Movilidad social: el ‘capitalismo de amigos’ es como regresar del capitalismo a la Edad Media

En Junio de 1959, Ludwig von Mises dictó seis conferencias en Buenos Aires. Éstas fueron luego publicadas y las consideramos con los alumnos de la UBA en Derecho. Su segunda conferencia se tituló “Socialismo” y trata ese tema:

“Las diferencias dentro de una sociedad capitalista no son las mismas que existen en una sociedad socialista. En la Edad Media – y aún mucho más tarde en muchos países – una familia podía ser una familia aristocrática y poseer una gran riqueza, podía ser una familia de duques por centenares y centenares de años, cualquiera fueren sus calidades, sus talentos, su carácter o su moral. Pero, bajo las modernas condiciones capitalistas, existe lo que ha sido técnicamente descrito por los sociólogos como ‘movilidad social’. El principio básico del funcionamiento de esta movilidad social, de acuerdo con el sociólogo y economista italiano Vilfredo Pareto, es ‘la circulation des élites’ (la circulación de las elites).

Esto significa que siempre hay gente que está al tope de la escala social, que son ricos, que son políticamente importantes, pero esta gente – estas elites – están cambiando continuamente. Esto es completamente cierto en una sociedad capitalista. Y no era cierto para una sociedad de ‘status’, precapitalista. Las familias que eran consideradas las grandes familias aristocráticas de Europa, hoy todavía son las mismas familias o, digamos, son los descendientes de las familias que eran las más destacadas en Europa, 800 o 1000 años atrás. Los Capetos de Borbón – quienes por largo tiempo gobernaron aquí en la Argentina – eran una casa real ya en el Siglo X. Estos reyes gobernaron el territorio que es hoy conocido como Ile-de-France, extendiendo su reinado de generación en generación. Pero en una sociedad capitalista existe una permanente movilidad: pobres que se convierten en ricos y los descendientes de esa gente rica que pierden su riqueza y se convierten en pobres. Hoy vi, en una librería en una calle céntrica de Buenos Aires, una biografía de un hombre de negocios que fue tan eminente, tan importante, tan característico de los grandes negocios en el Siglo XIX en Europa, que aún en este país, tan lejos de Europa, la librería tenía copias de su biografía. Por coincidencia conozco al nieto de este hombre. Tiene el mismo nombre que tenía su abuelo y todavía tiene el derecho a utilizar el título de nobleza que su abuelo – quien había comenzado como un herrero – había recibido ochenta años atrás. Hoy su nieto es un pobre fotógrafo en la ciudad de Nueva York. Otra gente, que eran pobres en el momento en que el abuelo de este fotógrafo se convertía en uno de los más grandes empresarios industriales de Europa, son hoy capitanes de la industria. Cada uno tiene la libertad de cambiar su ‘status’. Esta es la diferencia entre el sistema de ‘status’ y el sistema capitalista de libertad económica, en el cual cada uno puede echarse la culpa sólo a sí mismo si no alcanza la posición a la que desea llegar.

El más famoso empresario industrial del Siglo XX, hasta ahora, es Henry Ford. Comenzó con unos pocos centenares de dólares que había tomado en préstamo de sus amigos, y en muy corto tiempo desarrolló una de las más importantes grandes empresas de negocio del mundo. Y pueden descubrirse cientos de estos casos todos los días. Cotidianamente, el New York Times publica largos avisos de gente que ha muerto. Si se leen estas biografías, se puede encontrar el nombre de un eminente hombre de negocios que empezó vendiendo diarios en las esquinas de Nueva York. O empezó como un cadete de oficina, y en el momento de su muerte era el presidente de la misma empresa bancaria en la que comenzó en el nivel más bajo de la escala. Desde luego, no todas las personas pueden alcanzar estas posiciones. No toda la gente desea alcanzarlas. Hay gente que está más interesada en otros problemas y, para esta gente, se abren hoy otros caminos que no estaban abiertos en los días de la sociedad feudal, en los tiempos de la sociedad de ‘status’.

Lamentablemente, en el ‘capitalismo de amigos’ que nos rodea, la ‘movilidad social’ depende de la amistad con el poder de turno y los privilegios que así se obtienen. Hay muy pocos pobres en este país llegan a ricos compitiendo en el mercado, que está reservado para los amigos del poder.

El mercado de las ideas en China: ideas y liderazgo en la transición hacia una democracia liberal

Weiying Zhang es profesor de Economía en la Escuela Nacional de Desarrollo, Universidad de Beijing, China. Escribe un artículo en el Cato Journal titulado “El poder de las ideas y el liderazgo en la transición china hacia una sociedad liberal”: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/cato-journal/2015/2/cj-v35n1-1.pdf

Algunas de sus conclusiones:

“En este artículo sostengo que las ideas y el liderazgo cumplen un papel fundamental en los cambios institucionales. En particular, propongo un marco bi-dimensional de ideas y liderazgo para analizar la transición económica y política china hacia una sociedad liberal. He demostrado (en el artículo), que el mayor progreso en China tuvo lugar durante los primeros 25 años cuando las ideas eran correctas y el liderazgo fuerte bajo Deng Xiaoping y Jian Zemin. En contraste, la reforma se frenó e incluso tuvo retrocesos bajo el liderazgo de Hu Jintao y Wen Jiabao debido a que tenían ideas erróneas. El futuro de la reforma china dependerá de la clase de ideas y liderazgo de sus nuevos líderes, particularmente el Secretario General Xi Jinping. Para tener éxito en una transición pacífica a una sociedad liberal, China debe deshacerse de las ideas equivocadas. La burocratización de los políticos es un gran obstáculo para la producción de líderes de alta calidad. El futuro de la transición china es, por lo tanto, incierto y difícil de predecir.

