Emprendedores que crean valor: el caso de La Martina, aprovechando el espíritu y prestigio del polo

Con los alumnos de UCEMA analizamos casos exitosos de empresarios argentinos que desarrollan negocios Internacionales. En este caso, Denise Ortiz analiza el caso de La Martina. Aquí algunos párrafos de su trabajo:

“Lando Simonetti, es el dueño y fundador de La Martina. Nació en Italia pero a los siete años llegó con su familia a la Argentina. En su juventud trabajó en publicidad y a los 30 años decidió hacer ca-rrera en los Estados Unidos. En Boston, trabajando en el área internacional de una marca de jeans y con los informes de tendencias del mercado que pudo analizar en esos años (1980) pudo notar lo que es considerado como el disparador de su propio negocio: la creciente preocupación del consumidor por la vida sana y un mercado cada vez más influenciado por las marcas deportivas en la moda.

Confiando en su capacidad para poder lograr desarrollar un propio emprendimiento renunció a su trabajo en la fábrica de jeans y comenzó a investigar si el proyecto podría llegar a funcionar. No te-nía muchos productos ni fábricas, pero su idea siempre fue que no es necesario tener todo esto para generar marcas. Buscando que su proyecto se pueda alinear con un deporte especifico, eligió el polo porque, según el mismo Simonetti, “era el único deporte que ninguna de las grandes empresas iba a tocar, no lo iban a entender” . Comenzó en Estados Unidos en 1985, vendiendo los primeros bolsos y camisetas de polo que había empezado a hacer con algunos contactos de amistad que tenía. En al-gunos locales donde poseía mucha relación con los gerentes, les preguntaba si podrían ofrecer las camisetas de polo y los bolsos de cueros que él les daba para ver si se vendían. Ofrecía poco pero to-do se vendía.

Empezó a viajar mucho a Europa. A tratar de introducirse en todos los clubes ingleses de polo pa-ra aprender que había detrás de eso. Empezó a regalar a todos los equipos de polo camisetas. A Eton College, Oxford y Cambridge. Las regalaba con el fin de que usen su logo. Y así poco a poco apren-dió y se relacionó lo que más pudo hasta que decidió volver a la Argentina y radicarse aquí.

Lando Simonetti había visto la oportunidad de ofrecer productos en un segmento de clientes donde el glamour y la exclusividad son pilares. Comenzó por fabricar sillas de montar de cuero y bo-tas, luego añadió camisetas y gorras. Como consecuencia de la calidad de sus productos, comenzó a vestir a los jugadores más profesionales de polo en Argentina y actualmente sigue siendo la marca en el rubro que más se relaciona con este deporte.”

Sobre su marketing:

“En todos los eventos que tenían que ver con el polo en el mundo, La Martina tenía que estar pre-sente. Un ejemplo de ellos fue un evento en Saint Moritz, donde los mainsponsors eran Cartier, Pommery y Land Rover. Lando habló con el organizador del evento y le dijo que quería asociarse, le dijo que iba a regalarles todas las camisetas con tal de que las usen. Les diseñó y fabricó camperas, bolsos, mantas para los caballos con el logo en un tamaño muy grande. Todo esto salía en revistas elitistas de Suiza, Italia, Francia, Austria, Inglaterra. Y así continuó con muchos más eventos que le incrementaron el reconocimiento y valor de la marca.

Otro de los puntos muy importantes fue la relación con las universidades más prestigiosas de In-glaterra y Estados Unidos. La Martina viste a los equipos de polo de Eton College, Oxford University, Harvard University, Yale, Cambridge University, entre muchas otras.

Uno de los últimos puntos exitosos para su expansión fue el contrato de co-branding con el Guards Polo Club del Reino Unido, el club más estrechamente asociado con la familia real británica. Es la única marca no inglesa que viste a Guards Polo Club y por ésta razón también lograron abrir en 2015 su primer tienda exclusiva en Londres, en una de las calles más importantes, ubicada muy cer-ca del Buckingham Palace, conocida como Jermyn Street.

Además del contrato anteriormente mencionado, también posee un convenio con la Federación Internacional de Polo, quien organiza la copa del mundo de polo y su sede se encuentra situada en Beverly Hills, Estados Unidos. Todos los equipos de indumentaria de los jugadores poseen el logo de La Martina en cada año que se juega esta copa.

El primer local que abrieron fuera de Argentina fue en Milán, Italia. Porque era el centro de la moda, en especial la masculina, que es el fuerte de La Martina. Con los años, abrieron locales en Sui-za, Alemania, Francia, Grecia, Estados Unidos, Centro y Sur América, Sudeste asiático, Sudáfrica y Medio Oriente. En la actualidad la marca está presente con 100 locales exclusivos en más de 60 ciu-dades y aumenta cada vez más su presencia en casi los 5 continentes.”

