Artículo en InfoBAE: Gobiernos de CEOs, de científicos…., o de políticos.

https://www.infobae.com/opinion/2020/03/05/cientificos-ceos-o-politicos/

GOBIERNOS DE CEOS, DE CIENTÍFICOS …., DE POLÍTICOS

Martín Krause

Los discursos presidenciales para la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso suelen ser considerados por las estrategias que se presenten, las medidas que se anuncien y también por los conceptos expresados. Estos pueden ser más importantes que los anteriores porque reflejan una visión de la realidad que, seguramente, influirá en el diseño de estrategias y en el anuncio de medidas.

Hay varios en el reciente discurso de Alberto Fernández, pero me voy a concentrar en uno: “Somos un gobierno con científicos, no con CEOS. Un gobierno con la convicción de que el conocimiento es clave para las políticas públicas y para el desarrollo.”

En realidad, los dos tienen conocimiento, aunque sea de diferente naturaleza, pero el problema respecto al conocimiento no es el que tenga un CEO a diferencia de un científico, sino el que tienen los políticos en relación a los votantes.

Durante la segunda mitad del siglo XX autores como Anthony Downs, James Buchanan (Nobel 1986), Gordon Tullock, desarrollaron toda un área de la teoría económica que denominaron Public Choice, o Elección Pública, a diferencia de las elecciones que hacemos en el mercado, que solemos traducir como Análisis Económico de la Política. Una de las primeras cosas que destacaron fue la diferencia de incentivos que tienen los políticos, los funcionarios y los votantes.

Bryan Caplan, autor del libro El mito del Votante Racional, ha señalado que en encuestas realizadas desde los años 1940s una mayoría ha sido incapaz de nombrar uno de los poderes del Estado, definir los términos “liberal” o “conservador” o explicar qué es la Bill of Rights (Carta de Derechos). Más de dos tercios desconocen el contenido del fallo Roe vs Wade, que permitió el aborto, y no saben lo que es la Food and Drug Administration, que regula tanto medicamentos como alimentos. Casi la mitad desconoce que allí cada estado tiene dos senadores y tres cuartos desconocen cuántos años de mandato tienen. Cuarenta porciento no puede nombrar a uno de sus senadores. Y estamos hablando de la democracia más antigua con más de 200 años ininterrumpidos de elecciones.

¿Porqué los votantes son tan ignorantes? Según los primeros autores es racional que así sean, porque su voto no decide el resultado de una elección. Cuando uno va a un supermercado, lo que elige es lo que se lleva, pero cuando uno vota, puede llevarse todo lo contrario. Los que votaron a Macri recibieron en cambio a Fernández. Como el vínculo entre la decisión que se toma y el resultado que se obtiene es muy débil (mi voto a presidente es uno entre muchos millones), para qué dedicar mucho tiempo y esfuerzo a estar informado.

A diferencia de los votantes, los políticos tienen un fuerte incentivo para estar informados, porque de ello bien depende su éxito o fracaso en la profesión. Tienen que saber muy bien el impacto de una determinada medida en sus votantes y, sobre todo, a quienes éstos pueden adjudicar tanto el éxito como el fracaso. Esa combinación de votantes desinformados y políticos informados no necesariamente da buenos resultados.

Toda la existencia del lobby tiene que ver con eso. Pues, preguntémonos: ¿cómo es que en una democracia, donde gobierna una mayoría, se aprueban medidas que benefician ostensiblemente a unos pocos, a costa de todos los demás? Pues la respuesta es que esos pocos tienen fuertes incentivos para estar informados mientras que el resto no. Supongamos que ahora la importación de un determinado producto requiere una licencia de importación muy restrictiva. El fabricante local de ese producto está muy al tanto de esa norma, la busca en el Boletín Oficial y festeja el día que se publica. El resto ni se entera, ya que incluso está redactada de forma tal que es muy difícil de entender. El político conoce esto y sabe que puede beneficiar a ese productor, o a ese sector, sin mayor costo político porque los votantes están, digamos, distraídos. El lobby florece.

