La determinación de los precios en el mercado. Los alumnos preguntan leyendo a Böhm-Bawerk (V)

Los alumnos de OMMA-Madrid realizan preguntas sobre el texto de Böhm-Bawerk en relación a la determinación de los precios:

– ¿Cuando el comprador que valora más altamente el bien decide adquirir más bienes a ese precio, ya que considera que es un precio muy atractivo se produce un cambio de las parejas marginales y por lo tanto del precio?

Vimos los ejemplos con el supuesto de que cada comprador compra una unidad. Si comprara varias sería lo mismo que si hubiéramos agregado más compradores por una unidad cada uno. Si afectan las parejas marginales tendrá que ver si hay más oferentes o no. Si hay más oferentes y se compensan unos a otros, entonces las parejas marginales no se modifican, pero si no los hay, si lo harán. Es decir, por encima de las parejas marginales puede haber 10 compradores y 10 vendedores, o puede haber 100 compradores y 100 vendedores y el precio sería el mismo.

– En los ejemplos del autor se presupone una misma calidad en los bienes objeto de intercambio. ¿Cómo podemos estudiar de forma sencilla la valoración subjetiva que los individuos dan a la diferente calidad de un mismo bien?

Exacto, es una simplificación para entender la formación del precio. Luego veremos el concepto de bienes sustitutos donde se introduce la variedad entre los productos. Esas valoraciones subjetivas le darán distinta preferencia a bienes que no se consideran exactamente iguales.

– Si la valoración subjetiva de los individuos no es estática si no que cambia constantemente, incluso en cuestión de segundos, ¿estos ejemplos que pone el autor sirven para algo?

Sí, porque nos permite entender para dónde irían esos cambios.

– En una explotación agrícola el agricultor suele vender sus naranjas con un margen muy estrecho de beneficio o incluso al coste o por debajo del mismo, sin embargo cuando llega al consumidor final el precio es 10 o 12 veces lo que se ha pagado al mismo. El precio en este caso viene fijado por la red de distribución y el vendedor apenas tiene fuerza. El precio esta condicionado completamente por tu capacidad de acceso al consumidor final. Como podemos explicar esto dentro de la teoría de determinación de precio.

El precio está fijado, en última instancia, por la voluntad de los consumidores de consumir naranjas. SI el día de mañana se dijera que las naranjas causan cáncer, es probable que las dejaran de consumir y su precio se acercaría a cero. La red de distribución no fija el precio, solamente propone un precio, ofrece un precio a los consumidores y luego ve cómo estos reaccionan. Si propone un precio y vende la mitad de su existencia es que el precio está alto y lo tiene que bajar. Si propone un precio y los consumidores agotan las naranjas en pocas horas es que está bajo y lo tiene que subir. En ese sentido la red de distribución está tan atada a la voluntad de los consumidores como el mismo productor.

El productor podría llevar el mismo sus naranjas al consumidor, en forma directa. Seguramente si no lo hace es porque entiende que no le sería rentable hacerlo. Tendría que ocupar su tiempo (que necesita para cuidar sus cultivos) en llevar las naranjas, tal vez venderlas a domicilio como era antes (pasaban los vendedores gritando por las calles), tener empleados, vendedores, camiones, etc.

– ¿El marketing de los artículos de lujo es capaz de modificar la magnitud del “valor” subjetivo? Seguro que si pero… ¿Como puede llegar a ser tan potente? Para anteponerlos a bienes de primera necesidad.

Quienes demandan este tipo de bienes, está claro que ya han satisfecho sus necesidades de bienes de “primera necesidad”. Nadie compraría oro en el medio del desierto dejando de lado el agua (a menos que piense que le permitirá conseguir más o mejor agua más adelante). Ricardo III en la obra de Shakespeare, caído en el campo de batalla grita “Mi reino por un caballo”. En esa situación, el más poderoso tenía que ocuparse de una primera necesidad. Y siguiendo la ley de la utilidad marginal “decreciente”, ¿cuánto crees que ofrecería por un segundo caballo?

– En un momento el autor dice que los competidores excluidos no ejercen influencia en la determinación del precio, pero sí pueden aumentar la cantidad del bien cambiado en el mercado. ¿Puede elaborar un poco esta idea con algún ejemplo o enviarme al texto de nuevo si es que ya lo ha hecho y no lo he advertido?

Toma el ejemplo de la determinación bilateral del precio y luego imagina que cada uno de los compradores en lugar de demandas una unidad demandan 100 y que cada uno de los vendedores ofrece 100 en vez de una. ¿Qué habría cambiado? Las cantidades, por supuesto, pero no el precio.

Sin embargo, debo llamar la atención en este ejemplo que estoy suponiendo que tanto compradores como vendedores tienen la misma valoración sobre todos los bienes pero dada la ley de la utilidad marginal decreciente es probable que no tenga la misma valoración de los primeros que de los últimos y en tal caso sí se modificarían sus valoraciones y los precios. Es cuando ese vendedor quiere sacarse los últimos productos y está dispuesto a venderlos a precio más bajo.

– En algunos momentos habla de la intensidad de la valoración. No me ha quedado eso muy claro. ¿A que se refiere exactamente?  ¿Cuál es la diferencia entre  valorar algo en, no sé, 100 euros, y valorar más intensamente eso mismo también en 100 euros pero de una manera más intensa? No sé si será mi (de)formación lingüística la que me hace complicar las cosas, pero no creo haberlo entendido bien.

