Chile y el debilitamiento o destrucción de instituciones. Y lo peor es la desconfianza, la brecha y el quiebre de la cooperación social

Buena columna de Esteban Montoya, primero publicada en el diario La Tercera y luego reproducida en la web de la Fundación para el Progreso (FPP): http://fppchile.org/es/la-otra-violencia/

La crisis social que ya lleva más de un mes y medio ha dejado al desnudo profundas grietas estructurales en todo el sistema político chileno. Pero esta crisis también ha revelado el crítico nivel de polarización política que tenemos. Polarización que nos ha llevado a excavar trincheras aún más profundas con tal de “no ser como el otro”, porque el otro “piensa de forma tan equivocada que no debiese poder expresarse”. Esta lógica de polarización no sólo nos ha llevado a ver cómo la estructura institucional se ha destruido, sino también la estructura social, el arquetipo de la confianza.

“La nula capacidad de tolerar a quien piensa distinto, de ser incapaz de escuchar y entender o simplemente de amedrentar por no cumplir con ciertos lineamientos morales ha alcanzado ribetes que distan de ser adecuados para una democracia”

La nula capacidad de tolerar a quien piensa distinto, de ser incapaz de escuchar y entender o simplemente de amedrentar por no cumplir con ciertos lineamientos morales ha alcanzado ribetes que distan de ser adecuados para una democracia, que ahora son alimentados por un totalitarismo partisano. Así, vamos construyendo un solo relato posible y permitido, el “nuestro”, y del cual el “otro” debe abstenerse de opinar. El que no habla, pasa.

La infantil funa al chef José Luis Calfucura del restaurant Amaia, sólo por haber recibido al Presidente Piñera, exigiéndole remover su bandera mapuche por “traicionar todo lo que representa la lucha”, los tristes casos de enfrentamiento político en diversos episodios en matinales de distintos canales nacionales, las funas universitarias censurando autoridades académicas o el atávico show clasista en Portal La Dehesa demuestran que aquel principio de cohesión social democrático que era sustentado por la defensa de la libertad de expresión está completamente ausente en esta crisis.

Y es aquella violencia discursiva -más abstracta- la que corre en paralelo respecto a la violencia de los saqueos o de las barricadas y de la cual nadie se ha hecho cargo. Es más, la enaltecen relativizándola con discursos disfrazados de buenas intenciones, donde gran parte de este rol subyace en ciertos medios de comunicación, figuras públicas y líderes políticos. Lo que omiten aquellos que no dan cuenta de lo nocivo de fomentar la trinchera de opinión es que incitan a la persecución del distinto, a la deshumanización y a no escuchar argumentos contrarios, toda vez que se arrogan de una verdad iluminada e intentan el equivocado cálculo que la violencia puede manipularse y servir a designios particulares. Pero al mismo tiempo olvidan que la ira y el odio difícilmente se pueden encauzar y siempre se desbordan.

La “solución” dista de ser menos compleja. Las instituciones, el sistema político e incluso la economía pueden volver a levantarse, pero lo que sí es un desafío mayor -y obviado- es reconstruir la confianza social, el volver a escucharse. Parte importante de la reconstrucción social -la cohesión- será no sólo tarea de quienes hemos vivido en un vaivén esquizofrénico de emociones, sino de quienes detentan en algún sentido poder e influencia y que han contribuido penosamente a esta división que sólo deshumaniza al otro, al distinto.

Pero para que esa cohesión pueda ser posible, esos influencers tendrán que perder ese dominio que otorgan sus plataformas para viralizar la opinión polarizante y simplona. Esto significará el perderse en la irrelevancia temporal en ciertas discusiones y estar obligados a generar con más entusiasmo un ambiente donde se tolere al que está al frente. En términos simples, tendrán que perder rating. Dejar de buscar carroña y empezar a “cazar” por algo más sofisticado. El rescate de estos ideales democráticos depende bastante de ese criterio olvidado.

A muchos países centroamericanos los presionan porque dicen que tienen un bajo nivel de gasto público: la Paradoja de Simpson

Daniel Fernández, profesor de la UFM y director de UFM Market Trends escribe sobre la Paradoja de Simpson, para contrarrestar las ideas que normalmente se presentan a países como Guatemala, a los que se dice que no tienen suficiente recaudación fiscal.

El texto completo en: https://trends.ufm.edu/articulo/presion-fiscal-renta-per-capita-paradoja-simpson/

Así comienza:

¿Cuántas veces ha oído que a mayores impuestos o presión fiscal, mayor es el bienestar social y el desarrollo económico? La afirmación viene respaldada por un toque de sabiduría popular: “a mayores impuestos, más servicios públicos” y por una casi incontestable evidencia empírica: con poquísimas excepciones ocurre que en los países más ricos las tasas impositivas son muy altas mientras que en los países pobres los impuestos son relativamente bajos.