Innovación e iniciativa empresarial en el mercado automotriz, frenada por el lobby…

Hay emprendedores que innovan y traen los cambios que tanto impactan en nuestra sociedad. Hay otros, en cambio, que buscan frenar ese cambio para proteger sus intereses, buscan poner barreras a los innovadores porque éstos trastocan la forma en que los mercados funcionan hasta el momento que ellos entran con ese producto o servicio nuevo. No siempre tienen éxito, y reemplazarán a los anteriores solamente si los consumidores los avalan y prefieren sus productos. Los que se resisten no quieren que sean los consumidores los que decidan eso, sino que buscan que sean los políticos a través de regulaciones y normas que cierran la competencia.

Tesla

 

Probablemente pocos conocemos a Tesla Motors y los autos Tesla, pero es el caso típico de un emprendedor con una innovación que puede ser revolucionaria y se enfrenta con quienes quieren cerrarle las puertas. Aquí va la primer parte de esta historia como aparece en un artículo de Daniel A. Crane, Decano Adjunto y Profesor de Derecho en la Universidad de Michigan. El artículo, publicado en la revista Regulation, del Cato Institute, se titula: “Tesla and the Car Dealers’ Lobby”: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2014/7/regulation-v37n2-3.pdf

“Tesla Motors, la creación del emprendedor Elon Musk (quien nos diera Pay Pal y SpaceX), es el desarrollo automotriz más apasionante en muchas décadas y una historia típica del dinamismo y la innovación tecnológica norteamericana. Los autos eléctricos de lujo de la compañía han causado sensación en la industria automotriz, incluyendo una evaluación por Consumer Reports diciendo que el Modelo S de Tesla es el mejor auto que alguna vez hayan testeado.

Pese a las loas, Tesla enfrenta enormes desafíos para penetrar el mercado automotriz que ha estado dominado por más de un siglo por los motores de combustión interna. No solamente tiene que construir autos que los consumidores quieran conducir (y hacerlo en forma eficiente en sus costos), pero tiene que construir la infraestructura para cambios y cargas de baterías que hagan que la carga sea tan fácil y confiable como el surtidor de combustible. Y esos son grandes desafíos.

Pero los desafíos de Tesla en términos de investigación y desarrollo, tecnología e infraestructura parecen ser pequeños estos días frente a los desafíos políticos montados por el lobby de los agentes de venta de autos. Tesla ha elegido un modelo de distribución directo al consumidor, uno que evita las tradicionales redes de agentes franquiciados. El fabricante opera sus propios salones de exposición e interactúa directamente con los clientes a través de Internet. No llama la atención, entonces, que este modelo ha ocasionado fuertes quejas entre los agentes de ventas quienes prefieren no quedarse afuera. Los agentes han respondido invocando algunas leyes de varias décadas atrás dirigidas a frenar la distribución directa de los fabricantes de autos, y están buscando nuevas decisiones legales o regulatorias dirigidas a cerrar toda brecha que pueda permitir a Tesla distribuir directamente. Por ahora, los agentes han podido bloquear a Tesla en estados como Texas, Carolina del Sur y Nueva Jersey, y continúan con una campaña estado por estado a medida que la empresa busca expandirse.

Los agentes han tenido éxito hasta ahora principalmente por su peso político en las elecciones locales, donde realizan importantes contribuciones a las campañas. Han intentado justificar las prohibiciones a la distribución directa como una forma de protección al consumidor y de regulación de la seguridad pública. Poco a poco, los consumidores están dándose cuenta que esos argumentos son totalmente infundados. La protección de los consumidores y la seguridad pública no tienen nada que ver con estas restricciones; son proteccionismo para los agentes de venta, puro y simple”.

Y concluye:

La distribución directa de autos se ha vuelto un tema político nacional por la relevancia ambiental y tecnológica de los autos eléctricos y el tremendo atractivo de la marca Tesla. Historias similares surgen cada tanto cuando un conjunto de hechos raros o simpáticos dan forma a una historia, como cuando un grupo de monjes de Luisiana exitosamente demandó por el derecho a fabricar y distribuir ataúdes, contra los intereses de la Junta de Embalsamadores y Directores de Funerales de Luisiana. Lamentablemente, muchas industrias están atrapadas por normas proteccionistas diseñadas para aislar a los que ya están de la competencia. Los fabricantes de autos deben tener el derecho a elegir la forma más eficiente de distribución, y también todos los demás.”