Si su valoración es más intensa estará dispuesto a pagar más, si lo es menos, a pagar menos. Böhm-Bawerk señala que es la intensidad de la preferencia uno de los factores que influyen en ella.

– Hacia el final del capítulo el autor dice que el ejemplo que ha utilizado es un simplificado , hecho para facilitar la comprensión general, pero reconoce que en el mundo real las cosas son más complejas y que esta complejidad puede afectar a las cosas. Sin embargo dice que se debe aceptar que esta complejidad no puede alterar el marco básico en sí mismo. Entiendo que son casos particulares y que estas particularidades, son eso, particulares, pero ya que el autor pone en el centro del debate la subjetividad de las personas, ¿no es cierto que esta subjetividad no limita en ocasiones los prejuicios de los actores y es posible que un determinado actor no quiera participar con otros en un intercambio por razones diferentes al precio?

Por supuesto, todas esas cosas forman parte de la evaluación subjetiva del comprador o del vendedor. No nos preguntamos cuáles son los motivos específicos que llevan a las personas a valorar algo de una forma u otra (que sería el campo de la sicología), sino que dadas ciertas preferencias, la interacción llevará a la determinación del precio.

– Otra sub-pregunta sobre esta idea de la complejidad: en la bolsa, cuándo una compañía recompra acciones propias, ¿cuál sería el modelo general para valorar ahora las acciones restantes?

Hay técnicas específicas para eso, pero dado lo que estamos viendo ahora, solamente podemos decir que quienes tomaron la decisión de comprar mostraron su “utilidad marginal decreciente” hasta el número de acciones que compraron y no ya para las que quedaron en manos de otros. Las que no compraron: tal vez no tengan ya tanto valor para la compañía (que tal vez buscaba alcanzar una cierta mayoría que le permitiera tomar algunas decisiones), o tal vez tengan un valor superior para quienes las poseen actualmente y solamente se hubieran desprendido de ellas a un valor superior.

¿Solamente podemos conocer las valoraciones subjetivas de un bien, mediante el precio de mercado de dicho bien?, ¿Qué pasa si el bien es nuevo en el mercado, y no conocemos su valor de mercado?

Así es, no conocemos las valoraciones subjetivas de las personas, solamente sus “preferencias reveladas” en el acto de comprar o vender. Si alguien compra un helado de chocolate y no de vainilla, lo único que puedo decir es que reveló en el acto su preferencia por el primero, pero no puedo decir “cuánto más” valora el chocolate sobre la vainilla a menos que tuviera posibilidad de expresarlo en algún acto.

Si un bien es nuevo en el mercado hay que aprender. Las empresas hacen distintos estudios para analizar el precio original de salida. Luego habrá que ver la reacción de los compradores y ajustarlo, si es posible.

El gobierno australiano adoptó el «día de la derogación» de leyes y regulaciones inútiles

La revista Regulation, del Cato Institute, comenta una iniciativa del primer ministro australiano para derogar normas y regulaciones. http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2014/10/regulationv37n3-8_1.pdf#page=4

“El Foro Económico Mundial ubica a Australia en el puesto 128 en términos de la carga de regulaciones gubernamentales (en 2014-2015 está en el puesto 124, Argentina se encuentra en el puesto 139 de 144 países). Dice el informe: “la comunidad empresaria dice que las regulaciones laborales y los trámites burocráticos son el primer y segundo problema para hacer negocios en el país.”

El nuevo gobierno del primer ministro Tony Abbott anunció entonces, en Marzo de 2014 el primer “Día de la Derogación” en el Congreso: “para derogar regulaciones y leyes que ya han pasado su utilidad o que hacen más daño que bien”.

“Comprometido a crear ‘la mayor fogata de regulaciones en la historia del país’, Abbott prometió que ese día se ‘removerían más de 9.500 normas innecesarias o contraproducentes y 1.000 leyes redundantes’, y ‘más de 50.000 páginas… de los libros de normas’, ahorrando a las personas y organizaciones más de 700 millones de dólares por año.”

“Algunas de esas derogaciones pasaron rápido por las dos cámaras del Congreso, incluyendo menos procedimientos para la aprobación ambiental de grandes proyectos, una reducción de los formularios relacionados con agroquímicos y medicamentos veterinarios, y la eliminación de algunas leyes redundantes o dudosas, tales como la conversión en 1970 del sistema imperial al métrico. Otras iniciativas, tales como menos formularios requeridos a las universidades y agencias de empleos, se introdujeron sin necesidad de aprobación parlamentaria.”

No todas fueron aprobadas, ya que el actual gobierno no tiene el control del Senado. Se estima que las derogadas hasta ahora permitirán un ahorro de $300 millones anuales. El Primer Ministro se ha comprometido a realizar dos días “derogatorios” cada año, diciendo que “a veces es más importante derogar algunas leyes que aprobar nuevas”.

“El actual éxito de la agenda de reforma regulatoria dependerá de las acciones del usualmente hostil Senado. Además, el apetito del gobierno de coalición para tomar una posición agresiva en materia de reforma se verá puesto a prueba dados las estridentes protestas de grupos de intereses creados en el primer día derogatorio. Las protestas más fuertes se realizaron a la idea de abolir la Comisión Australiana de ONGs, de derogar el impuesto al carbono, y reformas a los límites para el asesoramiento financiero de quienes venden esos productos. En particular, el tema que ha generado más perjuicio a la posición competitiva internacional de Australia, la legislación laboral, está todavía fuera de la agenda.”

