¿Racionales o irracionales? ¿Cómo somos, o cómo actuamos? ¿Racionales en la política?

¿Racionales o irracionales? ¿Cómo somos, o cómo actuamos? La pregunta está en la base de muchos modelos y teorías económicas y es fruto de una gran discusión. En un breve artículo para AIER (American Institute for Economic Research), Michael Munger trata el tema: “We Have Lifeboat Minds, But We Live in a Walmart World”, https://www.aier.org/article/we-have-lifeboat-minds-but-we-live-in-a-walmart-world/
Michael Munger es Professor of Political Science, Economics, and Public Policy at Duke University y Senior Fellow of the American Institute for Economic Research

El artículo es corto, pero con buenas referencias para quien quiera comenzar:

“Los economistas generalmente asumen que “las personas son racionales” en cualquier discusión analítica de preferencias y comportamiento. Pero a veces parece que las “preferencias” políticas no son racionales, porque los efectos de las políticas son opuestos a la intención declarada. Algunos ejemplos:

  • El control de alquileres se vende al público como un programa antipobreza, pero claramente perjudica a las personas pobres y les dificulta encontrar vivienda.
  • Se supone que las leyes contra la estafa hacen posible que todos tengan acceso a suministros esenciales en caso de emergencia, pero su efecto real es causar escasez, estantes vacíos y largas demoras en la disponibilidad de nuevos envíos de lo que la gente necesita.
  • Se supone que las restricciones a las importaciones de materias primas y productos manufacturados de otros países “crean puestos de trabajo” a nivel nacional, pero su efecto real es aumentar tanto el costo de los bienes intermedios y los productos de consumo que el efecto neto es negativo, ya que los consumidores pagan más de reciben los trabajadores.
  • Se supone que los salarios mínimos, las licencias ocupacionales y otras regulaciones de los mercados laborales benefician a los trabajadores, pero el efecto real es reducir el empleo total y dificultar que las personas económicamente marginales adquieran la experiencia que necesitarían para tener un trabajo de tiempo completo en un buen salario.

La opinión pública sobre estas preguntas indica que el público votante varía desde el apoyo mayoritario a las barreras comerciales y el control de alquileres hasta las grandes mayorías que favorecen las leyes contra la estafa y los salarios mínimos. La respuesta típica del economista parece ser que las personas son irracionales o que “simplemente no entienden”. Creo que tenemos mentes atávicas de salvavidas, a pesar de que ahora vivimos en un mundo Walmart.”

«El liberalismo aplicado al juego es un error», ¿y el estatismo aplicado al juego sería una solución?

¿Puede haber situaciones en las que la competencia sea perjudicial y sea preferible un monopolio? Es lo que plantea el presidente de La Banca, de Uruguay diciendo que “el liberalismo aplicado al juego es un error”, en El Observador: https://www.elobservador.com.uy/nota/presidente-de-la-banca-sobre-casinos-online-el-liberalismo-aplicado-al-juego-es-un-grave-error–2022101420570

El titular de la agencia estatal a cargo de los juegos en Uruguay, que es un monopolio, critica un proyecto de ley que avanza en el Congreso uruguayo para liberar el mercado y permitir la competencia de empresas de juego online de cualquier parte del mundo. ¿Es éste un caso de “paternalismo”, tal vez “paternalismo libertario”, o debemos interpretar la opinión del presidente de La Banca como una simple defensa de sus privilegios monopólicos? ¿Realmente ellos se preocupan por la “salud” de la gente o se preocupan que la competencia haga desparecer sus privilegios?

¿Es el juego una enfermedad que necesite de un “protector” de la gente? ¿Y ese protector tiene que ser el Estado? ¿No podrían tal vez ser otras instituciones de la sociedad, tales como las sociedades de beneficencia, la Iglesia, o las distintas iglesias, la misma prensa u otras?

