Quisiera conocer algo sobre el papel de las mujeres en la tradición liberal clásica. ¿Qué podría leer?

Para quienes quieran leer sobre mujeres siguiendo la tradición liberal clásica, o comenzar a leer, he aquí una buena y simple guía: “Where to start reading about women in the classical liberal tradition?”, por Jayme Lemke, en EconLib: https://www.econlib.org/where-to-start-reading-about-women-in-the-classical-liberal-tradition/

“Hay dos preguntas centrales cuando se trata de pensar en las mujeres en la tradición liberal clásica. Primero, ¿qué han aportado las mujeres al liberalismo clásico como cuerpo de pensamiento? En segundo lugar, ¿qué tiene que decir el liberalismo clásico como conjunto de ideas sobre la cuestión de los derechos de la mujer?

Recientemente recibí un correo electrónico preguntando dónde podría comenzar a leer sobre estos temas un estudiante interesado, así que decidí armar una lista de lectura breve y fácil para cualquiera que desee comenzar a pensar sobre los derechos de las mujeres en la tradición liberal clásica.

Primero, comience de manera fácil y económica con The Essential Women of Liberty del Fraser Institute. Soy un poco parcial porque contribuí con el capítulo sobre Elinor Ostrom, pero en general el volumen está bien escrito, bien investigado e informativo. Además, el hecho de que el libro completo tenga menos de 150 páginas y los capítulos se puedan descargar individualmente lo convierte en un excelente recurso tanto en el aula como para aquellos que buscan una visión general amplia para comenzar a llenar sus propios vacíos.”

Sigue…

Admito no haber leído mucho y conocer a Foucault, pero un amigo y este autor dice que defiende el liberalismo

Tengo un amigo que es claramente liberal y también fan de Foucault. No he explorado a este autor así no puedo aseverar que este autor sea un aporte a las ideas liberales, pero he aquí un artículo que lo plantea. Es de David McGrogan, Associate Professor of Law at Northumbria University. Se titula “A Foucauldian Defense of Liberalism”: https://lawliberty.org/a-foucauldian-defense-of-liberalism/

“He aquí un caso sólido de que Michel Foucault fue el pensador más importante e influyente de la segunda mitad del siglo XX. No era un buen hombre. Y muchas de sus conclusiones eran odiosas. Pero discernió el camino por el que caminaba la modernidad mejor que casi nadie.

Las contribuciones más útiles de Foucault no se publicaron en forma de libro, sino que se entregaron como conferencias, compiladas y traducidas póstumamente. Los reunidos en la colección Seguridad, Territorio, Población son, con diferencia, los más significativos. En ellos, Foucault proporciona una conceptualización completa de la evolución de la gobernanza moderna, mostrando cómo ésta se caracteriza, sobre todo, por la “gubernamentalidad” o lo que en otros lugares se ha llamado la “conducción de la conducta”.

Tan pronto como uno escucha la última frase, instantáneamente comprende la idea. Vivir en una sociedad moderna es tener la conducta constantemente monitoreada, manipulada, alterada, empujada, moldeada, cuestionada, problematizada y corregida. Y quienes nos gobiernan parecen haber asumido el papel de directores de orquesta, vigilando nuestros movimientos y guiándonos en concierto. Nuestras opciones de vida no son nuestras, a pesar de que continuamente nos aseguran lo contrario; en cambio, simplemente seguimos los movimientos del bastón. Foucault vio este estado de cosas como algo que había ido evolucionando gradualmente desde el siglo XVI y que en 1977, el año del que hablaba, ya estaba muy avanzado. En 2023 veremos su gran aceleración: mientras somos nominalmente ciudadanos libres de democracias liberales, todos entendemos lo que nuestros gobernantes esperan de nosotros: consumir menos carbono, conducir menos, hacer más ejercicio, comer menos carne, poseer menos bienes, consumir menos alcohol y tabaco, celebrar la diversidad, favorecer la apertura de fronteras, estar completamente vacunado, evitar el plástico de un solo uso, etc. Todo el mundo conoce la letanía.

