El origen del dinero en teoría y en un campo de prisioneros

No creo que haya un mejor ejemplo de teoría que sirve para interpretar la realidad que lo que resulta de combinar la lectura del artículo de Carl Menger “El origen del dinero” http://www.eumed.net/cursecon/textos/Menger-origen-dinero.pdf con el de Robert Radford “La organización económica de un campo de prisioneros” http://aulavirtual.bde.es/wav/documentos/precios_doc_3.pdf

Campo de prisioneros

El de Menger fue escrito 50 años antes de que Radford fuera tomado prisionero en la Segunda Guerra Mundial y pudiera luego contar su experiencia. El artículo de Menger va mucho más allá de explicar el origen del dinero, puede extenderse al origen de muchas otras instituciones como resultado acciones humanas pero no de “intención”. Así comenta Menger el origen del dinero:

“…, cuándo alguien ha traído al mercado productos que no son altamente líquidos la idea más importante que tiene en mente es la de intercambiarlos, no sólo por aquellos que por casualidad necesite sino, si esto no puede realizarse directamente, por otros productos que, aunque no tenga necesidad de ellos, son, de todas maneras, más líquidos que los suyos. Al hacerlo, es evidente que no logra de inmediato el objetivo final de su comercio, es decir, la adquisición de productos que en realidad él mismo necesita; sin embargo, de esta manera se va acercando a ese objetivo. Por el tortuoso camino de un intercambio mediato gana las perspectivas de alcanzar su propósito más económica y seguramente que si se hubiera visto limitado al intercambio directo. Ahora bien, en realidad éste parece ser el caso que se ha dado en todas partes. Los hombres se han visto llevados, con creciente conocimiento de sus intereses individuales, cada uno por sus propios intereses económicos, sin convenio, sin obligación legal, es decir, sin tomar en cuenta siquiera el interés común, a intercambiar bienes destinados al intercambio (sus «productos») por otras mercancías igualmente destinadas al intercambio, pero más liquidas. A medida que el comercio se extendía en el espacio y las previsiones para la satisfacción de necesidades materiales podían hacerse por períodos cada vez más prolongados, cada individuo iba aprendiendo, a partir de sus propios intereses económicos, a darse cuenta de que trocaba sus productos menos líquidos por aquellas mercancías especiales que habían exhibido, además de la atracción de ser altamente comercializables en una localidad determinada, un amplio espectro de comercialización tanto en el tiempo como en el espacio. Estos productos serian clasificados por su carácter costoso, por la facilidad de su transporte y su posibilidad de preservación (en relación con la circunstancia de su compatibilidad con una demanda estable y ampliamente distribuida), de modo tal de asegurar a su poseedor un poder, no sólo «aquí» y «ahora», sino casi ilimitado en tiempo y espacio, sobre todos los otros productos del mercado, a precios económicos.

Y por esa razón ha sucedido que, a medida que el hombre se fue familiarizando con estas ventajas económicas, sobre todo a través de una percepción que se ha hecho tradicional y del hábito del accionar económico, esas mercancías, relativamente más líquidas en cuanto a tiempo y espacio, se han convertido en cada mercado en los productos que no sólo se aceptan en nombre del interés de cada uno a cambio de los propios productos menos líquidos sino que, en verdad, se aceptan con rapidez. Y su liquidez superior sólo depende de la comercialización relativamente menor de cualquier otro tipo de producto, razón por la cual han podido convertirse en medios de cambio generalmente aceptados. Es obvio que el hábito constituye un factor muy significativo en la génesis de esos medios de cambio de utilidad general. Es el interés económico de cada individuo que comercia lo que le permite cambiar productos menos líquidos por otros más líquidos. Pero la aceptación voluntaria del medio de cambio presupone la existencia previa de un conocimiento de estos intereses por parte de aquellos sujetos económicos de quienes se espera que acepten a cambio de sus productos una mercancía que en sí misma y por sí misma es, quizá, totalmente inútil para ellos. Es cierto que este conocimiento nunca aparece en todas partes en una nación a un mismo tiempo. En primera instancia, sólo un número limitado de sujetos económicos reconocerá las ventajas de ese procedimiento, ventajas que, en sí mismas y por sí mismas, son independientes del reconocimiento general de un producto como medio de intercambio, en tanto ese intercambio, siempre y en todas las circunstancias, acerque más a su meta al hombre económico, es decir, lo aproxime a la adquisición de cosas útiles que realmente necesite. Pero se admite que no hay mejor método para ilustrar a alguien sobre sus propios intereses económicos que hacerle ver el éxito económico de aquellos que utilizaron el medio correcto para asegurar sus intereses particulares. Por lo tanto, resulta evidente que nada pudo haber sido más favorable para el surgimiento de un medio de intercambio que la aceptación, por parte de los sujetos económicos más perspicaces e inteligentes, para su propio beneficio económico y durante un periodo considerable de tiempo de productos eminentemente líquidos en lugar de todos los demás. De esta forma, la práctica y el hábito han contribuido mucho, por cierto, para hacer que los productos, que eran más líquidos en un momento determinado, sean aceptados no sólo por muchos sino, en definitiva, por todos los sujetos económicos a cambio de sus productos menos líquidos: y no sólo para eso, sino para que sean aceptados desde un principio con la intención de volver a intercambiarlos. Los productos que, de esta manera, se tornaron medios de cambio generalmente aceptables, fueron denominados Geld por los alemanes, palabra qué proviene de Gelten y que significa pagar, realizar; otras naciones denominaron al dinero teniendo en cuenta principalmente la sustancia utilizada, la forma de la moneda o, incluso, ciertos tipos de moneda.”

Esto es exactamente lo que ocurre en el campo de prisioneros de guerra que describe Radford, quien, además, muestra en funcionamiento “el flujo de moneda y bienes” descripto por David Hume (o la teoría cuantitativa del dinero).

Cultura y progreso en los campesinos de Michoacán, México

Gracias a Daniel Sznycer, a quien conocí en la UFM y es actualmente investigador post-doctorado en el Centro de Sicología Evolutiva de la Universidad de California, Santa Bárbara, conocí el trabajo del antropólogo George M. Foster. Me mandó el artículo “Peasant Society and the Image of the Limited Good” publicado en American Anthropologist, 67, 1965.

Campesinos Michoacan

Muy interesante y en consonancia con los temas presentados aquí antes sobre la relación entre los valores e ideas, las instituciones y el progreso. Comienza con una cita de dos autores desconocidos para mi hasta ahora, Hsiao Tung-Fei y Chi-I Chang:

“La conducta humana está siempre motivada por ciertos propósitos, y estos propósitos surgen de un conjunto de supuestos que no son usualmente reconocidos por quienes los poseen. Las premisas básicas de una cultura particular son aceptadas inconscientemente por el individuo a través de su constante y exclusiva participación en esa cultura. Son estos supuestos –la esencia de todos los propósitos, motivos y principios condicionados culturalmente- los que determinan la conducta de un pueblo, subyacen a todas las instituciones y les dan unidad”.

El argumento de Foster es que toda sociedad comparte una orientación cognitiva que no está verbalmente expresada sino implícita en las “reglas de juego’, como cuando usamos el lenguaje sin conocer mucho de sus reglas gramaticales.

¿Cómo hace un antropólogo para conocer esa orientación cognitiva? Pues observa sus conductas y sostiene que son un reflejo o representación de ella. Si su hipótesis describe un conjunto de conductas, podría mostrar que es válida. Para Foster, por lo tanto, como toda conducta de los miembros de un grupo es función de esta orientación cognitiva particular, toda conducta es “racional” y tiene sentido, en dicho contexto.