La conclusión normativa de autores como Buchanan y Tullock es que difícilmente haya un sistema perfecto, por eso la recomendación es que el poder esté lo más descentralizado posible, pues es más fácil para un votante estar al tanto de lo que pasa en el barrio que lo que hace el Banco Central, o mudarse de un municipio a otro, y que el uso del poder se restringa lo máximo posible, sea para CEOS o para científicos, y sobre todo para políticos.

¿El corona virus justifica la existencia de un gobierno global? Las crisis son a medida para eso

Jeff Deist publica en el Mises Institute un artículo acerca de si hace falta un gobierno mundial para enfrentar una epidemia como la del corona virus. Es de imaginar la respuesta. El artículo entero en: https://mises.org/power-market/does-coronavirus-make-case-world-government

Así empieza:

“A veces suceden cosas terribles sin ningún maltrato humano, y el nuevo coronavirus de Wuhan puede ser una de esas cosas. Es completamente plausible que el virus surgió de los «mercados húmedos» en la provincia china de Hubei en lugar de ser una arma biológica confusa (o peor, liberada intencionalmente) preparada por el gobierno de Xi Jinping.

Puede que nunca lo sepamos, por supuesto. Pero las respuestas fáciles o fácilmente aparentes a la pregunta de cómo podría haberse evitado esto deberían considerarse con el escepticismo apropiado para cualquier propaganda estatal. Las crisis de todo tipo, ya sean económicas, políticas, militares o de salud, envían a los ideólogos a luchar para explicar cómo esos eventos encajan perfectamente en su visión del mundo. De hecho, los partidarios políticos a menudo intentan describir cualquier crisis como ocurrida en primer lugar precisamente porque sus políticas y preferencias no han sido adoptadas.

El coronavirus de Wuhan parece hecho a medida para esto. Los alarmistas que abogan por (i) medidas de «salud pública» mucho más robustas e integrales por parte de los gobiernos nacionales y (ii) una mayor coordinación supranacional inevitablemente señalan las enfermedades infecciosas como justificación para un mayor poder estatal sobre las decisiones médicas personales. Los virus que dan miedo y se propagan rápidamente son el alimento perfecto para su argumento de que la gente no puede simplemente dejar sus propios dispositivos.

Los brotes transfronterizos de enfermedades se adaptan particularmente bien al deseo burocrático preexistente de poder sobre las poblaciones: hacen que el público esté mucho más dispuesto a aceptar cuarentenas forzadas y arrestos por incumplimiento; inmunizaciones forzadas; compromisos involuntarios con instalaciones estatales; toques de queda; restricciones en operaciones comerciales y viajes; y controles de importación. También permiten que los funcionarios de salud pública comanden y gestionen los esfuerzos para encontrar «la cura», que luego se atribuyen el crédito cuando el virus finalmente cede.

Este es el tipo de cosas que los políticos autoritarios quieren todo el tiempo. Las crisis simplemente brindan la oportunidad de aumentar su poder y también de acostumbrar al público a recibir órdenes y recibir señales de fuentes gubernamentales centralizadas.”

Cerramos la economía al comercio internacional, y nos perdemos ser parte de las cadenas globales de valor. Estúpido

En Argentina nos negamos a ver la importancia de abrir la economía y participar en el comercio internacional, la mentalidad mercantilista prevalece. El mundo moderno, sin embargo, está formado por Cadenas Globales de Valor, y los países que crecen son los que participan en ellas, no los que se encierran.

Aquí, este profesor de Harvard, publica un artículo y comenta sobre el tema:

CONCEPTUAL ASPECTS OF GLOBAL VALUE CHAINS, Pol Antràs, Working Paper 26539

http://www.nber.org/papers/w26539

“En las últimas décadas, una serie de desarrollos tecnológicos, institucionales y políticos han impulsado una importante globalización de los procesos de producción en todos los países. Más y más ahora la producción se organiza a escala global y elija ofrecer piezas, componentes o servicios en productores en países extranjeros y a menudo distantes. Las etiquetas típicas «Made in» sobre la fabricación de los bienes se han convertido en símbolos arcaicos de una época antigua. En la actualidad, la mayoría de los productos se fabrican en el mundo.