En este artículo vamos a centrarnos en analizar las relaciones estadísticas que sostienen que una alta presión fiscal (ingresos gobierno/PIB) está vinculada a un alto nivel de desarrollo (medido mediante el PIB per cápita).

A lo largo del artículo vamos a ver que la relación positiva entre PIB per cápita y presión fiscal sufre de la paradoja estadística de Simpson. Veamos entonces de que se trata este fenómeno de la paradoja de Simpson.

Paradoja Simpson

La paradoja recibe su nombre del estadístico británico Edward Simpson. El fenómeno consiste en el error que puede derivarse al analizar grupos de datos de manera agregada cuando en realidad las observaciones pertenecen a categorías separadas. En concreto, los datos desagregados por categoría tendrían una tendencia mientras que los datos agregados mostrarían una tendencia diferente.

Quizá queda más claro el concepto si lo ilustramos con un ejemplo:

Imaginemos que queremos comparar el número de habitaciones que tiene una vivienda con su precio. En principio esperaríamos que el precio de la vivienda incrementará conforme incrementa el número de habitaciones. Sin embargo, si analizamos los datos en conjunto hay una marcada tendencia negativa, es decir, a mayor número de habitaciones, menor es el precio. Pero cuando analizamos los datos por grupos vemos que nuestra intuición original sí se cumple: a mayor número de habitaciones, mayor es el precio dela vivienda.

Fuente: Borgatti (2017)

¿Dónde está la trampa aquí? El problema radica en que estamos comparando peras con manzanas. El número de habitaciones (o la superficie) no es el único motivo que impacta en el precio de una vivienda. La ubicación es un factor al menos tan importante como el número de habitaciones a lo hora de determinar el precio.

Lo que vemos en el gráfico anterior son las viviendas agrupadas por área. Cada punto es un apartamento y cada color representa una zona de la ciudad diferente (en negro el centro de la ciudad, en rojo las afueras, en azul los suburbios, y en verde área rural). Las viviendas son más onerosas cuanto más cerca del centro de la ciudad se encuentran. Una vez que tenemos en cuenta lo cerca o lejos del centro de la ciudad, el número de habitaciones sí está positivamente relacionado con el precio de la vivienda.

La paradoja de Simpson y este ejemplo muestra que hay que tener cuidado con la interpretación de los datos estadísticos, no es oro todo lo que reluce.

Como vamos a ver en los siguientes epígrafes, la relación entre presión fiscal y desarrollo económico sufre de un problema de interpretación similar al que acabamos de exponer.

Greta Thunberg: está muy bien que los jóvenes se rebelen y quieran cambios, pero ser joven no garantiza ser razonable

Robby Soave, autor del libro Panic Attack: Young Radicals in the Age of Trump. 

comenta  la designación de Greta Thunberg como Person of the Year por la revista Time: https://reason.com/2019/12/11/greta-thunberg-time-person-of-the-year/

La canonización secular de Greta Thunberg está completa: la revista Time la nombró la Persona del Año 2019, pasando por alto a candidatos como los manifestantes de Hong Kong o los denunciantes de la administración Trump.

 

La designación es bastante arbitraria (¿cómo se cuantifica exactamente la influencia?) Y no se debe tomar demasiado en serio (al menos no después de 2006). Y aunque el tono del artículo de Time sobre Thunberg es muy hagiográfico, la designación no es necesariamente un respaldo del ganador: Adolf Hitler fue la Persona del Año en 1939. Todo esto es para decir que realmente no importa quién gane Persona del año, por lo que nadie debería estar tan molesto de que este año sea un activista de cambio climático de 16 años.

 

Y, sin embargo, el premio refuerza la idea de que Thunberg es alguien cuya ira justa debería traducirse automáticamente en políticas públicas. Como Nick Gillespie observó en un artículo sobre su activismo, Thunberg es un avatar del «pensamiento catastrófico», y empuja erróneamente un mensaje de pesimismo:

 

Los histriónicos de Greta Thunberg probablemente sean sinceros, pero ni ellos ni las respuestas deplorables que conjuran son una guía para una buena política ambiental en un mundo que se enriquece cada día más. Por primera vez en la historia humana, la mitad de la población de la Tierra es de clase media o más rica y la tasa de muertes por desastres naturales está muy por debajo de lo que era hace unas décadas. Proteger todo lo que es tan importante como proteger el medio ambiente y, lo que es más importante, esos dos objetivos no son mutuamente excluyentes.

