Más análisis y preguntas sobre Mises y las crisis económicas

Los alumnos leyeron a Mises, “Las causas de las crisis económicas”. Aquí va otro resumen presentado y nuevas preguntas:

Mises discrepa de la tesis marxista que por el afán de lucro los empresarios producen a ciegas con independencia de si sus actividades satisfacen o no alguna necesidad, lo que genera las crisis, la anarquía económica y una permanente situación de conflicto.

Por el contrario, en la economía de mercado los empresarios responden a la demanda de los consumidores que es la que determina la pauta y la dirección de los mercados, ya que el faro rector de la actividad empresarial es la rentabilidad, con lo cual evitarán dedicar bienes de capital y de emplear trabajo en producciones que no son rentables y se dedicarán a aquellas que sí lo son por la necesidad que tienen los consumidores, lo que se refleja en precios remunerativos. Esa, es la manera más eficaz y barata de satisfacer las necesidades de los consumidores.

Cuando no se dejan operar las leyes del mercado para que sean ellas las que fijen los precios de los bienes y de los servicios, y las remuneraciones del capital y del trabajo, se generan distorsiones que producen situaciones crónicas de desempleo y de inversiones improductivas. Son las medidas de política monetaria y bancaria dirigidas a reducir artificialmente las tasas de interés acompañadas de controles de precios y alza artificial de salarios, los que desencadenan procesos perniciosos que dan origen a las crisis económicas recurrentes.

Temas más nuevos, novedosos o importantes.

2.1 La excesiva imposición de cargas fiscales a las utilidades y al capital mismo, desestimula la formación de capital y puede incluso producir destrucción de capital. Igualmente, se afectan los trabajadores, ya que a menor relación capital/trabajo, menores serán los salarios.

2.2 Aún en etapas de precios descendentes, el hombre de negocios puede operar con ganancias. Su característica más importante es la flexibilidad, el permanente adaptarse a las circunstancias.

2.3 Las políticas basadas en la expansión del crédito y en la inflación crean auges artificiales en los que se invierten capitales con desacierto, se multiplican los desequilibrios y se incrementan los costos de dar una solución.

2.4 Las intervenciones en la economía no logran alcanzar las metas que sus propugnadores señalan y, en cambio, tienen consecuencias indeseables.

2.5 En un mercado no controlado, el desempleo de activos y de personas no puede alcanzar vastas proporciones ni puede durar mucho tiempo.

Preguntas

Nuevamente me inquieta aquellos sectores de la economía donde el consumo causa externalidades negativas, por ejemplo el mercado de la droga, ¿se debe dejar al libre mercado? ¿Y las consecuencias?

Respuesta: Habrá que ver las consecuencias, pero en todo caso hay que hacer un análisis comparativo, no solamente de las consecuencias de liberar las drogas. Es decir, hay que comparar las consecuencias actuales (enormes gastos inefectivos para frenar el comercio de drogas, cárceles llenas, países destruidos por la violencia y la corrupción, etc, etc.) con lo que sucedería en ese caso. De todas formas, no aconsejaría pensar en soluciones globales o incluso nacionales (que en todo el mundo o en un país está prohibido o permitido) sino en muchas soluciones diferentes a nivel local, que se adapten a las preferencias de la gente (algunos querrán vivir en lugares donde la droga es libre, otros donde no lo es).

¿Qué papel juega la publicidad? Es un ente que induce a la demanda de productos a veces sin necesidad ¿esto no afecta el libre desarrollo? ¿Se le puede considerar una institución?

Respuesta: La publicidad básicamente informa y convierte a una marca en algo conocido y familiar, pero no determina nuestras decisiones. Si así fuera, no habría producto o servicio que fracase en el mercado, todo sería cuestión de hacer publicidad e inmediatamente se generaría una demanda.

Con el mercado laboral siempre queda el mal sabor que genera el dolor y la desesperanza humana. Es triste que un padre llegue a su casa sin con qué alimentar a su familia, ¿cómo manejar esto?

Respuesta: Es triste, muy triste, por lo que es tan importante no poner trabas a la generación de empleos. Esto es lo que ocurre con páginas y páginas de regulaciones laborales, cuantas más hay mayor es el porcentaje de empleo informal.

En épocas de cambios tecnológicos relativamente rápidos y generalizados ciertos tipos de capacitación y de destrezas pierden su utilidad. ¿Es en ese caso apropiado intervenir con subsidios entretanto se readapta la mano de obra con nuevas capacitaciones?

Respuesta: Tenemos que preguntarnos si es ese un servicio que el mercado no estaría en condiciones de dar. La respuesta parece ser afirmativa, el mercado ofrece todo tipo de capacitaciones. En una hipotética situación de un mercado totalmente libre, la función de “subsidio” sería cubierta tanto sea por el ahorro (las personas ahorrarían como previsión de eventos de ese tipo) como por los seguros (existirían seguros de desempleo y las compañías muy probablemente facilitarían el tránsito de un tipo de empleo a otro, precisamente para reducir los pagos.

El cambio tecnológico o el comercio internacional abierto pueden tornar en no rentables sectores o actividades económicas que lo eran. ¿Cómo podría facilitarse el proceso de reajuste y reestructuración sectorial en esos casos?

Respuesta: En particular, quitando todo tipo de cargas y regulaciones que dificultan el paso de una actividad a otra. Y pienso particularmente en los impuestos

Estarían bien los mecanismos de intervención para estimular el empleo de ciertos segmentos de la población como jóvenes sin experiencia y personas mayores?

Respuesta: De nuevo, pienso más en la eliminación de barreras que en la implementación de subsidios. Imagínate si fuera posible emplear a jóvenes sin experiencia pero sin los costos de cargas sociales o salarios mínimos, etc. Sus oportunidades para conseguir trabajo serían muy superiores y a medida que fueran adquiriendo experiencia sus ingresos irían mejorando.

Empresas y grandes generadores se hacen cargo de la disposición de la basura. ¿Y la tasa?

