Condenan a los buitres y no a quienes les dan de comer: los que gastan y se endeudan

Los fondos buitre han generado mucha polémica, con opiniones más bien encendidas que ilustradas. La Nación reproduce un artículo publicado en el diario español El País, de Hugo Sigman, quien firma como “empresario”, lo cual no habla bien de la comprensión que éstos tienen de la economía: http://www.lanacion.com.ar/1706248-los-fondos-buitre-una-plaga-globalBuitres

Vamos frase por frase:

“Tiempo después de que surgiera como modo de representar valor, el dinero comenzó a utilizarse como una mercancía más, y así trabajaban los primeros banqueros: recibiendo ahorros de los ciudadanos y prestándolo a cambio de un interés. Con el paso de los siglos, los gobiernos entendieron que estas actividades debían ser reguladas. Entonces los bancos, y luego las bolsas de valores y de materias primas, tuvieron que adaptarse a ciertas normas de funcionamiento, ratificadas tras la crisis de 1929 con el objetivo de prevenir nuevos crash de la economía.”

Comentario: Incorrecto, primero una mercancía fue utilizada como medio de intercambio. La moneda, además, no es “medida” de valor, el valor es subjetivo. El precio monetario refleja la interacción entre las valoraciones subjetivas de compradores y vendedores. Y no es que los “benévolos” gobiernos entendieron que los bancos debían ser regulados, sino que encontraron allí una fuente de recursos para cubrir sus gastos.

“En los años 80, en el contexto del ascenso del pensamiento ortodoxo, las presiones de los sectores neoliberales generaron modelos financieros no regulados: en 1985 surgió la International Swaps and Derivatives Association (ISDA), que se ocupó de establecer un contrato tipo para las operaciones de derivados, es decir, instrumentos financieros que cotizan en relación con un activo subyacente (el inversor no compra acciones, bonos o materias primas, sino que especula sobre la variación de los precios de esos activos; por eso se dice que el valor «deriva» del activo).”

Comentario: No fue ninguna “conspiración neoliberal” que dio origen a los derivados. Es que el capital siempre busca oportunidades, sobre todo donde no está cerrada la puerta por regulaciones. Es más que probable que quienes desarrollaron los derivados ni idea tenían de lo que es “neoliberal”, simplemente vieron la oportunidad de un negocio.

“Un tipo particular de derivados son los Credit Default Swap (CDS). Consisten en un convenio entre una parte A que, teniendo bonos soberanos emitidos por los Estados o empresas privadas, toma un seguro con otra parte B, para que, en caso de que el Estado o la empresa entre en suspensión de pagos, la parte B pague a la A el valor del seguro. En 2012, el monto de CDS era de 22,5 billones de dólares, equivalentes a una vez y media el PBI estadounidense. Al tratarse de una operación con derivados, ningún organismo público las controla y, por tanto, no se le impone al «asegurador» ninguna norma de solvencia. Los intentos por establecer algún tipo de regulación, como los realizados en el Congreso estadounidense en 1974 y 1978, siempre fracasaron.”

Comentario: Lo que controla estas operaciones son los contratos. Cada CDS es un contrato que debe cumplirse. Y si no, llévaselo a Griesa a ver qué pasa. La norma de solvencia es la que evalúa el comprador respecto a la solvencia del emisor, y/o del activo subyacente.

“Los fondos buitre utilizan habitualmente los CDS para sus operaciones especulativas. ¿Cómo operan? Cuando un país entra en suspensión de pagos, los buitres compran los bonos defaulteados al 10 o 15% de su valor. Algunos de los que tienen esos bonos los venden porque creen que es mejor recuperar algo que nada. Articulados con estudios de abogados muy expertos e importantes compañías de lobby, a veces con el apoyo de personalidades importantes, los buitres, radicados casi siempre en paraísos fiscales, lanzan juicios contra los países en default y rastrean sus activos por el mundo en busca de embargos que sumen presión.”

Comentario: Sin que sea su objetivo, los buitres cumplen una función. Como ante el default los acreedores se enfrentan ante un problema de “acción colectiva”, todos los acreedores tendrían incentivo a ser “free riders” de los esfuerzos de los demás. Si todos actúan de esa forma, nadie perseguiría la vía judicial y todos se resignarían a arreglar con quita. Solamente porque el premio es muy grande es que hay algunos que siguen ese camino. Los otros holdouts que no hicieron juicio son free riders de los buitres. Y los que entraron en el canje no deberían cobrar más, ya que no estuvieron dispuestos a seguir el largo e incierto camino del litigio. Tal vez sean éstos, los holdin, más perversos que los holdouts, si es que ahora quieren cobrar de nuevo.

“Los fondos buitre no aceptaron entrar en esa negociación. Compraron deuda argentina por 325 millones de dólares y están reclamando 3250 millones; es decir, 1000% de interés en siete años. Un juez de Nueva York ya ha determinado que al fondo buitre NML se le debe pagar el total al contado, e incluso ordenó al Banco de Nueva York, sede del pago a los acreedores que aceptaron reestructurar la deuda, embargar las transferencias y utilizar ese dinero para pagarle. Algunas versiones indican que, como suele suceder, el fondo buitre NML tenía CDS sobre los bonos argentinos. Se trata de un juego win win: si el fallo es positivo, cobra, y si hay default, también.”

Comentario: Esa es una acción común en todo negocio. Se trata de reducir el riesgo. Técnicamente se conoce como “hedging”. Por un lado se asume el riesgo de un bono, con la vaga probabilidad de cobrarlo, y por el otro se asegura en caso de no pago con un CDS. No cobra dos veces, sino que o es una o es otra. Es un servicio financiero esencial, muy común en todo tipo de mercados.

“Lejos de ser entidades abstractas, los fondos buitre tienen dueños y empleados, abogados y lobbistas, pero no son como las personas corrientes que cada día dedicamos buena parte de nuestro tiempo a estudiar, a la investigación científica, a la creación artística o a trabajar en el campo o en la ciudad. Viven lejos de todo eso, alienados, desconectados de la realidad, imaginando muy creativamente la mejor manera de multiplicar su dinero a través de productos financieros que dañan al conjunto de la sociedad. Podríamos decir, con Freud, que son psicóticos sociales.”

Comentario: Si fueran tan alienados de la realidad no se entiende cómo pueden haber tenido éxito. El señor autor empresario, ¿acaso no busca multiplicar su dinero?

“…Pero lo peor es que puede que nos acontezca si, como dice Felipe González, los países no establecen leyes de gobernanza internacional sobre el sector financiero, que permitan controlar el proceso creciente de financiarización de la economía que acentúa las desigualdades.”

Comentario: Hace falta leer algo de Public Choice si es que vamos a asumir que gobiernos benevolentes van a perseguir el bien común y para el beneficio de todos. Supuestamente son esos gobiernos los que nos van a cuidar de estos buitres, cuando fueron esos mismos gobiernos los que crearon y magnificaron el problema: primero gastaron por demás, luego se endeudaron, luego no pagaron y dieron origen a todo esto. ¿Esos son los que van a controlar si no pueden controlarse a sí mismos?

«Los fondos de cobertura, algunos de los cuales disponen de un capital superior al PIB de un país desarrollado, han capturado una parte importante del dinero que los bancos destinaban a la producción y a la creación de empleo, orientándolo en buena medida a operaciones de compra y venta de dinero. En 2008, algunos millonarios americanos encabezados por George Soros presentaron una ponencia en el Congreso estadounidense en la que advertían el riesgo que representan los fondos de cobertura para la economía mundial.»

Comentario: Parece que estamos de vuelta con la condena al interés de la Edad Media. Los escolásticos comenzaron ya a separarse de este asunto y la Iglesia finalmente lo abandonó a comienzos del siglo XIX.