La idea de Foucault fue que este fenómeno no encontraría efecto principalmente a través de la emisión de leyes, edictos o decretos. Por supuesto, existen requisitos legales «duros» que debemos seguir (uno piensa, por ejemplo, en las prohibiciones de los nuevos automóviles de gasolina, que están a la vista casi universalmente en todo el mundo desarrollado). Pero la mayor parte de la conducción de nuestra conducta ocurre a través de medios mucho más difusos, una especie de coerción suave que no funciona imponiendo demandas sino sofocando alternativas. No es ilegal comer carne. Simplemente nos engatusan con opciones «más saludables». No lo encarcelarán por difundir la «desinformación» sobre las vacunas. Simplemente encontrará sus cuentas de redes sociales suspendidas o sus comentarios censurados. No es que alguna vez sea ilegal subirse a un avión a Grecia para pasar unas vacaciones. Es solo que los recargos por combustible eventualmente harán que esto sea prohibitivamente costoso para el populacho. Conducir un coche de gasolina nunca se convertirá en un delito penal, pero las autoridades locales, a través de cargos por congestión, gestión del tráfico y carriles para autobuses, harán que sea tan miserable ser un automovilista que la gente simplemente dejará de conducir. Sorprendentemente, la mayoría de estas medidas no son implementadas solo por el estado, sino por su actuación en concierto con entidades nominalmente privadas, muchas de las cuales operan en la esfera digital.”

Artículo en el diario Clarín: «La herencia política de Borges»

https://www.clarin.com/opinion/herencia-politica-borges_0_h2OVaNLSCm.html

Cada vez más son los jóvenes que se ven atraídos por las ideas libertarias. Muchos, tal vez, encuentren atractivas las ideas de la libertad, pero luego encuentren que son descalificadas por las élites intelectuales y políticas argentinas. Tal vez eso los lleve a preguntarse porqué esas personas capacitadas rechazan esas ideas y se sientan remando contra la marea.

Pero no han de sentirse tan solos, tienen de su lado a la figura cultural más importante de la historia argentina: Jorge Luis Borges. En estos momentos en que se han conocido los avatares de la herencia del reconocido autor, se verá qué sucede con su herencia literaria, pero parece ahora haber un nutrido número de jóvenes que pueden rescatar su filosofía política.

Borges creía en, y amaba la libertad. Su relación con la política ha dado mucho que hablar, pero la atención que sus opiniones generaron se ha centrado en la anécdota de un personaje que poca atención prestaba a las noticias diarias, que basaba buena parte de su consideración en criterios estéticos, y particularmente épicos: desde su admiración por los militares patrios y su lucha por la independencia argentina hasta su afiliación al Partido Conservador porque sólo los caballeros se suman a las causas perdidas.

Lamentablemente estas opiniones políticas le costaron el premio Nobel, negado por quienes prefirieron dar prioridad en la entrega de un premio literario a lo “políticamente correcto” en lugar de lo literariamente extraordinario.

Sin embargo, y pese a que pueden encontrarse en su historia decisiones y opiniones políticas diversas, y hasta contrapuestas, existe una clara filosofía política en Borges, consistente y reconocida, la que se mantuvo durante el transcurso de su larga vida sin modificaciones.

Los elementos centrales de esa filosofía política se ajustan en forma muy clara a principios filosóficos asociados con el liberalismo clásico e incluso con un sesgo de lo que ahora se ha dado en llamar “libertarianismo”, el que, a diferencia del primero, no propone un Estado limitado, sino cuestiona hasta su misma existencia sin que esto signifique caer en el anarquismo, entendido éste como “ausencia de normas”. Algo más cercano a lo que ahora suele denominarse “anarco-capitalismo”, que propone la eliminación del “monopolio” del Estado y la provisión de sus servicios en competencia.

Comenzando por resaltar la importancia del individuo y la libertad individual, sobre lo que tiene numerosas referencias y hasta una página literaria específica sobre el tema: “Tú”.

Descarta de plano la “hipóstasis” de ciertos conceptos; es decir, hacer sujetos de existencia real a ideas tales como “la sociedad”, “el pueblo”, “la nación”, “la clase obrera” y otros: “…la muchedumbre es una entidad ficticia, lo que realmente existe es cada individuo”. “Yo creo que solo existen los individuos: todo lo demás, las naciones y las clases sociales son meras comodidades intelectuales”.