 

Después de décadas de tratar a los niños como poco más que mascotas, los medios de comunicación ahora dan demasiado peso a las opiniones de los activistas adolescentes, particularmente cuando protestan sobre temas como el cambio climático, la violencia armada en las escuelas, la desigualdad de ingresos, etc. Como ha escrito Ilya Somin. , los jóvenes, incluso aquellos que pueden afirmar de manera creíble que han sido especialmente perjudicados por alguna crisis, generalmente no tienen ideas especiales o un fuerte conocimiento de las políticas públicas. De acuerdo con Somin:

 

Los jóvenes, como regla general, saben menos sobre el gobierno y las políticas públicas que otros grupos de edad. Por esa razón, también es menos probable que tengan ideas valiosas sobre cómo abordar problemas difíciles. …

 

Sería un error descartar de antemano las propuestas de políticas, simplemente por la edad de sus adherentes. Pero también es un error atribuir cualquier sabiduría política especial a los jóvenes. El hecho de que un gran número de jóvenes apoye una causa política agrega poco, si es que algo, a sus méritos.

 

Thunberg es la Persona del Año del Time, pero eso no hace que sus afirmaciones sobre el futuro del planeta sean menos erróneas: no estamos «en el comienzo de una extinción masiva» y el mundo no va a terminar en el próximo 10-12 años salvo la adopción de sus ideas radicales.

 


Los soviéticos eliminaron los fines de semana, prohibieron Semana Santa y reemplazaron Navidad por una fiesta de invierno socialista

Ryan MacMaken comenta cómo los soviéticos reemplazaron la Navidad por una fiesta de invierno socialista: https://mises.org/es/power-market/c%C3%B3mo-los-sovi%C3%A9ticos-reemplazaron-la-navidad-por-un-festivo-de-invierno-socialista

Los revolucionarios de izquierda tienen desde hace mucho tiempo el hábito de reelaborar el calendario para que sea más fácil forzar a la población a adoptar nuevos hábitos y nuevas formas de vida que se adapten mejor a los propios revolucionarios.

Los revolucionarios franceses abolieron el calendario habitual, sustituyéndolo por un sistema de diez días semanales con tres semanas al mes. Todos los meses fueron renombrados. Las fiestas y días festivos cristianos fueron reemplazados por conmemoraciones de plantas como nabos y coliflor.

Los comunistas soviéticos intentaron reformas importantes en el calendario ellos mismos. Entre ellas estaba la abolición de la semana tradicional con sus domingos libres y ciclos predecibles de siete días.

[RELACIONADOS: «Cuando los comunistas abolieron el fin de semana» por Ryan McMaken]

Ese experimento finalmente fracasó, pero los soviéticos lograron erradicar muchas fiestas tradicionales cristianas en un país que había estado influenciado durante siglos por la adhesión popular a la religión cristiana ortodoxa oriental.

Una vez que los comunistas tomaron el control del estado ruso, el calendario habitual de fiestas religiosas fue naturalmente abolido. La Pascua estaba prohibida, y durante los años en los que los fines de semana se eliminaban, la Pascua era especialmente difícil de celebrar, incluso en privado.

Pero quizás la fiesta religiosa más difícil de suprimir fue la Navidad, y mucho de esto se evidencia en el hecho de que la Navidad no fue abolida sino reemplazada por una versión secular con rituales similares.

Emily Tamkin escribe en Foreign Policy:

Inicialmente, los soviéticos intentaron reemplazar la Navidad con un día festivo más apropiado relacionado con el komsomol (liga comunista juvenil), pero, sorprendentemente, esto no fue así. Y para 1928 habían prohibido completamente la Navidad, y el 25 de diciembre era un día de trabajo normal.

Luego, en 1935, Josef Stalin decidió, entre la gran hambruna y el Gran Terror, devolver un árbol de celebración a los niños soviéticos. Pero los líderes soviéticos no vincularon el árbol a las celebraciones religiosas de Navidad, sino a un año nuevo secular, que, por muy orientado hacia el futuro, encajaba perfectamente con la ideología soviética.

Ded Moroz (figura de Papá Noel) fue traído de vuelta. Encontró a una doncella de cuentos populares para que le proporcionara a su encantadora asistente, Snegurochka. La estrella azul de siete puntas que se sentaba sobre los árboles imperiales fue reemplazada por una estrella roja de cinco puntas, como la de la insignia soviética. Se convirtió en un día festivo cívico y festivo, que fue ritualmente enfatizado por el tictac del reloj, el champán, el himno de la Unión Soviética, el intercambio de regalos y las grandes fiestas.

En el contexto de estas celebraciones, la palabra «Navidad» fue sustituida por «invierno». Según un informe del Congreso de 1965,

La lucha contra la religión cristiana, considerada como un remanente del pasado burgués, es uno de los aspectos principales de la lucha por moldear al nuevo «hombre comunista». … el Árbol de Navidad ha sido oficialmente abolido, Papá Noel se ha convertido en Papá Frost, el Árbol de Navidad se ha convertido en el Árbol de Invierno, la Fiesta de Navidad la Fiesta de Invierno. Las ceremonias de bautizo y confirmación se sustituyen por ceremonias con nombres civiles, hasta ahora sin mucho éxito.