“No obstante, el doble enfoque de derogar regulaciones ineficientes y de tomar en cuenta beneficios y costos cuando se aprueban nuevas es un primer paso importante en la reforma regulatorio australiana. El mundo observará con interés los efectos de estas acciones sobre la posición Australia en los rankings tal como el del WEF, como también sobre el crecimiento del país y su competitividad global”.

Incentivos materiales y no materiales: compensación y motivación en empresas y en la sociedad

El emprendedor puede aprender mucho sobre el funcionamiento de los mercados para tomarlo en cuenta en el diseño de su organización, pero hay algo, que ya fue señalado, que diferencia a una organización de una sociedad mercantil: la sociedad no tiene un objetivo común que no sea el permitir la convivencia de las distintas personas en forma pacífica de forma tal que cada una de ellas pueda intentar alcanzar los objetivos que se proponga sin violar los derechos de los demás a intentar alcanzar los propios. La sociedad, entonces, es un sistema de normas y valores que permite la convivencia y la cooperación voluntaria, sin que esas personas necesiten tener un objetivo común.

Una organización también es un grupo de personas que conviven y cooperan entre sí, pero a diferencia de la sociedad tiene ese objetivo común que el emprendedor ha desarrollado como “la misión de la empresa”. Es decir, si la sociedad es un gran océano donde navegan muchos barcos en distintas direcciones, una organización es uno de esos barcos que tiene una dirección determinada.

Pero decir que una organización tiene un objetivo común y lograr que sus integrantes actúen de tal forma son dos cosas distintas: será una de las claves del éxito del emprendedor alcanzar la cooperación y un eficiente trabajo en equipo de todos los integrantes para cumplir la misión de la empresa. Esta es una tarea que se complica porque, definitivamente, no todos los miembros de la organización tienen el mismo objetivo, o al menos no en la misma intensidad que el emprendedor y cada uno posee objetivos propios en la vida que pueden entrar en conflicto con la misión de la empresa. Por ejemplo, el éxito de su iniciativa tiene una alta prioridad para el emprendedor, pero no necesariamente para quienes colaboren con él, quienes tienen sus propias escalas de valoraciones o preferencias y bien pueden tener en sus primeros lugares otros objetivos.

Si el emprendedor pudiera clonarse y dividir las tareas entre los diferentes clones, no existiría un problema relacionado con los objetivos a alcanzar pero, al mismo tiempo, perdería las ventajas que la diversidad de personas y talentos puede aportar a su proyecto. Como las personas no son sus clones y tendrán seguramente otros objetivos habrá que tener en cuenta la forma en la que se pueda alcanzar el mayor grado de compromiso y dedicación para cumplir con la misión. Hay distintas formas de lograr esto: podría ser por la fuerza, con el látigo, tal como con un grupo de esclavos o en una de las encomiendas indígenas de las épocas coloniales; puede ser por medio de una sujeción estricta a la cadena jerárquica de comandos con severas penas a la desobediencia como en un ejército; también por medio de un compromiso con cierto fin superior e incluso supernatural como en el caso de una organización religiosa.

Pero en el caso de la organización que el emprendedor desarrolle es necesario la cooperación “voluntaria” de sus miembros y aunque pueden generarse ciertos mitos no hay forma de apelar a nada más terreno que el objetivo de la empresa.

En tal sentido, hay dos tipos de instrumentos que el emprendedor tiene en sus manos para fomentar dicha actitud y ellos no son, en esencia, diferentes a los que existen en el mercado. Básicamente puede apelar a lo que llamaremos incentivos materiales, remuneración o compensación; o a los incentivos “espirituales” (a falta de otro nombre mejor), o motivación.

 

Los consumidores determinan los precios de los factores de producción, y más también

Con los alumnos de OMMA Madrid estamos leyendo a Mises, La Acción Humana, sobre los precios de los factores de producción. Dice Mises:

“Los precios de los bienes de orden superior (esto es, los más alejados del consumo), son finalmente determinados por los precios de los bienes de primer orden, u orden inferior, esto es, los bienes de consumo. Como consecuencia de esta dependencia, ellos están en última instancia determinados por las valoraciones subjetivas de todos los miembros de la sociedad de mercado.”

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Ahora bien, luego plantea una diferencia entre “valoraciones” y “precios”: “Sin embargo, es importante comprender que nos encontramos con conexiones de precios, no con conexiones de valoraciones”. ¿Qué quiere decir con esto?

Entiendo lo siguiente: son las valoraciones de los consumidores respecto de los bienes de consumo los que determinan luego los precios de todos los bienes intermedios y de los factores de producción que intervienen en el proceso de producción hasta llegar a la etapa final de consumo. Es decir, son las valoraciones de los consumidores de cigarros y cigarrillos las que determinan el precio del tabaco, pero en todo ese proceso que va desde la semilla del tabaco, su siembra, recolección, secado, molido y elaboración del cigarro, los precios transmiten las valoraciones de los consumidores finales, no las de los participantes de cada etapa. Estos reflejan las valoraciones finales.