Borges era un liberal “spenceriano”, por el filósofo liberal inglés Herbert Spencer, de fines del siglo XIX. “El más urgente de los problemas de nuestra época (ya denunciado con profética lucidez por el casi olvidado Spencer) es la gradual intromisión del Estado en los actos del individuo; en la lucha contra ese mal, cuyos nombres son comunismo y nazismo, el individualismo argentino, acaso inútil o perjudicial hasta ahora, encontrará justificación y deberes”. (Borges, Otras Inquisiciones, 1952)

Imaginaba un mundo ideal, futuro, en el cual, como los libertarios, un estado no sería necesario: “…para mí el Estado es el enemigo común ahora; yo querría –eso lo he dicho muchas veces- un mínimo de Estado y un máximo de individuo. Pero, quizá sea preciso esperar… no sé si algunos decenios o siglos –lo cual históricamente no es nada-, aunque yo, ciertamente no llegaré a ese mundo sin Estados.

Para eso se necesitaría una humanidad ética, y además, una humanidad intelectualmente más fuerte de lo que es ahora, de lo que somos nosotros; ya que, sin duda, somos muy inmorales y muy poco inteligentes comparados con esos hombres del porvenir, por eso estoy de acuerdo con la frase: ‘Yo creo dogmáticamente en el progreso’”.

Sus opiniones más directas sobre el tema se encuentran en las numerosas entrevistas y diálogos que han sido publicados, donde desplegaba su increíble capacidad para manejar el lenguaje, y las ideas. Y si bien sus obras son principalmente de literatura fantástica, éstas también aparecen allí.

Como este párrafo del cuento “El Congreso”. Pregunta el personaje Eudoro Acevedo: “¿Qué sucedió con los gobiernos? Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más completa que este resumen”. (Borges, El libro de arena, 1975, p. 55).

A todos esos jóvenes que se acercan ahora a las ideas de la libertad no les vendría nada mal acercarse también a la obra de Borges o a los numerosos libros con sus conversaciones, ya que encontrarán allí extraordinaria literatura y una mente superlativa que adhirió a las mismas ideas que hoy los entusiasman.

Ellos podrían quedarse, en definitiva, con la herencia política de Borges.

Martín Krause es profesor de Economía (UBA-UCEMA), miembro de la Fundación Libertad y Progreso

¿Es posible que un católico sea liberal? ¿La filosofía política liberal o la economía política?

¿Es posible que un católico sea liberal? Así, precisamente, es cómo se titula un artículo. En realidad “Can a Catholic be Liberal? Roman Catholicism and Liberalism in a Political Economy Perspective (1800–1970)”, cuyo autor es Stefano Solari, publicado en THE JOURNAL OF PHILOSOPHICAL ECONOMICS: REFLECTIONS ON ECONOMIC AND SOCIAL ISSUES Volume XVI Annual issue 2023: https://hal.science/hal-03619130v3/document

“El problema se complica, por un lado, por la dificultad de definir el liberalismo y, por otro, por una larga tradición histórica de disidencia de la Iglesia con respecto al desarrollo del liberalismo político real. En realidad, el desarrollo del catolicismo social fue concebido como una perspectiva política en oposición a los regímenes liberales y al socialismo.[5] Por lo tanto, desde una perspectiva histórica, incluso cuando terminó el Antiguo Régimen, la Iglesia romana siempre ha intentado construir una tercera vía, considerando el ideal liberal un error racionalista y una extraña filosofía política (ver Almodóvar y Teixeira 2008 y Solari 2007; 2010a). En general, la interacción intelectual no fue entre la teología católica y la economía política, sino entre la filosofía moral católica y la filosofía política. En cuanto a la economía política, es ciertamente más un problema político que económico. Una cierta visión convergente entre el liberalismo y el catolicismo es la oposición común a la planificación socialista, pero esto no puede ser una afinidad fuerte. El estudio intenta, primero, destacar las características relevantes de las variedades de liberalismo que pueden representar una perspectiva política más o menos aceptable para un católico. En la segunda sección se presenta brevemente el cambio histórico en la actitud de la Iglesia, a raíz de la modificación del contexto. Luego, se discuten en términos teóricos los principales documentos de la Iglesia sobre el liberalismo para determinar qué se ha dicho oficialmente y por qué. Se discuten los temas centrales, centrándose en la diferencia entre libertad y libertad y en los diferentes individualismos.”