¿Puede China decirle adiós a la revolución? La respuesta a esa pregunta dependerá de la suerte. Si China tiene buena suerte, la reforma nos traerá un gobierno constitucional y democracia. SI la suerte es pobre, entonces China puede tener otra revolución, y nadie sabe cuáles pueden ser sus consecuencias.

La cuestión que aún no he discutido es: ¿de dónde vienen las ideas nuevas y correctas? Una respuesta es crear un mercado de ideas. Es la libre competencia en el mercado académico y el debate de opiniones, creencias e ideologías diferentes lo que produce ideas nuevas y correctas. No digo que las ideas correctas necesariamente van a ganar la competencia en el mercado de las ideas. Pero si queremos producir las ideas correctas y dejar de lado las malas, el mercado de las ideas puede ser el único mecanismo confiable.

El mercado de las ideas en China está subdesarrollado y muy restringido debido al monopolio de las ideologías comunistas. No obstante, los académicos y economistas chinos han cumplido un papel importante en la producción de nuevas ideas para el movimiento reformista. Esto fue particularmente cierto durante los primeros 25 años de la reforma. El ‘debate sobre el criterio de verdad’, y el ‘movimiento para la liberación del pensamiento’ son bien conocidos por sus contribuciones destacadas al comienzo de las reformas de Deng. En los años 1980s y 1990s casi todos los programas de reformas se discutieron en la academia antes de que se convirtieran en políticas oficiales. El proceso básico funciona de esta forma: primero, unos pocos investigadores proponen una nueva idea de reforma que provoca un acalorado debate; luego es aceptado con modificaciones por los líderes reformistas; y finalmente pasa a formar parte de la política y la ley. Sin un acalorado debate académico la ‘economía socialista de productos’ no hubiera sido incluida en el comunicado del Tercer Pleno del 12 Congreso Nacional del Partido Comunista Chino en 1984; las empresas privadas no hubieran sido legalizadas por las reformas constitucionales de 1988; la ‘economía socialista de mercado’ no hubiera sido reconocida como el objetivo de las reformas por el 14 Congreso del PCC en 1992; y el ‘gobierno por la ley’ no hubiera sido reemplazo por el ‘imperio de la ley’ en el 15 Congreso de 1998.”

Ronald Coase tuvo razón al sostener que el libre mercado de ideas es crucial para una transición pacífica en China. El Tercer Pleno de 18 Congreso Nacional del PCC produjo un camino de reformas para la década siguiente. Las ideas clase son dejar ‘que el mercado juegue un rol decisivo en la asignación de recursos’ y proveer por la ‘modernización de la estructura de gobernabilidad’. Sin embargo, si la gente no puede discutir libremente cómo reformar el sistema político, entonces será imposible desarrollar las ideas correctas para seguir ese camino. Por ello, hay razones para preocuparse del creciente férreo control de la libertad académica, la falta de publicaciones y de libertad de prensa.”

 

North & Douglass plantean las causas del cambio institucional. North luego iría por las ideas y valores

Con los alumnos de la materia Economía e Instituciones de OMMA-Madrid comenzamos viendo el ya clásico artículo de Douglass C. North y Robert P. Thomas “Una teoría económica del crecimiento del mundo occidental”, (Revista Libertas VI: 10 (Mayo 1989). Allí, los autores elaboran una teoría sobre el cambio institucional. North recibiría luego el premio Nobel por sus contribuciones en este campo, pero en alguna medida cambió su visión más adelante, particularmente en su libro “Understanding the process of economic change”, donde, en vez de presentar a los cambios en los precios relativos y la población como determinantes de esos cambios hace más hincapié en la evolución de los valores e ideas. Pero aquí, algunos párrafos de este trabajo:

North

“En este artículo nos proponemos ofrecer una nueva explicación del crecimiento económico del mundo occidental. Si bien el modelo que presentamos tiene implicaciones igualmente importantes para el estudio del desarrollo económico contemporáneo, centraremos nuestra atención en la historia económica de las naciones que formaron el núcleo del Atlántico Norte entre los años 1100 y 1800. En pocas palabras, postulamos que los cambios en los precios relativos de los productos y los factores de producción, inducidos inicialmente por la presión demográfica malthusiana, y los cambios en la dimensión de los mercados, dieron lugar a una serie de cambios fundamentales que canalizaron los incentivos hacia tipos de actividades económicas tendientes a incrementar la productividad. En el siglo XVIII estas innovaciones institucionales y los cambios concomitantes en los derechos de propiedad introdujeron en el sistema cambios en la tasa de productividad, los cuales permitieron al hombre de Occidente escapar finalmente al ciclo malthusiano. La llamada «revolución industrial» es, simplemente, una manifestación ulterior de una actividad innovadora que refleja esta reorientación de los incentivos económicos.”

