¿Nos estamos quedando sin recursos naturales? Paul Simon ya ganó una apuesta diciendo que no, y el resultado se repite ahora

Hace ya unos cuantos años, Julian Simon, profesor de la Universidad de Maryland, pronosticó que los recursos naturales no se agotarían, si bien por definición son necesariamente acotados al menos en este planeta. Hizo una apuesta a Paul Elrich, quien pronosticaba el colapso del planeta, y apostó a que en una cierta cantidad de años, el precio de ciertos recursos naturales sería menor, siendo que si se estuvieran agotando tendrían que aumentar. Al cabo del período, Erlich tuvo que pagar la diferencia entre los precios al momento de la apuesta y a su cierre.

Ahora podemos encontrar un argumento similar en este paper: Pretis, Felix and Hepburn, Cameron and Pfeiffer, Alexander and Teytelboym, Alexander; profesores de la Universidad de Oxford:  “Are We Running Out of Exhaustible Resources?” (May 24, 2023). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4457854  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4457854

“Los productos básicos minerales y materiales son insumos esenciales para la producción económica, pero ha habido preocupaciones periódicas sobre la escasez de minerales. Sin embargo, no ha habido ningún estudio reciente sistemático que haya determinado si los productos minerales se han vuelto más escasos a largo plazo. Aquí proporcionamos evidencia sistemática de que es improbable el agotamiento a corto plazo de productos básicos económicamente valiosos en todo el mundo. Construimos y analizamos una nueva base de datos de 48 materias primas económicamente relevantes de 1957 a 2015, que incluye estimaciones de producción mundial, reservas y bases de reservas, precios y producción, utilizando datos disponibles públicamente y otros datos solicitados al Servicio Geológico de los Estados Unidos. Exploramos las tendencias en los precios, las relaciones entre reservas y producción y la producción misma, producto por producto, utilizando técnicas econométricas que permiten cambios estructurales, y estimamos aún más las tendencias generales robustas a las observaciones periféricas. Para casi todas las mercancías, no podemos rechazar la hipótesis nula de ausencia de tendencia en los precios y agotamiento, mientras que la producción ha aumentado. Las señales de precios parecen haber guiado el consumo y proporcionado incentivos para la innovación y la sustitución. Por lo tanto, las preocupaciones sobre el agotamiento de los minerales parecen ser menos importantes que las preocupaciones sobre las externalidades, como la contaminación y los conflictos, y los servicios ecosistémicos (por ejemplo, la estabilidad climática) donde las señales de precios a menudo están ausentes.”

Soluciones voluntarias a problemas ambientales: Coase, más que Pigou, y derechos de propiedad

Las soluciones voluntarias a problemas ambientales son poco o nada consideradas, pero son muy importantes. Estamos hablando de soluciones basadas en definición de derechos de propiedad y negociaciones entre el emisor y la o las partes afectadas, es decir, soluciones voluntarias. Como lo planteara Coase. El tema se considera en este paper del Becker-Friedman Institute for Economics de la Universidad de Chicago: “BEYOND PIGOU: EXTERNALITIES AND CIVIL SOCIETY IN THE SUPPLY-DEMAND FRAMEWORK”, por Casey B. Mulligan:  https://ssrn.com/abstract=4410977  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4410977

“El grado de cooperación voluntaria en presencia de externalidades se muestra como un resultado de equilibrio en el marco de oferta y demanda. El análisis utiliza ingredientes familiares para brindar una nueva forma de comprender los resultados de la extensa literatura que comienza con Buchanan, Coase, Ostrom, Shapley, Telser, Tullock y Williamson, que muestran que un impuesto pigouviano no es la única alternativa para las personas que actúan de manera independiente y que son coordinado simplemente a través de precios de mercado distorsionados. La cooperación voluntaria puede tener una incidencia muy diferente a los impuestos y subsidios pigouvianos, al mismo tiempo que cambia el carácter de los costos resultantes de las externalidades. El documento analiza las aplicaciones, incluida la gestión forestal, los descuentos por volumen, las asociaciones residenciales, la política energética, el alcance de la planificación de las actividades domésticas y el papel de los lugares de trabajo en la prevención de enfermedades infecciosas.”