Parece que los gobiernos de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires le pedirán a algunos contribuyentes, entre los mayores generadores de basura, que paguen por su disposición: http://www.lanacion.com.ar/1713140-mas-presion-a-empresas-para-separar-y-acarrear-la-basura

trash

“La ciudad y la provincia de Buenos Aires avanzan en la instrumentación del plan para hacer que los grandes generadores de basura, como shoppings, supermercados, hoteles y countries, no sólo separen sus residuos, sino también paguen por transportarlos a los rellenos sanitarios de la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado, Ceamse. Los que no cumplan con las resoluciones de ambos gobiernos, que ya están vigentes, serán sancionados con multas de hasta 120.000 pesos e, incluso, clausuras.”

“Para el tratamiento de los residuos húmedos deberán contratar a una de las 15 empresas que hoy están habilitadas y que serán las encargadas de recoger los desechos y llevarlos a la Ceamse. Enterrar cada tonelada de basura cuesta hoy 432 pesos.”

Estos tendrán que clasificar los residuos y luego contratar a alguna de las cooperativas de cartoneros para que se hagan cargo de su reciclado: “En la provincia, en tanto, como el proceso de separación de residuos para grandes generadores de basura comenzó antes ya hay algunos resultados. En este sentido, 28 cooperativas de cartoneros ya cuentan con la habilitación correspondiente y 15 más ya están completando el proceso de inscripción. Por caso, la cooperativa de trabajo Creando Conciencia realizó un informe en el que detalla que «aumentó 28,52% la recepción de residuos reciclables a partir de los ingresos de los nuevos clientes. Se consiguieron 34.000 kg de material». Entre mayo y junio pasados la cooperativa logró incrementar 30% su cartera de clientes, lo que devino en una suba de su facturación del 10% por servicio prestado. «Cabe aclarar que este porcentaje no incluye el ingreso económico provocado por la valorización de los materiales recuperados», agrega el informe.”

Desde una perspectiva bien podría decirse que, por fin, es un avance hacia la implementación de derechos de propiedad y responsabilidades en el área de la disposición de residuos, por lo que quienes los producen tienen que hacerse cargo de su disposición, seguramente contratando un servicio al respecto, y estos servicios estarían en competencia entre sí generando un mercado de disposición de basura (trato esto en uno de los capítulos del libro).

Es decir, estos generadores de residuos clasifican, luego contratan a quienes se los lleven (cartoneros a reciclar, otras empresas para los húmedos, otras transportadoras para llevar a los rellenos), todo “privadamente”. El principio es: generan residuos, paguen por su disposición.

Pero…, ¿acaso no están pagando una tasa de “Alumbrado, Barrido y Limpieza”? La nota periodística, y parece que la ley, no hacen ninguna mención a esto por lo que es probable que se les está exigiendo que paguen ambas cosas, la disposición y la tasa. O sea, que paguen dos veces, con lo cual la tasa dejaría de ser un pago por un servicio para ser lisa y llanamente un impuesto más.

No solamente sería correcto que les redujera la tasa proporcionalmente, ya que no estarán usando el servicio público, sino que esto abriría la posibilidad de que muchos otros hicieran lo mismo. Esto es, ¿por qué solamente los grandes generadores? Tal vez los vecinos de una cuadra se pondrían de acuerdo y preferirían contratar a un transportista privado y a los recicladores a cambio de una reducción de la tasa de ABL. Muchos más podrían sumarse a ese esfuerzo.

El servicio podría ser más barato, porque el transporte privado lo fuera y porque los cartoneros podrían llevarse el material clasificado gratuitamente, ya que se les está pagando con material que luego venden.

El mercado se puede ocupar de la basura, claro, si dejan que haya uno.

La «batalla por los alimentos» y a mi me gustan las papas fritas de McDonalds

El lenguaje militar es totalmente inútil para describir lo que ocurre en los mercados, no obstante muchos lo usan y a veces a los periodistas les encanta. Así, Nora Bär publica una nota en La Nación con el título “Alimentos: el campo de batalla del siglo XXI”. http://www.lanacion.com.ar/1712875-alimentos-el-campo-de-batalla-del-siglo-xxi

¿Dónde hay una batalla? ¿Quién está bombardeando a quién? En todo caso habrá competencia, pero eso está lejos de ser una guerra. Es cierto que luego la autora suaviza el título, que seguramente habrá sido puesto para atraer la atención del lector: “Esta metáfora belicista no hace más que reflejar las pasiones que enciende el tema de la alimentación. Pocas esferas de la actividad humana atraviesan todos los planos de nuestro universo cultural -desde la economía hasta la tecnología, la psicología, la medicina y la ecología- y a su vez están atravesadas por controversias tan acaloradas.”

Bien, entonces “batalla” se usa para decir “debate”. Sería más claro decir las cosas como son.

“En esta ensalada de conflictos, se enfrentan vegetarianos contra carnívoros, partidarios de la agricultura orgánica contra defensores de los organismos genéticamente modificados, industrias contra sanitaristas… y todo sazonado por el desafío de producir suficiente cantidad de comida para abastecer las demandas de una población creciente que, se calcula, podría llegar a los 9000 millones de personas en 2050. Una dieta difícil de digerir.”

McDonalds fries

Para todos los que no somos “constructivistas sociales”, es decir que no queremos imponer a nadie el tipo de sociedad en el que nos gustaría vivir, la solución es muy simple, que cada uno elija el tipo de comida que quiere comer.

Por ejemplo, dice el artículo: “La nutrición está en el centro de nuestras preocupaciones. Los vegetarianos reniegan de la carne, los «naturistas» aconsejan prescindir de los lácteos, los partidarios de la «dieta paleolítica», de las harinas y el azúcar refinado. A tono con los tiempos que corren, la industria de la alimentación cultiva una imagen cada vez más cercana a la farmacia y la alta tecnología, con productos que prometen fortalecer los huesos, reducir los niveles de colesterol o mejorar el tránsito intestinal. Sin embargo, es blanco de los nutricionistas por las estrategias que pone en práctica para seducir el paladar de sus clientes, reducir costos y prolongar la «vida de góndola» de sus productos.”

De nuevo, que los vegetarianos no coman carne, que otros no coman lácteos, o harinas, etc. Eso por el lado del consumo. Pero algo similar ocurre por el lado de la producción. “Laissez-faire» significa que cada uno es libre de producir como estima más conveniente.

