Hay motivaciones económicas para destruir el ambiente, ¿no hay también para cuidarlo?

Qué difícil resulta ver el papel que cumplen los incentivos económicos. Sobre todo los positivos. La Nación presenta un largo reportaje a Osvaldo Canziani, comentando los resultados de la reciente reunion en Lima (Perú). Un eminente meteorólogo y profesor de Fïsica, tiene numerosos antecedentes y logros: “copresidente del Grupo de Trabajo II, que se focalizó en Vulnerabilidad, Impactos y Adaptación al Cambio Climático del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), organismo que recibió el Premio Nobel en 2007. A lo largo de su extensa carrera -tiene 92 años-, Canziani también desempeñó numerosas tareas de asistencia técnica, tanto a nivel local como internacional, presidió organismos, redactó numerosos artículos de investigación y se hizo tiempo, incluso, para la docencia, labor que continúa en la actualidad.”

Aquí está el reportaje completo, cuyo título “Tenemos que empezar a mirar a la naturaleza como sujeto de derecho”, supongo que ya generaría polémica entre los abogados: http://www.lanacion.com.ar/1755231-osvaldo-canziani-tenemos-que-empezar-a-mirar-a-la-naturaleza-como-sujeto-de-derecho

“-¿Y se puede pensar en un tipo de crecimiento amigable con el ambiente?

-Sí. Hay que ser austero. No hay que pensar cuántos hijos le voy a dejar al ambiente, sino cuántos hijos míos puede mantener el ambiente. Pero somos una raza que vive pensando en el dinero. Yo no reniego de eso, pero no hay que pasarse para el otro lado. Hoy en día existe el concepto de agua virtual. Un kilo de carne, acá son diez mil litros de agua. En Paraguay, quince mil, porque el animal come pasto, toma agua y demás. Amartya Sen dice una cosa muy simple: hay que empezar a incorporar las externalidades. Si yo produzco, debería considerar el agua que uso. En Lima se precisó que para el año 2050 habría que reducir las emisiones entre el 30 y el 70 por ciento porque si la cosa sigue así, se para el mundo.”

Drop in water

Si somos una raza que vive pensando en el dinero, entonces quiere decir que respondemos, y mucho, a los incentivos monetarios. Claro que parece que con ellos se obtuvieran resultados negativos. Dice el Dr. Canziani: “Si yo produzco, debería considerar el agua que uso”.

Pregunto: ¿No consideraría esa persona el agua que usa si tuviera que pagar por ella un precio de mercado que refleje su escasez? ¿No serviría en este caso el incentivo monetario para evitar el despilfarro del agua? Está bien apelar a la conciencia, pero en este caso (como en el conocido “billetera mata galán”) podría decirse que “billetera mata a quien derrocha agua”.

Continuemos:

“-¿Y en esas cumbres se habla lo suficiente de la necesidad de adaptación o de hacer a las ciudades más resilientes?

-No lo suficiente, pero ya se han organizado grupos para empezar a discutir. La clave pasa por educar a la gente. Uno lo ve todo el tiempo: el portero que barre con el chorro de agua cuando en ciertas localidades no hay agua. Pero sólo cuando uno está inmerso en el problema, empieza a pensar soluciones. Los argentinos hasta ahora hemos tenido relativa suerte, pero vaya usted al norte de Chile, donde hay que capturar la niebla para regar… En Machu Picchu se cosechaba el agua. El agua recolectada se lanzaba en épocas de sequía… Si lo hacían ellos, ¿por qué no nosotros?”

¿Será que para nosotros es prácticamente gratuita? En muchas de nuestras casas no existen medidores sobre el consumo de agua, pagamos lo mismo usemos un litro o cien mil.

“-¿Y qué explicación le encuentra? ¿Por qué, pese a toda la difusión de gobiernos y organismos, el portero sigue barriendo con el chorrito de agua?

-Porque nadie cobra multas. Porque nadie hace nada. Todo es cuestión de educación. ¿Por qué en un mundo en donde hasta los perros tienen celular circulan los taxis vacíos quemando combustible, contaminando el aire y complicando el tráfico? Todo se basa en una estructura falsamente construida, donde el interés está en otra parte. Cada uno quiere su ganancia. Tenemos que empezar a mirar a la naturaleza como sujeto de derecho porque nadie la respeta. Si uno ve a los chicos rompiendo los árboles… Es un problema básicamente de falta de educación.”

