El «mercado» de las religiones es muy competitivo. Y parece que eso las favorece

En estos días se publicaron algunos artículos que muestran datos acerca de las preferencias religiosas de los argentinos. Así, por ejemplo, en este artículo de Denise Rabin, informa que:

“El 87% de los argentinos cree en Dios, 4% menos que en 2011. Y el 87% de aquéllos se identifica como católico, 13% más que hace dos años. Sin embargo, entre los católicos, sólo el 18% asiste a algún oficio religioso por semana. Mientras los matrimonios por Iglesia cayeron casi 70% desde 1990, los bautismos se mantienen estables, con una leve disminución de 1,2%. En 2012, el 74% de los bebes fue bautizado.” http://www.lanacion.com.ar/1745370-fe-y-familia-son-menos-los-que-creen-en-dios-pero-mas-los-que-se-dicen-catolicos

Al día siguiente, en la sección ADN Cultura, Nora Bär publica un excelente artículo titulado: “Las neurociencias de la fe: en busca de respuestas”. Si bien el principal contenido del artículo se relaciona con las investigaciones científicas que buscan explicar la existencia de creencias religiosas a partir del análisis del funcionamiento del cerebro, también trae datos acerca de la configuración religiosa del país y del mundo: http://www.lanacion.com.ar/1745534-las-neurociencias-de-la-fe-en-busca-de-respuestas

“Hay alrededor de 10.000 diferentes religiones, cada una de las cuales está convencida de que la suya es la única Verdad y que sólo ellos la poseen. [.] Alrededor del 64% de la población mundial pertenece al catolicismo, protestantismo, islamismo o hinduismo. Durante muchos años, el comunismo era la única creencia permitida en China [.]. Pero en 2007, un tercio de los chinos de más de 16 años dijeron que eran religiosos. Dado que esa cifra viene de un diario controlado por el Estado, el China Daily, el número verdadero de creyentes es probablemente más alto. Alrededor del 95% de los norteamericanos creen en Dios, el 90% reza, el 82% cree en los milagros, más del 70%, en la vida después de la muerte.”

Religiones

“En la Argentina, el doctor Fortunato Mallimacci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, investigador del Conicet y docente del seminario Sociedad y Religión, hizo un atlas de religiones en el país, el primero desde 1960, cuando el Censo Nacional de Población preguntó sobre esta temática. Hace medio siglo, más del 90% se identificaban con el catolicismo. Hoy, este culto sigue siendo mayoría: es la religión que profesa el 76% de la población; un 11% dice ser agnóstico o ateo, y el 11,3%, evangélico. En el estudio de Mallimacci, el 61% dijo que se relacionaba con Dios por su propia cuenta, sin mediación institucional. A este grupo, el científico lo cataloga como «cuentapropistas religiosos».”

“Según un estudio de Marita Carballo de 2005, hoy son casi 3000 los grupos religiosos inscriptos en la Secretaría de Culto de la Nación. Y a pesar de que hay quienes suponen que el avance de la ciencia y la tecnología destierran la religiosidad, las estadísticas sobre este punto son controvertidas. El estudio de Carballo sugiere que, por el contrario, ésta iría en aumento: en 1984 el 62 % de los argentinos se consideraban personas religiosas; en 1991, el 70%; seis años después, el 79% y, en 1999, el 81%. La misma tendencia mostraban quienes opinaban que la religión era muy importante en su vida: pasaron del 40 al 55% entre 1991 y 1999.”

En términos económicos, este parece ser un “mercado” bastante competitivo. Esta es precisamente la visión que presenta Gary Becker (1930-2014), quien recibiera el Premio Nobel de Economía en 1992. Becker visitó Argentina en 1999 y dictó una conferencia titulada: “La Naturaleza de la Competencia”; Gary Becker (Libertas, 2000), : http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/11_9_Becker.pdf

Allí dedica una sección específica a la religión comentando cómo algunas religiones han recibido privilegios por parte del poder político en distintos momentos de la historia, que Adam Smith era crítico de los privilegios de la iglesia de Inglaterra, y analizando algunas investigaciones que concluyen que cuando mayor es la diversión religiosa, mayor es la devoción. ¿será que esto explica el aumento de la religiosidad que verifica Carballo en su investigación? ¿Que, por ejemplo, la “competencia” de los evangélicos explicaría ese mayor crecimiento?