Por ejemplo. Dice el artículo: “Una de las voces que más se hacen escuchar a favor de una agronomía sustentable es la de Marie-Monique Robin. En Las cosechas del futuro. Cómo la agroecología puede alimentar al mundo (De la Campana, 2013), Robin, periodista de investigación y documentalista, refuta la tesis de que sólo la agricultura industrial sumada a los pesticidas pueden cultivar grandes volúmenes de alimentos. «El modelo agroindustrial promovido incansablemente desde hace medio siglo no ha conseguido ni de lejos «alimentar al mundo»», escribe.”

Otra vez la solución es simple: Marie-Monique…, si tienes una idea de cómo debería ser la producción es fácil, adelante, ponte a producir de esa forma. Mark Zuckerberg o Steve Jobs también tuvieron alguna idea de que había que producir algo y la llevaron adelante. Si tienes éxito, si los consumidores te prefieren, te harás millonaria. El modelo que criticas ha sacado a más gente del hambre de la que existió en la Tierra en los 2000 años anteriores; pero, vamos, muestra que se puede hacer mejor.

“Además de su investigación en nueve países, Robin se basa en la tesis de Olivier de Schutter, jurista belga y relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, que en 2011 presentó un informe en el que afirma que «Resulta imprescindible un cambio de orientación. Las antiguas recetas no son válidas en la actualidad». Hasta ahora, las políticas de apoyo a la agricultura estaban destinadas a orientarla hacia la agricultura industrial. Hoy es necesario orientarlas hacia la agroecología en la mayor cantidad de lugares posibles». Esta última modalidad consiste básicamente en combinar los árboles y cultivos según un sistema «fundado en la asociación y la biodiversidad».”

Perfecto, que haya un cambio de orientación. Muéstranoslo. Pero no nos obligues. A mí me gustan las papas fritas de McDonalds.

Mises sobre las causas de las crisis económicas

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I de la Facultad de Ciencias Económicas leyeron “Las causas de las crisis económicas” de Ludwig von Mises, una conferencia que dictara en Febrero de 1931 a un grupo de industriales alemanes en lo que ahora es República Checa.

mises2

La conferencia comienza criticando el argumento marxista sobre la “anarquía” de la producción en el mercado, ya que no hay nadie en participar que esté organizando el proceso y luego analizando ciertas aspectos básicos sobre el funcionamiento de una economía de mercado. Los subtítulos nos muestran un poco los temas: “El papel y el poder de los consumidores” y “Producción destinada al consumo”, para señalar cómo son las preferencias de los consumidores las que guían las decisiones de los capitalistas. Estos compiten entre sí para satisfacer las necesidades de los consumidores y con cada centavo que estos gastan determinan quien gana y quien pierde.

Lamentablemente ese funcionamiento del mercado se ve distorsionado por todo tipo de intervenciones de distintos sectores que buscan algún tipo de protección o privilegio. Así, los siguientes subtítulos son: “Carácter pernicioso de la política de los productores”, sobre lo que volverá más adelante.

Aquí viene el corazón de su teoría del ciclo económico, que desarrollara ya en su libro “La Teoría del Dinero y del Crédito”, publicado en 1912, la cual presenta en forma muy sintética. Y si bien no está desarrollada como lo está en el libro, permite comprender lo esencial de su argumento. En términos económicos modernos, Mises señala que las crisis económicas no son “endógenas”, esto es, inherentes al funcionamiento de los mercados, producto de una falla en estos; sino que con “exógenas”, producto de las políticas monetarias expansivas que artificialmente incrementan el crédito generando un “boom”, que ahora hemos dado en llamar “burbujas”.

La baja artificial de la tasa de interés incentiva proyectos de inversión que no se habían desarrollado a la tasa antes existente (asumamos por un momento que esa tasa era la tasa “natural”, fruto de la oferta y la demanda de ahorro en el mercado). Esa tasa menor genera esos nuevos proyectos que demandarán recursos que no están disponibles, por lo que estos emprendedores los buscarán donde estén ahora empleados, elevando su precio.

En sus palabras:

“La expansión del crédito no puede incrementar la oferta de bienes reales. Simplemente produce un reordenamiento. Desvía las inversiones de capital del curso prescripto por el estado de la riqueza económica y de las condiciones del mercado. Obliga a la producción a tomar caminos que no habría seguido a menos que la economía experimentara un incremento de los bienes materiales. Como resultado, la reactivación carece de una base sólida, No es una verdadera prosperidad. Es una prosperidad ilusoria. No se ha desarrollado debido a un incremento de la riqueza económica, sino porque la expansión crediticia creó la ilusión de que se ha producido tal incremento. Tarde o temprano se pondrá de manifiesto que esta reactivación económica se ha edificado sobre arena.

Tarde o temprano, la expansión del crédito mediante la creación de medios fiduciarios adicionales deberá llegar a su fin. Incluso si los bancos quisieran continuar indefinidamente con esta política no podrían hacerlo, ni siquiera si se vieran obligados a aplicarla por la influencia de fuertes presiones exteriores. El continuo incremento de la cantidad de medios fiduciarios conduce a incesantes aumentos de los precios. La inflación sólo puede continuar mientras persista la opinión generalizada de que ese proceso inflacionario se detendrá en un futuro previsible. Sin embargo, una vez que se afianza el convencimiento de que no se puede detener la inflación, se desencadena el pánico. Para evaluar el valor del dinero y de los artículos primarios el público toma en cuenta de antemano los futuros aumentos de precios, es decir, las expectativas inflacionarias. En consecuencia, los precios siguen su desenfrenada carrera rompiendo todos los límites. El público le da la espalda al dinero que está comprometido por el incremento de los medios fiduciarios y «huye» hacia las divisas, las barras de metal, los «valores reales» o el trueque. En suma, la moneda se viene abajo.”

Luego señala como otras interferencias, tales como el intento de los sindicatos de fijar salarios que no son los de mercado, o productores de materias primas con los precios de sus productos, La voracidad fiscal y el aumento de los impuestos a la producción, empeoran y multiplican la crisis.

