¿Nacieron unos para gobernar y dirigir y el resto de nosotros para ser gobernados y dirigidos?

Más tema para que los alumnos de Derecho puedan discutir. David Boaz, en si recientemente publicado libro “The Libertarian Mind”, comenta sobre los derechos que tenemos. Aunque se refiere a los Estados Unidos, el tema se extiende a todo otro ámbito: http://www.cato.org/libertarianmind

En una sección titulada “Derechos básicos”, dice:

“Cualquier teoría sobre los derechos tiene que empezar en algún punto… “Los humanos, a diferencia de los animales, llegan al mundo sin un conocimiento instintivo sobre sus necesidades y tienen que satisfacerlas. Como dijera Aristóteles, el hombres es un animal que delibera y razona; los humanos usamos el poder de la razón para comprender cuáles son nuestras necesidades, el mundo que nos rodea, y cómo usar ese mundo para satisfacer nuestras necesidades. Por ello necesitamos un sistema social que permita usar la razón, actuar en este mundo, y cooperar con otros para alcanzar los objetivos que ningún individuo solo podría alcanzar.”

“Cada persona es un individuo único. Los humanos somos seres sociales –nos gusta interactuar con otros, y nos beneficia-, pero pensamos y actuamos individualmente. Cada individuo es dueño de sí mismo. ¿Qué otras posibilidades existen a la propiedad sobre uno mismo?

  • Alguien –un rey o una raza superior- podría ser dueña de otros.
  • Platón y Aristóteles por cierto argumentaron que había distintas clases de humanos, algunos más competentes que otros, y así dotados con el derecho y la responsabilidad de mandar, así como los adultos guían a los niños. Algunas formas de socialismo y colectivismo –explícita o implícitamente- se basan en la noción de que mucha gente no es competente para tomar decisiones sobre sus propias vidas, por lo que los más talentosos deberían tomarlas por ellos. Pero eso significaría que no habría derechos universales, solo derechos que algunos poseen y otros no, negando la esencial humanidad de quienes resultan propiedad de otros.
  • Todos somos dueños de todos – un completo sistema comunista
  • En este sistema, antes que alguien pueda actuar necesitaría el permiso de todos los demás. Pero, ¿cómo podría cada persona otorgar permiso sin consultar a todos los demás? Da como resultado una regresión infinita, y cualquier acción resulta imposible. En la práctica, como tal propiedad mutua es imposible, el sistema se reduce al anterior: alguien, o algún grupo es dueño de todos los demás. Eso es lo que ocurrió en los estados comunistas. El partido se convirtió en la elite dictatorial gobernante.

Así, tanto el gobierno comunista como el aristocrático dividen al mundo en facciones o clases. La única posibilidad humana, lógica, y adecuada a la naturaleza de los seres humanos es la “propiedad sobre uno mismo”. Obviamente, esta discusión solamente ha rasgado la superficie de esta cuestión; en todo caso me gusta la breve definición de Jefferson: Los derechos naturales son evidentes en sí mismos.

Los conquistadores y opresores le han dicho a la gente por siglos que los seres humanos no fueron creados iguales, que algunos están destinados a gobernar y otros a ser gobernados. Para el siglo XVIII la gente había rechazado esta vieja superstición, Jefferson la denunció con esta feliz expresión: “La gran masa de la humanidad no nacido con monturas sobre sus espaldas, ni algunos pocos favorecidos con botas para montarlos y dirigirlos por la gracia de Dios”. En el siglo XXI, la idea de igualdad es casi universalmente aceptada. Por supuesto, la gente no tiene la misma estatura, igual belleza, inteligencia, bondad, o éxito. Pero tienen iguales derechos, por lo que deberían ser igualmente libres. Como escribió el jurista estoico Cicerón: “Si es indeseable igualar la riqueza y todos no pueden tener los mismos talentos, los derechos legales, al menos, deberían ser iguales para todos los ciudadanos de la misma comunidad”.

¿Cuántos derechos tenemos? ¿O, tal vez, uno solo, el derecho a vivir mi vida sin violar el de otros?