 

Aerolíneas Argentinas funciona mal, pierde millones, y nos resistimos a abrir la competencia

Se publicaron en estos días varias noticias vinculadas con el transporte aéreo. Por un lado, Aerolíneas Argentinas no para de perder dinero: http://www.lanacion.com.ar/1745448-le-dan-a-aerolineas-argentinas-955-millones-de-pesos-mas

Mientras tanto, Diego Fargosi comenta también en La Nación porqué no hay en Argentina aerolíneas ‘low cost’: http://www.lanacion.com.ar/1746163-asi-como-estan-las-cosas-no-habra-vuelos-low-cost-en-el-pais

Básicamente, porque el mercado está muy regulado. Concluye: “Las empresas low cost, ampliaron el mercado, generaron más demanda y sumaron nuevos pasajeros que antes no viajaban por avión. Sólo por poner un ejemplo, en España, transportan alrededor de 50% de los pasajeros. Ahora bien, las empresas tradicionales, que transportan muchos mas pasajeros, tienen en ese 50 por ciento del mercado muchos más pasajeros que cuando tenían el 100 por ciento de uno mas chico. Mientras tanto, en la Argentina seguimos con un mercado de servicios aeronáuticos chico y altamente concentrado, con una oferta de apenas 12 millones de asientos en cabotaje, contra los 140 millones de asientos ofertados en Brasil, que cuenta con una población de 200 millones de habitantes”.

En 1993 escribíamos con Alberto Benegas Lynch (h) sobre la que entonces era la primera experiencia de desregulación del Mercado, luego seguida por la apertura del mercado europeo (Hacia una política de cielos abiertos, Libertas 18):

“Dice McKenzie (op. cit, p. 8) que según un creciente cuerpo de estudios y análisis, la desregulación aérea ha alcanzado muchos de sus objetivos. Estos eran:

1) una competencia más intensa,

2) menores tarifas aéreas,

3) mayor volumen de transporte y

4) mejor bienestar de los consumidores y ganancias de las empresas.

Según un estudio a los pocos años del Consejo de Asesores Económicos, la desregulación aérea:

– incrementó el número de pares de ciudades servidas por más de una línea aérea en 55% y expandió los vuelos a ciudades pequeñas en un 20 a 30% entre 1978 y1986;

– extendió servicios a 140 aeropuertos adicionales para 1987; frenó la tasa a la que comunidades menores perdían servicios y, debido al desarrollo del sistema aéreo commuter, redujo la necesidad de subsidios federales en pequeñas comunidades después de 1981;

– expandió los servicios en mercados con el menor volumen de pasajeros en mayor proporción que en los mercados grandes;

– redujo tarifas en general en un 15% (con tarifas en vuelos cortos reducidas en un 10% y las de vuelos largos en 35%;

– extendió el uso de tarifas con descuento del 15% de los pasajeros en 1976 al 90% en 1987;

– redujo el porcentaje de pasajeros que tenían que cambiar de vuelos de 68% en 1977 a 12% en 1987;

– incrementó la productividad de las líneas aéreas un 7% entre 1976 y 1983 (mientras que la productividad de líneas aéreas en otros países cayó cerca de un 40% );

– incrementó los beneficios anuales de los consumidores en 11.000 millones de dólares para el periodo 1978-1986. La cantidad de pasajeros/millas transportados creció notablemente luego de la desregulación hasta alcanzar 329.000 millones de pasajeros/millas en 1988, un 41% más que las 234.000 millones proyectadas con la regulación.

Los monopolios no son buenos, algunos se revelan contra el monopolio estatal en la educación

La Nación publica un muy interesante artículo sobre aquellos padres disconformes con el sistema educativo público, quienes deciden tomar la educación de sus hijos en sus propias manos y adecuarla a las vocaciones e intereses que sus hijos vayan presentando. Está bien el título: “Estudiar en casa: la opción anti-sistema de 2000 familias”, ya que es solamente un rechazo a las escuelas estatales sino a todo un sistema educativo (tanto en escuelas estatales como privadas, pues el curriculum y el método de enseñanza es impuesto por el estado). Esa cantidad llega en los Estados Unidos a los 2 millones. http://www.lanacion.com.ar/1740904-estudiar-en-casa

Home Schooling

Al margen de que se favorezca o se rechace este tipo de educación, el punto principal es que es la reacción ante un monopolio. El sistema educativo es más o menos algo así: puedes elegir el sastre, pero el traje tiene que ser gris; tal vez algún colegio le agregue el pañuelo en el bolsillo o mejores botones, pero no vas a poder tener un traje azul o negro.