De nuevo, es porque los consumidores están dispuestos a pagar cierto precio por el cigarro que luego se justifican todos los precios anteriores en la cadena de producción, hasta los primeros pasos o, como diría Mises, las etapas más alejadas.

Sigue Mises: “Los precios de los factores complementarios de producción están condicionados por los precios de los bienes de consumo. Los factores de producción son valorados en relación a los precios de los productos, y de esta valoración emergen sus precios.”…”Los precios de los bienes de consumo engendran las acciones que resultan en la determinación de los precios de los factores de producción”.

Este breve párrafo podría plantear cuestiones de importancia central en nuestras economías actuales. Por ejemplo, se deduce de ello que el nivel de la remuneración del trabajo en una cierta área de la economía depende, en última instancia, de las valoraciones de los consumidores respecto al producto final.

Esto sería difícil de entender para los sindicalistas. Deberían aceptar que las remuneraciones no están estrictamente determinadas por los empresarios que los contratan sino por los consumidores que están dispuestos a pagar el precio de los bienes que esos empresarios producen. El empresario simplemente combina factores de producción.

Esto es fácil de ver, por ejemplo, en algunos deportes o en el entretenimiento. ¿Por qué ganan tanto algunos futbolistas si no es porque los consumidores están dispuestos a pagar por ello, ya sea entradas, productos, etc? Lo mismo con actores o actrices famosos. ¿Qué explica si no sus altos niveles de remuneración?

Claro. Imagino que un sindicalista sentado a negociar los salarios con un empresario, no vería con agrado que le digan que, si quiere salarios mayores a los que pueden pagarse, vaya a hablar con los consumidores para que estos, a su vez, estén dispuesto a pagar más por los productos que ese trabajo produce. Pero eso es, en definitiva, lo que sucede. Los consumidores somos los que determinamos, en definitiva, la remuneración de los distintos factores de producción, entre ellos el trabajo, y también.

Comenta Mises más adelante:

“Compitiendo en cooperación y cooperando en competencia toda la gente es instrumental en obtener el resultado, esto es, la estructura de precios en el mercado, la asignación de factores de producción a las distintas ramas de satisfacción de necesidades, y la determinación sobre la porción de cada uno”.

Comprando o absteniéndonos de comprar, no solamente decidimos sobre las cosas que tendremos o no, sino mucho más, toda la configuración del mercado.

La formación de los precios en el mercado. Los alumnos preguntan leyendo a Böhm-Bawerk (IV)

Los alumnos de OMMA-Madrid realizan preguntas sobre el texto de Böhm-Bawerk en relación a la determinación de los precios:

¿Obedece la determinación de los tipos de interés a esta ley de determinación del precio?

Por supuesto, en el mercado del “ahorro” se encuentran ahorristas (oferentes) e inversores (demandantes) y la interacción de sus preferencias determina la tasa de interés. Esas preferencias subjetivas las llamamos “preferencia temporal” porque es la evaluación que cada uno de ellos hace sobre un bien o monto de dinero en el presente en relación con el futuro.

¿Como es posible que se coordinen los infinitos compradores y vendedores con sus infinitas valoraciones subjetivas en el mercado para establecer precios continuamente?

Cada intercambio es un precio pero a medida que se van generalizando el conocimiento los mercados se van unificando, ya que en la medida que se conozcan diferencias de precios habrá incentivos para actuar sobre ellas. Digamos que en una verdulería A las manzanas están a 15 y en otra B están a 5. En la medida en que esa diferencia no se conozca puede ser que algunos compren en la primera y otros en la segunda. Pero en cuanto esto se conoce, los consumidores dejarán de comprar en A para ir a B.

Porque ambos quieren ganar la mayor cantidad de dinero posible actuarán de esta forma: A, viendo que los clientes ven el precio y pasan de largo, se preocupará porque no vende (y la manzana se pudre), por lo que bajará su precio. A, verá que tiene más clientes por comprar que mercadería para vender, entonces lo subirá. Este proceso estará en funcionamiento hasta que ambos vendan a 10. El precio se va generalizando. Existe una tendencia general a unificar el precio en el mercado teniendo en cuenta las diferencias de transporte, etc.

En los mercados generales, digamos globalizados, consumidores y productores transmiten sus preferencias en sus actos de venta o de compra. Por ejemplo, las valoraciones subjetivas de los consumidores ahora favorecen el café de Vietnam. Su precio ahora comienza a subir. El precio, además, envía una señal a los productores vietnamitas para que produzcan más y a los de los demás países para que produzcan mejor y hagan frente a esa competencia.

Me surgen dudas en relación a la idea del autor de que la competencia bilateral protege a todos los compradores y vendedores independientemente de su capacidad negociadora. Con respecto a este tema, ¿Cómo quedarían casos como el de Enron, o el de Ahold donde miles de accionistas fueron engañados? O ¿casos como el del aceite de colza en los 80 en España, donde muchas personas fueron engañadas y envenenadas? ¿Cómo es posible que finalmente puedan haber estos escándalos, donde miles de personas pierden parte de sus ahorros o de su salud? En estos casos de competencia bilateral los compradores, tanto con capacidad negociadora como sin ella, ¿hasta que punto estaban protegidos?