Claro, una multa es un incentivo económico porque hay que sacar la billetera para pagarla. Pero requiere inspecciones, controles, procesos, descargos, y finalmente resoluciones. ¿Qué tal si simplemente el portero tuviera que pagar por el agua que utiliza? ¿O qué le diría el consorcio del edificio cuando les llegara la cuenta?

En síntesis, la educación está bien pero, ¿qué tal un incentivo económico para ser educado?

 

Subsidian a unos, benefician a algunos, perjudican a otros, y lo terminan pagando todos

Los subsidios son la aplicación de fondos obtenidos por medio de impuestos u otros ingresos fiscales para favorecer ciertas actividades. Como tales, está claro que se benefician quienes los reciben y se perjudican quienes los pagan (los contribuyentes). Pero el perjuicio no es solamente para quienes los pagan con sus impuestos también para quienes compiten con los receptores y, a su vez, no los reciben. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se subsidian exportaciones.

Daniel Ikenson plantea este tema en “The Export-Import Bank and its Victims” (Policy Analysis 756, Cato Institute): http://www.cato.org/blog/export-import-bank-its-victims-which-industries-bear-brunt

Según su análisis los subsidios del llamado “Ex-Im Bank” genera costos en 189 de 237 categorías industriales por un monto de $2.800 millones por año. Entre las industrias más perjudicadas se encuentran las de fabricación de chasis de automotores, elementos de almacenamiento digital y equipos fotográficos y fotocopiadoras. Las industrias más perjudicadas son las de equipos eléctricos, muebles, alimentos, productos no metálicos y químicos. Las cinco industrias más afectadas representan el 50% o más del PBI en siete estados y las 10 principales víctimas producen dos tercios del PBI industrial en 22 estados.

Comenta el autor:

“El financiamiento del Ex Im ayuda a dos grupos de empresas (en el corto plazo): las empresas norteamericanas cuyos precios de exportación resultan subsidiados por tasas de financiación más bajas que las del mercado y las empresas extranjeras que compran esas exportaciones subsidiadas. Es claro entonces, que estas transacciones pueden imponer costos en otros dos grupos de empresas: empresas norteamericanas compitiendo en la misma industria y que no reciben el apoyo del Ex Im, y empresas norteamericanas cuya competencia externa ahora se beneficia de menores costos de capital, cortesía de los subsidios del gobierno.”

“Pero hay al menos tres costos que son esenciales para determinar los beneficios netos del Ex Im:

1) el “costo de oportunidad”, representado por el crecimiento de las exportaciones que hubiera ocurrido si los recursos del Ex Im se hubieran invertido en el sector privado

2) el “costo intra-industrial”, representado por la desventaja del costo relativo impuesto sobre otras empresas en la misma industria y,

3) el “costo de la cadena de valor”, representado por la relativa desventaja de costo impuesta sobre los competidores el ahora subsidiado cliente externo”.

Delta

“Para dar un claro ejemplo. Delta Airlines se ha quejado mucho porque el Ex Im Bank facilita las ventas de aviones Boeing a aerolíneas extranjeras, tales como Air India. Delta, con razón se queja que el gobierno de los Estados Unidos tiene una política de subsidiar a la competencia externa de Delta reduciendo los costos de capital de Air India. Esa reducción de costos le permite a Air India ofrecer precios más bajos en su competencia por pasajeros, lo cual tiene un impacto directo en los resultados de Delta.”

La «política cambiaria» o la desgracia de mezclar el tipo de cambio con la política.

Las declaraciones del presidente del Banco Central argentino, en relación a una posible reducción de las prohibiciones y restricciones existentes en el mercado de cambios (http://www.lanacion.com.ar/1753835-el-presidente-del-banco-central-ahora-anticipa-que-habra-una-apertura-gradual-del-cepo-cambiario) ha desatado, como era de esperar, una interesante discusión entre economistas acerca de las posibilidades de hacerlo dadas las restricciones que impone la actual situación y las perspectivas en cuanto a las reservas de la autoridad monetaria.

Como siempre, también, la discusión se centra en cuestiones de coyuntura, las que adquieren prioridad sobre temas de fondo. En general, los economistas son de la opinión que esas prohibiciones y restricciones deben eliminarse pero son tan cuidadosos respecto a la coyuntura que se termina olvidando el objetivo final, si es que en verdad éste existe dentro de tal análisis.