Es quizás significativo que Stalin encontrara que el aspecto de Papá Noel de la Navidad merecía ser preservado, y Stalin aparentemente calculó que una figura paterna con regalos podría ser útil después de todo.

Según un artículo de 1949 en The Virginia Advocate,

en reuniones de niños en la temporada navideña…. conferencias del abuelo Frost sobre el buen comportamiento comunista. Acostumbra a terminar su charla con la pregunta «¿a quién debemos todas las cosas buenas de nuestra sociedad socialista? A lo cual, se dice, los niños corean la respuesta: «Stalin»».

Repasemos un poco las políticas de las últimos gobiernos chilenos para entender mejor lo que ocurrió allí

José Niño escribe en el Mises Wire un interesante análisis sobre los recientes acontecimientos en Chile. Termina haciendo énfasis en la necesidad de descentralización: https://mises.org/es/wire/los-manifestantes-chilenos-podr%C3%ADan-poner-fin-d%C3%A9cadas-de-progreso-en-chile

Desde principios de octubre, los manifestantes han obstruido las calles de Santiago y otras ciudades en contra de las recientes subidas de tarifas del metro, al tiempo que expresan su preocupación por el estancamiento de los salarios y el alto costo de vida. Algunas de estas quejas detrás de estas protestas son válidas. Sin embargo, la pregunta del millón de dólares que rodea a toda protesta política de masas sí lo es: ¿Cómo resolverán los manifestantes estos problemas?

La respuesta por defecto a la que los manifestantes están recurriendo generalmente implica tener una mayor presencia del Estado en la economía. Las recientes protestas en Chile así lo han indicado. En el 2012, los chilenos protestaron contra el modelo económico de la nación al destacar el sistema educativo de Chile y ridiculizar el control privado de la industria del cobre del país. Como era de esperar, recurrieron a los típicos puntos de discusión de la denuncia de la desigualdad y la búsqueda de beneficios. Para resolver las supuestas injusticias de este sistema, reclamaron la «educación gratuita» y la nacionalización de la industria del cobre en el país.

De hecho, el sistema de educación superior de Chile es heterodoxo en términos de universidades públicas y privadas. Gracias a sus características nominales de mercado, se convirtió rápidamente en uno de los principales sistemas universitarios de América Latina. Entre 1992 y 2012, el número de chilenos que pasaron por la educación secundaria creció de 200.000 a 1,2 millones. Sin embargo, los manifestantes insistieron en que el sistema era injusto y presionaron para que el gobierno ejerciera un mayor control. Si Chile se tomara en serio su ética de mercado, el sistema educativo debería haber sido liberalizado para que los chilenos tengan más opciones educativas -ya sean de lujo o de presupuesto- a su conveniencia.

Cuando Sebastián Piñera fue elegido en 2010 –que marcó la primera vez que Chile tenía un gobierno de derecha elegido democráticamente en décadas– la gente tenía grandes expectativas para su gobierno. Había esperanzas de que Piñera llevara a Chile a los estándares del «Primer Mundo». A pesar de la publicidad, la administración de Piñera fue bastante deslucida. Tuvo algunos momentos brillantes cuando el gobierno de Piñera decidió reducir los tiempos de espera para los estudios de impacto ambiental, reducir la burocracia innecesaria, reducir los aranceles de importación y la cantidad de tiempo para establecer un negocio.

Sin embargo, Piñera elevó los impuestos corporativos de 17 a 20 por ciento en 2013 y trató de aplacar a las hordas de manifestantes estudiantiles garantizando becas para el 60 por ciento más pobre de la población y préstamos con una tasa de interés real del 2 por ciento para todos, excepto para el 10 por ciento más rico. No hubo un esfuerzo real por parte de Piñera para continuar liberalizando la economía. A su favor, Piñera aún mantenía un mínimo de moderación que le permitía a Chile seguir adelante y seguir creciendo. Considerando todas las cosas, la primera administración de Piñera fue una decepción para cualquiera que creyera que podría introducir reformas sustanciales de libre mercado.

Cuando Michelle Bachelet entró en escena, las cosas empezaron a tomar un giro negativo. Su gobierno subió las tasas de impuestos corporativos, trató de socavar el sistema de educación superior de Chile y utilizó la administración pública para empoderar a los sindicatos. Lo más importante, sin embargo, fue su uso del púlpito del matón para cambiar la narrativa general que rodea la economía política de Chile. No sólo condenó el modelo por supuestamente producir altos niveles de desigualdad en la riqueza, sino que lo llevó un paso más allá al sugerir un posible cambio en el orden constitucional a través de la Asamblea Constituyente.