Concluye:

“Las periódicas crisis de cambios cíclicos en las actividades comerciales son el resultado de los intentos, emprendidos reiteradamente, de rebajar las tasas de interés que se desarrollan en un mercado no controlado. Estos intentos se llevan a cabo mediante la intervención de la política bancaria -es decir, recurriendo a la expansión del crédito a través de la creación adicional de billetes de banco y depósitos de cheques que no tienen un cien por ciento de respaldo oro–, con el objeto de producir un «boom». La crisis que ahora estamos sufriendo es también de este tipo. Sin embargo, va más allá del típico ciclo de depresión económica, no sólo por su magnitud sino también por su carácter, porque las interferencias en los procesos del mercado que provocaron la crisis no se limitaron únicamente a influir sobre la tasa de interés. Las intervenciones también afectaron directamente a las tasas salariales y a los precios de los productos primarios.”

 

¿Exuberancia irracional en los precios de viviendas y terrenos en Vaca Muerta?

Carlos Pagni escribe en La Nación un muy breve artículo sobre el pueblo llamado Añelo, ubicado  en la zona de desarrollo de los nuevos yacimientos de shale oil y shale gas en Neuquén:  http://www.lanacion.com.ar/1687200-anelo-la-fiebre-del-shale-ya-tiene-su-meca

Vaca Muerta

Lo reproduzco todo porque es corto:

“En 1948, en Coloma, California, un agricultor descubrió pepitas de oro. La noticia atrajo una oleada de cazafortunas que pasó a la historia como «la fiebre del oro».

Neuquén tiene hoy su Coloma. Se llama Añelo, y está sobre Vaca Muerta . Desde que se decidió explotar ese yacimiento, Añelo es un caso de «exuberancia irracional». Alquilar un monoambiente puede costar $ 18.000 por mes. Y el local de un maxiquiosco, $ 25.000. Un lote de 500 m2 cuesta US$ 100.000. Una hectárea cerca de la ruta, US$ 300.000.Casi todos los terrenos son fiscales. En 2010, Añelo tenía 2500 vecinos. Ahora tiene más de 4000.

Aún nadie sabe qué tipo de negocio es Vaca Muerta. Pero la fiebre del shale gas y el shale oil está desatada. A pesar de que Añelo carece de infraestructura, se multiplican las inversiones hoteleras. Como la provincia y el municipio no se pusieron de acuerdo, ya hay dos parques industriales.

Añelo es la metáfora del desafío nacional. Puede simbolizar una vía rápida hacia la modernidad. O ser la semilla de un nuevo conurbano.”

No creo que debiéramos llamar a lo que ocurre “exuberancia irracional”. No quiere decir que ésta no exista. Se utiliza eso para señalar las «burbujas» que se generan en distintos activos originadas en políticas monetarias expansivas. Es decir, la autoridad monetaria emite, aumenta la oferta de dinero por sobre su demanda, y ese dinero adicional se dirige a comprar algunos activos, donde aparece una «burbuja», que luego se pincha. Como en la Argentina hay también exceso de emisión monetaria se pueden generar «burbujas» (aunque las nuestras son casi siempre en el dólar paralelo). ¿Es Añelo un caso «de esos?

No creo, es una clara respuesta a lo que ocurre en la zona. Es un desierto, no hay nada. La señal del mercado es muy clara, hacen falta más viviendas, maxiquioscos. Esos precios son una señal muy fuerte que busca atraer inversores para que vayan y los construyan.

Anticipo que algunos van a pensar que eso muestra gente que se está aprovechando. Sí, claro, como cualquiera, pero sobre todo están señalando la escasez y generan el incentivo para reducirla. El problema básico es que hay pocos oferentes y muchos demandantes. Si la tierra está tan cara, bien podría el estado vender sus terrenos fiscales y aumentar la oferta, los precios caerían.

Lo peor que podría hacerse en ese caso es intervenir en los precios, por ejemplo, fijando precios máximos para las viviendas o los alquileres, pues de esa forma estaríamos destruyendo la señal que llama a los gritos a los inversores a poner su dinero allí en viviendas y comercios.

Concentración del mercado y competencia

Un alumno comenta sobre el grado de concentración de las empresas y el poder de las multinacionales. Esto trae a referencia el tema de la competencia en los mercados. Se mencionan dos mercados en los cuales no hay más de 10 empresas (exportadoras de cereales y cementeras) en la Argentina, y luego sobre las multinacionales cerealeras:

“En el año 2010, había 80.000 empresas transnacionales en todo el mundo, que controlaban 810.000 compañías filiales. Eso sí, a pesar de que existen miles de transnacionales en el mercado global, apenas unos cientos de ellas controlan a las demás: 737 multinacionales monopolizan el valor accionarial del 80% de total de las grandes compañías del mundo, y solo 147 controlan el 40% de todas ellas.”

Lamentablemente no se menciona la fuente para poder verificar los datos, pero asumamos que fueran ciertos. ¿Qué nos dicen? El uso de la palabra “monopolizan” es erróneo ya que “monopolio” quiere decir uno solo, y tanto 737 como 147 están lejos de eso. No hay datos para poder afirmar que alguna de esas sea monopólica en algún mercado en particular. Además, el valor accionarial se refiere a empresas que cotizan en bolsa, hay muchas empresas que no lo hacen. En fin, al no haber fuente no podemos verificar eso.

Pero aún si hubiera una alta “concentración”, ¿qué es lo que nos dice respecto a un cierto mercado? Por ejemplo, en el caso de las cementeras argentinas, fueron acusadas de actuar como un “cartel”, es decir, llegar a acuerdos para actuar al unísono, como si fueran en verdad un monopolio.

Los carteles nunca se sostienen por mucho tiempo. Existen fuertes incentivos por parte de los integrantes para traicionar al cartel: mientras los demás cumplen, por ejemplo, una cuota de producción acordada para restringir la producción, cada uno tiene el incentivo a no cumplirla y aprovechar ese mayor precio con un mayor volumen de producción. Con el tiempo, se caen.

Tomemos un caso por todos conocido con un número menor a diez, el de los buscadores en Internet. Son pocos, pueden cartelizarse, ¿acaso nos están perjudicando?

Concentración mercado

En verdad, los usamos gratuitamente, nos dan un servicio que consultamos todos los días. ¿Cómo podríamos decir que hay abuso?