Olvidemos la coyuntura por un momento (aunque después volveremos sobre ella). Veamos la situación en términos de derechos. Si el objetivo final es recuperar la vigencia los derechos de propiedad y la posibilidad de disponer de ellos en la moneda que a uno le parezca mejor, ya que con su propiedad cualquiera puede hacer lo que estime mejor en tanto y en cuanto no dañe la propiedad de otros, alcanzar esa situación será lograr un “tipo de cambio libre”.

¿Hay algún objetivo “colectivo” superior que determine la restricción de tales derechos en aras de algo como el ‘bien común’? Seguramente muchos mencionarán cosas tales como la ‘estabilidad macroeconómica’, pero lo cierto es que la libertad de disponibilidad de la propiedad no es una fuente de inestabilidad, más bien lo contrario. La historia muestra que la inestabilidad macroeconómica es generada por los gobiernos, por sus déficits fiscales, su endeudamiento y su manejo de la emisión monetaria, no porque la gente disponga de sus derechos de propiedad.

Si esto es así, el objetivo final sería restituir esos derechos, situación que, además, recuperaría la vigencia de la Constitución Nacional. En tal sentido, los objetivos serían:

  1. Devolver el derecho de propiedad a los exportadores. Eliminar la obligación de entregar las divisas que obtienen al Banco Central; podrían ingresarlas o no, según su criterio. El efecto económico de esta disposición sería el siguiente: si ingresaran esas divisas contribuirían a la revaluación del peso (con política monetaria neutra) en relación a los ahora más abundantes dólares en el mercado.
  2. Devolver el derecho de propiedad a los importadores. Eliminar las licencias previas y todas las trabas sobre las importaciones. Esa mayor capacidad de importar contribuiría a la devaluación del peso en relación al dólar.
  3. Se removerían todo tipo de restricciones para el ingreso o egreso de divisas por cualquier motivo (inversiones, turismo, ahorro). El ingreso de inversiones, el turismo entrante y el ahorro de extranjeros en pesos tendería a revaluar la moneda local; el flujo de inversiones al exterior, el turismo saliente y el ahorro de locales en moneda extranjera tendería a devaluar la moneda local.

Volvamos ahora a la coyuntura. Si todo esto ocurriera, ¿cuál sería el saldo entre presiones devaluatorias y revaluatorias? En verdad, es muy difícil de decir, habrá muchas otras variables en juego que afectarán las expectativas de todos y determinarán nuestra conducta, aunque está claro que esas tres medidas, si fueran creíbles, generarían mucha más confianza que desconfianza.

Pero buena parte de la discusión actual sobre el relajamiento de los controles se centra en la cantidad de reservas que pueda tener el Banco Central. Puede ser que esa preocupación esté asociada a que no se genere un cambio brusco que altere drásticamente la posición patrimonial de la gente (esto es, una fuerte devaluación o una fuerte revaluación). Pero puede ser también que, en verdad, el objetivo final no sea devolver derechos como se planteara más arriba sino que se está pensando en sostener un determinado tipo de cambio. ¿Ycuál debería ser?

Muchos analistas consideran saberlo. Tal vez tendrían que tener algo de humildad. Pero el meollo de la discusión es que consideran al tipo de cambio como una herramienta de la política económica, no como su resultado.

Hemos tenido muchas décadas ya con políticas económicas que consideran el tipo de cambio como una herramienta. Esto fue así tanto en los 70s, como en los 80s, como en los 90s, como ahora. No pueden decir que haya sido un éxito. Mientras se ocupaban del tipo de cambio cometían un exceso fiscal tras otro. ¿Hubieran sido los costos económicos mayores si el tipo de cambio lo hubieran determinado oferentes y demandantes en lugar de algún experto (sea presidente del Banco Central o ministro de Economía)?

La “política cambiaria” ha demostrado que no hay nada peor que mezclar la “política” con el “tipo de cambio”… O tal vez sí, la “política monetaria”, esto es, mezclar la “política” con la “moneda”.

¿Quienes son los pobres, y los ricos, cuando hay movilidad social? ¿Qué dicen las estadísticas?

¿Quiénes son los pobres? ¿Acaso nos lo dicen las estadísticas? Por supuesto que tenemos un problema para determinar esto porque la manipulación de las estadísticas de precios también distorsionan las de ingresos y, por lo tanto, las de pobreza. De todas formas, la estadística tal vez nos aproxime a saber qué porcentaje de pobres hay, pero no quienes son precisamente. Eso lo dejamos en manos de los políticos. ¿Y quienes son los pobres en una de las economías más ricas del mundo?