En este caso particular, presenta el resultado de investigaciones en poblaciones campesinas de Tzintzuntzan, Michoacán, México; pero con un análisis comparativo con otras poblaciones similares en el resto del mundo. Allí describe el rasgo más característico de estas culturas como “La Imagen del Bien Limitado”, definido como una visión que considera que los universos social, económico y natural donde se encuentran todas las cosas valiosas de la vida como la tierra, la riqueza, salud, amistad, amor, hombría, honor, respeto, estatus, poder e influencia y seguridad, existen en “cantidad limitada” y son escasas, y no hay forma de aumentarlas, por lo que se pueden dividir, pero no multiplicar. En otras palabras, ven a su mundo como un juego de suma cero.

De ahí, entonces, que si una familia mejora su posición solamente puede ser a expensas de otra, por lo que una relativa mejora en la posición de alguien es vista como una amenaza a toda la comunidad: alguien está siendo despojado, lo veamos o no, y como resulta incierto quién es, toda mejora es vista como una amenaza a todas las personas y familias. Demás está decir que no es una cultura que promueva el progreso. Las técnicas de labranza se han mantenido iguales por siglos, y el campesino no ve una relación entre trabajo y técnicas de producción de un lado, y la obtención de riqueza por el otro. Parece que lo mismo ocurre incluso con la amistad, el amor y los afectos: señala la rivalidad que se genera con la llegada de un nuevo hijo en la familia, el gran rechazo a “perder sangre” o a donarla ya que la sangre es limitada y no se reproduce según esa visión; la sensibilidad que existe ante cualquier insulto al honor personal como si éste, y la hombría, también existieran en forma limitada.

Estas visiones sobre los recursos limitados llevan, usualmente, a alguna de estas dos alternativas: o la máxima cooperación, y cierto comunismo, o a un extremo individualismo. Foster dice que esto segundo es lo que sucede en las poblaciones campesinas. Esas actividades económicas de subsistencia, se realizan individualmente en la familia, con poco vínculo y colaboración con el resto.

Como la riqueza es limitada hay mucha resistencia a manifestarla y en caso de que se obtenga, se oculta, o es presionado para gastarla en rituales, no en inversiones que aumenten su productividad.

Sin embargo, por ejemplo, no está mal visto que se vayan a trabajar de “braceros” en los Estados Unidos, y que vuelvan con mucho dinero o lo manden, porque en tal caso ese dinero no ha salido de su propia comunidad, y algún otro lo “habrá perdido”. Tampoco hay problema si se encuentra algún “patrón” o benefactor externo, por la misma razón, están sacando riqueza de algún otro lado. Y por el mismo motivo, Foster sostiene que gustan tanto las historias de “tesoros”: la riqueza se encuentra, no se produce. El equivalente actual de esos tesoros es la lotería, gastan mucho en juegos de azar.

Finalmente, concluye Foster, que el cambio de actitud no es imposible. Poco a poco aprovechan las oportunidades cuando las ven, y van lentamente modificando esa visión respecto al progreso y a las posibilidades de esforzarse y progresar. Comienzan a mostrar un espíritu emprendedor.

En fin, una muy interesante investigación sobre los vínculos entre valores, ideas, instituciones y progreso.

Valores e instituciones en América Latina

Valores e instituciones

¿Qué conclusiones pueden sacarse de este análisis presentado en posts anteriores? En principio, algunas que son más bien modestas, pero parecen señalar que los países de mejor calidad institucional presentan:

  • Una mayor apertura para cuestionar las opiniones de quienes están más arriba jerárquicamente, y también a que esa posición sea menos determinante en el debate de ideas
  • Aceptan la incertidumbre y, por lo tanto, el riesgo. Prefieren instituciones económicas que permitan un mayor grado de actividad emprendedora.
  • Es más importancia la responsabilidad individual, para cuidarse a sí mismos y sus familias.
  • Prefieren tener mayor capacidad para decidir sobre su propia vida y para expresar sus pensamientos
  • No parecen, en principio, determinantes la orientación a largo plazo o un mayor grado de determinación y competitividad en relación a mayor modestia y bondad, aunque predominan el largo plazo y la calidad de vida y solidaridad.
  • Los países de mayor calidad institucional presentan consensos superiores al resto. En particular en los países latinoamericanos las posiciones extremas están proporcionalmente más pobladas, tanto sea en un sentido como en otro.
  • En los países latinoamericanos hay mayores preferencias por una mayor asignación de responsabilidades al gobierno de lo que se encuentra en los países de mayor calidad institucional. También hay mayor preferencia por incrementar el papel del estado en los negocios. Pero curiosamente, si bien se prefiere una mayor presencia estatal, el interés por la política (y por ende el control que pueda ejercerse sobre los gobernantes y políticos) es mucho menor.
  • La preferencia por fuertes liderazgos muestra una mayor confianza en la delegación de porciones importantes de poder al gobernante, a diferencia de países con mayor calidad institucional donde parece preferirse “el gobierno de las leyes y las instituciones”, no el “gobierno de las personas”.

De todas formas, la modestia de las conclusiones se relaciona en particular con la dificultad de determinar una relación “causal” (motivo principal para no utilizar regresiones en el análisis). Toda relación entre dos variables  puede presentar una relación causal que vaya en una dirección o en la opuesta. Por el momento podemos decir que existe una relación entre los valores antes mencionados y la calidad institucional, pero no podríamos afirmar que son esos valores la causa de la calidad institucional o la inversa.

De todas formas, hace falta una teoría para interpretar la vinculación. No es éste el lugar apropiado para desarrollarla, algo que intento en otra parte (Krause, 2013). En síntesis, y según el modelo de Wayne & López (2013), las ideas y valores predominantes determinan la estructura institucional de una sociedad, la que a su vez establece los incentivos que guían las acciones de los actores políticos y económicos que a su vez determinan los resultados obtenidos, en particular en términos de progreso económico, político y social.

En particular, entonces, los valores predominantes en general en los países latinoamericanos determinan un marco institucional que, salvo algunas excepciones, genera incentivos ya sean perversos o no suficientemente claros para generar el mencionado progreso.

El predominio del respeto a las jerarquías y la necesidad de líderes fuertes se contrapone con la calidad institucional donde lo que predomina es el “gobierno de la ley” no de las, o una “persona”. La resistencia a la incertidumbre alienta el vano intento de alcanzar mayor  “seguridad” en detrimento de la “libertad”, que como no asegura ningún resultado en particular genera incertidumbre, aunque sus resultados generales son ampliamente superiores, aunque no estén garantizados para ninguno en particular.

Todos pertenecemos a muy distinto tipo de grupos, ellos permiten también la cooperación social voluntaria, pero en el caso latinoamericano lo que se muestra es una pertenencia grupal que genera inmovilidad social, se nace y se muere en una constante pertenencia a un grupo determinado. La falta de individualismo, en el sentido de responsabilidad individual por el destino en la vida, desalienta la iniciativa emprendedora; pero por otro lado existe un individualismo perverso que apoya la mayor participación estatal en los negocios y la actividad económica en general y al mismo tiempo se desentiende de la política.

Si mezclamos un mayor estatismo con un menor interés para controlar al poder nos encontramos con una de las mejores combinaciones para obtener una mala calidad institucional.

Estos valores, sin embargo, no se presentan en forma pareja, los países latinoamericanos se caracterizan por amplios disensos que en muchos casos determinan países y sociedades sin un rumbo previsible, y en algunos casos más dramáticos, balanceándose de un extremo a otro en cuestión de pocos años.