“La solución inmediata no consiste en ejercer una crítica moral para que recapaciten. Lo más efectivo es aplicar lo que nos duele a todos: una fiscalidad que quite rentabilidad a este tipo de operaciones, una fiscalidad que debería pensarse globalmente de modo que los fondos especulativos no encuentren refugios en donde operar y prohibir que los bancos comerciales actúen como bancos de inversión tal como promulgó en 1933 el Parlamento de los Estados Unidos. Ningún país desarrollado con una deuda de entre el 80 y el 120% de su PIB, que es el peso de la deuda en la mayoría de los países de Occidente, puede pagarla sin ayuda, porque no genera el superávit fiscal necesario para eso.”

Comentario: ¿Alguna condena para esto? ¿Algún límite es propuesto para el gasto y el endeudamiento? ¿Qué tal si en vez de perseguir inversores se sanciona a quien gaste de más y a quien se endeude? Ups, pero esto es lo que ya hace el mercado….

Como una familia con una hipoteca que, si no ahorra, no puede afrontar los vencimientos, los países dependen de la confianza del mercado y de la renovación de los créditos para seguir funcionando. Así como tuvieron éxito con la Argentina, Perú, el Congo, Panamá y Grecia, cualquier país, aun los más desarrollados, puede ser una víctima de estos depredadores en el futuro.

Comentario: La conclusión y la enseñanza debería entonces ser: no gasten de más, no se endeuden.

¿La mayoría de los subsidios van para la clase media? ¿Y así todo no sirve políticamente?

Siguiendo el teorema del votante medio, Gordon Tullock argumenta que la mayoría de los subsidios tienden a ir a la clase media. En términos simples, esto sería así porque cuando los ricos quieren una medida que los favorezca es más probable que obtengan el apoyo de la clase media que de los más pobres. Y, al revés, cuando son los más pobres los que buscan obtener algo de la política, será más fácil obtener el apoyo de los sectores medios que de los más ricos.

Tullock

Si esto es así, buena parte de los subsidios irían a parar a la clase media, no a los pobres. No hay que descartar la capacidad de lobby de los sectores más ricos, pero tal vez algunas noticias de estos días puedan corroborar esas ideas.

Comenta el economista Dante Sica en La Nación: http://www.lanacion.com.ar/1705325-ni-crisis-de-aca-a-2015-ni-soluciones-magicas-en-2016

“La situación energética hace tiempo que dejó de ser un tema exclusivamente sectorial para convertirse en la principal fuente de desbalances de la economía, con efectos negativos tanto en las cuentas fiscales como en las externas. Basta con mencionar que el gasto en subsidios a la energía representa nada menos que 3,5% del PBI: explica casi 80% del rojo fiscal y supera en más de siete veces lo destinado a la Asignación Universal por Hijo.”

El subsidio a la energía va a ricos y clase media, no tanto a los pobres que, o no tienen, o están colgados de los cables como en las villas y no la pagan.

Hoy, también en La Nación, se comenta que se aumentó el presupuesto en 7.000 millones de pesos, en su gran mayoría destinados al sector energético: http://www.lanacion.com.ar/1706365-aumentan-subsidios-en-7000-millones

Sin embargo, esta política de subsidiar el consumo energético de la clase media puede no ser políticamente rentable, como parecen demostrar las últimas elecciones y las encuestas. Es que por más que la factura de la electricidad diga que hay un subsidio, el consumidor siente lo que efectivamente paga, y no tanto aquello que supuestamente debería pagar si no hubiera subsidio. En ese sentido, todo lo poco que esta información pueda agregar a la propensión favorable del votante se pierde con esta otra noticia vinculada también con la energía: http://www.lanacion.com.ar/1706364-subieron-4-los-combustibles-y-acumulan-un-aumento-cercano-al-30-en-el-ano

Subieron un 4% los combustibles y acumulan un aumento cercano al 30% en el año, dice el título. Y esto lo siente claramente la clase media cada vez que llena el tanque, no los pobres que no tienen auto.

En definitiva, la política de subsidios no parece ser políticamente exitosa, y bien puede ser una trampa de la cual no es posible salir sin un elevado costo: quitar los subsidios sí sería visible y doloroso para la clase media.

En el capítulo sobre los incentivos de los políticos del libro, se analiza que éstos persiguen sus propios intereses, pero que lo hacen a través del prisma de una cierta visión del mundo, de una cierta “ideología” para llamarlo de alguna forma. Y esto los lleva a veces a implementar políticas que incluso van contra sus propios intereses cuando se las mira desde otro lado.

Crónicas de viaje: Viet Nam

AÑORANDO AL COMUNISMO

A medida que el avión se acercaba a Hanoi, crecía el fervor revolucionario y las añoranzas de los 70. Era visitar aquél ícono de la lucha anti-imperialista, recordar esas marchas de estudiantes que querían cambiar el mundo. Porque los reformistas se quedaban luchando por más apuntes, ingreso irrestricto sin siquiera estudiar, más todas las fechas de exámenes recuperatorios posibles hasta que el profesor los apruebe por cansancio. Otra cosa era salir a la calle gritando: “¡Por uno, por dos, por muchos más Vietnam!”.

Ese espíritu rebelde había renacido al ver las fotos de la visita de Cristina Kirchner visitando los túneles de Cu Chi, donde los revolucionarios resistieran a los imperialistas franceses primero, y gringos después. Que la presidencia haya elegido ese símbolo no es menor, es señalar que lo más característico de ese país ha sido la lucha por la independencia y el socialismo. Podría haber sido una foto en la Ciudad Imperial de Hue, después de todo la monarquía recorre mucho más la historia de este país que la revolución.

Podría interpretarse también como un saludo al actual régimen, ya que la visita incluía, por supuesto, reuniones con las principales autoridades del país. Era, como manifestó Hebe de Bonafini en una carta que le enviara a la presidenta, “reivindicar la revolución”.

Lo era, por supuesto, pero, ¿qué revolución? Por cierto, los presidentes no pueden “caminar la calle”. Los buscan, los llevan a salones VIP, los trasladan en limusinas a hoteles cinco estrellas y conversan con funcionarios del gobierno. El resto de los mortales, sobre todo cuando no conseguimos dólares oficiales, tiene que ir de a pie. Pero esto, tal vez, nos brinda una perspectiva diferente.

Por uno, por dos…

A poco de salir del moderno aeropuerto Noi Bai en la capital vietnamita la primera sorpresa es encontrar una agencia de automóviles vendiendo Rolls Royce. ¿Cómo encaja esto con una revolución igualitarista? Está claro que no puede haber RR para todos y todas, son autos para minorías. ¿Y qué minorías puede haber en un país como éste? Lo primero que se cruza por la mente son funcionarios o jerarcas del partido, tal vez diplomáticos extranjeros, ya que Hanoi es la capital y sede del cuerpo diplomático. Pero cuando también se encuentran en la puerta del Hotel Continental de Ho Chi Minh City, o hay Mercedes Benz y Lexus en las calles de Hoi An, algo está pasando. Es más, los alrededores de este hotel en la ex Saigón, donde Graham Greene escribiera “The Quiet American”, son un gran shopping abierto con marcas tales como Ermenegildo Zegna, Dior, Bulgari, Hermes, Polo Ralph Lauren, Luis Vuitton, Versace, las mismas que no se animan a venir a la Argentina o, si lo hicieron, ahora se van. Hay dos revistas de golf: Vietnam Golf Magazine y Golf & Life, ambas en inglés y vietnamita.