Comenta el profesor de economía de Stanford, Thomas Sowell, en su libro “The Quest for Cosmic Justice” (1999):

Sowell

“Algunos estudios que han seguido a individuos norteamericanos por un cierto período de años han encontrado que la mayoría no permanece en el mismo quintil de la distribución de ingresos por más de una década. El primero de estos estudios fue realizado por un grupo de académicos de izquierda, quienes se encontraron confundidos con sus propios descubrimientos, basados en el seguimiento de los mismos individuos durante ocho años. Pero nada de esto debería sorprendernos. La gente es ocho años mayor luego de ocho años. Tienen ocho años más de experiencia, de madurez. Si han abierto un comercio, han tenido ocho años para conocerlo mejor y atraer más clientes. En las profesiones, han tenido ocho años para forjar una clientela. ¿Por qué no deberían estar en niveles superiores de ingreso al final de esos ocho años?”

“Los pobres, quienes suelen ser definidos como el 20% más bajo de la distribución del ingreso, son tan pasajeros en ese puesto como lo son los ricos. Solo el 3% de la población norteamericana permaneció en el 20% más bajo por ocho años. Entre los que estaban en ese 20% más bajo, más han alcanzado el 20% más alto al final del período de los que permanecieron en ese quintil. Sin embargo, ‘los pobres’ continúan siendo identificados como ese 20%, en lugar del 3% que se mantiene en el fondo. Nuestro discurso intelectual y nuestras políticas públicas se basan en la abstracción del 20% más con el verdadero 3% que son genuinamente pobres.”

“Parece recordar la historia de alguien a quien se dijo que, en la ciudad de Nueva York, alguien es atropellado por un auto cada 20 minutos. Su respuesta fue: “ya debe estar terriblemente cansado de eso”. Pero algunos de nuestros más renombrados intelectuales, para no mencionar a nuestros líderes políticos y morales, comenten el mismo error de pensar que siempre la misma gente todo el tiempo cuando hablan de abstracciones estadísticas como si estuvieran hablando de gente de carne y hueso que son pobres o ricos. Los genuinamente ricos, y los genuinamente pobres, juntos, no llegan al 10% de la población norteamericana. Sin embargo, estos dos grupos son los caracteres principales de melodramas morales que dominan la política, el periodismo e incluso el discurso académico y jurídico de los Estados Unidos.”

 

Hay grupos que no están representados proporcionalmente. Esto sí que ha de ser injusto…

¿Es discriminatorio cuando algunos grupos sociales no estén representados en la misma proporción en ciertas actividades? Comenta el profesor de economía de Stanford, Thomas Sowell, en su libro “The Quest for Cosmic Justice”:

Sowell

“El problema fundamental es presuponer que los grupos sociales estarían representados proporcionalmente en distintas actividades o instituciones, o en distintos niveles de ingresos, en ausencia de sesgos o discriminación. Por el contrario, es difícil encontrar una distribución pareja en cualquier país y en cualquier período de la historia, excepto cuando el gobierno impone ciertas cuotas o preferencias para conseguir algún ‘balance’ estadístico.”

“Aquellos que creen en la justicia cósmica suelen argumentar que esto simplemente demuestra cuán extendida está la discriminación. Pero muchos grupos, que no están en posición de discriminar a nadie están sobre-representados en ocupaciones de alta remuneración, instituciones académicas de prestigio y otros muchos sectores deseables de la economía y la sociedad. Podríamos considerar un gran número de disparidades estadísticas, tanto sea de cosas como de personas, donde no se puede presentar un caso de discriminación. Aquí van algunos pocos:

  • Más de 4/5 de los negocios de donas en California están en manos de camboyanos.
  • A principios del siglo XX, 4/5 de las máquinas procesadoras de azúcar se fabricaban en Escocia.
  • Hasta 1909, los italianos en Buenos Aires eran dueños de más del doble de negocios de bebidas y comida que los argentinos, más de tres veces zapaterías y más de diez veces peluquerías.
  • Durante la década de los 60s, la minoría china en Malasia proveía entre el 80 y 90% de todos los estudiantes universitarios de medicina, ciencias e ingeniería.
  • A principios del siglo XX todas las empresas produciendo estos productos en Rio de Grande do Sul era propiedad de alemanes o sus descendientes: camiones, hornos, papel, sombreros, corbatas, cuero, jabón, vidrio, relojes, cerveza, ropa y carros.
  • En la Rusia del Siglo XVIII, 209 de 240 fábricas de ropa en la provincia de Astrakán eran propiedad de armenios.
  • De los 16.000 trabajadores que construyeron el East Africa Railway desde el puerto de Mombasa hasta el Lago Victoria, 15.000 eran de India.
  • Hasta 1937, el 91% de las verdulerías en Vancouver, Canadá, estaban en manos de japoneses.
  • Aunque son menos del 5% de la población indonesia, los chinos han llegado a manejar el 75% de las 200 principales empresas.
  • A principios de los años 1920s los judíos eran solamente el 6 y 11% de las poblaciones de Hungría y Polonia, pero eran más de la mitad de los médicos en esos países.