Ideas y valores en América

¿Cuáles son los valores e ideas que prevalecen en América Latina? ¿Son similares en los distintos países? ¿Tanto en aquellos que presentan mejores posiciones relativas en calidad institucional como en los que no? Estos son los valores presentados por Hofstede para los países relevados en la región:

País Distancia   al poder Individualismo masculinidad Evitar   incertidumbre Orientación   a largo plazo Indulgencia   vs contención
Argentina

49

46

56

86

20

62

Brasil

69

38

49

76

44

59

Canadá

39

80

52

48

36

68

Chile

63

23

28

86

31

68

Colombia

67

13

64

80

13

83

Costa   Rica

35

15

21

86

Rep   Dominicana

13

54

Ecuador

78

8

63

67

El   Salvador

66

19

40

94

20

89

Guatemala

95

6

37

101

Jamaica

45

39

68

13

México

81

30

69

82

24

97

Panamá

95

11

44

86

Perú

64

16

42

87

25

46

Puerto   Rico

0

90

Surinam

85

47

37

92

Trinidad   and Tobago

47

16

58

55

13

80

U.S.A.

40

91

62

46

26

68

Uruguay

61

36

38

100

26

53

Venezuela

81

12

73

76

16

100

 

En la categoría “Distancia al poder” que, recordemos, evalúa en qué medida se aceptan las jerarquías como un elemento incuestionable, aparecen en las posiciones donde menos peso tienen Costa Rica, Canadá, Estados Unidos, Jamaica, Trinidad y Tobago y Argentina. En el otro extremo aparecen Guatemala, Panamá, Surinam, México, Venezuela y Ecuador.

Respecto a “Individualismo” los más altos son Estados Unidos y Canadá, lejos del resto, donde en primer lugar se encuentran Surinam y Argentina. En “Masculinidad” destacan Venezuela, México, Jamaica, Colombia, Ecuador y Estados Unidos mientras que en otro extremo están Costa Rica, Chile, Guatemala, Surinam y Uruguay.

En “Evitar la incertidumbre” encontramos de un lado a Jamaica, Estados Unidos y Canadá, bastante alejados del resto y en el otro extremo a Guatemala, Uruguay, El Salvador y Surinam. “Orientación a largo plazo” muestra a Brasil con el mayor valor, aunque no muy alto, seguido de Canadá, Chile, Estados Unidos y Uruguay. En el otro polo, aunque no tan lejos en este caso, Puerto Rico, Colombia, Rep. Dominicana, Trinidad y Tobago y Venezuela.

Finalmente, en “Indulgencia y Contención”, aparece más “indulgente” Venezuela, seguida de México, Puerto Rico, El Salvador y Colombia; y en el otro extremo a Perú, Uruguay y Rep. Dominicana.

Aunque en algunas de estas categorías no se observa una relación fuerte de esos valores con la diferente calidad institucional, sí lo es en el caso de “Distancia al poder”, “Individualismo” y “Evitar la incertidumbre”. Países donde se respetan menos las jerarquías establecidas, se valora más la responsabilidad individual y hay menor aversión a asumir riesgos poseen mejores marcos institucionales y, como se señalara en anteriormente, obtienen mejores resultados.

En cuanto a las preguntas del World Values Survey, se destaca la falta de consenso general en toda la región respecto a cuestiones básicas de la organización institucional como la mayor responsabilidad individual o del gobierno, la igualdad de ingresos, la preferencia por negocios públicos o privados y la redistribución como una característica esencial de la democracia; al tiempo que predomina un bajo interés por la política y la preferencia por un liderazgo fuerte al que se delega mucho poder.

Conclusiones

En general, salvo algunas excepciones como Chile, Uruguay y Costa Rica, América Latina presenta instituciones débiles. Por supuesto que en cada caso la evolución histórica de cada país explica el rumbo que tomaran, pero en general puede decirse que predominan en la región ciertos valores e ideas, visiones del mundo, que no favorecen la existencia de buenas instituciones que permitan un mejor funcionamiento de los mercados y la política.

Una clara polarización lleva a países a los tumbos de un lado para el otro, como son los casos de Venezuela, Argentina, Bolivia o Ecuador. Sin embargo, otros parecen haber logrado un consenso importante alrededor de algunas instituciones básicas como la democracia y la economía de mercado, que se continua con sucesivos gobiernos de distinto signo político, tal como en Chile, Uruguay, Costa Rica, los que se acercan en alguna medida a Canadá y Estados Unidos, los países de la región con mejores posiciones en términos de calidad institucional.

Estos últimos, se diferencian de América Latina claramente en valores como el respeto a jerarquías establecidas, la necesidad de personajes “fuertes”, la aversión al riesgo y la importancia de la responsabilidad individual. No obstante, los casos de Chile, Uruguay y Costa Rica muestran que, pese a compartir en buena medida valores básicos con el resto de los países latinoamericanos, han podido mejorar su calidad institucional sustancialmente.

Esto plantea algunos interrogantes que valdría la pena investigar en el futuro. Si han logrado mayor calidad institucional pese a compartir valores con el resto, ¿se debe a que los que han cambiado son los valores de las elites y éstos no se reflejan claramente en los estudios comparativos que hemos analizado? Y si así fuera, ¿por qué han cambiado allí y no en otros países? ¿Van Brasil, Colombia, México, Panamá y Perú en el mismo camino, donde cambian los gobiernos pero se mantiene un cierto rumbo de respeto básico a algunas instituciones elementales para el funcionamiento de la sociedad? ¿Si los que cambiaron fueron los valores de las elites, cambiarán luego los de la población en su conjunto de forma tal de consolidar esa calidad institucional?

Son interrogantes que señalan posibles caminos futuros para la investigación pero que, sobre todo, plantean dilemas que deberán responder los países de la región.

Valores y calidad institucional (II)

Continuamos viendo algunas categorías sobre la encuesta World Values Survey que realiza Gallup y su relación con la calidad institucional

Igualdad de ingresos

La siguiente pregunta es: 1 si está de completamente de acuerdo con la frase “los ingresos deberían hacerse más iguales” versus 10 para la frase “Necesitamos diferencias de ingresos más amplias como incentivos”.

Escala Promedio total
Los ingresos deberían hacerse más iguales 12.4 %
2 5.4 %
3 7.0 %
4 6.8 %
5 11.8 %
6 8.8 %
7 12.1 %
8 13.3 %
9 7.6 %
Necesitamos mayores diferencias de ingresos como incentivos 14.9 %

 

Los porcentajes para algunos países para las dos posiciones límites son las siguientes. En cuanto a los países con mayor calidad institucional: Finlandia (8,5 y 2,0), Nueva Zelanda (11,8 y 6,4), Suiza (22,1 y 1,8), Suecia (6,2 y 6,2), Australia (10,5 y 7,8), Canadá (7,0 y 5,1), Noruega (8,3 y 1,9), Reino Unido (12,9 y 6,5), Holanda (8,2 y 5,4), Estados Unidos (6,1 y 8,5).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (23,4 y 7,3), Uruguay (13,5 y 8,7), Perú (7,7 y 35,0), Trinidad y Tobago (10,7 y 34,3), Colombia (23,5 y 21,7), México (20,4 y 23,2), Brasil (15,3 y 15,6), Guatemala (10,8 y 31,3), Argentina (26,8 y 20,1).

Nuevamente aparece la mayor polarización en los países latinoamericanos respecto a los de mayor calidad institucional pero con la curiosa diferencia entre países con claro predominio de la preferencia por la igualdad de ingresos y otros por las mayores diferencias (Perú y Trinidad y Tobago).