“Las instituciones económicas y, específicamente, los derechos de propiedad son considerados en general por los economistas como parámetros, pero para el estudio de largo plazo del crecimiento económico son, evidentemente, variables, sujetas históricamente a cambios fundamentales. La naturaleza de las instituciones económicas existentes canaliza el comportamiento de los individuos dentro del sistema y determina, en el curso del proceso, si conducirá al crecimiento, al estancamiento o al deterioro económico.

Antes de avanzar en este análisis, debemos dar una definición. Resulta difícil asignar un significado preciso al término «institución», puesto que el lenguaje común lo ha utilizado en formas diversas para referirse a una organización (por ejemplo, un banco), a las normas legales que rigen las relaciones económicas entre la gente (la propiedad privada), a una persona o un cargo (un rey o un monarca), y a veces a un documento específico (la Carta Magna). Para nuestros fines, definiremos una «institución» o una disposición institucional (que es, en realidad, un término más descriptivo) como un ordenamiento entre unidades económicas que determina y especifica la forma en que -estas unidades pueden cooperar o competir.

Como en el caso más conocido de la introducción de un nuevo producto o un nuevo proceso, las instituciones económicas son objeto de innovaciones porque a los miembros o grupos de la sociedad les resulta aparentemente provechoso hacerse cargo de los costos necesarios para llevar a cabo tales cambios. El innovador procura obtener algún beneficio imposible de conseguir con los antiguos ordenamientos. El requisito básico para introducir innovaciones en una institución o un producto es que las ganancias que se espera obtener excedan los presuntos costos de la empresa; sólo cuando se cumple este requisito cabe esperar que se intente modificar la estructura de las instituciones y los derechos de propiedad existentes en el seno de la sociedad. Examinaremos sucesivamente la naturaleza de las ganancias potenciales y de los costos potenciales de tal innovación y exploraremos luego las fuerzas económicas que alterarían la relación de dichos costos y ganancias a lo largo del tiempo.”

 

Alberdi quiso garantizar la permanencia de un Sistema de política económica. No fue suficiente

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I en la UBA leen a Alberdi:

Alberdi, Juan B, “Sistema Económico y rentístico de la Confederación Argentina”: Introducción, Caps 1, 2 y 3 (Art. Primero): http://www.eumed.net/cursecon/textos/2004/alberdi-sistema.pdf

Rige en Argentina la Constitución de 1853 inspirada por Alberdi. Está claro que poco tiene que ver la organización actual de la sociedad argentina con los principios que inspiraron a quien inspirara esa constitución. Sin embargo, para Alberdi, ella contenía “un sistema completo de política económica”. Así lo dice:

Alberdi 2

“La Constitución Federal Argentina contiene un sistema completo de política económica, en cuanto garantiza, por disposiciones terminantes, la libre acción del trabajo, del capital, y de la tierra, como principales agentes de la producción, ratifica la ley natural de equilibrio que preside al fenómeno de la distribución de la riqueza, y encierra en límites discretos y justos los actos que tienen relación con el fenómeno de los consumos públicos. Toda la materia económica se halla comprendida en estas tres grandes divisiones de los hechos que la constituyen.”

“Esparcidas en varios lugares de la Constitución, sus disposiciones no aparecen allí como piezas de un sistema, sin embargo de que le forman tan completo como no lo presenta tal vez constitución alguna de las conocidas en ambos mundos.”

¿Acaso no se dio cuenta Alberdi que el espíritu de esa Constitución podía ser alterado luego por las leyes y otras medidas gubernamentales que se aprobaran. Al respecto, esto dice:

“Conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio, es concedido el goce de las libertades económicas. La reserva deja en manos del legislador, que ha sido colono español, el peligro grandísimo de derogar la Constitución por medio de los reglamentos, con sólo ceder al instinto y rutina de nuestra economía colonial, que gobierna nuestros hábitos ya que no nuestros espíritus. Reglamentar la libertad no es encadenarla. Cuando la Constitución ha sujetado su ejercicio a reglas, no ha querido que estas reglas sean un medio de esclavizar su vuelo y movimientos, pues en tal caso la libertad sería una promesa mentirosa, y la Constitución libre en las palabras sería opresora en la realidad.”

“Todo reglamento que es pretexto de organizar la libertad económica en su ejercicio, la restringe y embaraza, comete un doble atentado contra la Constitución y contra la riqueza nacional, que en esa libertad tiene su principio más fecundo.”

Este tema es toda una preocupación en esta obra. Más adelante, en una sección titulada “Garantías de la Constitución contra las derogaciones de la ley orgánica – Base constitucional de toda ley económica”, dice:

“De dos medios se ha servido la Constitución para colocar sus garantías económicas al abrigo de los ataques derogatorios de la ley orgánica: primero ha declarado los principios que deben ser bases constitucionales y obligatorios de toda ley; después ha repetido para mayor claridad explícita y terminantemente, que no se podrá dar ley que altere o limite esos principios, derechos y garantías con motivo de reglamentar su ejercicio.”

No obstante, esto no le parecía suficiente, y más adelante agrega:

“En efecto, el sistema económico de la Constitución argentina debe buscar su más fuerte garantía de estabilidad y solidez en el sistema económico de su política exterior, el cual debe ser Un medio orgánico del primero, y residir en tratados de comercio, de navegación, de industria agrícola y fabril con las naciones extranjeras. Sin esa garantía internacional la libertad económica argentina se verá siempre expuesta a quedar en palabras escritas y vanas.”