Coincidiendo con la publicación de este artículo, Raquel Merino publica otro en la web del Instituto Juan de Mariana, también sobre la educación monopólica estatal. http://www.juandemariana.org/comentario/7024/papa/quiero/peter/thiel/stuart/

Algunos de sus comentarios:

“Uno de estos campos hurtados a la competencia por el Estado es precisamente el de la educación. El nombre de por sí da verdadero pavor. No sé por qué en España hubo tanto revuelo con la asignatura de «Educación para la ciudadanía». ¿Acaso no es redundante? Los propósitos verdaderos del Estado al garantizar la educación universal tienen mucho más que ver con el adoctrinamiento y la sedación de las mentes a través del mensaje igualitario y la consiguiente anulación personal, así como con granjearse apoyos entre el colectivo educativo (la típica alianza política y burocrática).”….

“Y aquí viene el segundo error de bulto de esta concepción elitista e ilustrada. Parte de una visión conservadora que pretende hacer ver que el conocimiento sólo se puede adquirir a través de una forma que demostró un grado de éxito relevante hace dos siglos: educación secundaria y universitaria. ¿No pueden evolucionar las cosas desde entonces? Porque la gente, los paradigmas productivos y los productos y servicios sí lo han hecho.

La imposición en este campo aniquila la experimentación a través de, por ejemplo, programas educativos cambiantes dentro de especialidades existentes, nuevas especialidades per se o nuevos métodos formativos que se adecúen a las necesidades evolutivas que rijan en cada momento, ya se lancen desde dentro o fuera del ámbito educativo más tradicional…

Pero, además, al partir esta imposición de las élites intelectuales, el sesgo es completo hacia quienes tienen o cultivan un tipo de habilidades muy específicas. Puede expulsar a personas con clases de inteligencia que no sean las puramente lógicas, matemáticas o verbales. Al estrechar la oferta formativa y convertir esa educación formal en universal, muchas personas están frustradas y se encuentran en el punto de mira por no ser amigos de los libros… Se ven truncadas al mismo tiempo sus verdaderas capacidades, que podrían desarrollarse a través de la inteligencia emocional (cuanto menos apego a los libros de manera obsesiva, por lo general, más se cultiva el trato humano y mayor comprensión de la naturaleza del que se tiene en frente…), de «aprender haciendo» (learn by doing) o de explorar simplemente nuevos caminos. Cuánto provecho no obtendrían esa persona y la sociedad misma de permitírsele la especialización desde edad temprana en aquello que hace relativamente mejor y que le va a hacer más feliz por dominarlo mejor y poder recoger los frutos de sus cualidades e intereses.

Por no hablar, por supuesto, de que los colegios hoy día no son ningún centro de élite. Si al menos aquello lo consiguieran, por más frustraciones que crearan en algunos niños, algo se alcanzaría… Con lo que nos encontramos, como nos explicó magistralmente el profesor Bastos en una universidad de verano, es, las más de las veces, con centros de delincuencia juvenil en que el matón de turno (mal estudiante que no debería estar nunca encerrado en ese agujero de manera forzosa) abusa sistemáticamente del indefenso empollón… Frustrados acaban todos.”

 

La ignorancia de los votantes: tal vez sería mejor ministro de Economía un comerciante de La Matanza

Hemos visto reiteradas veces, tanto sea en las materias de Public Choice como en las clases de la UBA Derecho, el problema de la falta de incentivos que tienen los votantes para estar informados. La diferencia esencial con las decisiones que esas mismas personas toman en el mercado es que en éste reciben directamente las consecuencias de sus decisiones, mientras que en la política un voto no define el resultado, por lo que uno no necesariamente recibe el resultado (positivo o negativo) de su propia elección.

Tomemos el caso de un comerciante de La Matanza: seguramente conoce bastante bien a sus proveedores, los productos que ofrecen, su costo, a cuánto los puede vender, etc. Sus decisiones en ese campo definen los resultados que obtendrá. Veamos lo que conoce sobre la política.