La Nueva Ilustración Evolucionista entrevista a Steven Pinker sobre su último libro: Racionalidad

Steven Pinker, profesor de Harvard, es bien conocido porque ha publicado varios libros de alto impacto como Los Ángeles que llevamos dentro, La Tabla Rasa, En Defensa de la Ilustración; y ahora uno que se titula Racionalidad. Es entrevistado en el blog La Nueva Ilustración Evolucionista, y presentado de esta forma: https://ilevolucionista.blogspot.com/2022/10/el-oraculo-de-la-razon-entrevista.html

“¿Cuánto hay de sapiens en el Homo? Es esta una pregunta que nos hemos formulado en muchas ocasiones en la nueva Ilustración evolucionista, en nuestro ya largo camino, que dista mucho de haberse recorrido ni siquiera mínimamente, en busca de la naturaleza humana.

Confieso haber experimentado un cierto regocijo en ocasiones al pensar que los seres humanos éramos unos animales idiotas que se arrogaban de ser sabios. A fin de cuentas el resto de la fauna y flora de este complejo y maravilloso a la par que terrorífico y sórdido mundo tapizado de vida, se adaptaba a sus nichos y se limitaba a sobrevivir sin artefactos ni vanidades.

Los ecosistemas de la biosfera parecían estar en un equilibrio fluctuante, nada idílico, nada parecido a un Edén, pero sólo expuesto a violentos cambios por fenómenos climáticos, sísmicos o cósmicos, antes de la llegada del Verbo.

El Verbo lo cambió todo. Un primate se alejó tanto de su lugar en el orden de las cosas que sobrevivió incluso a la misma lucha por la supervivencia ancestral dotado con el Verbo.

Desarrolló un cerebro mamífero más grande y al parecer complejo que el del resto de animales de su clase, y con él, paralelamente, el uso de herramientas cada vez más sofisticadas desde el primer «artefacto» lítico hasta la inteligencia «artificial». Y lo hizo conectando los nodos de los cerebros individuales en una cada vez mayor red de información y conocimientos, así como de emprendimientos y esfuerzos organizados para construir una prodigiosa fortaleza de civilización en medio de (y ganando terreno a) la naturaleza salvaje, y rompiendo unos lazos de miles de millones de años en apenas un par de millones de ellos.

Ya siendo cazadores-recolectores habíamos ganado la partida al resto de las especies. ¿Y qué nos hizo tan exitosos tan prematuramente, mucho antes de la Revolución Neolítica? La capacidad de nuestros cerebros de comunicarse y de razonar. Nuestro lenguaje y nuestro pensamiento abstracto, auténtico mundo de las ideas paralelo al mundo físico, se superpuso sobre él para crear categorías, para nombrar las cosas. Creamos cultura que necesariamente eran culturas, y seguimos ascendiendo a los cielos del «espíritu». Religión y Razón surgieron de una misma tendencia a la abstracción y al antropocentrismo.

Inventamos a Dios del mismo modo que inventamos todo lo demás, combinando abstracciones y articulando relatos.

Ahora la Racionalidad sigue presente, pero ha ido siendo depurada por generaciones de mentes pensantes que se subían sobre los hombros de las mentes pensantes de sus predecesores. ¿El resultado más depurado?: La lógica matemática.

El Profesor Steven Pinker, de la Universidad de Harvard, comenzó hablándonos del instinto del lenguaje. De algo cultural con un origen y fundamento naturales. Habló del funcionamiento de la mente y, a principios de este siglo pegó un puñetazo sobre la tabla rasa de la mesa de las ciencias sociales para poner las cosas en su sitio: había una cosa llamada naturaleza humana que ningún galimatías teórico (con minúsculas) podía discutir. Desde entonces ha llovido mucho, y torrencialmente. El Profesor Pinker ha seguido escribiendo grandes obras ensayisticas de gran calado, decantándose cada vez más por una defensa del ideal ilustrado del conocimiento humano: el desarrollo de las ciencias, las artes y la Razón (con mayúsculas). De hecho su última obra es un canto a la racionalidad, que la llama y titula por su nombre: Racionalidad.

En esta nueva obra de arte científica, Pinker expone los fundamentos de la Racionalidad humana, sus orígenes ancestrales y sus desarrollos culturales, que hacen de ella la navaja suiza de la resolución de los problemas a los que nos enfrentamos como individuos y como sociedades.