Aun así todo eso fue insuficiente. Hemos visto en otros posts la importancia de los valores e ideas en la evolución de las sociedades. Si estos cambian, no hay ninguna disposición constitucional o tratado internacional que pueda detener esa marea de cambio. No lo pudo en el caso de la Argentina. Otros valores e ideas comenzaron a prevalecer en la sociedad y, tarde o temprano, el cambio se produjo (y también cien años de estancamiento y retroceso).

¿La democracia como proceso de descubrimiento? Una visión ‘austriaca’ de la política

Existe, por supuesto, una “teoría económica de la política”, que se suele llamar “Teoría de la Elección Pública” o “Public Choice”. Ahora bien, ¿existe una teoría económica ‘austriaca’ de la política? Esto lo trata Michael Wohlgemuth en el interesante artículo titulado “La democracia como un proceso de descubrimiento: hacia una “economía austriaca” del proceso político” (Libertas 34, 2001).

Comienza con dos citas”

“Es en sus aspectos dinámicos, mas que los estáticos, donde se prueba el valor de la democracia… El ideal de la democracia descansa en la creencia de que la visión que dirigirá al gobierno emerge de un proceso independiente y espontáneo”.

Friedrich A. Hayek (1960: 109)

“Las perspectivas que ofrecen algunos de los análisis sobre ordenes espontáneos que ocurren fuera de situaciones de equilibrio pueden resultar útiles en aplicaciones a la política como a la economía”.

Y comenta:

“No existe una Economía Austríaca de la democracia. Es cierto que economistas austríacos como Hayek, von Mises o Lachmann han estudiado a los sistemas e ideas políticas. El estado, su poder e instituciones, su papel en la protección o destrucción del orden espontáneo del mercado se encuentra en el centro de tratamientos clásicos como La Constitución de la Libertad (Hayek, 1960), Ley, Legislación y Libertad (Hayek, 1973; 1976; 1979), Socialismo (Mises 1936/76), Gobierno Omnipotente (Mises, 1944) o El legado de Max Weber (Lachmann, 1970). Y aun más notablemente, todo el proyecto de la teoría económica de la democracia es considerado a menudo como habiéndose iniciado con un “austríaco”: con la formulación de Schumpeter sobre Otra Teoría de la Democracia (1942: cap. 22)1.

Sin embargo, parece correcto decir que no existe una economía de la política específicamente austríaca. Lo que hoy se conoce como la economía de la política (esto es, el análisis positivo de la política aplicando las mismas herramientas y conceptos utilizados para el análisis positivo de los fenómenos económicos) no es economía austríaca sino neoclásica. La impresión común que brindan los economistas austríacos -aunque esto refleja una visión relativamente simplista y sesgada del asunto- es que los austríacos se interesan exclusivamente de conclusiones políticas normativas derivadas de su ideal sobre los procesos del mercado libre. Los austríacos no tienen renombre por analizar la política como es utilizando sus conceptos y herramientas austríacas específicas en una teoría del proceso político. Por lo tanto, parece haberse desarrollado una división del trabajo intelectual que ha producido dos áreas distintas de preocupación teórica: si quieres saber lo que los políticos no deberían hacer o poder hacer, pregúntale a los austríacos. Si quieres saber lo que los políticos hacen, cómo y porqué lo hacen, pregunta a los economistas de la Elección Pública (Public Choice).

Sin embargo, nuestra afirmación de que los austríacos no han estudiado sistemáticamente el funcionamiento de los procesos políticos con las mismas herramientas analíticas y conceptos básicos que utilizan para el estudio de los procesos de mercado debe ser afinada aun más. Hayek, Mises o Kirzner han estudiado los problemas de la planificación e intervención política utilizando los mismos conceptos derivados de las condiciones de la acción humana: la falta de conocimiento de los actores, la coordinación de planes individuales sujeta a las reglas del juego, y las posibilidades e incentivos para actuar bajo esas reglas. La inhabilidad de las agencias políticas (digamos, en un régimen de socialismo de mercado) para mimetizar los procesos reales del mercado o para dirigir exitosamente al orden espontáneo del mercado hacia fines políticos preconcebidos ha sido una aplicación muy destacada y exitosa de la economía austríaca al estudio de la política. En verdad, los argumentos políticos presentados en el debate sobre el cálculo produjeron resultados empíricamente valiosos que muchas evaluaciones neoclásicas de la política no parecen poder brindar.

Jonestown, suicidios masivos y utopías. ¿Qué dicen los economistas?

Hay temas o eventos que tienen una amplia cobertura pero de los que no se llega a conocer sus causas más profundas. Hace 35 años ocurrió un suicidio masivo en Jonestown, Guyana, orquestado por James ‘Jim’ Warren Jones, líder del culto “El Templo de la Gente”. Murieron así 913 personas, incluyendo 270 niños. Jonestown La historia es por todos conocida, en general como un caso de fanatismo religioso, del tipo del que recibimos noticias últimamente en Medio Oriente. Pero lo que se conoce menos es el contenido ideológico del proyecto de Jones. Ahora, un interesante trabajo del mexicano José Torra Alfaro lo analiza y trae a la luz «Libertad y Religión: Jonestown: Religión y Socialismo»: http://www.libertarios.info/site/wp-content/uploads/2014/01/Libertad_y_religion.pdf

Señala: “Jonestow fue fundado como un ‘paraíso socialista’, y los actos del 18 de noviembre de 1978 no tenían que ver con el ‘fin del mundo’, como ocurriera en el caso de los ejemplos citados [Heaven’s Gate, la Orden del Templo Solar y el Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios], sino que fueron considerados por su autor y participantes como un acto revolucionario de protesta contra las condiciones sociales del mundo.”