Negocios privados o públicos

La siguiente pregunta se refiere a si, 1, debería “incrementarse la propiedad privada en los negocios”, o 10, “debería incrementarse la propiedad gubernamental en los negocios”.

Escala Promedio total
Debería incrementarse la propiedad privada en los negocios 10.2 %
2 6.1 %
3 8.6 %
4 9.0 %
5 18.7 %
6 9.6 %
7 9.2 %
8 9.3 %
9 6.3 %
Debería incrementarse la propiedad gubernamental en los negocios 13.0 %

 

Nuevamente, los porcentajes para algunos países para las dos posiciones límites son las siguientes. En cuanto a los países con mayor calidad institucional: Finlandia (4,7 y 1,4), Nueva Zelanda (13,8 y 3,0), Suiza (7,2 y 3,0), Suecia (7,3 y 1,7), Australia (12,4 y 5,0), Canadá (11,4 y 2,1), Noruega (3,3 y 3,0), Estados Unidos (19,4 y 1,4).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (5,8 y 16,1), Uruguay (7,5 y 6,5), Perú (8,7 y 23.8), Trinidad y Tobago (21,0 y 16,9), Colombia (15,1 y 26,9), México (20,2 y 17,6), Brasil (17,2 y 13,7), Guatemala (11,0 y 20,0), Argentina (6,8 y 35,7).

Nuevamente puede observarse la mayor polarización en la región con un predominio por la preferencia por mayor grado de propiedad gubernamental en los negocios, mientras que en los países de mayor calidad institucional la polarización es menor y hay una mayor preferencia por los negocios privados.

Redistribución del ingreso y democracia

La pregunta en este caso es si “cobrar impuestos a los ricos y subsidiar a los pobres es una característica esencial de la democracia”, siendo 1 no esencial y 10 totalmente esencial.

Escala Promedio total
No es una característica esencial de la democracia 9.3 %
2 3.9 %
3 4.9 %
4 4.9 %
5 11.5 %
6 7.9 %
7 10.8 %
8 13.3 %
9 8.6 %
Es una característica esencial de la democracia 24.9 %

 

Los porcentajes para algunos países para las dos posiciones límites son las siguientes. En cuanto a los países con mayor calidad institucional: Finlandia (1,6 y 9,2), Suiza (6,1 y 17,8), Suecia (5,5 y 12,7), Australia (7,9 y 12,5), Canadá (4,1 y 6,7), Noruega (3,5 y 9,8), Reino Unido (7,1 y 9,7), Holanda (4,9 y 13,6), Estados Unidos (16,4 y 6,6).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (9,0 y 21,8), Uruguay (11,7 y 14,7), Perú (8,3 y 20,2), Trinidad y Tobago (11,2 y 24,2), Colombia (23,5 y 21,7), México (24,5 y 18,2), Brasil (27,1 y 8,7), Guatemala (10,8 y 31,3), Argentina (17,4 y 32,3).

Nuevamente los extremos están mucho más poblados aunque en ambos casos la dirección es coincidente, dando a la redistribución un papel importante en el funcionamiento de la democracia, salvo los casos de Estados Unidos y Brasil, México y Colombia en menor proporción.

Importancia de la democracia

En todos los países se considera importante la democracia con opiniones predominantes respecto a que es “absolutamente importante” (10) hasta las menos, “nada importante” (1):

Escala Promedio total
Nada importante 1.5 %
2 0.5 %
3 0.7 %
4 1.1 %
5 5.9 %
6 4.7 %
7 7.4 %
8 14.1 %
9 14.4 %
Absolutamente importante 49.6 %

 

Los porcentajes para algunos países para las dos posiciones límites son las siguientes. En cuanto a los países con mayor calidad institucional: Finlandia (0,6 y 44,7), Suiza (0,5 y 68,0), Suecia (0,3 y 77,8), Australia (1,0 y 64,1), Canadá (0,6 y 56,6), Noruega (0,2 y 66,8), Reino Unido (1,7 y 56,0), Holanda (0,4 y 46,0), Estados Unidos (1,9 y 51,9).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (1,3 y 41,1), Uruguay (0,9 y 62,3), Perú (2,4 y 49,7), Trinidad y Tobago (1,5 y 58,7), Colombia (4,6 y 35,4), México (4,4 y 51,8), Brasil (2,4 y 42,1), Argentina (1,0 y 65,8).

Esta tal vez sea la pregunta en la cual los países de la región más se acercan a los países de mayor calidad institucional sobre todo en la dirección de las respuestas, aunque con algunos porcentajes más bajos en la respuesta “absoluta” en los casos de Colombia y Chile.

Importancia de la política en la vida

Veamos las respuestas respecto al papel que ocupa la política en la vida de los ciudadanos.

Escala Promedio total
Muy importante 14.6 %
Bastante importante 30.1 %
No muy importante 34.2 %
Nada importante 21.1 %

 

Tomemos nuevamente los porcentajes para algunos países para las dos posiciones límites. En cuanto a los países con mayor calidad institucional: Finlandia (2,6 y 22,6), Nueva Zelanda (6,3 y 12,0), Suiza (12,5 y 8,9), Suecia (15,5 y 8,1), Australia (9,8 y 9,8), Canadá (11,7 y 14,2), Noruega (9,9 y 6,2), Reino Unido (9,2 y 20,3), Holanda (7,1 y 17,0), Estados Unidos (11,0 y 8,6).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (5,7 y 46,7), Uruguay (12,3 y 36,9), Perú (11,3 y 30,9), Trinidad y Tobago (11,1 y 29,5), Colombia (4,6 y 35,4), México (20,2 y 24,6), Brasil (14,7 y 18,7), Guatemala (19,0 y 30,1), Argentina (8,5 y 36,5).

Nuevamente la polarización aparece más pronunciada en la región y con un mayor porcentaje de personas que consideran a la política como Nada Importante.

Fuerte liderazgo

Finalmente, veamos la importancia que se le otorga a la existencia de un líder político “fuerte”:

Escala Promedio total
Muy bien 12.1 %
Bastante bien 26.0 %
Mal 29.7 %
Muy mal 32.2 %

 

En los países con mayor calidad institucional las posiciones extremas en la escala son: Finlandia (4,0 y 40,4), Nueva Zelanda (4,1 y 58,7), Suiza (2,8 y 53,0), Suecia (3,7 y 54,5), Australia (5,8 y 46,8), Canadá (5,5 y 51,8), Noruega (3,0 y 55,5), Reino Unido (7,7 y 49,1), Holanda (8,4 y 30,6), Estados Unidos (6,9 y 35,2).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (6,4 y 34,0), Uruguay (7,2 y 20,1), Perú (16,1 y 19,8), Trinidad y Tobago (15,4 y 48,4), Colombia (5,2 y 21,3), México (20,2 y 24,6), Brasil (19,5 y 11,2), Guatemala (14,3 y 7,7), Argentina (6,8 y 25,6).

En general los porcentajes para posiciones muy favorables a la presencia de un líder fuerte son más elevados en los países de la región y son mucho más elevadas las visiones negativas en los países de mayor calidad institucional.

 

Valores y calidad institucional

Seguimos ahora con el tema de los valores y la calidad de las instituciones. ¿Qué valores predominan en las sociedades de alta calidad institucional? ¿Y cuáles en las de Baja calidad?

Otra fuente de análisis sobre los valores que predominan en la sociedad y la calidad de las instituciones es el World Values Survey[1], que se describe como “una red global de científicos sociales que estudian los valores cambiantes y su impacto en la vida social y política. El WVS, en colaboración con el EVS (European Values Study) llevó a cabo informes nacionales representativos en 97 sociedades que contienen casi el 90 por ciento de la población del planeta. Estos informes muestran continuos cambios en lo que la gente quiere de la vida y en lo que creen. Para monitorear esos cambios EVS/WVS ha realizado cuatro olas de informes, desde 1981 a 2007”.