Lecturas de Mises: teoría económica y las seis conferencias que dictó en la Universidad de Buenos Aires

Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca y Economía Institucional vemos a uno de los grandes nombres de la primera, Ludwig von Mises, en dos de sus características: por un lado, como economista teórico en su obra magna, Acción Humana, donde no habla solamente de economía sino, como todo economista austriaco, con una perspectiva más filosófica y amplia, que comienza con cuestiones de metodología de las ciencias y abarca al resto de las ciencias sociales. Allí vemos dos capítulos.

Pero también está el Mises del debate público de ideas, en cuyo caso lo encontramos escribiendo sobre asuntos más coyunturales en el área de la política económica, o sea, de la teoría económica aplicada a un particular momento histórico. Aquí incluimos las seis conferencias que Mises dictó en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, durante su visita a la Argentina. Estas son las lecturas:

  1. Acción Humana
  2. Mises, Ludwig: Acción Humana; Resumen capítulo por capítulo https://mises.org/es/library/accion-humana-un-resumen-capitulo-por-capitulo 
  3. Mises; La Acción Humana; Cap. XVI: “Los precios”   http://vonhumboldt.org/LAACCIONHUMANALUDWIGVONMISES.pdf   
  4. Mises; “La Acción Humana; Cap XVII: “Cambio indirecto”  

 

  1. Mises y la política económica   
  2. Mises, Reconstrucción Monetaria http://www.eseade.edu.ar/files/riim/Libertas/Mises-Reconstruccion-Monetaria-Revista-Libertas-No-39.pdf  
  3. Mises, Seis lecciones sobre el capitalismo: http://www.hacer.org/pdf/Mises00.pdf 

 

La movilidad social no debe medirse por si hay mejores ingresos sino mejores oportunidades

Con tanta preocupación y referencia a la movilidad social en nuestros países latinoamericanos, es importante tener en cuenta una visión como la que presenta Gonzalo Schwarz en la revista Discourse con el título “An Abundance Agenda Promotes Social Mobility”: https://www.discoursemagazine.com/culture-and-society/2023/03/08/an-abundance-agenda-promotes-social-mobility/

Gonzalo es Presidente & CEO del Archbridge Institute y fue durante varios años Director de Iniciativas Estratégicas en Atlas Foundation. Así presenta su argumento:

“Cuando se trata de la movilidad social, ¿los niños están realmente bien? Tal vez sea así.

En la literatura académica, la movilidad social mide la oportunidad de una persona de ganar más ingresos que sus padres a una edad similar. Por lo general, los estudios comparan los ingresos de un individuo entre 32 y 40 años con los ingresos de sus padres a esa misma edad. Otros estudios utilizan una medida llamada elasticidad de ingresos intergeneracional para medir cuánto depende el ingreso de un niño del ingreso de los padres: una mayor elasticidad indica más dependencia y menos movilidad. Y esos estudios no están pintando un cuadro bonito. Estudios recientes sobre movilidad intergeneracional muestran que ha habido una disminución constante desde la década de 1970. Más de nueve de cada 10 personas nacidas en la década de 1940 ganaron más que sus padres cuando eran adultos; solo alrededor de la mitad de las personas nacidas en la década de 1980 podrían decir lo mismo. Como resultado, algunos investigadores han determinado que el Sueño Americano se está desvaneciendo. Mientras que otros estudios concluyen que la situación es algo menos grave, está claro que según la definición de movilidad social de la literatura académica, las tendencias no son muy prometedoras.

Sin embargo, la movilidad social puede entenderse mejor como la economía del florecimiento, o la oportunidad de mejorarse a uno mismo y a quienes los rodean. La economía del florecimiento se trata de subir la escalera de ingresos, sí, pero también se trata de logros, propósitos, aspiraciones, reducción de la pobreza y desarrollo de las habilidades y características personales necesarias para prosperar en nuestra economía actual. Entendido de esta manera, una agenda de abundancia es fundamental para aumentar la movilidad social y mejorar el florecimiento humano. Si aceptamos esa agenda, descubriremos que somos personas más socialmente móviles, con mayores oportunidades y un futuro más brillante, de lo que pensábamos.”