Pobres los alumnos de Derecho, muchos posts sobre economistas medievales o escolásticos, se les hace difícil opinar. Bueno, vamos a un tema sobre el que todo estudiante de Derecho, e incluso todos los demás, pueden tener una opinión fundada. David Boaz, en si recientemente publicado libro “The Libertarian Mind”, comenta sobre los derechos que tenemos. Aunque se refiere a los Estados Unidos, el tema se extiende a todo otro ámbito: http://www.cato.org/libertarianmind

“Críticos tanto en la izquierda como en la derecha se han quejado que en los Estados Unidos se discute sobre los derechos todo el tiempo. Ningún debate político sigue por mucho tiempo sin que algún lado de la disputa, o ambos, presente su posición en términos de derechos: derechos de propiedad, sociales, de las mujeres, de los no fumadores, a la vida, al aborto, a la homosexualidad, a las armas, lo que quieran.”

“En la visión libertaria, tenemos infinito número de derechos contenidos en un solo derecho natural. Ese derecho humano fundamental es el derecho a vivir tu vida como elijas en tanto y en cuanto no violes los iguales derechos de otros.”

“Ese único derecho tiene implicancias infinitas. Como dijera James Wilson, uno de los firmantes de la Constitución, en respuesta a la propuesta de agregar una “Carta de Derechos” a la Constitución: ¡“Enumeren todos los derechos del hombre! Estoy seguro, señores, que nadie en la ultima Convención hubiera intentado tal cosa.” Porque, después de todo, una persona tiene un derecho a usar un sombrero o no, a casarse o no, a producir porotos o manzanas, a abrir una zapatería. En verdad, para citar un ejemplo específico, una persona tiene un derecho a vender una naranja a un comprador que la quiera aun cuando la naranja tiene solo 2,5 pulgadas de diámetro (aunque según las regulaciones actuales es ilegal).”

“Es imposible enumerar por anticipado todos los derechos específicos que tenemos; usualmente los identificamos cuando alguien propone limitar alguno. Tratar a los derechos como algo tangible que debe tener un número limitado es enfocar el tema en forma equivocada.”

“Pero la queja sobre ‘la proliferación de derechos’ no es totalmente errónea. Tenemos un problema con la proliferación de ‘seudo-derechos’. Cuando los derechos son solo reclamos legales vinculados con intereses y preferencias, se generan conflictos políticos y sociales. Los intereses y las preferencias pueden estar en conflicto, pero no los derechos. No hay conflicto entre los genuinos derechos humanos en la sociedad. Sin embargo, hay muchos conflictos entre los que tienen los llamados ‘derechos sociales’, los que requieren que alguien nos provea algo que queremos, ya sea esto educación, salud, seguridad social, bienestar, subsidios o el acceso a la vista de la propiedad de otro. Este en es un problema fundamental en la democracia dominada por intereses de grupo y el estado intervencionista. En una sociedad libre, la gente asume riesgos y obligaciones a través de contratos; un estado intervencionista impone obligaciones en la gente a través del proceso político, obligaciones que entran en conflicto con sus derechos naturales.”

“Entonces, ¿qué derechos tenemos, cómo podemos diferenciar entre uno real y uno ficticio? Comencemos por considerar uno de los documentos básicos en la historia de los derechos humanos, la Declaración de Independencia. En su segundo párrafo, Thomas Jefferson presentó una definición de derechos y su significado que rara vez ha sido igualada por su claridad y síntesis:

Jefferson

“Sostenemos estas verdades como evidentes en sí mismas, que todos los hombres fueron creados iguales, que fueron dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, entre ellos el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Que para asegurar esos derechos, se constituyeron gobiernos entre los hombres, derivando sus justos poderes del consentimiento de los gobernados. Que cuando cualquier forma de gobierno se vuelve destructiva de estos fines, es el derecho del pueblo alterarlo o abolirlo.”

Literatura y Libertad: Nuevo texto por Unión Editorial sobre Borges, Vargas Llosa y Octavio Paz

Gracias a la iniciativa de Angel Soto, Unión Editorial ha publicado una serie de ensayos sobre Literatura y Libertad, donde apareceré uno mío sobre Jorge Luis Borges.

Borges

Va el texto de la invitación a la presentación que tendrá lugar en Lima, Perú: BORGES, PAZ, VARGAS LLOSA: Literatura y Libertad en Latinoamérica, editado por Ángel Soto (Instituto Democracia y Mercado, Chile), con ensayos de Martín Krause (Universidad de Buenos Aires, Argentina), Carlos Sabino (Universidad Francisco Marroquín, Guatemala), Héctor Ñaupari (Instituto de Estudios de la Acción Humana, Perú) y el editor. Presentará el libro el distinguido pensador, periodista y político hispano cubano Carlos Alberto Montaner, Director de Firmas Press, Presidente de la Unión Liberal Cubana y Vicepresidente de la Internacional Liberal.