Tomaremos algunos de los puntos considerados en el informe, aquellos que entendemos tienen una vinculación más directa con el desarrollo de instituciones políticas y de mercado, analizaremos el desempeño de los países que más presentan esas características, los que menos, y la situación de los países latinoamericanos. Por una cuestión de espacio no mostraremos la distribución completa de respuestas para cada país que puede encontrarse en la fuente original. Lo datos fueron tomados en los distintos países en los años 2005 a 2007.

  1. Libertad y control sobre sus vidas

La primera es más bien una pregunta descriptiva respecto al grado de libre elección y el grado de control sobre su propia vida que tiene la gente. “Algunas personas sienten que tienen completa libertad de elección sobre sus vidas, mientras que otras sienten que lo que hacen no tiene un efecto real sobre lo que les sucede. Utilice esta escala, donde 1 significa ‘nada en absoluto’ y 10 significa “mucho” para indicar cuanta libertad de elección y control siente que posee sobre la forma en que su vida se desarrolla”:

Escala Promedio total
Nada en absoluto 3.1 %
2 1.7 %
3 3.8 %
4 4.4 %
5 12.2 %
6 12.3 %
7 15.3 %
8 18.5 %
9 11.0 %
Mucho 17.8 %

 

Los países que se encuentran en las primeras posiciones del ICI presentan estos porcentajes en las posiciones a los extremos “Nada en absoluto” y “Mucho”: Finlandia (0,6 y 9,1), Nueva Zelanda (0,8 y 23,3), Suiza (0,0 y 18,0), Suecia (0,5 y 16,0), Australia (1,3 y 20,8), Canadá (0,7 y 16,9), Noruega (0,3 y 12,1), Reino Unido (1, 3 y 14,1), Holanda (1,1 y 4,5), Estados Unidos (0,8 y 16,8).

Los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (1,0 y 22,2), Uruguay (1,8 y 28,0), Perú (1,7 y 21,3), Trinidad y Tobago (2,1 y 35,7), Colombia (2,4 y 33,4), México (2,8 y 42,0), Brasil (1,8 y 31,5), Guatemala (3,3 y 16,2), Argentina (1,7 y 32,5).

Los países con mayor calidad institucional se encuentran alrededor y por debajo del promedio en ambos extremos, pero los países latinoamericanos y caribeños claramente por encima en la segunda. ¿Cómo ha de interpretarse esto? Los indicadores de libertad política y económica los ubican por debajo de los primeros.

Responsabilidad individual o del gobierno

La pregunta es: “¿Cómo ubicaría su visión en esta escala? 1 significa que está por completo de acuerdo con la frase “la gente tiene que tomar más responsabilidades para proveerse a sí mismos”, versus 10 que significa que acuerda por completo que “el gobierno debe tomar más responsabilidad para asegurar que cada uno esté provisto”:

Escala Promedio total
El gobierno debe tener más responsabilidad 20.3 %
2 8.6 %
3 9.1 %
4 9.0 %
5 14.3 %
6 8.3 %
7 8.6 %
8 8.6 %
9 4.9 %
La gente debe tener más responsabilidad 8.2 %

 

En este caso presentaremos los porcentajes para algunos países para las dos posiciones límites. En cuanto a los países con mayor calidad institucional: Finlandia (3,8 y 5,0), Nueva Zelanda (6,5 y 13,1), Suiza (4,7 y 9,9), Suecia (2,6 y 7,8), Australia (10,1 y 10,1), Canadá (6,3 y 7,7), Noruega (6,5 y 2,7), Reino Unido (9,3 y 9,9), Holanda (8,8 y 4,8), Estados Unidos (8,8 y 12,8).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (17,2 y 9,0), Uruguay (16,7 y 7,8), Perú (14,9 y 19,4), Trinidad y Tobago (25,0 y 20,1), Colombia (30,8 y 14,7), México (27,1 y 19,0), Brasil (27,0 y 8,7), Guatemala (20,1 y 15,7), Argentina (27,2 y 17,2).

Dos conclusiones a primera vista pueden obtenerse en este caso. Los países con mayor calidad institucional presentan una distribución mucho más centrada en las posiciones del medio, en primer lugar, y luego, en general, con un porcentaje algo mayor para los que sostienen que la gente tiene que tener más responsabilidad en relación a los que sostienen que debería el gobierno tenerla.

En el caso latinoamericano y caribeño los porcentajes en los extremos son muy superiores lo que señala una clara falta de consenso sobre el tema y la preferencia por la responsabilidad del gobierno es mayor en casi todos los casos.

La competencia es buena o mala

Las siguientes son respuestas a estas opciones: 10 significa que se está en completo acuerdo con la frase “La competencia es buena, estimula a la gente a trabajar duro y desarrollar nuevas ideas”, versus 1 para “La competencia es dañina. Saca lo peor de la gente”.

Escala Promedio total
La competencia es buena 25.2 %
2 12.4 %
3 13.9 %
4 12.5 %
5 14.9 %
6 6.3 %
7 4.6 %
8 4.0 %
9 2.2 %
La competencia es dañina 3.8 %

 

También en este caso presentaremos los porcentajes para algunos países para las dos posiciones límites. En cuanto a los países con mayor calidad institucional: Finlandia (7,3 y 0,8), Nueva Zelanda (23,2 y 2,6), Suiza (13,0 y 1,6), Suecia (16,6 y 0,8), Australia (18,8 y 2,2), Canadá (15,0 y 1,3), Noruega (13,2 y 0,6), Reino Unido (15,5 y 3,6), Holanda (4,7 y 2,8), Estados Unidos (21,3 y 1,0).

En cuanto a los países latinoamericanos y caribeños presentan estos porcentajes: Chile (15,3 y 7,6), Uruguay (16,5 y 9,0), Perú (35,9 y 4,7), Trinidad y Tobago (42,3 y 6,5), Colombia (38,8 y 7,9), México (50,5 y 6,8), Brasil (26,5 y 8,4), Guatemala (31,0 y 6,1), Argentina (27,8 y 15,0).

Los países con mayor calidad institucional muestran nuevamente un mayor consenso con extremos mucho menores a favor y, sobre todo, en contra de la competencia. Los países latinoamericanos y caribeños muestran extremos más altos favoreciendo en todos los casos la competencia.

Orientación a largo plazo e indulgencia

Seguimos con el análisis de las categorías de Hofstede y su relación con la calidad institucional de los países.

Luego, este autor agregó otras dos categorías:

  1. Orientación hacia el largo plazo: Las sociedades orientadas al largo plazo fomenta virtudes pragmáticas como el ahorro, la persistencia, y la adaptación a circunstancias cambiantes. Las orientadas al corto plazo, en cambio, hacia virtudes relacionadas con el presente y el pasado como el orgullo nacional, respeto por la tradición y cumplir ciertas obligaciones sociales.
  2. Indulgencia versus contención: en ciertas sociedades se permite la libre gratificación de ciertos impulsos relacionados con el disfrute de la vida y el entretenimiento y las otras las suprimen y regulan con normas sociales muy estrictas.

Orientación al largo plazo:

En este caso la relación tampoco resulta clara. En general los países con poca orientación a largo plazo son países de baja calidad institucional, tal vez porque los lleva a preferir políticas que puedan prometer beneficios en el corto plazo aunque esto termine debilitando las instituciones en el largo plazo. Pero entre los que tienen esta orientación en forma destacada los hay también de baja calidad institucional, predominando países asiáticos y de Europa oriental.