Y no todo son marcas internacionales para grupos ABC1. Las calles de esta ciudad están engalanadas con luces de todos los colores para celebrar el Año Nuevo Lunar gracias al apoyo (que aparece explícitamente en los carteles), de Domino’s Pizzas, Burger King, Dunkin Donuts y Popeye’s.

Lo que sí hay para todos y todas son motos: decenas, cientos, miles. Y todas parecen salir al mismo tiempo por las calles de Hanoi, donde cruzar una avenida parece más difícil que cruzar el Río de la Plata a nado. Pero no hay un programa “Motos para Todos”, más bien son financiadas por Honda, Suzuki y varias marcas chinas irreconocibles. Con solo ver el tránsito de Hanoi puede ser que los planificadores gubernamentales se hayan dado cuenta que ordenar eso es imposible, y mucho menos ordenar los mercados.

Esos mercados explotan por doquier en la ciudad. Dada la cantidad de productos importados de todo tipo que se encuentran en las calles parece que la revolución no ha incluido un Moreno. Es más, ¡los dólares se transan libremente! ¡Existe un solo tipo de cambio y no preguntan ni el nombre a quien compra o vende!

Todos los billetes vietnamitas (la moneda es el dong), tienen la cara de Ho Chi Minh. No sé si es el mejor homenaje, ya que el billete más alto es de 500.000 y eso son solo unos 25 dólares. Pero al menos parece que no tienen vergüenza en sacar denominaciones tan altas, nosotros ya estamos penando con los de 100, ¿será que no quieren emitir de 500 o 1000 para no deshonrar a Evita? En verdad, no parece que estuvieran tratando al líder revolucionario como él mismo quería: prefería ser cremado, pero todo modelo “nacional y popular” necesita del culto a la personalidad y allí terminó el líder embalsamado en un horrible mausoleo.

Caminar los mercados de Hanoi incluso podría desalentar a Axel Kicillof sobre las posibilidades de planificar la economía y ni hablar de manipular un índice de precios. Los precios se conversan, pero no entre funcionarios de la agencia de estadísticas, sino entre compradores y vendedores. Tarde o temprano, todos saben por dónde está el precio de mercado. Cualquier cosa se puede conseguir en ellos… ¡incluso medias reses de perro! Al verlas, uno se pregunta si llegaremos a algo parecido luego de varios años de políticas que llevan a la reducción del stock ganadero y a que exportemos menos carne que Paraguay.

Imposible planificar esos mercados. Pero donde el estado dice que debería estar ni se lo ve. El caótico tránsito es un claro ejemplo: los semáforos no se respetan ni siquiera con el policía uniformado parado en el medio de la calle. Los cables de todo tipo que se acumulan en las calles muestran que no hay tal cosa como gestión del espacio urbano. Y si de ausencias o fallas del estado se trata, Vietnam sufre ahora una situación dramática, pero no por responsabilidad propia sino de su vecino. Resulta que la política de un solo hijo en China ha llevado a la escasez de mujeres en ese país ya que las parejas chinas prefieren tener un varón y abortan cuando tienen mujeres. Esta escasez de mujeres es tal que ha generado un creciente tráfico donde se secuestran mujeres vietnamitas para llevarlas allí, tanto sea como esposas o como prostitutas.

Por muchos más Vietnam

La mística de la revolución está presente. Aún pueden verse esos carteles con obreros y obreras revolucionarias con los brazos en alto y banderas flameando, aunque la mayoría se venden ahora como arte retro en locales principalmente para turistas. Claro, la simbología revolucionaria es algo así como el bombo para nosotros: algo que siempre está, aunque ya no sabemos bien qué significa.

El principal mensaje, sin quererlo tal vez, se encuentre en el Museo de Memorias de la Guerra, una impresionante muestra de cómo el ser humano puede hundirse en la peor degradación de su naturaleza y terminar cometiendo los peores crímenes: Agente Naranja, desfoliantes, torturas; todo ello por parte de un gobierno, como el norteamericano, que presume una tradición de respeto a los derechos y la libertad. Irónicamente, el museo vietnamita recuerda a los norteamericanos, en medio de todas esas fotos terribles de las víctimas, aquella famosa frase de su Declaración de Independencia: “Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

Cuando los norteamericanos olvidaron estas palabras perdieron la guerra. Cuando se fueron y, con el tiempo, retomaron el comercio y las inversiones, ganaron la paz. Con la guerra, el norte conquistó al sur, pero con la apertura económica el capitalismo del sur conquistó al norte.

Hoy, la revolución vietnamita está en los mercados. Un 80% de los puestos de trabajo se crean en el sector privado. La mayoría de las empresas que se crean son familiares. Así lo era la familia dueña del hotel en Hoi An. Y ya habían progresado bastante: además del hotel, tenían un restaurante sobre la playa y una tienda de ropas. Estaban más atentos a lo que uno escribe en Trip Advisor que al último congreso del Partido Comunista.

Una para Macri: en Saigón hay distintas empresas de taxis, cada una con sus colores. Aun cuando las tarifas sean iguales, esto permite competir por la calidad y confiabilidad de los servicios. ¿Competir? No es algo que agrade a los taxistas porteños, ni gobierno existe que lo haya intentado. Los vietnamitas tienen menos prejuicios.

Las noticias del día se refieren a conversaciones para firmar un tratado de libre comercio con Corea del Sur. ¡Vietnam ha superado a la Argentina en el Índice de Libertad Económica! En el indicador que elabora la Heritage Foundation junto al Wall Street Journal, Argentina se encuentra en el puesto 166 de 178 países con un índice de 44,6, mientras que Vietnam ocupa el lugar 147º con un score de 50,8. Nuestro país se encuentra entre los de economías “reprimidas” mientras que Vietnam lo hace entre los de economías “mayormente no libres”. Los primeros lugares de ese indicador no están geográficamente lejos a este país, son Hong Kong y Singapur, seguidos de Australia, Suiza, Nueva Zelanda y Canadá. Argentina apenas supera a Chad, Guinea Ecuatorial y República del Congo.

Durante los 20 años que se ha publicado este índice Vietnam ha mejorado 9 puntos. La tasa máxima del impuesto a las ganancias es 35%, y 25% para las empresas, pero la corrupción está extendida y el sistema judicial responde a la voluntad del partido. La inflación es del 9,1% anual (y parece que es un índice creíble) y el país recibe unos 8.400 millones de dólares en inversiones extranjeras. La Argentina, en cambio, ha perdido 23,4 puntos en los últimos 20 años, todos ellos desde 2003, recibe unos 12 mil millones de dólares en inversión extranjera, aunque esto es 1,7% del PBI en comparación de 2,6% para Vietnam. La tasa máxima de ganancias para empresas es más alta que en el país socialista. En nuestro caso, la corrupción también está extendida y parte del sistema judicial responde a La Cámpora.

Es cierto, Vietnam es una dictadura, no hay oposición, ni hay elecciones. Acá hay elecciones, oposición, no tanto. No obstante, cada tanto tenemos la oportunidad de cambiar, aunque no siempre lo hagamos bien. Salvo por eso, si veo el desempeño de estos dos países durante los últimos veinte años, da para salir a calle de nuevo: ¡Por uno, por dos, por muchos más Vietnam!, aunque si fuéramos algo más exigentes bien podríamos salir a gritar: ¡Por uno, por dos, por muchas más Australias! Claro, no tiene el glamour, pero que bien que viven los australianos.