Empiezo con el aceite. Fíjate que seguramente el aceite estaba sujeto a ciertos controles gubernamentales, como lo están todos los alimentos, y así y todo eso ocurrió (aunque no conozco el caso en particular). No estamos exentos a esas cosas, de la misma forma que también hay ladrones y asesinos. Pero todo aquél que quiera seguir en el mercado tiene que cumplir con los consumidores, tiene que generar prestigio y reputación para su producto, tiene que generar una “marca”. Este es un gran mecanismo de control de calidad. Lamentablemente, la existencia de controles públicos relaja también el estado de alerta de los consumidores, ya que tienden a pensar que alguien estará controlando.

En cuanto a Enron, hubo serios problemas contractuales y de incentivos. Diseñaron un mecanismo de remuneración por medio de opciones de acciones que llevó a ciertos ejecutivos a “dibujar” los resultados de la empresa a efectos de poder ejercer esas opciones favorablemente. De nuevo, el fraude existe, pero cuando la información se conoce el mercado reacciona automáticamente y refleja eso en el precio de la acción.

– ¿ Se producen situaciones en las que se llevan a cabo intercambios que no son ventajosos para alguna o ambas partes de dicho intercambio ?

Ex post, después del intercambio, alguno puede pensar que mejor no lo hubiera hecho, pero ex ante (antes de hacerlo), lo hizo porque pensó que iba a estar en una situación mejor. Es decir, si siempre fueran ventajosos solamente habría ganancias. A veces también hay pérdidas, pero ninguno de los que realizaron esos intercambios los hizo para perder.

– ¿Cómo podemos aplicar el conocimiento de esta teoría de determinación de precios a la inversión?

Como verán en materias posteriores, en la valoración y la formación de los precios de los activos financieros.

– ¿ Puede la competencia bilateral establecer un precio correcto para cada intercambio o puede haber situaciones en las que la fijación de precio sea errónea ?

¿Qué es correcto y qué es erróneo? No hay una medida objetiva del valor. El precio simplemente refleja las valoraciones subjetivas de los compradores y vendedores. Pueden estar “objetivamente” equivocadas. Por ejemplo, de pronto todos creen que el brócoli cura el cáncer. Todos demandan brócoli y su precio sube, pero luego se descubre que no es así. Es más, que causa úlcera estomacal. Su precio baja. El precio se va ajustando permanentemente a la llegada de esas nuevas informaciones que afectan las preferencias de la gente. Estas podrán ser correctas o erróneas, pero el precio simplemente las refleja.

¿Cuánto habría que gastar para combatir al terrorismo? En algunos casos, o lugares, menos…

Una de las funciones del estado es procurar la defensa de sus habitantes. Pocos discuten esto (aunque algunos lo hacemos). Ahora bien, asumiendo que debe hacerlo, ¿cuántos fondos debe asignar a esa tarea? John Mueller y Mark Stewart plantean el tema en relación a la lucha contra el terrorismo en “Responsible Counterterrorism Policy” (Policy Analysis 755, Cato Institute): http://www.cato.org/publications/policy-analysis/responsible-counterterrorism-policy

“El terrorismo es un riesgo a la vida humana y debería ser considerado en forma similar a la que se aplica a otros riesgos, con excepción de comprender que el terrorismo ocasiona un temor y ansiedad extraordinarias. Aunque permitir que la emoción sobrepase al análisis sensato es tanto comprensible como común entre la gente, no es correcto para los funcionarios encargados de mantenerlos a salvo. Hacer eso es irresponsable, y cuesta vidas.”

“El análisis de riesgos es una ayuda a la toma de decisiones que ha sido desarrollada, codificada y aplicada desde hace una cuantas décadas, y en algunos casos siglos. Tratamos cuatro cuestiones centrales de este enfoque y las aplicamos a los riesgos presentados por el terrorismo: el costo por vida salvada, riesgo aceptable, análisis de costo-beneficio y comunicación del riesgo. También evaluamos el (muy limitado) grado en que el análisis de riesgo ha sido coherentemente aplicado en los esfuerzos anti-terroristas del gobierno de Estados Unidos al tomar decisiones que han costado a los contribuyentes cientos de millones de dólares.”

“En la actualidad, el proceso alienta una toma de decisiones que es excepcionalmente aversiva al riesgo. Además, los tomadores de decisiones parecen ser demasiado temerosos sobre las reacciones negativas de cualquier relajamiento de medidas de seguridad que no son costo-efectivas y también de las consecuencias de no sobre-reaccionar.”

“Si otros usos de los fondos disponibles pudieran efectivamente salvar vidas, un gobierno estaría obligado a asignar los fondos de forma tal que más beneficie a la seguridad pública y explicar porqué gastar miles de millones de dólares en medidas de seguridad con poco beneficio probado es algo distinto                que un gran despilfarro de recursos.”

“…los Estados Unidos gastan cerca de $100.000 millones por año para prevenir, dislocar o proteger contra el terrorismo doméstico. Si cada vida salvada es valorada en $14 millones, sería necesario que las medidas de protección contra el terrorismo previnieran o protegieran contra 6.000 o 7.000 muertes por terrorismo por año en el país, o el doble si se toma la cifra más baja de $7 millones por vida salvada. Esas cifras parecen muy altas. El número de gente asesinada por terroristas en los Estados Unidos es muy baja, y el número asesinado por extremistas islámicos después del 11/9 es menos de 2 por año. Esto está lejos de los 6.000 a 7.000 por año. Quien defienda el gasto puede argumentar que el número es bajo principalmente por los esfuerzos anti-terroristas. Otros no estarán de acuerdo.”