Mercados y tecnologías (smart contracts) promueven soluciones descentralizadas para la contaminación

Ciertas tecnologías facilitan la solución de problemas a través de mecanismos de mercado. Por ejemplo, aquí va una propuesta para resolver problemas de contaminación del agua a través de Smart contracts, un mecanismo descentralizado que no necesita del Estado. Lo plantean en este artículo: “Fully decentralized solutions for pollution abatement”, por Jens Gudmundssona y Jens Leth Hougaard, del Department of Food and Resource Economics, University of Copenhagen, Dinamarca:

Gudmundsson, Jens and Hougaard, Jens, Fully Decentralized Solutions for Pollution Abatement. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4392242  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4392242

“En los sistemas fluviales, la costosa reducción de la contaminación río arriba crea ganancias de bienestar río abajo. Sin una autoridad central que haga cumplir dicha reducción, las ganancias de bienestar solo pueden realizarse si las regiones río abajo compensan la reducción río arriba. Desarrollamos un modelo que hace explícito el impacto de la contaminación en la calidad del agua y los beneficios de producción. Además, proponemos el mecanismo «Commit and Negociar», una solución descentralizada que produce una reducción que maximiza el bienestar incluso en ausencia de un tercero informado de confianza. Mostramos cómo implementar el mecanismo a través de un contrato inteligente que se ejecuta en una cadena de bloques y discutimos los beneficios de dicha solución.”

El alarmismo climático no sirve para tomar buenas decisiones, sólo para activistas políticos

No hay mejor forma de tratar de imponer una política pública que decir que si no se adopta sobreviene una catástrofe. Es lo que está sucediendo con el cambio climático y es lo que se trata en este artículo: Bradley, Robert L., “Climate Alarmism Reconsidered” (November 2004). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4338841

Bradley es del Institute for Energy Research y éste es el resumen:

“Los desafíos energéticos del agotamiento de los recursos, la seguridad del suministro y la contaminación se han abordado de manera efectiva mediante el espíritu empresarial del mercado, la tecnología y la regulación mesurada. El problema de sostenibilidad restante para la dependencia de la energía basada en el carbono es el cambio climático antropogénico o provocado por el hombre. El alarmismo climático reconsiderado demuestra cómo el balance de la evidencia respalda un efecto invernadero benigno y cómo el caso de las reducciones obligatorias de gases de efecto invernadero depende de suposiciones poco realistas.

La intervención del gobierno en nombre de la sustentabilidad energética es la principal amenaza para la sustentabilidad energética real y el suministro de energía asequible y confiable para las economías en crecimiento en todo el mundo. Las estructuras de libre mercado y la riqueza generada por los mercados ayudan a las comunidades a adaptarse mejor al cambio climático.

Este estudio multidisciplinario concluye que el alarmismo climático y su corolario, el activismo político, son injustificados y contraproducentes para el mundo desarrollado y, en particular, para los pobres energéticos del mundo.”

El camino al infierno…, proponen políticas para reducir emisiones de carbono y terminan capturadas por el proteccionismo

Hay quienes se lanzan a proponer políticas públicas sin pensar en los incentivos que generan, los que pueden tener poco que ver con la política propuesta. Por ejemplo, se proponen políticas para reducir las emisiones de carbono, pero luego resulta que éstas son aprovechadas para promover el proteccionismo. No es el tema central pero aparece en este paper: “”, por Achim Hagen de Humboldt University Berlin y Mark Schopf, de Germany bUniversity of Hagen:

“Estudiamos la influencia del cabildeo (lobby) industrial en las políticas climáticas nacionales y la formación de un acuerdo ambiental internacional si los países de la coalición usan ajustes fronterizos de carbono para proteger a los productores nacionales. Encontramos que los grupos de presión en los países externos favorecen los impuestos al carbono, mientras que los grupos de presión en los países de la coalición favorecen los subsidios al carbono. Esto reduce la diferencia de impuestos y la diferencia de bienestar entre los países, lo que reduce los incentivos de los oportunistas. En nuestro modelo paramétrico, esto estabiliza la gran coalición y reduce las emisiones globales en comparación con un mundo «perfecto» sin cabildeo si la influencia política es lo suficientemente fuerte.”