En una muy interesante columna publicada en La Nación con el título de “Viaje al corazón del pueblo argentino”, Jorge Fernández Díaz comenta:

“Scioli tiene cara de bueno, Massa es joven, Macri sabe y Cristina es una mujer inteligente. Ésta es la caracterización política que hace un comerciante de clase media de La Matanza en un focus group al que asisto en silencio. El hombre parece derrotado. Asegura tener guardado en su casa un revólver Smith & Wesson calibre 32 por si vienen a asaltarlo, y a la vez le parece que es muy difícil bajar los niveles de inseguridad. No puede irse de vacaciones porque el año fue muy malo, pero no hace de la inflación un drama. Piensa que sería bueno cambiar, pero quiere que se haga con prudencia porque la cosa está delicada y tiene miedo, y trata de no seguir las informaciones del atril ni de los noticieros porque le resultan aburridas. Una mujer, a su lado, habla de los ojos de Macri y menciona el hecho de que está enamorado. Alguien me cuenta después un caso de las neurociencias. Una vez un puñado de científicos hizo una prueba en Australia: llevaron cien fotos de ciudadanos norteamericanos y les pidieron a un grupo de personas que eligiera las veinte mejores. La selección que hicieron correspondía exactamente con los candidatos que acababan de ser elegidos en los últimos comicios legislativos de los Estados Unidos. Muchas veces la cara determina el voto.” http://www.lanacion.com.ar/1740664-viaje-al-corazon-del-pueblo-argentino

No descarto que la cara diga algo. Después de todo cualquiera de nosotros establece una semblanza de una persona a la que recién conoce en cuestión de minutos. A veces es equivocada, pero muchas veces no. Sin embargo, esto a lo sumo nos puede dar una idea de su personalidad, lo cual no es poco para elegir un gobernante, ya que se necesita una cierta personalidad para llevar adelante los problemas de estado. Pero es como ocuparse de la forma y no del contenido.

Porque, se puede decir que “Macri sabe” o que “Cristina es inteligente”, pero ¿cuál es el conocimiento que tienen? Tal vez son ideas que nos llevan directamente al fracaso. Suele decirse del ministro Kiciloff también que es inteligente (en verdad, el que medianamente no lo es no llega a esas alturas), que obtuvo x medalla en la UBA. Pero si inteligente significa que conoce muy bien a Marx y Keynes y tiene toda la voluntad de llevar adelante las enseñanzas de ambos, mejor sería tener de ministro al comerciante de La Matanza, quien seguramente conoce bien que no se puede gastar de más, que hay que mantener las cuentas en orden y que nunca pudo generarse ingresos emitiendo dinero o promesas de pago.

Digamos entonces que todos son inteligentes y que todos saben, el problema es “lo que saben”. Y que los votantes, como el del ejemplo, son “racionalmente apáticos”, es decir, que no invierten demasiado tiempo para estar informados sobre cuestiones en las cuales luego su decisión está lejos de determinar el resultado ya que su voto es una gota de agua en el océano.

Al menos, para los alumnos que vieron Public Choice lo que encuentra Fernández Díaz no debería sorprenderlos y, es más, pueden incluso presentar una explicación de porqué eso sucede.

Los cambiantes costos de la manufactura global y la competencia entre jurisdicciones

Hemos escuchado tantas veces ya que los países asiáticos compiten en la economía internacional porque tienen muy bajos costos de su mano de obra que esto nos ha hecho olvidar que el trabajo es tan solo uno de los recursos necesarios en toda producción. Un estudio realizado por la consultora Boston Consulting Group (“The Shifting Economics of Global Manufacturing: How Cost Competitiveness is Changing Worldwide”, o “La cambiante economía de la manufactura global: Como está cambiando la competitividad de costos en todo el mundo”) presenta algunos resultados que sorprenden. https://www.bcgperspectives.com/content/articles/lean_manufacturing_globalization_shifting_economics_global_manufacturing/

Dice el trabajo: “Por la mayor parte de las últimas tres décadas, un doble concepto ha guiado las decisiones de inversión y abastecimiento de las empresas. América Latina, Europa Oriental y gran parte de Asia eran consideradas como regiones de costos bajos. Los Estados Unidos, Europa Occidental y Japón eran vistos como países con altos costos.

Global manufacturing

Pero parece que esta visión del mundo está anticuada. Años de cambios en salarios, productividad, costos de la energía, valores de sus monedas y otros factores están modificando silenciosa y dramáticamente el mapa global de los costos de manufactura. Este mapa es más una mezcla de economías con bajos costos, con altos costos y muchas entre unas y otras en todas las regiones.

En algunos casos, los cambios de costos relativos son sorprendentes. ¿Quién hubiera pensado una década atrás que Brasil sería uno de los países con costos de manufactura más altos- o que México podría ser más barato que China? Mientras Londres sigue siendo uno de los lugares más caros para vivir y visitar, el Reino Unido se ha convertido en el productor manufacturero con menores costos de Europa. Los costos en Rusia y gran parte de Europa Oriental han llegado casi a la paridad con los Estados Unidos.”