“Jonestown fue un experimento a escala del ascenso y fracaso del comunismo repitiendo un ciclo que hoy, 35 años después, hemos visto ocurrir en cada lugar donde las ideas de planeación central son puestas en práctica: una idea ‘benevolente’, un líder carismático, un culto a la personalidad del líder, escándalos, violencia, muerte y fracaso.”

Hay un problema con las utopías, y es cuando quienes las tienen pretenden imponerlas a todos los demás por la fuerza. No está mal soñar con una sociedad mejor, todos seguramente tenemos alguna utopía de este tipo, pero es el intento de forzarlas en los demás lo que lleva a tragedias como las de Jonestown.

Peor aún es cuando ese intento se realiza a través del aparato estatal: Stalin, Hitler, Mao o Pol Pot, por ejemplo, ocasionaron la muerte de millones de personas y sobre todo de aquellos que no estaban de acuerdo con sus proyectos. Jones lo hizo también, aunque en otra medida; hubo fuerza para obligar al suicidio a algunos de los participantes en el proyecto y, sobre todo, la hubo con los niños.

¿Qué hacer entonces con las utopías, sobre todo con las propias? Una alternativa es la que planteara el filósofo Robert Nozick en su famoso “Anarquía, Estado y Utopía”: http://es.wikipedia.org/wiki/Anarqu%C3%ADa,_estado_y_utop%C3%ADa

El argumento de Nozick es que deberíamos acordar en una “metautopía”, en la cual simplemente respetaríamos las utopías que cada uno quisiera realizar aceptando el derecho a poder salir en caso de querer hacerlo. Esta idea podría realizarse sobre todo con jurisdicciones de pequeño tamaño donde las personas se agruparían de acuerdo a sus preferencias. Esto incluiría, por supuesto, la posibilidad de que exista un Jonestown, como también de una jurisdicción libertaria sin impuestos, con moneda metálica y derechos de propiedad completos. Tanto una como otra deberían garantizar el derecho a salir, algo que Jones no hizo.

En el capítulo “Límites al oportunismo político” del libro considero las propuestas “utópicas” planteadas por economistas: Friedrich Hayek, James Buchanan, Murray Rothbard, David Friedman y Bruno Frey. Ellos se animaron a ir más allá del análisis económico de las instituciones y realizaron sus propias propuestas. Ninguno de ellos, sin embargo pretendía imponerlas a la fuerza a los demás.

Ideas e intereses y la estructura del mercado de las ideas. Cambio institucional

Agregaré también en el capítulo sobre Cambio Institucional, una simple análisis del «Mercado de las ideas» y el papel que juegan los intereses. Van los párrafos nuevos:

Habrá que analizar entonces la relación que pueda existir entre el predominio de ciertos valores, ideas y la existencia de ciertas instituciones. La tarea, sin embargo, es muy difícil ya que, ¿qué significa que ciertas ideas predominan en una sociedad? ¿Debemos tratar de analizar las ideas y valores que predominan en toda la población o solamente en las élites? Este es uno de los tantos dilemas que se presentan y no es menor. Converse (2006) en un trabajo seminal en la materia señala, precisamente, que los sistemas de convicciones nunca han se han rendido fácilmente al estudio empírico y la cuantificación y han llevado a decir que lo que es importante para estudiar no es medible y lo que es medible no es importante para investigar. La tesis de este autor es que existen claras diferencias en la naturaleza de los sistemas de convicciones entre las elites políticas y las masas. En forma similar a la planteada por Rose y Milton Friedman sugiere una descripción basada en una pirámide que se extiende desde un vértice pequeño hasta una base amplia, con distintos niveles basados en el nivel de conocimientos.

¿Qué deberíamos considerar entonces, las convicciones de las elites o las de las masas? En el primero de los casos el sistema de convicciones es más coherente, en el sentido de que podríamos más fácilmente predecir que si un individuo de la elite tiene una cierta convicción, seguramente tendrá otras que normalmente forman un conjunto funcional, mientras que esta coherencia se va debilitando a medida que se baja de la pirámide. Converse (p. 8), menciona este ejemplo: si un legislador se destaca por su insistencia en reducir impuestos y tener un presupuesto balanceado, se puede predecir con cierto grado de éxito que también se opondrá a cierto aumento del gasto público. En el caso del votante común, sin embargo, esto es mucho menos probable. Es más, sería de esperar que apoyara tanto una reducción de impuestos como un aumento del gasto social al mismo tiempo. En su investigación toma en cuentas las opiniones sobre “gasto/ahorro” como indicativas de una visión más amplia “liberal/conservadora” (“liberal” en el sentido usado en Estados Unidos, más cercano a socialdemócrata) y sugiere que un 17% formaría parte del estrato I, con una clara comprensión de la diferencia que captura casi toda su extensión, 37% en los estratos IV y V con un concepto totalmente vago, y un 46% que se divide en dos estratos, el III que presenta mucha incertidumbre y conjeturas en relación a los términos y el II, el que define bien los términos pero en un sentido muy estrecho.