Crónicas de viaje: Australia

Aunque fue hace un tiempo ya:

VERDADERAMENTE ABAJO

La archirepetida comparación entre Australia y Argentina no tiene ningún sentido. La gran diferencia entre estos dos países es que Australia se originó con una banda de prisioneros y terminó generando un país con gente decente. Argentina, en cambio, comenzó con gente decente y se encuentra con muchos que bien podrían estar presos. Los dos casos son bastante inexplicables. Es más, los 1500 prisioneros que dieron origen a esa colonia, llegaron en 11 barcos en 1787 a un lugar que solamente había visitado el capitán James Cook once años antes. Es decir en momentos que allí llegaban “reos” por acá teníamos gente como Belgrano, Vieytes o Moreno.

En 1849 un australiano llamado Edward Hargraves se fue de Sydney a California tentado por la famosa “fiebre del oro” pero no encontró nada. Sin embargo, volvió y descubrió oro en Australia, y dio inicio a su propia fiebre que en menos de dos años duplicó la población. En esa época Argentina contaba ya con su propia Constitución e iniciaba un camino de unidad y progreso. Australia seguiría recibiendo presos por unos años todavía pero los ingleses se dieron cuenta que más que un castigo ya era un premio, porque los presos deseaban ir, y algunos hasta descubrieron oro, por lo que dejaron de enviarlos en 1868. Las seis colonias que ahora forman sus estados recién se federaron y crearon este nuevo país en 1901 y como Melbourne y Sydney se disputaban la supremacía decidieron resolver el problema de la forma más cara: crearon una nueva ciudad para que fuera la capital, Canberra.

Y se ve que en ese poco tiempo y con tan poco afortunado comienzo han sabido progresar bastante. Ya en 1956 Melbourne fue sede de los Juegos Olímpicos, luego en Sydney en 2000, mientras que los próximos Juegos en Rio de Janeiro serán los primeros en Sudamérica, la única excepción latinoamericana siendo México en 1968.

Bueno, tal vez no es la única diferencia. Parece que las ideas del fascismo y el socialismo que se generaron en Europa tenían poco kilometraje y no pudieron llegar hasta tan lejos, pero sí les alcanzaba para America Latina o África. Este país ha pasado estos experimentos totalitarios del siglo XX sin haber intentado aplicarlos en alguna versión local. No sabemos de “socialismo australiano” o populismo “aussie”. Luego de algún maltrato han sabido reconocer a los pueblos aborígenes pero nadie pretende volver a imponer a todo el país sus normas y costumbres. Está claro que el “rule of law” heredado de Inglaterra funciona mejor, incluso para los pueblos aborígenes.

Sabemos tan poco de lo que pasa en Australia porque en verdad pasa muy poco, además cuando pasa algo el resto del mundo está durmiendo y no se entera.

Pero si miramos algunos datos, no les va nada mal. El PBI per cápita es de 38.633 dólares (Argentina u$s 14.525, según el FMI). Ocupa el octavo lugar en el Índice de Calidad Institucional (Argentina el 120º) y el segundo puesto en el Índice de Desarrollo Humano (Argentina 49º).

No obstante, como nosotros, tienen problemas de seguridad. En su caso, más que nada por los cocodrilos. En Palm Cove, una playa al norte de Cairns, la puerta de entrada para la increíble Gran Barrera de Coral, carteles alertan a los bañeros contra el peligro de cocodrilos y aguas vivas… que matan. En la entrada del Jardín Botánico de Cairns, junto a un arroyo, un cartel advierte sobre la presencia de cocodrilos al descolocado que quiera bañarse. Tal vez con la palabra “Warning” el cartel no tendría impacto suficiente por lo que además dice Achtung!, palabra alemana que si denota la precisión que siempre muestran los germanos, certifica entonces que los cocodrilos son un seguro peligro. Pero a pocos metros del cartel y del río una mesa y bancos invitan a hacer un picnic. Me pregunto, ¿a quién?, ¿a los turistas o a los cocodrilos? Y recuerdo aquella frase de Borges sobre la llegada de Solís al Rio de la Plata, cuando “ayunó Juan Díaz y los indios comieron”…., claro, a Solís. ¿Sera acá que en estas mesas los turistas ayunan…? Pero no, ya dije antes que tienen al problema de seguridad perfectamente controlado.

Con pocos problemas, los australianos tienen mucho tiempo para dedicarse a los deportes, en muchos de los cuales se destacan. Como los norteamericanos, llaman al futbol “soccer”. Al seleccionado nacional le llaman “Socceroos”, conjunción de las palabras fútbol y canguros que traducida no queda muy bien digamos: “futboluros”…

Y tienen su propia versión, el fútbol australiano. Alguna vez lo han pasado los canales de cable en la Argentina pero no ha tenido mucho éxito, ni en Argentina ni en el resto del mundo. Se juega con una pelota ovalada como la de rugby, en una cancha también ovalada y la pelota se patea o se pasapegándole con el puño. Como todo deporte que uno mira sin saber parece poco motivador, pero no es lo que dicen las tribunas, donde no cabe un alfiler. En estos días se jugó la final en Melbourne, entre Collingwood (108) y St. Kilda (52). Y al dÍa siguiente el diario local salió con la tapa “En la cima del mundo!”. Obvio, si no se juega en ninguna otra parte.

Claro, alguno nos podrá decir que los argentinos hacemos lo mismo con el polo, pero que se sepa los príncipes y millonarios de todo el mundo no invitan a los australianos a sus equipos de este deporte. El polo argentino, a diferencia del fútbol australiano, es como la NBA: se juega en muchos lados pero el campeonato local es el mundial.

El país cometió dos errores grandes en el siglo XX. Uno de ellos es Galípoli, esa península turca en los Dardanelos, cuando en la Primera Guerra Mundial mandaron al muere a miles de soldados (aunque los que dirigían eran ingleses y franceses); el otro ocurrió cuando un barco que llevaba turistas a ver los corales se fue y se los olvidó haciendo snorkel, dejándolos solos a más de dos horas de la costa. Recién a los dos días se dieron cuenta que faltaban y nunca se supo nada más de ellos. De todas formas, imaginemos una Argentina con solamente dos errores de ese tipo en todo el siglo: digamos que alguien se olvidó dos turistas en el glaciar Perito Moreno y, bueno, la guerra de Malvinas. Con todo lo trágico que esos eventos han o hubieran sido, en nuestro caso la lista es mucho más larga y parece interminable: golpes militares, hiperinflaciones, desaparecidos, corrupción, repudio de la deuda y de los depósitos bancarios. En fin, agregue los que quiera.

Un país con grandes recursos naturales, esta “sufriendo” los problemas del boom en commodities promovido por las reformas de mercado y el crecimiento de China e India. Con precios altos la tentación de los gobiernos es demasiado fuerte, incluso en Australia. No tienen retenciones, pero han implementado un impuesto extraordinario a las ganancias de las empresas mineras. Uno podría preguntarse: ¿por qué solamente a las mineras? ¿Qué diferencia hay entre las ganancias de la minería y, digamos, el turismo para ver koalas o canguros? Con toda su irracionalidad es incluso un poco mejor que las retenciones ya que para pagar el impuesto hay que tener “ganancias”, mientras que con las retenciones no, las pagan todos incluso si tienen perdidas.

Este es un país raro, ¡quién puede entenderlo! Es una monarquía constitucional y no aportan para la calefacción de la Reina en Westminster, pero su moneda se llama “dólar” y tiene en todas ellas, y en algún billete, la cara de la reina Isabel II de Inglaterra. Imaginemos eso, es como si nosotros la llamáramos “libra” y tuviéramos al rey Juan Carlos. Aunque, pensándolo bien no estaría tan mal: no estaríamos devaluando a nuestros propios próceres y los billetes tal vez podrían incluir esa famosa frase: “por qué no te callas”. Pero que todavía acuñen la cara de la reina inglesa no implica sumisión hacia ese país: si no lo cree mejor no salga a una cancha de rugby con la camiseta de Inglaterra si tiene enfrente a los Wallabies.