Para todos los que cada tanto preguntan qué se puede leer para introducirse en las ideas liberales (en inglés)

Para todos los que preguntan de tanto en tanto, qué se puede leer para comenzar a conocer las ideas del liberalismo clásico o de teoría económica clásica. Están en inglés, pero aquí encontrarán muy buenos libros y videos sobre los más importantes autores. Así lo presenta el Institute of Economic Affairs, de Londres:

“En el IEA somos firmes en defender a grandes académicos liberales clásicos como John Stuart Mill, Adam Smith, F.A. Hayek, Elinor Ostrom, Milton Friedman y muchos más.

Por eso, estamos encantados de anunciar nuestra nueva asociación con The Fraser Institute (Canadá) en el proyecto Essential Scholars.

Trabajaremos junto con la Fundación para la Educación Económica (EE. UU.) y el Instituto de Asuntos Públicos (Australia) para difundir las bases intelectuales del movimiento por la libertad.

 

¿Qué es el proyecto Essential Scholars?

Essential Scholars es una experiencia multimedia que presenta las ideas clave de algunos de los pensadores más influyentes de nuestro movimiento, cuyas ideas ayudaron a dar forma a las sociedades libres y prósperas que muchos de nosotros disfrutamos hoy.

¡Essential Scholars ofrece libros que puede leer y descargar de forma gratuita! También puede escuchar nuevos podcasts, descargar audiolibros gratuitos, pedir copias físicas de los libros y ver más de 50 videos cortos animados que dan vida a las ideas de académicos liberales, incluidos Adam Smith, John Locke, F. A. Hayek, Milton Friedman.”

https://www.essentialscholars.org/

¿Cómo explicar el fenómeno más extraordinario de la historia económica? Cambiaron las ideas….

Dreidre McCloskey plantea resolver uno de los dilemas económicos más importantes de la historia de la humanidad: ¿qué explica el gran enriquecimiento ocurrido a partir del siglo XVIII? ¿Por qué no ocurrió antes, o en otro lugar? Hay varias explicaciones que plantean como causas las innovaciones tecnológicas o el rule of law, pero McCloskey señala que fueron las ideas. Lo hace en un artículo titulado “Liberalism Caused the Great Enrichment”: https://www.qeios.com/read/VZNU0T

“Cualquier innovación —mecánica, biológica, institucional, científica, artística, personal— comienza, por supuesto, como una nueva idea en una mente humana liberada. El punto es obvio. Pero no ha sido prominente en la economía. El agente en los modelos económicos no tiene agencia. Simplemente accede a una línea presupuestaria o a una ley o a una costumbre o a un hábito de pensamiento frente a su ya conocida función de utilidad. Es decir, no crea, sino que reacciona de la manera requerida. La acción humana, la voluntad liberada, está ausente. Es una máquina expendedora, no un innovador, o ni siquiera un consumidor normalmente exigente que explora sus gustos.

Por lo tanto, el crecimiento económico sin precedentes desde 1800, un Gran Enriquecimiento de un aumento total del 3.000 por ciento en el ingreso real por persona, ha sido atribuido por los economistas no al «innovismo», como se podría llamar. El Enriquecimiento se ha atribuido más bien a varias causas rutinarias, intermedias y en gran parte materiales: inversión; explotación; La regla de la ley. Algunos de estos son necesarios, pero ninguno es suficiente para explicar nuestro enriquecimiento. son antiguos A menudo son triviales. A veces son necesarios, pero nunca tienen el gran empuje para explicar el Gran Enriquecimiento.

La creación de nuevas ideas en la mente humana, en otras palabras, ha sido firmemente dejada de lado por los economistas. Los no economistas que podrían salvar el día de las ideas, mientras tanto, se han apoderado de las ideas equivocadas, como la teoría laboral del valor o el desencanto o la Ilustración o la pura modernidad.

El problema económico con las causas no ideacionales del economista, como la inversión y las instituciones o la explotación, es que son meramente asignativas y, además, están sujetas a rendimientos fuertemente decrecientes y, por lo general, son de suma cero. Son rutinarios, no transformadores. Son patatas pequeñas al lado del aumento del 3.000 por ciento en el bienestar material humano.”