En verdad las conclusiones son sorprendentes. El estudio analiza a los principales 25 exportadores del mundo, quienes producen el 90% de las exportaciones totales de productos manufacturados.

La ventaja de costos que tiene China sobre los Estados Unidos se ha reducido al 5%, en particular debido a la caída del costo de la energía en este último país. Brasil es más caro que casi toda Europa Occidental. Polonia, la República Checa y Rusia están casi a la par con Estados Unidos y tan solo un poco más baratos que el Reino Unido y España. Los países desarrollados que han perdido competitividad incluyen a Australia, Bélgica, Francia, Italia, Suecia y Suiza. Y las grandes estrellas parecen ser México y los Estados Unidos.

Dice el informe: “Las estructuras de costos en México y los Estados Unidos mejoraron más que todos los demás 25 principales exportadores. Debido a bajos incrementos de salarios, sostenidas ganancias de productividad, tipos de cambio estables y grandes ventajas en los costos de energía, estas dos naciones son actualmente las estrellas fulgurantes en la manufactura global. Y excepto por China y Corea del Sur, el resto de los diez principales exportadores de bienes son 10 a 25 por ciento más caros que los Estados Unidos.”

He aquí una muestra acabada del concepto de “competencia entre jurisdicciones” que analizamos en el capítulo de competencia institucional del libro.

Los votantes norteamericanos creen que el gobierno desperdicia el 51% de lo que gasta

Una encuesta de Gallup muestra que los norteamericanos creen que el estado nacional pierde, o desperdicia, el 51% de cada dólar que gasta. Esto es bastante más alto que el 40% registrado en 1970 cuando plantearon esta pregunta por primera vez: http://www.gallup.com/poll/176102/americans-say-federal-gov-wastes-cents-dollar.aspx?utm_source=alert&utm_medium=email&utm_campaign=syndication&utm_content=morelink&utm_term=Politics

La opinión es menos crítica en relación a los gobierno estaduales (creen que desperdician el 42%, en 1970 era el 30%) y que los gobiernos locales (en este caso el desperdicio sería del 37% y en 1970 del 25%). Esto es consistente con otras encuestas que muestra que la confianza es mucho mayor para los gobiernos locales que los estaduales o el gobierno nacional. Por supuesto, los republicanos encuentran mayor desperdicio en los tres niveles que los demócratas.

El crecimiento del porcentaje despilfarrado muestra un creciente descontento con el estado, los impuestos que cobra, los servicios que provee y seguramente con los políticos que lo manejan.

En fin, ¿para qué sirve esto? No está claro cómo interpretar el “desperdicio”. La pregunta que se les hace es: ¿cuántos centavos de cada dólar diría usted que se desperdician? ¿Qué significa “desperdiciar”? Tal vez que se gastan en cosas que no son necesarias.

Después de que hemos visto los débiles incentivos que tienen los votantes para estar informados de las cuestiones políticas, no parece que puedan opinar más allá de una sensación general que no está basada en ningún análisis medianamente riguroso. No obstante, refleja una opinión acerca de lo que entienden que están recibiendo en relación a lo que están pagando.

¿Será que quieren que el estado nacional haga la mitad de las cosas que ahora hace, o será que quieren que siga haciendo todo eso pero gastando la mitad de dinero? ¿O cualquier mezcla entre ambas? El problema con estas preguntas lo estamos viendo en las clases de Economía Política ya que el sistema político es muy imperfecto para generar y transmitir esta información y luego para disponer de los incentivos suficientes como para que los políticos provean esto.

Problemas tales como la desinformación de los votantes, que necesariamente hay que votar sobre “paquetes” de atributos o de distintas políticas, y que la regla de un votante-un voto no mide la intensidad de la preferencia vuelven casi imposible conocer qué es lo que realmente quieren los votantes. En este caso se ven que quieren del gobierno o menos gasto o más eficiencia. ¿Qué programa de gobierno habría que cortar, cuál habría que reducir, cuál mantener igual pero hacerlo más eficiente?

Sobre eso no tenemos ninguna información, la gente tan solo vota por el candidato A o el candidato B, ninguno de los cuales ha dado muchos detalles al respecto.

Imagino ahora una consigna: “Voy a cortar el 50% del desperdicio del gobierno”. Y si la gente me apoya, bueno, tendré básicamente las manos libres para hacer lo que quiera.

Al margen de esto, lo cierto es que la gente ve que recibe más servicios de aquellos gobiernos que tiene más cerca. Esto hablaría en favor de una descentralización mucho más profunda, delegando funciones desde el nivel nacional al estadual y de éste a los gobiernos locales.