El dólar australiano se está revaluando, o sobre todo su homónimo norteamericano está cayendo, pero también lo ha hecho contra el euro. De hecho, hace poco alcanzó su nivel más alto desde que se le permitió flotar hace 28 años. En 2001 cotizaba a 0,47 contra un dólar ahora estaría llegando a la paridad. Pensemos eso: ¡1 a 1 con el dólar! Pensé en advertirlos acerca de la terrible situación que esa paridad podría acarrearles: incautación de los depósitos bancarios, default de la deuda, depresión, huída del gobierno en helicóptero, repudio de los contratos, pero aquí todos piensan al revés que en Argentina. Ven la fortaleza de su moneda como un reflejo de la de su economia, no como una medida artificial de su gobierno.

No obstante, el sector productivo está sintiendo el impacto de la revaluación. Las ganancias de las empresas caen, el turismo sufre, los australianos se van de vacaciones a todo el mundo. La empresa Beacon Marine, que construye espectaculares yates ha reducido el precio de uno de sus modelos de 2,4 millones de dólares a 1,3 millones y aun así el mismo barco se consigue por 800.000 en Estados Unidos mas unos 50.000 para su traslado. Antes tenían un stock disponible para potenciales clientes, ya no más, ahora solamente los construyen a pedido, y estos ya no son muchos.

Los empresarios no piden devaluaciones pero el gobierno no está siendo de mucha ayuda en un momento así. En lugar de aliviar la carga sobre las empresas, impuestos y regulaciones, para que puedan reducir sus costos y enfrentar la competencia externa, ha implementado otro de los tantos “paquetes de reactivación” y elevado los impuestos, aunque la principal reactivación, como en Argentina, viene de China.

Todo lo ecológico es “políticamente correcto”. Los buses muestran carteles de que han sido reformados para ser “amistosos con el medio ambiente”, los hoteles hacen gala de sus políticas para reducir el impacto, incluso en estos días el gobierno dio a conocer un informe que propondría una reducción del 30% en el suministro de agua a los productores agrícolas de la principal zona productiva el que, según la primera opinión expresada por los productores vendría a ser el equivalente de nuestras retenciones en cuanto a la eliminación de la rentabilidad y la desaparición de pequeños productores.

Ellos dicen que están “down, under” pero, si nos vieran, no saben lo que es verdaderamente estar down and under.

Corteo, Cirque du Soleil y el emprendedor y fundador se llama Laliberté!

Fui a ver Corteo, el espectáculo que presenta en estos días Cirque du Soleil en Buenos Aires. Como siempre, notable creatividad, ingenio y habilidades. Pero lo más interesante es el ejemplo de espíritu innovador y emprendedor.

Había leído ya el libro “The Spark: Igniting the Creative Fire that Lives within Us”. De Lyn Heward y John Bacon: http://www.amazon.com/Cirque-Soleil-Igniting-Creative-within/dp/0385516517

the spark

Y su fundador y CEO se llama “Guy Laliberté”!!!

El programa describe la misma historia del libro: “En 1982 un grupo de jóvenes artistas creado por Gilles Ste-Croix se mezcla con los turistas, artistas y coleccionistas en Baie Saint-Paul, la Meca de los pintores de Quebec. Se trata del Club des talons hauts (Club de los Tacos Altos).”

“Subidos en zancos, estos artistas de la calle –entre los que estaba Guy Laliberté- hacen malabarismo y tragan fuego. Ante el gran interés de los turistas, los artistas crean la Fete foraine de Baie Saint-Paul, una feria, donde el público atestiguó los comienzos de lo que pronto terminaría por convertirse en el Cirque du Soleil.”

“En 1984, sólo 73 personas trabajaban para Cirque du Soleil. Hoy, la compañía cuenta con 4.000 empleados de más de 40 países, entre ellos 1.000 artistas. Todos los artistas pasan por un entrenamiento artístico y acrobático mientras están en el estudio Creation. El entrenamiento incluye talleres de actuación, movimiento y percusión.”

“Los artistas provienen de distintas formaciones, incluyendo gimnasia artística, acrobacia, acrosport, natación, buceo, danza, canto y música. Para supervisar los programas de entrenamiento, el Estudio Creation emplea a 20 entrenadores de todo el mundo especializados en campos tales como la danza, el teatro, el canto y las acrobacias”.

Los resultados alcanzados por esta “visión empresarial” de Laliberté, aparecen también en el programa:

“Desde su creación, en 1984, Cirque du Soleil ha dejado impresionados a más de 90 millones de espectadores en más de 200 ciudades de los 5 continentes. La compañía cuenta actualmente con 8 espectáculos en gira (incluyendo Japón y Macao) y 12 permanentes repartidos por todo el mundo, los próximos destinos son Los Ángeles y Dubai. En 2009 Cirque du Soleil presentó 21 espectáculos simultáneamente en todo el mundo.”

“El trabajo artístico de Cirque du Soleil se caracteriza por su renovación constante y sus arriesgadas apuestas creativas. Además de sus espectáculos emblemáticos, Cirque du Soleil inicia en 2002 una diversificación de sus contenidos artísticos mediante producciones en vivo. Zummanity, cabaret erótico para adultos; KA, espectáculo épico en el que se utiliza el lenguaje del cine; LOVE, producción inspirada en la música de The Beatles, y Delirium, espectáculo musical que se representa en recintos deportivos.”

“La historia internacional de Cirque du Soleil es una historia de comunión sorprendente entre los artistas y los espectadores en todo el mundo, ya que, a fin de cuentas, son los espectadores los que mantienen y alimentan la pasión de Cirque du Soleil.”

En fin, un ejemplo de iniciativa emprendedora en el ámbito del arte y la cultura que no necesitó subsidios ni privilegios, solamente la visión del emprendedor, la innovación y la capacidad de asumir riesgos e invertir el capital acumulado.

Para el resto de los artistas que buscan rentas promoviendo el subsidio estatal a la cultura y el arte, la respuesta de Cirque du Soleil es que se puede empezar desde la calle, no con el apoyo de políticos y funcionarios sino con el de la gente.

¿Quién aprueba el impuesto de la inflación? Impuestos con consentimiento dice Juan de Mariana

La inflación hace que muchos paguen impuesto cuando antes no pagaban. Peor aún, la inflación “es un impuesto”. La pregunta es: ¿quién lo votó? ¿No es que los impuestos se aprueban en el Congreso como parte de una larga tradición que dice que no pueden ponerse impuestos sin el consentimiento de los ciudadanos? Parece que eso no corre para la inflación. Pero el principio es claro, está en la Carta Magna (1215) y lo comenta Juan de Mariana (1536-1624):