País Orientación al largo plazo Posición ICI País Orientación al largo plazo Posición ICI
Puerto Rico

0

32

Bulgaria

69

61

Ghana

4

72

Bosnia

70

104

Egipto

7

133

Rep. Checa

70

35

África occidental

9

Moldavia

71

102

Trinidad and Tobago

13

71

Singapur

72

23

Nigeria

13

153

Suiza

74

3

Colombia

13

83

Montenegro

75

58

Rep Dominicana

13

106

Eslovaquia

77

40

Irán

14

163

Alemania (Este)

78

Marruecos

14

107

Bielorrusia

81

148

Zimbabue

15

186

Rusia

81

140

Venezuela

16

182

Lituania

82

30

Jordan

16

75

Bélgica

82

17

Ruanda

18

92

Estonia

82

20

El Salvador

20

94

Alemania

83

13

Mali

20

119

Ucrania

86

147

Argentina

20

127

China

87

122

Australia

21

6

Japón

88

19

Países árabes

23

Taiwán

93

21

Uganda

24

115

Corea del Sur

100

29

Indulgencia versus contención:

no hay análisis por países de esta variable. En este caso, los países donde predomina la contención presentarían menor calidad institucional (a la izquierda), mientras que aquellos que dan importancia a la búsqueda de la felicidad muestran mejores posiciones en el ICI. Hofstede[1] considera que esta variable se relaciona con la capacidad de poder decidir sobre su propia vida y también la de poder expresar sus pensamientos. En aquellos países donde predomina la contención no parece importante la libertad de prensa, por ejemplo, uno de los componentes básicos de la calidad institucional.

País Indulgencia vs contención Posición ICI País Indulgencia vs contención Posición ICI
Paquistán

0

154

Islandia

67

18

Egipto

4

133

Chile

68

22

Letonia

13

42

Estados Unidos

68

11

Ucrania

14

147

Canadá

68

7

Albania

15

90

Holanda

68

10

Bielorrusia

15

148

Gran Bretaña

69

9

Lituania

16

30

Dinamarca

70

2

Bulgaria

16

61

Chipre

70

26

Estonia

16

20

Australia

71

6

Iraq

17

180

Ghana

72

72

Hong Kong

17

15

Nueva Zelanda

75

4

Burkina Faso

18

124

Suecia

78

5

Moldavia

19

102

África Occidental

78

Bangladesh

20

143

Trinidad & Tobago

80

71

Montenegro

20

58

Colombia

83

83

Rumania

20

65

Nigeria

84

153

Rusia

20

140

El Salvador

89

94

Azerbaiyán

22

128

Puerto Rico

90

32

China

24

122

México

97

88

Marruecos

25

107

Venezuela

100

182

En definitiva, los valores que parecen sustentar una mejor calidad institucional serían:

  1. Menor respeto por las posiciones jerárquicas y aceptación de la posibilidad de diferir
  2. Mayor tolerancia por la incertidumbre
  3. Mayor énfasis en la responsabilidad individual sobre el destino en la vida
  4. Un cierto grado de preferencia por una buena calidad de vida y solidaridad
  5. Una mayor preferencia por el largo plazo
  6. Mayor preferencia la búsqueda de la felicidad, decidir sobre su propia vida y expresar sus sentimientos

Tal vez no debería llamarnos la atención. Varios de estos valores tienen una vinculación directa con componentes de la calidad institucional, como la libertad de expresión y de prensa, la iniciativa empresarial, la estabilidad de las normas jurídicas, la participación como ciudadanos y la rendición de cuentas por parte de los gobiernos.

Individualismo y masculinidad (?)

Estuvimos viendo la relación entre ciertos valores e ideas y la calidad de las instituciones, tomando en cuenta el análisis comparative de Geert Hofstede. Aquí van otras dos de sus categorías.

 

Individualismo, Recordemos su definición: se refiere a cuánto están los individuos integrados en grupos. Por un lado hay sociedades donde se espera que los individuos se arreglen por sí mismos y con sus familias, mientras que otros se encuentran integrados en grupos muy Fuertes y cohesivos, que los protege a cambio de su lealtad.

 

 

País Individualismo Posición ICI País Individualismo Posición ICI
Guatemala

6

108

Suiza

68

3

Ecuador

8

151

Noruega

69

8

Panamá

11

55

Suiza alemana

69

Venezuela

12

182

Irlanda

70

12

Colombia

13

83

Letonia

70

42

Indonesia

14

105

France

71

25

Paquistán

14

154

Suecia

71

5

Costa Rica

15

46

Bélgica francesa

72

Perú

16

64

Canadá francés

73

Trinidad &  Tobago

16

71

Dinamarca

74

2

Taiwán

17

21

Bélgica

75

17

Corea del Sur

18

29

Italia

76

59

El Salvador

19

94

Bélgica holandesa

78

África Occidental

20

Nueva Zelanda

79

4

Bangladesh

20

143

Canadá

80

7

China

20

122

Hungría

80

47

Singapur

20

23

Holanda

80

10

Tailandia

20

80

Gran Bretaña

89

9

Vietnam

20

138

Australia

90

6

Chile

23

22

Estados Unidos

91

11

 

Los países con mayor calidad institucional son los que tienen un índice mayor de individualismo, tal el caso de los que aparecen en la columna de la derecha. Veamos lo que el informe dice respecto a los Estados Unidos, por ejemplo: “Los Estados Unidos, con un índice de 91 en esta dimensión, es una sociedad altamente individualista. Esto se traduce en una sociedad poco estructurada en la que la expectativa es que la gente se preocupe de sí mismos y sus familias. También hay un alto grado de movilidad geográfica y la mayoría de los estadounidenses están acostumbrados a hacer negocios, o interactuar, con extraños. Por lo tanto, no son tímidos para acercarse a sus posibles contrapartes para obtener o buscar información. En el mundo de los negocios, se espera que los empleados tengan confianza en sí mismos y muestren iniciativa. También, dentro del mundo laboral basado en intercambios, las decisiones de contratación y promoción se basan en el mérito o la evidencia sobre lo que realizado o lo que puede realizarse[1]”.

En el otro extremo, respecto de Guatemala: “Con un índice de 6, Guatemala tiene el menor en términos de individualismo, es la cultura más colectivista del mundo. Como los guatemaltecos son un pueblo muy colectivista, pertenecer a un grupo inclusivo y alinearse con la opinión de ese grupo es muy importante. Combinado con altos índices de Distancia al Poder, esto significa que los grupos tienen fuertes identidades. La comunicación es indirecta y la armonía del grupo tiene que mantenerse, se evitan los conflictos abiertos. La relación tiene una base moral y esto es siempre tiene prioridad sobre el cumplimiento de las tareas. Debe invertirse tiempo inicialmente para establecer una relación de confianza. A menudo se encuentra nepotismo. La retroalimentación es siempre indirecta, también en el ámbito de los negocios[2]”.


 

[2] http://geert-hofstede.com/guatemala.html

La otra variable es la «masculinidad», que no se refiere al sexo. Su definición es: los
valores masculinos parecen diferir entre sociedades más de lo que difieren los
femeninos. Los primeros son aquellos que enfatizan una conducta decisoria y
competitiva mientras que los valores femeninos enfatizan la modestia y la
bondad. En los países “femeninos” las mujeres y los hombres comparten esos
valores de modestia y bondad, mientras que en los “masculinos” hay más diferencia
porque los hombres son más decisorios y competitivos.