El trabajo presenta una tabla de comparación entre los distintos riesgos de muerte en ciertos países. Van algunos:

  • Cáncer. Estados Unidos: 1 en 540
  • Guerra en Irak (civiles) 2003-2008: 1 en 1.150
  • Accidentes de tránsito. Estados Unidos: 1 en 8.200
  • Accidentes de tránsito. Australia: 1 en 15.000
  • Homicidio. Estados Unidos: 1 en 22.000
  • Accidentes industriales. Estados Unidos: 1 en 53.000
  • Intifada. Israel (2000-2006): 1 en 72.000
  • Homicidio. Inglaterra: 1 en 67.000
  • Homicidio. Australia: 1 en 76.000
  • Terrorismo. Estados Unidos (2001): 1 en 101.000
  • Desastres  naturales. Estados Unidos: 1 en 480.000
  • Ahogarse en la bañadera. Estados Unidos: 1 en 950.000
  • Terrorismo. Gran Bretaña (1970-2012): 1 en 1.200.000
  • Accidentes con ciervos. Estados Unidos: 1 en 2.000.000
  • Aviación comercial. Estados Unidos: 1 en 2.300.000
  • Terrorismo. Estados Unidos (1970-2012): 1 en 4.000.000
  • Terrorismo. Gran Bretaña (1970-2012): 1 en 5.900.000
  • Rayos. Estados Unidos: 1 en 7.000.000
  • Terrorismo transnacional. Mundo salvo zonas de Guerra, 1975-2003: 1 en 12.500.000

El «derecho a probar» todo tipo de tratamiento y medicina en pacientes terminales

La revista Regulation, del Cato Institute, trae un artículo de Thomas Hemphill que plantea una cuestión interesante en relación a la regulación de medicamentos y salud: ¿no deberían los pacientes terminales tener derecho a probar todo tipo de droga o tratamiento?

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Claro, podríamos plantear si no todos deberíamos tenerlo, pero veamos por el momento este caso en particular: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2014/10/regulationv37n3-8.pdf

En Noviembre, los votantes de Arizona aprobaron la Proposición 303, una consulta popular para dar a los paciente terminales el derecho de probar medicamentos en investigación que han aprobado la primera fase de aprobación de la Food and Drug Administration pero que aún tienen muchos años por delante para salir a la venta.

Leyes de este tipo ya han sido aprobadas en Colorado, Luisiana, Michigan y Missouri. Dice Hemphill: “Claramente, el objetivo de estas leyes, llamadas “derecho a probar”, es eliminar el burocrático proceso gubernamental que limita el acceso a drogas que potencialmente pueden salvar vidas de pacientes enfermos. Sin embargo, esta barrera administrativa no es necesariamente removida por la aprobación de estas leyes estaduales. Bajo la cláusula de Comercio Interestatal de la Constitución, la FDA podría sostener, convincentemente, que los gobiernos estaduales han violado esta cláusula fundamental, derogando su vigencia.”

Darcy Olsen, presidente del Goldwater Institute, con sede en Arizona, afirmó: “Los pacientes terminales no tienen tiempo para esperar que las nuevas drogas pasen por el proceso de aprobación que tarda una década. La Proposición 303 permite a los pacientes trabajar directamente con sus médicos para acceder a medicinas en investigación prometedoras, ahora mismo.”

La FDA tiene un proceso que permite a la gente pedir permiso para acceder a estos medicamentos. Este proceso para el “uso compasivo” demanda horas de trámites. Mientras muchas personas reciben ese permiso hay docenas de casos documentados de gente que ha muerto esperando por esa aprobación.

Dice Olsen: “Los norteamericanos no deberían pedir permiso al gobierno para tratar de salvar sus propias vidas. Deberían poder trabajar con sus médicos directamente para decidir que tratamientos potenciales están dispuestos a probar”.

Para Hemphill estas leyes estaduales han cambiado poco: “Entonces, en verdad, poco ha cambiado para los pacientes terminales. Lo que pueden lograr estas iniciativas legislativas estaduales es dar nueva energía al tema ante el público. En definitiva, el objetivo de quienes apoyan el “derecho a probar” es asegurar la aprobación de una legislación similar a nivel federal e influir a la industria farmacéutica, a la FDA, a los médicos y a las aseguradoras médicas para que cooperen en desarrollar una solución factible para los pacientes terminales, sus familias y amigos. No está claro que los esfuerzos estaduales pueden alcanzar ese logro, a pesar de sus nobles intenciones.”

La formación de los precios en el mercado. Los alumnos preguntan leyendo a Böhm-Bawerk (III)

Los alumnos de OMMA-Madrid realizan preguntas sobre el texto de Böhm-Bawerk en relación a la determinación de los precios:

– Aunque en los escenarios de competencia unilateral el valor subjetivo de comprador y vendedor puede ser irrelevante, entiendo que el intercambio tienen que estar por debajo o encima (según el caso) de su valor subjetivo, ¿no?