“El quid, afirmo, fue la liberalización a nivel de ideas en los Países Bajos y luego en Gran Bretaña, favoreciendo una cultura de cierta libertad de expresión y una economía de empresa bastante enérgica. Fue seguido durante el siglo siguiente por liberalizaciones reales y una consiguiente explosión de creatividad: en el Reino Unido, la emancipación civil de los católicos, la abolición de la esclavitud en Jamaica, la libre importación de trigo de Kansas y Ucrania, y luego medidas similares de liberalización en los EE. UU. , Suecia, Italia, Japón y el resto.

 

Adam Smith, Thomas Jefferson y Mary Wollstonecraft habían presentado en los anglófonos la noción, entonces extraña, de que nadie debería ser un esclavo, que todas las personas son creadas iguales, y se les debería permitir hablar y votar libres, y comprar y vender libres. Richard Cobden y John Stuart Mill a mediados del siglo XIX ampliaron la idea. La igualdad de permisos en el liberalismo procedió a erosionar las desigualdades de las jerarquías antiguamente embrutecedoras. Hizo que la gente se atreviera a aventurarse. Como dicen los británicos en su estilo deportivo, apropiado por el historiador económico Peter Matthias, el liberalismo permitió por primera vez a la gente común, después de 1776 o 1789 o 1848 o 1865, “tener una oportunidad”. Y vaya que lo hicieron. El liberalismo se implementó gradualmente en el noroeste de Europa, como lo ha sido últimamente, al menos en la economía, incluso en la lejana China e India. Y llegó el Gran Enriquecimiento.”

Un argumento por la legalización de las drogas basado en el respeto a derechos individuales

Michael Huemer analiza las leyes contra el comercio de drogas. Son varios argumentos, pero aquí va uno sólo, referido a que estas leyes violan derechos de las personas. Está en este artículo: https://fakenous.substack.com/p/the-drug-laws-dont-work

“Autopropiedad

Supongamos que tengo una computadora y soy un muy mal guardián de la computadora. Instalo programas malos que ralentizan mi máquina sin hacer nada útil. Periódicamente, derramo Coca-Cola en el teclado y hay que reemplazarlo. Un día, tiro mi computadora por la ventana hacia mi patio trasero, rompiéndola permanentemente.

Como resultado de la destrucción de mi computadora, pierdo mi disertación en la que he estado trabajando durante 5 años. Fue una disertación brillante, por lo que es una gran pérdida para el mundo. Además, me siento muy infeliz durante los próximos meses, lo que a su vez hace que mi familia y mis amigos se sientan infelices. Así que mi mala administración de la computadora tiene consecuencias negativas tanto para los demás como para mí.

P: ¿Qué se debe hacer al respecto? ¿Quizás debería ser arrestado y enviado a la cárcel?

No. Nadie apoyaría eso. ¿Por qué no? Porque era, después de todo, mi computadora. Puedo hacer lo que quiera con él (que no afecte los derechos de los demás), incluso si lo que estoy haciendo es destructivo.

Ahora compare otro caso. Tienes un cuerpo, pero lo cuidas mal. A menudo ingieres cosas que tienen poco o ningún valor nutricional y que empeoran el funcionamiento de tu cuerpo. Lo rellenas con papas fritas y drogas. Esto le impide terminar su brillante disertación, lo cual es una gran pérdida para el mundo. También hace que su familia y amigos sean infelices. Por lo tanto, la mala administración de su cuerpo tiene consecuencias negativas tanto para los demás como para usted.

¿Qué se debe hacer al respecto? ¿Debería ir a la cárcel?

De nuevo, no. es tu cuerpo En todo caso, tienes incluso más derechos sobre tu cuerpo que yo sobre mi computadora. Puedes hacer lo que quieras con él (que no afecte los derechos de los demás), incluso si lo que estás haciendo es destructivo.

Ese es el primer argumento para legalizar las drogas.”

Una teoría económica sobre el origen del derecho de propiedad y Richard Pipes sobre Propiedad y Libertad

Con los alumnos de la materia, Instituciones, Derecho y Economia y Derecho, de ESEADE, vemos el artículo de Demsetz “Hacia una teoría de los derechos de propiedad”. También uno de Richard Pipes, titulado Propiedad y Libertad.