Después de que la economía de Chile se arrastrara durante los años de Bachelet, los votantes decidieron volver a tirar de la palanca por Piñera. Lamentablemente, la economía sigue rezagada y Piñera revierte su promesa de campaña de recortar los mismos impuestos corporativos que su predecesor. Además, está tomando caballos de batalla progresistas como la consagración de los derechos de la mujer en la constitución y el uso de fondos estatales para socavar el sistema de pensiones privatizado de Chile. Para entonces, los simpatizantes del libre mercado se dieron cuenta rápidamente de que Piñera estaba orquestando una repetición de su milésimo primer mandato como presidente.

Con los disturbios generalizados que tiene ante sí, la administración se ve obligada a atravesar aguas desconocidas. Piñera ya está vacilando al prometer un nuevo «contrato social» que incluye aumentos del salario mínimoaumentos de impuestos a los individuos más ricos del país y una mayor participación del Estado en el sistema de pensiones de Chile. Dado lo voraces que se han vuelto los activistas de izquierda en Chile, no estarán satisfechos con las concesiones de Piñera. Con toda probabilidad, Piñera podría ceder a la presión e iniciar una asamblea constituyente, lo que podría traer niveles sin precedentes de inestabilidad institucional a Chile.

Satoshi Nakamoto, el gran misterio del creador de Bitcoin, de las criptomonedas y el blockchain. Nada se sabe desde hace 9 años.

Satoshi Nakamoto es un personaje especial, o vaya a saber si es un personaje o varios. Lo cierto es que bajo ese nombre se presentó el proyecto Bitcoin que dio origen, no solamente a esa moneda, sino al mundo actual de las criptomonedas y, gracias a su tecnología de base, blockchain, a un mundo de innovaciones tecnológicas. Lo más importante hasta ahora, creo, es haber dado el puntapié para el desarrollo espontáneo de monedas privadas, y otro de contratos que se resuelven sin la participación de la justicia estatal.

El misterio sobre Nakamoto continúa. EN estos días se cumplieron nueve años de la última señal de vida que diera, de su última publicación. Interesante el artículo de Andrea Lean en CriptoNoticias: https://www.criptonoticias.com/comunidad/hace-9-anos-satoshi-nakamoto-ultimo-mensaje-bitcointalk/

Así empieza:

Hace nueve años, el creador de Bitcoin realizó su última publicación en el foro BitcoinTalk. El enigmático Satoshi Nakamoto desapareció del ojo público el 12 de diciembre del año 2010, dejando tras de sí una proyecto de moneda que crecía aceleradamente y muchas dudas. En la actualidad dicho mensaje es el punto de partida de diversas especulaciones, las cuales tratan de responder: ¿Por qué Satoshi Nakamoto despareció abruptamente? ¿Y dónde se encuentra hoy en día?

Para entender esta historia hay que empezar hablando de BitcoinTalk, foro creado en noviembre del año 2009 por Satoshi Nakamoto para discutir sobre criptomonedas y la tecnología en torno a la blockchain. En el portal se llevó a cabo la primera comercialización de bitcoin para comprar una pizza con bitcoin, así como se popularizo el inmortal meme «HODL» entre aquellos propietarios que ahorraban BTC.

El creador de Bitcoin, quién según algunas teorías pudo haber sido también un grupo de desarrolladores bajo un mismo seudónimo, fue un miembro activo del foro desde sus inicios. Bajo el usuario «Satoshi», el misterioso personaje realizó unas 572 publicaciones, cesando totalmente sus actividades a finales del año 2010. Sin embargo, contrario a toda expectativa, la última publicación de Satoshi Nakamoto no fue una despedida ni mucho menos un escrito justificando su retirada. Nakamoto reportó una corrección en la versión 0.3.19 de Bitcoin Core y no volvió a realizar otra aparición pública en Internet.

Doce declaraciones de Milton Friedman, sin pelos en la lengua: desde drogas, economía y las políticas gubernamentales

John Miltimore, de FEE, recopila doce de las mejores frases de Milton Friedman: https://fee.org/articles/12-truth-bombs-from-milton-friedman/