En el caso de competencia unilateral de compradores estamos en presencia de un monopolio (un solo vendedor). El precio estará por encima de la valoración de ese solo vendedor y entre la valoración del comprador efectivo y la de los compradores potenciales, o si la valoración del vendedor es mayor a la de estos últimos, entre la valoración del comprador efectivo y la del vendedor. En el caso de competencia unilateral de vendedores (técnicamente llamada monopsonio porque hay un solo comprador), el precio estará entre la valoración del vendedor efectivo y la de los vendedores potenciales y si la valoración del comprador es mayor que la de estos últimos entre la valoración del vendedor efectivo y la del comprador efectivo.

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– Apple es una empresa que es capaz de vender su teléfono móvil, iPhone, a un precio elevado respecto de la competencia y con un alto margen. Respecto a la Ley de determinación del precio me surgen varias preguntas:

  • ¿La fijación del precio del iPhone se realiza en Competencia unilateral entre compradores o Competencia bilateral?

Veremos ahora que como el valor es subjetivo, también lo es si un cierto producto tiene sustitutos o no. En este caso dependerá de la oferta y de las preferencias de los consumidores. ¿Estiman algunos que el de Samsung es una alternativa posible? En el caso de que valoren más el Iphone, le da a Apple un cierto rango de maniobra con el precio para estar un poco por encima de Samsung. Pero tiene que mantener esa sensación entre los consumidores en forma permanente porque está claro que Samsung hace todo lo posible para que esa diferencia se vuelque a su favor.

  • ¿Puede ser que el mayor precio esté motivado por que el valor subjetivo de los compradores sea la suma de valores subjetivos de varios medios (necesidad de comunicarse por el teléfono, estatus,…)?

Por supuesto, los consumidores compran una serie de atributos. Como tú dices, un buen servicio, facilidad para manejarlo y…., además un cierto estatus. Todo eso entra en sus valoraciones.

– En caso que fuera un vendedor en un mercado de Competencial bilateral, y quisiera subir los precios de su mercado, ¿qué opciones tengo de que aumenten los precios? Me surgen varias ideas que no sé si son factibles

– ¿Aumentar la valoración subjetiva de los compradores marginales?

– ¿”Echar” del mercado a los vendedores de las parejas marginales?

– ¿Otras estrategias?

En ambos casos lo haces mejorando tu producto, innovando, compitiendo, buscando estar un paso más adelante en la percepción de los consumidores.

¿Por qué es necesario conocer como se determinan los precios para entender la economía?

Porque el sistema de precios es como un gran sistema de telecomunicaciones que permite coordinar las acciones de todos en la economía. Nos señala cambios en las preferencias de los consumidores, en la disponibilidad de los recursos, en las tecnologías. Si ninguna de ellas cambiara, entonces el mercado alcanzaría ese punto de equilibrio (no se modificarían las parejas marginales). En verdad, cambian todo el tiempo por lo que lo que vemos es una “tendencia” permanente a equilibrar.

Subsidios, dumping y libre comercio unilateral: no se puede comprar barato

En un post reciente se comentaba el tema del “dumping” de productos subsidiados por un gobierno en el mercado global. Pierre Lemieux, en un artículo en la revista Regulation, plantea el caso de los paneles solares producidos en China y exportados a los Estados Unidos, http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2014/10/regulationv37n3-8_1.pdf#page=4

Ahora veremos específicamente el tema del dumping y el libre comercio unilateral:

“Para la ley comercial internacional, aplicada por organizaciones como la OMC, exportar algo a un precio menor al costo de producción es ‘dumping’, y está prohibido. Las exportaciones de paneles solares chinos son un claro caso de dumping si son posibles gracias a un subsidio del gobierno, lo cual es probable. Nótese que una empresa maximizadora de ganancias sin subsidios no va a ‘regalar’ sus productos, excepto para sacarse de encima algún excedente temporal o como una promoción. Por lo que el temor al dumping es muy exagerado. Solamente puede persistir a través de subsidios gubernamentales, y los contribuyentes extranjeros no van a mantener su bondad por siempre.”

“Los gobiernos tratan de argumentar que la protección contra el dumping no es proteccionismo. La Comisión Europea ha declarado (patéticamente):

‘Las medidas de defensa del comercio no son proteccionistas. Ni son ilegales. Por el contrario: son la respuesta legal para salvar a una industria que sufre dumping masivo desde un tercer país. Las medidas de defensa comercial buscan emparejar la cancha nuevamente. No existe tal cosa como un derecho a importaciones baratas, pero con dumping.’

“La Comisión sería más persuasiva si argumentara que no existe tal cosa como un derecho general a productos baratos y subsidiados. Pero entonces estaría serruchando la rama donde se para porque subsidiar es la esencia de los actuales gobiernos. Es bastante poco controvertido que los norteamericanos y europeos no tienen derecho a recibir productos subsidiados por contribuyentes chinos, pero por qué alguien tendría el derecho a prohibir que esos consumidores acepten la oferta china? El problema está en los que dan, no en los que reciben.”

“Es muy fácil disfrazar al proteccionismo bajo la etiqueta del dumping y la cancha pareja. En la actualidad, la mayoría de los productos son subsidiados por los gobiernos de una forma u otra, y tratar de distinguir entre subsidios directos o indirectos requiere mucho talento. Excepto por el libre comercio –la libertad de compradores y vendedores para decir sí o no- no existe una definición no arbitraria de una cancha pareja.”