Masculinidad: Esta variable presenta una compleja relación con la calidad institucional. Por un lado se encuentran países como Suecia, Noruega, Dinamarca e incluso Costa Rica y Chile, todos ellos en destacadas posiciones en el ICI, pero entre los opuestos también encontramos a Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Suiza. ¿Qué significa esto? Veamos lo que los autores dicen respecto a algunos de estos países. En relación a Suecia, el país con menores diferencias entre uno y otro sexo (aclaremos que son diferencias de valores no de trato): “un índice bajo (femenino) en esta dimensión significa que los valores dominantes en la sociedad son la bondad hacia otros y la calidad de vida. Una sociedad femenina es una donde la calidad de vida es signo de éxito y destacarse de los demás no es admirable”[1].

Respecto a Eslovaquia, en la posición más “masculina”, dice: “Con 100, Eslovaquia es una sociedad masculina – muy orientada y motivada por el éxito. Es importante ser considerado exitoso y alcanzar sus objetivos. Los símbolos de estatus como autos, imponentes casas, ropas, etc., juegan un papel importante. La gente trabaja duro para lograr un alto nivel de vida y poder ‘mostrar sus logros’. Se necesitan largas horas de trabajo y dedicación para lograr esto”[2].

No parece haber tampoco una evidente relación entre masculinidad/feminidad y la calidad de las instituciones políticas o económicas.

 

País Masculinidad Posición ICI País Masculinidad Posición ICI
Suecia

5

5

Estados Unidos

62

11

Noruega

8

8

Ecuador

63

151

Letonia

9

42

Colombia

64

83

Holanda

14

10

Filipinas

64

99

Dinamarca

16

2

Polonia

64

39

Lituania

19

30

China

66

122

Eslovenia

19

44

Alemania

66

13

Costa Rica

21

46

Gran Bretaña

66

9

Finlandia

26

1

Irlanda

68

12

Chile

28

22

Jamaica

68

76

Estonia

30

20

México

69

88

Portugal

31

31

Italia

70

59

Tailandia

34

80

Suiza

70

3

Rusia

36

140

Suiza (Alemana)

72

Guatemala

37

108

Venezuela

73

182

Surinam

37

113

Austria

79

16

Uruguay

38

41

Sudáfrica (blanca)

83

Corea del Sur

39

29

Hungría

88

47

Bulgaria

40

61

Japón

95

19

Croacia

40

78

Eslovaquia

110

40

Distancia al poder y rechazo a la incertidumbre

En este intento de análisis sobre la relación entre ideas e instituciones, veremos ahora si el análisis de Hofstede y sus categorías muestra algúna relación entre el predominio de ciertos valores y la calidad institucional según la mide el Índice de Calidad Institucional. Ahora veremos dos: distancia al poder y evitar la incertidumbre.

Distancia al poder:

Recordemos la definición: se refiere a la aceptación de las jerarquías por parte de aquellos que están abajo, no en la cúspide de ellas. Podríamos interpretarlo como en qué medida se aceptan las opiniones de superiores jerárquicos sin mayor cuestionamiento o en qué medida se siente confianza para diferir con el superior.

Parece bastante evidente que aquellos países son más abiertos a diferir con los que están en posiciones jerárquicas muestras mejor calidad institucional; los otros más relacionados con regímenes autoritarios o dirigidos por líderes carismáticos populistas que se apoderan la de cúspide de una jerarquía que luego no se cuestiona:

País Distancia al poder Posición ICI País Distancia al poder Posición ICI
Austria

11

16

Croacia

73

78

Israel

13

38

Singapur

74

23

Dinamarca

18

2

África Occidental

77

Nueva Zelanda

22

4

India

77

98

Suiza (alemana)

26

3

Ecuador

78

151

Irlanda

28

12

Indonesia

78

105

Noruega

31

8

Países árabes

80

Suecia

31

5

Bangladesh

80

143

Finlandia

33

1

China

80

122

Suiza

34

3

México

81

88

Costa Rica

35

46

Venezuela

81

182

Alemania

35

13

Surinam

85

113

Gran Bretaña

35

9

Serbia

86

95

Australia

36

6

Rumania

90

65

Holanda

38

10

Rusia

93

140

Canadá

39

7

Filipinas

94

99

Estonia

40

20

Guatemala

95

108

Luxemburgo

40

14

Panamá

95

55

Estados Unidos

40

11

Malasia

104

57

Lituania

42

30

Eslovaquia

104

40

Evitar la incertidumbre

De Nuevo recordemos su definición: es la tolerancia por la incertidumbre y la ambigüedad. Las culturas que buscan minimizar estas situaciones tienen leyes y normas estrictas y la creencia en una verdad absoluta a nivel filosófico y religioso. Los opuestos aceptan la incertidumbre, son más tolerantes de opiniones diferentes, tratan de tener la menor cantidad de reglas posibles, pero cumplirlas.

En este caso los países con mayor calidad institucional son aquellos que aceptan la incertidumbre, buscan reducirla con su iniciativa individual a diferencia de los otros que lo hacen a través de normas y reglamentaciones. No extraña encontrar aquí a los países con mejores calificaciones en el subíndice de calidad de las instituciones económicas. En el otro extremo se encuentran muchas sociedades latinas y conservadoras, con menor apego al riesgo:

País Evitar la incertidumbre Posición ICI País Evitar la incertidumbre Posición ICI
Singapur

8

23

France

86

25

Jamaica

13

76

Panamá

86

55

Dinamarca

23

2

España

86

28

Hong Kong

29

15

Perú

87

64

Suecia

29

5

Eslovenia

88

44

China

30

122

Rumania

90

65

Vietnam

30

138

Japón

92

19

Gran Bretaña

35

9

Serbia

92

95

Irlanda

35

12

Surinam

92

113

Malaysia

36

57

Bélgica (francesa)

93

India

40

98

Polonia

93

39

Filipinas

44

99

Bélgica

94

17

Estados Unidos

46

11

El Salvador

94

94

Canadá

48

7

Rusia

95

140

Indonesia

48

105

Malta

96

36

Nueva Zelanda

49

4

Bélgica (holandesa)

97

Sudáfrica (blanca)

49

60

Uruguay

100

41

Noruega

50

8

Guatemala

101

108

Australia

51

6

Portugal

104

31

Eslovaquia

51

40

Grecia

112

84

 

 

 

Ideas e Instituciones: elites o masas

He tratado en posts anteriores distintas teorías sobre el origen de las instituciones, para terminar con una de ella que afirma la importancia de los valores e ideas determinando el destino de una sociedad. Más sobre el asunto:

Continuando con el vínculo entre ideas e instituciones buscaremos, entonces, analizar la relación que pueda existir entre el predominio de ciertas ideas y la existencia de ciertas instituciones. La tarea, sin embargo, es muy difícil ya que, ¿qué significa que ciertas ideas predominan en una sociedad? ¿Debemos tratar de analizar las ideas y valores que predominan en toda la población o solamente en las élites?

Este es uno de los tantos dilemas que se presentan y no es menor. Converse (2006) en un trabajo seminal en la materia señala, precisamente, que los sistemas de convicciones nunca han se han rendido fácilmente al estudio empírico y la cuantificación y han llevado a decir que lo que es importante para estudiar no es medible y lo que es medible no es importante para investigar. La tesis de este autor es que existen claras diferencias en la naturaleza de los sistemas de convicciones entre las elites políticas y las masas. En forma similar a la planteada por Rose y Milton Friedman sugiere una descripción basada en una pirámide que se extiende desde un vértice pequeño hasta una base amplia, con distintos niveles basados en el nivel de conocimientos.