Ciertamente ocupado, le ha sido difícil encontrar un hueco para atendernos, pero lo ha hecho, una vez más, haciendo gala de su gentileza y sabiduría, lo cual le agradecemos enormemente.”

Participar en el mercado lleva a que desarrollemos valores morales mas firmes

El comercio y la participación en el mercado nos “moraliza”, nos lleva a actuar con mayor atención hacia los demás, con respeto a los compromisos y promesas. Esto parece extraño para quienes ven en el mercado a actores que sólo buscan el lucro y aplastar a sus rivales. El tema se trata en este trabajo: “Market Participation and Moral Decision-Making: Experimental Evidence from Greenland” de Gustav Agneman y Esther Chevrot-Bianco; The Economic Journal, ueac069, https://doi.org/10.1093/ej/ueac069

“La relación entre la participación en el mercado y los valores morales es objeto de un prolongado debate en economía, aunque la evidencia de campo se basa principalmente en estudios transculturales. Llevamos a cabo experimentos que rompen las reglas en 13 pueblos de Groenlandia (N=543), donde los marcados contrastes en la participación en el mercado dentro de los pueblos nos permiten examinar la relación entre la participación en el mercado y la toma de decisiones morales manteniendo constantes los factores a nivel de pueblo. Primero, documentamos una sólida asociación positiva entre la participación en el mercado y el comportamiento moral hacia otros anónimos. En segundo lugar, los participantes integrados en el mercado muestran universalismo en la toma de decisiones morales, mientras que los participantes que no pertenecen al mercado toman más decisiones morales hacia los co-aldeanos. Una batería de pruebas de solidez confirma que las diferencias de comportamiento entre los participantes del mercado y los que no lo son no están impulsadas por variables socioeconómicas, antecedentes de infancia, identidades culturales, estructura de parentesco, conexión global y exposición a instituciones religiosas y políticas.”

¿Somos altruistas o egoístas? ¿O intercambiamos favores en lo que se llama altruismo recíproco?

¿Somos altruistas o egoístas? Vieja discusión que está en el corazón de los trabajos de Adam Smith, ya que en uno parece decir que somos egoístas (Riqueza de las Naciones) y en otro que somos altruistas (Teoría de los Sentimientos Morales). ¿Qué somos? Una luz sobre este tema proviene del trabajo de Robert Trivers, quien es licenciado en historia y doctorado en biología por la Universidad de Harvard. Actualmente es profesor de antropología y ciencias biológicas en la Universidad de Rutgers, de pediatría en UMDNJ y de psicología en la Universidad Harvard.

Su aporte lo comenta Daniel Kriegman en Quillette:

“Robert Trivers and the Riddle of Evolved Altruism”: https://quillette.com/2022/10/07/on-evolved-altruism/

Daniel Kriegman fue anteriormente psicólogo jefe en el Centro de Tratamiento para Delincuentes Sexualmente Peligrosos de Massachusetts. Su trabajo explora la interfaz de la biología evolutiva y la psicología humana.

“Este altruismo contradice una concepción superficial de la teoría darwiniana con su lógica aparentemente brutal y egoísta de “supervivencia del más apto”. Sin embargo, una comprensión más profunda de la evolución revela que la cooperación y las diversas formas de altruismo no son la antítesis del darwinismo. De hecho, la teoría evolutiva moderna ahora ha explicado la existencia de una base biológica fuerte y directa para el comportamiento altruista.

El comportamiento altruista hacia la descendencia de uno u otros parientes no es terriblemente desconcertante ya que están relacionados genéticamente. Más desconcertante fue el desarrollo de un comportamiento altruista hacia otras personas no emparentadas, lo que parece ser la antítesis del interés básico y egoísta por la aptitud que subyace a la teoría de la evolución. Sin embargo, Robert Trivers, en lo que rápidamente se convirtió en un artículo clásico, desarrolló el concepto de «altruismo recíproco» que buscaba explicar la ventaja adaptativa del comportamiento altruista hacia otros no relacionados. Incluso fue capaz de explicar los actos altruistas entre miembros de diferentes especies, lo que, por supuesto, es un ejemplo extremo de falta de relación genética.