Lo cierto es que no importa que en un mercado haya uno, cinco o treinta, lo importante es si tienen la capacidad de imponer “precios de monopolio”. Puede haber pocos pero competir duramente entre sí. Puede haber pocos pero en realidad porque los consumidores decidieron que así fuera, porque son buenos y ellos los eligen. Incluso puede haber uno solo pero no poder cobrar “precios de monopolio” por la amenaza de que ingresen competidores si así lo hace. Entonces, estaríamos en presencia de un solo proveedor, pero actuando “competitivamente”.

El problema, entonces, parece estar en otro lado, no en la cantidad de participantes. Sugiero que hay que mirar la capacidad de ingresar al mercado, y si existen barreras de algún tipo. Y esas barreras son algunas veces por cuestiones técnicas o de escala, y otras regulatorias. Esto puede llevarnos a poner la mira en otro lado: muchas de las barreras de ingreso son resultado de regulaciones (buscadas por los que ya están en el mercado en mucho casos), para que otros no puedan ingresar.

El café: consumidores y emprendedores

En la sección Sábado de La Nación, un artículo sirve como ejemplo para considerar el papel de los emprendedores en la economía. Título: “Ensei Neto: ‘Starbucks y Nespresso abrieron el camino; ahora el consumidor quiere más’. “Músico e ingeniero químico, este brasileño es considerado uno de los grandes expertos cafeteros en el mundo; trabaja tanto con grandes marcas de la industria como con productores artesanales”.

Café

¿Cuál es el rol de los consumidores y el de los emprendedores en el mercado? ¿Quién impulsa a quién? ¿Son los consumidores quienes, en definitiva, determinan quien gana y quien pierde, quien prevalece en el mercado, cómo se asigna el capital? ¿O son los empresarios los que generan las necesidades de los consumidores e imponen sus productos?

La respuesta es que la primera interpretación es correcta, son los consumidores los que determinan la evolución del mercado y, en última instancia, el éxito o fracaso de los emprendedores. Estos son los que tienen mayor o menor capacidad para detectar que las preferencias de los consumidores están cambiando y la visión para ofrecerles un producto o servicio que las satisface.

Pero, tomemos el caso del Ipad. ¿Acaso fueron los consumidores quienes enviaron la señal que necesitaban una Tablet, o más bien fue la idea de Steven Jobs la que impuso en ellos la nueva necesidad de este producto? Son los emprendedores los que crean esas necesidades.

Aclaremos este punto. Los consumidores, por supuesto, no tienen idea del Ipad hasta que lo conocen, su creación y promoción es la gran genialidad de Jobs, pero él supo detectar una demanda insatisfecha. No era de Ipads específicamente, pero sí de algo que fuera liviano, cómodo, fácil, touch, y en el que pudiéramos ver videos, sacar fotos, mandar mails. En definitiva podríamos sintetizar la demanda latente así: quiero algo más cómodo (y divertido) que la laptop. Podría haber sido el Ipad u otra cosa, pero Jobs detectó esa necesidad, como antes lo había hecho con la de “mucha música portátil y de alta calidad”, presentando el Ipod.

Entonces, hay una necesidad latente, nueva, modificada, no claramente definida, y no está dicho qué producto o servicio la va a pegar. Muchos competirán entre sí y se verá quien acierta.

¿Qué tiene esto que ver con el artículo sobre el café? Es que muestra lo mismo. Es común en los mercados, que cuando aumenta el interés por un producto entonces ya no se trata de satisfacer una necesidad básica sino de competir con una creciente sofisticación de los consumidores. Ha pasado con el vino: antes en las casas se tomaba simplemente el “vino de mesa”, ahora hay un mundo de varietales y de marcas. Algo similar sucede con el café.

¿Qué significa hoy Brasil en el café?

Neto: Es un gran protagonista. Por un lado, es el productor más grande de café del mundo. En Brasil se elabora el 40 por ciento de la producción de granos de especie arábica (los cafés más delicados y de alta calidad) y el 30% de robusta (muy utilizados en la elaboración de cafés solubles, pero que hoy forman parte de blends de calidad). Pero lo más novedoso es que, a su vez, Brasil lidera hoy el consumo de café, con casi 18 millones de bolsas de 60 kilos, lo mismo que Estados Unidos. Y con una gran tendencia a mejorar la calidad, con el surgimiento de nuevos consumidores, en especial los jóvenes.

¿A qué se deben estos cambios?

Neto: Lo primero que surgió es un nuevo profesional, el barista, que hace la relación entre la bebida y el consumidor. Es una suerte de maitre o sommelier. El barista debe tener conocimiento suficiente de los granos que existen en su tienda para lograr el mejor servicio. En Brasil comenzaron las competencias nacionales de baristas, y con esto los consumidores percibieron que era posible beber un buen café. Pero la base sobre la que se sostiene todo es económica: antes, los países productores eran pobres, exportaban sus cafés de calidad. En los 90, el mundo estaba muy polarizado. De un lado, los países ricos, principalmente Estados Unidos, Europa, Japón. Del otro, los pobres. Hoy somos los países emergentes quienes estamos sorprendiendo al mercado, Brasil, China, la India, Rusia, Corea. Y permite nuevos consumos y nuevas exigencias.

¿Cómo ves a la Argentina en este proceso?

Neto: Está pasando exactamente lo mismo. Recorrí varias cafeterías, y encontrás gente joven con mucha pasión y con mucho conocimiento. Lugares como éste, donde estamos ahora, Barrio Cafetero [en Florida 833], no tienen nada que envidiar a los otros lados del mundo. Hoy las personas quieren experimentar más calidad y otros sabores. Al entender que una taza puede tener notas florales, de frutas, apareció un nuevo consumidor, los jóvenes. Tradicionalmente, el café era consumido por una población adulta. Y a los más viejos es muy difícil sacarlos de su zona de confort, no quieren cambiar. La entrada de jóvenes significa que el mercado es bueno y fuerte, le da largo plazo. Esto anima a que se produzcan mejores semillas, a que haya más profesionales educando  a sus consumidores, y así se forma un círculo virtuoso, con la calidad como atributo principal.

¿Quién lideró estos cambios?