Esta lista podría extenderse mucho más.

¿Por qué están algunos grupos representados desproporcionalmente en tantos lugares y tiempos distintos? Tal vez la respuesta simple es que no hay motivo para esperar que sean estadísticamente similares. Variables geográficas, históricas, demográficas y otras hacen que la idea de una distribución pareja no tenga ningún sentido.”

 

La discriminación racial, el uso de estadísticas, y un banco que discrimina en sus préstamos

El tema de la discriminación ha aflorado nuevamente, luego de las noticias que llegan desde los Estados Unidos. Desde los años 1960 se ha impulsado distintas políticas que buscan “compensar” la discriminación que hubieran sufrido ciertos grupos en el pasado. Pero definir esos grupos en el presente, y en qué grado son discriminados no parece nada sencillo

Comenta el profesor de economía de Stanford, Thomas Sowell, en su libro “The Quest for Cosmic Justice”:

Sowell

“Hemos visto cuán fácil es equivocarse por amplio margen cuando se trata de interpretar la historia. Es igualmente fácil hacerlo con las estadísticas contemporáneas. Si uno busca suficientes números, eventualmente se encontrará con alguna estadística que parezca confirmar su propia visión. Estas son las llamadas ‘estadísticas ¡Ahá!’ Otras estadísticas, que sugieren conclusiones opuestas no generan ningún ¡Ahá!, pero es más probable que sean pasadas por alto y olvidadas.”

“Un conjunto de estadísticas originó una tormenta periodística y política en 1993; mostraba que los solicitantes negros de créditos hipotecarios eran rechazados a una tasa superior que los solicitantes blancos. El Washington Post declaró que ‘existe un sistema de crédito hipotecario racialmente sesgado’, y otras numerosas publicaciones, políticos y activistas se sumaron al coro de denuncias. Sin embargo, el mismo conjunto de estadísticas mostraba que el porcentaje de solicitantes blancos rechazados era mayor que el de los asiáticos americanos. Sin embargo, estas estadísticas no generaron ningún ¡Ahá!, ninguna queja de que los blancos eran discriminados en favor de los asiáticos americanos, porque no era ésta la visión prevaleciente. En síntesis, los números son aceptados como evidencia cuando acuerdan con los preconceptos, y rechazados cuando no.”

“Las comparaciones estadísticas asumen implícitamente que los grupos siendo comparados son realmente comparables en las variables relevantes. Sin embargo, muy a menudo ni siquiera están cerca de ser comparables. Por ejemplo, un análisis más profundo de las estadísticas sobre créditos hipotecarios muestra que los solicitantes de préstamos para vivienda, de grupos minoritarios, tienen mayores niveles de endeudamiento, peores historias crediticias, solicitaron el préstamo para cubrir una mayor porcentaje del valor de la propiedad en cuestión, y también era más probable que buscaran financiamiento para unidades de habitación múltiple en vez de casas unifamiliares, siendo las primeras consideradas como una inversión más riesgosa. Aun así, se aprobó el 72% de las solicitudes inmobiliarias de miembros de grupos minoritarios, comparado con el 89% de las aplicaciones de blancos. Esta diferencia de 17 puntos porcentuales cae a 6 puntos porcentuales cuando variables relevantes se mantienen constantes. Más aun, todas las diferencias estadísticas que permanecen pueden ser rastreadas a una tasa de aprobación en un solo banco. ¿Por qué el gobierno no inició ninguna acción legal contra este único banco blanco racista? Pues porque no era ni blanco, ni racista. Era un banco propiedad de negros.”

Todos los problemas raciales en los Estados Unidos se originan en la esclavitud. ¿Es cierto?

Recientes noticias sobre disturbios o problemas raciales en los Estados Unidos han reabierto la discusión sobre sus causas y, como siempre, el legado de la esclavitud aparece por detrás.