  1. «Subyacente a la mayoría de los argumentos contra el libre mercado es la falta de creencia en la libertad misma». -> Capitalismo y libertad (2002)
  2. «Estoy a favor de legalizar las drogas. Según mi sistema de valores, si las personas quieren suicidarse, tienen todo el derecho de hacerlo. La mayor parte del daño que proviene de las drogas es porque son ilegales». – Como se cita en If Ignorance Is Bliss, ¿Por qué no hay más personas felices? (2009)
  3. «Con algunas excepciones notables, los empresarios favorecen la libre empresa en general, pero se oponen a ella cuando se trata de ellos mismos». Conferencia «El impulso suicida de la comunidad empresarial» (1983)
  4. «Es un problema moral que el gobierno está convirtiendo en delincuentes, que pueden estar haciendo algo que usted y yo no aprobamos, pero que están haciendo algo que no perjudica a nadie más». – Entrevista del Foro de Drogas de Estados Unidos (1991)
  5. «Uno de los grandes errores es juzgar las políticas y los programas por sus intenciones y no por sus resultados». – Entrevista con Richard Heffner sobre The Open Mind (7 de diciembre de 1975)
  6. «Debes distinguir claramente entre ser pro-empresa libre y ser pro-negocio». – Grandes empresas, gran gobierno (1978)
  7. «La sociedad que antepone la igualdad a la libertad no tendrá ninguno. La sociedad que antepone la libertad a la igualdad terminará con una gran medida de ambos». – De «Created Equal», un episodio de la serie de televisión PBS Free to Choose (1980)
  8. «Los gobiernos nunca aprenden; solo las personas aprenden». – Como se cita en The Cynic’s Lexicon: A Dictionary Of Amoral Advice (1984)
  9. «Tenemos que reconocer que no debemos esperar una utopía que sea inalcanzable. Me gustaría ver mucha menos actividad gubernamental de la que tenemos ahora, pero no creo que podamos tener una situación en la que no tengamos no necesito gobierno en absoluto «. – Como se cita en The Times Herald, Norristown, Pennsylvania (1 de diciembre de 1978)
  10. «La gran virtud de un sistema de libre mercado es que no le importa de qué color son las personas; no le importa cuál es su religión; solo le importa si pueden producir algo que usted quiere comprar. Es el sistema más efectivo descubrimos que permite que las personas que se odian se traten y se ayuden mutuamente «. – «Por qué el gobierno es el problema» (1 de febrero de 1993), pág. 19
  11. «El caso para prohibir las drogas es exactamente tan fuerte y tan débil como el caso para prohibir que las personas coman en exceso. Todos sabemos que comer en exceso causa más muertes que las drogas». – Entrevista del Foro de Drogas de Estados Unidos (1991)
  12. «Hay cuatro formas de gastar dinero. Puedes gastar tu propio dinero en ti mismo. Cuando lo haces, ¿por qué entonces realmente cuidas lo que estás haciendo y tratas de sacar el máximo provecho de tu dinero? Entonces puedes gastar tu propio dinero en otra persona. Por ejemplo, compro un regalo de cumpleaños para alguien. Bueno, entonces no tengo tanto cuidado con el contenido del presente, pero tengo mucho cuidado con el costo. Entonces , Puedo gastar el dinero de otra persona en mí mismo. Y si gasto el dinero de otra persona en mí mismo, ¡entonces estoy seguro de que voy a tener un buen almuerzo! Finalmente, puedo gastar el dinero de otra persona en otra persona. Y si gasto la de otra persona dinero para otra persona, no me preocupa cuánto es, y no me preocupa lo que obtengo. Y eso es el gobierno. Y eso es cerca del 40 por ciento de nuestro ingreso nacional «. – Entrevista de Fox News (mayo de 2004).

 

Todas y cada una de las experiencias socialistas han fracasado. ¿Qué más se puede decir? ¿Porqué esta vez será diferente?

Kristian Niemetz es autor del libro Socialism, recientemente publicado por el Institute of Economic Affairs de Londres. Aquí en una nota, presenta su principal argumento:

Primero, por mucho que los autores insistan en que los ejemplos anteriores de socialismo no eran «realmente» socialistas, ninguno de ellos puede decirnos qué harían exactamente de otra manera. En lugar de proporcionar al menos un bosquejo de cómo «su» versión del socialismo funcionaría en la práctica, los autores escapan a la abstracción y hablan de aspiraciones nobles en lugar de características institucionales tangibles. «Trazar nuevos destinos para la humanidad» y «democratizar la economía» son buenas frases de moda, pero ¿qué significa esto, en la práctica? ¿Cómo manejaría «la gente» conjuntamente «su» economía? ¿Nos reuniríamos todos en Hyde Park y debatiríamos cuántos cepillos de dientes y cuántos destornilladores deberíamos producir? ¿Cómo decidiríamos quién recibe qué? ¿Cómo decidiríamos quién hace qué? ¿Qué pasa si resulta que en realidad no estamos de acuerdo? Estos no son algunos detalles técnicos triviales que podemos dejar hasta después de la revolución. Estas son las preguntas más básicas y fundamentales que un proponente de cualquier sistema económico debe poder responder. Han pasado casi tres décadas desde la caída del Muro de Berlín: tiempo suficiente, uno debería pensar, para que los socialistas «modernos» propongan algunas ideas para un tipo diferente de socialismo. Sin embargo, aquí estamos. Después de todos esos años, todavía no se han movido más allá de la etapa de la palabra de moda. En segundo lugar, los autores no parecen darse cuenta de que no hay nada remotamente nuevo sobre las elevadas aspiraciones de las que hablan y las frases de moda que usan. Darle al pueblo un control democrático sobre la vida económica siempre ha sido la aspiración y la promesa del socialismo. No es que esto nunca se le haya ocurrido a las personas que participaron en proyectos socialistas anteriores. Por el contrario: esa fue siempre la idea. Nunca hubo un momento en que los socialistas comenzaron con la intención expresa de crear sociedades estratificadas dirigidas por una élite tecnocrática. El socialismo siempre resultó de esa manera, pero no porque tenía la intención de ser así. Los socialistas contemporáneos no abordan por completo las deficiencias del socialismo en la esfera económica. Los socialistas generalmente reaccionan con verdadera irritación cuando un oponente político menciona un proyecto socialista anterior y fallido. No pueden ver esto como algo más que un hombre de paja, y un tiro barato. Como resultado, se niegan a abordar la pregunta de por qué esos intentos han resultado ser como lo hicieron. Según los socialistas contemporáneos, los líderes socialistas anteriores simplemente no lo intentaron realmente, y eso es todo lo que hay que saber. Están equivocados.