El concepto de altruismo recíproco de Trivers se basa en la noción de que un acto altruista puede ser devuelto en algún momento. Por ejemplo, Trivers describió la relación entre ciertos peces huéspedes y peces limpiadores no relacionados. La dieta del limpiador consiste en eliminar los parásitos del huésped, lo que a menudo puede implicar ingresar a la boca del huésped. Los peces limpiadores no son comunes, por lo que los peces anfitriones a menudo regresan al mismo limpiador que permanece en un lugar.”

Cambio climático: ¿deberíamos sacrificarnos ahora por el bienestar dentro de siete generaciones?

Los problemas ambientales tienen una característica común: la llamada “tragedia de los comunes”, o la ausencia de derechos de propiedad que no genera incentivos para tomar en cuenta el uso y abuso de un determinado recurso. Ahora, con el cambio climático, se plantea que el planeta, en general, es un “commons”, la atmósfera no es de nadie y por ende nadie se preocupa demasiado. Hay quienes sostienen, como en el artículo que aquí se presenta, que los gobiernos deben actuar ahora para proteger al planeta en un futuro relativamente lejano. Esto plantea un debate: la verdad es que no sabemos cómo será la situación en el futuro pero si sigue como ahora, los futuros habitantes tendrán muchos más recursos y tecnologías para hacer frente al problema. ¿Deberían sacrificarse, por ejemplo, los pobres de hoy en aras de los más ricos y tecnológicos habitantes de dentro de siete generaciones?

Es lo que se plantea en este artículo: Stein, Gregory M., “Environmental Justice and the Tragedy of the Commons” (July 6, 2022). California Law Review Online, Vol. 13, p. 10, 2022, University of Tennessee Legal Studies Research Paper No. 438, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4155717

Que concluye así:

“La mayoría de los académicos en 1968 no pensaban en transformaciones globales masivas como el cambio climático, en el que los costos de muchas acciones son individualmente pequeños pero acumulativamente enormes y pueden posponerse en el futuro. Una vez que reconocemos que los efectos negativos a menudo se posponen durante muchos años, es esencial tener en cuenta que la tragedia de los bienes comunes puede extenderse en el tiempo y que los bienes comunes de Hardin son una ubicación temporal y no solo física. Tal vez deberíamos tomar una lección sobre la internalización de las externalidades de la Nación Oneida, en la que “[t]radición. . . requiere que los líderes y miembros de la nación consideren el impacto en las próximas siete generaciones al tomar decisiones.”

Julian Assange y WikiLeaks: ¿hasta dónde llega el poder del Estado para ocultar sus acciones?

Lleva años preso. Hace unas semanas se realizaron marchas y protestas en muchos países pidiendo por la libertad de Julian Assange, quien, recordarán, fue el creador de WikiLeaks y fuera detenido y procesado por dar a conocer documentos “clasificados”. James Bovard, autor de varios libros escribe para el Mises Wire un artículo que se titula “Julian Assange y nuestra democracia de impunidad”: https://mises.org/es/wire/julian-assange-y-nuestra-democracia-de-impunidad

Así comienza:

El sábado (1 de Octubre), las protestas en apoyo de Julian Assange se producirán en todo el mundo. En Londres, los partidarios de Assange unirán sus brazos alrededor del edificio del Parlamento. También habrá protestas frente a la sede del Departamento de Justicia en Washington (yo seré uno de los oradores), D.C., y en San Francisco, Tulsa, Denver y Seattle, así como en Australia.

Hace cuatro años, escribí una columna en USA Today en la que pedía que Assange recibiera la Medalla Presidencial de la Libertad. Mi artículo no logró convencer a la Casa Blanca de Trump y el gobierno de Biden ha retomado la persecución de uno de los más importantes contadores de la verdad de este siglo. Assange lleva años encerrado en una prisión de máxima seguridad en Gran Bretaña. Se enfrenta a la extradición para enfrentarse a 17 cargos de violación de la Ley de Espionaje por revelar información clasificada. Si los británicos entregan a Assange al gobierno de EEUU, casi no tiene posibilidades de tener un juicio justo debido a cómo se amañan los juicios en los tribunales federales.