Por ultimo, ¿cuál sería el resultado de esta pregunta en nuestros países? Imagino que menos, aunque nuestros estados sean mucho peores.

La BBC pregunta: ¿debería un presidente de izquierda ir a un hospital privado? ¿Y los demás?

La BBC es la cadena televisiva y de radio estatal en Inglaterra. A diferencia de lo que podríamos esperar en otros lados, suele ser muy diversa y neutral en sus contenidos. En una sección sobre la tendencia de las noticias plantea una pregunta que vale la pena considerar: ¿Debería un presidente de izquierda ir a un hospital privado? Esto es lo que comenta: http://www.bbc.com/news/blogs-trending-29903142

“He aquí el dilema: si un jefe de estado se enferma, ¿debe él o ella ir a un hospital público o a uno privado? La presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner eligió uno privado. EN un país donde casi la mitad de la población utiliza salud privada, la decisión de Fernández puede no parecer sorprendente.

La noticia sobre su internación en una clínica privada en Buenos Aires generó más de un comentario en los medios sociales. A pesar de alabar repetidamente el sistema de salud pública argentino, la líder izquierdista terminó en el Sanatorio Otamendi. Y no era la primera vez.

Tweets como “una vez más elige una clínica y no uno de sus hospitales” o “Cristina Kirchner hospitalizada, ¿en qué hospital?” fueron retuiteados muchas veces en los últimos días. Sin embargo, una foto, compartida más de 1300 veces con el mensaje “La diferencia entre el centro privado Otamendi y un hospital público”, lanzó el debate. La imagen muestra una de las habitaciones de lujo del Otamendi, parecidas a un hotel cinco estrellas, al lado de una cama en el hospital Eva Perón, recientemente cerrado.

Carl Boniffatti (@carlbonifatti), quien posteó el tuit, me dijo que tuvo ambas experiencias- salud privada y pública. “El Otamendi es un verdadero lujo”, mientras que su paso por un hospital público no fue muy placentero. “Tocar las paredes era desagradable”, dijo.

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Algunos recordaron que hace dos años Fernández dijo en un discurso: “Sólo digo que cuando hay un sistema de salud pública, el presidente debe ir a un hospital público”. Y otros recordaron que, durante el cierre del gobierno norteamericano el año pasado, cuando dijo, “no seremos un país desarrollado, pero entendemos que la salud pública es una cuestión de Estado”.

No es ésta la primera vez que Fernández de Kirchner ha ido a una clínica privada. La presidente, de 61 años, fue tratada antes este año por un dolor de cadera y ciática y en Julio por una infección de garganta aguda. El año pasado tuvo cirugía para tratar un derrame en el cerebro y recientemente sufrió una inflamación en el colon sigmoidal. Según diarios locales, en todas estas ocasiones fue a centros privados.

BBC trending solicitó comentarios de la oficina presidencial argentina y el Ministerio de Salud, sin éxito.

Ignacio de los Reyes, nuestro representante en Buenos Aires, dijo a BBC Trending que en los últimos años el sector salud ha sido una prioridad para Cristina Fernández, pero que muchos de sus críticos afirman que el gobierno ha gastado en forma ineficiente. La demora estos años en la construcción de siete hospitales tampoco ha ayudado”.

En fin, esto es lo que plantea la BBC, y es una buena pregunta. Pero, tal vez, debería ir aún más allá. Esto es, tal vez deberían ir a los hospitales públicos no sólo los presidentes y los políticos que por ellos votan, sino los mismos partidarios de la salud estatal. Después de todo, hay que dar el ejemplo. ¿Podrían acaso argumentar que irían a los hospitales públicos si ellos funcionaran como creen que deberían hacerlo? Algo así como: iría a un hospital público si funcionara como uno en Suecia, pero como no son así, voy a uno privado. Uhm…, no parece muy consistente tampoco.

Y, por supuesto, quienes así pensaran seguramente tendrían también que invertir en pesos, dejar todos sus ahorros dentro del país y tomarse vacaciones localmente, comprar ropa nacional y trasladarse en autos producidos localmente.

 

Sobre el financiamiento de la política: si no se puede controlar, ¿hay que empezar por ahí?