Algunos aspectos de esta nueva ola de globalización no son particularmente novedosos. Significativos incrementos sostenidos en la relación comercio / PIB se habían experimentado en el pasado. El período 1870-1914, por ejemplo, fue testigo de un gran aumento en los flujos del comercio internacional, en gran parte impulsado por la invención del buque de vapor, y ese período a menudo se conoce como la «Primera Globalización». Del mismo modo, el comercio internacional de materias primas e insumos intermedios ha sido una característica destacada del comercio mundial desde tiempos inmemoriales. Por ejemplo, los comerciantes asirios que establecieron Kanesh (en la actualidad Turquía) en el siglo XIX a. C. importaban telas de lujo y estaño de Aššur, y también comerciaron cobre y lana dentro de Anatolia (Barjamovic et al., 2019).

A pesar de estos precedentes, existe una opinión común de que la transformación de la economía del mundo desde la década de 1980 tiene algunas características distintivas, y que interpretar el llamado aumento de las cadenas de valor mundiales (CGV) simplemente como una intensificación de la integración comercial entre países deja de lado varias dimensiones clave de este fenómeno.”

Artículo en Ámbito Financiero: Cambió la frase de Alberdi, Gobernar es desregular

Arículo en Ámbito Financiero: https://www.ambito.com/politica/gobierno/cambio-la-frase-alberdi-gobernar-es-desregular-n5085553

CAMBIÓ LA FRASE DE ALBERDI: GOBERNAR ES DESREGULAR

Martín Krause

Profesor de Economía, UBA; Consejo Académico, Fundación Libertad y Progreso

 

Han pasado ya tres meses desde la inauguración de los mandatos de algunos gobernadores y de nuevas legislaturas provinciales. No parece que se le caigan muchas ideas. Lo que hemos visto es lo de siempre: más impuestos, abandonar compromisos para reducir el aumento del gasto o impuestos, otro tipo de gasto social, nuevos programas. Para los sectores productivos y/o para los contribuyentes, poco o nada, o más cargas.

Por si no se les ocurre qué hacer, siempre es bueno mirar qué pasa en algún otro lado. Sugiero Idaho, ese estado perdido en las laderas de las montañas Rocallosas del que tal vez ni los norteamericanos hablan.

Resulta que tiene una legislación particular, que obliga a su legislatura estatal a aprobar cada año todo el código regulatorio del estado, o cae automáticamente. Curiosamente, eso es lo que ocurrió el 11 de Abril de 2019. Tal vez por rencillas políticas en la legislatura, lo cierto es que no se aprobó esa renovación y todas dejaban de estar vigentes el 1 de Julio de ese año. Estamos hablando de 8.200 páginas de regulaciones.

El gobernador, Brad Little, tenía ya un proyecto para reducir las regulaciones pero, de pronto, se encontró con esto. Lo primero que hizo fue pedir a todas las agencias del estado que tenían que presentar ante la División de Administración Financiera todas las regulaciones que querían mantener vigentes, antes del 10 de Mayo, para que, en todo caso, las aprobara temporalmente. En Enero de ese año el gobernador había aprobado dos decretos estableciendo que toda agencia que aprobara una nueva norma, tenía que derogar otras dos, algo que también aplicó Trump a nivel nacional y Macron en Francia.

El 21 de Mayo el gobernador Little presentó su propuesta, por la que se eliminaban 139 capítulos completos y 79 parcialmente, el 34% de las regulaciones vigentes. Se abrió al comentario público hasta el 11 de Junio. Las regulaciones aprobadas se publicaron el 19 de Junio tras lo cual había otros 21 días de comentarios. El 19 de Julio, Little propuso simplificar el 60% de las regulaciones hacia fines del 2019, buscando eliminar más que reformar normas.

Ahora, el 16 de Enero de 2020, firmó dos decretos más. Uno se titula “Regulación base cero”, que crea un proceso de revisión del 20% de las normas cada año. EL segundo se llama “Transparencia en Documentos para la Guía”, por los cuales las agencias tienen que explicar las normas en un lenguaje que sea comprensible para todos. También se aprobó una moratoria de nuevas normas para todo 2020, es decir no se dictarán nuevas.