Comenta el profesor de economía de Stanford University, Thomas Sowell, en su libro “The Quest for Cosmic Justice”:

“En los Estados Unidos, por ejemplo, muchos de los problemas sociales de la actual subclase negra son casi automáticamente atribuidos al ‘legado de la esclavitud’. La prevalencia de familias sin padres en los guetos negros, por ejemplo, ha sido en general explicada por la ausencia de familias legalmente constituidas bajo la esclavitud. Pero si uno va un poco más allá de la plausibilidad y la culpa para analizar los datos reales, emerge una perspectiva totalmente diferente.”

Esclavitud

“Hace cien años, cuando los negros estaban a tan solo una generación de la esclavitud, la tasa de matrimonios en la población negra de los Estados Unidos era levemente superior a la de la población blanca. La mayoría de los niños negros crecía en familias con padre y madre, aun durante la esclavitud, y por varias generaciones después. La caída catastrófica de la familia núcleo negra comenzó, como tantas otras catástrofes sociales en los Estados Unidos, durante la década de los años 60. Antes de los 60s, la diferencia entre las tasas de matrimonio entre hombres negros y blancos nunca fe mayor a cinco puntos porcentuales. Sin embargo, hoy la diferencia es más de 20 puntos, y se amplía, aun cuando la familia núcleo también ha comenzado a declinar entre los norteamericanos blancos. Cualquiera que sea la explicación de estos cambios, están mucho más cerca del hoy que de la era de la esclavitud, aunque esto sea frustrante para aquellos que quieren ver los problemas sociales como melodramas morales.”

“La trágica y monumental injusticia de la esclavitud ha sido utilizada a menudo como una explicación causal de otros fenómenos sociales, aplicados tanto a negros como blancos en el sur de los Estados Unidos, donde se concentrara la esclavitud, sin ninguna verificación de los hechos o comparación con otras explicaciones más mundanas. El hecho de que hay hoy un gran número de norteamericanos negros que no forman parte de la fuerza laboral ha sido también relacionado causalmente con la esclavitud. Pero, de nuevo, si vamos cien años atrás, vemos que la participación de los negros era relativamente superior que los blancos, y continuó así hasta más allá de la mitad del siglo XX. Si queremos saber por qué esto ya no es así, tenemos que mirar nuevamente a eventos y sucesos más cercanos a nuestros tiempos.”

“Todos podemos comprender, en principio, que incluso un gran mal histórico no explica automáticamente todos los males subsiguientes. Pero, usualmente procedemos en la práctica como si no comprendiéramos esto. El cáncer puede, por cierto, ser fatal, pero no explica todas las víctimas, ni siquiera la mayoría.”

By the way…., va una foto del profesor Sowell:

Sowell

Hay que respetar la «geometría» de los asentamientos urbanos. Planificarlos es paternalista.

Franco Martín López me hace el honor de citar en su trabajo final para la materia Planeamiento Territorial y Urbano II, junto con Berenice Blanco, mi artículo en La Nación sobre la privatización de la Villa 31: http://www.lanacion.com.ar/1156361-se-puede-privatizar-la-villa-31

Ellos son futuros arquitectos, y ven el tema desde una perspectiva que no puedo ofrecer, pero se diferencian de una visión común en todas las propuestas de solución de las villas: todos tienen en mente lo que creen es la mejor planificación del tejido urbano, no como se ha desarrollado hasta aquí. Esto concluyen los autores en relación al “Barrio de la Sexta”, en la ciudad de Rosario:

Villa 31

“Las aproximaciones convencionales del planeamiento hacia las villas y la remoción de villas son generalmente paternalistas. Para superar al problema de las villas, debemos entender a sus habitantes como personas capaces de entender y actuar en base a su propio interés, alejándonos de los intentos actuales de regentear a las personas. (Jacobs 1961, 270) En este sentido, el ordenamiento físico del espacio urbano y del asentamiento juega un rol fundamental que debe dejarse en manos de los propios vecinos.