Neto: Sin dudas, los Estados Unidos. Todo el movimiento, incluso el nombre de cafés especiales, se acuño allí….El mercado es inmenso, y es necesario que los grandes ayuden y empujen el proceso. Hay dos nombres que sobresalen. Starbucks fue clave para que el café se expandiera entre los jóvenes. Allí sirven bebidas con leche, con dulces, con modificadores, pero a su vez es el principio para que nuevas generaciones lleguen al café. El otro nombre es Nespresso, que permitió algo que hace una década era impensable: que cualquiera en su casa pueda probar un café de Kenia, de Costa Rica, de la India, de Brasil. Llevó el mundo a los hogares. Ambos son casos que educan, que muestran posibilidades. Abrieron un camino y ahora el consumidor quiere más. La experiencia es la base de todo. Hay que comparar, conocer, probar.

Toda revolución tiene un final. ¿En qué etapa de la revolución del café estamos?

Neto: El mercado está en un momento fantástico de cambio, y recién empieza. Es fantástico cuando uno ve que grandes empresas están asustadas, esto significa que hay un cambio y que ellos no saben muy bien hacia dónde se dirige. No hay recetas fijas sobre cómo proceder, en calidad, servicios, baristas. Es todo nuevo. Los pequeños elaboradores y cafeterías hacen un trabajo de hormiga que mueve a su vez a los grandes.

El precio del agua y la conciencia sobre el agua

Comentaba ayer que el problema de recursos que se agotan es por la falta de precios, y que la existencia de estos depende de la configuración de derechos de propiedad. Cuando un recurso no tiene propietario, todos tienen incentivo para consumirlo pero nadie para cuidarlo, o mejorarlo. Así es como el recurso se agota, se depreda. Cuando la propiedad es estatal existe un propietario, que se ha demostrado no ser bueno, ya que sucumbe a las tentaciones o presiones políticas.

Tomemos el caso del agua, planteado en un artículo de la revista La Nación:  http://www.lanacion.com.ar/1677270-bendita-agua

El estado es el propietario del agua, o la provee directamente, o subcontrata a alguna empresa para que lo haga. En todos los casos establece la tarifa, que no es un precio, sino una suma establecida administrativamente. Esa tarifa puede tener diferentes objetivos. Así lo comenta el artículo:

“En Madrid sólo se baña el arquero. Si un equipo quiere pagar lo mismo de agua que en Buenos Aires sólo él podrá ducharse: el agua cuesta once veces más. Un departamento de dos ambientes de Las Cañitas paga 34 pesos bimestrales contra los 35 euros (374 pesos) de uno en la capital española. En Bogotá, Colombia, depende mucho de la categoría en la que juegues: hay subsidio estratificado, por lo que un vecino del estrato 3 paga alrededor de 160 pesos y al del 5 la boleta le llega por 1150 pesos. Si nuestro equipo viene de Brasil, podemos recibir sólo a ocho jugadores: con nuestro bolsillo no podríamos pagar la ducha de los otros tres, porque la boleta es de 44 reales mensuales (144 pesos).”

Drop in water

Las tarifas son claramente diferentes, pero eso no debería extrañarnos, ya que la disponibilidad de agua no es la misma en todos lados, y sería lógico esperar precios más altos en lugares con mayor escasez. Donde es más escasa hace falta reducir su consumo y el precio genera ese incentivo. Seguramente la gente no despilfarra mucha agua en Madrid, si no es por su consciencia, por su precio. Pero aquí el objetivo es otro:

“Para Carlos Ben, presidente de AySA, hay una decisión política que determina la boleta: «Nosotros la consideramos un derecho humano; otros, un bien de mercado. Entonces, no es el mismo enfoque económico. En todos los casos siempre se podrá establecer un costo o un precio. En el nuestro lo que establecemos es un costo de operación; en otros, como en Europa, un precio. El agua no puede ser comercial porque está vinculada con la vida, con la inclusión social, con la salud; sería muy difícil para un gobierno decir el que puede pagarla vive y el que no puede pagarla no vive».”

Por supuesto que el agua está vinculada con la vida, no podríamos vivir sin ella, pero a los precios locales no existe ningún incentivo para cuidar su consumo que no sea la consciencia. La pregunta es: ¿y si eso no es suficiente?. Veamos estos casos: “En Francia «se mide hasta el baño que usted toma, de ahí trasladan hasta el último costo a la persona que utiliza agua. Chile subsidia al usuario según la condición económica y social. El gobierno le da dinero a la persona para que pague su factura», dice Ben.”

Tanto en Francia como en Chile el precio refleja más la natural escasez y no promueve su descuido. En el caso chileno se subsidia el consumo de las personas de bajos recursos, pero no se incentiva el cuidado de su consumo. Si a uno le pagan la cuenta del agua es lo mismo que si fuera gratis; no resuelve el problema del exceso de consumo.

La discusión, no obstante, se vuelve emocional, más que el bien en sí.

“En el último Foro Global de Creación de Valor Compartido que organizó Nestlé, en Cartagena de Indias, hubo un panel de expertos en agua. Allí Asit Biswas, presidente de Third World Centre for Water Management, dijo que se puede vender cualquier cosa, pero agua, jamás, porque es un bien emocional. Energía, comida, metales, cereales, no hay problema. Agua, no. «Trabajé en Canadá, cada político que dijo que vendería agua a Estados Unidos a la siguiente elección estaban fuera de carrera. Cualquier político que diga que venderá agua a otro país comete suicidio político.»

Más que emocional, el agua parece satisfacer una necesidad concreta y específica. ¿Cuál es la diferencia entre el agua y la comida, por ejemplo? Pues que primero nos moriríamos de sed que de hambre. Para que un bien tenga precio no hace falta que sea o no emocional, simplemente que sea escaso. ¿Es escasa el agua? Parece que no mucho, pero que podemos estropear su calidad:

“El sueño de la pyme húmeda tercermundista es papel mojado: nadie va a comprarnos agua. Tampoco van a invadirnos. Porque a la guerra se va porque quiero sacarte algo que sólo vos tenés o algo que se me acabó. Y pasa que el agua no se acaba. Comellas explica que la cantidad que hay en el planeta, en todos los estados posibles (líquido, sólido y gaseoso), «es casi exactamente la misma que ha existido desde millones de años. De producirse un significativo incremento en la radiación solar (lo que sería un cataclismo que nada tiene que ver con el cambio climático), probablemente siga siendo también la misma en el futuro».