¿Qué deberíamos considerar entonces, las convicciones de las elites o las de las masas? En el primero de los casos el sistema de convicciones es más coherente, en el sentido de que podríamos más fácilmente predecir que si un individuo de la elite tiene una cierta convicción, seguramente tendrá otras que normalmente forman un conjunto funcional, mientras que esta coherencia se va debilitando a medida que se baja de la pirámide. Converse (p. 8), menciona este ejemplo: si un legislador se destaca por su insistencia en reducir impuestos y tener un presupuesto balanceado, se puede predecir con cierto grado de éxito que también se opondrá a cierto aumento del gasto público. En el caso del votante común, sin embargo, esto es mucho menos probable. Es más, sería de esperar que apoyara tanto una reducción de impuestos como un aumento del gasto social al mismo tiempo. En su investigación toma en cuentas las opiniones sobre “gasto/ahorro” como indicativas de una visión más amplia “liberal/conservadora” (“liberal” en el sentido usado en Estados Unidos, más cercano a socialdemócrata) y sugiere que un 17% formaría parte del estrato I, con una clara comprensión de la diferencia que captura casi toda su extensión, 37% en los estratos IV y V con un concepto totalmente vago, y un 46% que se divide en dos estratos, el III que presenta mucha incertidumbre y conjeturas en relación a los términos y el II, el que define bien los términos pero en un sentido muy estrecho.

Hofstede

Geert Hofstede

A este problema se le suma la falta de fuentes de datos que permitan un análisis comparativo en cualquiera de esos estratos. Tomemos el caso de las investigaciones realizadas por Gert Hofstede, un sicólogo social pionero en la realización de estudios culturales comparativos. En base a los datos de una investigación realizada originalmente por IBM para entender las diferencias culturales entre los agentes de la empresa en distintos países desarrolló luego un extenso trabajo comparativo que, si bien se basa principalmente en el análisis de los valores de personas como miembros de organizaciones, establece diferencias a nivel nacional. Es decir, el trabajo evalúa las diferencias entre un país y otros, no entre una organización y otras dentro de un mismo país.

Información muy completa, incluso con los resultados por país, aquí: http://geert-hofstede.com/

El universo de las consultas realizadas no se corresponde con las elites que menciona Converse, quien considera principalmente a las elites políticas, pero nos dará una primera vista de las ideas y valores que predominan en algunos estratos medios.

En un primer momento desarrolló cuatro categorías:

  1. Distancia en el poder: se refiere a la aceptación de las jerarquías por parte de aquellos que están abajo, no en la cúspide de ellas. Podríamos interpretarlo como en qué medida se aceptan las opiniones de superiores jerárquicos sin mayor cuestionamiento o en qué medida se siente confianza para diferir con el superior.
  2. Evitar la incertidumbre: es la tolerancia por la incertidumbre y la ambigüedad. Las culturas que buscan minimizar estas situaciones tienen leyes y normas estrictas y la creencia en una verdad absoluta a nivel filosófico y religioso. Los opuestos aceptan la incertidumbre, son más tolerantes de opiniones diferentes, tratan de tener la menor cantidad de reglas posibles, pero cumplirlas.
  3. Individualismo: se refiere a cuánto están los individuos integrados en grupos. Por un lado hay sociedades donde se espera que los individuos se arreglen por sí mismos y con sus familias, mientras que otros se encuentran integrados en grupos muy fuertes y cohesivos, que los protege a cambio de su lealtad.
  4. Masculinidad: los valores masculinos parecen diferir entre sociedades más de lo que difieren los femeninos. Los primeros son aquellos que enfatizan una conducta decisoria y competitiva mientras que los valores femeninos enfatizan la modestia y la bondad. En los países “femeninos” las mujeres y los hombres comparten esos valores de modestia y bondad, mientras que en los “masculinos” hay más diferencia porque los hombres son más decisorios y competitivos.

Luego se agregaron otras dos categorías:

  1. Orientación hacia el largo plazo: Las sociedades orientadas al largo plazo fomenta virtudes pragmáticas como el ahorro, la persistencia, y la adaptación a circunstancias cambiantes. Las orientadas al corto plazo, en cambio, hacia virtudes relacionadas con el presente y el pasado como el orgullo nacional, respeto por la tradición y cumplir ciertas obligaciones sociales.
  2. Indulgencia versus contención: en ciertas sociedades se permite la libre gratificación de ciertos impulsos relacionados con el disfrute de la vida y el entretenimiento y las otras las suprimen y regulan con normas sociales muy estrictas.

Antes de intentar trazar una relación entre estas categorías y distintos niveles de calidad institucional, veremos qué países se encuentren entre unos y otros tipos (Hofstede et al, 2010).

Converse, Philip E. (2006 [1964]) “The nature of belief systems in mass publics”, Critical Review, 18: 1-3, 1-74.

Hofstede, Geert, Gert Jan Hofstede & Michael Minkov (2010); Cultures and Organizations: Software of the Mind, Third Edition; (McGraw-Hill).

La maldición de las instituciones (II)

Otro bien interesante artículo sobre el «Capitalismo de Amigos», en The Economist:

http://www.economist.com/news/leaders/21598996-political-connections-have-made-many-people-hugely-rich-recent-years-crony-capitalism-may

Crony capitalism 2

En cuanto al artículo de Mehlum et al, comentado ayer, sigo:

El modelo simple comentado es el siguiente:

  1. Emprendedores productivos y buscadores de rentas (vía privilegios, protecciones, subsidios), provienen del mismo conjunto de emprendedores
  2. Se asignan en uno u otro grupo según sean los retornos que obtienen de cada actividad, hasta que estos retornos (ganancias) en una y otra actividad se igualan.
  3. Como los buscadores de rentas pujan por la renta de los recursos naturales, cuántos más hay de éstos, menos hay de los emprendedores productivos
  4. Por el contrario, las actividades productivas generan beneficios para otros, por lo que su mayor número aumenta sus beneficios. En otras palabras 3 es un juego de suma cero, y 4 es un juego de suma positiva.

Cuando hay pocos emprendedores productivos, las ganancias son bajas. En este caso, como casi todos los emprendedores se ocupan de producir, los beneficios de los buscadores de rentas son bajos también.

Si hay muchos buscadores de rentas, las ganancias son bajas para éstos porque hay pocos productores de los que extraerlas. A medida que hay más productores, las ganancias son más altas para los pocos buscadores de rentas que quedan.

Cuanto mejor es la calidad de las instituciones menores son las ganancias de los buscadores de rentas en relación con las ganancias que se obtienej en las actividades productivas, por lo que un avance hacia mejores instituciones reduce sus ganancias, hay más productores y menos rentistas.

Si las instituciones se deterioran, mejoran las perspectivas de los rentistas en comparación con los productores, hay más rentistas y menos productores.

Finalmente, en cuanto a la evolución de países con distinto tipo de recursos e instituciones.

La “maldición de los recursos naturales” ocurre ya que el país que los tiene pero con instituciones que promueven la rapiña termina peor que el que no tiene recursos aunque tenga malas instituciones, mientras que el que tiene recursos y buenas instituciones termina mejor, es decir, recibe la “bendición” de poseer un recurso natural.

Ejemplos que se presentan en el artículo:

– Guerras civiles por el control de recursos naturales: Sudan, Nigeria, Angola, Congo

– Deterioro de las instituciones:

Riqueza petrolera: Nigeria, Angola, Sudan, Venezuela

Riqueza de diamantes: Sierra Leone, Liberia, Congo

– Ejemplos de calidad institucional y «bendición» de los recursos naturales

Noruega (petróleo), Holanda (gas), Australia (minerales),