Las desventajas de los asentamientos irregulares no son inherentes al propio sistema urbano. Su geometría orgánica es perfectamente sana, sin embargo, es precisamente ese aspecto el que es rechazado con vehemencia. Simplemente no encaja en la imagen estereotipada (y científicamente anticuada) de lo que es un tejido urbano progresista y a lo que debería parecerse – aseado, liso, rectangular, modular y estéril. La geometría orgánica de una favela está vinculada con el acto ilegal de ocupación y con una anarquía generalizada. La geometría en sí representa «un enemigo para el progreso» para una administración. No podemos construir tejido urbano vivo hasta que lleguemos más allá de lo que depara el prejuicio. La favela tiene un mecanismo de auto-sanación ausente en la mayoría de los planes sociales de vivienda realizados de manera verticalista. Irónicamente, la geometría orgánica de la favela está típicamente en contradicción con los imperativos de un Estado moderno dado su interés en dar respuesta a los problemas sociales de una manera que se controle adecuadamente. Parte de ese interés en el control tiene que ver con un interés literal en el tipo de orden administrativo racional que está ligado al control social. Sin embargo, gran parte de ella puede reflejar bien la necesidad del Estado para legitimar sus intervenciones al demostrar su racionalidad, o su necesidad de mantener los rituales burocráticos de la rendición de cuentas en el reparto de los recursos públicos, así como también podría ser una preocupación reformista sincera para elevar el nivel de vida de los pobres de una manera que sea a la vez eficiente y justa, motivada por principios democráticos. (Salingaros, y otros 2006)

Como explica Salingaros, ¨Una geometría ordenada da la impresión de control de inversiones en la entidad que construye. Si esto es intencional (para mostrar la autoridad del Estado) o subconsciente (copiando imágenes de libros de arquitectura), los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales prefieren ver una expresión de su propia «racionalidad» a través de tales construcciones. (…) Los asentamientos ilegales morfológicamente complejos están generalmente fuera del control del gobierno. Una forma de afirmar el control es mover a sus residentes a las viviendas construidas por el gobierno.¨ (Salingaros, y otros 2006)

Para construir un proyecto de vivienda de manera más eficiente, la entidad que dirige quiere tener el máximo control sobre el proceso de la geometría y la construcción. Este requisito práctico significa que la participación del usuario es excluida. El problema consiste en que un casco urbano está compuesto por redes sociales complejas, y requiere de la morfología urbana adecuada de una red. Nunca es mono-funcional, y no es homogénea. No puede construirse de manera verticalista por el gobierno central. (Salingaros, y otros 2006)”.

Los trabajos completos están disponibles aquí: https://drive.google.com/file/d/0B_XO_2NbxLsRM0tmcmZmNkNWb00/view?usp=sharing

https://drive.google.com/file/d/0B_XO_2NbxLsRanZfWGxSd0xzWE0/view?usp=sharing

 

El ministro anuncia nuevos bonos para pagar viejos bonos. Mises sobre el corto y el largo plazo

Mises comenta en 1944 sobre la estructura económica de Europa, pero buena parte de las cosas que dice se aplican a la Argentina de hoy (Europe’s Economic Structure, presentado en un almuerzo en New York University).

mises2

“Es un triste hecho que Europa haya perdido las ventajas que 150 años de libertad económica le habían otorgado. Una gran parte del capital acumulado en los años previos ha sido dilapidado. El ahorro y la acumulación de capital deben comenzar de nuevo. La escasez de capital ha necesariamente reducido la productividad marginal del trabajo. Por un período de transición los salarios y los estándares de vida serán necesariamente más bajo de lo que eran en los años previos a la guerra. Ninguna intromisión gubernamental en las relaciones industriales y ninguna presión o compulsión sindical pueden alterar este hecho. Por el contrario, cuanto mayor la interferencia del gobierno o los sindicatos demore la acumulación de nuevo capital, más se atrasará el período de transición y el retorno a la prosperidad. No hay otra receta que no sea ‘Producir más y mejor’, y ahorrar más y más. No se puede evitar las privaciones. Las naciones han de sufrir las deficiencias de sus políticas. Sería un error culpar a los economistas quienes establecen esta verdad con supuesta insensibilidad. Los economistas han hecho todo lo que podían cuando por más de ochenta años han alertado a estas naciones sobre las consecuencias de sus equivocadas políticas.”

“Hay un solo camino para el continuo crecimiento del nivel general de vida: la acumulación progresiva de capital y la mejora de los métodos de producción que este capital hace posible. Sin embargo, antes de la guerra los países de Europa continental se comprometieron con políticas que no solamente frenaban la mayor acumulación de capital sino que resultaban en el consumo y la erosión del capital acumulado. El principal vehículo de esas políticas fue la expansión del crédito. Es cierto que la expansión del crédito crea, al comienzo, un auge. Pero la prosperidad artificial de la orgía del dinero fácil de unos pocos años debe finalmente llevar a la recesión y la depresión. La expansión del crédito es muy popular entre los políticos que no se preocupan del mañana. Pero los hombres de estado conscientes no deben alentar políticas de corto plazo. Solo las de largo plazo son sólidas.”