Esto nos lleva a considerar la estructura del mercado de ideas. Siguiendo las consideradas por los autores antes mencionados, el mercado de ideas podría ser graficado de la siguiente forma:

(aquí va un triángulo)

El triángulo muestra que las ideas se originan, necesariamente, en uno o unos pocos, aquellos que antes llamamos “emprendedores institucionales”. Puede ser teóricos que las desarrollan a un alto nivel de abstracción o no, puede ser un artista, un novelista, un periodista, un político, etc. A medida que cierta idea va ganando adeptos baja por la pirámide con un número mayor de adeptos cada vez.

¿Y los intereses, no cumplen ningún papel? Una interpretación los presenta también como “ideas” acerca de lo que a uno le conviene y, en tal sentido, todas son ideas. Pero restrinjamos nuestra interpretación hacia aquellos que están vinculados con algún resultado que en particular nos favorece, que muchas veces es monetario pero no siempre debe serlo. Es algún tipo de compensación que valoramos. En el caso de las ideas, son de carácter más general y con un vínculo más abstracto con estas compensaciones. Son “teorías” en verdad, con las que interpretamos la realidad, la que queremos que se acerque a aquellos valores que tenemos como prioritarios.

Los ámbitos académicos, o las ideas más teóricas, están algo más alejadas, aunque no exentas del influjo de esas compensaciones. El ámbito de la política, por el contrario y como vimos en el capítulo sobre límites al oportunismo político, está mucho más atado a esas compensaciones. Tomemos, por ejemplo, nuevamente el caso del Bitcoin. En los ambientes académicos e intelectuales la idea puede ser aceptada o rechazada en relación a su vínculo con cierta “visión del mundo” que el intelectual o académico pueda tener, su relación con esas compensaciones no es que no exista, pero es mas bien lejana. Para el político es todo lo contrario: solamente aceptaría la idea del Bitcoin si descubriera algún beneficio o compensación política inmediata.

Esto quiere decir que en algún punto de la pirámide, para que una “idea’ se convierta en una “política” tiene que coincidir con ese interés coyuntural de quienes, de otra forma serían un obstáculo muchas veces insalvable.

Teorías sobre el cambio institucional y el impacto de la tecnología

He agregado al capítulo sobre Cambio Institucional las distintas teorías que buscan explicar porqué ciertas sociedades tienen instituciones de calidad y otras no. El tema lo había desarrollado primero en el Índice de Calidad Institucional 2013, y las teorías consideradas fueron:

1. Que es la geografía la que determina el progreso y no las instituciones

2. Que es la geografía la que determina las instituciones y, por ende, el progreso

3. Que es el conocimiento técnico y los incentivos politicos los que lo explican

4. Que es el tamaño de la jurisdicción (más pequeñas mejores instituciones y más progreso)

5. Que es la existencia de recursos naturales (muchas veces al revés, una maldición)

6. Que es el origen legal (common law o derecho continental codificado)

Para luego llegar a la que me interesa que es el papel de las ideas y valores.

Pero ahora agrego una más que está en Buena medida relacionada con esta última: la innovación tecnológica.

Se ha hecho más que evidente en estos últimos tiempos el impacto que tiene la tecnología en la vida diaria, y el aceleramiento de cambio tecnológico impulsado por la globalización y un mayor grado de apertura hacia los mercados. Y esos cambios tecnológicos no solamente cambian nuestra vida diaria, en buena medida cambian también la sociedad en la que vivimos, por lo que no sería desacertado señalar a ese cambio tecnológico como una de las causas del cambio institucional. Recientes cambios en países árabes fueron impulsados en buena medida por las redes sociales, como vimos en el capítulo sobre los límites al oportunismo político.

La teoría entonces tendría esta forma:

Innovación tecnológica
Cambio institucional
Progreso

 

 

 

Tomemos, por ejemplo, el caso del Bitcoin. Es el resultado de una innovación tecnológica que ha permitido crear esta cripto-moneda que, de ser aceptada en forma generalizada y si no fuera ahogada por la persecución estatal, bien podría modificar la institucionalidad monetaria para siempre. Aunque, de todas formas, la innovación tecnológica, y particularmente en este caso, no deja de ser una “idea”, por lo que el siguiente paso será considerar el papel que éstas cumplen en el cambio institucional.

La cooperación voluntaria para superar problemas de acción colectiva

Un alumno leyó el Cap. 6 del libro, “¿Es posible la cooperación?”, donde se considera la posibilidad de que los problemas que se puedan presentar en el mercado se puedan resolver en forma cooperativa voluntaria. Aquí van sus comentarios y abajo contesto las preguntas:

• Resumen:

La tradicional teoría de juegos presenta al free rider como aquel individuo que se beneficia, mientras otros son los que asumen los costos o esfuerzos, convirtiéndose en la principal dificultad para que se provean voluntariamente bienes públicos. En el dilema del prisionero se muestra que, dado que cada uno de los jugadores persigue maximizar su beneficio, se llega a un equilibrio (resultado) menos favorable para ambos, producto de su falta de cooperación. Es decir, si cooperaran ambos terminarían mejor, se beneficiarían. Se utiliza este resultado para concluir que no podríamos esperar que los individuos cooperen voluntariamente. El análisis de tales incentivos es correcto. Pero no podemos olvidar que el dilema del prisionero es un one-shot game, y no hay comunicación entre ellos. Si se convirtiera en un juego repetido (o sucesivo), el incentivo sirve para cooperar en lugar de traicionar. El contacto y la interrelación constante fomentan la cooperación. Y en la vida en sociedad la mayor parte de los juegos son continuos y se desconoce cuándo terminarán. Por ejemplo en la relación laboral: las dos partes se encuentran en una relación continua, un contrato según el cual se intercambia trabajo y una paga. Las dos partes saben también que esa relación puede terminarse en cualquier momento, pero no saben la fecha cierta de ese fin y mientras no lo sepan, el incentivo a cooperar se mantiene.