Juan de Mariana

Si el rey puede cargar pechos sobre sus vasallos sin consentimiento del pueblo

Algunos tienen por grande sujeción que los reyes, cuanto al poner nuevos tributos, pendan de la voluntad de sus vasallos, que es lo mismo que no hacer al rey dueño, sino al común; y aun se adelantan á decir que si para ello se acostumbra llamar á Cortes, es cortesía del príncipe, pero si quisiese, podría romper con todo y hacer las derramas á su voluntad y sin dependencia de nadie conforme á las necesidades que se ofrecieren. Palabras dulces y engañosas y que en algún« reinos han prevalecido, como en el de Francia, donde refiere Felipe Comines, al fin de la vida que escribió de Luis XI de Francia, que el primero que usó de aquel término fue el príncipe de aquel reino, que se llamó Carlos VIl. Las necesidades y aprietos eran grandes; en particular los ingleses estaban apoderados de gran parte de Francia; granjeó los señores con pensiones que les consignó á cada cual y cargó á su placer al pueblo. Desde el cual tiempo dicen comunmente que los reyes de Francia salieron de pupilaje y de tutorías, y yo añado que las largas guerras que han tenido trabajada por tantos años á Francia en este nuestro tiempo todas han procedido de este principio. Veíase este pueblo afligido y sin substancia; parecióles tomar las armas para de una vez remediarse con la presa ó acabar con la muerte las necesidades que padecían, y para esto cubrirse de la capa de religión y colorear con ella sus pretensiones. Bien se entiende que presta poco lo que en España se hace, digo en Castilla, que es llamar los procuradores á Cortes, porque los mas de ellos son poco á propósito, como sacados por suertes, gentes de poco ajobo en todo y que van resueltos á costa del pueblo miserable de henchir sus bolsas; demás que negociaciones son tales, que darán en tierra con los cedros del Líbano. Bien lo entendemos, y que como van las cosas, ninguna querrá al príncipe á que no se rindan, y que seria mejor para excusar cohechos y costas que nunca allá fuesen ni se juntasen; pero aquí no tratamos de lo que se hace, sino de lo que conforme à derecho y justicia se debe hacer, que es tomar el beneplácito del pueblo para imponer en el reino nuevos tributos y pechos. No hay duda sino que el pueblo, como dice el historiador citado, debe siempre mostrar voluntad de acudir á la de su rey y ayudar conforme lo pidiesen las necesidades que ocurren; pero también es justo que el príncipe oiga á su pueblo y se vea si en él hay fuerza y substancia para contribuir y si se hallan otros caminos para acudir á la necesidad, aunque toquen al mismo príncipe y á su reformación, como veo que se hacia antiguamente en las Cortes de Castilla. Digo pues que es doctrina muy llana, saludable y cierta que no se pueden poner nuevos pechos sin la voluntad de los que representan el pueblo. Esto se prueba por lo que acabamos de decir, que si el rey no es señor do los bienes particulares, no los podrá tomar todos ni parte de ellos sino por voluntad de cuyos son. Item, si, como dicen los juristas, ninguna cosa puede el rey en perjuicio del pueblo sin su beneplácito, ni les podrá tomar parte de sus bienes sin él, como se hace por via de los pechos. Demás que ni el oficio de capitán general ni de gobernador le da esta autoridad, sino que pues de la república tiene aquellos cargos, como al principio señaló el costeamiento y rentas que le parecieron bastantes para ejercellos; así, si quiere que se las aumenten, será necesario que haga recurso al que se las dio al principio. Lo cual, dado que en otro reino se permitiera, en el nuestro está por ley vedado, fecha y otorgada á pedimento del reino por el rey don Alonso el Onceno en las Corles de Madrid, año de 1329, donde la petición 68 dice así: «Otrosí que me pidieron por merced que tenga por bien de les no echar ni mandar pagar pecho desaforado ninguno especial ni general en toda la mi tierra sin ser llamados primeramente á Cortes é otorgado por todos los procuradores que vinieren: á esto respondo que lo tengo por bien é lo otorgo.» Felipe de Comines, en el lugar ya citado, por dos veces generalmente dice en francés: «Por tanto, para continuar mi propósito no hay rey ni señor en la tierra que tenga poder sobre su estado de imponer un maravedí sobre sus vasallos sin consentimiento de la voluntad de los que lo deben pagar, sino por tiranía y violencia»; y añade poco mas adelante «que tal príncipe, demás de ser tirano, si lo hiciere será excomulgado », lo cual ayuda á la sexta «comunión puesta en la bula In Coena Domini, en que descomulga á los que en sus tierras imponen nuevos pechos, unas bulas dicen : «sin tener para ello poder»; otras «fuera de los casos por derecho concedidos»; de la cual censura no sé yo cómo se puedan eximir los reyes que lo contrario hacen, pues ni para ello tienen poder ni por derecho les es permitido esta demasía; que como el dicho autor fue seglar y no persona de letras, fácilmente se entiende que lo que dice por cosa tan cierta lo pone por boca de los teólogos de su tiempo, cuyo parecer fue el suyo. Añado yo mas, que no solamente incurre en la dicha excomunión el príncipe que con nombre de pecho ó tríbulo hace, las tales imposiciones, sino también con el de estanque y monipodio sin el dicho consentimiento, pues todo se sale á una cuenta, y por el un camino y por el otro toma el príncipe parte de la hacienda de sus vasallos, para lo cual no tiene autoridad. En Castilla de unos años á esta parte se han hecho algunos estanques de los naipes, del solimán, de la sal, en lo cual no me meto, antes los tengo por acertados; y de la buena conciencia del rey, nuestro señor, de gloriosa memoria, don Felipe II, se ha de creer que alcanzó el consentimiento de su reino; solo pretendo probar que lo mismo es decir poner estanques que pechos y que son menester los mismos requisitos.

Pongamos ejemplo para que esto se entienda. En Castilla se ha pretendido poner cierto pecho sobre la harina; el reino hasta ahora ha representado graves dificultades. Claro está que por via de estanque si el rey se apoderase de todo el trigo del reino, como se hace de toda la sal, lo podría vender á dos reales mas de lo ordinario, con que se sacaría todo el interés que se pretende y aun mas, y que seria impertinente pretender no puede echar pecho sin el acuerdo dicho, si por este ú otro camino se puede sin él salir con lo que se pretende. Por lo menos de todo lo dicho se sigue que si no es licito poner pecho, tampoco lo será hacer esta manera de estanques sin voluntad de aquellos en cuyo perjuicio redundan.

Gasto público, deuda, holdouts y la ausencia de límites al oportunismo político

Un comentario sobre los límites al oportunismo politico en el caso de la deuda, publicado en el diario La Tercera, de Chile:  http://diario.latercera.com/2014/06/21/01/contenido/opinion/11-167101-9-argentina-sin-limites.shtml

Griesa

ARGENTINA SIN LÍMITES

ARGENTINA ES un país exuberante, un país que no reconoce límites. Y lo que pareciera ser un don, en cierto sentido es una plaga en el ámbito de la política y el Estado. Como no tiene límites, éstos le llegan desde afuera. La Corte Suprema de los Estados Unidos decidió en estos días no tomar el caso que enfrenta al Estado argentino con aquellos acreedores que no aceptarán el canje de deuda en el año 2005, llamados holdouts, y decidieran seguir la vía judicial. Ganaron en primera instancia, luego en segunda, y ahora al no aceptar el caso quedan firmes las anteriores.

Estas implican que los pagos que se realicen a los bonistas que sí aceptaron el canje, es decir, bonos que se cumplen, pueden ser embargados para pagar proporcionalmente a los así llamados “buitres”. Como uno de estos pagos es a fin de mes, Argentina puede caer en default nuevamente en cuestión de días.

Al margen de todos los argumentos que se presentan en estos días, quiero señalar aquí que es este un nuevo caso que muestra la ausencia de límites al abuso de poder, o al oportunismo político. Todo esto empezó, por supuesto, con aquellos que alegremente aprobaron el excesivo gasto público que hubo de ser financiado con emisión de deuda, que luego no pudo ser pagada, que fuera después demandada y hoy, exigida.

En todo este proceso no hubo un solo límite interno para frenar un proceso que lleva luego, inevitablemente, a encontrar un límite externo. El primero de ellos fue décadas atrás, cuando el mercado le dijo a la Argentina que no aceptaría bonos con jurisdicción local, ya que la justicia argentina no es confiable, porque no es independiente del gobierno de turno. Esto forzó a distintos gobiernos a emitir bonos con jurisdicción extranjera.