Libertas N 06 (Mayo 1987)

http://www.hacer.org/pdf/Pipes00.pdf

Demsetz comienza diciendo:

“Cuando en el mercado se realiza una transacción se intercambian dos «paquetes» de derechos de propiedad. Una parte de esos derechos está ligada al bien o al servicio concreto que se intercambia, pero es el valor de los derechos de propiedad el que determina el valor de lo que cambia de propietario. Las preguntas dirigidas a determinar la aparición y la combinación de tales componentes del paquete de derechos de propiedad son en realidad previas a las que comúnmente se hacen los economistas. Éstos, por lo general, toman los derechos de propiedad como un dato y buscan explicaciones para las fuerzas que determinan el precio o el número de bienes a los que se refieren tales derechos de propiedad.

En este trabajo procuro llamar la atención sobre algunos de los elementos para una teoría económica de los derechos de propiedad. El trabajo está organizado en tres partes. En la primera se desarrolla brevemente el concepto y el rol de los derechos de propiedad en los sistemas sociales. La segunda parte ofrece una guía para investigar la aparición de los derechos de propiedad. La tercera parte establece algunos principios pertinentes para comprender la combinación de los derechos de propiedad con vistas a formar determinados tipos de derechos y determinar así la estructura de propiedad que está asociada a los distintos tipos.

El concepto y el rol de los derechos de propiedad

En el mundo de Robinson Crusoe los derechos de propiedad no desempeñan ningún rol. Son un instrumento de la sociedad y su significación deriva del hecho de que ayudan a formarse las expectativas que se pueden sustentar razonablemente en las relaciones con otros. Estas expectativas encuentran su expresión en leyes, hábitos y costumbres de una sociedad. El propietario de ciertos derechos de propiedad posee el consentimiento de sus pares para permitirle actuar de determinadas maneras. Un propietario espera que la comunidad impida que otros interfieran en sus propias acciones a partir de que tales acciones no están prohibidas en la especificación de sus derechos.

Es importante notar que los derechos de propiedad conllevan el derecho a beneficiarse o perjudicarse a sí mismo así como a beneficiar o perjudicar a otros. Perjudicar a un competidor por el hecho de fabricar mejores productos puede estar permitido, mientras que pegarle un tiro no lo está. Por lo contrario, si puede estar permitido beneficiarse uno a sí mismo disparando un arma contra un intruso, puede no estarlo vender productos por debajo de cierto precio establecido. Está claro entonces que los derechos de propiedad especifican de qué modo las personas pueden beneficiarse o perjudicarse y, por tal razón, quién debe pagar a quién para modificar acciones llevadas a cabo por personas. El reconocimiento de esto permite entender fácilmente la estrecha relación que existe entre derechos de propiedad y factores externos o externalidad.

La externalidad es un concepto ambiguo. Para los objetivos de este trabajo, el concepto incluye costos externos, beneficios externos y externalidades tanto pecuniarias como no pecuniarias. Ningún efecto benéfico o perjudicial es externo al conjunto. Alguna persona siempre resulta perjudicada o beneficiada por tales efectos. Lo que convierte a un efecto benéfico o perjudicial en una externalidad es que el costo de hacer que gravite en la decisión de una o más de las personas interactuantes sea demasiado alto como para justificarse, y esto es lo que el término quiere decir aquí. La «internalización» de tales efectos está ligada a un proceso -usualmente un cambio en los derechos de propiedad- que permite a dichos efectos gravitar sobre todas las personas interactuantes. Una función primaria de los derechos de propiedad es la de promover incentivos para alcanzar una mayor internalización de las externalidades. Cada costo y beneficio asociado con interdependencias sociales es una externalidad potencial.

Una condición es necesaria para hacer que costos y beneficios sean externalidades: el costo de una transacción de derechos entre partes (internalización) debe exceder la ganancia de la internalización. En general, el costo de la transacción puede ser grande en relación con las ganancias por las «naturales» dificultades del intercambio comercial, o bien puede ser grande por razones legales. En una sociedad jurídicamente organizada, la prohibición de negociaciones voluntarias puede hacer infinito el costo de las transacciones. Algunos costos y beneficios no son tomados en cuenta por quienes utilizan los recursos, toda vez que las externalidades existen, pero permitir tales transacciones incrementa el grado en el cual las internalizaciones tienen lugar