Como resultado de este proceso, Idaho redujo y simplificó un 75% de sus normas, unas 1800 páginas de regulaciones menos. El senador Hill calificó al estado como un “acumulador compulsivo” de normas y regulaciones.

Cantidad y calidad

Nada de esto parece estar en la mente de ninguno de los gobernadores, ni de los legisladores provinciales, más bien lo contrario. De todas formas, la experiencia plantea una discusión interesante: ¿es una cuestión de la cantidad de normas?

A veces una sola es mucho más destructiva que cientos de páginas de otras. Una resolución del Banco Central genera mayor descalabro económico que cuarenta leyes aprobadas en el Congreso, y cuyas resoluciones suelen ser para aprobar el día de la inmortalidad del cangrejo o cosas por el estilo. De todas formas, parece que no es lo mismo mil páginas del Boletín Oficial que una o diez.

Al respecto, Julio H. G. Olivera, un economista respetado por muchos, escribió un artículo muy interesante sobre este tema “El principio de Gossen y la estabilidad jurídica” donde plantea que, si hay un “punto de equilibrio” entre la demanda y la oferta de regulaciones, el estado debería pecar, digamos, hacia abajo. Porque si la “oferta” de regulaciones excede a su demanda, lo que tenemos son mercados negros, tal como lo vemos hoy en el mercado laboral, cambiario y tantos otros. Pero si es la “demanda” de regulaciones la que excede a la oferta, el mercado cierra esa brecha a través de contratos entre las partes.

Idaho va por ese camino, nosotros por el otro. Si se trata de atraer inversiones y reactivar la economía, el resultado estará muy pronto a la vista.

¿Porqué la innovación no tendría límites? Porque la combinación de ideas es mucho más grande que la de materia

Matt Ridley, el autor de The Rational Optimist y The Evolution of Everything, entre otros muy Buenos libros, presenta ahora uno publicado por el Institute of Economic Affairs de Londres titulado How Many Lightbulbs does it take to change the World”, sobre la innovación, en el que sostiene la tesis de que la innovación no depende de grandes genios inventores sino de un entorno favorable que las vuelve algo así como evidentes o inevitables.

Uno de los ejemplos o casos que plantea del libro The Rational Optimist:

“Lo maravilloso del conocimiento es que es genuinamente sin límites. Ni siquiera hay una posibilidad teórica de agotar el suministro de ideas, descubrimientos e inventos Esta es la mayor causa de mi optimismo de todas. Es una característica hermosa de los sistemas de información que son mucho más amplios que los sistemas físicos: la combinatoria inmensidad del universo de posibles ideas minimiza el insignificante universo de las cosas físicas. Como Paul Romer señala la cantidad de diferentes programas de software que pueden ponerse en discos duros de un gigabyte es 27 millones de veces mayor que el número de átomos en el universo.”

Y acá presenta dos citas que, ahora por supuesto, parecen increíbles:

“Y aquí hay dos citas para recordarle cómo expertos desesperanzados predicen el futuro de la tecnología:

No hay razón para que una persona tenga una computadora en su casa.

Ken Olsen, fundador de la Digital Equipment Corporation en 1977.

Para el año 2005 más o menos, quedará claro que el impacto de Internet en la economía no ha sido mayor que el de las máquinas de fax

Paul Krugman, economista ganador del Nobel en 1998

 

¿Y cómo es que la innovación promueve el crecimiento económico?

“Ahora, la innovación es la fuente del mayor crecimiento económico. ¿Pero cómo la innovación causa crecimiento? Se trata principalmente de horas. El crecimiento económico es la reducción del tiempo que lleva para satisfacer una necesidad.

Entonces, para tomar la luz artificial como ejemplo nuevamente, hoy  te lleva aproximadamente ⅓ de segundo de trabajo con el salario promedio para ganar una hora de luz con una sola bombilla LED. En 1950 tomó a sus abuelos 8 segundos; en 1880, con una parafina lámpara de 15 minutos; en 1800 con una vela de sebo, 6 horas de trabajo. Esa reducción te deja libre para gastar el tiempo extra para ganar un servicio diferente o bueno, o relajarse y consumir.”