Mises sobre el izquierdismo de actores y actrices: es difícil aceptar la desobediencia del público, y la competencia

Ludwig von Mises sobre el izquierdismo de los actores y actrices: https://mises.org/es/wire/el-comunismo-de-broadway-y-hollywood

A los muchos de los que el capitalismo les dio un ingreso y ocio cómodos anhelan entretenimiento.

Las multitudes acuden a los cines. Hay dinero en el mundo del espectáculo. Los actores y dramaturgos populares disfrutan de un ingreso de seis cifras. Viven en casas palaciegas con mayordomos y piscinas. Ciertamente no son «prisioneros del hambre». Sin embargo, Hollywood y Broadway, los centros mundialmente famosos de la industria del entretenimiento, son semilleros del comunismo. Los autores e intérpretes se encuentran entre los partidarios más fanáticos del sovietismo.

Se han hecho varios intentos para explicar este fenómeno. Hay en la mayoría de estas interpretaciones un grano de verdad. Sin embargo, todos ellos no tienen en cuenta el motivo principal que lleva a los campeones del escenario y de la pantalla a las filas de los revolucionarios.

Bajo el capitalismo, el éxito material depende de la apreciación de los logros de un hombre por parte de los consumidores soberanos. A este respecto, no hay diferencia entre los servicios prestados por un fabricante y los prestados por un productor, un actor o un dramaturgo. Sin embargo, la conciencia de esta dependencia hace que los que trabajan en el mundo del espectáculo se sientan mucho más incómodos que los que suministran a los clientes servicios tangibles.

Los fabricantes de bienes tangibles saben que sus productos se compran debido a ciertas propiedades físicas. Pueden esperar razonablemente que el público continuará pidiendo estos productos mientras no se les ofrezca nada mejor o más barato, ya que es poco probable que las necesidades que satisfacen estos productos cambien en un futuro próximo. El estado del mercado de estos bienes puede, hasta cierto punto, ser anticipado por empresarios inteligentes. Pueden, con cierto grado de confianza, mirar hacia el futuro.

Es otra cosa con el entretenimiento.

La gente anhela divertirse porque están aburridos. Y nada los cansa tanto como las diversiones que ya conocen. La esencia de la industria del entretenimiento es la variedad. Los clientes aplauden más lo que es nuevo y, por lo tanto, inesperado y sorprendente. Son caprichosos e inexplicables. Desprecian lo que apreciaban ayer. Un magnate del escenario o de la pantalla siempre debe temer la desobediencia del público. Se despierta rico y famoso una mañana y puede ser olvidado al día siguiente. Sabe muy bien que depende enteramente de los caprichos y fantasías de una multitud que anhela la alegría. Siempre está agitado por la ansiedad. Como el maestro constructor de la obra de Ibsen, teme a los recién llegados desconocidos, a los jóvenes vigorosos que lo suplantarán en favor del público.

Es obvio que no hay alivio de lo que hace que estas personas en el escenario se sientan incómodas. Por lo tanto, hacen el esfuerzo. El comunismo, algunos de ellos piensan, traerá su liberación. ¿No es un sistema que hace feliz a toda la gente? ¿No declaran los hombres muy eminentes que todos los males de la humanidad son causados por el capitalismo y que serán aniquilados por el comunismo? ¿No son ellos mismos gente muy trabajadora, camaradas de todos los demás trabajadores?