• Dos temas nuevos o más interesantes de la lectura:

Temas interesantes: La economía experimental cuestiona el supuesto del individuo racional y maximizador de ingresos, y prefiere verificar las conclusiones de la teoría de los juegos con gente de carne y hueso. Se diseñan experimentos para verificar conductas. Respuestas interesantes y contundentes: los individuos muestran conductas de cooperación en porcentajes elevados. Esto invita a analizar a un individuo más complejo en sus conductas; permite considerar la posibilidad de cooperación voluntaria y también comprender las instancias de provisión de bienes públicos.

Las conclusiones de la psicología evolutiva: los incentivos a cooperar forman parte de nuestra estructura mental, desarrollada en largos procesos evolutivos. Dicho de otra manera: las personas tenemos estímulos naturales a cooperar, aunque no estemos determinados por esto a hacerlo.

• Tres preguntas para el autor:

  1. ¿Puede decirse que el hecho que el orden espontáneo, o mano invisible, genere a largo plazo prosperidad material, es una prueba de la natural cooperación de las personas, aunque no se esté muy consciente de tal cosa?

Por supuesto, es el gran aporte de la metáfora de Adam Smith, de que cada uno persigue su interés personal y termina cooperando con otros porque necesariamente tiene que ofrecerles algo que estos valoren porque satisface alguna necesidad o preferencia. Ese orden espontáneo permite coordinar las acciones de las personas, sin ser perfecto pero de la mejor forma posible.

  1. ¿Puede decirse que un acuerdo institucional que no permita la reelección gubernamental, puede entenderse como un one-shot game, genera incentivos a que el gobierno no aplique políticas que generen buenos resultados, pues saben que su mandato tiene fin conocido? ¿La reelección tendría como aspecto positivo que incentiva al gobierno a comportarse bien? ¿Qué puede decirse de la reelección indefinida?

Es correcto, la limitación del plazo genera incentivos a corto plazo que no serían así con la reeleción. Pero al mismo tiempo, queremos que exista la limitación de los mandatos como mecanismo de control de los abusos de poder. En verdad, enfrentamos una elección entre soluciones imperfectas. Por eso si el electo tiene su poder limitado, también tendrá limitada su capacidad de ocasionar daño.

  1. ¿Cómo superar al free riding y la inacción colectiva que no permiten que un país sin libertades económicas tienda a lograr éstas? ¿Hace falta una crisis para lograr la cooperación y se instituyan libertades económicas?

Las crisis siempre cumplen un papel. El incentivo a ser free rider está siempre presente en todo tipo de acción colectiva. Pero también existen los “emprendedores institucionales” o “emprendedores de ideas”, dispuestos a actuar por toda una serie de distintas razones, y motivados a proponer cambios. Algunos hasta arriesgan su vida en ello. Persiguen ciertos valores y están dispuestos a actuar por ellos.

Más sobre North & Thomas, las instituciones y el crecimiento de Occidente

UNA TEORIA ECONÓMICA DEL CRECIMIENTO DEL MUNDO OCCIDENTAL

RESUMEN

El texto busca explicar el crecimiento económico sostenido de Europa occidental desde el siglo XVIII a la fecha. Teniendo presente dos ciclos económicos malthusianos (siglo XII a siglo XIV y del siglo XV al siglo XVII) se presenta una teoría en la cual el tercer ciclo malthusiano es roto por la innovaciones institucionales que se presentaron a inicios del siglo XVII y se implementaron de manera correcta a finales del mismo siglo. Definiendo una innovación institucional como aquel acto aprobado gubernamentalmente que busca ampliar la probabilidad de aumentar las ganancias en el inicio de una actividad empresarial, y con esto el crecimiento comercial, se implementaron medidas institucionales, entre ellas el derecho a la propiedad privada, que aumentaron la productividad e incentivaron desarrollos tecnológicos que incentivaran el sostenimiento de la productividad en el tiempo. De igual manera la apertura de nuevos mercados y el mejoramiento de medios y rutas de transporte aumentaron la actividad comercial de tal manera que la tasa de productividad fue mayor a la tasa demográfica conllevando esto a un rompimiento del ciclo malthusiano y un crecimiento económico sostenido.

North

TEMAS NUEVOS O IMPORTANTES

  1. Me pareció interesante presentar la revolución industrial como consecuencia de la actividad innovadora institucional y la reorientación de los incentivos económicos.
  2. Me pareció novedoso realizar un recorrido por la historia económica de Europa occidental entre 1100 y 1800 teniendo como variables transversal el cambio demográfico.
  3. Me pareció interesante presentar como responsable del rompimiento del sistema feudal, el crecimiento demográfico.