El (ya viejo) mito de la educación y la salud en Cuba. No mejoraron con la Revolución

Interesante artículo de Hans Bader para FEE, sobre el ya viejo mito de la educación y la salud en Cuba: https://fee.org/articles/no-fidel-castro-didnt-improve-health-care-or-education-in-cuba/

Así comienza:

 

“En los 60 minutos de CBS, el senador Bernie Sanders elogió recientemente los logros de la Cuba comunista. Un entrevistador le preguntó acerca de sus comentarios de 1985 de que los cubanos apoyaron al dictador comunista Fidel Castro porque «educó a sus hijos, les brindó atención médica, transformó totalmente la sociedad». En respuesta, Sanders defendió esos comentarios, afirmando que cuando “Fidel Castro llegó al cargo, ¿sabes lo que hizo? Tenía un programa masivo de alfabetización «.

 

Pero Castro no les dio a los cubanos alfabetización. Cuba ya tenía una de las tasas de alfabetización más altas de América Latina en 1950, casi una década antes de que Castro tomara el poder, según datos de las Naciones Unidas (estadísticas de la UNESCO). En 2016, el verificador de hechos del Washington Post Glenn Kessler desmintió la afirmación de un político de que el gobierno de Castro mejoró significativamente la atención médica y la educación cubana.

 

En la Cuba de hoy, los niños son enseñados por maestros mal pagados en escuelas en mal estado. Cuba ha logrado menos progreso educativo que la mayoría de los países latinoamericanos en los últimos 60 años.

 

Según la UNESCO, Cuba tenía aproximadamente la misma tasa de alfabetización que Costa Rica y Chile en 1950 (cerca del 80 por ciento). Y tiene casi la misma tasa de alfabetización que en la actualidad (cerca del 100 por ciento).

 

Mientras tanto, los países latinoamericanos que en su mayoría eran analfabetos en 1950, como Perú, Brasil, El Salvador y la República Dominicana, están alfabetizados en la actualidad, cerrando gran parte de la brecha con Cuba. El Salvador tenía una tasa de alfabetización de menos del 40 por ciento en 1950, pero hoy tiene una tasa de alfabetización del 88 por ciento. Brasil y Perú tenían una tasa de alfabetización de menos del 50 por ciento en 1950, pero hoy, Perú tiene una tasa de alfabetización del 94,5 por ciento y Brasil una tasa de alfabetización del 92,6 por ciento. La tasa de República Dominicana aumentó de poco más del 40 por ciento al 91.8 por ciento. Si bien Cuba logró un progreso sustancial en la reducción del analfabetismo en los primeros años de poder de Castro, su sistema educativo se ha estancado desde entonces, incluso cuando gran parte de América Latina mejoró.”

Matt Ridley sobre la innovación, y cuántas bombitas de luz hacen falta para cambiar el mundo

Matt Ridley, el autor de The Rational Optimist y The Evolution of Everything, entre otros muy Buenos libros, presenta ahora uno publicado por el Institute of Economic Affairs de Londres titulado How Many Lightbulbs does it take to change the World”, sobre la innovación, en el que sostiene la tesis de que la innovación no depende de grandes genios inventores sino de un entorno favorable que las vuelve algo así como evidentes o inevitables. Estos son los principales puntos:

  • La innovación es una fuente muy importante de crecimiento económico. Aumenta la productividad y crea riqueza liberando recursos para ser utilizados para otra actividad y por lo tanto más salida. A pesar de su importancia económica, la innovación aún no se entiende completamente y es difícil de predecir
  • En sociedades premodernas, las instituciones y prácticas funcionaron en contra de la innovación. Su objetivo principal era hacer la vida más predecible y estable y minimizar los efectos del cambio, pero obstaculizaron o dejaron de lado el tipo de innovación sostenida que conduce escapar de la jaula maltusiana.
  • La innovación es el resultado natural e inevitable del comercio e intercambio. Cuando las personas se encuentran, no solo comercian bienes materiales pero también intercambian ideas y conocimientos, que luego se puede combinar en nuevas e inesperadas formas. El encuentro de mentes no es solo una figura de discurso, pero una expresión de cómo surgen nuevas ideas y son probadas colectivamente.
  • La innovación tecnológica es un fenómeno de abajo hacia arriba que surge por ensayo y error entre las ideas de gente común, no un deus ex machina que desciende sobre unas pocas mentes brillantes. Se basa en conocimiento disperso que no está disponible para los planificadores centrales.
  • Elegir ganadores es un error. Intentos del gobierno para defender las nuevas tecnologías tienen un largo historial de fracaso. En lugar de tratar de encontrar una forma mágica de crear innovación, los gobiernos deberían centrarse en eliminar cosas que lo detienen.
  • Las grandes empresas y las burocracias estatales a menudo intentan sofocar la innovación para evitar la competenciay mantener sus posiciones privilegiadas. La propiedad Intelectual, las licencias ocupacionales y el favoritismo del gobierno son formas de mantener alejados a los innovadores.
  • Las patentes y los derechos de autor se han convertido en formas de defender los monopolios contra la disrupción, obstaculizar la innovación que tiene lugar a través de la copia y mejora de la tecnología existente. Han creado una clase de rentistas que ganan riqueza e ingresos no por innovación pero a través del monopolio que ha sido otorgado por el estado. La propiedad intelectual cada vez más socava los derechos de propiedad en mercancías reales limitando el uso que sus propietarios pueden hacer de ellos en todo tipo de formas intrusivas.
  • Si bien es sensato preocuparse por las consecuencias no deseadas de la innovación, el «principio de precaución» es utilizado por los activistas utilizan para prevenir nuevas tecnologías, incluso cuando estas son demostrablemente más seguros y mejores que las tecnologías existentes. Tanto la acción como la inacción crean algún riesgo. Interponerse en el camino de una innovación que podría hacer el bien puede causar un daño real.
  • La regulación de la UE ha obstaculizado la innovación con la introducción de precaución excesiva genera inseguridad jurídica, inconsistencia con otras regulaciones, reglas de tecnología prescriptiva, pesados requisitos de embalajes y altos costos de cumplimiento. PosBrexit, el gobierno del Reino Unido podría decidir adoptar el principio de innovación ’para equilibrar el principio de precaución. En esencia, esto significa repensar las políticas si se encuentra evidencia de que van a impedir la innovación.
  • La armonización de la regulación a través de acuerdos de comercio y por regímenes transnacionales como la UE amenaza con socavar la innovación al sofocar la política de competencia. Los incentivos para que las élites gobernantes verifiquen la innovación es extremadamente poderosa si ya no necesitan temer a la competencia en la forma en que los gobernantes de los estados más pequeños lo hacen. La tendencia actual de crear un orden regulatorio global amenaza con detener la innovación.

Artículo en Clarín, el acuerdo con la UE no era libre comercio, y si Argentina queda sola, debería abrirse

Artículo publicado en Clarín (21/2):

https://www.clarin.com/opinion/-despues-brexit-argxit-_0_YVRgyhkn.html

El presidente Alberto Fernández realizó una serie de visitas en Europa en las que el principal tema económico considerado fue el apoyo de esos países en el proceso de renegociación de la deuda con el FMI. No hubo mención al tema del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, pero antes del viaje se había dicho que estaría en la agenda, en particular en la reunión entre Fernández y Macron, ya que ambos estarían descontentos con el acuerdo alcanzado el año pasado y favorecerían una renegociación.

La palabra “renegociación” suena a postergación indefinida, ya que, si tomamos en cuenta los 20 años requeridos para llegar al acuerdo y los que tomaría su aprobación por todos los parlamentos de los países firmantes, si además le agregamos una nueva negociación más vale que nos olvidemos del asunto.

Si no avanza una renegociación, Argentina puede quedar aislada, ya que el año pasado se aprobó que los países del Mercosur podrían aprobar el acuerdo bilateralmente, y Brasil Paraguay y Uruguay han manifestado su voluntad de hacerlo. Si eso ocurriera sería como si Argentina se fuera del Mercosur, una especie de Argxit, pero, a diferencia de la salida de Reino Unido de la UE, no por voluntad del que se va, sino porque los que se van son los otros.