Los últimos cuatro años han revelado por qué activistas como Assange, que lleva años recluido en una prisión británica de máxima seguridad, son vitales para cualquier esperanza de que los gobernantes rindan cuentas a la ciudadanía. El fiscal general Ramsey Clark advirtió en 1967: «Nada disminuye tanto la democracia como el secreto». En este momento, América es una democracia de impunidad en la que los funcionarios del gobierno no pagan ningún precio por sus abusos.

Assange fue blanco del gobierno de EEUU después de que su organización, Wikileaks, divulgara decenas de miles de documentos y algunos vídeos que exponían crímenes cometidos por el ejército de EEUU contra civiles afganos e iraquíes. Un informe de 2010 del Christian Science Monitor sobre la filtración señalaba que «no estaba claro cómo podrían reaccionar los americanos ante las revelaciones sobre la aparente matanza indiscriminada de civiles afganos» por parte de las fuerzas americanas. Pero el titular del Monitor captó el veredicto en Washington: «La respuesta del Congreso a WikiLeaks: disparar al mensajero». El vicepresidente Joe Biden denunció a Assange como un «terrorista de alta tecnología».”

La libertad no garantiza resultados pero si no la tenemos, tampoco los alcanzaremos

La libertad no te garantiza resultados, solamente elimina las barreras para que buques alcanzarlos, cualesquiera que sean. Pero mucha gente prefiere perder la libertad si es que le prometen un determinado resultado (eso es el populismo) y ya sabemos que si pierden la libertad, tarde o temprano tampoco alcanzaran el resultado.

Se trata este tema en un paper titulado “Does Legal Freedom Satisfy?”, por  Niclas Berggren del Research Institute of Industrial Economics (IFN), Stockholm, Sweden  y Christian Bjørnskov Department of Economics, Aarhus University, Denmark: https://www.ifn.se/wfiles/wp/wp1436.pdf

“La libertad de elección es una característica muy valorada de la vida para muchos y está garantizada a través de la libertad legal, es decir, el estado de derecho y los derechos civiles. Sin embargo, sabemos poco acerca de si las personas encuentran satisfacción en la libertad de elección que perciben que tienen. Este estudio arroja luz sobre esa cuestión. Teóricamente, no está claro cómo es la relación. Lo que habla a favor de un efecto positivo es que la libertad legal permite a las personas tomar las decisiones que desean en la vida (siempre y cuando no violen un derecho similar de otros). Esto evita obstáculos en el camino cuando las personas realizan sus ambiciones y hace que sea más probable que estas ambiciones se cumplan, lo que da como resultado la satisfacción con la libertad de elección. Aún así, las personas pueden valorar diferentes tipos de libertad legal de manera diferente, lo que sugiere que incluso si las relaciones son positivas, su tamaño puede variar mucho. Además, la relación también puede ser débil o negativa. Esto puede suceder si las personas no alcanzan las metas que se propusieron alcanzar; después de todo, la libertad jurídica solo elimina obstáculos y no brinda recursos ni capacidades.

También puede suceder si las personas observan que otros se comportan de manera oportunista o explotadora, usando su libertad de elección para tratar mal a los demás en busca de un beneficio personal limitado, o si las personas se sienten sobrecargadas por la libertad de elección que les otorga la libertad legal. También sigue siendo posible que el valor de las libertades legales específicas sea sustancialmente mayor para las minorías que para la población en general (cf. Berggren et al. 2017), lo que puede explicar por qué no resultan ser importantes para la satisfacción con la libertad de la población en general. , como en nuestras pruebas.

Sin embargo, también sugerimos que la confianza social es un factor potencialmente importante que, cuando interactúa con la libertad legal, puede hacer que el efecto de la libertad legal sobre la satisfacción con la libertad de elección sea más positivo. La idea es que la elección no se ejecuta en un vacío cultural, sino que es el resultado tanto de las instituciones formales como de la cultura, en este caso, el grado en que las personas confían entre sí. Cuando lo hacen, esperan que los demás se comporten de manera más cooperativa, lo que estimula una mayor interacción y “ganancias del comercio”, lo que resulta en una mayor satisfacción. Asimismo, los recursos materiales disponibles y el sistema político pueden influir en cómo la libertad legal afecta la satisfacción con la libertad.”