Bien podría no haber sido el caso si los gobernantes hubieran dado prioridad al orden fiscal que no demandara endeudamiento. Pero no fue así y llevaron la deuda hasta el segundo límite, el que les puso el mercado en 2001/02, señalando que no estaba ya dispuesto a seguir prestando, porque ya no había tasa de interés que cubriera semejante riesgo. Default.

El tercer límite fue el de quienes no aceptaron las propuestas y presiones del gobierno para renegociar la deuda con una importante quita, y así cerraron las posibilidades de financiamiento externo durante los últimos 10 años. El límite externo pudo tener el saludable efecto de limitar la sed de gasto, pero no fue así. Como no hay límites internos, el gobierno continuó gastando y endeudándose tomando las fuentes internas disponibles (el sistema de seguridad social, reservas del Banco Central).

El cuarto límite llega ahora, impuesto por la justicia externa, no por ningún tipo de límite institucional interno, y hace que el gobierno argentino tenga que confrontarse con las consecuencias de sus propios actos. Saldrá de alguna forma de esta encrucijada o dejará la escena con la bandera en alto y el país destruido. Después de todo, hay pocos pueblos tan acostumbrados y conocedores de cómo atravesar tormentas.

Martín Krause
Profesor de Economía Universidad de Buenos Aires

La cuestión de los holdouts a la luz del dilema del prisionero

La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos ha desatado un torrente de comentarios y opiniones, tanto económicas como legales. Hagamos algo diferente y tratemos de analizar el tema a la luz de la teoría. Es un análisis muy básico y preliminar así que hay que tomarlo como una prueba.

Veamos esto desde la perspectiva de la teoría de los juegos y el conocido “Dilema del Prisionero”. La confrontación entre el gobierno argentino y los holdouts parece tener esa forma, para la cual replico el cuadro del libro, aunque tal vez no sea el más adecuado, pero resultará familiar a los alumnos (por alguna razón no puedo copiar la matriz como corresponde):

Holdouts

Cooperan                                     traicionan

Coopera                              1 – 1                                     5 – 0

Gobierno

Traiciona                             0 – 5                                     3 – 3

Encontré esto en la web:

Dilema del prisionero

El dilema diría que el gobierno y los buitres se encuentran en una situación en la cual el resultado futuro depende de lo que el otro haga. El gobierno enfrenta estas alternativas:

  1. Si coopero (es decir, pago) y luego los demás holdouts aceptan cómodas cuotas y los tenedores de bonos que se pagan no pueden reclamar más, entonces me encuentro en la casilla superior izquierda, con un costo bajo (1).
  2. Pero si coopero y los holdouts luego se vienen con reclamos por todos los bonos que se extienden a los que actualmente se pagan, entonces estoy en la casilla superior derecha con altos pagos que no podré realizar (5).
  3. Si traiciono (no pago), y los holdouts pierden la posibilidad de cobrar (p.je. exitosamente cambio el pago por jurisdicción local), entonces zafo  (0) y los holdouts pierden sus bonos con alto costo para ellos porque invirtieron mucho tiempo y dinero en el proceso (5).
  4. Si traiciono (no pago) y se desencadena una catarata de demandas, terminamos perdiendo todos, yo desato una enorme crisis (3) y los holdouts no pueden cobrar (3).

Parecería que les conviene negociar a ambos, ya que la casilla superior izquierda es la de menores costos totales (1-1), pero sabemos que cada uno analiza también la posibilidad de traicionar. No saben lo que finalmente el otro hará. Ése es el dilema.

Para salir de él, el gobierno sigue un análisis lógico y se plantea considerar las dos alternativas que se le presentan a los holdouts:

  1. Si los holdouts cooperan (columna izquierda), ¿qué me conviene, cooperar o traicionar? Pues me conviene traicionar (0 es mejor que 1).
  2. Y si los holdouts traicionan (columna derecha), ¿qué me conviene, cooperar o traicionar? Pues me conviene traicionar (3 es mejor que 5)

No hay dilema, le conviene traicionar. El mismo análisis hacen los holdouts y los dos terminan en la casilla inferior derecha, el resultado con más costos totales.

Ahora bien, vimos también que esto ocurre cuando se trata de una jugada aislada, y que cuando son jugadas repetidas surge espontáneamente el incentivo a cooperar (Axelrod, El origen de la cooperación). ¿Es éste un juego repetido?

Respecto al gobierno, en parte lo es porque depende de esto el destino de sus meses finales, pero como además quiere sostener el “modelo” hacia el futuro, no debería destruir su futuro traicionando y arriesgándose a terminar en la peor casilla. Pero esto es relativo, también puede pensar que su futuro se encuentra en “quedarse con la bandera”, aunque en definitiva esta sea muy pequeña, como la que viene arriba de la bocha de un helado.

En cuanto a los holdouts, tal vez no quieran lidiar con Argentina nunca más, pero tienen que seguir el juego para poder cobrar algo, aunque tienen las cartas en su mano. Es decir, puede ser un juego con jugadas que terminarán, pero por ahora hay que seguir jugando.

Tal vez esta débil sensación de necesaria continuidad es la que mantiene una esperanza en el proceso pero con continuas amenazas de “traicionar” por parte de quien ha quedado en la situación débil. Cuanto más el gobierno piense que su proyecto futuro se derrumbaría con el final del juego, más se inclinará por cooperar, o sea, negociar.

Los precios de mercado en la Villa 31 y su asignación en propiedad

Interestante artículo en La Nación sobre la Villa 31. http://www.lanacion.com.ar/1701449-villa-31-se-venden-pisos-con-balcon-a-la-calle-a-us-1200-el-m2

Como escribiera en ese mismo diario hace unos años sobre el tema, reproduzco el artículo: http://www.lanacion.com.ar/1156361-se-puede-privatizar-la-villa-31 Villa 31

¿Se puede privatizar la villa 31?

Opinión

Martín Krause

Si no la más grande, la 31 es la villa más visible de la ciudad de Buenos Aires. Enclavada a pocas cuadras del Obelisco, pone en evidencia la existencia paralela de la mayor riqueza y la mayor pobreza, común a todo país tercermundista. Resalta también la incapacidad total del Estado para evitar el problema y, una vez generado, para resolverlo.

Ya antes de que existieran las «villas» había pobres en Buenos Aires. De hecho, la mayoría de los inmigrantes lo eran. Ante la escasez de viviendas, paraban en los llamados conventillos, pero existían caminos para acceder a la propiedad de una vivienda, principalmente mediante la compra de terrenos loteados, en cuotas a largo plazo.El negocio prosperaba entonces: un empresario compraba un terreno en los suburbios, lo dividía en lotes y lo vendía en cuotas. El nuevo propietario comenzaba su casa de a poco, pero con la propiedad asegurada invertía capital en ella y la iba mejorando.

El Estado liquidó este sistema de dos formas: por un lado, la inflación destruyó el financiamiento a largo plazo; por otro, las regulaciones lo tornaron inviable. Se demandaba que un barrio loteado tuviera servicios antes de ser vendido (agua y luz), pero éstos los brindaban empresas estatales que demoraban años en proveerlos.

Sin posibilidad de acceder a la vivienda, sin crédito hipotecario, no quedaba otra que los asentamientos informales. Aquí viene la segunda falla del Estado. Como es un mal propietario, no supo proteger su propiedad: no es de extrañar que los barrios informales surgieran en propiedades públicas.

La tercera falla del Estado es su incapacidad para resolver el problema. En el caso de la villa 31, hubo de todo: desde el desalojo violento bajo un gobierno militar, pasando por la oferta de viviendas para el traslado de quienes allí viven, hasta todo tipo de «consensos» que nunca dieron resultado.