Una situación como esa, en la que el Mercosur pasara a ser un adorno para Argentina, no sería para lamentar si el país avanzara en el camino que parece seguir el Reino Unido con Boris Johnson. En una reciente conferencia en Greenwich, Johnson celebró las ideas de Adam Smith, señalando que el país debía ahora abrirse a todo el mundo. Si quedarse sola llevara a la Argentina a una posición similar sería un gran avance, ya que somos uno de los países más cerrados del planeta.

En estos días se ha dado a conocer la primera edición del Índice Internacional sobre Barreras al Comercio, producido por la Property Rights Alliance, que también elabora un índice internacional sobre la protección de los derechos de propiedad.

Este índice evalúa las restricciones al comercio en 86 países, que representan el 83% de la población mundial, el 91% de todos los bienes y servicios intercambiados y el 94% del PBI global. Toma en cuenta las barreras arancelarias, no arancelarias y a los servicios. Tiene un cuarto componente, la “facilitación” del comercio, que incluye aspectos tales como la protección de la propiedad. Argentina se encuentra en el puesto 71° de 86 países. Singapur y Hong Kong ocupan los dos primeros, y Suecia está 5°. Pese a que todos somos parte del Mercosur, Paraguay está 53°, Uruguay 56° y Brasil, peor que nosotros, 77°. Claro que si estos países firman el acuerdo con la UE avanzarán varias posiciones y probablemente nos dejen al final de la lista.

El tratado con la UE no iba a garantizar el libre comercio para los argentinos. Lo importante del tratado eran las limitaciones institucionales que podía introducir. En un país donde los límites al poder son débiles o inexistentes, un acuerdo como éste podía introducir límites a la discriminación económica desde el poder, que no somos capaces de darnos nosotros. Los lobbies dictan la política comercial y muchas de las políticas sectoriales, pero con el tratado esto podría haberse reducido. No va a ser una apertura el comercio internacional, pero sería una excelente forma de empoderar a los argentinos y dejarlos usar su bien ganado dinero en aquello que estimen más conveniente y de poner límites al uso del poder en favor de los privilegiados.

Martín Krause es profesor de la UCEMA.

¿Qué explica la mayor o menor informalidad en las economías? ¿No es acaso el mayor nivel de impuestos y de regulaciones?

Los niveles de informalidad económica varían, por supuesto, según cada país. ¿Cómo se explican estas diferencias? Hay distintas teorías, como lo analiza un artículo titulado ”Explaining cross-country variations in the prevalence of informal sector competitors: lessons from the World Bank Enterprise Survey, de Colin C. Williams & Abbi M. Kedir, Universidad de Sheffield, UK.

Una que parece obvia, los autores la descartan: aquella que dice que cuando más intervención estatal hay, más economía informal encontraremos. Parece obvio, pero ellos se inclinan por otra, que plantea que se debe a que las regulaciones no coinciden con las normas y costumbres sociales no escritas. Tal vez sea así, sobre todo teniendo en cuenta cómo se mide, porque la hipótesis de la intervención estatal mide el gasto público y el nivel de impuestos y eso por cierto que genera informalidad, pero tal vez genera más aún al caudal de normas regulatorias que no aparecen medidas como porcentaje del PIB. En fin, acá el resumen del trabajo:

“Para avanzar en la comprensión del espíritu empresarial del sector informal, el objetivo de este el documento es evaluar y explicar las variaciones entre países en la prevalencia de la informalidad competidores del sector. Para hacerlo, se informan los datos de la Encuesta de Empresas del Banco Mundial (WBES) de 142 países. Esto revela que el 27% de las empresas formales ven la competencia del sector informal como una limitación importante en sus operaciones, aunque esto varía del 72% de empresas formales en Chad a ninguna empresa formal en El Salvador.

Para explicar estos países variaciones, se evalúan cuatro teorías competidoras que ven de manera diversa la informalidad. El emprendimiento y la empresa del sector prevalecerán cuando exista: economía subdesarrollada (teoría de la modernización); altos impuestos y sobreinterferencia estatal (teoría neoliberal); muy poca intervención estatal (teoría de la economía política) o una asimetría entre las leyes y regulaciones de las instituciones formales y las no escritas socialmente compartidas reglas de las instituciones informales (teoría institucional).