Se puede suponer que ninguno de los comunistas de Hollywood y Broadway ha estudiado los escritos de ningún autor socialista y mucho menos un análisis serio de la economía de mercado. Pero es precisamente este hecho el que, para estas glamorosas chicas, bailarinas y cantantes, para estos autores y productores de comedias, películas y canciones, da la extraña ilusión de que sus quejas particulares desaparecerán tan pronto como los «expropiadores» sean expropiados.

Hay gente que culpa al capitalismo por la estupidez y la crudeza de muchos productos de la industria del entretenimiento. No hay necesidad de discutir este punto. Pero vale la pena recordar que ningún otro medio estadounidense fue más entusiasta en el apoyo al comunismo que el de la gente que cooperó en la producción de estas tontas obras de teatro y películas. Cuando un futuro historiador busca esos pequeños hechos significativos que Taine apreciaba mucho como fuente de material, no debe dejar de mencionar el papel que el artista de strip-tease más famoso del mundo desempeñó en el movimiento radical estadounidense.

Extracto de La mentalidad anticapitalista

Pesticidas químicos: uno de los grandes villanos modernos en verdad salvó a muchos de las hambrunas

Tom Morley explica en Human Progress el papel de los pesticidas, sobre los que actúa más la pasión que la razón:

Cultivar los cultivos y criar a los animales que alimentan a la civilización es una batalla incesante contra el deterioro provocado por las plagas. La agricultura produce una generosa cantidad de calorías, almacenadas en una sola ubicación: un tesoro demasiado tentador para muchas plagas. Los humanos han estado luchando contra las causas del deterioro y pérdida de cultivos durante más de diez mil años. Sin embargo, solo en los últimos cientos de años la ciencia y la tecnología agrícolas han podido inclinar la balanza en la lucha contra el deterioro sustancialmente a favor del ser humano. Los anales de la historia están repletos de ejemplos de deterioro de cultivos inducidos por plagas y pérdida de cultivos, que a menudo dan como resultado una hambruna generalizada e inmunización.

Entre 1845 y 1850, por ejemplo, un virulento moho de tizón tardío se apoderó de los campos de papa de Irlanda, destruyendo rápidamente casi todo el cultivo. El hambre fue inmediata, y sin acceso a una red comercial amplia y variada de alimentos y una fuente más variada de alimentos disponibles en el hogar, la hambruna se produjo rápidamente. El tizón tardío que devastó Irlanda a mediados del siglo XIX causó más de un millón de muertes. Entre el 20 y el 25 por ciento de la población pereció en la hambruna o emigró a los Estados Unidos u otros países. La aplicación de fungicidas modernos en los campos de Irlanda habría evitado por completo la hambruna. Desafortunadamente, pasarían otros cien años antes de que se inventaran tales fungicidas.

Los pesticidas son una gama extremadamente amplia de compuestos químicos, tanto naturales como sintéticos, que los humanos utilizan para controlar plantas infecciosas o destructivas, insectos, animales, hongos, bacterias y una amplia gama de microbios. El advenimiento de la experimentación con pesticidas y herbicidas naturales comenzó modestamente en 2000 a. C. en el sur de Mesopotamia, con la aplicación de azufre en polvo a los cultivos de hortalizas. Para 1550, se usaban varios plaguicidas de origen natural pero altamente tóxicos en toda Europa, incluidos el arsénico, el mercurio y el plomo. Estos pesticidas químicos de origen natural se usaron ampliamente hasta que se desarrollaron los primeros pesticidas sintetizados en laboratorio, a partir de la década de 1940.

Desde la década de 1950 en adelante, se desarrollaron y probaron pesticidas sintéticos nuevos e innovadores con un enfoque progresivamente creciente en la reducción de la toxicidad química, el volumen de pesticida requerido para lograr un efecto dado y el costo total para el agricultor. Los tres indicadores de rendimiento de conducción ayudaron a los agricultores a producir más cultivos y alimentar a más personas y animales a un costo menor, lo que condujo a una menor limpieza de tierras.

La aplicación de pesticidas a los cultivos agrícolas ha sido transformadora para los agricultores y para quienes compran productos cultivados por igual. Los rendimientos dramáticamente mejorados han mantenido el costo real de los alimentos significativamente más bajo de lo que sería posible sin el uso de pesticidas. El uso moderno de fungicidas en los Estados Unidos, por ejemplo, previene entre el 50 y el 90 por ciento de la pérdida de cultivos entre frutas y verduras. A nivel mundial, el uso responsable de los herbicidas, insecticidas y fungicidas modernos previene una pérdida anual de cultivo promedio de aproximadamente el 50 por ciento. En 2005, la aplicación global de pesticidas ayudó a prevenir una pérdida de cultivos por un total de casi medio billón de dólares. Junto con los modernos fertilizantes y equipos industriales, los pesticidas han sido y seguirán siendo una parte integral de la alimentación de una civilización humana en crecimiento.

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