corea del Norte ratifica el deterioro observado en ese país.

Es, también, reflejo de una visión sobre la democracia que otros gobiernos de la región comparten, aunque no llegan a esos extremos. Se trata de la idea de que una mayoría electoral otorga un poder absoluto al gobernante, un poder tal que le permite avasallar los derechos de las minorías”, destaca Krause.  Los últimos puestos en el índice consisten en regímenes dictatoriales o en democracias populistas totalitarias que violan libertades tales como la de expresión y de prensa, de propiedad, de traslado, de asociación. En el subíndice de instituciones políticas las cinco últimas posiciones, partiendo del último puesto, corresponden a Turkmenistán, Corea del Norte, Uzbekistán, Eritrea y Guinea Ecuatorial. En el de instituciones de mercado lo son Corea del Norte, Cuba, Sudán del Sur (esta nueva nación se incorpora este año al ICI), Chad y Eritrea. Venezuela ocupa la posición 175 en instituciones políticas y 186 en instituciones económicas.  En lo que se refiere a América, otro dato interesante a observar del Indice es que, mirando a otros países del continente con problemas de calidad institucional (como Belice, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Ecuador o Bolivia) se observan fenómenos en común, como estatizaciones de empresas, default, política populista, versiones más moderadas del chavismo venezolano, avance sobre la prensa e intervencionismo económico.

Producimos muchos alimentos, ¿ahora hay que ver cómo distribuirlos?

En una entrevista por la radio el sábado por la mañana, Juan Carr, quien desarrolla una notable actividad promoviendo la ayuda voluntaria para eliminar la pobreza a través de Red Solidaria, hablando sobre la situación argentina y que este país produce alimentos en cantidad suficiente como para eliminar el hambre de 450 millones de personas, propuso que era hora de sentarse a discutir la distribución de esos alimentos. La idea es que de esa forma se podría eliminar el hambre, al menos en la Argentina.

john_stuart_mill

Esta opinión es tan vieja como errónea. La idea de que la producción y la distribución son dos fenómenos distintos, separados, y regidos por leyes diferentes se encuentra ya en John Stuart Mill, autor que hemos estado viendo con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico, precisamente sobre este tema. Dice Mill:

“Quiéralo o no el hombre, su producción estará limitada por la magnitud de su acumulación previa y, partiendo de ésta, será proporcional a su actividad, a su habilidad y a la perfección de su maquinaría y al prudente uso de las ventajas de la combinación del trabajo […] No sucede lo mismo con la distribución de la riqueza. Esta depende tan solo de las instituciones humanas. Una vez que existen las cosas, la humanidad, individual o colectivamente, puede disponer de ellas como le plazca. Puede ponerlas a disposición de quien le plazca y en las condiciones que se le antojen” Principios de Economía Política (FCE [1848], p. 191).

Todos podemos tener alguna idea de cómo desearíamos que se distribuyera la riqueza en alguna sociedad ideal, pero lo que es incorrecto es pensar que esa “redistribución” (así hay que llamarla porque la distribución original ya se realizó por medio de decisiones individuales voluntarias) no va a impactar en las “leyes de producción” o, en otras palabras, en los incentivos para producir.

Toda producción se hace con miras a una distribución determinada: trabajo porque espero que recibiré un determinado sueldo. Si luego de haber trabajado, cambian las condiciones, entonces mis incentivos a trabajar en el futuro serán distintos.

Es más, eso es precisamente lo que ocurre en la Argentina con las retenciones a las exportaciones de esos mismos productos alimenticios que se estima pueden ser redistribuidos. Estos impuestos vigentes, que llegan en algunos casos hasta el 35% del precio de exportación (FOB) y son luego “redistribuidos” a voluntad o “como les plazca” según Mill, ya están impactando en los volúmenes de producción, los que serían mayores si esos impuestos no existieran. Es decir, si hoy se produce una cantidad total que permitiría sacar del hambre a 450 millones de personas, sin esa “redistribución” bien podría producirse una cantidad que sacara del hambre a 600 u 800 millones. Es lo que ha ocurrido en países vecinos donde no existen esos impuestos y la producción ha aumentado más que en Argentina, superándola en exportaciones tales como carnes o trigo.

En definitiva, el impacto de la “redistribución” en la “producción” lo estamos viendo ahora, lo tenemos delante de nuestra vista. La idea de que son decisiones guiadas por leyes diferentes debería ser definitivamente abandonada.

Tal vez se quiera continuar con la redistribución de todas formas, no estoy discutiendo eso aquí, pero debería presentarse su “costo” en términos de menor producción.