Lo que más nos protegió durante la pandemia fue la familia, no el estado

Durante la pandemia los gobiernos nos encerraron pero la gente acudió a esa institución tan básica de todas nuestras sociedades, la familia. En la revista Evolution and Human Behavior se publica un artículo titulado “Family still matters: Human social motivation across 42 countries during a global pandemic”, escrito por una gran cantidad de autores, tan grande que nos llevaría toda la página presentarlos a todos: https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2022.09.003

“La pandemia de COVID-19 provocó cambios sociales drásticos para muchas personas, incluida la separación de amigos y compañeros de trabajo, el contacto cercano forzado con la familia y la reducción de la movilidad. Aquí evaluamos la medida en que las motivaciones y objetivos básicos evolutivamente relevantes de las personas (motivos sociales fundamentales como la afiliación y el cuidado familiar) podrían haberse visto afectados. Para abordar esta pregunta, reunimos datos sobre motivos sociales fundamentales en 42 países (N = 15 915) en dos oleadas, incluidos 19 países (N = 10 907) para los que se recopilaron datos antes y durante la pandemia (ola prepandémica: 32 países, N = 8998; 3302 hombres, 5585 mujeres; Mage = 24,43, SD = 7,91; ola de pandemia media: 29 países, N = 6917; 2249 hombres, 4218 mujeres; Mage = 28,59, SD = 11,31). Las muestras incluyen datos recopilados en línea (p. ej., Prolific, MTurk), en universidades y mediante muestreo comunitario. Descubrimos que la motivación para evitar enfermedades fue sustancialmente mayor durante la pandemia, y que la mayoría de los otros motivos sociales fundamentales mostraron diferencias pequeñas, pero significativas, entre olas. De manera más sensata, la preocupación por el cuidado de los hijos fue mayor durante la pandemia, y las preocupaciones por la búsqueda de pareja y el estatus fueron menores. Los hallazgos anteriores que mostraban la priorización de los motivos familiares sobre los motivos de apareamiento (e incluso sobre los motivos para evitar enfermedades) se replicaron durante la pandemia. Finalmente, el bienestar se mantuvo positivamente asociado con motivos relacionados con la familia y negativamente asociado con motivos de apareamiento durante la pandemia, como en las muestras previas a la pandemia. Nuestros resultados proporcionan más evidencia de la sólida primacía de las motivaciones relacionadas con la familia, incluso durante esta interrupción única de la vida social.”

Borgen: una muestra del alto costo que genera la intoxicación con el poder

Interesante análisis del costo que significa para la vida personal dedicarla al poder y la política. En este caso con referencia a la serie Borgen. Muy interesante análisis de David Gasta en Mystical Silicon, en Substack: https://mysticalsilicon.substack.com/p/lessons-from-borgen-on-working-with

“Cuando comencé a ver Borgen, pensé que era similar a las primeras temporadas de The West Wing, un programa en el que los personajes principales persiguen ideales, tienen conversaciones inteligentes sobre política y alcanzan compromisos felices e idealistas en cada episodio.

Resulta que Borgen es mucho más profundo que eso. Si bien en la superficie el programa trata sobre Birgitte como heroína, para aquellos que observan de cerca, todas las temporadas apuntan en la dirección opuesta: Borgen es una historia sobre la naturaleza del poder y la obsesión gradual de Birgitte con la exclusión de todo lo demás. Si bien Birggite no es una heroína, tampoco es una antihéroe; la historia es más complicada ya que es una historia sociológica sobre la formación de un político.”

“La lección final que mencionaré de Borgen es tener cuidado con la intoxicación del poder.

El cambio de Birgitte del primer al último episodio es bastante marcado. Si bien algunas personas (y la mayoría de los críticos) parecen pensar que todo cambió en la Temporada 4, una lectura más oscura de las Temporadas 1-3 muestra que ella fue la misma todo el tiempo. Su obsesión por el poder comenzó temprano.”