Lo que sí pasa(rá) es que, porque somos cada vez más -en 1950 la población urbana de América latina era de 64 millones, en 2010 era de 458 y para el CAF en 2030 seremos 566 millones- y contaminamos igual y más, puede que se agote por un tiempo, cambie su estado, distribución y calidad. Por un tiempo en estas cosas quiere decir entre 100 y 300 años; eso dice Ben que tarda en recuperarse una napa subterránea contaminada.

Entonces, las medidas como la reutilización de la toalla en el hotel y no dejar correr el agua mientras te afeitás cobran sentido. Ecológico (realmente importan y sirven las conductas austeras), psicosolidario (estoy haciendo algo por el mundo) y económico: en el Faena Hotel, por ejemplo, el 30% de los huéspedes usa la toalla para más de una ducha. Por esa política de uso racional del agua el hotel ahorra 80 mil pesos al año.”

Termina el artículo con un subtítulo: “Educar es clave”. El punto que hemos querido expresar aquí es que un precio “educa”. El hotel Faena puede apelar a la consciencia de sus pasajeros, también podría cobrarle por toalla usada. En algunos, tal vez clientes de hoteles muy caros, apelará más la consciencia ya que el costo de una toalla adicional no es mucho; a otros, en otros hoteles o en sus casas, el costo de una toalla adicional los motivará a usar la misma.

A todos nos motivan tanto incentivos monetarios como no monetarios, hacemos cosas por el dinero pero también por otro tipo de motivaciones. No parece acertado apelar solamente a unos y no a otros.

¿Se agotan los recursos naturales?

En los años 1960 surgió la preocupación de que los recursos naturales, siendo la Tierra limitada, inevitablemente se agotarían, ya no se podría sostener a tanta gente en el planeta. Se pronosticaban grandes catástrofes y terribles hambrunas. Nada de eso ha ocurrido. Han pasado más de 50 años y hay ahora más recursos que antes.

En su momento, el economista Julian Simon refutó todas estas preocupaciones. EN la continuación de su famoso libro “El recurso último”, revisado en 1996 y disponible acá (aunque en inglés): http://www.juliansimon.com/writings/Ultimate_Resource/ , señala básicamente que todos esos temores son infundados porque no toman en cuenta la productividad del ser humano.

Julian Simon

Ahora, un informe de la consultora McKinsey, comenta sobre un libro recientemente publicado por Stefan Heck (profesor consulto del Instituto Precourt de Energía de la Universidad de Stanford) y Matt Rogers (director de McKinsey San Francisco), “Resource Revolution: How to Capture the Biggest Business Opportunity in a Century” (New Harvest, April 2014), donde básicamente se señala lo mismo.

http://www.mckinsey.com/Insights/Energy_Resources_Materials/How_resource_scarcity_is_driving_the_third_Industrial_Revolution?cid=resourcerev-eml-alt-mip-mck-oth-1404

Aquí van traducidos algunos extractos de una entrevista a los autores:

“Stefan Heck: Soy un optimista porque estamos enfrentando una serie de limitaciones –en alimentos, en tierra, en energía, en agua, en todo el plantea, con 6 mil millones de personas yendo a 9 mil millones, todos consumiendo recursos- y esto realmente representa un desafío. Es un desafío a la humanidad, un desafío a la creatividad, a la innovación.

Matt Rogers: Lo que empezamos a observar es que, más que una gran amenaza a la economía global, estamos viendo un gran cambio, el más fundamental de los últimos 100 años.

Matt Rogers: Desde 2005 comenzamos a ver un rápido aumento de los precios de la energía, el oro, cobre, aluminio, acero, todos impulsados por el hecho que unos 2.500 millones de personas estaban entrando en la clase media y que no había recursos suficientes. Y esto empezó a preocupar a todos, particularmente sobre el crecimiento económico. ¿Cómo se va a sostener el crecimiento económico con estos precios que lo frenan?

Y comenzó a cambiar alrededor de 2010, 2011, cuando de pronto comenzamos a ver que “hey, este alto precio de los recursos puede ser el comienzo de una enorme oportunidad más que la mayor amenaza para la economía global. Tal vez sea la mejor oportunidad en 100 años. Lo que comenzamos a ver es un conjunto de tendencias moviéndose muy, muy rápido, impulsadas, en muchos casos, por la combinación de tecnologías industriales e informáticas.

La primera fue el desarrollo de gas no convencional, ahora petróleo no convencional, en los Estados Unidos (shale gas, shale oil). Nadie previó esto. En 2007 estábamos seguros que Estados Unidos iba a ser un enorme importador de gas natural, teníamos pocos años de reservas, y lo traeríamos de todo el mundo. Y para 2011 comprendimos que Estados Unidos sería el mayor productor de gas natural del mundo y tenía tanto que comenzaríamos a exportar. En 5 años, lo que usualmente tarda 50 años en desarrollarse, en 5 años nos tomó por sorpresa este cambio masivo.

Al mismo tiempo, vimos que los precios de la energía solar cayeron de un pico de $8/watt a $2,50/watt. Este cambio en solo tres o cuatro años, también tomó a todos por sorpresa. Entonces, dos mercados –gas natural y energía solar- ambos creciendo al 20% o más por año. En el mundo de la energía estábamos acostumbrados a un crecimiento del 3% anual como rápido

Stefan Heck: Es importante señalar que las tecnologías que mencionamos son de infraestructura básica, y por ello, derraman un efecto beneficioso para la productividad de toda la economía,

Matt Rogers: La combinación de tecnología informática con industrial, la aplicación de biotecnologías a los problemas de recursos, el uso de nuevos materiales y la nanociencia en procedimientos industriales nos permiten de pronto capturar el tipo de crecimiento de productividad que necesitamos, y más, por lo que la economía podrá crecer sin incrementar la demanda de recursos en forma significativa, o volviendo mucho más barata la producción de recursos de lo que todos esperan.