“El caso de los paneles solares provee un buen ejemplo del argumento por el libre comercio unilateral. Si un estado prohíbe a sus residentes importar o fuerza a sus contribuyentes a subsidiar exportaciones, los individuos en otro país no ganan nada imponiendo restricciones similares a sí mismos. Si tu vecino tira rocas en su puerto, no ganas nada tirando rocas en el tuyo. La mejor política, por cierto, es el libre comercio multilateral. Pero si esto no puede alcanzarse, la libertad de importar unilateral está en el segundo lugar. Y como las importaciones de un país se pagan, en definitiva, con sus exportaciones, otros países podrán exportar solamente si permiten importaciones.”

“Las importaciones son lo que es importante. En su libro Principios de Economia, de 1848, John Stuart Mill lo explicaba correctamente:

‘La única ventaja directa del comercio exterior son las importaciones… La vulgar teoría [del proteccionismo] no considera este beneficio y sostiene que la ventaja del comercio está en las exportaciones: como si no fuera lo que un país obtiene, sino aquello que entrega, por su comercio exterior, lo que supuestamente gana con él. …Esta noción es comprensible, cuando pensamos que los autores y líderes de opinión sobre cuestiones comerciales han sido siempre hasta aquí los vendedores. Es, en realidad, un reliquia sobreviviente de la Teoría Mercantil.”

Los chinos subsidian la producción de paneles solares. Bienvenidos sean.

Cuando otros gobiernos subsidian ciertos productos para que éstos tengan precios más bajos en el mercado internacional, algunos productores locales pueden verse perjudicados. Esta es la historia que normalmente se ve, ya que estos productores protestarán vívidamente contra este “dumping” y solicitarán algún tipo de barrera que los proteja.

Lo que este argumento no deja ver es que todos, como consumidores, nos beneficiamos de los precios más bajos de estos productos. Pierre Lemieux, en un artículo en la revista Regulation, plantea el caso de los paneles solares producidos en China y exportados a los Estados Unidos, y un efecto adicional: si se promueven medidas “anti-dumping” contra estos paneles se potencia el problema del calentamiento global: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2014/10/regulationv37n3-8_1.pdf#page=4

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“El argumento oficial a favor de esas tarifas anti-dumping es que los productores locales de paneles solares y componentes son perjudicados por la competencia desleal de competidores chinos subsidiados por su gobierno. Pero, ¿por qué tendrían que importarnos los subsidios? ¿Por qué deberían rechazar los consumidores el consumo de bienes subsidiados por gobiernos extranjeros cuando ellos mismos aman a los que son subsidiados por el gobierno local? Pensemos en el transporte, la educación, o incluso todo el campo de la ciencia y la tecnología. Algunas estimaciones dicen que la proporción de investigación aplicada financiada por distintos niveles de gobierno es del 40%. Las energías renovables son subsidiadas. El desarrollo solar ha sido subsidiado por gobiernos norteamericanos aunque, en verdad, menos (o menos directamente) de lo que el gobierno chino subsidia a sus productores. En 2012, los fabricantes de paneles solares Solyndra y Abound quebraron, y le costaron cientos de millones de dólares a los contribuyentes norteamericanos en garantías de préstamos.”

“En síntesis, los norteamericanos deberían estar encantados de que los desafortunados contribuyentes chinos paguen parte del costo de los paneles solares. Y la Tierra debería sonreír también”.

“¿Quién se beneficiará de esta última ronda de protección arancelaria? Respuesta: los productores locales de paneles solares y componentes. Un arancel generalmente aumenta en su total magnitud no solamente el precio del bien importado, sino también el del productos equivalente producido localmente porque los productores locales tomarán ventaja de este precio mayor y producirán más del bien a un costo marginal más alto. Y productores submarginales, quienes no podían ser rentables al precio más bajo, entran al mercado (o no lo dejan).”

“Hay dos casos cuando el precio local puede no subir por el monto total del arancel: el primero es cuando el arancel es tan alto que permite a los productores locales satisfacer toda la demanda interna, matando a las importaciones; en tal caso el arancel es prohibitivo. El segundo caso es cuando el país donde se impone el arancel provee una parte significativa de la demanda mundial, en cuyo caso el precio local subirá solamente una cierta proporción del arancel, dependiendo de la importancia de la demanda local respecto a la global.”

“Es una demostración común en la teoría del comercio internacional que un arancel casi siempre cuesta a los consumidores más de lo que ganan los productores y contribuyentes (los contribuyentes indirectamente ganan los aranceles pagados por los importadores). Y el “casi siempre” se vuelve “siempre” si se considera el beneficio de los consumidores y productores de todo el mundo, esto es, si se asume que el beneficio de un norteamericano no cuenta más que el de un extranjero. Un arancel resulta un costo neto local porque artificialmente empuja al precio del bien protegido, reduce su consumo (y el excedente del consumidor) y motiva a las empresas locales a producir algo que sería menos costoso importar.”

“No es claro si el arancel en los paneles solares genera más empleos entre los productores protegidos de los que se pierden en los que instalan paneles. Pero esto no importa, no importa el empleo sino el beneficio de los consumidores. Se podrían crear muchos empleos prohibiendo tecnología –digamos, prohibiendo las motosierras-. Estos “empleos artificiales”, sin embargo, serían una pérdida porque estaríamos trabajando más para obtener menos. Si los contribuyentes chinos nos mandan regalos, los escasos recursos que se liberan podrían usarse para producir otros bienes y servicios deseados. El argumento de los empleos no es válido.”