Hoy, la villa crece más que nunca, sobre todo para arriba, generando construcciones precarias de varios pisos. Ahora la traba principal es la discrepancia entre el gobierno nacional, dueño de las tierras, y el gobierno de la ciudad, que quiere hacer algo, pero no puede.

Siendo que el Estado, incluyendo a todos los gobiernos involucrados, es incapaz de resolver el problema, habría que considerar una solución tan demonizada que la convierte en el colmo de lo políticamente incorrecto. Pero, como decía Borges, es de caballeros jugarse por las causas perdidas: la villa debería ser privatizada.

En este caso en particular, esa odiada variante significaría establecer claros derechos de propiedad privada sobre la tierra en que la villa se asienta. Este derecho, más temprano que tarde, terminaría resolviendo el problema de una forma «evolutiva», a partir de los fuertes incentivos que la propiedad genera. La propiedad privada, así nos lo dicen las enseñanzas básicas de la economía, concentra en el propietario los beneficios y los costos de sus decisiones. Por eso es tan eficiente.

Es decir: el dueño va a recibir todos los beneficios por las decisiones correctas que tome respecto de su propiedad. También afrontará los costos de sus malas decisiones o su desidia. Veamos un ejemplo: si el dueño cuida su casa, la limpia y mantiene, la pinta y arregla, ésta mantiene e incluso incrementa su valor, se capitaliza el esfuerzo realizado y esto es un gran incentivo para hacerlo. Si, por otro lado, la descuida, su valor cae: una multa inmediata. Premios y castigos generan el aumento de la riqueza inmobiliaria.

En la actualidad, los habitantes de la villa 31 están en una situación precaria. Tienen la posesión -bastante asegurada, por cierto, ya que están seguros de que no serán desalojados por el Estado, y por eso se animan a construir más pisos-, pero como es una mera tenencia y no se puede disponer del bien más que informalmente, entonces se invierte poco, también precariamente. Además, como señaló Hernando de Soto en El misterio del capital (México, Editorial Diana, 2001), los ahorros allí invertidos no llegan a ser «capital». Son el patrimonio más importante que tienen esas familias, pero se encuentra «hundido» sin poder servir, por ejemplo, como garantía para un préstamo que se pueda invertir, luego, en una actividad productiva.

Existen dos formas posibles de asignar derechos de propiedad en la Villa 31. La primera de ellas consiste en otorgar una escritura de dominio a cada familia (con todas las complicaciones, por supuesto, que significa definir familia, o pareja, en estos casos). Suponiendo que esto se terminara haciendo, los nuevos propietarios tendrían ahora incentivos para mejorar sus viviendas, teniendo en cuenta incluso el valor alto del bien que pasarían a poseer, debido a su ubicación. Con el tiempo, el barrio iría evolucionando, en forma parecida, tal vez, a como lo hicieron en su momento el Bajo porteño, San Telmo y Palermo.

La segunda es que el Estado venda los terrenos a un emprendedor y que éste se encargue de resolver lo que aquél no ha podido. Sería una venta condicionada a la solución del problema habitacional de los que allí viven. Es decir: el emprendedor, seguramente, hará buen negocio, pero como parte de él tendrá que construir departamentos. Con el resto, podrá hacer un hotel, un shopping, etc.

Algo así está ocurriendo no en otro lugar que en Dharavi, la villa más grande de Bombay, en la India, donde se filmó la película ganadora del Oscar ¿Quién quiere ser millonario?

Un empresario inmobiliario, Mukesh Metha, ha convencido al gobierno local de que ponga en sus manos todo el barrio. Cada familia recibirá un departamento de 21 metros cuadrados, supuestamente una superficie similar a la que ahora ocupa, pero de mejor calidad, y el emprendedor tendrá permiso para construir otros 21 metros, para el mercado. Habrá que ver cómo funciona.

Si se aplica una u otra solución, eso dependerá de circunstancias políticas, aunque es probable que los propios habitantes prefieran la primera a la segunda. A los políticos no les gustará ninguna de las dos: ellos quisieran tener el control -paternalista y clientelista, por cierto- de todo un proceso sin fin, sin resultados que no sean el intercambio de votos por heladeras u otros productos.

Los principales impulsores de la privatización deberían ser los mismos habitantes de la villa. Ellos pasarían a ser propietarios de una u otra forma, y deberían entender que no se trata de ningún «derecho a la vivienda» que está siendo cumplido, sino de una honrosa concesión del resto de los habitantes, que han debido pagar sus propias viviendas peso sobre peso.

Sobre el mayor gasto en la educación y el perverso «trato» que tienen los maestros

No hay campaña electoral en la que los candidatos no prometan un mayor gasto en educación. No es porque sí, interpretan correctamente que los votantes quisieran que la educación tuviera mayor prioridad. Esa opinión se ve confirmada en muchas discusiones, por ejemplo sobre cuestiones ambientales, donde muchos sostienen que la solución es una mayor educación de la población (en este caso sobre los problemas ambientales).

No voy a negar la importancia de la educación, aunque suelo pensar que el destino de las sociedades está más ligado a los “valores” e “ideas” que predominan en ellas que a un cierto grado de educación formal. Después de todo, puede que no hubiera pueblo más educado que el alemán en la década de 1930 y sin embargo se embarcaron detrás del espantoso proyecto nazi.

No obstante, al margen del impacto del nivel educativo en la sociedad, lo cierto es que tiene un impacto en las oportunidades personales que se abren a quienes la poseen. En un mundo cada vez más basado en el conocimiento y las tecnologías, poseer educación es un activo importante. La gente sabe eso, por eso la valora y reclama por ella.

O sea que todo eso no está en discusión. Tampoco que la inversión personal que cada uno realiza en educación no sea finalmente rentable. Pero sí quiero discutir la idea de que mejorar la educación significa gastar más en ella, al margen de la estructura institucional de ese mercado en particular.

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Hay gráficos que hablan por sí mismos. Es sobre el gasto en educación primaria en los Estados Unidos desde 1970 (espero que salga bien el gráfico). La línea más empinada corresponde al gasto total, la segunda al número de empleados, las demás son sobre el desempeño de los alumnos.

Lo que muestra es notable: la cantidad de empleados se ha duplicado, el costo total se ha triplicado. Los resultados no han cambiado. Se gastan ahora unos 164.000 dólares por alumno (ajustados por inflación) contra casi 57.000 en 1970.

Los datos son de “State Education Trends”, una publicación de Cato Institute, y su autor es Andrew Coulson: http://www.cato.org/publications/policy-analysis/state-education-trends. Hay estados que han aumentado aún más ese gasto sin tener mejores resultados y, más notable, hay quienes han reducido el gasto sin que caigan sus indicadores. El informe también comenta que esto ha ocurrido en un período en el cual las nuevas tecnologías han elevado la productividad en todos los campos, y tecnologías que son de particular aplicación e impacto en la educación.

La contundencia del gráfico tal vez nos lleve a discutir otra cosa. El estado termina proveyendo educación mala y cara, y regulando al sector privado para que la de éste sea parecida. Los maestros están atrapados en un acuerdo perverso: nosotros pretendemos trabajar, ellos pretenden pagarnos. No quieren saber nada de evaluaciones ni de controles de presentismo, tienen cantidad de días de licencia y también de vacaciones; pero no parecen estar dispuestos a un trato que sea mayor productividad por mayor ingreso y, como pasa en las empresas, ingresos vinculados con resultados obtenidos.

¿Cuál es su negocio? Bueno, el que aparece en el gráfico, recibir más presupuesto sin entregar nada a cambio. Es un negocio pésimo.