“Por supuesto, hay seudo-economistas recitando el evangelio de las políticas de corto plazo. ‘En el largo plazo estamos todos muertos’, decía Lord Keynes. Pero todo depende de cuán largo sea el corto plazo. La formulación clásica del principio del corto plazo fue provista por la Marquesa de Pompadour: ‘Después de nosotros, el diluvio’ (Après nous, le déluge). La señora tuvo la suficiente suerte de morir en el corto plazo. Pero su sucesora, Madame Du Barry, superó el corto plazo y fue guillotinada en el largo plazo. Europa ha ingresado ahora en una etapa en la cual está sufriendo las consecuencias de largo plazo de las políticas de corto plazo. Los políticos miopes se golpean la cabeza contra la pared, cuya realidad tozudamente tratan de negar.”

Se equivocan, lejos estamos del fin del dinero (salvo el estatal), y se multiplican los mercados

Una vieja utopía se renueva en este artículo con el título de “Cómo reemplazar el dinero en el siglo XXI”: http://www.lanacion.com.ar/1745969-como-reemplazar-el-dinero-en-el-siglo-xxi

Que el dinero billete vaya a desaparecer en el futuro no extraña a nadie, ya viene siendo desplazado desde hace rato, primero por los cheques, luego por las tarjetas de débito. Pero que vaya a desaparecer tal cosa como un “medio de intercambio” no solamente es una ilusión sino que además sería un enorme paso atrás desde que hace cientos de años abandonamos el trueque.

Bitcoin

Es más probable que terminemos reemplazando a los dineros estatales, con el Bitcoin u otra cripto-moneda. Ni la creadora de la red Bioecon ni el periodista entienden esto. Comenta un sicólogo que también es electricista:

“Desde que ingresé a Bioecon volví a ofrecer tareas de electricidad. Los puntos que obtengo por los servicios que doy los canjeo dentro de la plataforma por masajes, alimentos, muebles o hierbas aromáticas, por ejemplo.»

«La idea de Bioecon es reemplazar el dinero. No utilizar nada que se parezca a una moneda para vehiculizar intercambios, y que la gente se conozca», explica Cecilia Hecht, creadora de esta red social en la que sus casi 800 usuarios -en la Argentina y en países como los Estados Unidos, China o España, entre otros- ofrecen y solicitan servicios y bienes, ya sea a través de un sistema de puntos, el trueque, el uso compartido o, simplemente, regalándolos.”

Cecilia, en verdad, está reemplazando un dinero por otro: los puntos que se obtienen en esa red. Lo cual está muy bien, por supuesto. Esos «puntos» son una nueva «moneda privada», es de esperar que tenga éxito y no se vean tentados a emitirla por demás. Algo similar creyeron, luego de la crisis de 2002, todos los que se lanzaron a los centros de trueque, pero en verdad utilizaban una moneda alternativa, que llamaban “arbolitos” por el dibujo que tenían sus “billetes” y que terminó como muchas monedas estatales: hundida en la hiperinflación.

Para el que le interese, analicé la moneda de los centros de trueque aquí: http://works.bepress.com/cgi/viewcontent.cgi?article=1010&context=martin_krause

En verdad, Bioecon es otra de las tantas redes de cooperación que surgen en la web y que lo que reemplazan es a los intermediarios, no al medio de intercambio. Este trabajo de la consultora Booz & Co., analiza lo que está sucediendo, particularmente entre empresas: http://www.strategy-business.com/article/00281?gko=88e49&cid=20141125enews&utm_campaign=20141125enews

Algunas redes de este tipo han florecido en estos meses, tales como las que permiten alquilar departamentos (Airbnb) o para compartir transporte (Uber), entre “consumidores”, pero lo más importante es lo que sucede entre empresas que hacen lo mismo para alquilar oficinas que no estén usando, o el conocimiento de sus investigadores, o su tecnología. Es la misma historia de E-bay o de Mercado Libre.

Todos estos son “mercados”, aceitados por un medio de intercambio, tal vez mañana si los gobiernos no lo condenan, el Bitcoin o el E-gold. Lejos está de ser el fin de la “economía mercantil” como parece sugerir la nota.