Un análisis de regresión probit multinivel confirma la modernización y las teorías institucionales, pero no las políticas neoliberales y políticas teorías Más allá del subdesarrollo económico, por lo tanto, no es demasiado o muy poco intervención estatal que está asociada con la prevalencia de la competencia del sector informal pero más bien, si las leyes y regulaciones desarrolladas por los gobiernos están en simetría con Las normas, valores y creencias de los emprendedores. El documento concluye discutiendo el implicaciones teóricas y políticas de estos hallazgos.”

Biólogos, geólogos y matemáticos sobre el cambio climático y la provisión voluntaria de bienes públicos

Este paper me llamó la atención por dos cosas. Una es por el tema y el enfoque que presenta en relación a cuestiones que son muy calientes hoy en día, precisamente el del calentamiento global entre otros. Y luego como un concepto claramente económico como el de bien público aparece en trabajos de académicos de otras disciplinas. En este caso el paper se titula:

Coalition-structured governance improves cooperation to provide public goods y los autores son Vítor V. Vasconcelos1,2,3*, Phillip M. Hannam4,5*, Simon A. Levin1,6,7, and Jorge M. Pacheco8,2,9

Y éstas son las instituciones a las que pertenecen:

1 Department of Ecology and Evolutionary Biology, Princeton University, Princeton NJ, USA

2 ATP-group, P-2744-016 Porto Salvo, Portugal

3 INESC-ID and Instituto Superior Técnico, Universidade de Lisboa, IST-Taguspark, Porto Salvo, Portugal

4 Science, Technology & Environmental Policy Program, Woodrow Wilson School of Public and International Affairs, Princeton University, Princeton NJ, USA

5 School of Geography, University of Leeds, Leeds, UK

6 Resources for the Future, Washington DC, USA

7 Beijer Institute of Ecological Economics, Stockholm, Sweden

8 Centro de Biologia Molecular e Ambiental, Universidade do Minho, Braga, Portugal

9 Departamento de Matemática e Aplicações, Universidade do Minho, Braga, Portugal

 

No hay nadie de un departamento de Economía. Bueno, muy bien. Nada mejor que la interdisciplinariedad. Éste es el resumen:

“Si bien los beneficios de los bienes comunes y públicos son compartidos, tienden a ser escasos cuando las contribuciones son proporcionadas voluntariamente. La falta de cooperación en la provisión o preservación de estos bienes es fundamental para los desafíos de sostenibilidad, que van desde la pesca local hasta el cambio climático global.

En el mundo real, tales dilemas cooperativos ocurren en múltiples interacciones con intereses estratégicos complejos y frecuentemente sin información completa. Argumentamos que la cooperación voluntaria habilitada a través de múltiples coaliciones (similar a la policéntrica) no solo facilita una mayor generación de bienes públicos no excluibles, sino que también puede permitir la evolución hacia un enfoque de gobernanza más cooperativo, estable e inclusivo.

Al contrario de cualquier estudio previo, mostramos que estos méritos de la gobernanza de múltiples coaliciones son mucho más generales que los ejemplos singulares que se presentan en la literatura, y son robustos en diversas condiciones de exclusibilidad, congelabilidad del bien público no excluible y formas arbitrarias. de la función de retorno a la contribución. Primero confirmamos la intuición de que una coalición única sin cumplimiento y con jugadores que persiguen su propio interés sin conocimiento de los retornos a la contribución es propensa al fracaso cooperativo. A continuación, demostramos que el mismo modelo pesimista pero con una estructura de gobernanza de múltiples coaliciones experimenta una cooperación relativamente mayor al permitir el reconocimiento de ganancias marginales de cooperación en el juego en juego. En ausencia de aplicación, los regímenes de bienes públicos que evolucionan a través de la proliferación de foros cooperativos voluntarios pueden mantener e incrementar la cooperación con más éxito que los regímenes singulares e inclusivos.”