Stefan Heck: La curva de aprendizaje para baterías se ha duplicado de una mejora del 4% con cada duplicación de la capacidad, a 8%. Esto es muy importante. Cuando vemos a los autos, la distancia que podemos obtener de una batería ha ido de 50 millas en los últimos autos, a 250 millas. La velocidad ya es más alta a la que puede alcanzarse legalmente, por lo que no hay restricciones. Antes era un carrito de golf, ahora estamos hablando de autos de carrera.

La última dimensión que queda es el costo. Por ahora, son caras. Una batería duplica el precio de un auto, pero si proyectamos esa curva del 8%, como una inversión a interés compuesto, y hay muchas razones tecnológicas para creer esto, es posible pensar que la electrificación será una opción relativamente barata, algo así como tener GPS o estéreo en el auto. Y en este punto, dados los beneficios, incluso ambientales, el hecho de que el auto será totalmente silencioso, que acelerará más rápido, que no consumirá combustible cuando frenas en un semáforo, ¿porqué no usar uno eléctrico?

Y en cuanto a los sensores que permiten un “piloto automático”, la curva de aprendizaje es de 40%, lo que significa que el costo se reduce a la mitad cada año. Pronto será un adicional muy barato.”

Oferta y demanda en Manhattan

Con los alumnos de Economía Política de la Facultad de Derecho, UBA, repasamos en la primera clase el funcionamiento de los mercados.

New York

En el suplemento inmobiliario de La Nación hay un artículo que nos puede ayudar a explicarlo más. Es sobre el mercado inmobiliario en Nueva York y su título es “Altísima demanda”: http://www.lanacion.com.ar/1676189-altisima-demanda

Comenta una entrevista con un agente inmobiliario de esa ciudad, quien explica que los precios están subiendo porque hay mucha demanda. Éste dice:

«Hay que entender que la demanda es superior a la oferta porque además nos referimos a la isla de Manhattan, rodeada de agua, superlimitada. En verdad es un problema contar con esa búsqueda tan intensa frente a lo que se puede ofrecer tanto a los extranjeros como al mercado local».

Esa limitación que menciona sugiere lo que llamamos una oferta “inelástica”, es decir, que no reacciona produciendo proporcionalmente más cantidad con un aumento del precio y sugiere que esto se debe a que Manhattan es una isla y, como tal, la tierra para construir tiene un límite físico infranqueable.

Está claro que la construcción es una actividad que muestra esa inelasticidad en el corto plazo: si aumenta la demanda y sube el precio, pareciera que la oferta no responde en forma inmediata. Se toman tal vez dos años en construir un nuevo edificio. Pero esto no es diferente de muchas otras industrias, también se tarda años en tener un buen vino, y tres años en generar un novillo, o cinco años generar un abogado!!

Por otra parte, no todo el stock de viviendas está en el mercado en un momento dado, sólo unas pocas. Entonces, lo que es fijo en el corto plazo es el stock de viviendas, pero no la oferta. Cuando el precio sube bien puede haber gente que ahora se decide a vender y antes no pensaba hacerlo, otros que piensan que mejor venden allí y aprovechan el precio alto para comprar algo más grande en otra zona, gente que decide dejar de alquilar y poner a la venta, etc.

Asimismo, si bien la isla tiene una superficie limitada, no lo tiene tanto su “espacio”, por esa razón cuando hay una escasez de terrenos se construye hacia arriba, y Nueva York es un buen ejemplo de eso. O sea que estos altos precios serían un fuerte incentivo para construir nuevos edificios altos, pero el artículo señala que hay muchas normas que lo impiden, ya que prohíben la demolición de un edificio existente, o determinan que mantengan la fachada.

Vale la pena considerar un poco este último punto: esas normas restringen la oferta y, por lo tanto, contribuyen al aumento de los precios. Está claro que a todos nos gusta luego recorrer una ciudad y ver los edificios de otras épocas, pero no sé si somos conscientes de que hay un precio que se paga. Tal vez uno quiera pagarlo igual. Al mismo tiempo, es esto un ejemplo de cómo una regulación puede resultar expropiatoria: supongamos que he heredado un viejo edificio de mis padres; si se hace allí un edificio de 30 pisos el terreno del edificio vale, digamos, 3 millones de dólares. Ahora se aprueba una norma según la cual el edificio existente, una casa digamos, no se puede demoler porque es antigua.

Entiéndase bien, a mí también me gusta pasear por allí y ver esa casa, pero está claro que el dueño antes podía esperar 3 millones de dólares y ahora, tal vez, 300.000. La pregunta, que bien plantea el profesor Richard Epstein en su libro “Reglas simples para un mundo complejo”( http://www.amazon.es/Simple-Rules-Complex-Richard-Epstein/dp/0674808215 ), es, y esto es un buen punto para que discutan los futuros abogados, si no se trata de una “expropiación por utilidad pública” que debería ser indemnizada.

Es decir, todos los «usuarios» de esa vista, pagamos porque queremos que se mantenga, pero no le hacemos pagar por ello al propietario.

El artículo explica que la alta demanda proviene en muchos casos de ricos de todo el mundo que quieren vivir allí, y menciona otras causas:

“El impulso ascendente es también una respuesta a un sólido crecimiento del empleo en la ciudad de Nueva York en 2013, además también el efecto riqueza en relación con el mercado de valores y especialmente la percepción global que atrae inversores del mundo entero, como un destino seguro para sus inversiones. Comenta Schuff que «Manhattan es y seguirá siendo la capital de mundo, concentrando en sus escasos 59,5 km2 todos los atractivos de una ciudad sin igual. Los excedentes de liquidez de otras regiones siempre serán seducidos por una ciudad irrepetible, y que por lo mismo genera un mercado inmobiliario cuasi blindado».

Hay un par de cosas aquí que vale la pena destacar. La primera es “destino seguro” para sus inversiones, lo cual muestra la importancia del respeto a ciertas normas (derechos de propiedad, contratos), para que se produzca la inversión. La otra es en verdad, negativa: esa demanda puede ser también el resultado de una “burbuja”, que se menciona aquí como “excedentes de liquidez en otras regiones”, y uno debería agregar también en los Estados Unidos cuando menciona “efecto riqueza en relación con el mercado de valores”, ya que las bolsas sufren también los efectos de políticas monetarias expansivas que crean burbujas. Refiero para esto a un post anterior: https://bazar.ufm.edu/la-proxima-burbuja/