El evento de la presentación se anuncia aquí: https://www.facebook.com/events/1563836447190052/

Un extracto del texto:

“Borges y la política han dado mucho que hablar, pero la atención que sus opiniones generaran se ha centrado generalmente en la anécdota de aquél personaje que poca atención le prestaba a las noticias diarias, y que basaba buena parte de su consideración en criterios estéticos, y particularmente épicos: desde su admiración por los militares patrios y su lucha por la independencia y libertad argentinas hasta su afiliación al Partido Conservador porque sólo los caballeros se suman a las causas perdidas.

Lamentablemente estas opiniones políticas le costaron el premio Nobel , negado por quienes prefirieron dar prioridad en la entrega de un premio literario a lo “políticamente correcto” en lugar de lo literariamente extraordinario.

Sin embargo, y pese a que pueden encontrarse en su historia decisiones y opiniones políticas diversas, y hasta contrapuestas, es opinión de quien escribe que existe una clara filosofía política en Borges, consistente y reconocida, la que se mantuvo durante el transcurso de su larga vida sin modificaciones y es intención de este artículo presentarla. ¿Cómo puede una filosofía política consistente llevar a decisiones políticas que no lo son e incluso algunas contradijeran a esa misma filosofía? La respuesta que se propone es que si la primera era consistente las segundas se basaban en esos otros criterios que las llevaron, lamentablemente, a diferir de los principios.

Los elementos centrales de la filosofía política de Borges se ajustan en forma muy clara a principios filosóficos asociados con el liberalismo clásico e incluso con un sesgo de lo que ahora se ha dado en llamar “libertarianismo”, el que, a diferencia del primero, no propone un Estado limitado sino que cuestiona hasta su misma existencia sin que esto signifique caer en el anarquismo, entendido éste como “ausencia de normas”. Algo más cercano a lo que ahora suele denominarse “anarco-capitalismo”, que propone la eliminación del “monopolio” del Estado y la provisión de sus servicios en competencia.”

Decisiones morales y sicología evolutiva: no llegamos al mundo como una página en blanco

Nora Bär publica un artículo en La Nación titulado “Decisiones morales: revelan sus engranajes cerebrales”: http://www.lanacion.com.ar/1712212-decisiones-morales-revelan-sus-engranajes-cerebrales

Se presenta como una novedad pensar que nuestras valoraciones morales pueden tener algún tipo de sustento cerebral y no que sean totalmente fruto de nuestra formación. Por ejemplo, dice:

“Nuestra civilización ubica a la moral en el pináculo de las creaciones culturales humanas y la atribuye casi por completo a la educación. Sin embargo, dos nuevos trabajos científicos que acaban de publicarse en Scientific Reports, del grupo Nature, y en el Journal of the American Medical Association (JAMA Neurology) sugieren que nuestro juicio moral depende de una variedad de otros procesos que a su vez tienen sustento biológico y pueden estar afectados tanto por experiencias psicoafectivas tempranas como por lesiones neurológicas.”

No es algo nuevo. Toda un área conocida como psicología evolutiva considera este tema y cuestiona el supuesto tradicional de que llegamos al mundo como una “hoja en blanco” y luego vamos formando nuestra conducta con lo que recibimos a través de nuestros sentidos.

Trato este tema en el Capítulo 6 del libro que se llama “¿Es posible la cooperación?” donde comento, entre otros, el trabajo de Cosmides & Tooby. En forma muy simple, digamos que nuestro cerebro no llega vacío a este mundo, sino que ya llega con algún “programa”. Y que no es solamente que lleguemos con el sistema operativo “Windows” o “Linux”, si no que traemos algo más. Siguiendo con el ejemplo, llegamos ya con Office, y estos “programas” son el fruto de largos procesos evolutivos.