PREGUNTAS

¿Porque no realizar énfasis en lo que significó para Europa occidental desde el punto de vista económico (importación de minerales, productos agrícolas y apertura de nuevos mercados) la conquista de America?. Me parece que el descubrimiento de América significó demasiado en el crecimiento sostenido de la economía Europea, y que tal vez (me arriesgo asegurarlo con mucha probabilidad de no equivocarme) que si esto no se hubiera presentado Europa no hubiera sido capaz sola de romper el ciclo malthusiano que comenzaba nuevamente en el siglo XVIII.

Respuesta: El despegue de crecimiento económico se dio principalmente en Inglaterra a partir de la Revolución Industrial, que tuvo que ver con factores institucionales internos más que con la relación que pudiera tener ese país con sus colonias. De hecho, no hubo ninguna revolución industrial en España, precisamente porque no tuvo ese ordenamiento institucional que permitiera tal desarrollo.

¿Por qué son importantes las innovaciones institucionales para el desarrollo y crecimiento económico?

North & Thomas señalan que son importantes porque permiten el desarrollo de alguna innovación económica o financiera que promueve el crecimiento y el progreso. Sin ellas esas innovaciones no tendrían lugar.

¿Qué otra experiencia fuera de la inglesa podríamos tener en cuenta como casos exitosos de innovaciones institucionales?

Respuesta: Tal vez incluso antes que Inglaterra lo fue Holanda, y por otro lado Venecia y Florencia donde se desarrolló la banca moderna y el comercio.

¿Qué estrategias deben diseñarse para producir los cambios institucionales, tecnológicos y el crecimiento sostenible de la productividad?

Respuesta: Este es un tema enorme, pero habría que comenzar aclarando la pregunta, ¿estrategia de quién? Sospecho que la pregunta está planteada como si se hablara de un país, pero los que actuamos somos individuos entonces, ¿la estrategia para quienes somos profesores, para quienes son empresarios, para quienes somos consumidores, para quienes son gobernantes? Tengo un capítulo completo en el libro sobre “Cambio Institucional”.

¿Existió en este entorno y periodo un espacio para la asociatividad y la solidaridad?

Respuesta: por supuesto, la Iglesia cumplió un papel en ese campo y, además, no toda la asociatividad fue beneficiosa. Los gremios medievales cerraban la puerta a la competencia y la innovación, y la Revolución Industrial se produjo cuando éstos se debilitaron.

¿Esta teoría contradice el maltusianismo? ¿Se puede dar crecimiento económico a la misma escala del crecimiento demográfico?

Respuesta: Exacto, y es lo que ha demostrado la historia de los últimos 250 años. Precisamente cuando escribía Malthus no podía observar a su alrededor que el mundo estaba cambiando aceleradamente, algo que sí había interpretado claramente Adam Smith. Desde entonces el crecimiento económico ha superado al crecimiento poblacional y ha permitido, por lo tanto, un aumento del ingreso per cápita, y de la cantidad de población.

¿Qué hacer con instituciones que se convierten en una externalidad negativa para la sociedad?

Respuesta: cambiarlas, por supuesto. Pero, nuevamente, esto no es sencillo, porque esos cambios benefician a unos y perjudican a otros. North & Thomas dicen que esos cambios se producirán cuando los beneficios superan a los costos.

¿Cómo proponer una teoría que mida y evalué las instituciones gubernamentales y su poder coercitivo?

Respuesta: No se puede medir porque no sabemos cuál es el estándar. Más adelante veremos algo de análisis institucional comparativo. En la práctica, podemos observar a aquellos países que han progresado y analizar cuáles han sido las instituciones que les han permitido hacerlo. Es todo el desafío que planteaba Adam Smith cuando quería descubrir “las causas y el origen de la riqueza de las naciones”.

En la época contemporánea y a la luz de su teoría, ¿cómo se explica el caso de Singapur que es una unidad política pequeña pero tiene una economía basada en el comercio internacional, y es un país altamente desarrollado y con altos niveles de productividad?

Respuesta: Precisamente es un gran ejemplo que lo que determina el progreso de un país no son sus recursos naturales sino sus instituciones. Hace 50 años Singapur tenía el PIB per cápita de Paraguay, hoy debe ser 20 veces superior, porque pudo realizar reformas institucionales que respetaron la propiedad y los contratos y así impulsaron la inversión de capital.

¿Cómo explicaría a la luz de su teoría los casos de las diferencias pronunciadas entre regiones de un mismo país, como la de Sao Paulo y la del nordeste en el Brasil?

Respuesta: No todos los lugares, aun si tuvieran los mismos arreglos institucionales, tienen que tener el mismo nivel de ingresos. Hay más o menos recursos, hay más o menos emprendedores, hay más o menos inversión. En fin, lo cierto es que con buenas instituciones todas las regiones van a tener un mayor progreso en comparación con tener malas instituciones, pero no todas van a ser iguales.

¿En su teoría qué papel juegan la idiosincracia y el conjunto de valores y de creencias del pueblo de una nación para el crecimiento económico, para el desencadenamiento de procesos de innovación e incremento de la productividad cuando cambian las disponibilidades relativas de factores y por ende los precios relativos?

Respuesta: Muy buena pregunta. Douglass North, al menos, modificó su posición tal como aparece en el artículo. En un trabajo posterior (su libro Understanding the Process of Economic Change), plantea que son las ideas y los valores los que determinan en última instancia el progreso. Es decir, que reduce el énfasis en los cambios poblacionales, de recursos, para centrarlo en ese aspecto.