Hagen, Achim and Schopf, Mark, Political Influence on International Climate Agreements with Border Carbon Adjustment. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4326213 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4326213

El cambio climático, natural y antropogénico, existe, pero lejos estamos de enfrentar una catástrofe

Muy bueno el libro y los artículos de Steven Koonin respecto a la ciencia del cambio climático. Publicó un libro que se titula Unsettled. Koonin es un físico teórico especializado en energía y clima. Presenta su libro en The Global Warming Policy Foundation, dispnible en este link: https://www.thegwpf.org/content/uploads/2021/11/Steve-Koonin-2021-GWPF-Lecture.pdf

Su punto principal es que nadie a leído en detalle los informes del IPCC y que de ellos no se desprende para nada que estemos ante una inminente catástrofe climática. Por ejempo, de su conferencia:

“Entonces, en el caso de las evaluaciones climáticas, no creo que la ciencia diga lo que la mayoría de la gente cree que dice. Hay algunas sorpresas. Permítanme darles un par de hechos destacados de estos informes. Al menos en los EE. UU., a pesar de que la temperatura promedio ha aumentado desde 1960, las olas de calor ahora no son más comunes que en 1900, y las temperaturas más cálidas del año no han aumentado en los últimos 50 años. Eso está justo ahí en el Informe especial de ciencia climática. El registro mundial de incendios muestra una disminución de alrededor del 25 % desde 2003 en la superficie terrestre quemada, y el año pasado fue uno de los años menos activos registrados.

La capa de hielo de Groenlandia no se está derritiendo más rápido en las últimas décadas que hace ocho décadas. .2 Una vez más, está justo ahí en los datos. Y no hay una tendencia detectable o una influencia humana en los ciclones tropicales (huracanes) durante el siglo pasado.3 Y tal vez más sorprendente, cuando lees los informes de la ONU y el gobierno de EE. UU., el impacto económico neto de un calentamiento de hasta 6 grados por encima de las temperaturas preindustriales (recuerde que París apunta a 2 grados o tal vez 1,5) será mínimo.4 Las declaraciones como estas y muchas otras que puede encontrar en los informes desmienten el canon sobre la catástrofe climática, a saber, que ya hemos roto el clima y necesitamos tomar medidas drásticas para evitar una catástrofe.”

¿El impacto económico del cambio climático sería del 2%? ¿Es ésta la catástrofe que predican?

¿Cuál es el impacto que podría tener el cambio climático en la economía? Antes de intentar considerar esa pregunta habría que conocer cuál será la magnitud de ese cambio climático, el cual, por el momento, se desprende de ciertos modelos que buscan predecir la evolución futura, sin mucha precisión ya que en ésta área todavía hay un largo camino a recorrer para entender los cambios ambientales, sus causas y sus consecuencias. Pero asumamos que se espera un aumento. En este trabajo se estima que un aumento promedio de la temperatura de 1 grado daría como resultado una caída de 2% en las ventas de las empresas. 2%? No parece mucho verdad, por lo menos para generar ese sentimiento de colapso total que ve a diario.

El paper es “Economic Impact of Climate Change:; por Cláudia Custódio, Imperial College Business School, CEPR, ECGI; Miguel A. Ferreira, Nova School of Business and Economics, CEPR, ECGI; Emilia Garcia-Appendini, University of Zurich y Adrian Lam, Imperial College Business School: https://deliverypdf.ssrn.com/delivery.php?ID=847004104083009074006097007081122126055092036006058054127081098102096112010085127011039049035031006028001094084026024103093124018007025078012080098090107103096066046006042102027119120122123126114023007070020018065090120075101074067102077090083024105&EXT=pdf&INDEX=TRUE

Así concluye:

“Este artículo estudia el impacto económico de los cambios en la temperatura local aprovechando las redes de producción. Comparamos las ventas de bienes intermedios entre proveedores que comercian con el mismo cliente pero que están expuestos a diferentes choques de temperatura, lo que nos permite distinguir los efectos del lado de la oferta de los efectos del lado de la demanda.

Mostramos que los cambios en la temperatura local pueden tener efectos considerables en las ventas de la empresa en el margen intensivo controlando la demanda específica de la empresa. Un aumento de 1°C en la temperatura diaria promedio en los condados proveedores conduce a una reducción en las ventas de la empresa de alrededor del 2%.

También mostramos que las empresas expuestas a episodios de clima extremadamente cálido y frío sufren mayores reducciones en las ventas. Examinamos los canales por los cuales los cambios en la temperatura local afectan las ventas de las empresas. En primer lugar, la reducción de las ventas en respuesta a los aumentos de la temperatura local está impulsada principalmente por empresas que operan en industrias sensibles al calor, industrias manufactureras y empresas intensivas en mano de obra, lo que sugiere que la menor oferta de mano de obra y la productividad están impulsando estos efectos. En segundo lugar, encontramos que las empresas sin restricciones financieras pueden lidiar mejor con los efectos adversos del aumento de la temperatura local y, por lo tanto, enfrentan reducciones menores en las ventas, lo que sugiere que las restricciones financieras juegan un papel importante en la capacidad de las empresas para adaptarse al cambio climático.