Algunos párrafos del libro:

“La psicología evolutiva busca explicar la conducta de los seres humanos como resultado de largos procesos evolutivos donde han resultado seleccionadas ciertas características por medio de la selección natural que favorecen la supervivencia y la reproducción. Barkow, Cosmides y Tooby (1992) concluyen que existe un conjunto de supuestos e inferencias sobre los seres humanos, sus mentes y su interacción, a lo que denominan el Modelo Estándar de las Ciencias Sociales (MECS) que ha aislado a las ciencias sociales de las ciencias biológicas. Y si bien ciertos supuestos de ese modelo serían correctos, sus defectos explicarían ciertos problemas crónicos que se encuentran en las ciencias sociales. Según el MECS el ser humano nace como una “página en blanco” y la mente se estructura por el proceso de aprendizaje de las condiciones físicas y sociales del entorno. Los individuos “aprenden” su lenguaje, su cultura, a caminar.”

“Pero los avances de disciplinas tales como la biología evolutiva, las ciencias del conocimiento, la antropología social y biológica o la neurobiología permitirían derribar esta barrera y desarrollar un nuevo modelo que denominan “Modelo Causal Integrado” (MCI) cuyos elementos central incluyen sostener que la mente humana consiste en un conjunto de mecanismos para el procesamiento de información que residen en el sistema nervioso y que estos mecanismos y el “software” que los produce serían el resultado de la selección natural en entornos ancestrales. Muchos de estos mecanismos se especializaron en producir conductas que resuelven problemas de adaptación tales como la selección de parejas, la adquisición de lenguaje, las relaciones familiares y la cooperación. Estos mecanismos generan algo del contenido de la cultura humana, incluyendo ciertas conductas y representaciones lingüísticas. El contenido generado de esta forma está disponible para luego ser adoptado o modificado por los mecanismos psicológicos presentes en otros miembros de la población, los que también proveen información intencionalmente o no. Esto dispara ciertos procesos que explicarían la generalización de las normas en la sociedad.”

“Uno de los prominentes economistas que vinculara las teorías evolutivas a la economía y los mercados ha sido F. A. von Hayek, quien retomara por un lado, los desarrollos de los filósofos escoceses, en particular Bernard de Mandeville, David Hume, Adam Ferguson y Adam Smith quienes enfatizaran el carácter de orden espontáneo del mercado y su carácter evolutivo; por otro los aportes de Carl Menger, en particular el carácter evolutivo y espontáneo del dinero. Hayek sostiene que la evolución genética es demasiado lenta como para explicar el rápido desarrollo de la civilización, por lo que nuevas prácticas se extienden a través de la imitación y la adquisición de hábitos en un largo proceso en el que ciertas respuestas innatas son reemplazadas por normas aprendidas.”

En verdad, en la misma página de La Nación, un artículo de Facundo Manes, rector de la Universidad Favaloro plantea este tema: http://www.lanacion.com.ar/1712213-un-tema-cientifico-prioritario-para-la-sociedad

“Teorías evolutivas sugieren que la moralidad humana sería el producto de un rango de mecanismos cognitivos específicos diseñados por la selección natural para resolver problemas de cooperación que estaban presentes ya en las épocas de nuestros ancestros. Estos problemas incluyen altruismo, cooperación, mutualismo y resolución de conflictos. En los últimos años se ha producido un gran cuerpo de evidencia científica que desafía las visiones establecidas de la relación estrecha entre moralidad y racionalidad. En diversos experimentos se han documentado influencias inconscientes en el juicio moral con escaso contenido consciente. Tanto en estudios de neuroimágenes en voluntarios como en pacientes con lesión frontal se relacionó la respuesta a dilemas morales de manera no utilitaria con áreas cerebrales relacionadas con la emoción. Otros estudios mostraron que las razones que la gente aduce para justificar juicios morales son frecuentemente razonamientos realizados a posteriori de la decisión moral.”

Pero la conclusión de Bär plantea un tema peligroso. Si la moral no es fruto de nuestras decisiones o del entorno familiar, etc, que nos rodea, no podríamos atribuir responsabilidad a los comportamientos inmorales. Comentando sobre experimentos con jóvenes que vivieran “institucionalizados”, comenta: “Sin embargo, estos tests detectan daños muy sutiles en el juicio moral, que plantean dilemas incluso en el plano legal. ¿Habría que desarrollar herramientas más sensibles para evaluar la aptitud? ¿Se puede culpabilizar a adolescentes que tienen retraso madurativo en estas áreas? Sin duda, a la luz de estos conocimientos, habrá que dar éstas y otras discusiones.”