Los alumnos de la materia Public Choice, leen a Thomas Mann, director del Programa de Gobierno de la Brookings Institution respecto al financiamiento de las campañas y, en particular, el caso de Italia, tal vez parecido a otros países latinoamericanos:

Votar

“—Italia es un caso que hace volver a la cordura a los reformadores del financiamiento de campañas electorales. Cualquiera que se proponga establecer nuevos reglamentos debiera familiarizarse con la experiencia de países como Italia para comprender que las reglas del financiamiento político no podrán terminar por sí solas con la corrupción, ni aumentar la competencia, ni devolver la legitimidad al sistema político. Recordemos que en 1974 el gobierno italiano aprobó una serie de regulaciones al financiamiento político que resultaron ser una burla. Éstas incluían el financiamiento público de los partidos políticos, restricciones a las donaciones individuales y al gasto electoral total, y publicidad obligatoria de quién donó cuánto a quién. Nadie acató las dos últimas. Pero sí se cumplió el financiamiento público, que vino a agregar un poco más de dinero al ‘botín’ a repartirse.

En particular, permitió satisfacer la demanda de los socialistas, ya que Craxi se transformó en un participante clave que pudo exigir su parte del botín. Si observamos la experiencia italiana, nos damos cuenta de que la única esperanza de cambio llega cuando suceden hechos mucho más dramáticos.

Ciertamente, no sólo se requirió el esfuerzo de los magistrados italianos, la llamada operación ‘manos limpias’, sino también un cambio en el sistema electoral —la substitución de un estricto sistema de representación proporcional por un sistema en que el 75% de los escaños se elige en distritos uninominales— para lograr que un sistema corrupto, clientelístico, que había operado durante décadas, pusiera en marcha una serie de fuerzas que están comenzando a producir un patrón de competencia entre las dos principales alianzas.

Por consiguiente, lo que se puede rescatar de la experiencia italiana es que los reglamentos del financiamiento político han tenido un efecto relativamente pequeño en la configuración de la democracia italiana y en el desempeño del gobierno. Las prácticas de financiamiento político incentivaban la corrupción, pero las regulaciones impuestas para reformar el sistema lo empeoraron en vez de mejorarlo. Fue una burla de reforma. Mis conclusiones son: primero, no siempre hay que comenzar por cambiar las reglas del financiamiento de las campañas cuando se está tratando de lograr objetivos más amplios en una democracia. Es más importante comenzar por la independencia de la prensa, el fortalecimiento del poder judicial, la integridad del servicio público, el régimen de sueldos de los funcionarios públicos, el sistema constitucional y el sistema electoral. Mi segunda conclusión es que las reglas y reglamentos del financiamiento político deben redactarse con pleno conocimiento del modo en que actúan realmente los distintos actores involucrados. Es decir, hay que ser pragmáticos y es necesario tener un conjunto de reglas y un aparataje administrativo que sea capaz de hacerlas cumplir, de lo contrario sólo se empeora aún más la situación.”

 

Cinco escenarios para 2050: pero no figura el colapso del estado benefactor bajo deuda e inflación

Deutsche Post ha publicado un informe donde se plantean diferentes escenarios para la economía global en el año 2050: http://www.dpdhl.com/en/media_relations/press_releases/2012/the_world_in_2050.html

Y sí, hay gente que tiene que estar pensando en el 2050, mientras muchos apenas sabemos lo que va a pasar el año que viene. La falta de una moneda sólida en el mundo y de crecientes endeudamientos en los principales países del planeta debería alertarnos ya que habrá turbulencias. La crisis del 2008 va quedando atrás pero nada se ha hecho para evitar la próxima. Las políticas monetarias de los bancos centrales “generan” los ciclos económicos de auge y caída, no los suavizan. Sin embargo, nada de esto se menciona en el análisis del futuro de este reporte. ¿Y cuáles son los escenarios que encuentran?

E-Commerce

Escenario 1: Una economía sin control, con colapso a la vista. Pero curiosamente a ese destino se llegaría por “un materialismo y consumo sin límites, alimentado por el paradigma del crecimiento cuantitativo y el rechazo el desarrollo sustentable.” EL comercio mundial ha florecido por la eliminación de las barreras comerciales, Asia es el centro de la economía y una super-red de transpote global asegura rápidos intercambios entre los centros de consumo. Pero el cambio climático lleva a desastres naturales.

Escenario 2: Mega-eficiencia y mega-ciudades. Un mundo en el que las ciudades son los grandes motores del progreso y el estado nacional queda en un segundo plano. Las ciudades se benefician del crecimiento “verde”. Para superar problemas como la congestión y las emisiones se han convertido en campeonas de la colaboración. Los consumidores cambiaron sus hábitos, los productos ya no tanto se compran sino que se alquilan.