Finalmente, la especificidad de entrada y el capital de relación son impulsores importantes del impacto de la temperatura en las ventas de los proveedores. Encontramos que los proveedores experimentan una menor reducción en las ventas cuando los clientes tienen costos de cambio más altos.”

Las acciones voluntarias contra el cambio climático no son perfectas; las de los gobiernos, menos

Las acciones relacionadas con el cambio climático enfrentan un problema de difícil solución: ¿cómo poner de acuerdo a 8.000 millones de personas para reducir las emisiones? Difícil. Sin embargo, no es necesario que negocie ese número ya que los gobiernos podrían actuar como sus agentes, lo que reduce el número a algo más de doscientos. Pero como los gobiernos terminan siendo atrapados por intereses específicos (favorecer ciertas industrias, etc) no llegan a acuerdos que sean realmente efectivos.

La acción gubernamental está lejos de ser perfecta, y la acción voluntaria nunca pretendió serlo, pero puede contribuir. Así es como el cambio de costumbres y actitudes de la gente termina contribuyendo a reducir el problema y a adaptarse a la nueva situación. Esto ocurre también en el caso de los inversores, o los brokers de inversores. Algunos de ellos han firmado un compromiso de guiar inversiones por $300 billones para recudir el cambio climático a 1.5 grados. Pero ellos no son los propietarios de los activos que manejan y, en ausencia del consentimiento de éstos, las cosas se les complican.

Es lo que trata este paper “Can investors save the planet? – NZAMI and Fiduciary Duty”, por Tom Gosling,  Executive Fellow, London Business School and European Corporate Governance Institute y  Iain MacNeil; Alexander Stone Professor of Commercial Law, University of Glasgow:

https://deliverypdf.ssrn.com/delivery.php?ID=342110087101021124110086084102105006002092063023032070066031023098080088119103002117121123020058055102054117069083091014014112049055017040015004073100102112071122059053095086101069122101091076005075101083084099002024097125006022100020127086005119124&EXT=pdf&INDEX=TRUE

  • “Los administradores de activos signatarios de Net Zero Asset Manager Initiative, parte de Glasgow Financial Alliance for Net Zero, se han comprometido a invertir de acuerdo con el objetivo Race to Zero de limitar el calentamiento global a 1,5 °C con un exceso limitado o nulo.
  • Dado que un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente dice que «no existe un camino creíble» hacia 1,5oC, exploramos las implicaciones para los administradores de activos, como fiduciarios, de invertir en línea con un escenario climático que ahora podría considerarse un resultado futuro improbable.
  • Evaluamos estrategias de inversión comunes «alineadas con cero neto», como la descarbonización de la cartera, la inclinación, la propiedad activa, la integración de ESG y la inversión de impacto con referencia a las consideraciones del deber fiduciario y la eficacia en el mundo real para combatir el cambio climático.
  • Descubrimos que cuanto más probable es que una estrategia genere un cambio real en las emisiones de carbono de acuerdo con el objetivo de 1,5oC, más probable es que dé lugar a preocupaciones fiduciarias. Si bien es poco probable que estas preocupaciones fiduciarias en la mayoría de los casos den lugar a una responsabilidad legal exigible, es probable que muchos administradores de activos, al aplicar un estándar esperado de deber fiduciario, concluyan que tales estrategias no son consistentes con ese deber en ausencia de un mandato explícito de autorización de los clientes. Como resultado, las estrategias que tienen más probabilidades de ser adoptadas son también las que tienen menos probabilidades de contribuir significativamente a abordar el cambio climático.
  • Establecimos formas en que los compromisos podrían reformularse para maximizar el impacto real de la iniciativa en la lucha contra el cambio climático, evitando conflictos con los deberes fiduciarios de los signatarios. La clave para esto es alinear los compromisos con un escenario climático más realista que 1,5oC con un rebasamiento limitado o nulo.”