Escenario 3: Estilos personalizados. La individualización y el consumo personalizado se han extendido por doquier. Los consumidores pueden diseñar y crear sus propios productos, con impresoras 3D. Esto se complementa con una infraestructura energética descentralizada.

Escenario 4: Proteccionismo paralizante. A partir de las crisis económicas, el nacionalismo excesivo y las barreras proteccionistas, la globalización se ha revertido. El desarrollo tecnológico es lento. Los altos precios de la energía y la escasez de su oferta llevan a conflictos internacionales sobre los recursos.

Escenario 5: Resistencia global, adaptación local. Describe un mundo caracterizado por un alto nivel de consumo gracias a la producción automatizada y barata. Pero el acelerado cambio climático y las frecuentes catástrofes naturales quiebran las cadenas de suministro global y se producen constantes fallas en la oferta. El paradigma económico cambia de la maximización de la eficiencia a la mitigación de la vulnerabilidad. Esto lleva a duplicar sistemas para superar esos inconvenientes aunque la eficiencia termina sacrificada.

En fin, puede ser que alguno o más de uno de los escenarios descriptos se produzca: el auge de las ciudades, la personalización del consumo. Pero tal vez el escenario más importante será el que determinará las políticas fiscales y monetarias de los gobiernos ya que si hay una amenaza en el planeta actualmente es que tienen las manos libres para hacer lo que quieran, sin mayores controles y lo que quieren suele ser gastar y emitir. Todo, por supuesto, con los mejores argumentos acerca del impulso de la “demanda agregada” y las terribles amenazas de la deflación.

Tal vez haya que incorporar un escenario que describa el colapso del estado benefactor, hundido en un mar de deuda y emisión monetaria. ¿Y después?

 

Los océanos no están tan mal como pensábamos. ¿Qué implica esto para políticas ambientales?

Los temas ambientales están sujetos al dramatismo, lo cual no favorece una consideración razonada de los problemas. Se tiende a pensar en términos dramáticos: el mundo está en peligro, cerca del colapso. A partir de situaciones como esas se promueven luego políticas que tendrían un alto costo en términos de crecimiento económico, y es el crecimiento económico el que ha sacado a más gente de la pobreza. Es decir, que políticas ambientales costosas se pueden medir en términos de más o menos pobres. El tema no es menor.

De tanto en tanto, sin embargo, aparecen noticias y estudios que muestran algo diferente. Por ejemplo esta noticia respecto al estado de los mares: http://www.clarin.com/sociedad/oceanos-peces-plastico-cientificos_0_1213079165.html

Las cosas no están tan mal como se piensa: “En los océanos del mundo no hay tanto plástico como se creía y viven diez veces más peces de los que se calculaba, según comprobaron científicos de la expedición española Malaspina. El biólogo, Carlos Duarte, coordinador del proyecto, presentó hoy en Barcelona los resultados de la mayor investigación mundial sobre el estado global de los mares y sobre su biodiversidad en el siglo XXI.”

Deep ocean fish

“Los científicos, que navegaron durante siete meses en una singladura de más de 35.000 millas náuticas a bordo de dos buques, comprobaron que los contaminantes químicos se hallan extendidos por todos los rincones del océano. Pese a ello, los investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desmintieron que exista una «isla de plástico» en medio del océano Pacífico y ahora investigan por qué hay menos plástico del que esperaban encontrar.”

Puede ser que existan bacterias que destruyen los plásticos o que haya peces en las profundidades del mar que los consuman. En fin, algo así como los cerdos, que se comen la basura y la transforman en jamón.

En las profundidades del mar, hay 10 veces la cantidad de peces que se suponía:

“La expedición, que contó con un presupuesto de casi de 7 millones de euros (unos 9 millones de dólares), descubrió también que en los océanos viven entre un 10 y un 30 por ciento más peces de los que se pensaba hasta ahora. «En profundidades donde la luz solar no llega vive una biomasa de peces hasta 10 veces mayor de lo que se pensaba», afirmó Duarte. Se trata de animales que viven a entre 400 y 700 metros de profundidad, como el pez linterna o el pez dragón, que tienen la facultad de esquivar las redes. Estudiar la composición de estos peces y de los otros microorganismos encontrados permitirá en un futuro aprender a crear vida a partir de cambios químicos sin la ayuda de la luz solar.”

En fin, por lo menos, estas noticias nos muestran que hay que ser cautos en estos temas porque es muy poco lo que se conoce. Por lo tanto, proponer drásticas políticas que tendrían un alto costo en términos de crecimiento económico es algo que debería ser considerado con sumo cuidado y prudencia, al menos.