Dos en uno: cuando se libera el mercado de electricidad aumenta el desarrollo de tecnologías ‘limpias’

Es muy atractivo cuando dos objetivos coinciden. En este caso se trata de la liberalización del mercado eléctrico y el desarrollo de tecnologías “limpias”. En este trabajo se plantea que se pueden alcanzar ambos a la vez. El paper de Matteo Romagnoli de la Universitá degli Studi de Milano-Bicocca es:

Romagnoli, Matteo, Can electricity liberalisation foster the development of radical clean-energy technologies? (December 19, 2022). FEEM Working Paper No. 44, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4307673  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4307673

“El documento investiga el efecto de la liberalización de la electricidad en la variedad de espacio de búsqueda de patentes de energía limpia para evaluar si un mercado de electricidad más competitivo puede fomentar el desarrollo de tecnologías radicales de energía limpia. Esta idea se prueba utilizando una muestra representativa de patentes presentadas en el período 1990-2017, un conjunto de indicadores a nivel de patente y un enfoque de variable instrumental. Los resultados muestran que la liberalización de la electricidad empuja a las patentes de energía limpia a citar conocimientos de campos tecnológicos distintos al suyo. Sin embargo, la reforma no afecta significativamente el aliento general de la base de conocimiento de estas patentes. Se extraen conocimientos adicionales al observar la correlación entre la liberalización de la electricidad y un indicador de novedad en el espacio de búsqueda de patentes. Los resultados son consistentes con la afirmación de que la liberalización de la electricidad tiene un efecto positivo en el desarrollo de tecnologías radicales de energía limpia. Al mismo tiempo, al describir cómo la reforma cambia el espacio de búsqueda de patentes de energía limpia, definen este efecto con mayor precisión.”

La justicia debe defender la vida y la propiedad, y eso incluye el ambiente, pero ¿decidir políticas públicas?

Aunque muchos miran a los gobiernos para buscar soluciones de problemas ambientales, éstas se encuentran en la justicia, en las demandas que hagan aquellos que ven afectada su persona o propiedad. Es la vieja doctrina de la “responsabilidad objetiva”, que debería seguir su curso. Pero hay quienes piensan que el papel de las cortes es otro, totalmente distinto a éste, el de defender “derechos” en demandas que hagan ciudadanos a los gobiernos, para que éstos implementen políticas ambientales. Eso es algo totalmente opuesto porque tenemos derechos a la vida y la propiedad, pero no un derecho “general” por el que podamos reclamar, por ejemplo, desde Buenos Aires, que se emiten gases de invernadero en Salta, por ejemplo.

Es el tema que trata este paper: “Should courts decide climate policies? – A critical perspective on the Urgenda verdict”, Copenhagen Business School, CBS LAW Research Paper No. 22-08, por Henrik Lando, de Copenhagen Business School – CBS Law: https://ssrn.com/abstract=4252823

“El litigio climático se ha convertido en una tendencia en los últimos años. En una forma, estos litigios organizados por los ciudadanos buscan exigir a los gobiernos que establezcan metas de reducción de CO2 más ambiciosas. En el caso Urgenda holandés, que se considera un caso histórico, los demandantes prevalecieron, lo que obligó al gobierno holandés a cambiar sus políticas climáticas. Usando Urgenda como ilustración, este artículo proporciona razones para ser escépticos ante tales litigios climáticos. Una razón central del escepticismo es la falta de legitimidad democrática de los tribunales, pero este artículo se centra en otra razón, a saber, que no se puede confiar en los litigios judiciales como mecanismo para tomar buenas decisiones climáticas. Esta razón funcional para el escepticismo está bien ilustrada en el caso Urgenda, donde los tribunales enmarcaron la cuestión política de una manera que la hizo conducente a la adjudicación judicial, pero donde este encuadre era insostenible. El Tribunal Supremo se refirió a un consenso científico y político sobre la necesidad de una reducción más ambiciosa e infirió que las mayores obligaciones del Estado holandés se derivaban entonces de los principios de derechos humanos y el principio de precaución. Sin embargo, este marco no era válido, ya que no existe un consenso científico o político claro sobre el grado requerido de reducción y ni los derechos humanos ni los principios de precaución brindan un marco coherente para sopesar los costos y beneficios de las políticas climáticas alternativas. En ausencia de este marco, la Corte habría tenido que considerar las teorías que buscan sopesar los costos y beneficios de una mayor reducción, y dicha consideración de teorías alternativas no puede llevarse a cabo de manera confiable a través de los mecanismos de adjudicación legal. Por un lado, los tribunales en los juicios civiles se limitan a considerar las pruebas que presentan los litigantes. En particular, en Urgenda, no se podía esperar que el gobierno holandés cuestionara hechos o teorías con los que estaba políticamente comprometido. Además, las teorías que sopesan los costos y los beneficios son inherentemente complejas, y no se puede esperar que los jueces puedan elegir entre ellas. Por ejemplo, elegir entre diferentes prescripciones teóricas requiere una comprensión de la intrincada cuestión de la tasa adecuada de descuento a lo largo del tiempo.”